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Lolita por Kuran Mikaode

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Notas del capitulo:

Hola.

Lamento la demora. La verdad, una semana despues de actulizar por ultima vez compre mi laptop, no vino con word, el fin de semana de esa semana se lo pusieron. Pero me era dificil escribir porque no me dejaban, debido a que tengo asigmatismo (o algo que suena parecido) y a Mónica le daba miedo que empeorara.

No hice casa y contiue escribiendo, pero entre que despues de un tiempo todo se veía más borroso y la jodida universidad. En serio, no estudien economia entre tanta lectura y matematicas no tienen vida social.

Pero el cuento aquí no es darles escusas. Porque ustedes se merecen que actualize diario, dejan reviews muy lindos que me llenaron de animo y me hicieron encontrar tiempo para escirbir, aunque nada más el jueves me dieron las gafas.

Soy muy feliz la verdad escribiendo esta historia, ultimamente he tenido problemas personales-no-academicos que hacían que me frustrara constantemente, pero aquí estoy.

Ahora les dire porque el capitulo es tan corto.

Pues veran, el jueves que termine el capitulo me di cuenta que solo tenía ocho paginas. Llevo todo este tiempo tratando de alargarlo, pero me parece que todo lo que escribo se sale del contexto del capitulo y por eso lo deje así.

Capitulo cuatro.

Casas de papel.

 

Sasuke bajó del regazo de Minato, pero, aun así no podía quitar su mirada de Naruto, se veía abatido, dolido y algo decepcionado, pero no lo miraba a él, ya no, ahora miraba al hombre a su lado. Todo sucedió demasiado rápido, o al menos a él le pareció así. Minato giró el rostro hacia Naruto, quizás curioso de aquello que llevaba mirando tanto tiempo.

—¡Papá! —El grito de Naruto fue el detonante. La sensación era ambigua, por una parte se sentía incapaz de sentir algo, su cuerpo estaba tieso pero no adormilado, el estómago se le revolvió en el inmenso vacío que absorbía su cuerpo dejándole un sentir frío y profundo.

Era como si se hubiera detenido en el tiempo mientras que el mundo tomaba un rumbo acelerado, excluyéndolo parcialmente de la realidad. Cuando consiguió mover sus ojos Minato se había bajado presurosamente del auto, tenía la ropa desarreglada y el color que hace poco perpetuaba sus mejillas había desaparecido. Llevó una de sus manos a su rostro y se acarició la mejilla seguía ardiendo, bajó lentamente y pensó que tal vez debería acomodarse la ropa. Pero tan sólo tuvo tiempo para pensarlo, estaba tan absorto en los sentimientos que engullían su cuerpo que sólo pudo volver en sí, cuando sintió la mano de Naruto apresar su brazo con fuerza, demasiada fuerza para halarlo del auto con más fuerza de la necesaria.

—¿Él… —Los ojos de Naruto estaban acuosos faltaba poco para que se soltara a llorar— él te forzó? —Sasuke le miró a los ojos con algo de lastima, “¿Cómo alguien podía ser tan ingenuo?” Su mente no lo concebía, el mismo los había visto y ahora le salía con eso.

—¿Eso fue lo qué te pareció? —Su tono de voz había salido bastante cruel, incluso frío e impregnado de despotismo.

Tal vez no debió haberlo dicho de esa forma. Naruto le devolvió una mirada furiosa. Y nuevamente, haciendo uso de innecesaria fuerza, empujó a Sasuke contra el auto. Fue un movimiento adusto pero no se dejó almendrar, no seguiría permitiendo que aquel estúpido o tratara de ese modo. La fuerza motriz del empujé provocaron un movimiento ondulatorio en el ropa de Sasuke. Se quedó frío. Estático. Naruto tenía la vista fija en cierta parte de su cuerpo. Y contrario a lo que le sucedió antes, esta vez sintió que el tiempo corría muy rápido.

Se miraron unos instantes entre ellos, envueltos en un silencio tan tenso que se podría cortar con navaja. Instantes en que Sasuke reconoció ser los un incauto víctima del pánico.

El rostro de Naruto se veía compungido y por más que Sasuke trató, no pudo precisar lo que pasaba por su mente.

—… —Naruto abrió la boca, por fin iba a decir algo. Pero prefirió pensar mejor lo que diría, dejó salir una bocanada de aire, se apartó de Sasuke y se resignó a decir las únicas palabras que abordaban su mente— ¿Eres, Sasuke eres un hombre?

Desvió la mano de Naruto que acompañada con sus palabras pretendía acercarse a sus genitales. La forma tan impresionada en la que lo había dicho hizo que Sasuke se sintiera extraño e, incluso, incómodo con su cuerpo.

