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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Aviso: Para los que no me siguen por Facebook o no se hayan enterado aún, a partir del día 25 hasta el día 31 no se actualizará ningún fic de los que tengo en publicación por etapa de estudio. Por lo tanto el sábado día 23 saldrá el último capítulo y volverá el siguiente el lunes día 1. El único capítulo que saldrá es el de "Enamorado de Minato Namikaze" ya que está finalizado y sólo se publica los domingos. Avisaré también en el siguiente capítulo por si alguien no lee las notas. Un saludo a todos.


Atte: Fullbuster

Naruto Namikaze POV


 


Sasuke me devolvió a Asahi en perfectas condiciones y comí con él en casa escuchando como me contaba animado lo bien que se lo había pasado con sus abuelos y su tío Itachi.  Estaba contento y no podía dejar de sonreír al ver lo animado que estaba mi hijo, creo que era la decisión correcta haberle dado la oportunidad a Sasuke de conocer a su hijo, sólo esperaba que no volviera a fallarnos, porque yo mismo estaba planteando darle una oportunidad de nuevo, me pasaba por la cabeza y trataba de confiar en él, en que no sabía nada de mi embarazo, en que no se había enterado y ahora estaba aquí, desde que lo sabía por mi propia boca no me había fallado ni una sola vez, trataba de estar conmigo y de arreglar todo este problema. Empezaba a pensar que no podía dejarle solo en esta lucha, era algo de los dos y mi hijo estaría mucho mejor si estuviéramos juntos.


- Asahi – le llamé y él detuvo un segundo el tenedor mirándome a los ojos fijamente - ¿Te gustaría vivir con Sasuke? – pregunté.


- Sí – me dijo sonriendo pero se puso serio de golpe – pero no quiero irme con él, yo quiero estar contigo también – dijo serio y entristecido.


- Ey – le acaricié la mejilla sonriendo – hablaba de estar juntos, los tres ¿Te gustaría?


- Sí – me dijo feliz levantándose de la silla – yo quiero eso, quiero estar con vosotros dos.


- Bueno pero no te hagas muchas ilusiones, Sasuke no es alguien que viviría en una casa como esta.


- ¿Por qué no? – preguntó.


- Porque no le gusta este barrio – le dije camuflando nuestra situación – hablaré con él cuando le vuelva a ver ¿Vale?


- ¿Vas a proponerle volver?


- Sí – le dije sonriendo – lo intentaremos ¿Vale?


Me levanté de la mesa recogiendo los platos y terminé de fregar todo mientras Asahi veía un rato la televisión. Había aprovechado antes de que Sasuke me trajese a mi hijo a ir a la compañía eléctrica y pagar la factura. Al menos creo que nos mantendríamos a flote de momento. Miré la factura del hospital, esa siempre llegaba puntual, apenas me faltaban unos meses para terminar de pagar toda la deuda de la operación de mi hijo, ya estaba mucho mejor y esos ataques que lo dejaban anteriormente sin poder respirar se habían pasado, o al menos tenía muy pocos.


Mitad del sueldo se me iba ahí y ahora tendría que hacer malabares para llegar a fin de mes pagando el alquiler, la comida, las facturas y todo lo referente a las necesidades de Asahi, al final… siempre acababa a final de mes apurado, pero no tenía más remedio. Sé que Sasuke me había ofrecido pasarme parte de su sueldo para la manutención del pequeño y creo que por orgullo y quizá porque no quería que él pudiera tomar decisiones sobre mi hijo me negué, pero estaba empezando a replanteármelo. Quizá si le pedía vivir juntos y aceptaba… sería lo mejor, repartirnos los gastos, ser una familia. Él ganaba el doble que yo… puede que incluso el triple.


Asahi se fue a la ducha y yo aproveché para acostarme un rato a dormir. Estaba muy cansado de haber trabajado por la noche. Me desperté cuando escuché a Asahi toser con violencia y me preocupé, seguramente por su problema respiratorio, así que me incorporé con rapidez acercándome a él y puse mi mano en su frente sintiendo su temperatura, ardía en fiebre.


