Muchos años después...
Los enanos fueron atacados por tarántulas gigantes, y enredados en su tela. Afortunadamente Bilbo no estaba con ellos, así que esperó la oportunidad y pudo liberarlos.
Al matar a la mayoría de esas criaturas, Thorin y su compañía fueron arrestados por los elfos del bosque. Así que los llevaron a sus prisiones, pero su rey supo que uno de ellos era Thorin Oakenshield y pidió que se lo trajeran inmediatamente...
- Te ofrezco mi ayuda, joyas con brillo de estrella y muy valiosas para mi están en esa montaña. Claro, ése seria mi precio.
- Jamás olvidaré la ultima ves que yo y mi pueblo venimos a pedirte ayuda, y tú nos ignoraste… ¡Dejándonos a nuestra suerte! No haré un trato contigo, es mi última palabra.
-Bien. Entonces quédate aquí por siglos ¡Púdrete si quieres! Un siglo para un elfo es sólo un suspiro... Yo soy paciente, puedo esperar ¡Llévenselo!
Guardias elfos toman a Thorin y se lo llevan de regreso a su celda.
- ¿Qué ocurrió Thorin?- pregunta Balín al verlo.
-Quiso hacer un trato conmigo, y yo le dije ¡Jodete, con todo y tus subordinados, que las peores maldiciones caigan sobre ti y tu pueblo!
-Pues un trato era nuestra única forma de salir de aqui- dijo Balín después de suspirar y resignado.
-No es la única.
Pasan cinco horas, y se escuchan pasos; llegando así cuatro elfos armados, se detienen frente a la celda de Thorin y abren la celda pidiendo que Thorin los acompañara. Oakenshield los mira desafiante, junta sus muñecas para que así pudieran encadenarlo.
Salen de la celda y la cierran de nuevo.
Se escuchaban los gritos de los enanos "¡NO! ¡¿A DONDE LO LLEVAN?! Pero los guardias siguieron su camino. Thorin estaba nervioso, incluso sonreía tranquilo.
Dan la vuelta y suben algunas escaleras. Llegan al último piso, se detienen frente en la puerta más alta.
Tocaron tres veces y la puerta se abrió. Los elfos señalaron a Thorin que entrara.
- ¿Qué es esto? ¿Una trampa?
-No lo sabrás hasta que entres.
Thorin respira hondo y entra.
Dejan a Thorin encadenado de las manos dentro del cuarto del rey, se retiran dejándolo desconcertado. La habitación parecía vacía.
-¡Sé que estas aquí, puedo oler tu asqueroso aroma de traidor!
Se escucha el rechinar de una puerta y detrás de ella, aparece el rey con una bata roja entre abierta, enseñando descaradamente sus hombros y piernas nacaradas.
-Te he traído aquí para tener nuestra privacidad que ya habíamos perdido... amor.- Tomando la cadena de las esposas del rey enano y enganchándola hacia arriba, dejando a Thorin con las manos arriba.
-¿A qué te refieres? ¡No seguiré teniendo intimidad con un cobarde traidor, así que olvídalo!
Thranduil lo mira a los ojos, acercándose sensual y mordiéndose un labio.
Comienza a desvestir a Thorin, y el corazón de éste le latía tan intensamente que parecía salirsele de su pecho.
Ya completamente desnudo, su erección le delataba. Sonriente Thranduil le decia - Eres un terrible mentiroso.- Y bajando poco a poco -¿Acaso me dirás que no quieres esto?
-No te.. Te atrevas
Thranduil besaba su pecho y abdomen, acariciando parte de sus ingles y le lamia. Voltea hacia arriba, notando así a Thorin con los ojos cerrados y sonrojado.
-Mirame, por favor.
Thorin abre los ojos en cuanto sintió la lengua tibia de Thranduil rozándolo y excitándolo aún más ¡Como había extrañado esos dulces momentos, y sobre todo, cuanto había extrañado a su elfo!
-Ah... Ahhh
Thranduil lo comienza a devorar de arriba hacia abajo su caliente erección, Thorin movía sus caderas al mismo ritmo de Thranduil, hasta sentir que se venia y el elfo tragara el fluido que pronto salió.
-Quiero que me hagas el amor ¡Oh Thorin, como antes! Olvida todo y perdóname.- le susurra dulce al oído.
-Entonces ¡Desátame!
-No sé si hacerlo, vas a huir en el primer intento...
- Después de lo que ha pasado en estos momentos ¿Crees que lo haría? Créeme, no soy capaz de hacerlo, teniéndote aquí ¡Así! Vamos... Ya te he perdonado.
Thranduil lo mira con la más bella mirada que podía hacerle y sonríe.
-¿Es eso cierto amor?- le pregunta mordiéndose el labio.
- Es cierto, si yo ya creo en ti, ahora tu confía en mi.
Thranduil asiente sonriendo, no podía resistir esos ojos y más porque le expresó que lo había perdonado; cosa que mas deseaba en el mundo.
Comienza a desatarlo y ya liberado, Thorin lo mira y se lanza hacia él. Lo besa y recuesta en la cama. Thranduil se deja llevar. Thorin besa y muerde el cuello del elfo, tan fuerte que termina lastimándolo. Thranduil grita de dolor, así que Thorin lo golpea en el estómago sacándole aire. Toma sus piernas, las separa quedando cara a cara. Amarra sus manos y piernas con las cadenas.
Para evitar que gritara, lo amordazó.
-¡Ahora si, amor mío, sentirás todo el odio de mi venganza! -Jalando sus cabellos dorados hacia él.
-¡Todo el dolor que pasé, lo sentirás ahora!
A Thranduil se les escapan unas lágrimas.
-¿Quieres que te perdone?
