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Lolita por Kuran Mikaode

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Notas del capitulo:

Recién salidito del horno, 21 paginas.

Lamento haber estado tan ausente, ustedes merecen más de mí, por ello se lo dedico a todas las personitas lindas que leean este capitulo. También a los nuevos lectores, a los que leyeron versiones anteriores y los que les gusta tanto que han leído esta historia más de tres veces. Prometo terminarla antes de graduarme de la universidad lo cuál está muy cerca.

¿Les gusta el omegaverse? Estoy obsesionada con él XD Si tienen NS omegaverse pasemelo por favor, lo necesito para vivir (Ok no .-.) Pero se los agradecería de todo corazoncito.

Capítulo 20.

Life is so changing.

La mañana pasó muy lentamente, durante el desayuno Itachi llenó la instancia con una charla desenfadada que logró aligerar el ambiente lo suficiente como para que Sasuke se animara a probar bocado. A las 8:15, como todos los días, una camioneta negra del departamento de policía pasó a recoger a su padre. Fugaku se despidió escuetamente de sus hijos y Sasuke casi que pudo palpar la decepción cuando sus ojos se posaron en él. Suspiró con algo de tristeza a lo que Itachi le respondió palmeándole la cabeza como si de esa forma pudiera transmitirle sus ánimos.

—¿Y tú qué? —Le dijo, puesto que casi que ni se podía aguantar.

—¿Yo qué de qué? —Respondió su hermano y Sasuke le miró como si fuera un gran idiota. Itachi trató de indignarse, últimamente Sasuke le prodigaba mucho esa mirada.

—¿No vas a decir nada? —Su voz ralló la frustración y si no estuviera tan cansado habría virado los ojos.

—Pues… papá y yo ya hablamos sobre tu más reciente escándalo y te alegrará –o no- saber que hemos decidono matar al pobre bastardo. —El tono banal con el que Itachi lo dijo consiguió escandalizarlo un poco.

—Ohh~ —Meditó un poco sus palabras, su padre no le dirigía siquiera la palabra, pero con Itachi si había podido discutir un tema, que en su opinión, le inmiscuía a él exclusivamente. Su humor se tornó un poco más pesado, como siempre su padre e Itachi se llevaban muy bien, eran muy cercanos y lo dejaban a él aparte.

—He estado pensándolo bien en estos días y ya no me sorprende, ¿sabes? —dijo Itachi con un tono desenfadado como si estuvieran hablando de cualquier cosa, lo cual, ciertamente, lo cual lo sacó de sus pensamientos y le prodigó cierto conforto—. Cuando me dijiste sobre tu novio muchísimos años mayor me imaginé a un miserable viejo verde, un pedófilo. No sé, algo más escambroso. Pero definitivamente no a Minato-san. Creía que su fe cristiana le daría la suficiente integridad como para guardarse la polla en los pantalones, pero con quién más podría ser si técnicamente si estaban todo el tiempo juntos.

Sasuke se encogió de hombros. —Ya sabes lo que dicen, hasta los mejores hombres caen.

—Um, tienes un cuerpecito bien formado, supongo.

Sasuke lo miró sorprendido y perturbado, Itachi le sonrió con sorna.

—Es desagradable cuando tú lo dices. —Replicó aún trastornado y con el desagrado tatuado en la cara.

Por lo que Itachi se empezó a reír a carcajadas, dejando que el eco de su risa resonara en la casa. Sasuke lo fulminó con la mirada y se preguntó qué tan factible sería propinarle un buen puntapié o un puñetazo. Prefirió dejar sus violentos pensamientos de lado y se dispuso a pasar buena parte de la mañana metido en el ofuro. Puso a llenar la tina y se tomó su tiempo al decidir que sales, jabones y esencias emplearía –su abuela se había asegurado de que tuviera toda una colección de la cual elegir–, quince minutos después Sasuke se sumergió en el agua caliente de la tina mientras comía un gran tazón de helado y sus canciones favoritas se reproducían en el fondo, no se había sentido tan relajado desde hace mucho tiempo. La esencia de lavanda, el agua espumosa, no se comparaban con la tranquilidad que le propiciaba el poder mantener su mente en blanco sin pensar en absolutamente nada. Salió de la tina cuando su hermano interrumpió su momento de calma al entrar abruptamente al baño para pedirle que le acompañara a hacer las compras.

Estaban a principios de Octubre y la temperatura había mejorado notoriamente, por lo que Sasuke optó por una blusa amplia tres cuartos de una semi-traslucida tela verde y vaporosa y un pantalón jean que su papá juraba que había sido pasado por una trituradora. Se recogió el cabello y escogió un par de zapatos cómodos, estaba seguro que podría convencer a Itachi de que lo llevara a comprar un par de prendas para la temporada de otoño. Bajó las escaleras tarareando un cancioncilla que no estaba seguro de cómo había aprendido. Su hermano suspiró al verlo bajar y condujo hasta el supermercado. A Sasuke le entretenía comprar cosas, sobre todo cuando se sentía triste. Con un poco de reticencia su hermano accedió a llevarlo de compras y su expresión reflejaba que se estaba preparando mentalmente para pasar una larga tarde en el centro comercial, Sasuke puso los ojos en blanco ante tal dramatismo. Al final Sasuke no compró muchas cosas, de todas formas ya tenía planeado ir a Harajuku con Haku durante el fin de semana. Itachi le preguntó si quería ir al bar con él pero en cambio Sasuke decidió que por primera vez en su vida debería ir a visitar a Naruto.

Cuando abrió la reja del jardín, Kurama se le lanzó encima como si estuviera esperándolo, aun cuando Sasuke lo había visto una sola vez en su vida. Sasuke le acarició y jugueteó un poco con él y decidió que no era tan mala idea dejar que su padre tuviera un perro. Un par de minutos después Naruto salió por la puerta atraído por el ruido que venía de afuera.

—¡Sasuke! —Naruto le regaló la más sonrisa cándida y alegre del mundo, tanto así que Sasuke no pudo contenerse y le regaló una pequeña sonrisa alegre.

—¡Naruto! —No pudo evitar imitarle con un poco de burla. Sin embargo Naruto no pareció notarlo porque se apresuró a llegar hasta él y tomarlo con fuerza entre sus brazos.

—Cuándo me preguntaste que hacía, nunca me imaginé que era porque querías visitarme.

—Ya ves, estoy lleno de sorpresas.

