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Sangre del pasado por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


Odiaba todo esto, nueva vida y nueva universidad, hacer ahora nuevos amigos, volver a empezar, creo que Sasuke lo odiaba tanto como yo este cambio, pero también reconocía que era una gran oportunidad profesional para nuestro padre y sinceramente… con todo lo que ocurría con mi madre, aunque él no supiera nada, a mí me parecía un buen cambio, porque mantendría alejada a mi madre de nuestro tío Madara.


Después de que Sasuke me contase como los había encontrado a esos dos, a mí me había hervido la sangre, porque estaba seguro de que mi padre aunque era algo estricto, también era un gran padre, era dulce con nosotros y si nos exigía tanto, era porque se preocupaba por nosotros, por nuestro futuro, pero jamás nos intentó decir cómo vivir nuestra vida, nos dejaba tomar nuestras propias decisiones y todo en casa se hablaba. Era un gran padre y no me gustaba como le estaba tratando nuestra madre.


Ahora hasta empezaba a dudar de si mi madre alguna vez quiso a mi padre, quizá sólo se casó con él porque estaba embarazada de mí, porque recuerdo que alguna vez de pequeño, ya pillé a sus amigas en las típicas “reuniones de chicas” cuando mi padre estaba trabajando donde le decían entre risas que dejase a mi padre si no le quería. Eso era algo muy duro para que escuchase un niño pequeño como yo en aquel entonces y aunque ahora estaba seguro de que seguramente le habría dejado, creo que el embarazo de Sasuke le vino de improviso y acabó rehusando esa idea de abandonar a mi padre porque… ¿Qué tenía mi madre? Nada, un trabajo en una asociación benéfica de la que no cobraba nada, todo el gran sueldo, nuestro dinero venía por el duro trabajo de mi padre, ella sólo se había quedado con él por comodidad, porque no tenía donde caer muerta si le abandonaba, pero ahora con Madara tras ella… hasta creí que esa posibilidad estaba teniéndola muy en cuenta.


Mi madre era capaz de marcharse con mi tío y abandonarnos, ya desde pequeño… yo me ocupaba de Sasuke mientras ella se dedicaba a ir de compras con sus amigas y gastarse el dinero de papá, mientras decía ir a reuniones importantes de la organización para la que trabajaba y luego la encontraba en un salón de belleza arreglándose el pelo. Mi relación con mi madre había cambiado mucho, si de pequeño en algún momento llegué a admirarla… ahora se había convertido en odio, no podía evitarlo al ver como trataba a mi padre, al ver cómo nos ignoraba como si no fuéramos sus hijos. Creo que nunca quiso tener hijos y cuando se quedó embarazada… nosotros fuimos su decepción, pero la familia de mi madre era tan importante, que su padre la obligó a casarse con mi padre para que no deshonrase la familia.


Yo en esta vida tenía clara una única cosa… quería estar con una persona que me llenase por completo, a la que amase de verdad, por la que daría cualquier cosa, una persona que me amase como yo lo haría con ella y aunque miles de chicas habían estado siempre tras de mí, yo no me había fijado en ninguna, tampoco en chicos… y había tenido muchos detrás de mí, pero es que no sentía nada por nadie, no había tenido la sensación de que eran las personas ideales para mí y seguía buscándola, porque tenía que estar ahí fuera, en este mundo tenía que existir la persona ideal para mí.


Sasuke era algo más rehúso a todo esto, él no creía en el amor a primera vista, había salido con más chicos pero nunca funcionó su relación, él era demasiado dominante, demasiado protector y quería que la otra persona demostrase que le querían, pero supongo que nadie se lo había demostrado. Mi hermano era todo un rompecorazones, pero realmente… también era un poco mujeriego en el sentido… de que le gustaba probar cosas nuevas, un día estaba con alguien y al día siguiente podía verle con otro, él siempre intentaba buscar la persona ideal probando a salir con ellos, yo no era así, no me hacía falta salir con ellos para saber que no eran para mí. Tenía la esperanza de que un día frente a mí apareciera esa persona que me robaría el corazón con una única sonrisa.


