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El Ave Fénix

Autor: Tavita

Resumen:

La vida se ha vuelto apacible y simple luego de los años de conflicto. Nadie sospecha de los peligros ni los deseos que se han despertado en medio de los años de aparente amistad que los unen. En Hong Kong, Fei Long y Mikhail mantienen una relación que, si bien estable en la superficie, está mantenida gracias al secreto de una infidelidad que el dragón está dispuesto a mantener a toda cosa.

En Tokio, Asami y Takaba pueden hablar de todo, salvo del pasado de Asami que, muy a su pesar, vuelve desde sus cenizas a atormentarlo. En medio de todo esto, Shinju y Tao comienzan a vivir la adolescencia y son víctimas de sus propios deseos recientemente despertados. 

 

Años después de "La Perla del Mercader"


Clasificación: No menores de 13 años [Reviews - 15]
Categoría: OTRAS SERIES MANGA > VIEWFINDER
Personajes: No
Generos: Acción
Advertencias: Lemon
Serie: No
Capitulos: 12 Finalizado: No
Palabras: 106270 Leido: 7259
Publicado: 22/11/14 Actualizado: 29/11/18





1. Introducción: El Renacer de las cenizas por Tavita [Reviews - 4] (6739 words)

Comos siempre, los personajes a la grande de Yamane Ayano.

 

Espero sus comentarios! ;) 


2. Cumpleaños de Invierno por Tavita [Reviews - 0] (8648 words)

Muchas gracias por las visitas. Acá les dejo el segundo capítulo. A ver si les gusta!

 

saludos


3. Peligro por Tavita [Reviews - 0] (10440 words)

Me he demorado más de lo que pensaba con este capítulo

pero acá les dejo el producto final para que lo disfruten!


4. La historia del Chico Proletario por Tavita [Reviews - 2] (9820 words)

me he demorado en este capítulo. Pero espero que lo disfruten como yo lo disfruté escribiéndolo!


5. La Amenaza por Tavita [Reviews - 2] (7321 words)

Mil disculpas por la demora! pero he tenido mucho trabajo y muchos viajes

 

mil disculpas!


6. Regalo de Cumpleaños por Tavita [Reviews - 1] (20051 words)

7. La Maldición por Tavita [Reviews - 0] (4176 words)

sí... un año sin actualizar. Soy la peor!

pero la salud no me acompañó y sólo ahora he vuelto en gloria y majestad.

espero les guste!


8. Las cenizas del Pasado por Tavita [Reviews - 1] (12272 words)

9. El fantasma de las navidades pasadas. por Tavita [Reviews - 1] (7585 words)

MIL SIN PUBLICAR!! pero ha sido un año con TREMENDOS CAMBIOS! lo bueno, es qe no he dejado de escribir... lo malo? es que no he actualizado acá

 

pero acá les dejo un nuevo capítulo

cariños a todas (aun están por ahí?)


10. Capítulo 10 Herencia de Sangre por Tavita [Reviews - 2] (4730 words)

Lo sé! mucho tiempo sin actualizar, pero no los he abandonado... lo juro!

espero que disfruten!


11. Navidad por Tavita [Reviews - 1] (6934 words)

 

Aquella habitación era inmensa, adecuadamente arreglada y, aunque un poco gastada dado lo antigua de la construcción, mantenía un aire de solemnidad que casi se podía respirar mientras se asentaban sobre el tatami tradicional dispuesto delante de la mesa de madera donde los recibía humeantes tazas de té en finas porcelanas. La iluminación era tenue aunque inundaba todo el lugar con un tono claro y dorado donde Shinju, pudo ver, la anciana parecía una reina en medio de su palacio.

 

Cuando sus padres le dijeron que irían a un lugar que era importante para Asami, no lograba imaginarse dónde sería. Se arregló según las especificaciones del protocolo que le habían indicado, aun ensoñando con la conversación con Tao que, si bien estaba más taciturno de lo normal, al menos había accedido a acompañarla a hacer las últimas compras antes de navidad. Su mente había estado ocupada con él, en cómo hacer para que lograra aceptar algo que para ella era evidente; eran el uno para el otro.

No se dio el tiempo para meditar en lo que pasaría ahí, en aquella construcción que, la primera vez que la vio le pareció hermosa por las líneas tradicionales que mostraba y la belleza simple de su decoración, no se preguntó quién vivía ahí ni por qué ella debería estar sentada frente a la anciana, incluso en un lugar donde debería ir alguno de sus padres, no ella que apenas era una muchacha…

 

-Supongo que debería comenzar presentándome- habló la anciana notando cómo los ojos verdes de la muchacha se paseaban por su rostro curtido de arrugas bien llevadas, las mismas que tienen las personas que han vivido y lo han hecho bien- Soy la Obaasan de tu padre, Ryuichi Mei, aunque puedes llamarme Sobo-Mei si así te parece más apropiado.

