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Sangre del pasado por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV

 

¿Cómo era posible que le obligasen a volver al equipo con lo que estaba pasando? Sé que no tenía más remedio que aceptar las condiciones si quería seguir en este instituto, pero no me parecía para nada aceptable, para esto tendría que haber algo, quizá si le preguntaba a mi padre encontraban una solución legal y además… Naruto era su hijo, lo acabábamos de descubrir pero seguía siendo su hijo, mi padre hacía cualquier cosa por sus hijos. No sabía si debía contarle esto o no, porque ya estaba muy afectado con el problema de Deidara, llevarle también el de Naruto no sabía si era conveniente, pero no tenía otra forma de sacarlo de este lío.

 

Fui directamente a hablar con el director porque era quien más culpa tenía de todo esto, no podía creerme que fuera él quien obligase a Naruto a volver al equipo por la maldita reputación del instituto para ganar partidos. Ahora empezaba a pensar que también mantenía a Deidara aquí en el centro por el simple hecho de que diera reputación en cuanto a estudios, porque el primer examen… aunque me costase reconocerlo, Deidara me había superado por pocas décimas, realmente era un genio ese chico, pero ahora estaba en esa fase rebelde que no entendía, algo debía hacer mi hermano si quería ayudarle, porque se le iba de las manos, estaba demasiado dolido con todo lo que estaba pasando.

 

Toqué a la puerta del director y entré cuando me dio permiso. Sinceramente… estaba enfadado, no me gustaba como estaban tratando ni a Naruto ni a Deidara porque para este establecimiento… ellos solo eran los que mantenían la reputación del instituto frente a los otros, los utilizaban.

 

- ¿Qué puedo hacer por ti Uchiha? Deberías estar en clase.

 

- Quiero que saque a Naruto del equipo – le dije.

 

- No puedo hacer eso.

 

- Sí puede, pero no quiere – le comenté

 

- Naruto dónde mejor está es en el equipo, él pertenece ahí.

 

- No, no pertenece ahí, sólo lo quiere para que gane sus partidos y su instituto tenga más prestigio, pero Naruto no quiere jugar más – le comenté – sáquele del equipo.

 

- No voy a hacer eso Sasuke – me dijo – pero podrías unirte tú.

 

- Claro que me voy a unir… pero sólo mientras busco una forma legal porque voy a denunciar a todo el establecimiento y le aseguro… que no es recomendable meterse con un Uchiha – le amenacé saliendo del despacho.

 

Salí de allí pensando cómo iba a impedir que Orochimaru se acercase a Naruto, porque él lo tenía muy fácil, con mandarme a cualquier cosa me podía sacar del lugar y al ser profesor no podía rehusarme a obedecerle porque podrían expulsarme y no me habría importado que me expulsasen si salvaba a Naruto… pero si me expulsaban durante tres o una semana… eran todos esos días que Naruto estaría solo en el instituto y no podría ayudarle, así que debía impedir que pudieran expulsarme, debía controlarme un poco.

 

Que complicado se nos estaba volviendo intentar seducir a esos Namikaze, mi hermano lo estaba pasando realmente mal con Deidara y es que lo último que me contó, es que después del brillante plan de denunciar con las pruebas que había recabado a Hidan… seguramente Deidara le odiaría por arruinarle la vida, no podía estar con mi hermano y tampoco con Hidan. Realmente mi hermano estaba demasiado preocupado y lo pasaba muy mal pensando en cómo le odiaría la persona a la que más quería.

 

Yo también tenía mi propio problema… ayudar a Naruto cuando no quería ser ayudado, porque no confiaba en nadie y mucho menos en mí después de descubrir que éramos hermanos. En realidad creo que confiaba en mí, se sentía traicionado por su padre, preocupado por la actuación de su hermano en fase rebelde y se alejaba de mí porque le dolía verme y saber que no podría estar conmigo, el único en el que había confiado desde hacía demasiado tiempo ya.

 

A la clase ya no llegué a tiempo después de hablar con el director y tuve que esperarme hasta la siguiente para no interrumpir, era laboratorio y me tocaba con Naruto de compañero. Para mi sorpresa, sí que vino a clase aunque se quedó paralizado unos segundos al verme allí sentado en la mesa esperándole, creo que no me esperaba. Empezó a caminar y se sentó a mi lado mirando mi cuaderno lleno de fórmulas y apuntes.

 

- Creí que no vendrías – me dijo entristecido.

 

- ¿Cómo no iba a venir? No voy a dejar que suspendas esta asignatura – le dije sonriendo y él trató de sonreír aunque no le salió muy bien.

 

- ¿Dónde has ido la clase de antes? – me preguntó volviendo a su tono serio y triste.

 

- A hablar con el director – le comenté y él se asombró un poco.

