HASTA EL FINAL (PARTE ll)
Las cosas en el santuario cambiarían drásticamente, luego de que Athena y Shion desaparecieran todos se dirigieron aprisa al gran salón, tras sentir el aura maligna de Ares liberado en el templo principal.
Al aproximarse a ver qué era lo que había sucedido, nadie podía creer lo que presenciaba, pues al parecer Ares había sido liberado y ahora poseía el cuerpo de Aioria.
Este se les acerco a la ofensiva y no dudaba el alzar Nike ni su poder en contra de ellos para intimidarlos.
Todos se defendieron lo mejor que podían, pero al parecer ninguno podría contra Ares y el poder que ahora poseía, además nadie se atrevió a usar su técnica más fuerte contra él, pues sabían que si lo hacían el cuerpo de Aioria podría salir lastimado.
-¡AIORIA! – El grito de Aioros retumbo en el salón, luego de ver con sus propios ojos como su “hermano” golpeaba y lanzaba capsulas de poder contra sus compañeros empuñando el báculo de Athena contra ellos. - detente, por favor, no sigas…- Aioros se interpuso en su camino, para que dejara de herir a sus demás compañeros, alzando la flecha en su contra, Ares, alzo su vista para mirarlo.
Aioros era el único que permanecía en pie, luego de que Ares usara indiscriminadamente su poder contra ellos. Además del hecho de que era el único que tenía puesta su armadura. Ahora alzaba y su arco y flecha contra Ares.
-tú debes de ser Aioros…el hermano de quien tu llamas Aioria.- dijo ares al notar el gran parecido que poseían ambos. - No puedo decir que es un placer conocerte, pero…en cierto modo te agradezco todo lo que inconscientemente hiciste por mi.- le decía sonriéndole de lado, acercándose el poco a poco.
-no sé a qué te refieres…-dijo antes sus palabras.- pero no permitiré que vuelvas a lastimar a ninguno de mis compañeros, ¡entendiste! – Aioros estaba furioso y muy contrariado con todo, pero trataba de verse lo más firme posible, no pretendía mostrar debilidad frente a Ares.
-vaya, creo que esa no es manera de hablarle a tu hermanito querido.- le burlaba en su cara, Aioros apretó su agarre, mordiéndose el labio inferior con fuerza.
-tú no eres mi hermano, Aioria jamás haría algo como esto, así es que ahora mismo me vas a decir que fue lo que le hiciste, como es que tomaste posesión de su cuerpo y que les paso a Shion y a Athena. –
-vaya…que carácter el tuyo.-le dijo acercándose a él, peligrosamente.
-la inútil de tu diosa ya no será ningún estorbo, pues está encerrada y sellada en el mismo cofre en el que me encerró hace tiempo, en cuanto a Shion, pues bueno…el escapo como un vil cobarde al saber que no había nada que podía hacer.- le dijo sonriente, Aioros lo veía anonadado sin poder creer lo que le decía.
-¡pagaras por eso maldito! – grito Aioros.
-qué piensas hacer, lanzar tu poderosa flecha contra mi corazón para acabar con migo e ir en busca de ese cofre para liberar a tu diosa.-
Aioros no dijo nada, solo tensaba cada vez más la flecha en su arco.
-vamos…hazlo…atrévete, mira que no pretendo defenderme…lanza e esa flecha directo al corazón.- Ares se acercó a él, Aioros temblaba.
-no…no te me acerques…sabes perfectamente que con el poder de esta flecha puedo matarte…no fallaría y tu desaparecerías.- hablo Aioros tembloroso.
- bueno…según se esa flecha es capaz de acabar con dioses. –amplio su sonrisa. - entonces úsala que esperas, vamos, ya te dije que no hare nada para defenderme.- le sonrió, mientras extendía ambas manos a los lados.
Aioros no dejaba de apuntarle, la cuerda estaba tensa y la flecha apuntaba directo al corazón de Aioria.