 

-¿Obaasan?- se preguntó con los ojos muy abiertos, luego miró a sus padres para luego volver a fijar su  mirada en el rostro de aquella mujer- ¿Es eso verdad?- preguntó la muchacha casi sin mirar a sus padres, intentando calmar aquella rabia que se había avivado apenas escuchara las palabras de la anciana. Apenas había terminado la mentira que encubría su propio nacimiento y el origen de su madre, aparecían más familiares

 

-Así es- contestó la mujer quien pudo ver cómo cambiaban los ojos de la muchacha bajo el furioso movimiento de la rabia- pero no culpes a tu padre. Después de todo, él no pertenece a esta familia, no al menos como lo hiciera antes…- comentó la anciana en voz rasposa y Akihito pudo notar cómo Asami se removía a su lado.

 

-¿Antes?- Shinju había escuchado cada una de las palabras de su padre la noche anterior, le había dicho que él no había tenido opción… que llegó al mundo de la mafia porque no tenía dónde llegar- ¿Antes de qué?

 

-supongo que tu padre debería contarte esa historia- comentó la abuela Ryuichi mirando a Asami con respeto y cierto dolor que, sin duda, estaba incrustado en el corazón de la mujer hacía mucho, mucho tiempo.

 

-sé que siguió los pasos que siguió porque no tuvo opción- comentó la muchacha con firmeza- supongo que ustedes no estuvieron ahí para protegerlo…

 

La anciana abrió mucho sus ojos grises que mostraban el avance de las cataratas y se sorprendió por la defensa de la muchacha hacia su padre. ¿Asami le había contado todo lo sucedido?... en el fondo de su corazón, sabía que no, que su Asami no hubiese contado nada de eso a la gente que lo quería, y sin duda alguna, Shinju sentía por su padre un respeto fervoroso y un amor sincero, la muchacha lo estaba defendiendo porque era su padre, no necesitaba más razones que esa para poder hacerlo.

 

-es verdad- asintió con tristeza- no estuvimos ahí para defenderlo, lamentablemente tuvo que llevarse el peso de sus decisiones solo, para proteger a la familia.

 

Las palabras de la anciana tuvieron un efecto que desconcertó a Akihito. Asami, a su lado, perdió un poco de equilibrio ante su perfecta posición de sentadillas, curvando un poco la espalda para lograr mantenerlo levantado luego de sendas declaraciones.

 

-¡cómo te atreves!- dijo la muchacha, realmente ofendida- Si era un muchacho, ustedes debían protegerlo- siguió hablando sin siquiera detenerse a pensar que, en realidad, poco o nada sabía de la historia de su padre y el por  qué había quedado relegado de la protección familiar desde el momento que cumpliera la mayoría de edad.

 

-Shinju-san- comentó la anciana levantando la mano con parsimonia, esperaba tranquilizarla para poder conversar- Eran tiempos distintos a los que vivimos ahora, tu padre no podría ser parte de esta familia con un historial como el que tiene en el bajo mundo- la muchacha abrió la boca y luego la cerró, la verdad era que no sabía cómo responder a eso-…sí… sabemos todo lo que sucedió desde que dejara la casa de su padre- comentó la anciana ahora mirando a su nieto con pesar- yo lo hubiese perdonado, pero el señor Ryuichi, tu bis abuelo- la anciana negó con la cabeza mirando hacia el suelo, como recordando las palabras que su esposo le dijera en medio de su propia enfermedad- no lograba encontrar el perdón en su corazón.

 

-no había nada que perdonar- dijo Asami con la boca seca- yo cumplí mi palabra y me mantuve alejado, esta ya no es mi familia…

 

-¡Papá!- volvió al ataque, Shinju, pero tanto Asami como Akihito la detuvieron con un gesto de sus manos, incitándola a que escuchara lo que tenga que decir la anciana. En aquella imagen la muchacha pudo ver cuán importante eran esos dos hombres, sus padres, en su vida, y un sentimiento espeso la atacó ante la imagen de aquella anciana de alta sociedad que le hablaba con la mayor de las reverencia- … si dices que está bien…- comentó la muchacha, como preguntándole

 

-así es- asintió Asami y, al mismo tiempo, sintió la mano cálida de Akihito tomándole el puño helado que mantenía sobre su pierna

 

-supongo que nos invitó acá por algo- dijo Shinju sin poner atención a su necesidad de saber cómo era que tenía toda una familia sin que ella se enterara

 

-la verdad es que me gustaría saber cuáles son tus ideas para con la familia Ryuichi- comentó la anciana- como ya viste, hay muchas cosas de las que me gustaría comentarte, entre ellas la historia familiar, pero necesito tiempo, principalmente de tu tiempo para poder saber algo muy simple, que ahora te preguntaré

 

-¿y qué es?