Naruto le dio otra sonrisita alegre y le pasó el brazo sobre los hombros conduciéndolo al interior de la casa. La casa de los Namikaze no era para nada lo que Sasuke se esperaba. Estaba ubicada en el distrito de Minato, el barrio más costoso de todo Tokio, sin embargo, contrastando con su imponente fachada, el interior de la casa era cálido y hogareño, para nada ostentoso. Se sorprendió un poco al no ver el genkan en la entrada de la casa y aún más cuando Naruto le indicó que no se quitara los zapatos. Muy moderno. La sala de la casa lo recibió y aunque no era un gran espacio abierto, Sasuke admiró los grandes arcos que daban paso a las otras estancias de uso común. Naruto le dio un pequeño tour por toda la casa y cuando creyó que lo iba a llevar a su habitación le sirvió un vaso de limonada y le pidió que lo esperara un momento. Sasuke se sentó en mullido sofá de la sala sintiéndose un poco torpe e incómodo. Escuchó los pasos apresurados de Naruto y su mover frenético en la parte de arriba. Cinco minutos después Naruto apareció luciendo un poco acalorado y lo condujo a su habitación, Sasuke entornó los ojos con suspicacia.

—¿Qué ocultas de mí? —Preguntó luego de hacer una minuciosa revisión del entorno. Nada sospechoso estaba fuera de lugar y estaba más organizado de lo que Sasuke hubiera imaginado—. Ummm —Profierió en un tino aún más receloso.

Naruto miró derredor ansiosamente tratando de encontrar algo extraño en su habitación. Sasuke se paseó por ella como si buscara algo, detallo la alfombra en formo de rana al lado de su cama, tamborileó sus dedos en su escritorio y observó con detenimiento los libros y comics en su estantería y leyó una a una las leyendas en los trofeos y listones que tenía exhibidos. Su nerviosismo aumentó cuando Sasuke se acercó a su closet, sin embargo lo pasó de largo y se sentó sobre la cama y le regaló una sonrisita cómplice cuando observó el diseño de la vía láctea en su cielorraso.

—¿Ya terminaste tu inspección? —Naruto preguntó tratando de sonar casual.

—Sí. —Respondió Sasuke escueto sin parar de lanzar puntiagudas miradas de acusación hacia él.

No lo aguntó más.

—¡Deja de mirarme así! —Chilló— Todo está en el closet y bajo la cama… ¡Es que no estaba preparado para recibir visitas! —Terminó por lamentarse.

Sasuke recostó el vientre sobre el borde de la cama y se dobló para mirar bajó ella para averiguar qué era lo que Naruto no quería que viera. Con incredulidad observó el montón de empaques de sneakers y tazones de ramén instantáneo que Naruto descuidadamente había tirado bajo su cama. Se levantó y aún asombrado se acercó al closet, sin embargo antes de abrirlo miró a Naruto con duda. Naruto negó suevamente con la cabeza y su mirada expresaba un claro ‘yo de ti no lo haría’. Sasuke se alejó de ahí lentamente y volvió a sentarse sobre la cama.

—¿Cómo puedes vivir así? —le preguntó anonadado.

—Tengo mi propio sistema —Se defendió con vehemencia—. Además limpio todos los domingos antes de ir a la iglesia.

Sasuke miró nuevamente a su alrededor y deseó no haber husmeado, puesto que sin la basura y, posiblemente, los cerros de ropa tirados por todas partes la habitación de Naruto lucía muy bien así que, por su propio bien, optó por darle el beneficio de la duda.

—Igualmente —Continuó con un poco más de propiedad—, ya que vas a venir a visitarme frecuentemente…

—¿Quién te ha dicho eso? —Interrumpió Sasuke con un tono sardónico a la vez que arqueaba una de sus cejas.

—Ya que vas a venir a visitarme frecuentemente —pretendió que no le había escuchado—, voy a empezar a limpiar mi habitación más seguido.

Sasuke se encogió de hombros como respuesta, no creía que llegase a visitar a Naruto seguido, sobre todo porque no quería encontrarse con Minato, estaba enfadadísimo con él por las cosas que le había dicho a su padre la noche anterior. El cuerpo le bullía en furia de solo recordarlo, como técnicamente se había lavado las manos. Sasuke no había sido quien se había metido en una relación con un menor de edad, quien había cometido adulterio o quien traicionó la confianza de un viejo amigo. El único error que él había cometido había sido el de enamorarse la persona equivocada. Había sido tan tonto e ingenuo, creyendo que todo estaría bien mientras se amaran el uno al otro, pero al final Minato tenía razón el amor no era suficiente, o al menos no era suficiente cuando ambas partes no se amaban con la misma devoción e intensidad. Y ahora que estaba un su casa no paraba de pensar lo estúpido que fue al albergar la esperanza de que algún día Minato lo escogiera a él. Creyó que sólo tendría que esperar a tener la mayoría de edad, así nadie podría oponerse.

—Sasuke —Naruto le sacudió suavemente el hombro, sus ojos azules le miraban con interrogación— ¿Estás bien?

Sasuke asintió suavemente mientras palmeaba el espacio junto a él indicándole a Naruto que se sentara, cuando éste así lo hizo, le pasó el brazo por los hombros en un abrazo tratando de alejar aquellos pensamientos de su cabeza. Minato ya era agua pasada y él debía de concentrarse en el aquí y en el ahora.

—Me cuesta creer que hace dos meses mi vida era totalmente diferente, ¿sabes? —Decidió sincerarse, habían muy pocas personas con las que podría hablar del tema y, aunque sabía que era injusto que metiera a Naruto en medio, sabía con certeza que él sería indudablemente imparcial.

—Ni que lo digas.

Sasuke giró el rostro y ambos se miraron a los ojos en silencio. La relación de ellos dos era como una montaña rusa, una muy rápida y vertiginosa. Desde el día en el que se conocieron había existido una fuerte atracción entre ellos, sin embargo las circunstancias los llevaron por a través impetuosa vorágine de sentimientos, tan violentos y vivaces que cambiaban de dirección de forma brusca cada vez que se veían, como si el destino los guiara aceleradamente a un punto de llegada sin que ellos supieran cual era la meta. Era confuso, errático y crudo. Pero eso no parecía importarles, sorteaban cada nuevo escenario como si fuera lo más natural del mundo, aun cuando estos parecían cambiar a una velocidad increíble.

Sasuke recordó a Naruto diciéndole que lo quería y el corazón comenzó a latirle con suma rapidez. Recordaba aquella expresión sincera y vulnerable en sus ojos y lo suave que había sonado su voz. Sintió que debería decir algo, pero en su cabeza era un caos. Se acercó a Naruto, y casi sin notarlo ya estaba sentado sobre su regazo. Naruto lo sostenía con fuerza de la cintura, lo cual era bueno, porque la intensidad del azul de los ojos le estaba mareando y sentía que si no se aferraban el uno del otro podría caer. Abrazó a Naruto con fuerza y cerró los ojos al posar su cabeza sobre su hombro. El corazón de Naruto retumbaba con fuerza contra su pecho, así que Sasuke lo abrazó más fuerte. Se quedaron así durante unos minutos, abrazándose con fuerza e intentando regular el fuerte latido de sus corazones.

—¿Sasuke? —le llamó Naruto con la voz impregnada de duda.