Sería fácil deshacerse de Ares, si, lanzaría la flecha, el liberaría el cuerpo de su hermano y entonces sería momento de sellar su alma nuevamente, aunque sin su diosa y sin el cofre sería complicado y difícil, pero por lo menos Ares no lastimaría a nadie más y tendrían nuevamente en su poder las armas de Athena, además de que hallarían con mayor facilidad el cofre donde encerró ares a su diosa. Pues estaba seguro que lo escondía en ese salón, ya que sentían el aura de Athena, si, les seria todo más fácil si acabara con él en ese momento, pero…había un pero… y ese pero era Aioria.
Ares amplio su sonrisa, al ver la duda y el miedo reflejados en los ojos de Aioros. –sabes perfectamente que si disparas esa flecha, no solo yo desapareceré, si no que tu queridísimo hermanito también morirá
Aioros aún mantenía tensa la cuerda.
-Aioria…- dijo en un susurro.
- dime, serias capaz de matar a tu propio hermano por el bienestar de este mundo y la restauración de la paz.-
Trago grueso, una par de lágrimas rodaron por sus ojos.-no…- Aioros ante la atenta mirada de sus demás compañeros y de Ares bajo su arco lentamente.
-no puedo matar a mi propio hermano…-apretó los puños.- nunca podría vivir con esto en mi conciencia.- alzo la mirada hacia Ares dejando caer su arco y su flecha al suelo. – lo amo demasiado como para hacerle daño. – Aioros cayó de rodillas, rendido y destrozado.
Ares se acercó a él con una sonrisa de satisfacción, en definitiva se estaba divirtiendo con toda esa situación.
-sabía que no eras capaz…ustedes los mortales, todos, son una bola de sentimentalistas patéticos jajaja.- cogió a Aioros del cuello.
-sabes, puedo sentir como tu hermano llora por dentro, pues, a pesar de tener el control sobre su cuerpo, siento todo lo que él siente y créeme que ahora se encuentra destrozado y lamentándose como nunca antes lo hizo.-
-Aioria…- Aioros, levanto una mano para tocar su mejilla. Ares con desagrado alejo su rostro del cálido toque de Aioros. Para después tirarlo lejos, haciendo que su espalda chocara contra una columna.
-Es inútil, tu hermano permanecerá prisionero hasta que me dé la gana, me pertenece y no hay nada que puedas hacer.- le dijo vilmente a Aioros, quien lo miraba dolido, frustrado y furioso.
Ares entonces se acercó a tomar el arco y flecha de Aioros.- ahora ninguno de ustedes representa ningún tipo de peligro para mí…- alzo la mirada verles.
- así que de ahora en adelante sean unos buenos chicos y hagan todo lo que les ordene ya que si se reúsan a mi voluntad, me es fácil matarlos o controlar sus mentes con la misma técnica que use con su querido compañero.- les dijo a los demás quienes permanecían tirados en el suelo, rendidos y débiles.
- aunque preferiría no tener que matarlos….- Ares volvió al trono a tomar asiento ante la mirada furiosa e impotente de los demás. - todos ustedes me serán de mucha utilidad, para mis propósitos así que les sugiero se unan a mí y pelen a mi lado, ya verán que no se van a rendir.- les dijo sonriéndoles con malicie.
-¡NO! – Kanon se puso en pies.-eso nunca…nunca voy a permitir que me uses como una jodida marioneta al igual que lo hiciste con mi hermano…no… prefiero morir antes que eso…-alzo la mirada para verlo con desprecio infinito.
-si… ninguno de nosotros va a obedecerte, nunca.- milo también se puso en pie desafiante.
-tú no eres el dios al que juramos proteger y servil.- hablo Camus reincorporándose y mirándolo a los ojos.
- yo…- Aioros aun con lágrimas en los ojos se puso en pie y lo miro. - yo jamás estaría del lado de un ser tan vil, despreciable, infame y miserable como tu.-
Todos se pusieron en pie y ahora lo miraban desafiantes y furiosos.
Ares se puso en pie para confrontarlos.- ¿enserio? , entonces veremos quién gana. – les sonrió con malicie. - aprenderán a obedecerme o si no…los matare.- alzo el báculo de Athena para elevar su cosmos al máximo.
Los demás se pusieron a la defensiva, pase lo que pase ellos no permitirían que ese dios se saliera con la suya, debía de haber algo más por hacer, pues si no el mundo estaba condenado.