 

-Si puedo contar contigo para ser la heredera de nuestro apellido, de la misma manera que eres la heredera del legado de tu madre y la madre de tu madre…

 

Shinju entrecerró los ojos y aguantó hasta que pudo la respiración. Asami pudo ver, tal como lo había visto en él mismo millones de veces, cómo la rabia se iba agolpando en la sien derecha de la muchacha al tiempo que tensaba cada músculo de su cuerpo, Respiró hondo esperando calmarse antes de responder cualquier cosa, sabía que la mujer era la más anciana de la familia de su padre, una familia que lo dejó en sus peores momentos, pero a la cual, al parecer, aun rendía cierto respeto, así que ella tenía que actuar en consecuencia… pero le costaba, no podía entender cuál era la razón de que ella estuviera ahí sentada, escuchando las palabras de una anciana que, al parecer, no lograba entender lo que significaba el que hayan dejado de lado a su padre, intentando que ella misma se transformara en parte de la familia para heredar aquel honor del que hablaban… ¿Pero había honor en lo que habían hecho?

 

-Creo que nos hemos extendido en la visita- dijo, finalmente, con el brillo de la furia en sus ojos verdes mirando de reojo a su padre. Quería preguntarle mil cosas antes de decir nada o comprometerse, así que prefirió callar. Se levantó de su asiento y se inclinó ante la mujer aun con la sangre hirviendo y luego miró a sus padres intentando darles a entender que era mejor irse en ese momento antes de que todo se desmoronara.

 

Asami entendió muy bien el gesto y la mirada de su hija, Akihito aun no estaba del todo seguro de lo que había pasado en la habitación, pero se dejó llevar por su amante ante las palabras de Shinju, no obstante, antes de irse, la abuela de Asami volvió a hablar con la voz profunda de años de experiencia

 

-Espero que tengan unas excelentes fiestas- comentó sabiendo la inminencia de Navidad- y querida- agregó, inclinándose ante Shinju- recuerda que acá tienes un lugar en caso de que así lo necesites, te darás cuenta que pedir lo que pedí, no tiene solo que ver con la responsabilidad… tambien puede serte de utilidad en caso que así lo requieras…

 

-que tenga buenas noches- contestó Shinju, ahora sí enojada.

 

 

 

-¡Es una bruja!- contestó ante la pregunta de Yui cuando cruzaron la puerta de la suit del hotel en el centro de diversión de la ciudad- no entiendo cómo me escondiste esto durante tanto tiempo…

 

-no lo escondí- comentó Asami, cansado, sentándose en uno de los sillones de la salita de recepción- técnicamente no pertenezco a esa familia…

 

-¡Tonterías!- Shinju se volteó para mirar a su padre, aun tenía en la cabeza las palabras que le dijera el día anterior “no había tenido opción”… ¿y su familia?, ¿acaso su familia no era una opción?...- te dejaron solo, papá- comentó la muchacha en tono más silencioso- ¿Cómo puede ser tan fácil, para ti, sólo dejarlo ir?

 

-porque no fue tan así- comentó sonriendo con tristeza

 

-tu padre está cansado- comentó Akihito sabiendo lo que esa sonrisa significaba para Asami- Han sido días agotadores…

 

-no quiero que me sigan escondiendo más cosas, lo saben ¿no?- comentó Shinju mirando a su alrededor, pasando de la mirada de Akihito a la de Asami para deterderse, finalmente, en la de Yui- nunca más…

 

Yui y Akihito asintieron pero Asami negó con la cabeza, sonriendo pero ahora con un brillo dulce y cómplice

 

-¿Y esperaremos lo mismo de ti?- comentó ante la estupefacción de los otros tres- si no quieres que te esconda algo, entonces debes prometer que no esconderás nada…

 

Shinju miró a su padre y sintió en el tono acusador que algo sabía Asami que no quería decir. Rápidamente el departamento de Tao se le vino a la mente y evadió la mirada para detenerse en el gran ventanal que mostraba un Tokio bajo la nieve completamente iluminado, en unos minutos sería media noche de vísperas de Navidad, su corazón se aceleró y luego tomó aire para darse ánimos.

 

-nunca les he escondido nada tan serio como lo que he sabido estos últimos días- dijo, intentando decirse a sí misma que estaba bien no decir nada sobre aquel oasis que Tao le había mostrado, al menos no por el momento- es mejor que me vaya a acostar.

 

Shinju salió de la habitación y Akihito, silencioso desde la visita a la residencia de la matriarca Ryuichi, miró a su pareja con sentimientos entremezclados, miró a Yui pidiendo espacio a lo que la ex guardaespaldas asintió despidiéndose de ambos. Finalmente el fotógrafo se acercó a Asami con algo de dolor en su mirada.

