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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Para los que preguntaron por el número de capítulos... en total va a tener aproximadamente unos 38 capítulos.


Atte: Fullbuster

Naruto Namikaze POV

 

 

 

El local estaba abarrotado de gente que esperaba su turno para entrar, siempre estábamos igual. Me tocaba actuar en apenas una hora y algunos cuando me vieron llegar entrando por la puerta de servicio ya me miraban con lujuria. No era el mejor trabajo y lo sabía pero lo peor… es que no era un sitio para niños y no me había quedado más remedio que traerlo conmigo. No había nadie con quien poder dejarle y esto era lo peor que había hecho en mi vida, traerlo a mi trabajo, sólo esperaba salir de esta noche bien sin que él se enterase realmente de lo que hacía aquí.

 

Entré por el pasillo hacia los vestuarios con Asahi cogido a mi mano mirando todo con detenimiento hasta que Kabuto me detuvo antes de entrar.

 

- Ey, ey, ey ¿Dónde vas con ese crío? – me preguntó susurrando intentando que no le escuchase mi hijo.

 

- A trabajar – le dije – lo siento no he podido dejarlo con nadie. No molestará, te lo prometo. Voy a salir igualmente a actuar pero no puedo dejarlo solo.

 

- Naruto… no somos una guardería ¿Quién va a cuidarlo mientras tú estés ahí fuera?

 

- No lo sé – le dije - ¿Querías que lo dejase solo?

 

- No, claro que no – me dijo Kabuto.

 

- Yo le cuidaré – dijo Gaara al momento.

 

- Gracias – le agradecí a Gaara.

 

- Ya verás como él y yo nos lo pasaremos en grande, jugaremos a algo ¿verdad? – le preguntó a Asahi Gaara y mi hijo al verle, sonrió como hacía rato que no hacía y se soltó de mi mano para ir corriendo hacia él.

 

- Tío Gaara – le dijo ya feliz abrazándole.

 

- Mira mi chico. Oye… como pesas ya, dentro de poco no podré ni cogerte en brazos – le decía Gaara jugando con él y sacándole sonrisas.

 

- Sales en menos de una hora Naruto, arréglate y luego ve por la barra – me dijo.

 

- Ahora mismo – le dije.

 

Me metí hacia el vestuario con mi hijo y me agaché para acariciarle el cabello mientras le sonreía.

 

- Yo… tengo que trabajar ¿Vale? ¿Te quedas a jugar con Gaara mientras? – le pregunté y él asintió – cuando te entre sueño puedes dormir en ese sofá de ahí ¿Vale? Te quiero pequeñín.

 

Lo cogí de la nuca acercándolo a mí y dándole un beso en la frente aunque seguía doliéndome haberle tenido que traer aquí.

 

- Naruto… estará bien, te lo prometo – me dijo Gaara – ve a cambiarte, yo me quedo con él.

 

- Vale… pórtate bien con el tío Gaara ¿Trato hecho?

 

- Sí – me dijo sonriendo chocando mi mano.

 

Me cambié en otra sala a parte y es que no quería que mi hijo tuviera mucho que ver en este sitio. No quería que acabase como yo, él no podía ser como yo. Salí para ver como Gaara jugando con mi hijo y decidí salir al escenario ahora que estaba entretenido. Esperé a que acabase el bailarín que estaba en el escenario y en cuanto la música empezó a sonar de nuevo, viendo cuando entraba él salí yo.

 

Al primero que vi cerca de la pasarela fue a Sasuke sonriéndome como solía hacer. ¿Por qué tenía que venir todos los días? Yo sólo quería que me dejase en paz de una vez. Odiaba una cosa últimamente… desnudarme frente a Sasuke porque me prometí jamás volver a caer en sus trampas y sus enredos, me prometí que no volvería a verme desnudo ese imbécil y ahora sólo había que verme… estaba desnudándome delante suyo mientras él disfrutaba de las vistas.

 

Fui a tocar la barra cuando dudé durante unos segundos, frente a mí estaba Sasuke… estaba mi hijo y dudé si tenía que hacerlo hoy, sé que tenía que hacerlo, era mi trabajo, la vida de mi hijo y la mía dependía de esa maldita barra. La cogí con más decisión ahora subiéndome a ella. Me deslicé bajando mientras hacía alguna de mis piruetas hasta llegar al suelo.

