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A TU LADO por run4fun

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Notas del capitulo:

gracias por leer, en este cap pasaran muchas cosas malas hoo losientoo TOT

DOLOR

 

Aioria se encontraba en la entrada del templo de Aries, ya era un caballero dorado y tenía que permanecer en su templo.

Respiro agobiado, debía de admitir que estaba algo  nervioso, hace tanto que no pisaba ese lugar, ya que tras la muerte de su hermano no tenía ni siquiera derecho de  mirar ese recinto, pero ahora era diferente, ahora él era un caballero dorado. Cerró los ojos y sonrió con amargura.

Para él no era una victoria, por lo menos no le sabía igual.

-hermano.-Antes su más grande anhelo y sueño era ser un caballero dorado, como su hermano, pero ya no era lo mismo, estaba solo, no había  nadie para felicitarlo y apoyarlo; nadie estaba para brindarle una palabra de felicitación o apoyo, se sentía tan solo y deprimido.

-ya…ya no volverán a menospreciarme, soy uno de ellos y…no se los voy a permitir.-que equivocado estaba, si ahora era más vulnerable, ahora debía de permanecer las 24 horas en ese lugar, cerca de aquellos caballero que lo odiaban y despreciaban, además, ahora estaba a las órdenes y disposiciones del patriarca más que nunca.

Se armó de valor y comenzó su acenso hacia su templo.

 

///////////////<>////////////

 

Subía lentamente las gradas que lo conducirían hacia su nueva morada, leo,  en el camino todo estaba vacío, Aries estaba sin guardián, tauro estaba  fuera haciendo guardia, géminis siempre vacío y silencioso, cáncer, cáncer era un problema y eso lo supo cuando sintió la presencia de mascara en el templo, alzo la vista y respiro resignado, pasar por el templo  de cáncer sería un reto sin duda alguna.

Cuando ingreso a cáncer sintió vértigo, los rostros en las paredes le indicaban que debía de salir lo más pronto posible de ese templo.

Deseaba con todas sus fuerzas que mascara lo dejara pasar sin decirle nada, pero ni bien entro, escucho su voz.

-miren nada más a quien tenemos aquí?-aioria alzo la vista en dirección a death, quien permanecía en la oscuridad, recostado en una columna, cruzado de brazos y  lo miraba de una manera nada agradable; aioria no auguraba nada bueno.

-sabes que no eres bienvenido.- dijo death mientras se acercaba hacia aioria,  el solo respiro resignado.

-permíteme el paso, caballero de cáncer.-death le sonrió de una manera vil, una idea se le vino a la mente.

-no, porque no mejor festejamos tu victoria, ven te  invito una copa.-death jalo  a aioria con rudeza  lo condujo hacia su sala. De un empujón lo hizo sentar en uno de los sillones.

-vamos a celebrar como nunca antes.-death se sirvió un poco de vino y le sirvió un poco a aioria quien se reusó a tomar el líquido.

-perdona mi impaciencia y descortesía, pero tengo que irme.-aioria se puso en pie y se dispuso a retirarse, pero death lo sujeto del brazo y lo mirándolo a los ojos con una sonrisa insinuadora.

-seguro que no quieres quedarte? mira que la pasaríamos muy bien, sobretodo en mi recamara.-aioria se soltó violentamente.

-¡déjame en paz!  Créeme que si tuviera otra opción jamás pasaría por este cementerio al que llamas templo.-aioria se apartó lo más rápido que pudo ante la mirada de death quien solo sonreía.

 

-ya nos veremos de nuevo mocos,  no sabes cuánto ansío tenerte de nuevo aquí.-death se bebió todo el contenido de su vaso.-creo que me divertiré más contigo de lo que creo jajaja.-

 

///////////////////<>/////////////

 

Cuando aioria llego a su templo observo a su alrededor. El templo era enorme y solitario, tristemente solitario. Deposito su armadura en el suelo  posicionándola en medio del templo, se arrodillo. Ahora estaba tan cerca  de esos caballeros que lo repudiaban y odiaban.-cerca del enemigo.-

Sostuvo el collar que le regalo su  hermano entre sus manos.