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-¡MU! – grito Shion al ver el estado deplorable en el que se encontraba el guardián del primer templo, quien a duras pensar podía sostener a Shaka.
-pero…que les paso?- Shion hizo que mu se recostara en el suelo, para luego mirara a Shaka quien parecía estar inconsciente.
-no pudimos maestro…ninguno de nosotros pudo hacer nada para detenerlo y…aunque pudiéramos jamás nos atreveríamos a lastimar a Aioria.- dijo mu llorando y lamentándose. – todo está perdido. – mu golpeo el suelo frustrado e impotente ante cualquier cosa, jamás antes se había sentido tan miserable.
-pero por favor dime que fue lo que paso? –
-Ares…ese maldito nos atacó con todo su poder, uso…uso el báculo y el escucho de Athena, no tuvo contemplaciones…el destrozo mi muro de cristal con suma facilidad, no pudimos hacer nada… muchos terminaron inconscientes, Shaka…Shaka me protegió cuando Ares intento lanzarme una poderosa descarga eléctrica…el salió herido por intentar detenerlo…-
Shion lo escuchaba consternado, sin poder creer que uno de sus más fuertes santos estuviera en tal estado, como lo estaba Shaka.
-pero…y los demás? – pregunto Shion nervioso.
-no lo sé, solo tome a Shaka y me tele transporte lejos, use el poco cosmos que me quedaba para hacerlo…no pude llevarme a los demás…no pude ayudarlos...-
-cálmate mu…-
-¡cómo quiere que me calme!- le grito alterado, algo que jamás antes había hecho, gritarle de esa manera a su maestro.
-estoy seguro de que Ares, los tendrá prisioneros para volverlos su títere o…o mucho peor, los matara....-mu agacho la cabeza triste y lamentándose lo que pudiera estarles pasando a sus demás compañeros.
- Mu ahora no hay nada que podamos hacer por los demás, solo…ir a un lugar seguro, hasta que tus heridas y las de Shaka curen por completo, entonces, nos encargaremos de buscar ese cofre, es mejor si Ares no nos nota. Podremos actuar sin que se dé cuenta, pero para eso te necesito a ti y a Shaka, ambos, en todos sus sentidos, entiendes? - le dijo mirándolo atentamente. Mu se puso a pensar unos momentos.
-está bien…pero regresaremos para hallar el cofre donde está sellada el alma de Athena y luego nos encargaremos de encerrar a ese dios nuevamente…- mu se reincorporo lentamente. Shion lo ayudo para después cargar a Shaka.
-te lo prometo.-
Entonces los tres desaparecieron de la entrada al templo de Aries.
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Saga se dirigía a su recamara, todo ese tiempo se la había pasado buscando algún tipo de empleo donde se sintiera cómodo, pero siempre terminaba renunciando al primer día. Nada parecía salirle como esperaba y para lo peor los recuerdos de Aioria no dejaban de rondarlo y trastornarlo.
-mañana…mañana partiré lejos, sí, creo que será mejor dejar de una vez Grecia…aquí…aquí no hay nada para mi.- ingreso a su recamara.
Cansado y agobiado se dejó caer el su cama. Se detuvo a mirar por largo tiempo al techo del cuarto.
-maldita sea…tengo hambre…- saga se puso en pie para dirigirse a una mesa donde quedaban restos de comida. Desanimado se detuvo a mirar las pequeñas habichuelas que restaban en una lata de conservas. Con desagrado deshecho la lata al suelo para después tirarse nuevamente a la cama, pero esta vez boca abajo.
Se propuso dormir, por un rato. Cerró los ojos, dio varias vueltas por su cama, pero nada, no conciliaba el sueño. Había algo que no lo dejaba descasar en paz, mas halla del hecho de tener pensamientos indebidos sobre Aioria.
-porque…porque tengo ese maldito presentimiento de que algo no anda bien…- Saga hace tiempo tenía un sentimiento que acongojaba su corazón y perturbaba su mente, como si sintiera que algo muy terrible estaba por pasar o ya había sucedido.