 

-sabías que esto iba a suceder, ¿no?- preguntó, sentándose al lado de Asami

 

-sí- contestó el mayor mirándolo al tiempo que apoyaba su cabeza en su mano izquierda- en estos momentos los Ryuichis no tienen muchas esperanzas para seguir siendo la familia influyente que siempre han sido, mis sobrinos no es que sean unos ejemplos de buenas emprendedores- dijo con sorna- pero no imaginé que se lo pidieran a Shinju directamente…

 

-pensabas que te llamarían de vuelta a la familia- dijo Akihito con algo de tristeza.

 

-en el extranjero soñaba con el momento de regresar a mi hogar, con mi familia… ese sueño no desapareció a pesar de todo lo que hizo Akira por volver a tenerme… sólo pensaba lo que significaría poder volver al lugar donde se crió mi padre…

 

-¿lo recuerdas?- preguntó Akihito acariciando los cabellos de Asami, en las sienes, luego de todos los años que llevaban juntos, finalmente se aparecieron las primeras canas blancas que anunciaban el pasar de los años. Ahora que lo veía de cerca, Akihito notó cuánto amaba esos cabellos blancos porque él ha sido quien los ha podido ver aparecer lentamente, a través del tiempo

 

-no mucho, a decir verdad- respondió mirándolo a los ojos, Asami, al contrario de lo que pensaba Akihito, miraba la pupila de aquel hombre que no dejaban de tener el brillo de aquel muchacho que conoció escapando por los edificios de Tokio, era un hombre desarrollado, pero un espíritu completamente salvaje- pero la idea de pertenecer al lugar donde él perteneció, me hacía sentir como en mi hogar…

 

-quieres volver a tu hogar…

 

-no- negó con la cabeza, estirando el brazo para acercar a Akihito a su cuerpo- tú eres mi hogar. Lo que quería era que ellos te reconocieran como tal.

 

 

 

El día comenzó para Shinju incluso antes de que saliera el sol. Marla, traída a petición de Asami, había llegado temprano para entrenar a Shinju apenas el primer rayo de sol tocara el edificio del hotel aquella fría mañana. A la muchacha no le importó, había dormido poco pensando en todo lo que había sucedido en los días previos y también en cómo Tao no le respondió los mensajes enviados en la noche –y algunos durante la noche, se recordó Shinju al tiempo que bebía agua de su botella, no había sido capaz de dormir mucho- miró su reloj, aun no eran las ocho de la mañana por lo que tenía tiempo para pasar antes a la suit de Fei Long y Mikhail para ver qué pasaba con Tao.

 

-que tengas unas excelentes fiestas- se despidió la entrenadora al tiempo que Shinju se despedía con una venia más preocupada de salir rápido de ahí, vestirse e ir a buscar al muchacho que le robaba el sueño que lo que la mujer hacía antes de despedirse.

 

En menos de veinte minutos estuvo duchada, vestida y peinada. Completamente vestida de negro con un abrigo de lana grueso que llevaba puesto abierto sobre el buzo y la perla peregrina colgando de su cuello, se acercó a la puerta de la suit donde se hospedaban Fei Long y Mikhail antes de que el tráfico casi paralizara la ciudad en medio de los preparativos de la navidad y tocó tres veces, sabía que, de estar despierto, Tao reconocería la manera en la cual ella lo buscaba cuando estaban en distintas habitaciones, sin embargo, quien abrió la puerta fue Fei Long.

 

El dragón estaba bien vestido, pálido pero cuidadosamente arreglado. Siempre sorprendió a la muchacha lo etéreo que parecía en medio de una vida tan mundana, bellísimo y radiante aunque frío y lejano.

 

-quiero hablar con Tao- habló la muchacha antes de que el chino dijera algo

 

-¿Ya no das los buenos días?- preguntó con los ojos entrecerrados

 

Shinju se quedó mirándolo con desconfianza, sabiendo en el fondo que siempre sería su competencia, no tanto por lo que Tao pueda o no decidir, sino por lo que ella sentía ante ese hombre.

 

-¿Tan temprano despierta?- escuchó que le hablaba Mikhail desde algún lugar de la entrada. Fei Long miró hacia adentro y luego se movió para dejarla pasar

 

-vine a ver a Tao- dijo sin dar mayores explicaciones. El ruso sonrió ante la mirada de la muchacha y asintió al tiempo que terminaba de beber su café negro- lo iré a buscar- comentó mirando a Fei Long como queriendo decirle que debía controlarse.

 

 

 

Luego de la conversación del día anterior, había quedado dormido profundamente en un sueño confuso y terrible que no le permitía despertar. Imaginaba correr sin poder avanzar, escuchando la voz intermitente de Shinju llamándolo al tiempo que una mirada asesina los perseguía poniéndolos en peligro constante. Se removió sudoroso y asustado cuando escuchó que tocaban tres veces a la puerta, abrió sus ojos al mismo tiempo que Mikhail se aparecía preguntando si ya estaba despierto.

