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El cielo está en tus ojos por Zeny

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Kishi-bastardo.


N/A: Dedico este capítulo a Lluvia-san. ¡Muchas gracias por tu apoyo!

El cielo está en tus ojos

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Capítulo IX

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En el primer instante, Naruto no entendía nada. Pero eso había sido como un choque poderoso y lo había asaltado con tal fuerza, que sus neuronas habían hecho corto circuito. Nunca en su vida había sentido tal cosa. Nunca.

Solo cuando aquella sensación terminó pudo su cerebro volver a trabajar otra vez. Pero aun así las circunstancias demoran en conformarse; como un niño que trata de armar un complejo rompecabezas. Lo confuso, sin embargo, era que una parte de él mismo no quería saber lo que mostraría el rompecabezas cuando estuviera completo. Otra parte, en cambio, estaba histérica, pataleando y corriendo en círculos ante aquella realización.

Los ojos negros lo contemplaban con sorpresa y casi horror.

La imagen del recuerdo cercano estaba por fin completa en su mente. Las piezas habían encajado. Naruto era lento, pero si le daban tiempo podía llegar a comprender las cosas.

Un beso. Apasionado, fugaz, y eterno a la vez. Un beso.

Su primer beso.

_Sasuke…tú…

Pero Sasuke no le dejó terminar de hablar. Se puso de pie como un resorte, rígido como un palo y mudo como un muerto. A Naruto se le habían escapado las palabras, y no tenía ni la más remota idea de lo que debía decir. De lo que quería decir.

 

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Del otro lado de la aldea, los amigos de Naruto aún no terminaban de celebrar. El caso era que, aunque el cumpleañero no estuviera y se hubiera despedido con una excusa poco creíble, la fiesta debía continuar. Todos ellos tenían cosas que hacer al día siguiente; tendrían que volver a sus trabajos, hacer misiones, y demás etcéteras. Así que recrearse un poquito – tal vez con el portakunais a un lado por si acaso – no les haría mucho daño.

Kakashi había sido invitado también a la fiesta. Mas haciendo honor de su “mejor” cualidad, había llegado tarde. No porque quisiera, sino porque había estado ocupado.

Había logrado convencer a Sasuke de ir a ver a Yamanaka-san en la mañana. ¿Cómo lo había conseguido? Ni él mismo lo sabía. Parecía como si el pelinegro hubiera estado en prisas, y por tal de librarse de Kakashi había accedido a hacer la prueba. A cambio de eso Sasuke le había delegado las misiones de clase D a Kakashi, quién a la vez se las había delegado a un clon. Y así, todo había terminado parcialmente bien.

Lo que no dejaba a Kakashi muy tranquilo, sin embargo, era lo que Yamanaka-san le había dicho. Y en eso pensaba mientras los jóvenes compañeros de Naruto – que brillaba con su ausencia – continuaban comiendo y bromeando.

_ “Sasuke parece estar mucho más calmado que la vez anterior.”

_ “¿De verdad?”

El rubio de coleta había asentido.

_ “Su estado psicológico ha mejorado…No se podría decir que está estable, pero he notado que los pensamientos sobre “aquel tipo” no son tan recurrentes como antes. Sin embargo…”

_ “… ¿Sin embargo?”

_ “Está en una situación…algo confusa…Creo que deberías mantener un ojo sobre él. Como están las cosas, está estabilidad está pendiendo de un hilo de araña.”

_ “…Entiendo.”

_ “Sasuke es difícil de comprender, incluso para mí”. – Había dicho Inoichi con seriedad – “Espero que nada malo  ocurra. Ese chico ya ha sufrido demasiado.”

Definitivamente, Naruto estaba siendo una muy buena influencia. Solo esperaba que nada pasara, y mientras abría el libro Icha Icha que siempre llevaba consigo, se dijo a sí mismo que no había por qué preocuparse tanto. Sasuke estaba ligeramente estable, por ahora.

Mantendría un ojo aún más atento sobre el chico, solo por si acaso.