Llegué a la universidad y como era la costumbre prácticamente en todas… cada uno iba a la suya y cuando entré en clase, me senté solo en una de las mesas de arriba y esperé al profesor. Fue una clase muy aburrida sobre estructuras y lo único que me desconcentraba, era a un chico pelirrojo de al lado que me miraba de vez en cuando junto a otro de pelo anaranjado. Al finalizar la clase, ambos se acercaron a presentarse y por lo menos… creo que conocería a alguien para poder hablar, porque menudo año me esperaba sino.


Se presentaron como Sasori y Pain, eran amigos desde casi el preescolar y siempre habían ido juntos a todos los lados. Al menos ambos me acogieron bastante bien y comí con ellos ese día en el comedor, hasta me invitaron a acompañarles a un centro comercial no muy lejos de aquí para dar una vuelta, pero tuve que rechazar la invitación comentándoles que otro día les acompañaría, porque hoy tenía que recoger a mi hermano del instituto.


Ambos lo entendieron bastante bien y yo fui al instituto a recogerle. En el camino me perdí como tres veces y es que mi sentido de la orientación nunca había sido demasiado bueno, aún así, conseguí encontrarlo antes de que hubieran salido los alumnos. En el parking había muchos coches, algunos de padres que esperaban a sus hijos para llevarles a casa. Aún me quedaban casi diez minutos de espera cuando vi al fondo a un chico de cabello blanco y bastante musculado que estaba hablando animadamente con unos amigos,  aunque tenían bastante mal aspecto, yo no tendría amigos así, no parecían de fiar, pero cada cual era como era, tampoco le di importancia, ni siquiera conocía al chico.


Antes de que sonase el timbre de salida, volví a fijarme en aquel chico y es que acababa de despedirse de los amigos como si tuviera miedo a que alguien le viera con esas personas, así que empezó a caminar hacia el edificio y se sentó en un banco a unos metros de mí. Yo esperaba a mi hermano sentado encima del capó de mi coche, creo que hoy le tocaba prácticas con el profesor de la autoescuela, así que estaba pensando si dejarle conducir un poco conmigo al lado para que fuera aprendiendo, porque Sasuke tenía unas ganas inmensas de tener coche y yo no había nada que pudiera negarle a mi hermanito, menos después del trauma que había cogido al descubrir a nuestra madre con nuestro tío, no debió haber sido agradable.


El timbre sonó y eso me hacía recordar mis tiempos en el instituto, aunque yo era popular, la verdad es que no sabía muy bien por qué, porque yo siempre fui el típico chico que sacaba notas perfectas y que luego encima… era bueno para el deporte. Creo que Sasuke también había heredado eso de nuestra familia, porque mi padre tenía un gran cerebro y hacía deporte todas las mañanas antes de irse a su trabajo de profesor de universidad, porque era profesor de la carrera de Derecho y hasta le llamaron para algún caso importante. Era realmente bueno tanto como profesor como de abogado y le gustaba salir a correr todas las mañanas, alguna vez cuando tenía tiempo, hasta yo le acompañaba y es que con mi padre siempre me había sentido identificado, mucha gente decía que nos parecíamos mucho.


La gran ventaja de mi padre, es que cuando salíamos a correr, muchas veces se abría, es decir… me contaba cosas que por norma general, jamás me contaría, pero en esos casos se creaba una gran confianza, tanta… que llegaba a contarme sus secretos. Nunca se lo dije a Sasuke y mucho menos a mi madre, pero era mi rato con mi padre, allí nos contábamos todo él y yo, cosas que nos preocupaban, cosas del pasado, temas del futuro, todo estaba ahí excepto el tema de mi madre con Madara que yo había preferido no contar de momento hasta ver cómo reaccionaría la cosa.