Sasuke se separó un poco de él, el corazón aun latiendo a toda máquina y con su cuerpo sintiéndose brumosamente acalorado. Tenía el rostro muy cerca al de Naruto, sólo podía ver el brillante azul de sus ojos y un par de pecas en el puente de su nariz. Naruto lo miraba expectante, lo sabía porque había visto aquel brillo en su mirada muchas veces, sus ojos ligeramente muy abiertos, las pupilas fijas y dilatadas y ese brillo curioso en sus ojos. Suspiró suavemente, notando los labios de Naruto muy cerca a los suyos. Naruto se removió levemente en su lugar y, con movimiento, reacomodó a Sasuke sobre su regazo provocándole un pequeño jadeo de sorpresa. Sasuke no se resistió más y lo besó. Sus labios succionaban suavemente mientras se movían con presteza. Los labios de Naruto se sentían tibios y etéreos. Su cuerpo comenzó a calentarse súbitamente, no con ese calor sexuado al que ya estaba familiarizado, era un calor diferente, como si estuviera ejercitando el alma. Se trataba de caricias tan intimas y a la vez tan superficiales que respondían al confuso cumulo de sensaciones que sólo Naruto podía despertar en su cuerpo. Se separaron levemente y se miraron a los ojos, entonces notó que ambos sabían que en ese preciso momento algo importante estaba pasando entre ellos, como si una voz espesa y gruesa susurrara desde la parte de atrás de su cabeza que estaba en medio de algo trascendental. Su respiración se hizo tenue, como si temiera romper la atmosfera que los rodeaba con algo tan inocuo. Naruto separó los labios y Sasuke sintió cada célula de su cuerpo ponerse alerta, expectante. Empero, antes de que pudiera pronunciar palabra alguna Sasuke sintió algo vibrar bajo su muslo antes de que la estridente tonada de ‘Hero come back’ comenzara a sonar, era el tono de timbre de Naruto y con él, su momento intimo comenzó a caer a pedazos.

—Contesta —le pidió. Aún sentía un sinfín emociones borboteando por todo su cuerpo.

—Lo siento —dijo Naruto cuando Sasuke se sentó a su lado. La canción cesó y el silencio trajo consigo un pequeño momento incómodo, no comprendían del todo que acababa de pasar, se habían besado decenas de veces pero ningún beso se había sentido como ese.

El celular de Sasuke comenzó a vibrar en su bolsillo trasero. Contestó y la voz alegre de Haku le saludó, quería saber dónde estaba y si quería ir al yakiniku con los demás. También, en un tono de voz algo extraño le preguntó si otra vez estaba con Naruto y que de ser así fuera con él. Se sintió ligeramente expuesto ante aquellas palabras, pero para nadie era un secreto que últimamente pasaban demasiado tiempo juntos. Con un movimiento enérgico -tratando de disipar un poco la sobre-excitación a la que se había sometido su cuerpo- se levantó de la cama y le tendió la mano a Naruto. —Vamos —le alentó—, yo invito.

 

*

 

Se sintió ligeramente aliviado al tener algo con que distraerse. Mantenía la vista fija en el camino y las manos apretadas tensamente en el volante. Se sentía torpe y el ambiente que los rodeaba no le ayudaba, Sasuke estaba mortalmente silencioso, no había puesto música ni tampoco estaba tarareando alguna cancioncilla que Naruto nunca antes habría escuchado. Era como el viaje a Ichiraku Ramen, solo que esta vez Naruto sentía el peso de tener que llenar el silencio. Tenía la punzante sensación de que algo importante había pasado pero no quería forzar las cosas. Para cuando llegaron al restaurante la tensión entre ellos se había disipado un poco, lo suficiente como para que su actitud no resultara sospechosa. Una vez entraron, se dieron cuenta que todos ya estaban allí. Se sentaron juntos bajo la atenta mirada de todos, Haku le estaba fulminando con la mirada y Gaara, a su lado, lo observaba con su mirada inescrutable. Los saludó con jovialidad tratando de aparentar que nada estaba pasando, Kiba le guiñó un ojo con complicidad y Sakura e Ino se estaban cuchicheando. Agradecía que Hinata no estuviera allí, se habría muerto de la vergüenza al ver su reacción, era terriblemente obvio por qué le había terminado.

Las miraditas cesaron cuando Chouji con su ánimo característico comenzó a animarlos a todo a que comieran todo lo que quisieran. Era un restaurante estilo buffet, por lo cual Naruto aprovechó para comer toda la carne que pudiera. Las chicas, que al parecer se mantenían en una dieta perpetua, se quejaban a cada rato porque no se comían las verduras. Sasuke, quien no comía mucha carne, había pedido un plato de bibimbap al cual le agregaba más carne y vegetales de cuando en cuando. Sin siquiera pensárselo comenzó a asar carne y vegetales para rellenar su plato, lo cual le ganó una nueva ronda de miradas extrañas. Cuando terminaron de comer, decidieron que podrían comer también un postre, compartió con Sasuke un extraño cheese cake de calabaza, lo habían servido en algo que parecía una maceta, tenía una cubierta de galletas oreo que parecía tierra húmeda y un largo tallo de yerbabuena encima. Cuando término de comer sintió que su barriga iba a reventar y que su abdomen se apretaba contra la cintura de sus pantalones.

—Sasuke~ —la voz cantarina de Haku se hizo notar por sobre las conversaciones que todo el mundo mantenía. Sasuke apenas si levantó la mirada y clavó sus ojos en él—. Suigetsu dice que dejes de ignorar sus mensajes.

Sasuke bufó suavemente y Naruto pudo notar el esfuerzo que hizo para no poner los ojos en blanco. —No lo estoy ignorando.

—Aja~ —Haku bajo la vista a su celular y comenzó a escribir rápidamente— Quiere saber si van a ir mañana al karaoke —Volvió a mirar su celular—. Olvídalo, dice que pasan por ti a las cinco.

Esta vez Sasuke no se contuvo y puso los ojos en blanco. —Bien —casi que gruñó. Naruto lo miró expectante, no le agradaba ese chico Suigetsu, hablaba mucho, tenía una estúpida voz chillante, era un confianzudo y tenía unas manos muy inquietas—. Iremos al bar donde trabaja mi hermano, habrá un karaoke y tal vez sea la única vez que podamos ir sin escabullirnos. —Le explicó.

Ino pareció encantada con la idea. —Sasuke, yo también quiero ir ¡Deberíamos ir todos! —exclamó emocionada, hubieron un par de palabras de apoyo.

—Si ustedes quieren ir… —respondió Sasuke y se encogió de hombres.

Naruto sonrió levemente ante esa actitud tan esquiva e indiferente, recordando todas las veces que Sasuke se había quejado de que estaban mucho tiempo juntos; “Empezaré a creer que no tienes más amigos” le había dicho, aunque Naruto podía notar en el brillo de sus ojos que le alegraba verlo. Le tomó la mano por debajo de la mesa y se enfrascó en una conversación banal con Kiba. Sasuke le apretó suavemente la mano y no deshizo el agarre.