 

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¿Tal vez había sido una ilusión maquinaba por su atolondrada cabeza? Eso debía haber sido. Porque no había manera de que Sasuke, el bastardito, el mocoso que a veces parecía más frío que una cubeta de hielo incluso si en el fondo albergaba cierta calidez que Naruto había podido percibir; con quien últimamente pasaba la mayoría  del tiempo…hubiera hecho eso… Hasta sus amigos, en la fiesta de cumpleaños que había acabado de abandonar, le habían preguntado qué había estado haciendo que casi nunca lo veían por ahí. Y él no había sabido qué responder, porque realmente no se había dado cuenta.

Sí, debió ser una ilusión. Tal vez la comida me cayó mal y estoy alucinando…

Pero la mirada de Sasuke, sus ojos abiertos de par en par, engrandecidos por la sorpresa y él silencioso pánico no habían sido nada creado por su estómago congestionado. El hormigueo en sus labios, ligeramente húmedos y entreabiertos; el calor que lo había arrasado como un incendio, aquella sensación que parecía haberle dado un vuelco a su universo… No, nada de eso había sido una ilusión. Y su entrepierna tampoco era una mentirosa.

Sasuke se puso a limpiar la cocina con movimientos autómatas y robóticos, sin hacer contacto visual en ningún momento con Naruto. Como si de repente tuviera prisa por recogerlo todo. Como si nada hubiese sucedido. Y ese tipo de reacción a Naruto le hacía dudar. ¿Había sido real? Su cuerpo lo sentía, su mente ya se había dado cuenta, pero ¿por qué aun así se negaba a creer…?

Un beso. Su primer beso. Un beso de Sasuke.

Lentamente, se puso de pie. Volvió a intentar hablar.

_ Sasuke-

El pelinegro, de espaldas, le respondió cortante y hablando rápido. Su voz había adquirido un velo monótono que contenía una emoción indescifrable.

_ Creo que ya terminamos de comer. Tengo cosas que hacer. Cierra la puerta al irte.

Lo tomó desprevenido. Sus ojos se agrandaron. ¿Por qué?...

…Nos besamos…

No podía ver el rostro de Sasuke, quién bajo su mirada azul salió del comedor en busca de algo. Tal vez una bolsa o una escoba. Naruto no sabía.

La cabeza empezó a darle vueltas, sus pensamientos se apilaron, chocaron entre sí y emitieron el ruido de miles de libros y pergaminos cayendo al suelo. Necesitaba entender lo que estaba pasando.

Solo por esa razón se fue sin hacer un ruido, sin abrir la puerta. Volvería cuando lo comprendiera, y sería pronto. Tenía que serlo, porque necesitaba regresar y ser capaz de hablarle.

De todas las personas que conocía, ese chico siempre conseguía dejarlo sin palabras.

Sasuke.

El pelinegro entró en el comedor otra vez con una escoba en la mano. Contempló con la mirada perdida el espacio que su visión podía abarcar. La ausencia de alguien que había dejado entrar en su corazón sin darse cuenta.

Había sido tan idiota. Tan, pero tan idiota! Por qué se había dejado llevar!? Él sabía controlarse, sabía guardarse sus sentimientos, sus pensamientos y todos sus asuntos de tal manera que nadie los notaba. Pero ese tonto, estúpido, ¡maldito rubio…! ¡¿Cómo lo conseguía?! Cómo hacía para hacer que perdiera el control de sus propias acciones?! Con solo su mirada, con sus palabras cálidas, juguetonas e irritantes a veces, y en otras, acogedoras…

No podía quitarse de la cabeza el que Naruto se hubiera marchado. Una intrincada parte de su ser había esperado que Naruto al menos dijera algo… Que reaccionara…

Oh, pero su reacción fue obvia, ¿no? Se fue. El comentario cínico y burlón que se escuchó en su mente lo hizo arrojar la escoba con toda su fuerza. El objeto se estampó contra la mesa.. Los restos de pastel y el merengue que quedaba en otro plato cayeron en el suelo. El sonido del cristal y la porcelana rota resonaron en sus oídos. Eran los platos de su familia. Pero no le importaba en ese momento. Nada más tenía importancia.

