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Sangre del pasado por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV


Tres horas estuvimos aquí en el hospital y no nos dejaban entrar a ver a Deidara, no sé qué es lo que le estaban haciendo, pero tardaban mucho en curarle. Yo miraba a Naruto y estaba muy nervioso, no paraba de moverse y el pobre estaba realmente preocupado por su hermano. Le cogí la mano y le calmé, apreté su mano y la mantuve cogida sin soltarle, quería darle mi apoyo y él trató de sonreírme aunque se le notaba que seguía demasiado preocupado por su hermano.


Mi padre me sorprendió, porque se le veía muy atento a Minato que no paraba de llorar y le abrazaba, intentaba hacer que dejase de llorar, trataba de calmarlo sin mucho éxito, pero es que creo… que si Itachi o yo estuviéramos en esa camilla mi padre estaría igual que Minato, era su niño, Minato no era como mi madre que pasaba de nosotros, él se preocupaba siempre por ellos, eran lo más importante en su vida. Entendía por lo que pasaba Minato en este momento.


Kakashi salió de la puerta de la habitación y entró en la sala de espera comentándole a Minato que estaba estable y Minato se levantó con rapidez lanzándose a sus brazos agradeciéndole que su hijo estaba bien.


- Gracias, Kakashi – le dijo Minato – muchas gracias.


- Es nuestro hijo Minato, haré lo que sea por ellos y lo sabes. Puedes pasar a verle si quieres pero no estés mucho rato, necesita descansar pero Minato… - le dijo Kakashi mirándole – cálmate, está bien ya, todo ha pasado – le comentó limpiándole las lágrimas.


- Te quiero – le dijo Minato besándole – voy a entrar a verlo.


- Sí, entra – le comentó.


Minato entró a ver a su hijo y Kakashi nos comentó que tenía un nuevo paciente al que visitar, pero aprovechó para agradecer a mi padre que los hubiera traído al hospital. Llamaron nuevamente por el micrófono del hospital a Kakashi y sabíamos que debía irse, aún así nos comentó que si ocurría algo con su hijo que le avisasen enseguida y él vendría a atenderle, aunque esperaba que con lo que le había dado pudiera dormir toda la noche tranquilo. Creo que aún no se creía que Hidan pudo hacer algo así pero desde luego… hoy iban a tener una buena discusión en esa casa y Hidan… estaba en el punto de mira de todos.


Cuando Minato salió de ver a Deidara, pudimos entrar los demás pero tal y como nos habían advertido… poco rato y la verdad es que cuando entramos, a Naruto le faltó tiempo para tirarse encima de su hermano a abrazarle. Deidara estaba profundamente dormido, creo que por el sedante que le habían dado y es que necesitaba dormir, tenía demasiadas heridas, veía sus vendas a través del camisón y vi a mi hermano cerrar los puños con fuerza por la rabia que le daba verle en ese estado. Creo que mi hermano sentía algo demasiado fuerte por Deidara, realmente creo que le amaba.


Mi padre también entró a verle y le sentó bastante mal al ver al chico tan grave, realmente él mismo comentó que deberían denunciar al que le hizo eso y creo… que Minato lo tenía muy en mente y es que ambos eran abogados, pensaban igual. Cuando salimos, vi a mi padre hablar con Minato y comentarle que él podía ocuparse del caso si lo prefería, que podía llevar la denuncia y el juicio contra aquel chico pero Minato dijo que se ocuparía él mismo, era un tema de su familia y él lo arreglaría. Por el momento… Hidan se iría de esa casa, porque no podían permitirse tener a alguien así allí dentro, no a alguien que era capaz de herir a sus hijos.


Salimos del hospital y tuve que convencer a Itachi de ir a casa, porque no quería regresar, prefería quedarse en el hospital a esperar a que despertase, pero eso podía tardar mucho, así que acabaron comentándonos que fuéramos a casa. Fugaku se ofreció a llevar a Minato a casa, pero no hubo forma de convencerle y al final mi padre se quedó a hacerle compañía a Minato. Les llevamos unos cafés antes de marcharnos y volvimos a casa.


Itachi entró en casa dispuesto a tratar de dormir pero yo me quedé un rato fuera hablando con Naruto y es que estaba muy nervioso aún. Le besé y nos sentamos en uno de los bancos porque le vi demasiado mal de ánimo, sé que necesitaba hablar.


