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Sangre del pasado por Fullbuster

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Fugaku Uchiha POV


Me había quedado completamente en shock al descubrir todo esto… había abandonado a Minato cuando estaba embarazado de mí y eso no sé si me lo podía perdonar algún día, no quise abandonar a Sasuke y por no hacerlo… abandoné a Naruto y a Deidara, le dejé a Minato cargar con todo, le dejé solo y por un momento… agradecí que Kakashi le hubiera apoyado. Tanto tiempo deseando tener hijos con él, casarme con él, vivir felices y ahora… después de dieciséis largos años, descubría que Minato había tenido dos hijos míos. Por una parte me sentía el hombre más feliz del mundo al saber que mi sueño de tener una familia con él se había cumplido pero por otra parte… me dolía, no había estado con ellos, no éramos una familia y encima… se habían enamorado nuestros hijos y eso sólo les llevaría sufrimiento.


Otro tema que me preocupaba era el de Deidara, yo le había llevado al hospital aquella vez y ya me había afectado saber que habían violado al hijo de Minato… pero saber que encima era mi hijo, me había afectado el doble, ese chico… ese tal Hidan no se me iba a escapar, le iba a hundir por lo que le había hecho porque nadie se metía con mis hijos y salía impune de esa, por mis hijos yo era capaz de cualquier cosa y aunque Deidara no lo supiera… yo lucharía por él, porque era su padre al fin y al cabo y les quería a ambos.


La verdad es que me gustaría poder acercarme a ellos, conocerles, saber cosas de su vida, estar allí junto a ellos y sé que no tenía ningún derecho después de haberles abandonado tanto tiempo, pero tampoco sabía nada de ellos, si Minato me lo hubiera contado antes habría tratado de estar más cerca de ellos, habría tratado de ser un padre para ellos. Quizá no tenía derecho a acercarme a ellos y no sabía si ellos querrían saber de mí, pero lo que yo sí tenía muy claro… es que quería el divorcio con Mikoto, porque seguía igual que siempre, mis palabras no le habían llegado y estaba harto.


Lo primero que hice al llegar a casa fue preparar los trámites para el divorcio y ni siquiera necesitaba otro abogado, yo mismo lo haría y se lo mandaría porque estaba cansado de sus desplantes, de sus huidas con sus amantes, de que pasara de sus hijos, de que hubiera estado humillando y destrozando a Minato hasta que se marchó. ¿Cómo fue capaz de hacerle algo así estando embarazado? Pudo haber perdido a los niños, pudieron esos dos increíbles chicos no haber nacido jamás y en parte fue mi culpa por no darme cuenta, por haber elegido a Mikoto para que Sasuke tuviera un padre… si hubiera sabido lo de Minato antes… quizá muchas cosas hubieran cambiado, quizá ahora sería padre de dos gemelos rubios y podría haber pedido la custodia de Sasuke por incapacidad de su madre para cuidar de él… podría haber hecho tantas cosas si lo hubiera sabido…


Entré en mi despacho empezando a trabajar en los papeles cuando la puerta se abrió y vi que entraba Itachi. Cada vez que le veía… me venía a la mente cómo su madre había sido capaz de abandonarle como lo hizo desde que nació para irse con sus amantes. Muchas veces Minato se quedó cuidándole cuando yo tenía reuniones, juntas o congresos, a veces incluso Minato se quedó en casa algún fin de semana cuidándole hasta que volvía y todo porque no encontraba nunca canguros con tan poco tiempo de antelación que me daban. Yo sabía que a Minato le encantaban los niños y se quedaba con gusto cuidándole, pero verle así de paternal con Itachi, es lo que me hizo verle como algo más, es lo que me hizo darme cuenta de que yo quería formar una familia con él, quería que mis hijos fueran suyos y no de Mikoto, él los cuidaba, estaba siempre que le necesitaban allí y así habían salido sus gemelos… unos chicos increíbles, del mismo carácter inocente, trabajador y dulce que su padre, pero con un fuerte carácter cuando tenían que sacarlo, eran idénticos a su padre y me encantaba.