De repente escucho un fuerte golpe en la puerta, como si alguien o algo se hubieran dado contra la puerta con fuerza. Saga exaltado y extrañado fue a ver qué pasaba.
Abrió los ojos anonadado al ver a la persona tras la puerta tirada en el suelo, ensangrentada y con heridas de consideración.
-¡KANON! – saga rápidamente lo levanto y lo recostó en su cama.
-¡pero qué demonios fue lo que te paso!- saga angustiado y desesperado buscaba algún tipo de herida que comprometiera su vida.
-Saga…- dijo en un susurro apenas audible, embozando una leve sonrisa. - maldito…maldito imbécil…- fue lo último que dijo antes de quedar inconsciente.
-¡Kanon!- Saga lo agitaba violentamente para que despertara, pero nada. Al ver que no reaccionada corrió como loco hacia el baño para traer un botiquín de primeros auxilios que tenía. Se cercioró de detener el sangrado en las heridas de mayor magnitud, para después intentar bajarle la fiebre con algo de agua fría. Encendió su cosmos para cubrir el cuerpo de Kanon y transmitirle un poco de su vitalidad, para poder darle a Kanon esa fuerza que le faltaba para reponerse.
-acaso…acaso se atrevieron a lastimarlo…- saga enfureció ante la idea de que su hermano haya sido víctima de sus ex compañeros, eso no podría ser, Kanon jamás se dejaría golpear de esa manera por ellos
Pero entonces…estaba seguro de que solo una persona con mucha más fuerza que él podría dejarlo en tal lamentable condición.
-perdóname…- saga acaricio el rostro de Kanon con delicadeza.- no debí de haberte dejado solo…tal vez debimos de irnos los dos…- pequeñas lagrimas salían de sus ojos.- pero te prometo que si reaccionas y te recuperas hare lo que me pidas, si quieres venir conmigo e irte lejos, así será, nos iremos lejos…yo…yo te juro que así será. Pero por favor, no me dejes… eres lo único que me queda en este mundo, por favor, hermano…- Saga lloro y se lamentó esperando que Kanon se repusiera paso la noche a su lado esperando que reaccionara y preguntándose una y otra vez que demonios le había sucedido.
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-¡AIORIA! – Shaka despertó exaltado y con la respiración agitada. Miro a su alrededor y se encontró en un lugar desconocido, se miró a sí mismo y pudo notar que estaba vendado.
-¡Shaka! – mu se alegró mucho al verlo despierto. – ¡despertaste! – mu le sonrió para después darle un abrazo.
Shaka poso una mano en su cabeza, intentando recordar lo que había pasado. -Mu…que paso?-
Mu solo agacho la cabeza, Shaka entonces pudo cerciorarse que todo lo que él creía una horrible pesadilla, era cierto, triste y desgarradoramente cierto.
-Aioria…- dijo en un susurro. Tratando de frenar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-porque…porque tenía que pasarle esto a él… ¡porque! – grito molesto y dolido.
-no te acongojes, Shaka, lo mejor es que descanses un poco. – le dijo mu afligido.
-no…- Shaka negó con la cabeza.- tenemos que volver al santuario.- Shaka se puso en pie ignorando el dolor que le causo el hacerlo - no podemos quedarnos aquí sin hacer nada mientras los demás…- mu lo detuvo.
-no te preocupes Shaka, Shion está con nosotros, los tres buscaremos el cofre donde Ares tiene encerrado el alma de Athena, lo encontraremos y entonces liberaremos a Athena y…-
-no…no quiero…- negó con la cabeza.- no quiero pensar en eso.- Shaka se secó inútilmente las lágrimas que salían de sus ojos sin parar. Pensar en la muerte de Aioria para él era devastador.
-y…que esperamos para ir al santuario…-
-me esperan a mi…- ambos dirigieron su vista hacia Shion, quien sonreía al ver a Shaka despertó y de pie.
-Shaka, no sabes el gusto que me da verte bien.- le dijo para luego abrazarlo condescendientemente.
-gracias.- dijo Shaka, aun triste y frustrado.
-y…cual es el plan? – pregunto Shaka mirándolo atentamente. Shion solo esbozo una leve sonrisa.