- Ven aquí – le dije poniéndole un trapo mojado en la frente tratando de bajarle la temperatura y llamando a Sasuke por teléfono contándole el problema que tenía. Me dijo que venía hacia aquí de inmediato pero yo le veía empeorar.


Decidí entonces salir de casa, le puse la chaqueta a Asahi con la bufanda y tras vestirme yo también con ropa de abrigo lo cogí en brazos saliendo a todo correr en busca de una farmacia.


Llegué cuando estaban a punto de cerrar pero al verme tan asustado y preocupado, me abrieron la puerta buscándome algo enseguida que pudiera ayudar a mi hijo, pero ni aún así se le pasaba, empezaba a preocuparme y veía que acabaría teniendo que llevarle al hospital de nuevo, no sé si podía pagar eso, a plazos como la operación era posible pero estaríamos peor luego que como estábamos malviviendo ahora.


Mi teléfono sonó cuando la farmacéutica estaba examinando el pecho de mi hijo y lo cogí con desesperación escuchando la voz de Sasuke. Parecía que había llegado por mi casa pero al no vernos se había preocupado. Le dije que bajase a la farmacia y enseguida le vi venir corriendo por la calle hacia aquí.


- Ven aquí – me dijo abrazándome al verme llorar – todo estará bien, estoy aquí. ¿Cómo está?


- Tiene mucha fiebre y no puede respirar. Nació con un problema respiratorio pero...


- Venga, nos lo llevamos al hospital – me dijo de golpe.


- Sasuke… no puedo pagar un hospital.


- Pero yo sí, déjame hacer esto Naruto, hablamos de su vida y también es mi hijo, quiero hacerlo


Tampoco me quedaban muchas opciones, Sasuke era mi única solución para ayudar a mi hijo así que acepté. Cogí la medicación que me dio la farmacéutica aunque la pagó Sasuke y fue éste quien cogió esta vez a mi hijo para ir a buscar el coche. Subimos con prisa a él y Sasuke condujo hasta el hospital mientras yo iba en el asiento trasero con Asahi medio dormido.


- Ya llegamos cielo – le dije dándole un beso en la frente.


Sasuke aparcó el coche y me abrió la puerta diciéndome que fuera a avisar dentro. Cogió a Asahi en brazos y cerrando el coche entró tras de mí con mi hijo. No me hacían mucho caso y pasaban de mí pero en cuanto Sasuke entró y se enfadó con ellos, creo que al descubrir que era alguien importante nos atendieron de inmediato.


Metieron a Asahi en cuidados intensivos por su problema pero al menos… el médico que nos atendió nos dijo que se recuperaría enseguida, que preferían tenerlo esta noche en observación por si tenía otra recaída.


- Gracias – le dije a Sasuke cuando el médico se marchó.


- No me debes nada Naruto, es mí hijo y yo haría lo que fuera por vosotros.


- Yo… Quería proponerte algo – le dije.


- ¿Qué es? – me preguntó sorprendido pero en aquel momento llegó la familia de Sasuke y no pude comentarle que quería estar con él, así que lo dejé pasar.


Saludé a su familia y me quedé con ellos explicándoles todo lo que había ocurrido, incluso me preguntaron por mi embarazo y mi parto, así que no pude escaparme y tuve que contar todo. Sasuke comentó que iría a por unos cafés, pero viendo la manera de salir un rato y sabiendo que Asahi estaba en buenas manos, decidí ir yo y así despejarme un poco por todo el miedo que había pasado.


Esperaba a que la máquina terminase de llenar el último vaso de café cuando alguien tocó mi hombro y al girarme, recibí una bofetada. Aquello me dolió pero al ver a Sakura frente a mí sonreí. Esta chica no se daba por vencido.