Pagaron la cuenta y llegó el momento de irse. Naruto se ofreció a llevar a Sasuke a su casa pero Haku rápidamente negó, diciendo que Zabuza y él podrían llevarlo así Naruto no tendría que desviarse. Naruto no encontró ningún motivo por el cual negarse y Sasuke tampoco dio ninguna señal de protesta. Se despidió de todos en el estacionamiento con la promesa de que se verían nuevamente al día siguiente. Cuando observó a Sasuke alejarse con un muy animado Haku lo asaltaron unas desmedidas ganas de besarlo. Una mano sobre su hombro lo hizo apartar esos pensamientos de su cabeza, observó a Gaara a su lado, había pasado muy poco tiempo con su amigo últimamente.

Pasó el resto del día jugando en la consola con Gaara. Era jueves pero el viernes sería festivo, así que no tenía que preocuparse por ir a la escuela. Gaara era tranquilo y silencioso, mucho más que Sasuke quien tendía a ser más intenso cuando estaban a solas. Naruto era enérgico y bullicioso mientras jugaba ante lo cual Gaara simplemente negaba con la cabeza. Hablaron de cosas tontas y sin importancia. El equipo de baseball, jugadores profesionales y la inminente pelea de boxeo que se aproximaba. Se sintió tranquilo y pleno. Pasaba con sus amigos los recesos en el colegio, Sasuke siempre se escabullía con Haku, pero siempre estaba con Sasuke después de clases y hasta ese momento no había notado lo mucho que tenía abandonados a sus amigos. Terminaron la partida y se recostaron sobre la cama, Gaara le dijo que Kiba había comprado un av, ese día era el turno de Gaara para verlo.

—Ese Kiba —rumeó Naruto un poco ofendido—, ¡que tacaño! Yo ni siquiera sabía que había comprado una película.

—Conoces las reglas Naruto —le dijo Gaara mirándolo seriamente—, no se comparte la pornografía con los que tienen novia.

—Yo no tengo novia —se indignó—, solamente no quieren incluirme en sus cochinadas. Menudos amigos tengo.

Gaara lo observó fijamente sin decir nada. Naruto sintió sus facciones relajarse, no entendía que estaba pasando.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Creíamos que Sasuke y tú… Bueno, pasas mucho tiempo con esa chica.

Naruto rio con ganas.

—Sasuke y yo no somos novios, solo somos amigos —dijo aun riendo, aunque su risa era sumamente nerviosa y torpe. Sospechaba que era inducida por el nerviosismo que le provocaba hablar de ese tema.

—No son novios aún —Recalcó Gaara—. Estás a nada de caer por completo por esa chica —Gaara se sentó sobre la cama y lo miro fijamente provocando que Naruto lo emulara—. Ten cuidado Naruto —le aconsejó.

—¿Cuidado? ¿Por qué debería tener cuidado de Sasuke?

—No lo sé. No estoy seguro de que me guste mucho esa chica.

Naruto se tomó aquel comentario con humor. —Se supone que tiene que gustarme a mí.

—¿Te gusta? Supongo que sí dado que obviamente ustedes se han enredado o están por hacerlo.

—¿Hay algún problema? —su voz sonó algo ruda, no le gustaba como Gaara estaba conduciendo la conversación.

—Sólo me preocupo por ti. Sasuke es de ese tipo que le gusta llamar la atención, seducir. Definitivamente es del tipo de chicas que podría hacer que un hombre cometiera locuras o algo peor…

—Esto es ridículo Gaara, Sasuke no es una femme fatal. Tampoco es una casquivana —le defendió, recordaba a Sasuke diciéndole que no era una persona fácil—. No voy a consentir que digas ese tipo de cosas en mi presencia.

—Estás cegado —le reprochó—, pronto te darás cuenta de lo que se esconde tras esa cara bonita.

—¿Crees que Sasuke me está seduciendo y manipulando para luego botarme? —le parecía tan ridículo lo que estaba diciendo.

Gaara se encogió de hombros. —Yo no quiero ver a mi amigo sufriendo.

Naruto se tranquilizó un poco ante esas palabras.

—No tienes nada por lo cual preocuparte, Sasuke no es cómo crees, no es sólo una cara bonita y tampoco tiene siniestras intenciones ocultas.

—Tú mismo —dijo y se encogió de hombros empezando una nueva partida.

 

***

 

Se levantó muy tarde aquella mañana, le gustaba esa sensación, siempre había sido del tipo que retozaba en las sabanas hasta ya no poder más. Los días comenzaban a enfriarse por lo que le era cada vez más difícil salir de entre las sabanas y la reconfortante compañía de Kurama no le ayudaba. Acarició el cabello del perro, lo adoraba. Su padre se lo había regalado luego de que su madre le había decepcionado al decirle que no tendría más hijos luego de que Naruto pasó semanas tratando de convencerlos de tener otro hijo. Siempre quiso un hermano. Le costaba creer que ya llevara 10 años con Kurama, seguía vigoroso como de costumbre aunque con los años se había vuelto muy huraño. Se levantó de la cama cuando su estómago comenzó a rugir, una ventaja de tener a su madre en casa era, sin lugar a dudas, la comida. Su mamá los recompensaba por su ausencia cocinando siempre sus platillos favoritos. Naruto ni siquiera había notado que extrañaba tanto la comida casera hasta que su mamá le preparó el desayuno luego de largos meses de ausencia.

Encontró a sus padres cuchicheando ensimismadamente en el comedor, parecía algo serio. Naruto no estaba del todo acostumbrado a ver a sus padres juntos. Su padre tenía un horario un tanto inestable y su madre se la pasaba abstraída en el trabajo o siendo una ama de casa entregada. Naruto había vivido cinco años solo con su madre mientras ella recibía tratamiento médico, Naruto sentía que durante esos años fueron los únicos en los que realmente tuvo una madre, serena, centrada, atenta y calmada. O al menos eso creyó hasta que un día al volver de la escuela se dio cuenta que las cosas no iban también como creía; desde ese día comenzó a resentirse ante las acciones de su mamá, puesto que su papá y él lo estaban dando todo mientras que ella simplemente se lo tomaba a la ligera.

—Cariño —su madre le sonrió cálidamente cuando lo vio entrar. Kushina será así, efusiva en sus sentimientos y bastante expresiva. Su papá siempre le decía que le alegraba mucho que hubiera heredado todos los buenos valores de su madre, a lo que su mamá, un poco sonrojada, respondía que su hijo era tan guapo y galante como su padre. —Ya casi es tu cumpleaños —Kushina se acercó a Naruto, lo rodeó fuertemente entre sus brazos y le beso repetidamente el rostro—. Que rápido pasa el tiempo, ¿eh? Diecisiete años y todavía puedo recordar cómo se sentían tus patadas en mi vientre.