 

Me tumbé en el suelo arrastrándome hacia el borde cuando sentí  que alguien tocaba mi trasero y me dejaba un billete. Me giré para ver a Sasuke y no entendía cómo podía estar tan cerca, había ido en sentido contrario a él, no quería que él me tocase, no quería su estúpido dinero. Me hacía sentir tan humillado ver lo despreocupado que estaba Sasuke, yo sufría día a día por conseguir un maldito billete para sacar a lo que habría sido “nuestra” familia adelante y él… a él le sobraba el dinero y ni siquiera se había dignado a buscarme, por lo menos buscar a su hijo ¡Maldita sea… era su hijo! ¿Cómo podía pasar así de él? No entendía nada.

 

Contuve las ganas de llorar y me moví alejándome de Sasuke hacia el otro lado de la plataforma y levantándome para quitarme la camiseta. Cogí una de las sillas de al lado del escenario sentándome de la forma más sugerente que pude quitándome el sombrero que hoy llevaba en la cabeza y me quité los pantalones colocando el sombrero sobre mi miembro evitando que se viera el tanga. Sonreí mientras bailaba utilizando todo lo que tuve en el escenario y cuando vi que el tiempo de mi actuación se terminaba, me quité el tanga frente a esa gente que gritaba. Lancé el sombrero que había utilizado hacia el público y me marché de allí.

 

Me vestí con mi ropa de calle antes de que mi hijo pudiera verme desnudo saliendo de aquel lugar y una vez estaba vestido como siempre, me acerqué a él viendo que aún jugaba con Gaara aunque se caía del sueño.

 

- Yo de ti lo acostaría a dormir antes de ir a atender la barra del bar – me dijo.

 

- Si, muchas gracias Gaara.

 

- De nada. Espero que me los hayas dejado bien contentos.

 

- Todo lo que he podido – le dije sonriendo mientras él se iba para dar su espectáculo.

 

- Papá – me dijo Asahi abrazándose a mi cuello.

 

- Ey mi niño. ¿Te lo has pasado bien con Gaara?

 

- Sí aunque es muy malo jugando a los rompecabezas.

 

- Ya le enseñaremos – le dije sonriendo – ¿No tienes sueño? Venga, te acostaré a dormir.

 

Le acosté en el sofá tapándole con una manta y le conté un cuento que tuve que inventarme a medida que avanzaba, tuve que improvisar algo mientras le acariciaba el cabello durmiéndole. Me senté en el suelo susurrándole el cuento viendo como cerraba sus ojos y entraba en ese profundo sueño. Besé su frente cuando noté que se había dormido profundamente y me levanté para ir a la barra a servir copas.

 

Cuando salí de allí cerrando levemente la puerta, en el pasillo me encontré con Kabuto que sonreía y me miraba de una forma muy extraña. Intenté pasar de largo pero él me detuvo empotrándome contra la pared.

 

- Qué imagen más tierna Naruto – me dijo – sabes que si me dejases… yo podría ser el padre de ese niño.

 

- Kabuto… ya hemos tenido esta conversación antes, no busco un padre para mi hijo.

 

- Sí, el rollo de que no puedes enamorarte de nuevo, venga Naruto, no pido tu amor ahora, puedo esperar.

 

- No sería justo para ti Kabuto – le dije tratando de ser amable para salir del paso, pero sin pasarme porque necesitaba el trabajo.

 

- Deja que yo decida eso.

 

- Kabuto por favor… sólo quiero trabajar – le dije – es tarde y no tengo la cabeza para nada más que no sea el bienestar de mi hijo. Por favor… déjame pasar para acabar mi jornada.

 

- Ve, pero piénsalo Naruto… yo podría arreglar todos tus problemas y lo sabes.

 

- Lo tendré en cuenta – le dije marchándome hacia la barra.

 

No quería tener que depender de nadie y menos de Kabuto. Sé que tenía problemas y que él podía arreglar todo en mi vida. Tenía dinero, tenía influencias en esta ciudad… pero yo no quería estar con nadie ya, mi hijo era lo único que necesitaba y ya no sabía como quitármelo de encima a Kabuto. Prácticamente siempre me decía que quería criar a ese hijo conmigo, pero yo no quería que lo criase, no quería que mi hijo se pareciera a mí y mucho menos a él. Mi hijo no entraría en este mundo mientras yo estuviera aquí para impedirlo y desde luego… lo mantendría lejos de Kabuto siempre que pudiera.

 

Salí a la barra para servir y nada más abrir la puerta ya me encontré con la mirada de Sasuke esperándome. Suspiré cansado, estaba harto de tener que estar fingiendo frente a él, de mantenerle lejos de mí evitando que pudiera llevarse a mi hijo en un ataque de los suyos. Él no había querido conocerle, le dije que estaba embarazado y ni se molestó en llamarme o en ponerse en contacto de alguna forma para hacerse responsable, ahora era yo quien protegería a mi hijo, había cumplido diciéndole las cosas pero él me despreció.