—Dijiste que querías experimentar. —Agregó Sasuke dibuja esa sonrisa que una hora antes le había dedicado.

Naruto frunció el ceño y apretó sus manos en puños. Pero antes de que dijera algo más, Minato se le adelanto.

—¿Qué hay entre ustedes? —Minato tenía todo la pinta de haber estado ahí parado durante mucho tiempo, incluso tenía la ropa y el cabello en perfecto orden.

—¿Qué que hay entre nosotros? —Naruto se giró hacía su padre, desentonando con el tono de aparente calma de Minato.

Sasuke les dio la espalda y comenzó a arreglarse él también.

—Eres un maldito pedófilo —Profirió Naruto a su padre—. ¡Tiene mi misma edad, coño! Eres un infiel, pedófilo y para colmo marica. Ni siquiera es una mujer de verdad.

Sasuke no dijo nada.

—Cállate, Naruto —Le demandó su padre—. Tú no sabes nada sobre Sasuke.

—Claro que no, ustedes son los que se conocen muy bien. —Escupió con maldad.

Por su parte Sasuke prefirió mantenerse ajeno a todo aquello. Él no quería tener nada que ver con los asuntos familiares de Minato, ni siquiera quería conocer a su esposa o a sus hijos. Aunque esto último no se dio como esperaba. Recogió su cabello con una liga y comenzó a separarse de ese par. Se detuvo en seco y aquella sensación vertiginosa de que la gravedad empuja de repente toda tu sangre hacia tus pies lo azotó. El BMW de su padre estaba entrando por la puerta del parqueadero, sólo había dos autos más en el lugar, era imposible que no los vieran. Incluso Naruto dejó de lanzar improperios contra su padre al notar que ya no estarían solos.

El ambiente seguía siendo tenso mientras Sasuke maquinaba que podría decirle a su padre, pero siempre cabía la posibilidad de que Naruto dijera algo imprudente que los pusiera en evidencia o, aún peor, que le soltara todo a Fugaku.

Dejó salir un pequeño suspiro de alivio cuando el que bajó del auto fue Itachi y no su padre. Itachi era mucho más fácil de persuadir.

Se palpó la falda y caminó un poco hacia su hermano cuando éste comenzó a acercarse. Se pasó la mano por el rostro e intento mantener una expresión neutral en el rostro.

Itachi pasó uno de sus brazos sobre los hombros de Sasuke y le besó la frente. Y, abrazado a un Sasuke renuente, caminó hacia donde estaban Minato y Naruto en completo silencio.

—Minato-san —Le saludó Itachi, como siempre bastante cordial. Itachi posó sus ojos en Naruto analizándolo por unos segundos que Minato aprovechó para mandarle una furiosa mirada de advertencia a su hijo—. Él debe ser su hijo —Itachi sonrió amable—, el parecido es innegable.

Esas palabras le supieron amargas a Sasuke. La sensación era bastante ambigua y confusa, como decir ‘te lo dije’ a ti mismo. Debió presuponerlo, guardar la duda, en vez de ponerse a jugar a la libertad sexual con el hijo del hombre que se suponía que amaba.

—Sí —Minato le devolvió la sonrisa—, él es mi hijo Naruto. —Aquellas palabras le supieron aún mucho más amargas cuando salieron de la boca de Minato. Se había estado besuqueando con el hijo antes de hacerlo con el padre.

—Mucho gusto, Uzumaki Naruto. —En un gesto que les pareció extraño a ambos hermanos, Naruto levantó su mano y se la extendió a Itachi, quien un tanto familiarizado con esto tras su viaje a occidente le devolvió el gesto.

—Un gusto, Uchiha Itachi —Sacudieron un poco sus manos y se soltaron. Itachi haló a Sasuke un poco para que se acercara— Supongo que ya conoces a Sasuke.

Naruto asintió con ironía.

—Hace algún tiempo tuve el gusto.

Itachi también asintió y alterno su vista entre ambos rubios.

—¿Por qué no tiene su apellido, Minato-san?

Minato le sonrió comprensivo.

Sasuke se sintió ajeno a todo ese teatro. Le pareció impresionante la forma en la que las personas podían aparentar las cosas, incluso él era un muy buen ejemplo.

—Mi esposa dijo que si mi padre le iba a poner el nombre, era justo que le pusiera el apellido de su padre, aunque igualmente ella es un tanto feminista y decidió conservar su apellido cuando nos casamos.

Itachi no teniendo nada que decir, optó por despedirse.

—Espero algún día conocerla —Hizo una leve reverencia y empujó a Sasuke por el cuello para que hiciera lo mismo— Un placer conocerte Naruto-kun.

Sasuke siguió a su hermano hacia el auto en completo silencio. Sentía nauseas, como si todos sus sentimientos fueran un remolino dentro de su pecho.