Minato se acercó a ellos y los abrazó con firmeza recostando su cabeza contra la cabeza de Naruto. Se separó de él con una sonrisa y le revolvió el cabello. Kushina recostó la cabeza sobre el pecho de Minato y lo miró con orgullo, como si cumplir un año más fuera una gran hazaña y no un hecho biológico. Sintió un sentimiento cálido instalarse en el fondo de su pecho. Se sentó en el comedor y su mamá inmediatamente puso un gran plato de pancakes y salchichas frente a él. También le puso una manzana cortada en trocitos para que siguiera creciendo sano y fuerte. En ese momento, mientras disfrutaba de la compañía de su pequeña familia, Naruto por fin reconoció ante sí mismo que la razón por la que estaba resentido con su madre era porque sabía que no importara cuan maravilloso fuese todo mientras estaban juntos, ella siempre se iría. Encontraría algo más emocionante e interesante que su familia y simplemente se tornaría cada vez más ausentes hasta que un día desaparecería.

La sensación agridulce no desapareció de su cabeza en el resto del día, comenzaba a acostumbrarse a su madre y ni siquiera podía disfrutar plenamente de su presencia. Un sentimiento viscoso y oscuro susurraba desde la parte de atrás de su cabeza que no lo hiciera, que ella pronto se iría. El día pasó rápida y perezosamente, se arregló un tanto de mala gana y salió de la casa, se encontraría con sus amigos en la estación del metro para dirigirse al mentado bar. No había hablado con Sasuke desde el día anterior. Sasuke no le había escrito al llegar a casa y Naruto no había reunido el valor para hacerlo, sentía que renunciaría a parte de su orgullo sí lo hacía, además luciría patéticamente necesitado de afecto. Llegó a la estación Shibuya con cinco minutos de antelación, sin embargo todos estaban allí incluso las chicas, por las cuales usualmente tenían que esperar. Sin poder evitarlo sus ojos se clavaron en el pecho de Ino, llevaba un vestido de escote recto profundo bastante ajustado. Ino siempre había sido la chica más guapa de su clase, tan perfecta que parecía distante e irreal. Inalcanzable. Sakura no se le quedaba atrás, no parecía una estrella de cine como Ino, pero sin duda era el tipo de chica que todos pensaban que era bella. A Naruto le gustaba su rostro dulce y delicado y su cuerpo de curvas discretas. Y finalmente estaba Hinata, la chica simplemente era la encarnación de cualquier sueño erótico, aunque de erotismo no tenía nada. Todas tenían defectos, Ino era una reina del drama, algo creído y muy pagada de sí misma; Sakura nunca le había tenido paciencia y era bastante brusca y quejica; y Hinata, Dios sabía lo mucho que le incomodaban sus constantes sonrojos y tartamudeos, nunca pudo sostener una conversación larga y sustancial con esa chica.

El bar estaba a tan solo dos cuadras de la estación, esperaron afuera, puesto que Haku les indicó que Sasuke ya estaba por llegar. El lugar no se veía muy especial desde afuera y tampoco lucía muy grande, pero se le notaba cierto encanto que debía de hacerlo un tanto popular entre la gente joven. Se distrajo momentáneamente hablando con Kiba con quien se podía sostener las conversaciones más tranquilas e intrascendentes del mundo, como si a él simplemente no le importara nada.

—¿Dónde está tu novia Naruto?

Naruto maldijo para sus adentros, justo el tema que quería evitar, seguramente todos se estaban preguntando por qué no había llegado con Sasuke o por qué no sabía sobre él. Y esas eran preguntas a las que Naruto no quería darle una respuesta, las cosas el día anterior habían sido raras, torpes y un poco incomodas y realmente temía que algo en su relación se hubiera roto o que las cosas no pudieran simplemente volver a cómo eran antes. Naruto notó la presencia de Sasuke a cinco metros de distancia lo hizo mucho antes de poder siquiera pensar una respuesta audaz.

—Ahí está. —Dijo señalando en su dirección con la cabeza. Una sensación extraña apretujó su estómago a medida que Sasuke se acercaba. Llevaba un vestido en jardinera de un rosa muy pálido sobre un suéter manga larga negro con hombros descubiertos y unas medias negras que casi eran transparentes. Tenía el cabello recogido como a Naruto le gustaba, con su copete enmarcando su rostro a la vez que resaltaba sus ojos delineados y sus labios pintados de un rojo tan oscuro que parecían tintados con sangre muy espesa. Está enojado se dijo cuándo pudo detallar la línea tensa que eran sus labios y su ceño ligeramente fruncido. Idiotamente no pudo evitar pensar lo guapo que se veía aun estando enojado. Trató de desviar la vista, notando que Suigetsu iba a su lado abrazándolo por la cintura y Juugo iba atrás como su perro guardián, el solo verlos a su lado consiguió agriarle la vista.

Una vez estuvieron lo suficientemente cerca, Haku se lanzó sobre Sasuke dándole un fuerte abrazo como si no lo hubiera visto en días. El semblante de Sasuke pareció relajarse un poco con su presencia, lo cual animó a Naruto a acercarse y saludarle como siempre, no permaneció a su lado porque Haku seguía protectoramente pegado a su costado con una actitud que no admitía terceros. Ese chico podía ser muy rudo cuando quería.

—Está de súper mal genio —cuchichió Suigetsu en voz alta para que todo el mundo lo escuchara—. Esta vez no tiene nada que ver con nadie siendo una ramera, pero tuvimos que sacarla cargada de su casa y juraría que vi una expresión de alivio en el rostro de su padre, en otras circunstancias tal vez nos habría disparado.

Sasuke no dijo nada, ni siquiera saludó a los demás, simplemente puso los ojos en blanco y fulminó a Suigetsu con la mirada, lo cual lo único que consiguió fue causarle gracia lo cual pareció enojar aún más a Sasuke. Naruto hizo nota mental de ser cuidadoso con lo que le decía, sabía que Sasuke podía llegar a ser bastante desagradable cuando estaba de malas. Una vez adentro, notó que había una buena cantidad de personas adentro, aún era temprano por lo cual no le sorprendería que al llegar la noche el lugar estuviera a reventar. Un grupo mediano de personas llamó su atención, era los otros amigos de Sasuke.

Sasuke entrecerró los ojos al verlos. —¿Qué hacen ellos aquí? —espetó.

Un chico de cabello azul con una sonrisa en los labios le respondió. —Tan linda como siempre —y le palmeó la cabeza como si fuera un niño. Sasuke pareció aún más indignado y se dio la vuelta alejándose un poco con Haku colgado de su brazo.

