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¡Atrapado! por Fullbuster

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Portgas D. Ace POV

 

 

 

No entendía cómo mi hermano llegó a hacer una cosa así, no reconocía a mi hermano… ¿Tan fuerte le había dado su relación con Sanji como para destrozar de esa forma a Zoro? A mí me había destrozado ver a Zoro en ese estado, ni siquiera respondió en toda la noche, lloró, se quedó acurrucado en el suelo y no quiso levantarse, se sentía ultrajado y engañado, lo había hecho… Luffy… mi querido hermano había hundido al chico del que yo me había enamorado y no lo entendía, Zoro era perfecto, tenía mucho carácter y era complicado de manejar a veces pero era inteligente, guapo, fuerte, valiente… capaz de hacer lo que fuera y Luffy lo había traicionado de la peor de las maneras.

 

Me quedé toda la noche allí con Zoro, pero no consintió que le tocase, no me dejó abrazarle ni intentar llevarme su dolor, estaba muy rehúso a que la gente volviera a aprovecharse de él y ahora… no quería que nadie se le acercase y lo entendía, pero a mí me rompía el alma verle en ese estado, no sabía qué hacer para ayudarle, sólo pude quedarme toda la noche allí en vela con él, sentado en el suelo viendo como lloraba desconsoladamente y protegiendo la puerta para que nadie le viera, porque sabía… que Zoro no se perdonaría jamás si alguien le veía tan vulnerable, él no era débil, pero hoy necesitaba soltar toda la amargura que llevaba dentro.

 

Se quedó profundamente dormido casi al amanecer y yo no podía dejar de mirarle, sus mejillas estaban rojas y llenas de carriles por las lágrimas que ahora se habían secado, supongo que después de llorar toda la noche, no pudo llorar más, se había quedado sin lágrimas que derramar. No se movió del suelo, seguía allí acurrucado como podía y sabía que no era un buen sitio para que descansase, se iba a acabar haciendo daño en la espalda o algo, así que lo cogí en brazos una vez me aseguré de que estaba completamente dormido y lo llevé a su dormitorio tumbándole en la cama y tapándole con las mantas para que no cogiera frío.

 

¿Cómo iba a arreglar esto en Zoro? No tenía ni idea de qué hacer por él, de hecho… imaginaba que tampoco sería recomendable que me viera a mí, era el hermano del que había destrozado su corazón. Nunca había visto a Zoro tan mal pero tampoco había visto a mi hermano comportarse así ¿Qué narices le pasaba? No podía entender nada de lo que estaba pasando en este barco, pero sí tenía clara una cosa… no me gustaba ese comportamiento de mi hermano y de esta se iba a enterar, porque yo no me callaba ninguna ante las injusticias, no debió de haber hecho lo que hizo.

 

Podía entender muchas cosas, hasta que se hubiera enamorado de Sanji en vez de enamorarse de Zoro, pero no entendía por qué humillarle de la forma en que lo hizo, cómo podía ilusionarle haciéndole pensar que iba a proclamar a los cuatro vientos que salían juntos y luego hacerle esto, proclamar a Sanji en lugar de a él y encima… venir aquí a humillarle cuando ya estaba destrozado, venir a decirle que siguiera acudiendo a sus reuniones y jugarían. Zoro no era un juguete, era una persona, un buen chico que le había servido en todo en su tripulación y ahora lo desechaba como si nada, lo había tirado a la basura y había jugado con sus sentimientos.

 

Salí de la habitación de Zoro y suspiré tratando de calmarme yo y es que me dolía verle así, no podía ver a Zoro en este estado, estaba demasiado mal y trataba de ocultarlo al resto de la tripulación porque lo conocía… él era fuerte, si le veían así la gente empezaría con sus rumores y yo no quería que le vieran débil o que le hicieran más daño, así que intenté protegerle y hacer que no le vieran los demás en su peor momento, volvería a ser él mismo, lo sabía, sólo necesitaba tiempo para curar ese corazón.