-si tu estuvieras aquí todo sería tan diferente.-aioria miraba el collar con melancolía.-no tienes idea de cuanta falta me haces.- lloro, después de todo necesitaba llorar y sacar todo lo que tenía dentro. 

 

//////////////<>/////////

 

Shaka iba subiendo por las doce casas rumbo a su templo, realmente era tan inusual que el saliera, pues él prefería permanecer  en su templo meditando.

-vaya shaka, hoy saliste temprano; no te vi de bajada.-death se acercó a shaka.

-así es, tenía que hacer una encomienda, así que si me lo permites, me retiro.- death le hablo antes de que shaka saliera del templo.

- supongo que te interesará saber qué; el nuevo custodio de leo ya se encuentra en su templo.-shaka se detuvo al escucharlo que dijo.

-el maldito si se atrevió a aparecer por aquí, no cabe duda de que es un imbécil, no te parece? –death se acercó a shaka.-Cree que puede siquiera llegar a  compararse con nosotros.-shaka no dijo nada, pero a death le bastaba las expresiones que ponía.

-con permiso.-shaka hizo  una leve reverencia y salió del templo, death solo lo miraba con una sonrisa en el rostro.

 

-Aioria está en su templo.-dijo con melancolía shaka, mientras alzaba la vista en dirección al templo de leo.

 

///////////<>/////////////

 

Por un tiempo se puso a mirar  detenidamente la armadura; se preguntaba como seria portarla y si valía la pena tanto esfuerzo, hasta que  sintió el cosmos de alguien acercándose.

Aioria miro a shaka a la distancia, este parecía venir de subida. En el fondo se preguntaba cómo es que estaba tan tranquilo luego de pasar por la casa de cáncer, sonrió con amargura, definitivamente a él era al único al  que molestaba de tal manera.

-solicito tu permiso para pasar por este templo, caballero de leo.-shaka se veía tranquilo y sereno, le hablaba y lo trataba como si nunca antes se hubieran visto, como si nada hubiera pasado, eso le molesto le molesto mucho.

-  vaya shaka, solo necesitaba convertirme en caballero dorado para  que me volvieras a dirigir la palabra, que interesante-aioria fijo su vista en shaka.-digo, si antes para ti era menos que basura, ahora por lómenos ya me tratas de tu, eso es bueno.-aioria se acercó a shaka a paso lento  posicionándose en frente suyo.

- dime que tendría que hacer para que nos hiciéramos amigos, shaka? Acaso tendría que ser  patriarca?- shaka ni se inmutaba por la cercanía de aioria ni por sus duras y recriminatorias palabras.

-con permiso.-shaka rodeo a aioria alejándose y dirigiéndose hacia la salida del  templo.

-claro, vete shaka, vete y perdona mi imprudencia es solo que creo que necesito de nuevas amistades aunque  tal vez  tu preferirías no tener que ver nada con alguien como yo, o me equivoco?–aioria miraba a shaka fijamente, había molestia en su tono de voz.

-piensa lo que quieras, yo ya me retiro.-shaka salió del templo, ante la miraba de aioria.

Aioria apretó los puños  furioso, Sentía ganas de gritar, de gritarle a todos que era uno de ellos que ya no tenían por qué mirarlo así, volteo su mirada hacia la armadura   y sonrió para sí mismo.

-ya no lo permitiré, no permitiré que nadie me humille nuevamente, nunca más.-aioria estaba determinado y seguro de que así sería de ahora en adelante, puesto que era un caballero dorado; eso tendría que hacer la diferencia.

 

/////////////<>/////////////

 

Tras salir del templo de leo, Respiro agobiado, definitivamente aioria sentía un gran resentimiento hacia él, quizás se lo merecía, después de todo, él lo trato con suma indiferencia y frialdad tras enterarse quien era. Aioria no merecía que él lo tratara así. Pero que podía hacer? Por su dignidad y reputación no podía acercarse a aioria como él quería, no, shaka no lo haría.