Naruto se sintió aún más torpe que antes, quería ir con Sasuke preguntarle qué le sucedida, tal vez ayudarlo a tranquilizarse, disfrutar de lo que quedaba del día a su lado y tal vez buscar un lugar apartado en el que pudieran besarse por unos minutos, pero no quería parecer que estuviera mendigando su afecto. Aunque, claramente  Haku no parecía estar suplicando por un poco de atención, simplemente estaban juntos como los mejores amigos que eran, así que Naruto tuvo que reconocer que a lo que realmente temía era que Sasuke rechazara su compañía. Fue un sentimiento que lo acompañó por una buena parte de la tarde. Sasuke se había ido a hablar con un chico de piercings y cabellos naranjas en la barra, parecía que su humor había mejorado considerablemente mientras hablaba con él. Que podía decirle ese chico extraño que no podría decirle a él, cada vez que Sasuke le sonreía o se inclinaba coquetamente hacía él su ánimo se ennegrecía. “Mirará, que zorra. Una vez dijo que para él simplemente se quitaría la ropa y dejaría que le hiciera lo que quisiera contra el respaldo del piano”, dijo con mal intencionada sorna una chica rubia con la que Sasuke no parecía llevarse muy bien. El corazón de Naruto dio vuelco, podía sentir como Sasuke se le escapaba de entre las manos. Nada más hacía unas veinticuatro horas que lo había sentido tan suyo y ahora le parecía tan lejano y ajeno.

—No te preocupes viejo, está loquita por ti —le susurró Suigetsu al oído, su voz chillona sonó descaradamente burlona. Sintió la ira abrasadora recorrer su cuerpo, no permitiría que ese estúpido se burlara de sus sentimientos.

Le tomó de la solapas de la camisa y lo golpeó contra la pared. Lo lanzo una penetrante mirada de advertencia. —No juegues conmigo —rugió.

—No bromeo —le dijo un tanto calmado como si se esperara que Naruto tarde o temprano reaccionara de esa forma—. Todos sabemos que ustedes están pretendiendo que no es obvio el hecho de que se gustan el uno al otro. —Suigetsu acompaño con sus palabras con un gesto indicándole que mirara al frente.

Sasuke le estaba mirando y Naruto sabía que había sido lo suficientemente sincero como para no llamar la atención. Sasuke le regaló una pequeña sonrisa, no tomándole en cuenta que sus manos seguían sujetando fuertemente la camisa de su amigo, y le preguntó mudamente si todo iba bien. Naruto relajó sus puños, le sonrió de vuelta y le indicó que todo estaba bien, Sasuke asintió y le dijo algo más a ese tipo y se acercó a él. Suigetsu se quitó de su lado y dejó que Sasuke se sentara, Naruto ni siquiera tuvo que preguntarle Sasuke simplemente comenzó a contarle de que había hablado con Yahiko –así dijo que se llamaba el chico en la barra-. Estuvieron hablando de lecciones de piano, de técnicas vocales y bromeando sobre un par de cosas. Sasuke le dijo que era amigo de su hermano, le habló de la banda –incluyendo a un tipo Deidara que no le agradaba y a un tal Sasori-, también le dijo que Yahiko le había ofrecido una ronda de bebidas gratis si abría el karaoke. Naruto le pasó el brazo por los hombros mientras hablaban y se sintió fascinado por la forma en la que movía sus labios.

Yahiko le hizo una seña a Sasuke por lo cual este se levantó y caminó hasta el pequeño escenario, había un teclado en éste y una silla alta de respaldo bajo. Sasuke se sentó sobre la silla y Yahiko se acomodó tras el teclado. Todo el mundo comenzó a hacer silencio y de repente los amigos de Naruto comenzaron a cuchichiar suavemente entre ellos, Naruto apenas si les prestó atención más concentrado en no perderse ni un detalle de lo que iba a suceder.

Un chico pelirrojo subió también, acomodó un par de bases con micrófonos, una frente a Sasuke y la otra inclinada hacía el piano seguramente para que captara mejor el sonido de éste. El chico le preguntó algo a Sasuke para luego tomar el micrófono y anunciar: — ¡Señoras y señores! Nuestra primera concursante de la noche, un aplauso para nuestra querida Uchiha Sasuke —la pequeña multitud estalló en aplausos, al parecer ya conocían a Sasuke—. Hoy nos cantara Blue Lips de Regina Spektor. —Dicho esto el chico bajó de la tarima y las luces se hicieron un poco tenues, manteniendo su intensidad únicamente en el escenario.

He stumbled into faith and thought

God this is all there is

The pictures in his mind arose

And began to breathe

And all the gods in all the worlds

Began colliding on a backdrop of blue

 

Naruto observó a Sasuke detalladamente, la forma en la que sostenía el micrófono con una mano y mantenía la otra recostada sobre el muslo de su pierna izquierda. Detalló como su pecho se hinchó cuando tomó aire y como se desinflaba a la vez que susurraba melodiosamente las primeras estrofas de la canción. Su voz tomaba más y más fuerza con cada palabra, haciéndose más fuerte y poderosa a la vez que la melodía se hacía más rápida y vigorosa.

Blue lips

Blue veins

He took a step but then felt tired

He said, I'll rest a little while

But when he tried to walk again

He wasn't a child

And all the people hurried past

Real fast and no one ever smiled

Naruto había escuchado a Sasuke cantar un par de veces e incluso estaba acostumbrado a escucharlo tararear las canciones que sonaban en la radio. Sabía que cantaba bien, realmente bien, pero esta era la primera vez que escuchaba cuan especial era su voz. Tenía una voz un tanto grave y rasgada, además las palabras escapaban de sus labios como si le doliera dejarlas ir, no un dolor físico, sino algo más visceral profundo. Sin siquiera meditarlo, Naruto se acercó lo más que pudo al escenario, no queriendo perder detalle de los gestos de Sasuke, de su respiración regulada o el movimiento coqueto de sus labios. Los ojos de Sasuke captaron su mirada dejándolo profundamente hipnotizado, como si solo estuvieran ellos dos en ese momento en medio del impenetrable vacío. Pero no importaba, nada más importaba. Naruto sentía como si pudiera quedarse eones contemplando a Sasuke, únicamente consciente del cadencioso sonido de su voz.

Blue lips

Blue veins

Blue, the color of the planet from far, far away

Blue lips

Blue veins

Blue, the color of the planet from far, far away

Blue, the most human color

Blue, the most human color

Blue, the most human color

Blue lips

Blue veins

Blue, the color of our planet from far, far away

La voz de Sasuke se rasgaba a medida que las notas se iban haciendo más altas y más agudas. Naruto casi que podía notar cierto esfuerza en la forma en la que parecía sostenerse el vientre mientras las pronunciaba. El sonido del piano cesó dándole total protagonismo a la voz de Sasuke que cada vez se hacía más lenta y más suave como si simplemente se estuviera pagando, lo cual contrastaba fuerte puesto que hacía apenas unos segundos su voz había sonado como un vertiginoso estallido. La voz de Sasuke se tornó en un dulce susurro y la canción terminó. Todas las personas a su alrededor se levantaron y comenzaron a aplaudir y gritar. Había sido estupendo, magnifico y aún mejor, Sasuke lo había mirado a él, solo a él, como si Naruto fuese el único espectador. Sintió su corazón latir atropelladamente en su pecho y sus manos arder por la ferocidad con la que aplaudía. El chico de cabello rojo volvió a subir para despedir a Sasuke mientras que las personas seguían aplaudiendo. Sasuke bajó del escenario con una pequeña sonrisa bailándole en los labios, se acercó a Naruto que estaba a tan solo unos pasos de él y le preguntó que si le había gustado, le estaba mirando fijamente a los ojos por lo que Naruto no pudo evitar sonrojarse al recordar que eran azules.