 

- Hola Ace – escuché a Nami que venía por el pasillo – ¿Qué haces aquí? – me preguntó al verme frente a la puerta de Zoro.

 

- He venido a preguntarle unas cosas sobre la reparación del barco – le dije señalando la puerta de Zoro para indicarle que le preguntaba a él.

 

- Luffy se ocupa últimamente de eso.

 

- Sí, pero Zoro es su mano derecha, es su segundo de abordo, quería su opinión sobre unas dudas que tenía. Ahora luego iré a ver a mi hermano.

 

- Yo de ti esperaría – me dijo sonriendo – ya sabes cómo está tu hermano con su chico… - comentó y aquello me terminó de enfadar.

 

- Ya… sería una lástima interrumpirle ¿Verdad?

 

- Sí – dijo con una sonrisilla – bueno, voy a seguir arreglando las cosas, nos vemos luego – dijo mirándome con esos ojos de lujuria, sólo me faltaba eso. Yo sólo tenía ojos para Zoro.

 

Es posible que algunos me vieran con esos ojos… en mi tripulación también tenía alguno de mis compañeros completamente enamorado de mí pero yo siempre dejaba las cosas lo más claras posibles y es que… yo no quería relaciones serias excepto con Zoro, por él habría hecho lo que fuera, pero sabía perfectamente que él no se fijaba en mí, no lo haría y menos ahora con lo que mi hermano le había hecho, si antes tenía pocas posibilidades, ahora tenía muchas menos, me iba a ser imposible estar con él, me sería imposible convencerle de que le amaba. Zoro jamás me creería y lo sabía.

 

Cuando subí a la cubierta, todos estaban reparando el barco y limpiando escombros, hasta el mástil habían partido y es que mi hermano había sido muy bruto por quedarse con esa tormenta que se había formado de la nada, tenía que haber parado a descansar un día y dejar que pasase la tormenta, pero era un maldito cabezón. Miré una última vez a la tripulación y al no ver a mi hermano ni al cocinero, empecé a sospechar lo que estaba pasando y me cabreé, estaba muy enfadado en este momento con mi hermano y no podía evitarlo, yo no me callaba casi nunca y ahora mismo… iba a decirle mi descontento con su actitud.

 

Bajé hacia la cocina y mientras caminaba por los pasillos, iba pensando en lo que iba a decirle… no tenía ni idea pero me daba igual, algo se me ocurriría, yo era más de improvisar que de pensar estrategias o planes, era como mi propio fuego… muy temperamental y cuando me cabreaba lo quemaba absolutamente todo. Quizá es posible que Zoro tuviera más genio que yo, porque generalmente, tenía bastante paciencia, pero no podía quedarme con los brazos cruzados después de lo que había pasado.

 

Intenté abrir la puerta de la cocina y estaba cerrada. ¿A mí me cerraban una puerta? Estos no sabían con quien se estaban metiendo. Pegué una patada y la madera crujió casi partiéndose, pero a la segunda patada terminó de destrozarse la madera y metí la mano por el agujero abriendo el cerrojo ante el asombro de aquellos dos que estaban medio desnudos. Sé que les había interrumpido pero mejor… a mí no me importaba lo que hacían, me importaba lo que le habían hecho a Zoro y eso no podía arreglarlo con dulces palabras, estaba cansado de haber visto toda la noche en ese lamentable estado a Zoro, iban a escucharme.

 

- Lárgate – le dije enfadado a Sanji que me miraba con los ojos muy abiertos y se levantaba ahora de encima de Luffy, pero éste le detuvo.

 

- Quédate – le dijo y él no supo qué hacer.

 

Encendí una bola de fuego en mi puño y lo miré con mayor determinación aún a ambos mientras cogía con la otra mano la ropa que estaba tirada en el suelo y se la enseñaba levantándola a mi altura.

 

- He dicho… que te largues – le dije más serio aún y se levantó directamente viniendo hacia mí con miedo en sus ojos – y llévate tu ropa – le dije lanzándosela hacia la cara con mala leche mientras le veía salir corriendo cogiendo su ropa y pasando de mí.