- No estoy de humor para tus juegos Sakura – le dije – así que vuelve por donde viniste.


- No vas a quedarte con Sasuke ¿Me oyes?


Miré hacia el otro lado del pasillo donde estaba un hombre mayor, creo que el padre de Sakura y supuse que estaría aquí por alguna revisión de ese niño o a saber. Yo cogí los cafés y traté de irme, pero ella volvió a hablarme.


- Aléjate de Sasuke, es mío – me gritó y yo me giré sonriéndole.


- Si piensas así tendrás que prestar mucha atención Sakura – le dije marchándome hacia Sasuke que salía ahora por el pasillo despidiéndose de su familia y cuando llegué hasta él le di el café y lo acerqué hasta mí cogiéndolo por la camiseta y besándole frente a Sakura. Sasuke me correspondió al momento – Quiero estar contigo, Sasuke – le dije y él sonrió.


- No sabes cuánto tiempo he esperado que me lo dijeras.


- Lo sé – le dije sonriendo – quiero tener esa familia de la que tanto hablamos hace cinco años y quiero tenerla contigo Sasuke, sólo contigo, pero no vuelvas a traicionar mi confianza.


- No lo haré – Me comentó besándome ahora él. Cuando volví a girarme… Sakura ya no estaba.


Casi mejor que fuera así, porque ya me estaba cansando esa chica y creo que no había mejor forma para decirle que era ella la que estaba estorbando en nuestra relación, Sasuke siempre tendría mi corazón y yo el suyo, no podía olvidarle y sabía que él tampoco podría olvidarme a mí. Le amaba. Por la mañana nos devolvieron a Asahi completamente recuperado pero la verdad es que tanto Sasuke como yo estábamos reventados de haber pasado la noche en vela en el hospital y acabamos dejando a Asahi con sus padres en casa y nos fuimos a dormir a su habitación un rato mientras Itachi entretenía a su sobrino.


Dormí como un niño pequeño rodeado por los fuertes brazos de Sasuke, se notaba que él también estaba muy cansado y cuando me desperté, no escuché ningún ruido, quizá sus padres y su hermano se habrían marchado con el pequeño Asahi a algún lado, quizá a dar un paseo y de paso… a comprar la medicación que le habían recetado. Yo me giré mirando a Sasuke dormir sin siquiera querer soltar sus manos de mi cintura, casi como si tuviera miedo de perderme de nuevo si me soltaba. Acaricié su cabello y uní mis labios a los suyos en un tierno beso, pero él me correspondió de inmediato metiendo su lengua en mi boca poseyéndola por completo.


- ¿Estabas despierto? – le pregunté.


- Acabo de despertarme – me dijo - ¿Has dormido bien?


- Sí – le dije y él sonrió acariciando mi cabello.


- Sasuke… - le llamé y él se sorprendió un poco.


- ¿Qué? – me preguntó.


- Te quiero – le solté de golpe y abrió sus ojos de golpe - ¿Estarás siempre conmigo? – le pregunté y él asintió.


- Te amo más que a nada en el mundo Naruto y lamento el daño que he podido hacerte en estos cinco años, pero yo jamás te habría abandonado.


- Lo sé, al menos… lo entiendo ahora.


Le besé con pasión y él colocó su mano en mi cintura pasándome bajo su cuerpo besándome con fuerza, pero me gustaba la forma posesiva en la que era él, siempre me había gustado su forma de ser, era fuerte y dominante, así eran los Uchiha y nadie les cambiaría ese carácter, ni siquiera yo.


Sentía sus manos levantando mi camiseta con lentitud, metiendo sus manos rozando cada centímetro de mi piel y sabía que siempre fue él por quien mi cuerpo se excitaba, no era nadie más que él. No podía olvidarme de esta sensación, de este deseo, no era capaz de soltar mis labios de los suyos y los agarraba una y otra vez, devorándolos cada vez con más pasión, cerrando mis ojos y dejándole tocar todo mi cuerpo.