—¿Quieres ir por un helado? —Le preguntó Itachi arrancando el coche.

Sasuke se espabiló y negó en un gesto ausente encogiéndose en el asiento. Itachi, por su parte, condujo unas tres cuadras hasta parar en una pequeña heladería de nombre bastante poco original.

—Itachi —Refunfuñó Sasuke—, te dije que no quería.

Itachi bajó del auto, lo rodeó y le abrió la puerta del copiloto a Sasuke.

—Baja. —Pronunció inflexible, por lo cual Sasuke decidió bajar del auto y seguirle al lugar. Se sentaron en una de las pocas mesas que habían— Hace mucho tiempo no salíamos a hacer algo. —Prosiguió Itachi intentando sonar casual.

Sasuke le miró fijamente sin decir nada. Una chica sin uniforme se acercó para pasarles la carta, que consistía en una hoja impresa a ambos lados laminada.

—¿Qué es lo que quieres Itachi?

Su hermano bajó la hoja de papel y le miró a los ojos.

—Tú crees que soy estúpido, Sasuke. Pero déjame decirte que no lo soy.

—¿A qué te refieres? —Preguntó un tanto ansioso. La situación anterior le había dejado los nervios en punta. Pasó su mano insistentemente sobre el pequeño escote de su blusa mientras miraba insistente a su hermano.

—Tú sabes a qué me refiero. —Le respondió tranquilo. Itachi, en realidad, no sabía nada con certeza e incluso sus supuestos le causaban incertidumbre. Lo que si sabía era que Sasuke estaba actuando muy raro y, tal vez, presionándolo obtendría repuestas.

 

***

 

Giró su cuerpo sobre la superficie blanda de su cama tratando de sentirse cómodo, pero no logró. Dejó el libro reposar sobre su pecho y tomó su celular de al lado de su cabeza. No había vuelto a salir desde el miércoles, incluso evitaba lo más que podía salir de su habitación. Su padre parecía preocupado pero no tenía tiempo para hacer algo, en cambio Itachi, irrumpía cada tanto en aquel lugar que para él era privado, sin importar cuantas veces él había entrado a la habitación de su hermano en su ausencia.

Dobló sus piernas y se incomodó un poco al ver la blancura de éstas, podía ver fácilmente las líneas azules que dibujaban sus venas. Desvió su vista a la pantalla táctil y frunció el ceño al ver fotografía de un gato negro que tenía de guarda pantallas. Bola de nieves, su gato, había muerto hace poco y no de forma natural; su padre había llegado tarde y extremadamente cansado del trabajo y el pequeño minino en temporadas de celo, además agregándole sus delirios de callejeros, tuvo le desfortunio de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Desbloqueó la pantalla y revisó sus mensajes, lo mismo de siempre. Suigetsu hablándole de cosas que ni le importaban, Haku con su insistente necesidad de recibir afecto, Juugo simplemente diciendo «Hola», personas saludándole y otras mandando cadenas; volvió a bloquear la pantalla y lanzó el teléfono sobre la almohada. Forzando la espalda y el abdomen, levantó su torso y observó a su hermano leer sentado plácidamente en la silla de su escritorio.

—Itachi, las personas necesitamos privacidad. —Dijo de la nada en tono hastiado.

—Me parecen inservible que nos mantengamos aislados. Tranquilamente podemos leer en la misma habitación. —Itachi no despegó la vista del libro, y por su tono, Sasuke pudo notar que él se esperaba que le dijera algo como eso.

—Es mi habitación —Bufó—. ¿Qué tal si quiero masturbarme? No puedo hacerlo contigo aquí. —Resopló fingiendo molestia y se dejó caer sobre la cama nuevamente.

Itachi levantó moderadamente la vista del texto y la fijó en su hermanito.

—Es algo natural relacionado con la libido de la persona. Si sientes la necesidad, no dudes en decírmelo, yo te daré tú espacio. —Sasuke ahogó un grito, ¿qué acaso Itachi no se desubicaba?

—Lo tendré en cuenta. —Dejó salir más para sí.

Y así se fue otro día. Ese sábado, al igual que los días anteriores, estos hermanos pasaron el día independientemente juntos en la habitación de Sasuke y extrañamente en algún otro lugar de la casa, para culminar el día dependiendo el uno del otro, con sus brazos entrelazados mientras dormían abrazados en la cama de Itachi.

 

***

 

Le parecía absurdo. No, no solamente absurdo. Aquello era una gran falacia.

—¿Desde cuándo te gusta metérselo a otros hombres? —Dejó salir queriendo ser casual. La verdad, no le hablaba a su padre desde la noche del miércoles que aprovechando que, para variar, su madre no estaba –nótese el sarcasmo- le dijo a Minato todo lo que tenía por decirle. Si, Minato. Porque aquel hombre había perdido su respeto de la forma más escueta posible.

