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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV

 

 

 

Gaara entró bastante rápido en cuanto terminó su espectáculo y me pilló recogiendo las cosas. Sabía perfectamente lo que había ocurrido y supongo que en parte le había hecho sentirse culpable, pero no era su culpa, era mía por no tener a nadie con quien dejar a mi hijo… por no ser suficiente para él, por ser un asco de padre, era mi maldita culpa. Estaba llorando mientras recogía las cosas y Gaara colocó su mano en mi hombro.

 

- Vamos cálmate – me dijo

 

- La he liado bien ¿Eh? – le pregunté sonriendo por no llorar aún más – Vaya mierda de padre soy. ¿Cómo puedo meter tanto la pata?

 

- Mírame bien Naruto – me dijo Gaara – no voy a permitir que sigas echándote la culpa de esto. Tú has estado aquí siempre encargándote de tu hijo, tú has luchado para que no le falte un plato de comida en la mesa mientras su padre está ahí fuera pidiendo Whiskys sin hacerse responsable, así que no voy a dejar que sigas torturándote. Estás haciendo lo que puedes Naruto.

 

- No es suficiente – le dije cogiendo las cosas en una mochila y cargando a mí hijo en brazos ahora que estaba dormido.

 

Me marché del local y salí a la calle caminando con mi hijo en brazos. Apenas había caminado diez minutos hacia la estación del metro cuando un coche se detuvo frente a mí.

 

- Ey… rubito – escuché a Sasuke pero no me detuve, seguí caminando y él condujo a mi lado con la ventanilla bajada – venga chico, para un segundo.

 

- ¿Qué quieres ahora Sasuke? – le pregunté enfadado - ¿Quieres un gracias por salvarme de una humillación frente a mi hijo? Gracias – le grité – gracias por no decirle que ya me habías metido un billete en el tanga igual que el resto de los clientes de ahí fuera.

 

- Déjame llevarte a casa, estás muy alterado.

 

- No voy a subir contigo en el coche.

 

- ¿Por qué no?

 

- Porque no nos conocemos y porque eres un pervertido.

 

- No me conoces como para decir que soy un pervertido.

 

- Claro… eres un santito que sólo ha intentado ligar conmigo dos días proponiéndome sexo y metiéndome billetes en la ropa. Por favor…

 

- Sube al coche por favor – me pidió y al ver su insistencia y esos ojos que tenía… dudé unos segundos, pero acabé accediendo - ¿Dónde te llevo?

 

- A las afueras, si me dejas donde el parque del auditorio estará bien.

 

- Vale – me dijo y no volvimos a hablar en todo el camino.

 

Intentaba no llorar… miré por la ventanilla y esperé a que el camino se me hiciera lo más corto posible pero al final, una lágrima resbaló por mi mejilla y aunque traté de contener el sollozo, seguro que Sasuke lo escuchó. Le indiqué mi calle y me dejó en la puerta del edificio. Supongo que aunque traté de evitar que supiera donde vivía y le pedí varias veces que me dejase en cualquier lado, él insistió en llevarme hasta la misma puerta preocupado de que no nos ocurriera algo.

 

Me bajé agradeciéndole la ayuda y cuando fui a coger a mi hijo la mano de Sasuke me detuvo impidiéndome que abriera la puerta. Cogió mi rostro con su mano obligándome a mirarle y aún sentía alguna lágrima en mis mejillas.

 

- No llores chico, lo hecho… hecho está – me dijo y no podía creerme lo imbécil que era.

 

- Ya, gracias por traernos.

 

- ¿Ahora que he hecho? – me preguntó

 

- ¿No te das cuenta verdad? Eres un idiota. ¿Crees que yo quería que mi hijo viera todo eso? – le pregunté enfadado.

 

- Parecía ¿Cómo se te ocurre llevar a un chiquillo de cinco años a ese lugar?

 

- Será porque no tengo a nadie de mi parte – le dije – no había nadie con quien pudiera quedarse hoy.

 

- Eso no es excusa, llama al trabajo y diles que no puedes ir, contrata una niñera, no sé – me gritó.

 

- ¿Crees que lo habría llevado allí pudiendo hacer eso? No puedo permitirme no ir al trabajo, no puedo permitirme pagar una niñera –le grité.

 

- Por favor… ¿Cómo no vas a poder?

 

- No vale la pena ni explicárselo a un chico rico como tú, no me entenderías jamás por lo que he pasado, tú no sabes nada de mí.