Recordaba ahora con todo esto de mi madre, que mi padre una vez… llegó a confesarme que se había enamorado de alguien en la universidad de Nueva York, un amor imposible y que realmente no llegó a nada importante, pero cuando hablaba de esa persona, cuando volvía a sus recuerdos de universidad… él siempre tenía ese brillo especial en la mirada y sabía que era precisamente ese brillo, lo que significaba el amor, se había enamorado de aquella persona, llegó a sentir algo muy fuerte y cuando le escuchaba, hasta yo sentía que todo podía ser posible, era mi deseo encontrar a esa persona especial que mi padre una vez encontró y dejó escapar por mi madre, yo no quería dejar escapar esa persona cuando la encontrase.


Creo que mi padre seguía lamentándose por no haber elegido a aquella persona, por haberse quedado con mi madre, pero eran fallos del pasado, ya no se podía hacer nada, había que vivir con las decisiones que tomábamos y no nos quedaba otra, pero yo sabía… que mi padre había sentido algo, que no era mi madre la única persona en su vida. Aún así, aunque a mí me encantaba escuchar sus historias de universidad y oírle hablar de todo lo que sintió por aquella persona, no podía dejar de pensar que él siempre decía… que lo mejor de su vida sin lugar a dudas, habíamos sido mi hermano y yo, nos quería con locura y eso me encantaba escucharlo de su boca, porque yo también quería mucho a mi hermano y a mi padre.


Estaba pensando en aquello cuando apareció ante mí la figura de mi hermano hablando con un par de compañeros de clase. Yo sonreí porque al menos había hecho algunos amigos y eso era importante, me alegraba que más o menos, hubiera congeniado. Se acercó hasta mí y bajé del capó de mi coche para preguntarle con una gran sonrisa que tal le habían ido las clases y entonces… tras decirme que bien, me di cuenta de que se había distraído un momento mirando hacia la puerta de entrada como si buscase a alguien.


- ¿Esperas a alguien? – le pregunté.


- No, nadie en concreto – me dijo sonriendo


- ¿Quieres conducir? – le pregunté enseñándole las llaves y él las cogió con rapidez sonriendo y acercándose hacia el asiento del conductor.


Sonreí por lo fácil que era de contentar mi hermano y entonces, cuando le vi subirse al coche, por el espejo delantero vi a un chico rubio pasar tras de mí, no sé qué fue lo que me hizo girarme hacia él, pero al verle en persona sentí algo. Iba con otro chico rubio muy parecido a él, ambos caminaban hacia una parada de autobús y éste, el que tenía el cabello largo, me había dejado atontado en el sitio, no podía dejar de mirar su sonrisa, parecía tan dulce, era como un ángel caído del cielo y supe… que ese chico tenía algo especial. Me encantaba ese cabello rubio, esa forma de moverse tan grácil, esos ojos azules tan intensos, esas sonrisas que nunca parecían desdibujarse de su rostro. Todo él me daba tranquilidad y a la vez… me sentía irremediablemente atraído por él, jamás había visto tanta belleza en alguien, jamás había sentido una atracción tan fuerte por alguien como en ese momento estaba sintiendo.


- ¿Vamos Itachi? – me preguntó Sasuke sacando la cabeza por la ventanilla


- Sí – le dije mirándole para luego volver a mirar hacia aquel chico que ya había desaparecido por la puerta del autobús.


¡Dios… un maldito ángel de dieciséis años! Estaba loco, no podía enamorarme de un menor de edad, no podía hacerle esto a un chiquillo, era demasiado joven para mí, pero es que jamás había visto a alguien como él, tenía que ser él a esa persona que toda mi vida estuve esperando, esa sonrisa… no pude sacármela de la cabeza en todo el día.


Sasuke condujo hasta casa y yo iba de copiloto dándole clases, pero esa sonrisa seguía allí, en mi mente, reproduciéndose una y otra vez, creo… que me iba a volver loco, ese chico era todo lo que yo había buscado en mi vida.


 


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