 

- ¿Por qué? – me preguntó.

 

- Porque voy a volver al equipo.

 

- ¿Por qué haces esto Sasuke?

 

- Ya te lo dije… no me rindo contigo Naruto, no voy a permitir que te hagan daño, me da igual cómo quieras verlo, por mí trátalo como cariño de hermanos, amor o lo que quieras, no dejaré que te hagan daño. Yo sí tengo claro que te amo Naruto y me da igual lo que seas, no había conocido nunca a nadie como tú, te prometí que te protegería y eso haré.

 

- ¿Por qué tienes que ser así Sasuke? – me preguntó llorando – no ves que no podemos estar juntos.

 

- Me da igual, por ti soy capaz de romper las normas, he tardado mucho en encontrar al chico perfecto y ahora que te he encontrado no quiero perderte, pero necesito que tú también luches Naruto, yo no puedo hacerlo solo.

 

- No insistas Sasuke, esto está mal, eres mi hermano por Dios… recapacita lo que estás diciendo.

 

- No me importa, iré al infierno si es necesario pero quiero estar el resto de esta vida contigo, no me separes de ti Naru – le dije y él empezó a llorar antes de salir corriendo del aula.

 

Escuché al profesor gritar su nombre y tratar de que volviera a la clase, pero fue imposible, salió como una bala y le vi por la ventana correr por el pasillo intentando marcharse bien lejos. Creo que me había pasado un poco, sé que esto estaba fatal, no podía estar con mi hermano pero es que… era Naruto, yo no podía vivir sin él.

 

La clase de laboratorio fue un suplicio sin Naruto a mi lado aunque Sai se acercó hasta mí para proponerme algo de una fiesta en un local cercano hoy por la noche. No iba a ir hasta que me comentó que Naruto iría y seguramente… aunque no lo tenía muy claro, Deidara. Al final acepté en ir pero solo por controlar a Naruto y es que era una fiesta justo después del partido y seguramente iría Orochimaru al local.

 

En el vestuario antes del partido, Naruto no me habló en ningún momento y tampoco se giró a mirarme mientras se colocaba las protecciones. Se quedó de espaldas a mí con la cabeza agachada y cuando terminó de arreglarse, cogió el palo y salió al campo. Estaba metiendo la pata con Naruto y lo sabía, estaba empezando a ser el chico extrovertido que me habían contado y ahora volvía a recluirse en sí mismo, no podía permitir que volviera a esa desconfianza que tenía con todo el mundo. Salí a jugar y no sé qué es lo que planeaba hacer pero le pasó la pelota al equipo contrario nada más recibirla y nos quedamos todos sorprendidos ¿Es que quería perder? No entendía nada. Paré de correr para mirarle y él también me miró detenido en mitad del campo antes de girarse y empezar a correr en busca de la pelota. Ni siquiera se atrevía a mirarme a la cara y a la tercera vez que perdió la pelota adrede todos sus compañeros empezaron a empujarle, a tirarle al suelo y a insultarle porque perdían por su culpa, pero Naruto pasaba de todo. Una de esas veces me acerqué para ayudarle a levantarse pero él me apartó de mala manera la mano y se levantó solo. ¡Otro que estaba en la misma fase rebelde que su hermano!

 

Uno de los compañeros fue a pegarle un empujón cuando yo me lancé contra él derribándolo antes de que golpease a Naruto y éste se quedó atónito mirándonos en el suelo. El chico gritaba que le soltase mientras yo le decía que no volviera a tocar a Naruto, al final… nos expulsaron a los dos del campo y el partido ese… lo perdimos. Cuando Naruto entró por el vestuario todos se metieron con él pero yo los alejé como pude dándole espacio. A mí tampoco quiso hablarme pero me quedé con él hasta que se marcharon los demás.

 

- ¿Qué narices te ocurre? – le pregunté.

 

- Nada – me dijo con la cabeza agachada y una toalla sobre su cabello que me impedía verle la cara.

 

- Mírame cuando te hablo – le comenté enfadado – no te salvo el culo ahí fuera para que ahora me digas un “Nada”

 

- No necesitaba tu ayuda, no te la he pedido – me dijo con su voz casi en susurro.

 

- No me la has pedido pero te la estoy dando, así que me debes al menos una explicación.

 

- No quiero ganar – me dijo – pueden obligarme a jugar, pero no a ganar partidos.

 

- No seas cabezón – le grité – te estás comportando como tu hermano, habéis cogido una rabieta porque no han salido las cosas como vosotros queríais. ¿Crees que a Itachi y a mí nos gusta esta situación? Te amo Naruto y estoy aquí tratando de luchar por lo nuestro, pero tú sólo te escondes excusándote en que somos hermanos y no hay solución. Lucha por mí Naruto – le grité – demuéstrame que me quieres como yo lo hago por ti.