-no mucho, nos escabulliremos por el santuario y usaremos pasadizos secretos que solo yo conozco, nos adentraremos al salón principal y comenzaremos la búsqueda del cofre donde Ares encerró a nuestra diosa…- enserio su expresión. - para esto necesito que sean lo más cautelosos e imperceptibles posibles pues no pueden llamar la atención de nadie, ya que es muy probable que Ares se haya encargado de volver a los demás en nuestra contra, así que no quiero que se expongan, por favor, permanezcan lo más imperceptibles posible. –
-no se preocupe patriarca, seremos como dos sombras en la oscuridad.- hablo Shaka serio, Shion asintió complacido.
-¿y que pasara cuando encontremos el cofre? – pregunto mu algo confundido.
- bueno, Doko cuida el cuerpo de Athena, el aparecerá cuando nosotros hayamos liberado a Athena, entonces, ella volverá y con su ayuda podremos derrotar a Arles.- hablo confiado y seguro, los demás solo asintieron.
-bien andando, tenemos mucho por hacer. —dijo Shion antes de acercarse a Shaka.
-Shaka sé que esto es difícil para ti, pero, te pido que te enfoques sola mente en la misión, necesito de toda tu concentración para que podamos terminar con esto de una vez por todas.- le pidió algo angustiado, Shaka solo asintió.
-no se preocupe, cumpliré con mi misión a como dé lugar.- Shion le sonrió con amargura para después concentrar su cosmos y tele trasportarse al santuario junto con Mu y Shaka.
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-¡Kanon! -grito saga la ver como poco a poco Kanon abría los ojos.
-tengo sed…- dijo con esfuerzos.
-si claro…- saga corrió a traerle un vaso con agua.
Procuro que Kanon bebiera todo el líquido.
- nunca vuelas a hacerme esto.- le dijo saga con lágrimas en los ojos, bajando la mirada para que no lo vea.
-Saga…- le dijo en un susurro.
-no hables. Necesitas descansar, estas muy débil y tus heridas necesitan sanar, por poco y no la libras. –dijo a los bajo.
-escucha…hay algo que…que tengo que decirte- se notaba que le costaba hablar. - …es…es importante.- lo sostuvo de un mano.
-ya te dije que descanses, yo iré por un poco de comida.- hablo saga poniéndose en pie.- no tardare, solo…
-¡escúchame!...- Kanon trato de reincorporarse, saga la verlo se acercó a él rápidamente, para impedirlo.
-serás testarudo.- farfullo molesto. --Te digo que te quedes quieto, maldita sea, hazme caso por una vez en tu vida.-
Kanon lo miro molesto.- cabron…escúchame tu a mí, me pase buscándote por una largo tiempo…donde carajos te fuiste a esconder, de no ser porque somos gemelos, tenemos un vínculo fuerte y se cómo piensas, jamás hubiera dado contigo.- Kanon hablaba molesto, pues encontrar a saga no le fue fácil.
-ahora no es momento para discutir, si, descansa, es lo único que te pido.- le hablo saga preocupado porque se lastimara.
-no…no entiendes…- Kanon de pronto se exalto, negando con la cabeza tras recordar todo lo que había pasado.
-cálmate, esto no te hace, bien.- saga lo cogió de los hombros.- me vale lo que paso, solo quiero que estés bien, así que relájate.-
-¡maldita sea déjame hablar!- dijo desesperado mientras lagrimas salían de sus ojos. Saga lo miro atónito, Kanon en verdad se veía angustiado y martirizado.
-habla entonces…- saga se quedó quieto mirándolo atento.
Kanon trago grueso antes de animarse a decir aquello.-Ares…-
Solo le basto escuchar ese nombre, para hacer que todo su ser se desestabilizara y perdiera las fuerzas.
-ese dios bastardo regreso…- Kanon apretó lo puños.- encerró a Athena en el mismo cofre donde estaba encerrado, se apodero de sus armas y…y luego uso ese poder para atacarnos…- alzo la vista para mirar a saga, quien parecía estar ido.
-yo…yo pude abrir un portal para escapar, pero…pero los demás…- callo al suponer el destino de sus compañeros.
