SENTIRTE
Al ver a Aioria ingresar por la puerta principal, una sonrisa se formó en sus labios, ya no veía a Aioros ni sentía ningún tipo de resentimiento, al verlo, lo único que le sentía era amor, un amor tan inmenso y puro que jamás creyó que pudiera despertar y albergar en su corazón, luego de todo lo que paso.
Lentamente, se acercó a Aioria, y toco su rostro con dulzura, juntando amabas frentes, Aioria lo miro algo extrañado, no sabía cómo interpretar todos esos gestos.
Sostuvo entre sus manos, el rostro de Aioria, y aunque permanecían en la oscuridad, pudo visualizar las esmeraldas de Aioria que relucían y brillaban con luz propia.
-no te lo había dicho antes, pero…siempre creí que tus ojos eran hermosos. –hablo, acercándose milímetros de su rostro, Aioria estaba muy desconcertado, jamás lo había tratado así. Pues en la mayoría de las ocasiones en las que estaban juntos siempre comenzaban por una ronda de besos apasionados para luego yacer en el lecho, nunca antes le había hecho halagos, ni acariciado con tanto cariño.
-eres lo que siempre busque. – beso sus labios deleitándose con su sabor disfrutando de sus labios hasta que la falta de oxígeno se hiso presente.
Con sumo cuidado lo deposito en la cama, comenzando a besar su cuello hasta llegar a su boca.
Era su imaginación, o saga comenzaba a derramar lágrimas, entonces, toco con sus propias manos el rostro de saga, y si, sentía el líquido salado brotar de los ojos de saga, salían sin cesar.
Se sentía tan extraño. Nunca antes había llorado ni lo había tocado con tanto esmero ni cuidado como lo hacía entonces.
- Perdóname…-salió de sus labios. - sé que no lo merezco, pero…perdóname por todo.- Aioria escucho esas palabras, que parecían ser tan sinceras, por un momento pensó que se burlaba de él, que lo hacía para mortificarlo más y hacerle más daño.
- Te….te amo. – esas palabras salieron de lo más profundo de su ser, Aioria no lo podía creer, no quería creer que ese hombre que tanto odio profesaba hacia él en un principio, que lo ultrajo y le destrozo la vida, le dijera que lo amaba, no, no era lógico. No era posible.
Sentía como Saga se acomodaba en su cuerpo con cuidado y lo amaba, era la primera vez que lo amaba y lo hacía suyo con todo el amor que decía sentir por el en esos momentos y con una ternura que jamás había experimentado. Lo sentía, sentía todo su ser temblar y llenarse de ese amor. Justo en esos momentos Aioria sentía su corazón estrujarse y reducirse a nada.
Entonces, tubo ganas de gritar, de alejarlo de si, ya no quería, no era igual que él. Simplemente no podría disfrutar de su dolor como él lo hiso, no podía seguir burlándose de sus sentimientos ni hacerle creer algo que no sentía, no podía más.
-Aioria…. – dijo entre gemidos que cada vez se hacían más fuertes y consecutivos.
Beso su mentón y siguió con sus labios ahogando sus gemidos, acariciando sus muslos, embistiéndolo con roces pausados que le permitían sentir el cuerpo debajo suyo por completo. En esos momento, saga, se sentía el ser más dichoso y feliz sobre la faz de la tierra, pues tenía consigo a la persona que amaba y que sabía, amaría para siempre. Eso, le llenaba el corazón de felicidad.
Aioria, por lo contrario, sentía todo su ser gritar y llorar por dentro. Sentir esas caricias y esos besos llenos de amor, era doloroso y le hacían sentir miserable.
Uno sonrisa irónica se posó en sus labios. Ahora ya tenía lo que buscaba, tenía a su disposición a saga podría hacerlo sufrir y llorar como él lo hizo, pero no quería, no en esos momentos.
Se sentía tan patético al no poder destruirlo como él lo hiso, al no poder hacerle lo mismo que él le hizo. Tan solo lloro sin dejar de sentirse patético y estúpido al hacerlo.
