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Ayudándote a superar tu claustrofobia por 1827kratSN

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En la actualidad…

 

 

—me escapé como pude, cada vez que ese sujeto me encontraba. Varias veces me dio a entender que no podía contactarme con nadie, ya que los usaría para dañarme – el joven castaño se mantenía serio mientras las palabras salían con calma. Evitaba ver los rostros de los presentes

—un mes de persecución… pudiste llamarnos en cuanto te diste cuenta que querían hacerte daño – regañó Reborn, pero su sobrino ni siquiera se inmutó

—tuve muchas cosas que hacer en ese tiempo

—¿cómo lograste ocultarte? – Hibari se sentó en uno de los sofás mientras cruzaba sus brazos, todavía faltaba saber muchas cosas acerca de ese escape – tratamos de localizarte y jamás nos daban pistas claras

—digamos que tuve un buen maestro – el castaño sonrió débilmente mientras jugaba con sus dedos – además jamás me encontrarían buscándome por Tsuna, yo… me convertí Antonio, un hombre que tenía un hijo pequeño. Además, es fácil usar diferentes tonalidades pasajeras para el cabello. Ocultarse fue simple

—aun me falta saber cómo demonios sobreviviste este tiempo. Tenías al pequeño contigo – el hombre de patillas caminaba despacio en la habitación – escuchamos que pasaron hambre y frío… estás delgado. Demasiado maltratado para mi gusto

—hice muchas cosas para obtener los recursos que necesitaba – explicó Tsuna mientras se acercaba a la ventana para tomar un poco de aire – Fuuta era mi prioridad. Trabajé en lugares en los cuales te pagaban por día, campos, construcciones… muchos ofrecen algo de dinero por algunas cosas

—estás siendo ambiguo Tsuna – reprochó el pelinegro mientras se quitaba la fedora y tomaba la grabadora revisando que aún tenía suficiente espacio – quiero saber detalles

—no quiero decirlos – el castaño se tensó al enfrentar la mirada de su tío – me niego, no quiero recordar eso

—ahora tengo más curiosidad dame—Tsuna. Debes sincerarte para que te ayudemos

—… — Tsuna permaneció en silencio, observando con disimulo la mirada metálica que estaba atento a sus acciones – conseguí dinero de muchas formas diferentes, pasé hambre cuando no me alcanzaba. Para perder al tipo que me seguía, tenía que dormir en lugares inapropiados

—explícate Tsuna – por la mirada de su sobrino sabía que había más que esas simples palabras

—si estaba en público o me registraba en una posada, por más humilde que ésta fuera, el tipo lograba encontrarme – se alejó de su tío evitando ser presionado demasiado – muchas veces recurrí a dormir en la calle o debajo de algún puente

—eso es inaceptable – Hibari se levantó para seguir el juego de investigación – debiste contactarnos

—si les molesta que optara por deambular como un vagabundo… deberían saber que tampoco quise hacerlo – se enfrentó a los mayores – pero tenía cosas que resolver

—¿acaso no confías en nosotros?… somos tu familia

—lo sé, Reborn… pero hay muchas cosas que solo yo podía hacer. Si me aparecía aquí como el heredero, todos hubiesen enfrentado muchos problemas

—¿cómo cuáles?

—los que me buscan, no son simples delincuentes – se explicó mirándolos con seriedad – tenía que desaparecer para encontrar al culpable. Decidí hacerlo solo, necesitaba solo cuidar de Fuuta y de mí. Me volví una insignificante hormiga… pero tenía mis razones

—teníamos los suficientes recursos para ayudarte. Tenías un niño a tu lado, no sé qué trabajos hiciste y quiero detalles. No sé con quién te enfrentaste y necesito saberlo… todo esto nos causó un tiempo de crisis… esto no es un juego

—confórmate con lo que dije – se enfrentó a su tío con la misma fuerza que el otro tenía. Admiró como el otro azabache también intentaba averiguar más cosas, aun si tenían que presionarlo, pero no estaba dispuesto a decir más – el tiempo de la explicación acabó – se alejó a paso decidido, pero fue interceptado con un fuerte agarre en su brazo

—¡aléjese! – no pudo evitar asustarse por el agarre, pero al ver aquella mirada metálica se dio cuenta del daño hecho – lo siento, pero…

—quiero saber por qué reaccionas así – exigió Hibari, aunque podía darse una idea

—hay detalles que me guardaré para mí – a Tsuna le dolía ver lo que estaba haciendo, pero no quería recordar aquellos días – lo único que tienen que saber, es que logré mi objetivo

—no me importa eso… quiero saber qué fue lo que te pasó – exigió Hibari perdiendo su calma habitual – solo con verte puedo darme cuenta que algo te hizo cambiar tanto en este periodo de tiempo, necesito saber qué fue…

—si piensa que fui deshonrado o algo así… se equivoca – podía ver esa duda en los ojos ajenos – ya dije que jamás permitiría tal cosa – al menos logró aliviar a los presentes – pero hice muchas cosas de lo que no estoy orgulloso. Probé en carne propia, lo duro que es no tener dinero. La pobreza que viven muchos… la viví

—eso no basta para justificar tu comportamiento – regañó Reborn sintiendo que algo faltaba – sé que el trauma fue grande, pero, aun así

—no soy tan fuerte como tú – lo interrumpió – tú superaste eso, a cambio de volverte un sádico… yo superé lo mío a cambio de volverme desconfiado y cobarde… ¿eso es suficiente para ti?