Él siempre se quedaba. Hasta tarde. Hasta que ya no había una buena excusa para permanecer en casa de Sasuke y se iba a su apartamento a dormir. Siempre lo seguía, lo perseguía. ¡Incluso una vez  casi lo ahogaba en el lago para que le dijera qué le pasaba!

 Algo amargo se asentó y en su pecho e hizo que le ardiera la garganta. Sus hombros temblaron; sus músculos tensos amenazaban con dejarlo sin fuerzas. Apretó los dientes con dureza, con dolor. Sasuke cerró los ojos. Le escocían, como sí…No dejaría que nada saliera de sus ojos. No tenía por qué sentirse así. No.

Le había dicho que se fuera sin siquiera pensarlo. Pero en realidad no quería eso. Quería…Sasuke quería algo que no se permitía ni siquiera formular en su mente. Algo en lo que tenía que haber pensado ni siquiera una vez. Porque había sido su culpa. Él, Uchiha Sasuke, lo había arruinado por no saber controlarse.

Malditas hormonas. Maldita amistad. Maldito Naruto.

El hueco que dejó la presencia de Naruto en el comedor creó un abismo en su pecho.

 

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El restaurante del hotel estaba abarrotado de gente que disfrutaba de la noche como si no hubiera un mañana. Las camareras iban de un lado a otro con comida y botellas de sake. Una en particular dejó tres botellitas sobre la mesa donde cenaban tres “distinguidas” damas…

_ ¡Tsunade-sama, le ruego por favor que se controle!

_ ¡Silencio, Shizune! – exlcamó la rubia, sonrojada por la bebida. Se volvió a servir un trago en la pequeña copita, y se lo zampó de una. – Estamos celebrando, ¡celebrando! ¡No hay razón para que tenga que controlarme!

Shizune suspiró con impotencia.

_ Creo que también deberíamos disfrutar de este lugar a nuestra manera, Shizune-san.

_ Ah, tienes razón, Sakura-san.

Sakura le sonrió a la pelinegra y esta a su vez le devolvió el gesto con una sonrisa cansada. Lo cierto es que a Sakura le daba algo de lástima el que Shizune siempre se estuviera estresando por culpa de su maestra.

_ ¡Bien! ¡¿Quién está listo para jugar?!

El entusiasmo que despedía la rubia de ojos miel era completamente opuesto al bloque de depresión que cayó sobre la espalda de Shizune. Tsunade se levantó de la mesa y fue hacia el lugar donde estaban  sentados los apostadores. En su mano cargaba un bolso que posiblemente tenía los últimos ahorros de las tres damas…

Shizune no podía evitar preocuparse. Desde su regazo, el cerdito la miró, como diciéndole que estresándose no iba a lograr nada. Tonton la comprendía…

Minutos después, se escuchó una exclamación de asombro de parte de los señores que rodeaban la mesa de las apuestas.

_ No puede ser. – Sakura estaba perpleja.

Las dos discípulas se pusieron de pie y se colocaron detrás de su maestra, quien estaba sentada en la mesa. ¿Habían visto bien?

Tsunade recogió sus ganancias y las echó en la bolsa. Había ganado el doble de lo que se había jugado.

_Tsunade-sama… - Shizune contempló a la rubia con incertidumbre. Una gotica de sudor frío resbalaba por su sien.

El entusiasmo que le había regalado el sake se había esfumado. Tsunade admiró las ganancias con sus ojos miel.  Hacía ocho años que no ganaba una apuesta. A la mirada de algún extraño, hubiese parecido que con ese rostro  hermoso y joven estaba contemplado un cadáver.

 

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Caminó por las calles con las manos dentro de los bolsillos y una mirada pensativa que se perdía en el suelo empedrado y polvoroso. Los mediodías en la aldea eran ruidosos. Negocios, personas paseando, trabajando, yendo de un lugar a otro. Esa era una de las razones por la que le gustaba Konoha. Siempre estaba llena de vida.