Saga lo llenaba de besos y acaricias sin dejar de decirle que lo amaba y que lo perdonara. Lloraba, si, y el también lloraba, ambos, dejaban sangrar sus alma por medio del llanto.
Pensar que eso lo llenaría de gozo fue su mayor error. Esa venganza lo único que logro fue cambiarlo y destruir más su alma manchando su integridad y dignidad por sí mismo. Cambiándolo y convirtiéndolo en lo que más odiaba, en un ser vil y vengativo.
Se dejó llevar, simplemente dejo que saga lo tomara, se permitieron redimir sus culpas por medio de sus actos, por medio de esa única y bella escena de amor.
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Las siguientes veces, era lo mismo, saga, le profesaba su amor cada que estaban juntos. Lo llenaba de múltiples besos y abrazos repletos de amor y cariño.
También, tenía muchos detalles y consideraciones para con él; le regalaba flores, constantemente le susurraba palabras dulces y llenas de amor. Era como si fuera un adolecente tratando con su primer amor, esto ponía a Aioria más adolorido, confundido e indeciso.
Hubo, incluso, una ocasión en la que milo lo insulto y lo denigro justo en frente de él, saga, reprendió a Milo por su comportamiento y le ordeno tratar a Aioria como su compañero y si el diera a conocer nuevos malos tratos e insultos por parte del escorpión, lo expulsaría de la orden, y no era ninguna broma; eso lo supo milo y desde entonces tan solo le echaba miradas de oídio y desprecio, aguantándose la rabia e indignación que sentía.
Esto hacia que Aioria se sintiera muy confundido y perturbado, no sabía por qué el cambio tan drástico, acaso todo el amor que decía sentir por él era verdadero, acaso si se había enamorado de él. En todo caso, no era eso lo que el buscaba, que saga lo amara con locura y que, el, terminara por destruirlo y despreciarlo haciéndolo pagar por todo el daño que le causo.
-te siento muy callado, Aioria, te pasa algo? – pregunto saga sacándole de sus divagamientos mentales. Levantando su mentón y acariciando su rostro.
-…no, no es nada. – Aioria bajo la mirada mientras se escabullía por la gran cama en la que se la pasaban la mayor parte del tiempo, juntos.
- mi amor, sabes que puedes confiar en mí. – hablo a su oído mientras lo abrazaba por detrás. – puedes decirme que es aquello que no te deja en paz. – beso su cuello.
-ya te dije que no es nada. – sintió un temblor recorrerle al sentir las manos de saga tocar su entrepierna masajeándola hasta hacerle sacar un gemido de placer, algo que no podía ocultar y que sentía desde hace mucho cada que saga lo tocaba.
-estas seguro. – pregunto, con la respiración agitada.
-s…i…-dijo en tono entre cortado.
-bueno…solo recuerda que yo te amo y que por ti he sido capaz de cambiar mi manera de ser y de pensar, tú me salvaste, tú me hiciste una mejor persona; alguien que jamás creía que llegaría a ser, y aunque sé que no merezco tu amor ni tu perdón, gracias por dármelos y demostrármelo. –hiso que se miraran frente a frente, para volver a abrasarlo, esta vez, con mayor fuerza.- eres mío y yo soy todo tuyo, nunca lo olvides. – le dio un beso, no era uno apasionado como los de antes, no, este era un beso en el que solo unían sus labios, cerraban los ojos y se dejaban llevar por ese cálido sentimiento llamado amor, Aioria le correspondió rodeando sus manos alrededor de su cuello. Permanecieron así por unos segundos.
Lo sabía, todo su plan se había derrumbado y se había estropeado, justo en el momento inconsciente en el que se enamoró de saga.
Pues ahora, tenía deseos profundos de querer estar con él, de que lo abrazara y lo llenara de besos y que le susurrara palabras de amor mientras ambos yacían en el lecho Si, Sin quererlo, se había enamorado, se había enamorado del ser que debía odiar.
Ante tal conclusión, abrió los ojos, separándose rápidamente de Saga, eso no podía ser, él no podía amar y odiar a la misma persona, no.
