Capitulo 2:La verdadera culpable
Era imposible, ese era el pensamiento que cruzaba por la mente de Gabriel mientras corría como si su vida dependiera de ello, ¿Cómo demonios se le hacía tarde por pensar en lo de ayer?, bueno ya no era momento de pensar como lo importante era llegar al instituto.
Fue cuando a unos metros de la entrada logro ver a Miguel hablando con el vigilante que al parecer estaba por cerrar la puerta, no supo como lo logro pero a los pocos segundos ya se encontraba dentro cayendo exhausto sobre Miguel quien si bien oía al parecer le agradecía al vigilante fue cuando recordó la razón por la cual se había desvelado.
Con rapidez se levanto separándose unos centímetros de Miguel quedando frente a frente encontrándose con el rostro angustiado del último, lo sabía, eso era lo que pensaba mientras entraban al edificio, una parte de él lo supo desde el inicio, el debía de disculparse, por su culpa Miguel estaba enojado, el debería…
-Lo siento mucho-sus ojos se abrieron sorprendidos cuando el chico de cabellos castaños se disculpaba con una reverencia y voz apresurada.
-¿Q-que?, ¿Por qué te disculpas?-pregunto Gabriel con voz dudosa.
-Dije palabras inapropiadas a Will-chan, el no debe de saber nada sobre ese tema a su edad y mucho menos malinterpretarlo, se que estas molesto y me disculpo por ello, si quieres golpearme adelante-termino el chico castaño con voz angustiada.
Un suspiro salió de sus finos labios, ¿Cómo Miguel le permitía golpearlo por un malentendido como ese?, aunque podía hacerlo ya que en la cena de ayer el imprudente de su hermanito le dijo a su padre la gran y estúpida explicación que le dio Miguel, dejando a su padre avergonzado al saber las ideas de su amiga, pero tampoco podía golpearlo porque no era el culpable, la persona verdaderamente culpable era…
-Miguel no tienes que disculparte por nada, Will-chan es imprudente como cualquier niño, yo no actué rápido y si alguien no le mentía lo más probable es que le preguntara a papa y se molestaría conmigo, quien debe de disculparse yo, mi hermanito dijo algo indebido respecto a nosotros-dijo el rubio parecido a como lo había planeado originalmente.
-¿Sobre nosotros?-empezaba a creer que Miguel era un simple niño preguntón, y el que no quería hablar del tema.
-Ya sabes sobre lo de que para el deberíamos ser novios, de verdad lo siento, creo que ya no debo dejarlo a cuidado de Sakurai-chan-dijo con un poco de pena, no podía creer que esa fuera idea de su hermano tal vez la hermana de Mei tenía que ver con eso.
-¿La idea te es tan desagradable?-no supo por que el tono de su voz le sonó dolido pero en una parte de su ser se sintió incomodo con eso.
-En absoluto, las relaciones homosexuales no me causan asco ni nada parecido, y es obvio que tu nunca me has causado asco-no supo porque sintió la necesidad de explicarse, pero un grito detuvo su conversación.
-Gaaa-brii-eeel-kunnn!!-sus rostro sorprendidos veían a una chica llegar a ellos con gran velocidad quedando frente a ellos.
Gabriel quería explotar frente a él estaba Mei Sakurai una hermosa chica de baja estatura a lo mucho media 1.58, de bellos y rasgados ojos negros tan profundos como la noche haciendo conjunto con su brillante cabello azabache resaltando con su blanco y hermoso rostro donde sus finos y generosos labios color durazno lucia una hermosa sonrisa mostrando su blanca dentadura, era de verdad hermosa pero en la mente de Gabriel al verla solo resonaba una frase:¡¡TODOO ES TU CULPA!!, la verdadera culpable de su problema, una parte muy en su interior quería estrangularla, pero otra parte de si le recordaba que ella era su mejor amiga mujer desde jardín de niños, termino escuchando a la segunda voz.
-¡¡TODO ES TU CULPA!!-aunque eso no lo callaba.
-¿Qué hice?-pregunto con inocencia la chica.
-Mi dulce y tierno hermanito anda pensando tonterías por tu culpa, ¿o me dirás que la idea de que Miguel y yo debemos ser novios no se la metiste tu?-dijo eufórico Gabriel mientras Miguel solo lo miraba ligeramente asustado.
-¿Will-chan dijo eso?, el es tan tierno, aunque yo no le metí esas ideas, pero si un niño tan inocente como el acepta que un par de idiotas como ustedes dos deben estar juntos significa que es vierto-dijo alegre y sabiamente la azabache.
