Si decidí estar contigo es porque estoy seguro de mis sentimientos por ti, así que deja de dudar.
Había acabado con algunos Hollow que rondaban por la ciudad y me tardé más de lo que tenía planeado. Tal vez Uryū estaría desesperado.
Ante la idea de mi novio Quincy maldiciendo por lo lento que podía ser decidí entonces aumentar de velocidad.
— ¿Tú qué opinas? —sin duda alguna ésa era la voz de Ishida, pero se notaba algo ¿triste?
—Yo digo que estás paranoico —y esa era la voz de Kon, tan despreocupado como siempre.
Me dio curiosidad por saber de qué estaban hablando, así que decidí acercarme lo suficiente a la ventana y escuchar. ¿Que parecía cotilla? Sí, y la verdad no le importaba serlo.
—Tal vez lo sea —admitió Ishida —, pero en estos últimos días no he podido dejar de pensar que una chica podría ser lo mejor para él.
Abrí mis ojos lo más que pude. ¿De qué mierda estaba hablando?
— ¿Por qué lo dices?
—Porque llegará el día en el cual Kurosaki se dé cuenta en que cometió un error al estar conmigo.
— ¿Uh? —al parecer no era el único el cual no estaba entendiendo nada.
—Antes de que él y yo saliéramos escuché que lo que más deseaba Kurosaki era tener una numerosa familia; con una hermosa esposa y dos lindas hijas.
Me golpeé mentalmente por haber dicho eso. En ese tiempo no tenía claro mis sentimientos por Uryū y dije eso más por mero compromiso que con verdadero interés.
Vaya que soy un idiota.
—P-Pero eso fue hace tiempo y parece que Ichigo es feliz a tu lado —a juzgar por el tono de voz de Kon estaba muy nervioso.
No hacía falta ver a Ishida cara a cara para saber que sonreía falsamente.
— ¿Y cuánto crees que durará esa felicidad? Como te dije antes, Kurosaki tarde o temprano se dará cuenta de que cometió un error al estar conmigo. Él es la clase de persona que se preocupa por lo demás aún si fuera alguien como yo, por eso, antes de que alguien querido para él sufra él preferiría ser herido.
El tono de voz de Ishida descendía cada vez más y me costaba mucho más trabajo escucharlo.
—Por eso, si él llegará a estar conmigo nada más para evitar hacerme sufrir… sería mejor dejarlo, ¿no crees?
No podía más, seguir escuchando hablar así a Ishida me crispaba los nervios así que decidí entrar por la ventana y poner fin a esto.
— ¿De qué estás hablando?
Uryū volteó a verme sorprendido y caí en la cuenta de que Ishida nunca detectó mi reiatsu.
—K-K-Kurosaki, ¡¿De-desde cuándo estás aquí?! —Ishida se veía realmente pálido.
Desvié mi mirada cuando entré por fin a mi gigai.
—Desde hace un rato.
Me senté en mi cama al lado suyo y un ambiente incómodo se instaló en mi cuarto.
—Bueno, yo me voy —y sin más Kon se fue de la habitación.
Ambos duramos unos minutos en silencio lo que a mí me pareció una eternidad; Ishida fue el que rompió el silencio.
— ¿Escuchaste todo? —asentí con la cabeza —Bien, entonces…
—No eres el único que tiene miedo y dudas —lo corté de repente y él me miró con curiosidad —. Yo también las tengo.
Me rasqué la nuca, incómodo. Era alguien que prefería demostrar mis sentimientos mediante acciones que con palabras, pero en este momento sabía que tenía que hablar.
—Siempre busco peleas, a menudo pierdo la paciencia, soy tosco y no llego a medir la magnitud de mis palabras y también soy un completo idiota, por lo que no me sorprendería que estuvieras harto de mí —me sincero ¡y mierda! Las estúpidas lágrimas amenazan con salir.
—Kurosaki —susurras mi nombre sorprendido y le verdad no lo culpo, pues yo también lo estoy.
—Así que no te guardes todo eso para ti, si algo te molesta o te está lastimando lo podemos solucionar juntos, ya sea hablándolo o golpeándome para después hablarlo —te sonrío para demostrarte que puedes confiar en mí.
Tu mirada se cristaliza para después ver que me sonríes tímidamente.
—Quiero… —susurras.
— ¿Dijiste algo?
—Quisiera darte una paliza en estos momentos.
— ¡¿Por qué, qué hice?!
—Por enamorarme más con esas palabras, Shinigami de pacotilla —lo dices rojo y no sé si es por la vergüenza, la furia o parte de las dos.
Sonrío y no puedo controlarme en abrazarte pese a tus quejas y parloteos.