-que tienes? – le pregunto acercándose a Aioria e intentando tomar su mano.
Aioria, solo negó con la cabeza mientras retrocedía un par de pasos, lágrimas descendían por sus mejillas.
El amor que sentía hacia saga, era algo que no podía admitir y que jamás aceptaría, pues aun tenia presente todo el daño que le causo y que si hacia todo eso era para vengarse y nada más.
-no puedo seguir con esto, no, ya no puedo más. – saga al verlo perturbado intento tomar su mano, mas Aioria la aparto con algo de rabia contenida.
-esto no puede ser cierto.- saga miro a Aioria detenidamente y aunque permanecían en la oscuridad, veía las lágrimas que caían de sus ojos.
-Aioria…
-no…-asustado y confundido, salió de la recamara. Dejando a saga en un estado de completo desconcierto y totalmente confundido. Respiro hondo mientras se dejaba caer en la cama, pensando en que era lo que le había pasado a Aioria.
-creo que se te escapo. – hablo Death desde la puerta de la habitación y mirando a saga con una sonrisa en el rostro.
-que rayos, haces aquí. – dijo saga, molesto, mientras se ponía en pie.
-pero que humor te cargas. – Saga lo miro furioso.- si yo no tengo la culpa de que tu presa se haya escapado. – se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta. Saga tan solo lo ignoro dándole la espalda para vestir su ropa nuevamente.
- me pregunto por qué salió corriendo de esa manera. Se veía muy perturbado y asustado– se acercó a saga mientras este lo miraba de reojo. - tal vez ya se hartó de todo esto. Era de esperarse, nadie puede soportar su desagrado por tanto tiempo ni ocultar su odio y resentimiento, también. –
-de que hablas. – saga entonces volteo a verle con el ceño fruncido.
-de eso, de que Aioria solo te odia y si te soporta es solo porque quiere verte destruido, aguantándose todo el asco que siente cada vez que lo tocas. -
-que dices! – saga lo sujeto del cuello mientras sentía la ira invadirlo, lo que le decía no podía ser cierto.
- que Aioria, tan solo te uso como su marioneta, todo este tiempo, él lo planeo, planeo todo esto tan solo para que sintieras su mismo dolor, para verte destrozado y adolorido. Y quién lo diría, lo consiguió, pues tú terminaste enamorándote de, el como un imbécil. – saga furiosos por sus palabras, le propino un fuerte golpe en el rostro haciéndolo caer al suelo para luego levantarlo violentamente y arrinconarlo en una pared.
-retira lo dicho. – dijo, en tono amenazante mientras lo miraba a los ojos. Death tan solo le sonrió mientras se limpiaba la sangre que caía por la comisura de su labio.
-es la verdad, aunque te niegues a aceptarlo esa es la dura realidad. –
-tu solo eres una rata mentirosa y ponzoñosa, como quieres que yo crea lo que me dices. –le apretó con mayor fuerza, Death le sonrió mientras hacía que lo soltara.
-está bien, si quieres pruebas, te las daré– Death se dirigía hacia la salida de la recamara ante la mirada fulminante de saga. ,- ven conmigo. – saga lo miraba dudoso sin poder creer lo que le decía.
-vamos, ven, -lo llamo, con el dedo índice. -
-sí, esto es una sucia mentira tuya para que desprecie a Aioria nuevamente, te matare sin contemplaciones,-
- si miento; entonces puedes matarme como deseas. – Death le sonrió mientras le daba la espalda. Saga furioso e indeciso, lo siguió.
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Aioria iba descendiendo por los templos hasta que llego al templo de virgo, miro la entrada con melancolía.
-Aioria, espera. – antes de que cruzara la puerta de salida Shaka lo llamo. Aioria tan solo giro su vista algo impaciente.
-que pasa, Shaka. – le dijo serio. Shaka tan solo enarco una ceja mientras se acercaba a él.
-te sientes bien, Aioria? – pregunto al verle tan perturbado y a la vez nervioso.