 

- No soy un niño rico, mis padres son muy normales.

 

- Pero tú ganas mucho dinero ahora, piensas que todo se arregla con dinero. Intentaste tener sexo conmigo a cambio de tu asqueroso dinero.

 

- ¿Qué quiere que haga si me gustas?

 

- No te gusto – le dije – te gusta mi cuerpo ¿Por qué tanto empeño en mí, Sasuke? – le pregunté - ¿Qué te he hecho yo para que hagas esto? sólo quieres utilizarme y tirarme.

 

- Así es la vida chico – me dijo – la gente te utiliza.

 

- ¿Eso te ha pasado? – le pregunté - ¿Cómo te abandonó alguien ahora vas por la vida jodiéndonos a los demás? Eres un crío, madura de una maldita vez Sasuke, no puedes ir por ahí vengándote de gente que no te ha hecho nada.

 

- Tú no sabes nada – me dijo.

 

- Puede que no haya tenido una buena educación como tú, pero yo sé de la vida – le grité – eres tú el que tienes que aprender. ¿Crees que eres el único que lo ha pasado mal en esta vida? Por dios… quita tus ojos de tu ombligo y mira a tu alrededor – le dije

 

- ¿Qué te ha pasado a ti en tu vida, eh? ¿Tú hijo casi te encuentra desnudo?

 

- No tengo familia, tú tienes suerte de tenerla – le grité y él se sorprendió, porque si quería realidades las iba a tener – No tengo estudios… tus padres te los pagaron, el amor de mi vida me abandonó cuando iba a tener a nuestro hijo, tú ni siquiera sabes lo que es la paternidad. Bailo en un local quitándome la ropa y dejándome tocar para poder llegar a fin de mes… para poner un plato de comida todos los día en la mesa a mi hijo, tú no has tenido que luchar por la comida… no sabes nada Sasuke… tú mayor decisión fue firmar un contrato de un año para largarte… mi máxima decisión fue decidir si este niño nacería o no y si tenía que darlo a una mejor familia para evitarle sufrimientos en mi miserable vida – acabé de decirle todo llorando.

 

- Yo… no sabía…

 

- No… es obvio que no sabías nada, sólo planeas una estúpida venganza a gente que no tiene nada que ver con lo que un tío te hizo una vez. Eres un crío egoísta.

 

No pude reaccionar a tiempo cuando Sasuke se lanzó sobre mí uniendo sus labios a los míos, cogiendo mi nuca con su mano derecha aprisionándome para que no me alejase, pero no sé si ahora mismo podía alejarme. Llevaba cinco años añorando sus labios, cinco años soñando con él y aunque lo odiaba por lo que me hizo… estos malditos sentimientos decidían traicionarme. Mis piernas temblaron ante su beso y menos mal que Sasuke pasó su brazo por mi cintura agarrándome y acercándome más a él evitando que me cayese allí mismo. Hacía por lo menos cinco años desde el último beso que yo había dado y me costó seguirle el ritmo, pero al final… acabé correspondiéndole sabiendo que posiblemente… sería mi último beso con él.

 

Cuando se separó de mí me armé de valor y le pegué un tortazo por el abuso de confianza que se había tomado.

 

- No lo hagas de nuevo – le dije aún llorando.

 

- Me llamas a mí vengativo chico… pero tú tampoco perdonas cuando te abandonaron. Deberías no volver a llevar a tu hijo a ese lugar – me dijo.

 

- Es posible, pero tú no tienes derecho a darme consejos éticos ni morales, tú no sabes lo dura que puede ser la vida, no sabes nada Sasuke, lo has tenido todo. Aprende a mirar a tu alrededor… hay gente en peores situaciones que nosotros y hacemos lo que podemos. No tienes derecho a decirme cómo educar a mi hijo. ¿Sabes por qué soy yo quien se quita la ropa ahí arriba, Sasuke? Para ahorrar algo y pagarle una educación a mi hijo, para que él no tenga que hacer lo mismo que hago yo, para que él tenga un futuro y salga de esta mierda, para que pueda comer. ¿Sabes cuál es mi mayor miedo? Que sea como yo, no quiero que sea como yo Sasuke, ojala salga como su padre y se largue de aquí, que tenga éxito en su vida y sea feliz – le dije abriendo la puerta del coche, cogiendo a mi hijo y sacándolo para entrar en el edificio.

