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Ayudándote a superar tu claustrofobia por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Hola a todos !!!!

 

Aquí les traigo la actualización 

 

Espero que lo disfruten 

 

 

 

 

Hibari tomó conciencia de las palabras de su hermano mayor, dañar al castaño no era una opción, pero al momento de recordar la cara de dolor que le mostró cuando quiso forzarlo a irse con él, sintió una punzada dolorosa. Los ojos del castaño el día de la discusión eran fríos llenos de rencor hacia él, aumentándole el hecho de que por más que intentó encontrarse con el pequeño conejo no logró hacerlo, lo que significaba una sola cosa, lo estaba evitando. No era ciego y sabía que Fong estaba enamorado del castaño y al verlos juntos algo en él se encendió. La ira lo invadió y quiso morder hasta la muerte a su hermano. Tsuna estaba sonriéndole con cariño mientras ingresaban al edificio y también cuando ingresaron al departamento del mayor. El castaño nunca le permitió observar ese tipo de expresión cuando estaba con él, ahora que empezaba a razonar un poco, solo lo había visto temblar y sonrojarse, algo adorable a sus ojos, pero nada más. Quería monopolizar al más joven, tenerlo solo para él, pero Tsuna no quería, iba a obligarlo entonces… tal vez así… podría…

 

 

¿Qué era lo que estaba sintiendo?… un pequeño nudo en su estómago, una rabia incontenible, una punzada ante los recuerdos. Su mente vagaba entre sus memorias, nunca nadie lo hizo sentir así antes, por supuesto que no, él era un carnívoro… él era el depredador y… había caído en la trampa preparada por una simple presa. Tsuna no era un simple herbívoro era… algo más, era el único ser que despertó su interés tanto como para querer tenerlo para él y eso lo hacía enojar. Estaba cayendo ante los encantos de ese pequeño, se estaba volviendo débil, intentó deshacerse de esas malditas emociones durante el tiempo que no se encontró con el castaño, pero fue inútil, mientras más lejos estaba el pequeño tenía muchas más ganas de tenerlo

 

 

 

Su desempeño impecable se mantenía, pero su humor empeoró al punto de no querer estar acompañado por nadie y rondar la ciudad solo, mordiendo hasta la muerte a cualquiera que hiciera el mínimo escándalo y empezó a frecuentar las zonas más peligrosas con tal de liberar esa energía que lo mantenía día a día

 

 

 

Por otro lado…

 

 

 

La mente de Tsuna había estado llena de dudas, en ciertas ocasiones quería volver a esa vida sencilla que tenía y en otras quería que Hibari compartiera los sentimientos que empezaban a crecer en su interior. Si antes era distraído ahora era peor, incluso Yamamoto le había regañado en ciertas ocasiones por quedarse en su propio mundo. ¡Y era Yamamoto! Sonrió en pensar en sus amigos, presentía que Takeshi y Hayato se llevaban mejor de lo que mostraban en público, los contantes sonrojos del peliplata eran la evidencia perfecta. “Desearía tener a alguien preciado también… alguien que me amara” al darse cuenta que de nuevo estaba pensando demasiado sacudió su cabeza un poco y trató de concentrarse en las clases, pero era tan aburrido que después de cinco minutos de nuevo fantaseaba, eso era terrible. Se sonrojaba levemente al recordar la confesión de Fong, le había gustado saber que por lo menos era capaz de despertar esa clase de sentimientos en alguien tan amable como él “¿por qué no puedo enamorarme de Fong—san?” se reprendía mentalmente una y otra vez mientras se mantenía jugando con un lápiz entre sus dedos. Por otro lado, estaba Hibari, ese hombre era aterrador, pero a su vez no podía evitar una atracción indescriptible, algo que ni siquiera Kyoko, su amor platónico en la secundaria, pudo llegar a producirle. Se reía al compararlos ¡era completamente diferente!, ya estaba volviéndose loco si creía que aquella chica de dulce sonrisa podría compararse con el elegante vecino que lo acosó en los ascensores

 

 

 

Ese era su día libre, no tenía que ir a trabajar, tampoco se encontraría con Fong para que lo ayudara con la meditación, así que pensó pasear un poco para despejar su mente. Recorrió las calles del centro encontrándose con Lambo por casualidad. Ellos se conocieron desde la secundaria y en ciertas ocasiones Tsuna pensaba que de cierta forma él fue quien ayudó a unir a su tío con el joven Bobino

 

 

—¿Lambo puedo preguntarte algo? – era la hora perfecta para averiguarlo ¿no?