Aioria respiro hondo mientras negaba con la cabeza. –-no Shaka, hace mucho que no me siento bien. Pero la verdad, dudo mucho que eso te importe, - lo miro algo molesto, pues hace mucho que no se dirigían la palabra, luego de esa escena nada agradable que ambos tuvieron, Shaka prefirió distanciarse de él evadiéndolo nuevamente, tal y como lo hiso al enterarse de quien era. Eso en parte le ponía mal pues le hacía sentir culpable y avergonzado por lo que paso. Pero también le enfurecía, Shaka demostraba ser un cobarde.
-mira Shaka, no quiero incomodarte más con mi presencia; así que mejor me retiro ya luego me dices que quieres, o mejor, mándame un recado, como lo has estado haciendo. – Aioria le dio la espalda para alejarse.
Shaka sabía que no tenía ningún derecho de decirle nada, pero no lo podía evitar Aioria siempre estaba en sus pensamientos y quería saber que pasaba con él. Si, el apartarse de él fue un error pues mientras más lejos lo tenía más lo extrañaba y se preocupaba.
-sí, sé que soy un maldito cobarde! – le grito antes de que saliera de su templo. Aioria al oírlo se detuvo.
- que siempre estoy pendiente del que dirán, que te deje solo y me aleje de ti solo por ser quien eras, para no dañar mi reputación, pero…pero a pesar de todo yo…yo no quiero verte sufrir, no me gusta verte así, por eso quiero ayudarte, déjame ayudarte. – dijo acercándose a Aioria.
- no crees que ya es demasiado tarde para eso. –Aioria se alejó de Shaka mientras este bajaba la mirada.
- Además, tú no puedes ayudarme, nadie puede hacerlo pues estoy completamente jodido, – Shaka lo miraba perplejo y algo dolido.
-siempre hay algo que se puede hacer, siempre, y tu…
-no! – grito molesto. – no es cierto,
Aioria trago seco, sentía que en cualquier momento se desmoronaría, necesitaba sacar aquello que le carcomía por dentro.
-Aioria… – Shaka lo sostuvo de una mano.
-no, no puedes. – comenzó a derramar lágrimas. – y lo peor es que, mismo me metí en este infierno. -
-dime, que es lo que te pasa. – dijo sosteniéndolo de las manos Aioria lo miro furioso.
-soy un imbécil, un idiota, un estúpido ¡eso, pasa! – grito histérico y furioso mientras se soltaba de su agarre.
-porque dices eso. – Aioria negó con la cabeza mientras se tapaba el rostro.
- Ese hombre me uso, me destrozo la vida, me…me…me obligo a hacer muchas cosas, y yo…yo termine…yo termine….!nooo!-grito sosteniéndose la cabeza.
-que imbécil, como pudo pasar. – Shaka no entendía sus palabras tan solo lo miraba en silencio y algo preocupado.
-me doy asco, me doy miedo, siento odio hacia mí mismo por…por sentir esto,– poso su mano izquierda manos en su pecho.- por tenerlo en mi corazón. -Se arrodillo.– porque tenía que pasar esto…por que, por que…por qué- comenzó a golear el suelo descargando su frustración y rabia.
-basta, Aioria. – Shaka se acercó a él y sostuvo sus manos para que se detuviera, Aioria lo miro a los ojos y sin poderlo evitar comenzó a derramar amargas lágrimas, Shaka, algo indeciso y temeroso, se acercó a él, y lo rodeo en un abrazo.
-tranquilo, - le hablo al oído.
Aioria, al sentir ese gesto humano y condescendiente, le correspondió, y lo abrazo con todas sus fuerza.
Ambos permanecieron abrazados, Sin percatarse de que dos sombras los observaban, a lo lejos.
-vez, te lo dije, te dije que él no sentía nada por ti, si no, míralo; tan a gusto y cómodo entre los brazos de virgo, si yo ya los había visto antes y créeme que estaban más cariñosos.-
Saga sin apartar la vista de ambos, apretó los puños, furioso, sentía como la ira y el odio lo invadían, nuevamente, aun no podía creer que Aioria le hubiera mentido y se haya burlado de él de esa manera.