- ¿Qué te ocurre Naruto? Anímate, tú hermano se pondrá bien, ya lo verás.


- Lo sé, pero es que… yo tuve que darme cuenta, pasé por su habitación y estaba cerrada con pestillo, él nunca cierra con cerrojo, siempre me dejaba abierto porque sabía que yo iba a dormir con él ¿Por qué no me di cuenta de que ocurría algo?


- No te tortures con eso Naruto, tú no has tenido la culpa, es Hidan quien ha hecho algo malo.


- Lo sé, pero se lo ha hecho a mi hermano, yo tenía que haber estado ahí para protegerle y no estaba.


- No seas tan duro contigo mismo Naruto, piensa que tu hermano se recuperará y él te adora.


- Siento como que le he fallado, es mi hermano, debía darme cuenta de que ocurría algo y más conociendo a Hidan.


- Tu padre se encargará de Hidan, tú sólo tienes que cuidar de tu hermano, Naruto. Cuando venga deberías tratarle como siempre, él lo querrá así, querrá volver cuanto antes a su vida normal y alejarse de malas personas como Hidan, al menos esto ha servido para que se marche ese cabrón de vuestra casa – le dije.


- Sí – me dijo – pero es que me da rabia cada vez que recuerdo lo que le ha hecho, debimos dejar que Itachi le pegase un poco más.


- Mi hermano podía haberle destrozado si le dejo un poco más – le dije sonriendo – es cinturón negro en varios deportes de defensa personal – le aclaré – mi hermano lo mata allí mismo si no lo llego a coger y más tratándose de tu hermano. Creo que Itachi le quiere mucho– le aclaré.


- Sí, esa impresión me ha dado – me dijo – Deidara me confesó que estaba sintiendo algo por él y que era muy dulce y tierno.


- La verdad es que es el mejor hermano mayor del mundo – le aclaré – le quiero mucho y sé que no haría daño a Deidara.


- Lo sé – me dijo Naruto sonriendo.


- Oye Naruto – le dije y él me miró sonrojándose un poco – te quiero – le confesé y se puso aún más rojo apartando la mirada.


- No digas esas cosas – se quejó pero me colocó esa sonrisa tan atrayente que él tenía.


- ¿Te da vergüenza o es que nunca te lo habían dicho? – le pregunté con una sonrisa.


- Ambas – me dijo y le cogí de la barbilla para que me mirase.


- Eres precioso y te quiero – le dije besándole y se dejó, continuó mi beso y tuvimos que separarnos sólo cuando ya casi nos quedábamos sin aire – me encanta cuando te sonrojas.


- Eres un tonto – me dijo sonriendo.


- Sí, lo soy, pero seguiré repitiéndote que te quiero hasta que me creas – le dije y acabó sonriendo.


- Yo también a ti, Sasuke – me dijo al final y le besé por última vez antes de decirle que entrásemos en casa, porque hoy… Naruto dormía conmigo en casa, no pensaba dejarle entrar a él solo en su casa estando Hidan allí, no quería que le pasara lo mismo que a su hermano.


Entramos por mi habitación y mi hermano me ayudó a sacar la otra cama de abajo y ponerla al lado de la mía para que Naruto pudiera dormir hoy aquí. Al final… acabé juntando ambas camas para hacer una más grande y es que… yo me moría de ganas de dormir abrazado a Naruto. Nos acostamos a dormir y pasé mi brazo por su cintura abrazándole.


- Naruto… - le llamé  y él hizo un ruidillo como que me estaba escuchando - ¿Vas a poner la denuncia en contra de Orochimaru, verdad? – le pregunté.


- Sí – me dijo – pero quiero que mi hermano se recupere primero, yo… necesito que mi hermano me apoye.


- Lo entiendo, yo también estaré contigo en esto Naruto, incluso si piensas decírselo a tu padre, puedo acompañarte si quieres.


- No… es algo que prefiero hacer solo – me aclaró – pero gracias igualmente.


Me gustaba tenerle así abrazado a mí y darle mi calor, me sentía muy a gusto teniéndole tan cerca de mí y ahora estaba mucho más tranquilo sabiendo que había decidido denunciar, por fin iba a empezar hacer las cosas como dios manda, por fin ese cabeza dura había entrado en razón y yo le apoyaría en todo, porque también odiaba a Orochimaru desde que descubrí lo que le hacía al pobre de Naruto, a un chico de apenas dieciséis años.