Thranduil asentía con la cabeza llorando.
Con sus dedos acariciaba su entrada, Thranduil temblaba de miedo, no podía creer lo que estaba ocurriendo. Pero al mismo tiempo entendía la furia y despecho de su amado, así que se resignó a obedecer y no luchar, era mejor que de una ves se saldaran cuentas, para así, volver a amarse como antes.
-Ahora ¡Boca abajo y alza las caderas!
Thranduil lo obedeció y comienza a sentir caricias suaves en su espalda y en su entrada. Incluso lo sintió como en el pasado cuando hacían el amor. Llegó incluso a pensar que Thorin se arrepentiría de su venganza y le haría el amor.
De pronto sintió la invasión total de Thorin y quiso gritar. Era muy dolorosa, no como antes que su amado lo hacia con cuidado y ternura. Comenzaron las punzantes estocadas, y él solo lloraba de dolor y de temor.
No podía gritar pero se podían oírse sus quejidos limitados ya que se encontraba amordazado. Thorin seguía sin rastros de remordimiento, cada vez más duro. Rasguñaba la espalda y le daba fuertes nalgadas.
Le excitaba ver al elfo atado y a su merced. Entonces sus movimientos fueron más rápidos hasta al punto de venirse dentro del elfo.
Se recuesta, agotado. Voltea a ver a un Thranduil deshecho, envuelto en sus lágrimas. Por un momento casi siente pena por él, tuvo la necesidad de acariciarle. Pero ese sentimiento le causó asco y lo reprimió.
Thranduil abría sus ojos y le miraba triste, esperando una reacción de Thorin al verlo; ya que las palabras que tenía en mente era un "perdóname’.
Por poco Thorin estuvo a punto de desatarlo; llenarlo de besos, oler sus cabellos y abrazarlo, para así quedarse dormido junto a él.
Se quedaron viendo así unos minutos. Thranduil con sus manos tocaba la mordaza que cubría la boca en señal de querer decir algo. Thorin entiende y se lo quita, pero antes lo amenaza de que si grita le clavará el cuchillo en sus ojos. Thranduil asiente con calma.
- Solo quiero suplicar que me perdones ¡Oh Thorin, en verdad yo fui a ayudarte! Pero mis consejeros me detuvieron para darme la noticia de que mi esposa me necesitaba porque mi hijo Legolas estaba desaparecido. Ella siempre supo del amor y pasión que te tenia, eso la hizo que ordenara mi regreso cuando salí en tu ayuda. Usó el pretexto de que Legolas me había seguido y se encontraba perdido, puesto que no lo hayaban. Asi que creyeron que yo lo había llevado conmigo. Mi preocupación fue tal que había entrado en un dilema, si salvar a mi hijo ó a mi amante.
Thranduil comenzó a sollozar haciendo sentir a Thorin como un completo estúpido.
-Pe... Pero ¿Por qué no lo dijiste antes?
Thorin suspiró de tristeza y en seguida desató a su amante de las cadenas. Lo abrazó fuerte y le pidió perdón.
- Siempre y cuando tu me perdones.
-¡Oh, claro que si! Digamos que ahora estamos a mano y ya no hay nada que perdonar.
Thorin lo llena de besos, e inmediatamente lo carga, colocándolo suavemente en su cama.
-Dime, donde tienes plantas medicinales...
Thranduil le señala una caja de plata. Thorin va y la abre
se encuentra con plantas que se colocan en agua caliente, como baño medicinal.
Se apresura en ir a la tina, esparce las plantas y abre la llave de el agua caliente. Casi hasta llenarse.
Lleva hasta ahí a Thranduil, lo recuesta y con suavidad le vierte el agua curativa en su rostro. Thranduil abre sus ojos, sonriendo.
- Esto me recuerda a la primera vez que nos hicimos el amor.
Thranduil suspira con profundidad y Thorin lo sintió como una cuchillada en su alma, comienza a llorar y abraza a su amado con ternura.
- Ya me siento mucho mejor, por favor llevame a la cama. Quiero dormir.
Thorin lo saca de la tina, lo seca y cargándolo hasta la cama. Lo acuesta y el también a su lado. Comienza a acariciarlo.
-Thorin, no te vayas, quédate aquí.
-No podría. Recuerda que soy tu prisionero y...
-¡No! No me refiero a eso... Quiero pedirte que no vayas a la montaña solitaria...
-Pero... ¿Por qué?
-No quiero perderte de nuevo. Yo vi lo que le sucedió a tu abuelo y no quiero que te suceda lo mismo.
-Eso no pasará, te prometo que no sucederá ¡Seré rey, igual que tú! Así podremos vernos seguido... Mejor duerme, mañana será otro día.
Lo besa y se abrazan. Thorin pega su nariz en la cabeza del elfo, llenando sus pulmones de aquel aroma tibio a flores. Durmiendo unas horas, Thorin se despierta de pronto. Ya había pasado mucho desde que los guardias lo llevaron ahí.
Se levanta y mira por ultima ves a su amado; le besa en los labios y lo acaricia, cuidando de no despertarlo.
Se viste y sin hacer ruido, se coloca las cadenas, como cuando las tenias cuando entró.
Antes de salir de la habitación, voltea a ver a Thranduil, y en susurro...
-¡Debo hacerlo! No soportaría estar contigo sin intentarlo. Ya te hecho mucho daño... Si me ocurre algo será en castigo de lo mucho que te lastimé... ¡Adiós!
Sale de la habitación y un guardia se dirige hacia él. Thorin levanta las manos, y lo llevan a su prisión.
-Thorin... ¿A dónde te llevaron?- preguntó Balín a Thorin al verlo con rastros de tristeza en su rostro.
-A ningún lado amigo... A ningún lado.