Eso no le importaba en ese momento, sin embargo. Estaba más ocupado pensando, tratando de entender. Recordar aquel beso… Su primer beso… no le había dejado dormir, y la evidencia estaba en las ojeras de sus ojos.

No es como si no supiera que había pasado. No era tan tonto. Lo que no lograba su cabeza concebir era por qué. Por qué había pasado aquello. ¿Había sido un accidente? No… Había sentido la lengua de Sasuke rozar sus labios y la suya propia de una forma casi eléctrica y pulverizadora.

…Los labios de Sasuke…

Cada vez que rememoraba ese… “suceso”…sus mejillas se coloreaban y su corazón se saltaba un latido.  Y fruncía mucho el ceño. En su entrecejo se formaban arrugas, como si estuviese demasiado concentrado. Inconscientemente apretaba los labios, como si su boca estuviera tratando de recordar también esa indescriptible y malditamente increíble sensación.

Le había gustado.

Darse cuenta de eso había sido una de las razones que no lo habían dejado dormir. Le había gustado tanto que lo recordaba a detalle. Su primer beso. Su primer beso había sido totalmente inesperado, una sorpresa impredecible.

Hubo un tiempo en su temprana adolescencia en el que había fantaseado con besar a su amiga pelirrosa. Comparado con aquellas infantiles fantasías, la realidad de ese beso había sido mil veces más intensa, aplastante y excitante. Los latidos en su pecho se habían acelerado y su pulso había golpeado con fuerza en sus oídos, resonando en cada parte de su cuerpo.

Pero eso no era lo más importante.

¿Por qué?

¿Por qué Sasuke lo había besado?...

_ Oi, Naruto. ¿Estás bien?

El rubio levantó la cabeza y se encontró con el rostro aburrido y ligeramente preocupado de uno de sus amigos.

_ Usualmente no andas con ese tipo de cara.

_ Shikamaru… - Naruto parpadeó un par de veces.

El pelinegro en cuestión estaba vestido con su chaleco de jounin y llevaba una mochila al hombro. Parecía que iba a irse a una misión, pero el rubio no reparó en eso. Se percató de otra cosa; lo que tal vez podría ser la solución a su problema.

Un farolillo se prendió en su cerebro. ¡Por supuesto!

_ ¡Shikamaru! – ¿Quién mejor para preguntarle sobre lo que no entendía que el genio Nara?

El de coleta alzó una ceja.

_ ¿Qué pasa?

_ Ven, ¡tengo que hablarte de algo importante! – le urgió el rubio.

_ No puedo, Naruto, tengo-

_ ¿Tienes tiempo? – cuestionó con urgencia, casi saltando en su lugar. Shikamaru frunció el ceño, y alzó un poco una ceja.

_ Tengo casi una hora; pero que-

_ ¡Ven, vamos! ¡No te tomará mucho!

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_ Me hiciste caminar bastante hasta aquí, lo que es muy problemático. Ahora explícame de una vez. Y rápido. – Exigió la voz aburrida con algo de irritación.

Naruto tomó aire.

_ Bueno, este es el asunto. Si yo te beso…

_ ¿Qué? – espetó.

_ Déjame hablar. Supón que yo te bese…

El Nara se alejó un paso con cautela. Solo por si al rubio se le ocurrían cosas raras.

Naruto, ignorante del comportamiento del otro, continuó con su explicación. Aferró al de coleta por los hombros y lo miró fijamente.

_ Supón que somos amigos, y de repente ¡PAM!  - esa imitación de una explosión llegó a asustar al genio.  – Te doy un beso. ¿Eso qué significa para ti?

La expresión de Shikamaru era de escepticismo con una pizca de pánico. Echó un poco la cabeza hacia atrás y alzó las cejas cuestionador.

_ …¿Qué tipo de beso?

_ ¿Tipo? – el desconcierto estaba escrito en el rostro de intranquilos ojos azules.

