Título: Pesadillas
II
Lo despertó el grito en medio de la noche, se sentó de un salto sobre la cama y de modo automático buscó el cuerpo de su novio por la habitación, Thomas estaba sentado en la orilla de la cama, iba a levantarse.
- perdona - dijo Thomas con voz afectada y Minho confirmó lo que ya sabía, solo otro mal sueño
- vuelve aquí, igual ya estoy despierto - dijo y se recostó, en pocos minutos Thomas se recostó también y el asiático tiró de él gentilmente para recostarlo sobre su pecho desnudo.
Thomas permaneció en silencio por minutos que parecieron eternidades, Minho solo le acariciaba el cabello con suavidad.
- ¿recuerdas cuando nos quedamos atrapados en el laberinto? – preguntó Minho de pronto
- no podría olvidarlo nunca, me partía de miedo al pensar estar ahí – dijo Thomas
- también tenía miedo, de hecho estaba intentando negociar con Dios mientras corría yo solo… Pero entonces volví, nunca te lo dije pero volví por ti, porque estaba mucho más asustado de quedarme solo ahí, sin ti, sin nadie que me ayudara…que por el hecho de estar ahí – confesó Minho mirando el techo de su cabaña, de aquella cabaña en su pedazo de paraíso mucho mejor hecha que la finca.
- nunca lo mencionaste, supongo que yo también estaba asustado de quedarme solo… Después… Cuando el grupo B me capturó y estuve solo, mierda, no podía dejar de pensar en que no los vería, que no te vería… En ese entonces ya eras lo más valioso – dijo Tomás sonriendo, más tranquilo, no todas las noches eran como esas, no muy seguido Minho se sinceraba y le abría su corazón, pero cuando lo hacía era todo un placer.
- mi mayor miedo se convirtió en perderte a ti, desde ese día en el laberinto ese fue mi peor miedo… Ahora aún lo es, y sé que el tuyo es perderme a mí porque aún despiertas en mitad de la noche gritando mí nombre más veces de las que gritas el de alguien que perdimos… – dijo Minho y Thomas se apretó contra él
- eres… Lo que me queda, quien me protege, a quien protejo… Siempre sueño que alguien viene y te aleja de mi lado, intento correr para alcanzarte pero no puedo, hoy en mi sueño no tenía pies para correr y un penitente te pinchaba, para cuando despertabas gritabas que me odiabas y reclamabas por lo de Newt – dijo Thomas y ambos permanecieron en silencio hasta que Minho tiró del otro en un fuerte y apretado abrazo.
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El tema de Newt y lo que Thomas le había hecho aún era algo delicado para ambos, hablarlo no había sido sencillo antes y tampoco lo estaba siendo ahora, pero no quedaban muchas soluciones si querían tener una buena relación, sin mentiras ni secretos.
- Thomas... Eres mi novio, la pareja más formal que he tenido en mi shank vida, lo más estable que tengo ahora y eso ya es decir mucho, desde que me enamore de ti en el laberinto y te bese por primera vez horas antes de dejar el claro estuve a punto de perderte un montón de veces, hubo momentos en los que perdí la fe y creí que estabas muerto, pero volviste y ahora estas aquí conmigo, en mi cama, en calzoncillos de algodón, entre mis brazos... El destino nos tiene atados, yo siempre volveré a ti y tu siempre volverás a mí, somos tú y yo, no digo que no le temas al futuro, eso sería tonto de mi parte, solo digo que no importa lo que venga porque sé que ahí vas a estar tu conmigo para resolverlo... Ahora ya duérmete Edison, y te amo shuck face, no lo olvides.
Minho se abrazó de Thomas como siempre hacia para dormir y el otro se quedó ahí, de una pieza mirando a su novio, su rudo y curtido novio que tenía una lengua venenosa y un golpe letal, que era un peligro de enemigo y el mejor de los novios, lo abrazo con fuerza aferrando sus dedos de la piel de los brazos, asegurándose de no perderlo porque aún tenía que creerse lo que había oído para después tratar de dar una respuesta coherente.
-también te amo - fue lo más coherente que pudo pronunciar, pero no debió estar tan mal porque su novio lo beso lleno de amor después.
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Después de ese día las pesadillas sobre perder a Minho no regresaron y las otras mejoraron pues ahora siempre tenía al asiático cerca en sus sueños, y como en la realidad, ese Minho irreal se la pasaba cuidando de él.