Al separarse, Shaka, lo miro a los ojos y por un acto de impulso, beso sus labios, que le sabían dulces y cálidos algo que nunca antes, había sentido. Aioria tan solo abrió los ojos algo sorprendido.
Death amplio su sonría, eso no era lo que tenía en mente, pero que bien le resulto todo a él. Volteo a ver a saga quien permanecía con la mirada fija en ambos caballeros, y los nudillos apretados hasta llegar al color blanco.
-dime, esta es prueba suficiente como para que me creas. – saga cerro los ojos, apretó los puños mordiéndose el labio inferior, aguantándose el coraje y rabia que sentía.
-Es una verdadera lástima que esto te haya vuelto a pasar, en verdad que no tienes suerte en el amor. – dijo sonriente.
Saga ni siquiera lo escucho, lo único que quería hacer en esos momentos era ir ante ese par, y matarlos a ambos, matarlos con sus propias manos. Por burlarse de él, de esa manera. Pero se contuvo, abrió un portal y salió de escena lo más pronto posible.
……
-pe…perdóname, yo no quise... – Shaka se separó de Aioria, avergonzado y con un notorio sonrojo en sus mejillas, Aioria tan solo lo miro algo desconcertado.
-yo…me tengo que ir. –Aioria salió del templo lo más rápido que pudo, Shaka lo vio alejarse con pesar.
-que estúpido. – se reprendió a si mismo mientras se recostaba en un pilar. – me deje llevar, hagh no debí de hacerlo. – se dejó caer al suelo.
-pero…- se tocó los labios, recordando los de Aioria. – no me arrepiento. –en sus labios se formó una ligera sonrisa. – Aioria… -
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Tras salir del templo, respiro hondo, eso no podía estar pasándole, Shaka, Shaka lo había besado. Eso no lo podía creer, que rayos significaba todo eso.
-esto no puede estar pasándome. – Aioria cerró los ojos y respiro hondo, simplemente eso era demasiado para él.
- no…-Negó con la cabeza mientras ingresaba a su templo a paso lento.
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Death miraba entretenido como Saga destrozaba todo furioso.
-MALTIDO!- grito furioso, se notaba como la ira y la rabia volvían a consumirlo.
-te lo advertí, te dije que él no te amaba y que tan solo quería tu destrucción. – Death solo estaba ahí para asegurarse de meterle más odio y rencor hacia Aioria.
-noooooooo. – arrojo su casco al suelo haciéndolo resonar al contraste con el suelo.
-sí, es más, ellos se conocían y simpatizan muy bien desde hace mucho, mucho antes de que iniciaran con tu relación, solo que lo tenían muy bien oculto, hasta a mí me costó darme cuenta de que era lo que se traían ambos, pero, comenzaba a sospechar algo, pues el interés que había entre ambos era muy notorio. –
-como…como pudo hacerme esto! – grito rompiendo uno de los enormes espejos sin importarle la herida que se había causado en la muñeca, por los pedazos de vidrios rotos.
-ellos te han estado tomando el pelo,– hablo con una sonrisa in borrable en su rostro. – se han estado burlando de ti haciéndote pagar por lo que hiciste, haciéndote un imbécil y un idiota de primera categoría. -
-lárgate, antes de que te haga pedazos. –dijo mirándolo amenazadoramente.
-de acuerdo, solo recuerda que yo no tengo la culpa de esto, sino tu amado, Aioria. – Death con una sonrisa en el rostro, salió del templo dejando a saga en completa soledad.
Saga se quedó mirando la enorme herida por la cual salía sangre sin cesar, así estaba su corazón sangraba por dentro. Apretó el puño golpeando el suelo.
-te lo dije, te advertí que esto terminaría así – saga volvió a oír esa perturbadora y molesta voz nuevamente en su cabeza.- pero tú no me quisiste escuchar,
-noo…- se sostuvo la cabeza con ambas manos.