 

- ¿Qué narices te pasa? – me preguntó Luffy enfadado

 

- ¿Qué me pasa? ¿Qué te pasa a ti? ¿Cómo pudiste hacer algo así Luffy? No te reconozco, tú no eres así. Has hecho daño a alguien y me gustaría que salieras ahí y pidieras perdón por todas las burradas que has dicho.

 

- No tengo porque pedirle perdón ni nada, él lo hizo voluntariamente, no le obligué a nada.

 

- No le obligaste pero te quería, no puedes pisotear los sentimientos de la gente como quieras Luffy.

 

- Yo no le prometí nada, jamás le dije que estaba enamorado de él y que quería tener algo serio, él se hizo una idea equivocada.

 

- Me da igual la idea que se hizo o no Luffy, ¿Cómo puedes pisotear los sentimientos de alguien como lo hiciste? Está destrozado, ese chico ni siquiera sé si querrá seguir en este barco contigo.

 

- Seguirá conmigo – me dijo – tú mismo lo has dicho, me quiere, volverá a caer, cuando yo le diga que quiero acostarme con él lo hará, me dará lo que quiera.

 

- Estás fatal Luffy, no te reconozco - le dije – no es tu juguete, es una persona, no le hagas daño, si no le quieres sólo tenías que decírselo.

 

- Yo amo a Sanji – me dijo – pero reconozco que me ha ayudado mucho, no llegué como un inexperto y podía hacer disfrutar a Sanji.

 

- Oh por favor… - era lo que me faltaba por oír – déjalo Luffy, no tienes remedio.

 

- ¿Dónde vas? – me preguntó al ver cómo me marchaba - ¿Me dejas solo?

 

- Voy a recoger materiales, por si te has olvidado… no estás de vacaciones con Sanji, estamos tratando de reparar el barco para que te pongas en marcha, así que mueve el culo y arregla el barco – le dije.

 

- ¿vas a quedarte entonces?

 

- Sí Luffy – le dije enfadado – prometí que te ayudaría a reparar el barco.

 

Me marché de allí para ir al pueblo a buscar materiales, pero desde luego… no me quedaba por mi promesa o por mi hermano como le había dicho, eso me daba igual, de hecho me gustaría poder poner tierra de por medio y salir corriendo de aquí y de estos problemas, pero no podía irme… no sabiendo que Zoro estaba así de mal, quería tratar de convencerle de que se viniera conmigo, que viniera a mi tripulación, yo jamás le haría algo así, yo le amaba de verdad… pero no me atrevía a decírselo, al menos no ahora con todo esto, podría pensar que estaba jugando con él como Luffy ya lo había hecho y esa no era mi intención.

 

Fui hacia la cubierta y cuando ya estaba por bajar a la arena, me encontré a Zoro esperándome abajo. No sé si había dormido suficiente después de la noche que había tenido, pero no quería recordarle esto para que volviera a sufrir. Bajé y tras saludarle comencé a caminar hacia el pueblo, pero Zoro me seguía en completo silencio y al final… me giré a mirarle.

 

- ¿Quieres venir al pueblo? – le pregunté por la duda de que me siguiera.

 

- Sí – me dijo – aún tengo trabajo que hacer, además el trabajo me hace olvidarme un poco de todo lo ocurrido y necesito despejarme, todo lo que me mantenga alejado de Luffy me va bien – me dijo - ¿Te importa si te acompaño al pueblo?

 

- Puedes venir siempre que quieras Zoro – le dije –venga vamos.

 

- Ace… - dijo sin moverse y bajando la cabeza – gracias por cubrirme, por no decir nada.

 

- De nada - le dije para que terminase de pensar en estas cosas.

 

No volvimos a hablar en todo el camino, fuimos hasta el pueblo y estuvimos preguntando por varios lugares para comprar las piezas y materiales que necesitábamos y la gente parecía bastante amable, quizá demasiado para mi gusto.


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