Minato frunció el ceño y apretó los labios pero no dejó de empujar el carrito ni de mirar hacia los lados buscando los víveres.

—Aún peor, señor Namikaze —Naruto tomó una caja de cereal azucarado para niños y la lanzó al carrito— ¿Desde cuándo le gusta metérsela a niños que podrían ser sus hijos?

Esta vez el hombre se detuvo, apretó con más fuerza el agarre y miró con desdén a su propio hijo.

—Naruto ya cállate.

—¿Por qué? —Se plantó frente a su padre— ¿Te avergüenza que lo sepan? —Dejó salir una risita irónica— Debiste pensarlo antes de hacerlo.

—Tú qué sabes Naruto. —Le dijo despectivo, la mirada de Minato era dura y su postura rígida. No permitiría que su hijo le siguiera faltando al respeto. Él no tenía ningún derecho y sin importar qué, él era su padre y Naruto tenía que respetarlo.

—Que les den.

Naruto se alejó de su padre caminado apresurado entre los estantes. No sabía que pensar. No entendía nada y, hasta el momento, tenía la sensación de que le estaban jugando una broma, bastante pesada a decir verdad.

Tomó un tarro de Nutella y lo balanceó entre sus manos mientras observaba un tarro de mantequilla de maní pensando si sería una buena combinación. Escuchó una risa y luego un pequeño grito que lo sacaron de su letargo. Conocía esa voz. Y no era el mejor momento para volver a ver a esa persona.  Sin girar su cuerpo observó a Sasuke a lo lejos, tal vez 20 metros, siendo rodeada o rodeado –el tema de la sexualidad de aquel aún le taladraba la cabeza- por los brazos de otro hombre que reía mientras intentaba, por lo que parecía, sentarlo dentro del carrito de las compras. Claramente ese hombre no era su hermano y, más claro aún, era demasiado joven como para ser su padre.

—Vamos Sasuke será divertido. —Volvió a decir alzándolo entre sus brazos.

—¡Que no! —Los brazos y piernas de Sasuke se movían frenéticamente tratando de evitarlo— ¡Suéltame Shisui!

Naruto agarró en su otra mano el tarro de mantequilla de maní y siguió observando a Sasuke. ¿Con cuántos hombres se habrá acostado? No pudo evitar preguntarse. Parecía muy cercana a aquel hombre.

¿Lo de él y su padre era sólo sexo? ¿Él sabía que Minato era su padre?

Cada vez que Sasuke aparecía en su línea de pensamientos, llegaba acompañado de un mar de preguntas cuyos intentos de respuesta le dejaban más incógnitas.

Giró sobre sus pies y continuó con la vista fija hacia el frente, Sasuke también le estaba mirando, tenía el rostro inexpresivo al tiempo que sus grandes ojos negros le miraban fijamente. Hizo un gesto con la mano y se volvió para buscar a su padre, todo esto lo superaba. Su familia no era perfecta, sus padres casi nunca estaban en casa, pero siempre creyó que mientras se amaran todo estaría bien. Pero no era así, había sido un iluso, un inocente. Y aunque le costará creerlo, el amor no había sido suficiente y, los problemas de su madre habían logrado sobrepasar la voluntad de su padre, o, ¿Acaso aquel acto proclive que presencio no era más que un derroche de lujuria?

Encontró a su padre dos pasillos más adelanta con la vista perdida pretendiendo observar las diferentes clases de pescado que se ofrecían. ¿Cuándo había empezado todo esto? ¿Había Minato terminado con Sasuke? Lanzó ambos tarros al carrito provocando un sonido estridente. La cabeza le daba vueltas ¿Por qué todo esto le afectaba tanto?

Minato volteó a ver a su hijo e involuntariamente le sonrió.

Sí, Naruto se sentía dolido y traicionado. Pero más que todo el asunto del engaño y de Sasuke. Se sentía traicionado porque ese era el hombre al que más admiraba, su modelo a seguir. Lo más doloroso había sido que aquel hombre tan correcto, tan noble, tan honesto y trasparente, resultaba no ser tan perfecto como siempre había creído.

—Te odio. —Y con esas palabras, Naruto por fin liberó la tensión y el caos que había en su mente.

Notas finales:

Para las fans del MinaSasu el proximo cap estara candente. Y para todas las que esperan con ansias el NaruSasu en el proximo cap veremos un acercamiento o algo aprecido ;)

PD: Mi cometido es que las actulizaciones sean cada dos domingos D: 

Solo aclaro.

Igualemente les dejo mi Facebook de rol para mantenaerlas informadas.

https://www.facebook.com/profile.php?id=100007548882368


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