-debiste matarlo cuando te lo dije.- saga furioso, comenzó a hundir sus uñas en su cabeza, hasta sentir el líquido carmesí descender por su rostro. .-
-noo..-
-sí, el té uso, se burló de ti, quería verte sufrir y lo logro. – saga se tapó el rostro con ambas manos, mientras caía al suelo de rodillas.
-Mírate ahora, te vez tan patético y estúpido. – así era precisamente como se sentía muy estúpido y patético por no darse cuenta de la realidad, por seguir en ese juego como si no viniera venir ese terrible desenlace.
-de seguro, Cada caricia tuya la sentía un laceración, cada beso quemaba sus labios y cada vez que lo poseías, tan solo sentía su cuerpo…
-cállate! – grito furioso, golpeando el suelo con todas sus fuerzas.
- tú nunca le importaste, nunca sintió nada por ti que no fuera odio y desprecio. –
-no, no es cierto. –
- es la verdad, y en el fondo, lo presentías, pues él nunca dijo que te amaba, no, el solo te uso y se burló de ti al igual que lo hiso su hermano, Aioros, lo recuerdas, el té hiso lo mismo. Y ambos son iguales. Ambos te odian.–
-NOOOOO! – Grito mientras posaba ambas manos en el suelo, y se quedaba arrodillado. Sintiendo su respiración muy agitada.
-Dame el control absoluto y yo te vengare, yo hare que ese mocoso vuelva a temerte y a respetarte como es debido. Solo déjame salir, permíteme ser parte de ti. Una vez más, así, nadie volverá a verte la cara de estúpido, ni mucho menos, volverán a hacerte daño.–
- cómo pudiste mentirme y engañarme así, - comenzaron a salir lágrimas de sus ojos. -si yo te lo di todo, yo…cambie, trate de ser una persona digna de ti, -trago pesado. - yo te amaba. - cerro los ojos, sentía su corazón roto y despedazado en mil pedazos. -Aioria…. - . Su cuerpo, comenzó a temblar, sintiendo como la maldad lo invadía nuevamente, ante esto, no pudo luchar; tan solo se dejó vencer nuevamente por su rabia y dolor, cediéndole el poder y control absoluto sobre sí mismo a Ares. Cayó al suelo pesadamente
Al abrir los ojos nuevamente, ya no era saga, no había ni rastro de él,
Pues sus ojos no eran de un color azulado, si no, tenían un tono rojizo. Su cabello, estaba enteramente bañado de ese matiz gris que dejaba en claro que, Ares, estaba presente; que ahora, él era el dueño absoluto de su cuerpo. Y que Saga, tan solo se dejó vencer, se dejó ganar, ahora, el solo se hallaba en el subconsciente de su propio ser.
-que ingenuo eres. – hablo con la voz de saga, poniéndose en pie y destensando su cuello. – ahora, solo yo seré el dueño de ti, solo yo decido que hacer, tú ya no estarás interfiriendo más en mis planes, jajaja- rio con malicie. - todo Salió a pedir de boca. –bajo la mirada y vio la enorme herida en su mano, rápidamente, detuvo la hemorragia, llenando su cuerpo de ese cosmos maligno y poderoso que le pertenecía.
-el control es mío,-sonrió. - hare lo que me plazca, y tú, tan solo observarlo todo, veras como me apodero de todo esto y lo moldeo a mi manera, ya no hay nada que puedas hacer, absolutamente nada jajaja. – reía abiertamente, mientras contemplaba lo que hora le pertenecía, el santuario, estaba a su disposición y todo cambiaria. – pero primero, vamos a encargarnos de tu querido Aioria. – sonrió mas ante la idea mientras se dirigía hacia la recamara.
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Aioria se miró al espejo toda la tarde, pensando en saga y en lo que había sucedido con Shaka. Tenía que organizar sus sentimientos y aceptar la dura realidad, se había enamorado y no podía mentirse más.
-soy un idiota. – dijo cerrando los ojos. –pero…tal vez…tal vez si pueda darle una oportunidad, solo una. –una sonrisa se formo es su rostro.
- solo espero no arrepentirme por hacer esto. - Salió del baño y con apuro, se vistió, para ir hacia el gran salón.
CONTINUARA….