 

 

*

 

Sasuke se había levantado de buen humor esa mañana. La noche anterior había sido tranquila y las cosas ya no parecían tan incomodas entre su padre y él, aunque no estaban muy bien que digamos, pero progreso era progreso. Incluso aquella noche su hermano se había quedado en casa, habían visto un par de películas juntos, todo iba bien hasta que empezaron a discutir por una tontería que Sasuke ya no podía recordar y terminó con Sasuke dándole un juguetón puñetazo en el hombro. Sin embargo comenzaba a sentirse como el Itachi de siempre y realmente le había hecho falta su hermano en los últimos días. Cuando se fue a acostar, sintiéndose seguro por la privacidad que le proveía la oscuridad Sasuke no dejó de pensar en Naruto, en cómo se había sentido besarlo aquella última vez o cómo su vientre había hormigueado la vez anterior. Esa noche soñó que Naruto lo besaba y acariciaba su cuerpo, incluso podía sentir como sus sexos se refregaban el uno contra el otro aunque lo único que podía ver era el intenso azul de sus ojos. Cuando despertó se sintió un poco avergonzado al notar cierto bulto sobresaliendo de sus ligeros shorts para dormir. Con cierta timidez y recato comenzó a tocarse a sí mismo mientras que imaginaba que era Naruto quien lo hacía. Una vez la brumosa languidez del orgasmo se esfumó de su cuerpo, lo primero que pensó fue contarle a Naruto lo que acababa de suceder, con cierta malicia pensó que a Naruto ciertamente le gustaría saber aquello, sin embargo se arrepintió antes de mandar el mensaje, sintiéndose un tanto cohibido. Se dijo a sí mismo que esperaría que Naruto confesara primero.

Esperó todo el día que Naruto diera siquiera una señal de vida. Qué le costaba decirle un tonto Hola, o comentarle alguna tontería como siempre lo hacía. Trató de tranquilizarse diciéndose que tal vez estaba ocupado, pero qué carajos podía ocuparlo tanto como para que no tuviera tiempo para un rápida y banal conversación. El buen humor de Sasuke comenzó a ensombrecerse a medida que pasaba el día y Naruto no daba señales de vida, Sasuke revisó su chat y con cierta amargura notó que Naruto si había tenido tiempo para conectarse y hablar con otras personas dejando a Sasuke en el olvido. Maldito zorro ingrato. Durante el almuerzo su hermano le dijo que estaba muy gruñón lo cual sólo le hizo enojar más, por supuesto que a él no le importaba a qué Naruto dedicara su tiempo o si le parecía más interesante hablar con otras personas que hablar con Sasuke. Naruto bien podía hacer con su tiempo lo que le diera la gana, pero que no volviera a molestar a Sasuke cuando sus amigos no pudieran salir con él, Sasuke ya no sería su plato de segunda mesa.

A medida que pasaba el día su enojo se hacía más y más latente lo cual lo enojaba más puesto que no quería estar enojado por una tontería como esa. Naruto no se lo merecía. Con cierto rencor recordó que era el hijo de Minato y que seguramente todo ese tiempo estuvo pretendiendo para luego poderse vengar de él por haberse acostado con su padre. Un ramalazo de tristeza sacudió su cuerpo, le gustaba creer que conocía a Naruto lo suficiente y sabía que éste no sería capaz de algo tan vil como aquello. Seguramente estaba entretenido jugando video juegos o viendo cochinadas con sus amigos y Sasuke haciendo una tormenta alrededor de ello como si fuera él quien anhelara la compañía de Naruto, por supuesto que no, era Naruto quien siempre estaba deseoso de pasar cada instante con él y Sasuke, bondadoso y buen amigo, se lo permitió.

Sin embargo, por más explicaciones que formulara en su cabeza no podía evitar sentirse enojado ¿desde cuándo le importaba tanto que Naruto no le hubiese hablado en lo que iba del día? Total y se verían luego, si es que Naruto consideraba interesante ir a ver a Sasuke cantar en un karaoke. Con su orgullo herido se dijo que si Naruto no iba nunca más volvería a ir a sus prácticas de baseball y tampoco iría a ninguno de sus partidos. Sasuke se arregló de mala gana y estuvo refunfuñando mientras esperaba que Suigetsu y Juugo llegaran, su hermano apenas si le dirigía la palabra y su padre lo observaba desde una distancia segura.

—Cuidado, si te muerdes la lengua de envenenas —le dijo Itachi tratando de aligerar el ambiente. Sasuke se dedicó a lanzarle una profunda mirada envenenada.

Su hermano lo miró un tanto intimidado y casi que saltó del asiento cuando escuchó el timbre y se apresuró a abrir la puerta. Juugo y Suigetsu aparecieron tras su hermano pero Sasuke no hizo ningún ademán de levantarse, de repente no quería ir, prefería quedarse en su casa y ahogarse con su propio enojo. Tras varios minutos de ruego sus amigos consiguieron convencerlo y eso que ya le llevaban a cuestas sobre uno de los hombros de Juugo hasta el genkan, le pusieron las botas Dr. Martens negras y lo arrastraron fuera de la casa.

Su mal humor se disipó un poco cuando vio a Naruto ahí y cuando éste se acercó a saludarlo como si nada. En cambio comenzó a sentirse estúpido, había hecho un drama por nada. Nada iba mal, simplemente Naruto no había encontrado que decirle o había estado muy ocupado y apenas si había tenido tiempo para contestar el celular. A medida que pasaba el tiempo la incomodidad se esfumó de su cuerpo, estaba hablando con Yahiko coqueteándole de cuando en cuando, para no perder la costumbre, cuando sintió la mirada penetrante de Naruto. Se giró a mirarlo y lo observó hablando con Suigetsu, se desilusionó un poco hasta que este volteó y le miró con esos ojitos de cachorrito apaleado a los que Sasuke comenzaba a ser débil. Con su confianza reinstaurada se acercó a Naruto y comenzó a hablar con él como normalmente haría.

—¿Te gustó? —preguntó una vez bajó del escenario. El corazón le latía rápidamente debido a la adrenalina, nunca antes lo había ovacionado tan ferozmente, se sentía orgulloso.