-¡¡Y UNA MIERDA!!, TU O TU HERMANA CHANTAGEAN A MI HERMANO PARA DECIR ALGO QUE NI EL ENTIENDE-realmente podía exagerar las cosas pero no planeaba pensar en eso por el momento.
-¿Eres homofóbico Gabriel?-pregunto Mei seriamente.
-Nunca lo he sido y nunca lo seré-dijo con decisión y sinceridad en sus palabras.
-Entonces yo no le veo el problema, si realmente no tienes repulsión por ello porque exagerar el asunto, además si no tienes una relación con Miguel y no planeas tenerla no tienes porque verlo como si te estuviera casando con el no lo crees, ¿tu qué opinas Miguel?-pregunto serenamente la chica.
Miguel que no había prestado atención a la conversación solo veía a Gabriel como si sintiera haber hecho el mayor ridículo de la vida.
-La verdad la presión que siente Gabriel por tus comentarios no es solo por ayer, tienes la mañea de decir siempre que ambos somos pareja no creo que sea bueno difamar siempre a las personas con quien sale o no, ¿no lo crees Mei?-.
-Nunca lo había pensado así-¿al fin había entendido?, solo podía agradecerle a Miguel su dulce y paciente manera de decirle que dejara de jo…-pero ustedes serian la pareja más hermosa de rodas, solo piénselo, y si aun no pueden imaginarlo puedo mostrarles los doujinshis que he hecho de ambos, se ven tan bien!!-!!NO HABÍA ENTENDIDO NADA!! LLA MUY HIJA DE SU MAMA SEGUIA MOLESTANDO,¡¡ ODIABA A LAS FUJOSHIS LAS ODIABA DE VERDAD!!, estúpida euforia de Mei, maldita paciencia de Miguel, estúpida campaña que anunciaba el inicio de clases y maldita pubertad que lo ponía demasiado irritable, un golpe en la cabeza lo trajo a la realidad.
-Mocosos entre al salón o los dejo fuera- dijo el profesor de historia después de darles un pequeño golpe a los tres con el libro de la materia.
-Mitsubishi-sensei no era necesario el golpe-dijo suavemente Miguel aun sobando su cabeza.
-Argento-kun, Taylor-kun y Sakurai-chan si no quieren que los repruebe este semestre por hablar de homosexualidad en los pasillos en lugar de entrar a mi clase-dijo amenazadoramente con una sonrisa sádica dejándolos helados por el tono cruel de sus palabras.
-Lo sentimos sensei-dijeron los tres entrando con rapidez al salón.
-Miguel, ¿realmente crees que algún día no la quitaremos de encima con ese tema?-pregunto el rubio con un poco de pesar, el castaño rio por su mal humor.
-La verdad lo dudo, pero no creo que vaya a drogarnos y encerrarnos en un cuarto para sus fantasías-dijo bromeando Miguel asustando a Gabriel.
-Yo que ustedes no diría eso en voz alta o Sakurai-san en verdad lo hará-la voz cómplice de su sensei los hizo arrepentirse de ello, tal vez y ya lo planeaba.
Su profesor era uno de los primeros que se había enterado los gustos y planes de Mei Sakurai, por muy frio y cruel que pareciera siempre intentaba ayudarlos a intentar persuadir a Mei que ya dejara el tema atrás, pero ni el lograba quitar las ilusiones a la fujoshi, en verdad era terca.
Por otra parte era el mejor profesor que habían tenido, Mitsubishi Ryuzaki era conocido como el mejor profesor de la escuela y también el más atractivo, su gran carisma su agrado por los niños y su profunda y aterciopelada voz lo hacían el hombre perfecto, al menos esa era la opinión de toda la comunidad femenina y algunos miembros de la comunidad masculina.
Para sus alumnos no era muy diferente, la única diferencia es la manera como los trataba, desde el inicio había mostrado que era un hombre de confianza que podía ganarse la amistad de cada uno, el mas que un simple amigo era como un segundo padre, siempre tenía ese instinto sobreprotector de cuidar a cada uno de sus "mocosos" como el solía llamarles, siempre mantenía una gran disciplina en sus clases pero eso no lo hacía ver como un profesor cruel, era lo contrario, sus clases más que una pasada hora de historia era más relajada de lo que parecía, lograba hacerlos sentir cómodos he de ahí la razón por la cual se ganaba la confianza de todos, tanto de los docentes como alumnos.
Pero la tranquila clase de historia no lo distrajo de su nueva duda: ¿Por qué había tristeza en los ojos de Miguel después de su plática?
Continuara...