 

-no quisimos despertarte antes- le dijo con cariño en la voz, algo que hizo que se le removiera el estómago al muchacho- Shinju vino a verte.

 

Tao se sentó en la cama aun sin saber dónde se encontraba. Respiró hondo y asintió a Mikhail sin querer hablar

 

-¿Aun estás triste?- le preguntó el ruso entrando con más confianza a la habitación del muchacho

 

-no he podido dormir bien, no es nada- le dijo y sonrió de forma diplomática- dile a Shinju que no tengo ganas de hablar con ella…

 

-vamos, chico- le dijo sentándose al borde de la gran cama de la habitación- está muy ilusionada… incluso encaró a Fei Long

 

Tao lo miró de reojo y negó con la cabeza. No tenía la fuerza para verla después de la conversación que había tenido con sus padres, el sueño, supuestamente, iba a reacomodar los pensamientos, pero en su lugar, se volvió todo mucho más confuso.

 

-eso no es difícil para ella…

 

-no, pero no lo haría a menos que fuese por algo que valiera la pena…

 

-no lo dejarás pasar, no?

 

-no- sonrió el ruso con sus ojos azules brillantes- vamos, arréglate un poco…- lo animó al tiempo que lo destapaba

 

Tao se removió para salir de la cama, se estiró apenas saliera de las cobijas y caminó al armario desde donde miró a Mikhail con curiosidad

 

-¿Cómo lo haces?- le preguntó con cariño. Ese hombre, desde que llegara a la vida de Fei Long había sido un misterio, pero con la convivencia y la rutina, le había enseñado diversas facetas que, ahora, le daban a entender cuán complejo era Mikhail.

 

-¿Hacer qué?- le preguntó aun sentado desde la cama, era claro que no se iría hasta estar seguro de que el muchacho se levantara y recibiera a Shinju

 

-te has enterado de la peor de las traiciones de quien es el amor de tu vida- dijo con una voz queda y sonrojándose, mirándose las manos donde sostenía una camiseta negra de cuello mao- pero estás acá, intentando que tome un camino del que no estoy seguro que merezca

 

-no se trata de merecer- le dijo con seguridad- se trata de que sepas tomar las oportunidades que te da la vida… eres un sobreviviente, pero no debes pedir disculpas por eso…

 

-¿A qué te refieres?- preguntó, Tao, intrigado

 

-entiendo que Fei Long te salvara de la calle y que estés agradecido por eso- le dijo levantándose, ahora que el muchacho estaba casi vestido, podría irse de la habitación para ver qué estaba planeando Fei Long- pero no por eso le debes tu felicidad, Tao. Si Shinju es un camino donde serás feliz, no debes dejarla ir por nada del mundo…

 

-…sin el permiso de mi maestro, nunca me lo perdonaría….

 

-pero lo hará- comentó el ruso sonriéndole- si te ama tanto como te amo yo, y te ve como el hijo que tenemos entre los dos, se dará cuenta que ese amor no depende de la obediencia, sino del dejarte ser todo lo que quieres ser en la vida.

 

Tao abrió mucho sus ojos y contuvo el aliento. No recordaba alguna vez en la que Mikhail le dijera algo como aquello.

El ruso sonrió con sus ojos azules brillando al darse cuenta lo que estaba haciendo a espaldas de Fei Long y lo doloroso que sería para el dragón aprender esa lección, él había crecido en una familia –una familia de mafiosos, se recordó- pero una familia que, a pesar de todo, lo amaba y le perdonaba todo, incluso el tener a Fei Long como pareja. Por el contrario, el Dragón y Tao nunca se habían enfrentado al hecho de que podrían ser amados a pesar de no cumplir con las expectativas de otros.

 

 

-¿irán a la fiesta de navidad?- preguntó Shinju mientras se sentaba frente a la mesa donde Mikhail mantenía el desayuno

 

-Akihito ha insistido- respondió Fei Long

 

-entonces nos veremos en la noche- sonrió la muchacha con dulzura forzada, era claro que no le caía bien el chino

 

-ten cuidado con Tao- le dijo, finalmente, Fei Long- no permitiré que lo hagas sufrir

 

-no lo haré sufrir más de lo que tú lo has hecho- le dijo entrecerrando los ojos- y sé perfectamente a lo que me refiero- le advirtió antes que Fei Long respondiera

 

-eres apenas una niña- el chino negó con la cabeza- no sabes absolutamente nada de nuestras vidas como para juzgar de esa manera, después de todo, has crecido protegida de los peligros del mundo y has hecho lo que has querido como cualquier niña mimada…

 

-¡sé lo suficiente!- le respondió, ahora enojada. Fei Long debiera saber que era cualquier cosa, menos una muchacha mimada y desligada de la realidad, desde que tenía conciencia que Asami la había preparado para tomar el control de las diversas empresas que componían el patrimonio de su familia- Tao se equivocó y lo castigaste cuando debiste ser tú, Laoban, quien respondiera por sus actos.