_ En la mejilla, en la boca, en la frente… Accidental o intencional…

Esa era una de las cosas que tenían confuso al Uzumaki. ¿Había sido una acción deliberada por parte de Sasuke? ¿O había sido un accidente? …Aunque…No se había sentido para nada como un accidente.

_ Pues… – No pudo evitar sonrojarse levemente.  Dejó de sostener los hombros del pelinegro y se rascó una mejilla algo apenado. Tosió en su puño y se aclaró la garganta. – Bueno,  ¡¿pero qué necesitas saber eso!?

Shikamaru lo miró aburrido.

_ Depende de quién y cómo, el beso tiene diferentes significados, Naruto.

_ Ah…

_ ¿A quién besaste?

_  ¡¡No he besado a nadie-tebayo!! – exclamó escandalizado y manoteando delante de su cara. Shikamaru dejó salir un suspiro de sufrida paciencia. Sí, no había estado equivocado. Ni aunque cumpliera los 60 Naruto iba a dejar ser Naruto.

_ Entonces, ¿quién te beso? – preguntó el Nara.

Naruto se sonrojó como un tomate.

_ ¡Vale, eso no importa! – el rubio refunfuñó. Sabía que lo único que quería su mente era una especie de confirmación. Por eso necesitaba que se lo dijera. – ¡Solo dime-tebayo! ¿Qué pasaría si yo te besara en la boca… intencionalmente!?

Parpadeando un par de veces, el Nara comenzó a analizar la situación dentro de su cabeza. Naruto no estaba planeando besar a nadie, estaba preguntándole lo que significaba un beso que había dado… o recibido.

_ Si hipotéticamente – resaltó la palabra – me besaras adrede en la boca …  –  el Nara habló con cuidado – Eso significaría que te gusto.

Naruto parpadeó varias veces. Se quedó en blanco.

_… ¿Gustar?  Pero si tú me gustas. Me caes bien y somos camaradas. Igual que me gusta Iruka-sensei, y Sakura-chan… Me gusta mucha gente. – Preguntó el rubio con cara de idiota y ojos de zorrillo, sin entender a qué se refería.

Fue el turno de Shikamaru de rodar los ojos. A Naruto había que tratarlo como a un niño de cinco años en algunas ocasiones.

_ “Gustar” en ese sentido no, idiota. Me refiero al gustar que implica “atracción sexual y emocional”. ¿Entiendes?

_ Ah, ese gustar…

_ …

_ …

_  ¡¿QUÉ!? – soltó un grito agudo de pura incredulidad. –  Pero…pero eso es…

Naruto bajó la cabeza hacia el césped como si este entendiera la situación mejor que él mismo y fuera capaz de explicarle. Confusión, inseguridad, perplejidad, incertidumbre…Sus ojos miraban en todas direcciones, sus pensamientos se revolvían como canicas en un agujero, colisionando las unas con las otras. ¿Cómo era posible que…?...No, no, no podía ser…

_ ¿Estás-estás seguro?!

Algo exasperado por la exagerada reacción y porque se le estaba haciendo tarde para llegar a su destino, el pelinegro le habló sin nada de delicadeza. Se acabó. Él no era profesor de niños de cinco años.

_ Naruto, un beso en la boca solo puede significar una cosa. Atracción. Sentimental o sexual, cualquiera de las dos o las dos juntas. No hay manera de confundirse.

_ …

Shikamaru suspiró.

_ Podemos hablar más de estas cosas otro día. –  El pelinegro levantó su mirada al cielo. Una bandada de aves se dirigía al sur. El rubio no había vuelto a emitir palabra, y eso preocupaba un poco al Nara. ¿Qué le había pasado para que estuviera así? ¿Con quién se había besado ese idiota? – Estoy algo apurado, pero escucha…

El de coleta puso una mano sobre su hombro. Naruto lo miró.