 Comenzó su acenso hacia su templo.

Solo esperaba que no se llevaran tan mal ahora que estaban tan cerca y que eran compañeros.

 

 

/////////////<>////////////

 

-el patriarca desea verte, caballero de leo.-aioria alzo la vista hacia shaka y sonrió con cinismo, desde hace una semana que había ganado la armadura, y era ahora que el patriarca quería verlo.

-vaya shaka, ahora eres mensajero, no lo sabía, supongo que aquí no debe de haber mucho por hacer.-aioria se acercó a shaka. No lo odiaba, pero tampoco podía decir que lo apreciaba sentía rabia al recordar su dura actitud para con el luego de enterarle quien era.

-Yo solo cumplo ordenes.-shaka se disponía  a salir en dirección a su templo, pero aioria lo detuvo.

-si shaka, eso es lo que mejor sabes hacer, recibir y cumplir órdenes, todos hacen lo mismo; seguir ordenes como si fueran unas máquinas sin… sin importar nada, sin importar su ética, su moral, incluso, su humanidad. –aioria se veía molesto e irritado.-Dime shaka, donde está la humildad, la compasión  y la humanidad? -shaka no dijo nada aunque sabía a qué se refería.- Yo creo que en este lugar ya no saben qué es eso.-

-no tengo más que decir, hasta luego.-shaka hizo una leve reverencia, cuando estaba a unos pasos de la salida se detuvo al oír la voz de aioria nuevamente.

- creí que eras diferente.-dijo en tono melancólico.- incluso llegue a creer que seriamos buenos amigos pero….- apretó los puños molesto.-pero veo que eres igual al resto, sigues y haces todo lo que el patriarca dice.-aioria lo miro algo triste y  decepcionado.-sin importar nada.-

-con permiso.- shaka se fue rumbo a su templo y  no dijo nada más, aioria   desvió la vista hacia su armadura irritado.

Respiro hondo, tenía que ir hacia el templo principal y presentarse ante ese hombre (el patriarca). La rabia lo invadió, lo odiaba, lo odiaba  por todo lo que le hizo padecer; gracias a el sufrió múltiples maltratos y humillaciones.- apretó los puños.- tan solo recordar  todo lo que paso, lo enfurecía.

Rápidamente se dirigió hacia la armadura y con delicadeza la abrió. Ante él se  mostraba la imponente armadura dorada, un majestuoso y fiero león-estaba asombrado-al tocarla armadura, esta brillo con mayor intensidad, se desarmo para luego proteger y cubrir su cuerpo.

-increíble.-aioria sentía el poder tras vestir la armadura por vez primera, sonrió, era la primera vez  desde hace mucho que sonreía con sinceridad.

Aioria miro en dirección hacia el salón principal. Ya  no dejaría que los demás lo humillaran ni denigraran. Ahora el patriarca debía tratarlo con dignidad, pues el  merecía el mismo respeto y consideración que los demás santos dorados.

 

Rápidamente paso virgo sin siquiera pedirle permiso a shaka para pasar, libra para su suerte o mala suerte estaba vacío, al llegar a escorpio miro a milo quien al verlo puso una cara de suma indignación y desdén.

Aioria respiro hondo y paso por su lado a paso lento.

-tu no debiste de haber ganado, nunca, y créeme que lo vas a lamentar.-milo lo miro a los ojos, aioria  solo rodo los ojos fastidiado.

-bueno milo, es bueno saber que aún tienes el mismo concepto de mí, pero yo también te digo que soy un caballero dorado y que no voy a permitir que me humilles como antes pues si te atreves tendremos una fuerte pelea la cual estoy seguro, voy a ganar.-aioria  se alejó tras decir esas palabras milo lo miraba furioso.

-¡eso lo veremos!- le grito antes de verle salir de su templo.

Aioria respiro agobiado luego de salir de escorpio, realmente no esperaba una bienvenida por parte de nadie y  menos del alacrán ese.