 

-no sacarás nada restregando mis errores en la cara- le advirtió el chino- eres igual a tu madre, manipuladora y controladora hasta en los más mínimos detalles… ya he estado presente con alguien como tú y sé cuál es el resultado de sus actos.

 

-no hables mal de mi madre- Shinju se levantó de su sillón- deberías guardar silencio después de todo lo que ganaste con sus inversiones. Ahora hablas de control, pero ¿Quién serías ahora de no ser por el plan que te propuso?... apenas uno más dentro de la mafia en Hong Kong… les salvó el pellejo de seguir en esos negocios…

 

-¡Claro que nos salvó!- se rió con carcajadas amargas, Fei Long- después de ponernos en peligros a todos no le quedaba de otra que salvarnos… no fue nobleza, fue por simple cálculo de cómo podía manipularnos a todos para lograr sus obsesiones…

 

-¡no te atrevas!- Shinju le gritó al tiempo que entraban a la habitación Mikhail y Tao.

 

-Shin- le habló el muchacho al verla enfrentada a su maestro. Debía saber que tarde o temprano la relación entre ambos comenzaría a ser así de conflictiva- ¿Está todo bien?

 

-perfectamente- dijo Fei Long tomando su té verde y brindando mirándolo a los ojos. Mikhail lo observó con cuidado y negó con la cabeza cuando la mirada del chino se posó en él

 

-creo que es mejor que salgan a conversar a otro lado- les comentó, Mikhail- parece que los ánimos están caldeados

 

-nada que no pueda mejorar- contestó Shinju mirando al Chino- nos veremos en la cena de hoy en la noche, Mikhail- le dijo inclinando la cabeza ante el ruso- Fei Long- inclinó la cabeza con menos amistad

 

-Shinju- le contestó el chino aun con la taza en las manos- ¿llegarás pronto, Tao?

 

El muchacho iba a responder pero se encontró con la mirada de Mikhail que negó con la cabeza al tiempo que le indicaba que saliera. Cuando ambos muchachos dejaran la habitación, se acercó a Fei Long y se sentó al frente para seguir comiendo su desayuno evaluando si quería o no preguntar sobre lo que había pasado.

 

-¿te quedarás callado?- dijo Fei Long, sin siquiera mover su taza de té

 

-no sabría qué decir- le comentó el ruso terminando su huevo revuelto con tocino- ¿Quieres que diga algo?

 

-no comiences tú también…

 

-Fei Long, es una muchacha- le dijo, finalmente- tiene menos de la mitad de nuestra edad y, te guste o no, ama a Tao

 

-¡Por Dios! ¡Qué va a saber de amor esa muchacha!…

 

-sabe más que cualquiera de nosotros, porque tuvo algo que nosotros no

 

-no quiero oír este tipo de cursilerías

 

-Fei Long, Shinju le puede dar una vida que nosotros no le podremos asegurar a Tao, una vida fuera de la mafia. Independiente de quién era su madre, de todo lo que nos hizo y cuánto dependemos de los negocios de Isuki-Ryuichi-Yuumura Company, Tao y Shinju pueden ser felices fuera de la mafia… una oportunidad que no tuvimos nosotros

 

-¿realmente crees lo que dices?

 

-estoy seguro de eso- asintió el ruso, serio- entiendo que tengas miedo de perder a Tao, pero sé que esta es una posibilidad que puede mejorar su vida como ninguna posibilidad mejoró la nuestra…

 

 

 

Caminaron por el pasillo hasta el ascensor. Si debían conversar sería mejor buscar un lugar privado donde pudiesen estar tranquilos.

Shinju se removió nerviosa, mirando al muchacho por sobre su hombro, preguntándose cuánto debía esperar para que se decidiera a aquello por lo cual la besó la otra noche. El elevador subió hasta el restaurante del último piso del hotel y abrió sus puertas donde una recepcionista los esperaba para llevarlos a uno de los privados del hotel

 

-espero que no te moleste que haya pedido una mesa- le dijo la muchacha mientras seguí a la recepcionista

 

Tao sonrió, sabía que haría cualquier cosa por estar con él y aquello no era más que una manera de llevarlo a un lugar donde pudieran estar a solas. Entraron al gran salón que estaba lleno de comida de hora del desayuno y doblaron a la izquierda, al otro lado de donde se habían reunido para el brunch de después de la fiesta de Akihito y llegaron a un pasillo donde al menos cinco habitaciones se veían acondicionadas para servir comida, ambos entraron a la que estaba más cerca de la terraza panorámica donde el viento movía bellas nubes blancas que viajaban lentamente por un cielo completamente despejado, al parecer, la tormenta iba a dar un respiro antes de navidad. Ambos se sentaron frente a frente y la muchacha pidió que trajeran un desayuno completo para ambos y esperó a que la recepcionista se fuera para comenzar a hablar.