Me quitó la camiseta tirándola al suelo y metió su mano bajo mi pantalón tocando mi miembro a través de la ropa interior. Gemí y es que no estaba acostumbrado a este contacto tan íntimo, ni siquiera en mi trabajo llegaban tan lejos como para tocarme como lo hacía en este momento Sasuke.


- Sigues siendo muy sensible – me dijo Sasuke y yo sonreí.


- Nadie me ha tocado desde nuestra primera vez – le dije – no he estado con nadie, tú fuiste el primero y el último, Sasuke – le confirmé y él se sorprendió – jamás pude olvidarte.


- Me alegra escuchar eso Naruto, porque no soportaría la idea de que hubieras podido ser de alguien más, te amo demasiado.


Iba a contestarle pero no pude al sentir como Sasuke había bajado ligeramente mi pantalón y rozaba su miembro frotándolo sobre el mío aunque aún estaba la ropa interior nuestra de por medio. Jadeamos los dos y aprovechó aquel momento para meter aún más su lengua en mi boca excitándome el doble. Mi pene dolía y se moría por salir, creo que Sasuke se dio cuenta porque me quitó la ropa interior y tiró toda mi ropa al suelo deshaciéndose también de la suya. Su mano sostenía su miembro y lo frotaba una y otra vez sobre mi miembro sonrojándome más y haciendo que gimiera ahogando aquellos sonidos en su boca.


Estaba aún encima de mí cuando se sentó sobre mi pecho y paseó su miembro por mis pectorales, rozando mis pezones con él y provocando que salieran aún más jadeos de mi boca. No pude resistirlo y cuando se acercó hacia mi rostro lamí la punta de su miembro deseándole. Lamí sus huevos, la base de su pene y subí hacia la punta metiendo su miembro casi entero en mi boca dándole placer, escuchando cómo gemía gracias al placer que yo le daba mientras él movía su mano en mi miembro dándome placer también a mí.


Volvió a tumbarse encima mío y me abrió las piernas, una a cada lado de él y las colocó por encima de sus codos elevando mi trasero, metiendo la punta de su miembro en mi interior mientras yo trataba de no gritar. Dolía, era algo normal, aún recordaba mi primera vez con él, dolía mucho al principio y aunque había tratado de dilatarme con sus húmedos dedos minutos antes de intentar entrar en mí, no podía evitar sentir ese punzante dolor atravesarme, incrementándose a medida que entraba. No se me pasó hasta que no se movió unas cuantas veces en mí, pero para entonces… yo ya me había relajado y le dejé entrar y salir con fuerza y rapidez de mí, fue el momento en que dejé que mis jadeos y gemidos salieran libres uniéndose a los de él. Esto llevábamos mucho tiempo deseándolo, pero ninguno quería darse por vencido y por fin… volvía a ser de Sasuke y él sería mío.


Por suerte para mí… Sasuke se acordó de ponerse el preservativo, porque yo ni lo recordé por la tensión del momento. Él siempre acababa pensando en todo y se corrió en mí, claro que cuando salió, se quitó el preservativo haciendo un nudo en la boca de él y tirándolo a una papelera antes de tumbarse conmigo y relajarse.


- Quiero estar siempre contigo Naru – me dijo – contigo y con nuestro hijo.


- Lo estaremos… siempre estaremos juntos – le dije – a partir de ahora no más secretos Sasuke, no mas malos entendidos, confiemos el uno en el otro.


- Si, yo confiaré ciegamente en ti Naru – me dijo – siempre confiaré en ti, te lo prometo. No volverá nadie a engañarme con nuestra relación.


- Yo tampoco permitiré que nadie se entrometa – le comenté con una sonrisa.


- No sabes cuánto había echado de menos tus sonrisas – me dijo antes de besarme de nuevo y aquella tarde… volvimos a repetir el sexo, creo que los dos deseábamos aprovechar el tiempo a solas, el tiempo perdido.


 


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