 Alzo la vista hacia sagitario, su semblante cambio por completo, cuanto más se acercaba  más recuerdos de él y su hermano venían a su memoria, le dolía ver el templo vacío y careciente de vida.

 Aun recordaba cuando  su hermano lo llevaba a ese templo, siempre estaba todo aminado y el encontraba la manera de que aioria se divirtiera en ese  lugar, por eso conocía cada parte de ese templo lo conocía a la perfección, una lagrima resbalo por su mejilla ante los dolorosos recuerdos.

-hermano...- rápidamente se limpió las lágrimas en su rostro, no debía mostrar debilidad ante nadie, no, no les daría ese gusto nuevamente.

aioria paso el templo de sagitario, siguió al templo de capricornio.

Shura lo miro en silencio, se hizo a un lado para que aioria pasara, este solo lo miro de reojo y paso sin decirle nada.

Acuario estaba vacío pues Camus estaba en una misión, en Siberia.

 Afrodita no le dijo nada al pasar por su templo, pero ni hizo falta, la mirada de desagrado que le lanzo le fue suficiente para suponer que no era bienvenido en ese templo.

Cuando por fin hubo llegado al templo principal respiro hondo, sabía que el patriarca no estaba contento con su victoria, pero ya estaba hecho y debía de admitirlo como caballero dorado; por lo menos  así espera que fuese.

Entro, al mirar ese lugar no pudo evitar el recordar lo que había pasado tiempo atrás cuando fue vilmente humillado y denigrado por ese hombre delante de todos cuando él era solo un niño.

 Estaba tan ensimismado en sus pensamiento que no escucho la voz de saga llamándolo.

-acaso no me oíste, acércate.-aioria reacciono y se acercó a saga a paso lento.

-Deseaba verme?-

-qué es esto? acaso no piensas presentarme tus respetos, caballero?-aioria sabía que debía de prestarle respeto antes de dirigirse a él, así que se aguantó la rabia que sentía y  se arrodillo ante saga, este sonrió complacido.

-me alegra que hayas madurado, pues antes eras un mocoso nada respetuoso, pero creo que eso se te paso, o no?-aioria no dijo nada.

 Saga lo miraba detenidamente, el solo verle hacia que la ira lo invadiera por completo, se parecía tanto a aioros, era como tenerlo delante suyo, arrodillado.

-dime,  tu  si serás un buen caballero, obedecerás cuanto te pida y  no serás una decepción al igual que lo fue  tu hermano.-aioria no respondió solo seguía en su misma posición, pero se veía molesto y furioso por las palabras de saga.

-párate.-aioria  obedeció, saga al verlo con la armadura dorada, sintió  rabia, se puso en pie y lentamente se acercó a aioria.

-esa armadura te queda muy bien, sabes.-aioria sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo, saga comenzó a rodearlo hasta que termino posicionándose detrás suyo.

-no cabe duda que eres el vivo retrato de tu hermano.-Fue entonces que saga lo sujeto por detrás  sosteniéndolo del cuello y oliendo su aroma como desquiciado, aioria se quedó tieso ante tal acto.

- incluso hueles igual que el.-saga se acercó al oído de  aioria.

-sabes que quiero de ti, quiero que grites de dolor.-aioria no podía creer lo que escuchaba ni lo que presenciaba, nada había cambiado pues a pesar de ser un caballero dorado él no lo trataba con respeto como a los demás.

-no eres más que basura, debiste de haber muerto en el campo de batalla como tu maldito hermano, pero hare que te arrepientas.-saga se apegó más al cuerpo de aioria.

-¡suélteme!-aioria uso su cosmos energía para defenderse y alejo a saga de si, sentía su respiración agitada y la ira lo invadía a él también, saga sonrió para sí mismo y lentamente volvió a  acercarse a aioria quien se puso a la defensiva.

- ya no soy un niño, ahora puedo defenderme y si se atreve a intentar algo  créame que no dudare en atacarlo, patriarca.-saga hecho una carcajada sonora tras lo dicho por aioria, este lo miro molesto y confundido.