_ No lo pienses demasiado. No se te da bien. Seguir tus instintos es tu fortaleza en la mayoría de las situaciones. – Bajó su mano y ajustó la mochila que llevaba en su espalda. – Ahora tengo que ir con Asuma-sensei a los Exámenes Chunnin, pero cuando vuelva hablaremos sobre esto.

_ ¿Eh? ¿¡Ya son los Exámenes Chunnin!?

¡Era cierto! ¡Casi se le olvidaba! Konohamaru le había dicho. El chico iría a su primer examen chunnin, y estaba muy entusiasmado acerca de la idea. Debería ir a despedirlo al menos, desearle buena suerte…

… ¿Acaso él también iría…?

_ Es muy problemático, pero alguien tenía que hacerlo. – Con un suspiro desganado y una sonrisa ladeaba, el genio de los Nara se despidió. – Nos vemos.

En pocos segundos, Naruto se quedó solo otra vez. El sonido de la brisa silbó en sus oídos. Sigue tus instintos, le había dicho su camarada. Y como decía Chouji, Shikamaru pocas veces o nunca se equivocaba.

Si se trataba de seguir su instinto, solo había una cosa que quería hacer en ese preciso momento.

Tenía  que ir a verlo.

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Kakashi  observó por segunda vez a su alumno.

_ Ya hablamos de esto una vez. ¿Estás seguro que no lo quieres hacer el año que viene? Creo que todavía es muy pronto para ti.

Sasuke ni siquiera se lo pensó dos veces.

_Quiero hacerlo ahora. No tengo tiempo que perder.

El peliplateado suspiró, y entrecerró los ojos. Se sentía preocupado.

¿Qué había sucedido? ¿Qué había cambiado? ¿Había pasado algo entre Naruto y Sasuke que de repente hiciera que el chico tomara esa apresurada decisión? Se revolvió su cabello en un ademan lánguido, como si por fin se resignara a la idea de su estudiante, aunque no le gustara.

No sabía por qué de repente Sasuke le había dicho que quería hacer el Examen Chunnin. De hecho, le había tomado por sorpresa. Tenían un plan; Kakashi hasta tenía contados los días que le tomarían a Sasuke para por fin controlar el chidori  a la perfección, y le había estado enseñando además a manejar el sharingan. Había intentado razonar con Sasuke, pero este no le había prestado atención. Ya no tenía ninguna buena razón para convencerlo.

Lo más preocupante de todo era que Sasuke aún no tenía las tres aspas en cada ojo. Para enfrentar a Itachi, por lo menos tendría que desarrollarlo completamente y saber manejarlo. Sasuke sabía eso muy bien.

_ ¿Por qué has cambiado de opinión? Habíamos acordado que lo harías el próximo año.

_ No tengo por qué explicártelo.

El chico pelinegro se colgó la mochila a la espalda y le dirigió una mirada seria a su maestro.

_ Me voy.

Sasuke caminó con pasos tranquilos hacia la salida de Konoha, donde un grupo de ninjas de todas las edades esperaba para salir. El examen de ese año se celebraría en la Amegakure, la Aldea de la Niebla. Algunas de las caras le eran familiares.  Ese chico, el nieto del Hokage, estaba entre los que se encontraban en la misma edad que él. Los ninjas que iban a tomar el examen conversaban entre ellos. Kakashi le había dicho que normalmente los gennin participan en grupos de a tres; o sea, que se participaba en equipo.

Aunque Sasuke era un caso especial.

_ ¿Ya están todos? – la voz de un hombre que Sasuke conocía con el nombre de Asuma se escuchó por encima de la multitud de murmullos. Se quedaron en silencio, y otro jounin – lo supuso por el chaleco que llevaba – habló, pero su tono era mucho más bajo.

_ Parece que no falta nadie. – el pelinegro de coleta levantó la vista y escudriñó las caras de los que estaban frente a sus ojos. Debían ser unas cuarenta o cincuenta personas. Konoha siempre tenía una gran participación en los Exámenes Chunnin.  – Uchiha Sasuke, acércate. – llamó, y todos se giraron hacia él.