 

- Ey “pequeño ninja” ¿Vas a contestar hoy a mis preguntas? – me preguntó y yo sonreí forzadamente.

 

- ¿Un whisky? – le pregunté centrándome en mi trabajo.

 

- No me esperaba que fueras padre – me dijo de golpe casi susurrando para que la gente no se enterase.

 

- No tenía por qué contarte nada, no me conoces ¿Por qué debería decirle algo tan privado a un desconocido? – le pregunté.

 

- Eres muy joven para ser padre ¿Y su madre? – me preguntó.

 

- Yo soy su madre y su padre – le aclaré mientras le ponía un whisky y él empezó a reírse.

 

- Sí, no me vengas con el rollo de que tú haces el papel de ambos en la familia ¿Qué ocurre? ¿No tiene madre? Ah ya sé… fuiste el imbécil que dejó preñada a una chica de instituto.

 

- Soy el imbécil que me quedé a cumplir mis responsabilidades – le dije de forma borde.

 

- ¿Enserio lo estás criando tú solo? – me preguntó ahora sorprendido.

 

- No soy la única persona que ha criado a su hijo solo – le dije – así que no te hagas el sorprendido. Toma tu whisky.

 

Seguí con mi trabajo sirviendo copas y deshaciéndome de chicos que trataban de ligar conmigo hasta que veinte minutos después, cuando Sasuke se acabó su whisky volvió a llamarme.

 

- ¿Y su madre? – me volvió a preguntar y no sabía qué decirle para que me dejase en paz, supongo que la realidad de lo que él hizo.

 

- Nos abandonó.

 

- Eres un chico muy extraño.

 

- No me mires con esa cara de pena, no necesito la lastima de nadie – le dije enfadado – ¿Vas a dejarme ya en paz? Necesito trabajar, por favor… deja que siga con mi vida.

 

Sasuke me miró de esa forma que tenía antes cuando éramos unos niños, con esa cara dulce y me sonrojé levemente, era tan condenadamente guapo, me hacía recordar todo lo que había sentido por él cuando se comportaba como una persona pero no podía caer de nuevo, él era ese capullo que nos abandonó.

 

- Papá, papá – salió gritando mi hijo de golpe buscándome y el bar se silenció de golpe al sentir la voz del niño que llegó hasta mí corriendo y se agarró a mi pierna.

 

Sasuke me miró sorprendido igual que el resto de los de la barra. Algunos abrieron los ojos como platos y otros aún me miraron de forma más lujuriosa al ver que encima era padre. Mi hijo vio a Gaara en la plataforma quitándose la ropa y supe en aquel momento que estaba perdido, iba a sospechar de mí.

 

- Papá… ¿por qué hace eso? ¿Tú también haces eso? – preguntó y no sabía qué contestarle.

 

- Perdió un desafío – le dijo Sasuke de golpe mirando hacia Gaara – pero tranquilo, sólo le hemos hecho quitarse la camiseta.

 

- ¿Papá también perdió? – le preguntó a Sasuke y yo le miré con dudas rogándole que no se lo dijera.

 

- No… yo perdí contra él – dijo mintiendo – y oye renacuajo… ¿No deberías estar durmiendo? – le preguntó Sasuke sonriendo.

 

- He tenido una pesadilla.

 

- Ven, voy a acostarte de nuevo. Todo estará bien, te lo prometo mi niño.

 

Me lo llevé antes de que Gaara empezase a quitarse más ropa y aunque el silencio de la barra continuó por lo atónitos que estaban todos viendo como cogía en brazos a mi hijo llevándomelo medio dormido hacia dentro, yo pasé de todo esto llevándolo de nuevo al sofá y quedándome un rato con él allí dentro hasta que se durmió, pero Kabuto entró de golpe sin hacer mucho ruido.

 

- Naruto… vete a casa – me dijo.

 

- No por favor, no me despidas, no volverá a pasar, por favor – le supliqué.

 

- No estás despedido Naruto – me dijo – pero ya has tenido bastante por hoy. Ve y deja que descanse en vuestra casa. Gaara acabará tu turno.

 

- ¿Enserio?

 

- Sí, venga vete.

 

- Gracias, Kabuto – le agradecí cogiendo a mi hijo en brazos para llevarle a casa.

 

 


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