-no seas estúpido, mocoso.-saga  se acercó a aioria rápidamente y lo inmovilizo.-no eres nada y ni siquiera con esa armadura dorada podrías ganarme, jaja, no tienes la experiencia que necesitas, no, aun te falta mucho por aprender.-aioria se sentía desconcertado, no entendía como ese hombre tenía tal fuerza ni habilidad, no, eso no era posible.

Saga lo arrincono  a uno de los pilares, aprisionándolo  con tal rudeza y ejerciendo tanta fuerza que aioria sentía sus costillas rompérseles. Casi no podía respirar.

-acaso creíste que tan solo por haber ganado la armadura dorada te ganarías mi respeto y consideración? Jaja.-saga ensombreció su mirada.-eso nunca, nuca ¡me oíste!-saga lo aprisiono más a la columna.- Te hare pagar por lo que hizo tu hermano, quiero que pagues.-saga lo sostuvo de los cabellos miro su rostro, estaba preso de la ira.

-eres igual a el…eres increíble  y desagradablemente igual a tu maldito hermano.-saga uso su cosmos e hizo que aioria quedara desprotegido, la armadura cayo sonoramente al suelo,  estaba expuesto ante la ira y furia de saga, aioria no podía creer lo que pasaba.

-ven, vamos a un lugar más #cómodo#-saga lo sostuvo de los cabellos y lo codujo a arrastras hacia una de las habitaciones la cual estaba, total y completamente oscura.

Saga tiro a aioria bruscamente hacia su cama y ante el resguardo de la oscuridad se quitó el casco, la máscara  y también la ropa que portaba, aioria no podía moverse, esta inmóvil,  entonces lo comprendió, fue  el quien lo inmovilizó,  fue  él  quien en ese entonces, cuando peleaba por la armadura, restringió sus movimientos, sintió rabia mucha rabia y coraje.

-es un maldito, usted…usted fue usted quien quiso impedir que yo ganara la armadura.-saga  se acercó a aioria y  sonrió con cinismo.

-y que con eso…-aioria lo miro con desprecio.

- ¡Maldito!- a saga no le importaban sus palabras, rápidamente se posiciono sobre el sosteniéndolo de las muñecas,-sonrió.-sabía que tenía ventaja,  pues aioria aún era débil y algo pequeño a comparación con su cuerpo y fuerza.

–suélteme!-grito aioria al no poder deshacerse del agarre de saga.

-por qué dices eso? Si deberías de sentirte privilegiado de que yo haya decido tomar tu cuerpo, sabiendo lo insignificante que eres.-aioria se revolvía, quería soltarse, quiera huir lo más lejos posible, pero saga lo golpeo en el rostro.

-cállate, serás mi  put@ ahora y las veces que quiera.- le sonrió con vileza.-tómalo como una bienvenida a la orden dorada.-saga comenzó a besar el cuello de aioria, con desesperación, con rabia; ante la resistencia y oposición de aioria.

Debía a dimitirlo, aioria le atraía mucho y no solo por el hecho de parecerse a aioros, no, aioria tenía algo que lo enloquecía, y le gustaba lo que empezaba experimentar. aioria era tan inexperto y joven, el tenerlo de bajo suyo,   a su disposición, solo incremento sus ganas de poseerlo, rápidamente lo paralizo con ambas piernas  y manos. Lo beso en los labios, era un beso asfixiante uno que le quitaba el aliento a saga y a aioria, quien hacia lo posible por soltarse.

-¡nooo!- saga lo jalo de los cabellos con fuerza, haciendo que aioria lo mirar a los ojos.-no voy a soltarte, así que deja de pedirme que te suelte.- lo golpeo nuevamente en el rostro.

-tú haces que me comporte así, tú me haces tener un comportamiento  agresivo y violento así que

Mientras más te rehúses más daño te hare.-aioria temblaba ya no podía ni siquiera  articular palabra alguna, unas lágrimas traicioneras descendieron por sus mejillas.