Saga entonces reacciono, tomo de los hombros a Kanon.
--¿y…y Aioria…co…como esta ! que le paso! - dijo angustiado y temiendo lo peor.
Kanon dudaba en decirle lo siguiente, pero sabía que Saga tenía derecho a saber.
-Ares se apodero del cuerpo de Aioria…-
Al escuchar eso a saga se le vino en mundo encima. Sentía como sus fuerzas lo abandonaban, se dejó caer al suelo completamente contrariado y en estado de shock. No podía creer lo que escuchaba, eso tenía que ser una maldita mentira, no pida ser.
-no…no, no, no, no ¡NOOOOOOO!.- grito desgarradoramente. No podía creer que Aioria estuviera pasando por todo ello por lo mismo que él había pasado.
-como…! Como fue que paso! – saga poso ambas manos en su rostro intentando controlarse. Kanon lo miraba abatido.
-no lo sé…en realidad nadie sabe…solo estamos seguros que Aioria…Aioria permanece encerrado en su propio cuerpo, sin poder hacer nada para librarse…-
-no…- lagrimas comenzaron a salir de sus ojos.- no puede ser cierto…Aioria…- saga se sentía tan miserable y tenía tanto dolor en su corazón.-esto es mi culpa….-
-no saga, deja de echarte la maldita culpa por todo lo malo que pasa, esto…esto pasó y ya…no hay nada que podamos hacer…-
-no…yo hice que Aioria se sintiera así, por mi culpa el...- saga había pasado por lo mismo y comprendía mejor que nadie como es que había pasado todo.
-Ares….- dijo lleno de rabia y desdén, para luego ponerse en pie.- Ese bastardo infeliz me las va a pagar.- se limpió las lágrimas que corrían por sus ojos con el reverso de su mano.
-que…que piensas hacer? – Kanon se veía angustiado al suponer lo que saga pensaba.
-iré al santuario y me desharé de una vez por todas de ese maldito infeliz.-
-no digas pendejadas, nadie puede contra él, tiene las armas y el poder de Athena, nos quitó nuestras armaduras, además…si lo lastimas, Aioria…- negó con la cabeza. – entiende no hay anda por hacer…-
-descuida…yo solucionare esto…- sonrió de lado.- matare dos pájaros de un solo tiro.-
Kanon lo miro muy confundido.
-no…yo…yo no permitiré que vayas.- lo sostuvo del brazo con las poca fuerza que le quedaba. - estas condenándote a ser su esclavo de nuevo, o peor, buscar que te mate! – hablaba desesperado y angustiado.
-no me importa…hare lo que tenga que hacer para regresar a ese bastardo infeliz a donde pertenece.- saga se soltó del agarre de Kanon para luego encaminarse a la salida.
-¡Saga! – grito Kanon intentando reincorporarse para detenerlo, pero se sentía tan débil y sus heridas todavía dolían mucho.
Saga se acercó a él para acomodarlo nuevamente en la cama.
-prométeme que te recuperas y que dejaras de hacer tantas estupideces…- le sonrió con amargura.- y que pase lo que pase, no iras al santuario hasta que sea seguro…-
-no…!qué demonios piensas hacer!-
-no te preocupes…- le miro a los ojos.- todo estará bien….-
Saga entonces se acercó para darle un beso en la frente, algo que estremeció y confundió a Kanon pues nunca antes saga había tenido ese gesto con él.
-saga…- lo miro con lágrimas en los ojos, Kanon presentía algo muy malo. Era como si saga se estuviera despidiendo de él.
-adiós…- le dijo en un susurro para después salir de la recamara.
Kanon le grito, le grito que regresara, que él también lo necesitaba, pero por más que Kanon gritaba, saga no regreso.
-¡maldita sea! – grito golpeando el suelo, tras caer al intentar ir tras él. Al saberse impotente de siquiera levantarse para poder detenerlo. –¡SAGA! – grito para después ponerse a llorar como si no hubiera mañana.
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-¡como que todavía no la encuentran!- esa voz de autoritaria y feroz, resonó en todo el salón.
-lo siento mi señor, pero aún no hay rastro del cuerpo de Athena, ni de los caballeros que escaparon…- hablaba afrodita arrodillado.