—con el debido cuidado, podemos ayudarte a superarlo, pero quiero que me cuentes qu…

—trabajé en los campos – Tsuna volvió a interrumpirlo a sabiendas de que no soportaría mucho en esa habitación – robé, obtuve dinero de manos equivocadas, hice lo que cualquier desesperado haría por un poco de dinero para alimentar a sus hijos. Estafé, me adentré en los barrios bajos, conviví con las personas que no tienen absolutamente nada… viví en carne propia la pobreza

—debió ser difícil, pero…

—algunas veces obtuve la ayuda de gente generosa, en otras tuve que soportar la humillación de muchas formas – el castaño se acercó a la puerta – tal vez mi respuesta no sea clara, pero no diré nada más – salió de ahí con apuro, diciendo, por último – hay cosas que no quiero recordar… pronto te daré lo que necesitas

 

 

No fue suficiente…

 

 

Aunque los presentes quisieron obtener más detalles, no lograron nada, incluso recurrieron al pequeño Fuuta cuando la desesperación los atormentaba. «oto—chan me dejaba en manos seguras y volvía después de largas horas con comida o dinero. No sé en que trabajaba». Después de varios intentos fallidos, en el par de días que les tomó lograr que el castaño dejara de evitarlos, decidieron dejarlo así. Tal vez presionarlo sería contraproducente «todos tienen secretos y yo quiero los míos… no es grave, pero simplemente no diré nada» les había dicho en la última ocasión.

Tsuna todavía estaba adaptándose al ambiente, escondido entre las sombras, ya que su regreso seguía siendo un secreto. Después del día del interrogatorio, Tsuna les dejó a Reborn y Hibari cierto conjunto de documentos que había recolectado ene se tiempo. Analizándolos un poco, ese par se dieron cuenta de que podían capturar a la mente maestra detrás de todo eso

 

 

—esta es la razón de mi ausencia… fue duro conseguir todo, pero valió la pena. Se los dejo porque así tal vez logren obtener la venganza, que estoy seguro, desean tener — el castaño tenía razón. Reborn y Hibari querían destruir de apoco a aquel grupo de involucrados. Uno por uno caerían en desgracia, eso podían jurarlo e inmediatamente se pusieron en marcha

 

 

 

Tsuna había planeado eso desde el principio. Obtener todas las pruebas necesarias para librarse de la mancha detrás de su familia. Había una persona a la cual quería enfrentar por él mismo, el cabecilla, como era denominado por sus colaboradores. Aquella persona que le había quitado todo y que a su vez quería reclamarlo como premio. Con ayuda de su abuelo, al cual le explicó sus motivos podría hacerlo, Tsuna, al tercer día de su estadía, ya estaba completamente dispuesto a enfrentarlo. Su cuerpo se había recuperado, su mente estaba calmada, sabía que era lo último de su martirio y a su vez el principio de la venganza de su familia, pero el castaño solo quería recuperar algo valioso y nada más

 

 

—me alegra verlo, Timoteo – un hombre alto, cabello rojizo, rizado, peinado de manera elegante hacia atrás, ojos marrones oscuros casi negros, formal y calmado, se presentaba en la oficina del presidente de las empresas Vongola para la reunión prevista – espero que se haya recuperado por la pérdida de su nieto

—aún es doloroso – el anciano sonrió levemente. No estaba seguro de que iba a ocurrir, pero era un pedido de su sobrino – pero agradezco tu preocupación Zakuro

—debo preocuparme por mi socio – sonrió el pelirrojo mientras se sentaba frente a Timoteo – siento curiosidad por el motivo de ésta reunión

—quiero presentarte a alguien – susurró mientras dirigía su visión a la puerta de su oficina – por favor acércate – de inmediato un joven ingresó. Usando un traje formal y una fedora que ocultaba su rostro, el conjunto le daba un toque de misterio

—¿acaso es su nuevo heredero? – bromeó el pelirrojo poniendo atención al jovencito que se quitaba el objeto mostrando sus finas características

—es un placer verlo de nuevo, Zakuro—san – se mostró sereno mientras observaba el rostro impactado del pelirrojo – es un honor volver a retomar mi puesto

—pero… — por un momento el hombre no supo decir nada – es increíble – fingió una sonrisa mientras se levantaba para presenciar a Tsuna – pensé que su heredero…

—¿le sorprende verme aquí? – sonrió Tsuna mientras se posicionaba a un lado de su abuelo – hasta parece que no le sentó bien mi regreso

—estoy un poco sorprendido –

—mi nieto está de regreso, aunque parece haber sufrido mucho – intervino Timoteo percatándose del desconcierto de su socio. Ahora entendía todo