 Saga lo tocaba sin pudor y  lo besaba sin descanso, aioria desesperado trataba de quitárselo de encima, pero  saga lo golpeaba cada que recibía una negativa, se sentía tan vulnerable como cuando era niño,  le dolía darse cuenta de que solo eso iban a querer los demás de él.

Poco a poco saga le abrió las piernas a aioria, este  se veía aterrado, mientras que saga  estaba ansioso tanto que  su respiración subía y bajaba con una rapidez nunca antes sentida. aioria lo vio  acomodarse,  era  una pesadilla eso tenía que ser una pesadilla.

-eres casto supongo-saga sonrió con cinismo, le susurro algo al oído.-temo decirte que tu primera vez no va a ser una bonita experiencia.-saga sostuvo fuertemente  las piernas  de aioria  abriéndolas más,  se  acomodó lo mejor que pudo, sosteniendo sus piernas poniéndolas en posición y más que con deseo y ansias lo hizo con rabia,  lo embistió rápidamente, sin si quiera reparar en el hondo dolor que aioria sentía en esos momentos.

Aioria abrió los ojos como platos al sentirlo, le dolía, le dolía mucho, era peor que cualquier otro dolor  jamás antes experimentado, quería gritar de dolor quería suplicar que se detuviera que lo perdonara por todo, que lo dejara, pero no pudo, no tenía palabras para nada; se quedó mudo preso del dolor, saga en cambio echo un gemido, uno de profundo placer al sentirse dentro de aioria por completo, sabía que lo lastimaba e iba a continuar hasta que lo dejase sin alma, sin nada.

-apenas comienzo.-aioria negó con la cabeza repetidas veces, estaba  Aterrado. Saga comenzó a moverse en su interior tomándolo con fuerza, sin descanso una y otra vez.  

El dolor era intenso  tanto que se mordió el labio inferior con fuerza, haciéndolo sangrar  copiosamente, apretó las sabanas de bajo suyo hasta desgarrarse los nudillos. Hasta que no pudo reprimir por más tiempo el dolor y hecho un grito, uno que salió de lo más hondo de su ser, era un grito   de dolor, de un dolor profundo.

-¡HAAAAAAAAAAAAA!- pero Saga no lo escucho, pues mientras aioria gritada de dolor el solo gemía de placer y sus gemidos eran más potentes y fuertes que los gritos de dolor que daba aioria.

Saga mordió su cuello con fuerza, bebiendo el líquido que salía de la herida, parecía  disfrutarlo, y así era, la sangre de aioria le sabia deliciosa, era un líquido esquito y embriagador.

Lo quería tener cerca, muy cerca de su cuerpo, así que saga se apegó más al cuerpo de aioria y   hundió sus uñas en la espalda de aioria desgarrándola. Le gustaba sentirse el depredador y  disfrutaba de su presa sin descanso, tomándolo con fuerza y desesperación, hasta llegar al clímax hasta que su cuerpo sintió un choque eléctrico que le indicaba que estaba en la cúspide del placer. Hecho un hondo gemido, un gruñido.

Sonrió satisfecho, total y completamente satisfecho, derramo toda su esencia en el interior de aioria.

Totalmente  exhausto y cansado, se dejó caer,   depositando  todo su peso sobre aioria,  quien ya no parecía consiente, ya ni siquiera derramaba lagrimas tan  solo permanecía con la vista fija en el techo, inerte, saga se acercó a su oído.

-esto es lo que te mereces.-lamio su rostro hasta llegar a sus labios para besarlos con fiereza, si todo lo había hecho con rudeza y sin contemplaciones porque al final sería diferente.

-no eres más que  un patético y deplorable ser.-aioria no dijo nada tan solo derramo lágrimas de dolor y de rabia.

-bueno, ya te puedes retirar.-saga se puso en pie y se dirigió hacia la ducha, volteo a verle un momento, sonrió satisfecho con el resultado, pues aioria se encontraba en un estado deplorable; lo había sometido, lo había humillado de la peor manera y lo mejor es que  lo disfruto enteramente.