Naruto comenzó a decirle que le había parecido mientras Sasuke asentía regodeándose de sí mismo hasta que captó algo extraño por el rabillo del ojo. Vio a Hana salir del baño de empleados acomodándose el cabello, unos segundos después Itachi salió del baño con la polera un poco arrugada. Sasuke trató de calmarse, debía ser un mal entendido, había más gente en el bar, estaba lleno, seguramente Itachi trató de ser amable con ella y le prestó el baño de empleados creyendo que era amiga de Sasuke. Empero, Hana se giró le regaló un gesto coqueto a su hermano, el cual respondió a éste con una sonrisa galante. Sasuke empezó a ver rojo. No queriendo ver nada más, se dirigió hacia donde estaban los otros con Naruto a la saga. Unos segundos después, antes de que Sasuke pudiera calmarse llegó Hana y se acercó a sus amigas para comentarles algo.

Sasuke la detalló de pies a cabeza. Para él, esa pequeña perra no tenía nada de especial, Itachi simplemente era un imbécil calenturiento. Se acercó a Hana y le tocó el hombro para llamar su atención. Con una falsa sonrisa amable le tendió su lápiz labial —Se te corrió el maquillaje mientras le comías la polla a mi hermano —su sonrisa flaqueó cuando agregó—, zorra.

En ese momento Itachi decidió aparecerse tras Sasuke. —Estuviste genial Sasuke —le dijo jovialmente, seguramente producto del éxtasis post-orgásmico porque Sasuke sabía que el muy puto no había podido mantener sus pantalones arriba mientras el cantaba.

—A mí ni me hables, traidor. —Dijo y se alejó.

Se acercó a la barra para reclamar las bebidas y con un gesto distraído miró hacia atrás, Hana se estaba pintando los labios mientras le miraba con ira. Sasuke la fulminó con la mirada, odiaba a esa chica. Sasuke podía aguantar sus comentaros envidiosos y mal intencionadas pero que se metiera con Itachi, eso nunca se lo iba a perdonar y menos cuando Sasuke no podía acostarse con les degenerado de su padre como venganza. En teoría, si podía pero el sólo pensarlo le causaba asco.

—¡Oi, Sasuke! —Alguien lo llamó.

Sasuke giró a su costando y descubrió a Kakashi sentado cerca de donde él estaba, sin dudarlo se acercó a saludarlo. Sasuke se sentó en la butaca a su lado y Kakashi le presentó a sus acompañantes, una chicha y un chico, eran pareja y conocían a Kakashi desde la infancia. El chico, Obito, le aseguró que no había cambiado nada que simplemente había crecido pero seguí idéntico. A lo que Sasuke comentó que debió haber sido difícil nacer con cara de viejo a lo que este rio, la muchacha le regaló una sonrisa simpática y Kakashi simplemente le dedicó una mueca divertida.

—Gran espectáculo, tienes talento —le comentó.

—No soy solo una cara bonita —le guiñó un ojo antes de inclinarse para robar un sorbo de su bebida. Sabía horrible. Kakashi no le dijo nada, dispuesto a no tratar de aparentar que cuando se conocieron no le había ofrecido un trago.

—¿De dónde se conocen? —Preguntó Rin un tanto intrigada.

—Soy su alumna —se apresuró a responder Sasuke.

—Has de ser muy popular entre tus estudiantes —Obito lo codeó con camadería.

—Saluda al resto de tu club de fans —le indicó Sasuke a la vez que señalaba con la cabeza a sus compañeros a su espalda.

Kakashi los saludó con un asentimiento de cabeza levantando levemente su copa hacia ellos. Sasuke sonrió al notar que Kakashi se había puesto levemente incomodo al reconocer a sus alumnos por lo cual decidió dejarlo en paz. Se despidió de los amigos de Kakashi y se en caminó al baño. Estaba un vació lo cual le alivió, el baño era unisex y Sasuke siempre sentía cierto pánico ante tal falta de privacidad. Entró a una de las cabinas para usar el escusado, salió un par de minutos después para lavarse las manos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, supo de qué se trataba antes de siquiera mirar su reflejo en el espejo, reconocía perfectamente la sensación fría y viscosa que le dejaba su mirada. Sasuke se giró para encararlo, estaban en un lugar estrecho y Hyuuga estaba en la única salida, pero no dejaría que eso lo intimidara.

—No te has portado bien Sasuke —le dijo Neji con una sonrisa maniaca en el rostro. Su mirada era mucho más densa y punzante que en ocasiones anteriores. Se acercó a él lentamente hasta quedar a escasos centímetros de su rostro, con sus ojos vacíos taladrando sus labios. Sasuke estaba paralizado, se sentía como una pequeña presa acorralada por un gran depredador, no consiguió que su cuerpo reaccionara cuando sintió los labios de Neji sobre los suyos. —Se un buen chico Sasuke, te estaré observando.

Notas finales:

Tan-tan~

Oficialmente, Naruto y Sasuke están enamorados señoras y señores. ¡Sólo les tomó 20 capítulos! XD

También el momento que todos temiamos ha llegado. 10 puntos para todas las que adivinaron cuando se introdujo el personaje de Neji que él sería un mal auguirio.

Acerca de los facts de la historia: Tal vez algunas cosas ya las sepan y otras no, pero yo siempre tengo en cuenta muchos detalles mientras escribo aunque debido a que no he desarrollado a los personajes secundarios tal vez no las he puesto de forma explicita.

  • Sasuke vive en Shinjiku y Naruto vive en el Distrito de Minato, el barrio más caro de Tokyo. Estos barrios están muy cerca por ello se encontraron en el supermercado y cuando Sasuke fue a la tienda de música.
  • La escuela queda más cerca a la casa de Sasuke que a la de Naruto, por eso, a veces, van caminando a casa de Sasuke cuando salen de la escuela.
  • Sasuke no sabe conducir porque Fugaku e Itachi no le tienen paciencia, además lo consideran muy temperamental.
  • Haku no es huerfano, su mamá se suicidó por mal de amores hace muchos años, pero su padre es un extrajero que fue a Japón por un voluntariado y tuvo una aventura con su madre.
  • La mamá de Haku era una geisha. Oka-san es la dueña de la Okia, debido a que su mamá era la heredera, Haku tenía su apellido y esta lo crió hasta que se casó con Zabuza.
  • En Japón, segun los magas de Yamamoto Kotetsu dos hombres se pueden casar por medio de la adopción, por lo que los padres deben de estar de acuerdo. Los padres de Zabuza adoran a Haku y creen que es mucho para su hijo con tan fea personalidad.
  • Zabuza es primo de la mamá de Kisame y del papá de Suigetsu. La mamá de Kisame y el papá de Suigetsu son mellizos.
  • Minato es adoptado. Lo adoptaron cuando tenía 12 años, luego de que Tsunade perdiera a un bebé debido al estres. Jirayja lo conoció en un viaje y se lo llevó.
  • Umiko-obassan aka Mimi, no es la única de los familiares de Sasuke que no sabe que en realidad no es una niña.

Y eso es todo lo que se me viene a la cabeza justo ahora. Espero y hayan disfrutado el capitulo. Si han notado algun fact de la historia no duden en comentarmelo. Besitos y ronroneos~ 

 


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