- ¿Qué haces? – me preguntó Itachi al verme trabajar


Creo que esta era de las primeras veces que Itachi me veía trabajar en casa y es que yo mismo me impuse una norma… nada de trabajo en casa, sólo disfrutar con ellos todo lo que podía, ya que su madre jamás estaba en casa yo traté de ser el apoyo que ellos necesitaban y pasábamos largos momentos juntos, quería que no se sintieran solos por culpa de su madre y no sé si lo había conseguido en algún momento, pero habían salido perfectos, no podía estar más orgulloso de mis dos hijos, eran lo que todo padre habría deseado. Sonreí hacia Itachi.


- Los papeles de divorcio – le expliqué – lo siento, no quería trabajar en casa pero…


- No pasa nada, me parece bien – me dijo – ya era hora de que lo pidieras – me dijo Itachi y yo le miré con ojos de duda – seamos sinceros papá… pero mamá nunca está con nosotros, no la vemos nunca y no tienes por qué pagarle sus caprichos, ya iba siendo hora de que te divorciases.


- No quería romper la estructura familiar – le dije – no sé qué pensará Sasuke.


- Lo mismo que yo – me explicó – ya te lo he dicho… no hay estructura familiar, mamá no está nunca, para nosotros es como si no tuviéramos una madre, así que pensará igual que yo, que ya iba siendo hora de que dejases esta farsa de familia que tenemos – me dijo sonriendo – te mereces ser feliz y encontrar el amor de verdad. Deja de pensar tanto en nosotros… ya somos mayores y nos arreglamos, es hora de que empieces a pensar en ti, ya has sacrificado demasiado por esta familia, te mereces ser feliz, así que date prisa en hacer esos papeles y divorciarte, tienes mucho que hacer si quieres recuperar a ese chico – me dijo Itachi sonriendo y yo sonreí también.


- De verdad que no se te escapa ni una… podías haber sido político con ese gran talento que tienes para hablar - le comenté y él sonrió.


- Prefiero arquitecto – me dijo – odio la política.


Vi a Itachi salir de mi oficina y le pregunté hacia dónde iba… claro que cuando me dijo que había quedado con Deidara para hablar de algunas cosas… no me terminó de gustar la idea, tenía que decirle lo que ocurría pero le había prometido a Minato que no diría nada y me asaltaba la duda ¿Qué debía hacer? No podía dejar a Itachi así con esa gran mentira, no podía dejar que siguiera enamorándose de su hermano.


- Itachi – le llamé y volvió a entrar – puedes sentarte un momento y lo hizo - ¿De verdad que amas a ese chico? – le pregunté.


- Sí – me dijo sonriendo – llevo toda la vida buscando a alguien como él y lo sabes, no salgo con nadie a quien no ame de verdad y ese es Deidara – me dijo – quiero estar con él y sé que soy mayor pero… le amo – me dijo de forma tan dulce y sincera que me partía el alma ver en el lío que se estaba metiendo.


- Yo… - intenté aclarar mis ideas en la cabeza para contárselo… pero no podía al verle tan emocionado con su amor por Deidara, no podía romperle todas sus ilusiones así – la vida nunca es fácil Itachi – le dije al final – y si de verdad le amas… vais a tener que luchar mucho por defender ese amor, porque mucha gente estará en vuestra contra.


- Supongo – me dijo Itachi sin saber exactamente a qué me refería, pero yo sabía que si seguían adelante, la gente se metería con ellos por ser hermanos.


- Itachi… si de verdad le amas, no te rindas, no hagas lo mismo que hice yo, no dejes pasar el amor de tu vida por nada – le dije intentando animarle y es que no podía decírselo… no podía ser yo quien rompiera su mundo, yo solo podía intentar apoyar a mi hijo y tratar de convencer a Minato de que tampoco eran hermanos… eran hermanastros, llevaban mitad sangre igual, mitad ADN, no eran hermanos completos – por cierto, ¿Cómo sabías que Deidara era un doncel? – le pregunté intrigado.


- No lo sabía – me dijo muy serio – pero intuía algo, su padre era Minato y era un doncel, creí simplemente que podía haber una posibilidad de que hubiera salido igual a él. Me lo confirmó el mismo Deidara cuando en el hospital me dijo lo preocupado que estaba por si se quedaba embarazado.