—no me gusta este ambiente – siguió Tsuna mientras se acomodaba en el sofá a un lado de su abuelo y procedía a sacar ciertos documentos que traía consigo – seré breve y directo, Zakuro—san – observó la expresión confusa del pelirrojo y le sonrió – sé muy bien que fue usted quien ordenó mi captura – el pelirrojo se puso serio y trató de negar todo, pero – ahórreme las escusas señor… tengo las suficientes pruebas para asegurar que usted quiso deshacerse de mi

—así que es verdad – Timoteo suspiró – creí que eras un buen sujeto. Creo que me equivoqué, lamento que todo esto pase… mi nieto es lo más importante que tengo y me siento traicionado

—yo no…

—Zakuro—san, no soy una persona vengativa – interrumpió Tsuna – sufrí mucho por la persecución de sus hombres, pero ya estoy aquí, sano y salvo – le extendió los papeles al hombre en frente de él – si me regresa lo que les quitó a los Bovino, olvidaré este incidente… solo debe firmar

—¿acaso cree que aceptaré algo así?

—le prometo no tomar represalias contra usted. Lo dejaré marchar sin dañar su reputación ni nada – sonrió Tsuna – solo quiero eso, firme… me devuelve esos bienes y yo olvidaré este periodo de tiempo

—¿por qué debería confiar en su palabra? – el pelirrojo sonrió algo nervioso al verse descubierto. El jovencito le mostraba una faceta muy calmada y sabía que no era broma eso de las pruebas inculpándolo – además yo…

—mi palabra es confiable al contrario de la suya – amenazó Tsuna con calma – esto es un simple intercambio. Le doy las pruebas – sacó un sobre y le entregó a Zakuro – y usted me da su firma. Sólo eso

—es una gran fortuna la que quieres a cambio – revisó el contenido del sobre, fotos, documentos, y una cinta, el chico no estaba jugando – pero creo que aceptaré

—me alegra oír eso. Evitemos grandes líos legales y escándalos – sonrió Timoteo – no te preocupes, ni mi nieto ni yo haremos algo, pero creo que será mejor si usted se va del país

—no se preocupe, desapareceré – Zakuro acabó de firmar todo y tomó las evidencias – creo que es una lástima que mi plan fracasara, pero no puedo pedir todo

—querías el poder de Vongola… es lamentable escuchar eso – suspiró Timoteo – me hubiese gustado formar una alianza contigo, pero las cosas no son tan fáciles después de todo

—sin rencores – Tsuna ofreció su mano, Zakuro la apretó para despedirse e hizo lo mismo con Timoteo y salió de la oficina – pero ¿qué es esto? – se alarmó al ver a cierto azabache de patillas agarrando su brazo con fuerza justo cuando intentaba salir

—las basuras como tú, deberían quedarse calladas – amenazó Reborn mientras lo arrastraba con él

—¿acaso no dijiste que estaba libre de todo? – le reclamó a Tsuna que solo veía la escena – ¡mentiroso!

—le di mi palabra… yo no hice nada en su contra, nunca mencioné a mi tío… él tomará sus propias decisiones, Zakuro—san – el castaño se dio vuelta ingresando a la oficina de nuevo, evitando ver aquel alboroto

—MALDITA SEA. NO PROBARÁN NADA –su griterío fue detenido por cierto golpe de parte de un hombre de mirada metalizada

—te morderé hasta la muerte – susurró mientras dejaba que Reborn siguiera arrastrando al hombre con él

—Kyoya, deberías guardar fuerzas para el interrogatorio, ya sabes… tenemos que informar a la policía, acusarlo de estafa, secuestro, intento de asesinato, para eso necesitamos que el propio criminal declare – amenazó en susurros mientras ingresaban al ascensor – será divertido

—solo recuerda que necesita estar presentable para el juicio – sonrió Hibari de medio lado al ver a los agentes esperar a los involucrados para llevarse al pelirrojo con ellos, por esta vez no los acompañaría

—te espero… no te tardes niño

 

 

Hibari tenía otra cosa que hacer antes del interrogatorio y era acercarse a Tsuna. Verificar que su castaño estuviese bien, era su prioridad. Se encontró con Tsuna sentado en el sofá admirando la ciudad por la ventana, perdido entre sus pensamientos. «¿Tsunayoshi estás bien?» el anciano les dio privacidad, saliendo de aquel lugar, cerrando la puerta y así Hibari se atrevió a acercarse al pequeño. Acarició levemente su mejilla para no asustarlo, «ya estoy totalmente calmado Hibari—san. Eso era lo último que tenía que hacer. Lo demás se los dejo a ustedes» sonrió levemente mientras acariciaba la mejilla del mayor. Lo miraba con melancolía, era difícil enfrentar esa situación,

Recibió un beso en la frente, era lo único que el castaño le permitía hacer al mayor, pues todavía sus miedos estaban latentes. Tsuna sabía que tardaría un poco en acostumbrarse o por lo menos intentar regresar a su vida anterior, pero valía la pena si al final Hibari lo estaba esperando. Había pasado por muchas cosas que cambiaron su carácter. Ahora podía decir que era un poco más maduro, consiente de la vida, pero también temeroso del futuro y de los demás. Tsuna no podía evitarlo… tenía que luchar con sus temores

 

Continuará...


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