Ares se puso en pie, molesto.- maldita sea! – para Ares no era nada bueno que 6 caballeros poderosos estuvieran quien sabe dónde planeando quien sabía que contra el.-
- no importa, la verdad, lo que hagan me tiene sin cuidado, sin el poder de su diosa ni sus armaduras, todo lo que hagan será inútil.-
Sonrió para sí mismo mientras veía a afrodita, quien alzo la mirada para verlo a los ojos, rojos, como los suyos.
-Además yo controlo a la casi la mitad de ellos…- amplio su sonrisa al ver al resto de caballeros parados tras afrodita igualmente arrodillados.
-nadie podrá detenerme…-
…….. ……
-no te permitiremos la entrada, a este salón.- hablaron Camus y milo mirando desafiantes a la persona que estaba en frente de ellos.
-tal parece que ese bastardo infeliz se atrevió a usar esa técnica con ustedes también…- saga agacho la cabeza, no esperaba que las cosas hayan llegado a tal extremo, ni tampoco entendía como Ares logro dominarlos, quizá el poder que ahora poseía lo hacía capaz de todo y no había nadie que pudiera resistirse a su voluntad ni detenerlo.
. -déjenme pasar.- ordeno saga serio y firme.
Tanto milo como Camus se interpusieron en su camino, poniéndose en pose ofensiva.
- no quiero lastimarlos, pero si se interponen en mi camino, no tendré otro remedio.-
Saga elevo su cosmos y lanzo un golpe, primero a milo haciéndolo chocar contra una columna, Camus lanzo su polvo de diamante para inmovilizar uno de sus brazos, pero saga logro descongelarlo, para luego golpearlo en el abdomen con rapidez.
Camus cayo inconsciente mientras milo se le acercaba por detrás a saga.
-¡maldito! – le grito milo al ver a Camus tendido en el suelo. –Pero pagares por esto…- milo se abalanzo sobre él. Saga detuvo la aguja escarlata de milo, sosteniéndolo del brazo con fuerza.
-lo siento…- le dijo antes de elevar su cosmos y golpear a milo en el rostro, haciendo que chocara contra la puerta del gran salón y quedara igualmente inconsciente.
-no se preocupen.- le hablo dándole la espalda.- les prometo que todo volverá a ser como antes… entonces saga ingreso al gran salón.
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-pero miren nada más a quien tenemos aquí…- Ares amplio su sonrisa al ver a Saga parado en frente suyo.- que grata sorpresa. –le dijo sonriente, mientras cruzaba las piernas.
Saga no podía describir que fue lo que sintió al ver a Aioria poseído por Ares, jamás se imaginó poder presenciar algo así, apretó los puños, estaba furioso.
-tal parece que tu hermanito ya te fue con el chisme, ¿verdad? – Ares le sonrió vilmente. Saga endureció su expresión, cuantas ganas tenia de borrarle esa estúpida sonrisa del rostro.
-por cierto, como se encuentra ese cobarde…porque es un cobarde, mira que escapar mientras los demás pelaban y daban todo de sí para detenerme…. –
-¡cállate! – le grito furioso y muy molesto.
-pero que genio. – Ares se puso en pie para acercarse a saga de manera provocativa, sabiendo como se sentiría saga al tenerlo cerca, no a él en realidad, sino la presencia de Aioria. - cualquiera diría que te encuentras muy estresado y disconforme…- se paró detrás de el.- dime, no te gustaría relajarte un poco…- le susurro al oído. – vamos…yo sé lo que necesitas.- saga no pudo evitar el estremecerse al sentir esas manos acariciarlo.
-su…suéltame…- logro decir algo nervioso.
- yo sé que te mueres por coger este cuerpo de nuevo y Sabes, yo también necesito algo de diversión…- le dijo vilmente lamiendo su lóbulo. Saga no pudo evitar el sentirse excitado, pues a pesar de saber que no era Aioria el que le hacía aquello, el hecho de que su cuerpo y su aroma lo rondaran y apresaran de esa manera, lo desarmaba por completo.
- no…- saga intento detener el osado y atrevido viaje que hacia su mano.