-cuando regrese, espero te hayas largado, a no ser que quieras una ronda más, por mí no habrá ningún problema, pues eres muy cálido.-saga salió de la recamara dejando solo a aioria.

Aioria lentamente se incorporó, se miró a sí mismo, estaba manchado de sangre, su sangre. Al tratar de cerrar sus piernas un dolor punzante le recorrió todo el cuerpo.

-¡ahh!-aioria se aguantó el dolor que sentía y  lentamente se puso en pie, se cubrió con una sábana, la cual estaba roja, manchada con su sangre; hizo lo posible para caminar aunque cada paso que daba lo sentía como una tortura.

Le dolía todo el cuerpo, pero eso no era nada comparado con el dolor y la deshonra que sentía, se sentía asqueado de sí mismo; quería vomitar, quería gritar, quería llorar,  pero se contuvo.

Como pudo se  acercó a la salida.

 Ni siquiera  se detuvo para recoger su armadura, cómo hacerlo?  No podría levantarla ni mucho menos mirarla, así que la dejo ahí.


...

Decenio por las gradas lentamente, pasando por los templos con cautela y en silencio; sin dejar sentir su cosmos, y como ya era muy noche nadie lo vio o por lo menos eso pensaba, la verdad tampoco le importaba.

Además, a quien le importaría lo que le pasaba. Quien lo escucharía siquiera, incluso  si el intentará decir lo que le hizo el patriarca a alguien de seguro acabaría muerto al igual que su hermano, sintió la rabia invadirlo ante tal pensamiento.

Cuando por fin hubo llegado a su templo cayó de rodillas totalmente derrotado, quiso caer desmayado ante el dolor que sentía, respiro hondo y saco fuerzas.

-como…como…-aioria  lloraba sin parar,  lentamente se dirigió hacia la ducha, quería quitarse la esencia de saga de su cuerpo quería borrar su aroma, sus besos, todo y poco a poco el agua recorría su cuerpo y limpiaba las manchas de sangre,  lo limpiaba. Limpiaba su cuerpo, pero no así su alma, aun se sentía sucio y esa horrible y desagradable sensación no se borraría con nada.

 

Cuando miro su reflejo en el espejo,  vio las marcas que tenía en su cuerpo, su cuello estaba morado y se distinguían unas marcar de dientes unas muy profundas, también se vio la espalda, tenía  marcas enormes, como si una fiera salvaje hubiera desgarrado su espalda sin contemplación. Trago en seco ante lo que veía, no parecía ser el, no, ese deplorable muchacho delante suyo no podría ser el, -lloro con amargura.-ya no se reconocía a sí mismo,  un nudo se formó en su garganta. Lo que más le dolía era en la zona baja de la cadera, ese dolor seguía latente y seguiría latente sin importar cuanto tiempo pasara.

-Que estúpido, soy un estúpido…. un estúpido e ingenuo sin remedio.-aioria lloraba, no de dolor físico sino del dolor que ahora residía en su alma, cerró los ojos y sonrió con la amargura clavada en su rostro.

-como…como pude pensar que algo cambiaria al ser un caballero dorado, es decir…solo a mí se me ocurre pensar que me tratarían con más respetó y que ya...que ya no me lastimarían más…!que imbécil!-aioria golpeo el espejo colérico, rompiéndolo en pedazos. -nada! No cambio nada!

– se sentía tan sucio y utilizado; todo gracia a ese hombre.--.maldito, mil veces maldito!-aioria se sostuvo la cabeza queriendo borrar sus recuerdos todo lo que había vivido todo el sufrimiento y dolor que había experimentado. -maldito….malditos sean todos.-aioria sentía una rabia nunca antes experimentada.

-me equivoque….yo… me equivoque.- se culpaba por lo que paso.- no soy más que un imbécil.-aioria se abrazó así mismo, se dejó caer al suelo y lloro, lloro como nunca antes en su vida.

 

CONTINUARA….

Notas finales:

hasta el siguiente...TOT


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