 

-te estuve llamando ayer, quería saber si todo estaba bien- le comentó al tiempo que el muchacho asentía

 

-me dormí temprano y no pude despertar…

 

-¿pasó algo?- le preguntó, con curiosidad

 

-hablé con Mikhail y con Laoban- respondió el muchacho, con tristeza- todo esto no ha sido fácil, Shin- le dijo intentando buscar las palabras que quería decir, no sabía por qué tenía un nudo en su garganta y sentía tanta pena ¿Acaso no podía dejar de lado todos los prejuicios que tenía contra sí mismo?

 

-¿sobre qué?- le dijo la muchacha tomándole la mano que tenía sobre la mesa. Casi pudo sentir la angustia del muchacho

 

-Shin, sé que no soy para ti porque estamos muy lejos el uno del otro. Yo no soy nadie…

 

-no digas eso…

 

-es la verdad- le dijo tomándole la mano que tenía sobre la propia- ni siquiera sé dónde nací, tú tienes responsabilidades con tus familias, con los apellidos que te preceden, la vida de muchas personas depende de eso ¿Qué puedo ofrecerte yo?... absolutamente nada, porque detrás de mí está sólo la caridad de Laoban y Mikhail…

 

-Tao…- le dijo, con dolor ¿Cuándo el muchacho se rindió ante lo que podría ser en la vida?-… para mí lo eres todo… ¿Cómo puedes decir eso sin siquiera aceptar cómo te veo yo?

 

-claro que lo acepto- dijo, sonriendo con tristeza y tomándole el rostro. La misma tristeza que lo había acompañado mientras veía cómo la muchacha crecía y se alejaba de él, cuando el silencio se agolpaba en los labios de ella ante la duda de algo que, ahora sabía, eran los sentimientos que tenía hacia él- acompañarte siempre ha sido mi regocijo. Mirarte a lo lejos para poder disfrutar de ti, escucharte y amarte son cosas que puedo hacer… pero Shinju, tenemos que pensar bien lo que pueda ser una relación más seria porque no estoy al mismo nivel que tú…

 

-no me interesa si lo estás

 

-eso dices ahora- le dijo, el muchacho- pero cuando entremos a reuniones y personas como el Senador Tsubasa me desprecien o no te dejen entrar a su círculo debido a mí, ¿Qué harás?

 

-te abrirán las puertas apenas diga que deban hacerlo- dijo Shinju con vehemencia y nuevamente, por un segundo, aquel brillo psicótico de la posesión reapareció en su mirada de la misma manera que se fijara en la mirada de Asami- si tengo que pelear por ti, lo haré

 

-es que no quiero que lo hagas- dijo, finalmente, Tao

 

-¿A qué te refieres?- los ojos verdes de Shinju se oscurecieron con temor y rabia ante las palabras del muchacho, no iba a aceptar una negativa si es que eso era lo que estaba planeando decirle

 

-me refiero a que es momento de saber planificar bien lo que será de nosotros… te queda tanta vida…

 

-¡No juegues conmigo, Tao!- le dijo, enojada- no soy yo la que está abandonando esto…

 

-no estoy abandonando- le dijo acariciándole el rostro- solo estoy pidiendo un poco de tiempo…

 

La rabia de Shinju se contuvo un momento y evaluó las palabras del muchacho. ¿Realmente era eso o estaba preparando algo más?, miró hacia un lado y esperó ante la posibilidad, un poco de tiempo no era terrible, podía tenerlo tal como lo había tenido hasta ese momento, y no sería difícil de imaginar que, en realidad, Tao terminaría más enamorado de lo que ya estaba de ella.

 

-Está bien- asintió y respiró con alivio- tengamos tiempo para ver cómo funciona esto para los dos.

 

 

 

Akihito revisó minuciosamente la cámara de fotografía con la que trabajaba cuando era free-lancer en el periódico. Era una cámara antigua, análoga que debía ser ajustaba prácticamente a mano para poder usarla, a pesar de la complejidad, siempre fue su favorita y la usaba en ocasiones especiales con su familia.

 

La habitación contigua a la piscina estaba perfectamente decorada con un árbol de más de dos metros decorado en tonos dorados y brillantes que coronaba una gigante pila de regalos envueltos en varios papeles de colores. Frente al árbol estaba Shinju, delicadamente vestida con tonos rojizos, naranjos y dorados en una tela suave y delicada que se movía con ella.