-vamos… acaso ya olvidaste esas noches llanas de pasión y lujuria donde lo poseías sin ningún tipo de contemplación o pensamiento coherente. – sonrió con vileza. - sin importarte siquiera si él lo deseaba… o lo consentía…- paso su mano por su entre pierna. –te conozco saga…sé cómo eres, se lo que sientes, se lo egoísta y pusilánime que sigues siendo…-
Ares se apegó más a su cuerpo. –vamos, sé que podemos divertirnos mucho…- entonces saga volteo para verlo, Ares aprovecho su desconcierto para besarlo sin ningún tipo de pudor ni descaro.
-¡Aléjate de él, maldito! – el grito de Aioros resonó en todo el salón, saga asustado se apartó de Ares para voltear a verle.
Abrió los ojos desmesuradamente al ver a Aioros encadenado de manos y pies en una esquina del salón.
-no te atrevas a tocarlo de esa manera…- Aioros lo miraba con desprecio y rabia infinita, no consentiría que esos dos se divirtieran a costa de su hermano, no lo permitiría.
--Aioros…- saga se acercó a él e intento soltarlo, mas parecía que esas cadenas no eran ordinarias, sino que estaban cubiertas con el cosmos maligno de Ares, cosa que por supuesto debilitaba más a la persona que intentara romper esas cadenas.
-¡no me toques!- le grito Aioros.- ahora veo cuáles son tus verdaderas intenciones…tú lo único que pretendes es sacar provecho de la situación…ahora que tu cómplice número uno se apodero del santuario y del cuerpo de mi hermano…- lo miro con odio y desprecio.
-no…Aioros escúchame, yo no…-
-¡Me das asco!- le grito Aioros. Saga solo agacho la cabeza.
-ignóralo…- hablo Ares a sus espaldas.- este caballero lo único que me causa son dolores de cabeza, la verdad me estorba, pero…no puedo controlar su mente como lo he hecho con los demás…ni tampoco puedo matarlo como deseo…-Ares se le acercó hasta tenerlo cara a cara. –Su hermanito me causa profundos dolores de cabeza cada vez que pretendo hacerle algo malo…- sonrió de lado.- no cabe duda que el amor entre ellos es muy grande. –
-¡bastardo! Pero te juro que me las vas a pagar.- le grito Aioros preso de ira y raba. Ares solo no se inmuto ante su amenaza, solo lo ignoro como hacia siempre.
-vamos, no vale la pena hacerle caso. – Ares se acercó nuevamente a Saga. – Ven…tu y yo nos divertiremos mucho.- le dijo en tono seductor mirándolo deseoso.
-No….- saga se soltó del agarre de Ares. – por más que poseas su cuerpo, tu nunca serás como el, nunca te asemejaras un poco siquiera a la persona que amo y a la única con la que deseo estar. –saga sabía que desde que compartió con Aioria la primera noche, fueran las circunstancias que fueran, para saga no había nadie más que le interesara ni otra persona a la que deseara como lo deseaba a él.
-¿me rechazas? – Pregunto algo molesto e indignado.-dime algo…- se acercó al trono, para coger el báculo de Athena.- estas con migo o en mi contra.- le dijo serio y amenazante, saga solo alzo la mirada hacia él altivo.
-ninguna de las dos.- hablo saga serio.- si vine hasta aquí fue para proponerte algo.-
Ares enarco una ceja algo intrigado.- qué clase de propuesta? Acaso una mejor que la mía?- pregunto relamiéndose los labios.
Saga solo respiro hondo antes de hablar, ya había tomado una decisión y no daría marcha atrás.
-quiero que poseas mi cuerpo…- dijo serio mirándolo atentamente.
-¿Cómo?- pregunto algo confundido Ares.
-te ofrezco mi cuerpo, en lugar del cuerpo de Aioria. —dijo serio y seguro, como nunca antes lo estuvo.
Tanto Ares como Aioros lo miraron desconcertado mientras intentaban mediar las palabras de Saga, en verdad él se estaba ofreciendo así como así, sin medir ni meditar las consecuencias que podría traer todo aquello.
CONTINUARA…..