Mi gran pregunta era… ¿Minato entendería que realmente no eran hermanos de sangre? Eran medio hermanos, ni siquiera eran completos y aunque sabía que aún así estaba mal, yo no podía destrozar a mis hijos, prefería apoyarles porque todo el mundo se pondría en su contra y yo no sería otro más, yo sería su apoyo, yo les entendería y eso es lo que me propuse.


- ¿Puedo irme? – me preguntó Itachi sonriendo.


- Sí – le dije.


Hice los documentos y pensé mientras los hacía cuánto había deseado haber hecho esto antes, haber sido libre para casarme con Minato… nuestra historia siempre había sido un imposible, no podíamos salir juntos porque era mi alumno y yo su profesor, no podíamos salir porque yo estaba casado, no podíamos salir porque era un chico y no se veía bien en mi familia, no podíamos salir porque el padre de Minato tampoco lo habría permitido por la reputación de su familia, no podíamos salir lo viéramos por donde lo viéramos… pero lo hicimos, nos dio igual todo y ni siquiera pude ver cuando se quedó embarazado, estuve demasiado ciego porque si me lo hubiera dicho… habría formado mi familia con él, le amaba, le deseaba, éramos felices hasta que Mikoto volvió embarazada y preocupada diciendo que era mío y dudé un tiempo si era mío o no, pero las fechas cuadraban perfectamente a la última vez que nos acostamos antes de que volviera a sus correrías con sus amantes.


Desde que conocí a Minato deseé estar con él, deseé casarme, tener hijos, darle a los míos si era necesario, convencer a su padre de que le dejase estar a mi lado, pero su padre tampoco lo habría permitido, mancharía el nombre y la buena reputación de la familia Namikaze si se sabía que Minato se había casado conmigo… que ya había estado casado y había repudiado a Mikoto, que también venía de una de las familias más importantes del país.


Creo que me impactó también el hecho de que Minato hubiera dejado su familia, de que le hubieran echado a la calle como a un perro sin dueño, no podía comprender como su padre era tan cabezón como para hacerle eso y sé que debió sufrir mucho, quizá aún lo hacía aunque no lo decía, porque al fin y al cabo… siempre sería su padre aunque hubiera hecho lo que hizo. No podía saber lo que sufrió, pero sabía que no debió de ser fácil verse solo embarazado de dos niños mientras la mujer del padre de esos niños te hacía la vida imposible, entendía por qué se marchó de mi universidad, de la ciudad y se vino aquí, entendía todo lo que hizo, intentó proteger a sus hijos lo mejor que pudo y lo admiraba por ello.


Me sorprendió cuando sonó el timbre de la casa y como Itachi había salido hace nada, creí que se le habían olvidado las llaves o algo pero cuando abrí, me encontré a Minato en mi puerta con lágrimas en sus ojos y se lanzó a abrazarme, necesitaba abrazarme y le dejé, le cogí entre mis brazos y lo apreté contra mi pecho tratando de que se sintiera mejor. No paraba de llorar y tenía algo en sus manos.


- Lo saben – me dijo – mis hijos lo saben – me comentó.


- ¿Cómo lo han sabido? – le pregunté.


- Hidan le dio esta fotografía a Deidara… ¿Qué voy a hacer? No quiero perderles y ahora me odian.


- No te odian, se sienten traicionados y engañados, dales un poco de tiempo hasta que se hagan a la idea Minato.


Le abracé porque sabía que esto debía dolerle mucho, estaba muy unido a sus hijos y que le dijeran algo así debía dolerle demasiado. Creía que perdía a sus hijos. Sentía tanta tristeza por él, me dolía verle tan deprimido y es que yo sabía cuánto amaba a sus hijos, no podía perderlos o se hundiría en la mayor de las tristezas. Para él todo giraba en torno a sus hijos, lo daba todo por ellos y ahora mismo no sabía cómo ayudarle. Al final lo único que pude ofrecerle, fue una taza de café o un té y que entrase en casa un poco para hablar de lo que había sucedido y accedió aunque no dejaba de llorar. Yo aproveché para volver a disculparme con él y lo haría una y mil veces si era necesario hasta que me perdonase, pero necesitaba que me perdonase por todo y al final… justo en el momento en que le di el té y lo cogió entre sus manos, acabé besándole de nuevo y es que me moría si no le besaba, lo sorprendente… es que se dejó e incluso… continuó mi beso.


 


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