Sasuke atravesó la multitud con rostro indiferente, y llegó hasta donde estaban los dos jounin. Estos lo miraron con seriedad, pero Asuma le dirigió una pequeña sonrisa. Tal vez trataba de darle ánimos.

Ni que le hicieran falta.

_ Kakashi nos habló de ti. Como no tienes un equipo, puede que te sea más difícil que a los demás.

El chico pelinegro metió las manos en sus bolsillos y habló con voz clara, sin titubeos. Su decisión estaba hecha y no se echaría para atrás.

_ Sea más difícil o no, lo haré de todas maneras.

“¡Wow! ¡Aprendes rápido!”

_Hm, bien dicho. Me gusta tu espíritu. – se giró al que lo acompañaba – Shikamaru.

_Ok.  – se aclaró la garganta y se dirigió a la multitud – Bien, será un viaje de tres días. Les aconsejo que no gasten chakra en vano. Ahorren todas sus fuerzas para el examen. Iremos por el bosque. ¡Preparaos para salir!

Los ninjas exclamaron una afirmación, y emprendieron la marcha a través de las puertas de la aldea. El sol se deslizaba por el cielo despejado iluminándolo todo.

“¿Estás seguro que no lo quieres hacer el próximo año?”

Sasuke apretó los puños y frunció el ceño.

“Tonto hermano menor.”

“Sasuke.”

Su mente no dejaba de recordarlo una y otra vez. Cada momento que habían pasado juntos, cada sonrisa, cada expresión de alegría y diversión.

No hay vuelta atrás… Él… ¿Por qué me dejé llevar?... Esto no habría pasado si yo…

Si se hubiera enfocado más en su objetivo, no se habría distraído de esa manera. Tal vez, si hubiera ignorado un poco más al mundo que lo rodeaba, nunca le había prestado atención…

Incluso esa excusa sonaba estúpida en su mente.

No habría sido capaz de no notarlo.

¿Qué estaría pensando él en ese momento?  …¿Sentiría… asco? ¿Repulsión?...  ¿Querría mantenerse alejado? …  La incertidumbre lo carcomía. Un pinchazo de temor que se esforzaba en esconder y en ignorar.

Solían verse en las mañanas. Naruto se aparecía en su casa casualmente a la hora del desayuno, y los dos se sentaban a comer en la mesa.

Ese día Naruto había roto aquella rutina. Y Sasuke se habían encontrado sentado en la mesa, atormentado por los recuerdos del día anterior, sin gana alguna de probar bocado. Solo comió porque tenía que hacerlo. No podría irse al examen con el estómago vacío.

Sus pies se movieron por inercia, su atención dividida entre el remolino de recuerdos de su mente y el camino que tenía por delante. Esperaba que esos días lejos de Konoha le ayudaran a olvidarlo, y que su cabeza dejaría  de evocar de una vez y por todas a ese rubio idiota.

Necesitaba olvidarlo… Era la única solución.

“¿…Sasuke?”

Pero algunas cosas no podía evitarlas por mucho que quisiera.

Los ojos azules, los labios carnosos y suaves, el sabor…

Hehe…así que soy especial para ti, ¿eh?”

La calidez de aquellas veces que lo habían envuelto con sus brazos sin percatarse de lo que realmente le hacía; la cercanía, su voz, sus palabras…

“…Feliz Cumpleaños atrasado, mocoso.”

“Sasuke, tú-”

Tendría que deshacerse de esos recuerdos. O los recuerdos lo destruirían a él.

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Notas finales:

N/A: ¡Hola de nuevo! Disculpen la demora ;_; Aun así espero que les haya gustado el capítulo X_) (Zeny sabe que hay mucho drama, pero aun así tiene esperanzas.)Volveré a actualizar tan pronto como pueda.


A los que aún no la han leído, echadle un vistazo a mi más reciente one-shot “La Historia”. Autor: Uzumaki Naruto. ¡Me encantaría saber lo que pensáis! : 3


¡¡Muchas gracias a los que aun leen, nos vemos pronto!!


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