 

Akihito tomó su cámara, la enfocó en el bello rostro de la muchacha y disparó con profesionalismo hasta que la voz de Asami lo sacó de su ensueño

 

-pareces un papparazzi- le habló al oído al tiempo que lo abrazaba por la cintura y apegaba su pecho a su espalda, su aliento era tibio y deliciosamente perfumado con un toque a whiskey, el más joven se volteó con la cámara en alto y disparó dos veces más

 

-no me ofendas con esas lacras- habló con desdén

 

-lo fuiste en su momento…

 

-¡Nunca!- dijo, con entusiasmo- yo perseguía a los malos, no iba acosando a las estrellas para ganar dinero fácil…

 

Yui entró en la habitación sonriendo. Venía vestida de negro en un vestido entallado que, al caminar, se abría mostrando una amplia falda hecha de tela suave, miró la escena familiar y sonrió con picardía pues la celebración de navidad se había vuelto parte de sus propios rituales con la llegada de Shinju a la vida de todos.

 

-Faltaría Fei Long, Mikhail y Tao para comenzar la cena- comentó la exguardaespaldas sonriendo al ver la escena sentándose frente al gran árbol. Admirando la imagen de la muchacha que tanto se parecía a Leah y pensando cómo sería todo si su maestra no estuviera muerta.

 

Shinju se volteó y le sonrió a la mujer que veía más como parte de la familia que como su guardaespaldas, si bien no hablaba mucho con ella, podía confiarle su vida si así lo necesitara. Por la puerta principal apareció Fei Long vestido elegantemente con un Cheom sang color negro con dibujos bordados en verde y blanco, Mikhail se había vestido formal con un traje color azul marino que resaltaba sus ojos azules y Tao iba vestido como su maestro pero en un traje color azul que hacía juego con el traje de Mikhail. Su largo cabello, a diferencia del de Fei Long, iba trenzado y apoyado en su hombro izquierdo mientras que el dragón lo llevaba suelto en su espalda.

 

-pensé que llegarían antes- dijo Shinju quien lo recibiera apenas cruzaran la puerta. Mikhail sonrió y saludó con una venia

 

-no sabíamos que deberíamos llegar antes

 

-está bien a esta hora- dijo Akihito dejando su máquina fotográfica en un mueble y acercándose por la espalda de la muchacha- comencemos a comer.

 

Asami se acercó con una copa de champaña en la mano indicando al resto que sacara de una gran bandeja arreglada para la ocasión. Dos meseros comenzaron a servir las al tiempo que todos tomaban posición alrededor de una mesa bellamente decorada con flores silvestres y pequeñas luces de tonos cálidos, Shinju miró a Tao quien levantó su copa para indicarle que estaba bien, la muchacha sonrió y respiró con tranquilidad, desde la última conversación no habían hablado y sentía que si bien debía darle espacio al muchacho, no podía dejarlo escapar. Comenzaron a cenar tranquilamente, esperando las doce de la noche para abrir los regalos.

 

El primer plato fue pescado al limón con algunos mariscos deliciosamente aderezados Sobre vegetales salteados. De fondo había pavo relleno con salsa de naranja y frutos secos y puré de manzana y de postre un especial buffet en donde podían sacar de lo que se imaginaran, incluyendo sus dulces favoritos. Mikhail estaba extasiado con un postre altamente calórico propio de Rusia, que, según recordaba, Svetlana, su madre, preparaba cada día de navidad para sus hijos.

 

-¡he vuelto a creer en dios!- mencionó con alegría mientras se servía su cuarta porción

 

-siempre con esa tendencia a creer en la fantasía…- mencionó Fei Long quien comía, como siempre, los deliciosos Lishees en almíbar propios de la cocina de Hong Kong.

 

Las bromas se desarrollaron en torno a la tendencia de Mikhail a creer en fantasías y, aunque entre plato y plato se podía sentir el peso de la incomodidad que tenían entre todos ante lo que podría ser la relación entre Tao y Shinju, por un breve momento, todos los presentes se olvidaron de sus problemas y volvieron a ser el extraño grupo de amigos que se conocía hacía tanto tiempo, los malos ratos e incluso las palabras que se habían entregado entre cada uno de ellos, fueron olvidadas para dar paso a una tranquila velada

 

-Deberíamos abrir los regalos…-comentó Fei Long mirando su reloj de pulsera, aun faltaban 45 minutos para la media noche

 

-¡Pero si tenemos que esperar el nacimiento de Jesús!- exclamó, Mikhail, engullendo su quinta porción de postre navideño

 

Estirpe y Honor por Tavita [Reviews - 1] (7554 words)

vamos que se puede! a pesar de la locura de fin de año, espero tener dos capítulos más antes del 2019. 

 

Espero que lo disfruten!