 

Me sentía cansado y destrozado. Discutir con Sasuke a veces me parecía que era como tirar las cosas en un saco roto, a él le daba igual todo lo que no fuera con él directamente y yo no era nada suyo. Era un maldito egoísta y aún así… ¡Le amaba! Dejé a mi hijo en el sofá tapado durmiendo y me fui a mi habitación. Cerré la puerta y me dejé resbalar hasta que las lágrimas empezaron a salir sin poder parar. ¿Cómo podía amarle aún? Toqué mis labios con mis dedos recordando su pasional beso y sabía que mi corazón estaba perdido… Sasuke me lo robó en su día y no me lo había devuelto, no lo haría.

 

Lloré todo lo que pude hasta que me quedé sin lágrimas que derramar. Amaba a Sasuke y a la vez le odiaba por lo que me hizo… lo que nos hizo, esto no me podía pasar a mí, yo ya no contaba con Sasuke, desapareció hace cinco años y creí que jamás volvería a verle ¿Por qué había vuelto para atormentarme?

 

A la mañana siguiente como siempre, Asahi me despertó tirándose encima de mí pero como estaba tan cansado y lo notó, se acostó a mi lado y abrazado a él dormí un rato más. No tenía ganas de levantarme, estaba deprimido y es que recordar todo lo que había vivido para poder salir adelante yo solo con Asahi me dolía demasiado.

 

¿Cómo le explicaría a mi hijo cuando llegase el momento… que me desnudaba para ganar dinero? Me iba a odiar y anoche estuve a punto de conseguir darle asco, puede que sólo fuera mi imaginación, pero era muy pequeño para entender mis motivos para hacer esto. Esa mañana cuando me desperté, preparé el desayuno de Asahi y leí el periódico como todos los días tratando de encontrar un trabajo. No un trabajo nuevo… más bien un segundo trabajo para poder mantenernos más cómodos, porque con todos estos gastos, no sé cuánto podría aguantar y tenía que ahorrar para los estudios de Asahi y a ser posible en algún momento… para mi operación si es que algún día conseguía quitarme este maldito útero que nadie veía, pero que a mí me hacía sentir tan mal. Asahi estornudó en aquel momento y yo sonreí dándole un pañuelo.

 

- ¿Te has resfriado? – le pregunté tocándole la frente pero estaba bien de temperatura.

 

- No – me dijo – yo nunca caigo enfermo, he sacado las defensas de papá

 

No pude evitar sonreír con aquello y acariciarle el cabello. Kakashi vino también a hacernos una visita y le trajo una bolsa de chucherías a Asahi. Mientras él pintaba… nosotros hablamos.

 

- ¿Sigues empeñado en quitártelo Naruto? Nadie con tu problema había conseguido concebir un hijo.

 

- No quiero esta cosa – le dije – es un peligro para mí, me hace sentir extraño porque soy un chico, no necesito… esto. Es lo peor que podía pasarme. Mira lo que le pasó a Asahi… ¿Y si me quedase de nuevo embarazado y saliera con el problema de él?

 

- También es lo mejor – me dijo – mira bien lo que tienes Naruto… él es tu vida, es el mejor regalo que la vida a podido darte. Míralo bien… está bien, está feliz contigo a tú lado.

 

- Lo sé, por eso dudo de esa operación, no sé si debo quitarme este útero o no. Estoy tan confuso… De todas formas no tengo dinero para pagar la operación.

 

- No hagas locuras Naruto, ¿Qué es lo más importante que tienes ahora mismo?

 

- Tengo que ahorrar para el futuro de Asahi – le dije – necesito que él salga de este lugar. Para mí ya no hay futuro, pero para él no quiero esto, tiene que ser mejor que yo. Por favor… sólo necesito que no sea como yo – le dije a punto de llorar.

 

- Yo creo… que si sale como tú sería una bendición, has sido valiente y tuviste a tu hijo, estabas solo y lo sacaste adelante Naruto, tú tienes fortaleza, ya le gustaría a más de uno ser como tú. Eres un gran chico que siempre intentas ayudar a tus amigos, que te preocupas por tus seres queridos, ojala tu hijo saliera como tú y no como su padre que os dejó solos.

 

- Gracias, Kakashi – le dije abrazándole y es que casi le quería como a un padre… ese padre que también me abandonó y al que ahora intentaba buscar para que me diera una explicación del motivo por el que nadie podía quererme.

 

 


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