Naruto se giró hacia mí cuando ya casi me estaba durmiendo y me besó con pasión metiéndome la lengua en la boca. Cogí su nuca y aproveché para profundizar más aún mientras Naruto me correspondía. Le deseaba, me gustaban sus besos y tuve que mentalizarme de no ir rápido con él, podía tener miedo a tener sexo después de todo lo que había pasado con su entrenador, pero a la que me di cuenta, él ya estaba metiéndome mano.


- ¿Naruto? – le pregunté sorprendido de que me estuviera metiendo mano.


- ¿Qué? – me preguntó dudando


- ¿Qué haces?


- ¿No quieres hacerlo? – me preguntó.


- Claro que sí, pero… yo lo que realmente quiero es que tú estés bien y no voy a forzarte a nada, no hace falta hacer nada.


- ¿Y si quiero hacerlo? – me preguntó – por favor Sasuke… No quiero tener que pensar en Orochimaru, sé que puedo olvidarle si me ayudas.


Al final ante aquellos ojitos azules que tenía no pude resistirme y acabé cediendo, aún así me propuse hacerlo con gran delicadeza para no asustarle. Me subí encima de él y le besé mientras me deshacía de su camiseta. Realmente tenía un abdomen muy bien definido, quizá algo menos que el mío pero era perfecto y aunque notaba sus manos tocarme con cierto temblor, él seguía acariciando cada parte de mi cuerpo recorriéndolo e investigando cada rincón, intentando descubrir mis puntos débiles y lo encontró en el cuello cuando lo besó. Jadeé levemente y bajé hacia su abdomen besándole esta vez yo a él.


No quería asustarle mucho pero aún así… bajé un poco su pantalón con mucho cuidado, dándole tiempo a que pudiera frenarme si no quería hacerlo, pero no lo hizo, no me frenó, dejó que continuase y saqué su miembro lamiéndole la punta con suavidad escuchándole gemir y una vez lo conseguí, acabé metiendo todo su miembro en mi boca para saborearle. Gimió aún más al sentirlo y eso me excitó a mí, sus gemidos eran música para mis oídos, me gustaba escucharle y saber que disfrutaba conmigo, porque de verdad que tenía pánico a que se sintiera abusado o algo después de su vivencia con Orochimaru, aunque no podía evitar ver como temblaba de vez en cuando.


Llevé mis dedos a su boca para que los humedeciera y así poder empezar a preparar su entrada. Traté de meter mis dedos con lentitud para no hacerle daño y luego me acordé de que no era virgen, ya había estado con el entrenador y no sabía si fue cuidadoso o no, pero me daba la sensación de que no lo había sido, en cambio yo sí me propuse tener mucho cuidado con él, yo no quería ser como su entrenador.


Entré muy despacio en él y Naruto era extremadamente estrecho así que tuve que tener el doble de cuidado y aún así, se quejó un poco aunque intentó disimular frente a mí que estaba bien y que no le dolía, pero yo sabía que sí, sus muecas de dolor reflejadas en su rostro me lo decían. Quise llegar hasta el fondo sin detenerme y me moví muy despacio hasta que empecé a notar como su entrada se empezaba a abrir y me dejaba paso libremente, fue entonces cuando realmente empezó a disfrutar Naruto y yo también. Al final… fue el mismo Naruto quien me exigió que entrara más deprisa en él, que entrara más hondo y le hice caso, quería demostrarle que se podía divertir con el sexo, no era todo sufrimiento como le habían enseñado a él y creo que lo conseguí por los gemidos que lanzaba.


Cuando terminé, tuve que descansar y es que me agotaba tener que ser tan cuidadoso, yo solía ser más salvaje pero con él no quería eso, con Naruto quería disfrutar de cada momento y me tomé mi tiempo.


- Siento haber temblado – me dijo Naruto.


- No te disculpes Naruto – le comenté – vienes de una situación traumática, es normal tener miedo, pero al final… conseguiré quitarte ese miedo, ya lo verás, sólo dame un poco de tiempo.


- Vale – me dijo sonriendo.


Al final, recosté la cabeza sobre su pecho y mientras él me acariciaba el pelo, me quedé completamente dormido sintiendo los latidos acelerados de su corazón. Naruto era el chico de mi vida… y ahora lo sabía más que nunca.


 


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