 

- Yo no necesito otro hermano – me dijo – lárgate de mi vista, no quiero verte, me hace daño verte Sasuke, lárgate de una maldita vez – me gritó y al final… acabé marchándome enfadado tras recoger mis cosas.

 

Me iba muy enfadado caminando por el pasillo y con la bolsa al hombro. Escuché la puerta metálica de los vestuarios cerrarse con fuerza por la forma en que había salido yo de allí, de verdad que estaba muy cabreado con Naruto porque Deidara y él eran exactamente iguales, se enfadaban y no entraban en razón, intentaban hacer las cosas solos y no pedían ayuda incluso cuando la necesitaban, se metían ellos solos en problemas, qué cabezones eran ¡Maldita sea!

 

Salí al patio y me acerqué hasta una de las fuentes a beber agua, necesitaba hidratarme tras el partido porque por muy malo que hubiera sido, igualmente había dado el cien por cien de mí mismo incluso cuando Naruto se empeñaba en regalarles el partido, porque yo traté de ganar, hasta dejé de pasarle la pelota para que no se la diera a los contrarios, pero ni aún así y es que en Lacrosse… no servía jugar bien uno solo, necesitaba que Naruto hubiera jugado bien, pero él no quería, se negaba, qué terco era. Tras beber agua… empecé a pensar que quizá me había pasado, yo iba diciéndole una y otra vez que le quería, pero no me daba cuenta de que estaba sufriendo al no poder estar conmigo, le dolía verme y por eso me echaba una y otra vez, por eso huía de mí todo el tiempo, no me odiaba, me amaba, me quería demasiado y le causaba dolor estar cerca de mí, era eso. Sonreí y volví a entrar por el pasillo porque quería disculparme, necesitaba hacerlo.

 

Cuando abrí la puerta del vestuario escuché los gritos de Naruto llamándome pero también escuché a Orochimaru decirle que podía gritar cuanto quisiera porque nadie vendría, él solito se había ocupado de echarnos a todos de su lado, pero en algo se equivocaba… yo jamás me iría de su lado.

 

Corrí entre los pasillos buscando a Naruto que seguía gritando y al final lo encontré en el suelo intentando quitarse de encima a Orochimaru que trataba de quitarle la ropa mientras pasaba su asquerosa lengua por el cuello de mi rubio. Dejé caer mi bolsa de deporte que llevaba al hombro y cogí el móvil dejándolo encima de unas taquillas grabando, porque íbamos a necesitar una prueba de esto y me vino genial que Orochimaru estuviera tan fuera de sí, porque no se dio ni cuenta de nada, sólo deseaba hacer suyo a Naruto. Lo que tampoco le ayudaría en el juicio, era toda esa cantidad de palabras obscenas que le estaba soltando y desde luego, fui yo quien lo apartó con brusquedad de Naruto mientras éste me miraba extrañado.

 

- ¿Qué narices haces tú aquí? – Me preguntó – deberías haberte ido ya.

 

- ¿Crees que porque este terco me diga que me largue yo lo hago? – le pregunté con una sonrisa – yo soy más cabezón que él.

 

Ayudé a Naruto a ponerse en pie y se abrazó a mí con rapidez tratando de alejarse lo más posible de Orochimaru mientras lloraba. Le escuchaba pronunciar mi nombre en susurros y tras algunos intercambios de palabras con Orochimaru, decidió largarse, meterse conmigo no le convenía, ya le rompí la muñeca una vez, no creo que quisiera repetir. Al final nos quedamos Naruto y yo solos en este solitario vestuario y no pude remediar abrazarle mientras trataba de calmarlo.

 

- Sasuke… - me llamó.

 

- Ya está Naruto, ya está, ha pasado, estoy aquí contigo.

 

- Lo siento Sasuke – me decía – lo siento. Creí que te habías marchado y no volverías.

 

- No tienes que sentirlo, estabas enfadado con toda esta situación y lo entiendo, a mí también me está costando asimilarlo, pero sigo opinando lo mismo, siempre estaré aquí cuando me necesites, además… me ha gustado eso de que me pidas ayuda – le sonreí.

 

- Eres imbécil – me dijo pero le vi sonreír.

 

- Lo sé, además… tengo algo que nos ayudará con la denuncia – le dije cogiendo el móvil de encima de las taquillas y parando el video – vamos, te ayudo a vestirte y nos vamos a denunciarle ahora mismo.

 

- Tengo miedo – me confesó.

 

- Estaré contigo Naruto.

 

- ¿Seguro?

 

- Sí, iré contigo y estaré a tu lado mientras declaras los hechos, lo prometo.

 

 


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