—claro Tsuna, pero quiero un postre – exigió al ver una cafetería, de inmediato estaba arrastrando a su amigo al interior de aquel establecimiento

— ¿Desde hace cuánto sales con mi tío? – el joven Bobino casi se atora con el postre que intentaba disfrutar mientras un evidente sonrojo invadía su rostro

– yo…yo

— tenía curiosidad, pero si no quieres contarme, está bien – sonrió Tsuna con cariño

— ¿de verdad quieres saber? – evitó los ojos chocolates mientras recordaba ciertos sucesos de su pasado, solo escuchó un leve “si” y suspiró – ¿por qué te interesa eso de repente? – jugó con la fresa mirando de vez en cuando a su acompañante

—porque… tengo curiosidad, aunque creo que debí preguntar eso mucho antes

—fue… empezamos desde que cumplí 16 – susurró el ojiverde mientras veía la sorpresa de su amigo

—¿QUÉ? – gritó sin poder evitarlo, ¿Reborn era un pedófilo o qué?

—silencio Tsuna, eso es un secreto – le regañó mientras le metía un pedazo del pastel a la boca en un intento de disimular un poco. No le gustaba ser el centro de atención de todos

— pero… eras solo un niño, Reborn es… no puedo creer que haya sido capaz

—te contaré lo que quieras, pero no hagas escándalo y tampoco le digas a Reborn o me… matará – bueno no lo mataría, pero sabía perfectamente el castigo que le daría

—¿Cómo se conocieron? Porque si no mal recuerdo yo no te lo presenté hasta casi terminar mis estudios

—¿recuerdas el festival en la que mi grupo hizo una casa de terror? –

—te disfrazaste de un shinigami y tenías esa guadaña – se reía ante la molestia del menor, que fruncía el ceño. Había sido divertido verlo disfrazado mientras era perseguido por algunas chicas, después de todo Lambo era bastante popular entre las jovencitas – las chicas querían morir en tus brazos – dramatizó con algunos gestos

—no te burles – aunque en el fondo a Lambo también le parecía divertido – etto… me delegaron repartir volantes mientras me tomaba mi descanso y bueno… digamos que choqué con tu tío – no le iba a decir que por ir tan distraído tratando de huir de sus admiradoras terminó derribando a un miembro del club de boxeo que se enfadó, cuando se defendió lo empujó al puesto de dulces que fue destrozado. Cuando los demás buscaban al culpable se armó un alboroto del cual el escapó corriendo hasta derribar a Reborn, terminó sentado en el vientre del mayor y a escasos centímetros de sus labios ¡eso parecía un chiste!

—así que… ahí empezó todo, ¿no te diste cuenta que era mi tío?

—Reborn me contó que su sobrino estudiaba ahí pero jamás creí que serías tú

—Lambo… ¿por qué dejas que mi tío te trate así? él no es cariñoso o delicado, además…

—aunque no me creas, no es así todo el tiempo – Lambo lo interrumpió – puede ser todo lo mandón y grosero, pero… en ciertas ocasiones también es amable, a su forma

—¿tan enamorado estás? – nunca había visto tanta seriedad en el rostro de Lambo y menos acompañado por un dulce sonrojo

—si… aunque es difícil soportar su carácter y no sé si me corresponde. La mente de tu tío es un misterio

—la verdad no te entiendo

—ni yo – sonrió – pero no puedo hacer nada porque… no soportaría alejarme de Reborn

 

 

 

La pequeña conversación con Lambo le hizo darse cuenta de que “nos volvemos idiotas cuando nos enamoramos” se reía bajito al pensarlo. En verdad tenían problemas, Lambo era un niño enamorado de un hombre mucho mayor que aparte era sádico y autoritario, y él… él estaba fascinado por su aterrador vecino que lo quería como una propiedad más, eso era horrible.

 

 

No podía dejar de pensar en sus problemas actuales. De pronto una pequeña gota golpeó su frente, tan distraído estaba que no vio la tormenta que se avecinaba. A la primera gotita le acompañaron varias y pronto en su rostro se deslizaban pequeños hilillos de agua, necesitaba correr si deseaba al menos llegar a su hogar lo menos empapado que pudiese. Pronto sintió su cuerpo más pesado, y es que el agua estaba siendo absorbida por su ropa. Tsuna odiaba su mala suerte, ese día ni siquiera revisó la información del clima, una sombrilla en ese momento hubiese sido su salvación. El frio lo estaba dominando y los pequeños temblores en su cuerpo lo evidenciaban, paró ante la señal de alto antes de cruzar la calle, ya era bastante tarde y la oscuridad se avecinaba. Se quedó parado tratando de protegerse un poco con sus manos, al menos lo suficiente para poder ver y lo hizo, pero fue tarde al querer impedir que el auto que cruzaba en ese momento lo llenara de agua turbia. Gritó enfadado “¿acaso no puede ser peor?” sentía un poco de tierra en su cuerpo, y al intentar abrir sus ojos sintió el escozor en los mismos. Trató de limpiarse lo mejor que pudo con las mangas, pero sus ojos aún estaban molestándolo, “¿acaso la vida me quiere patear?” cuando estuvo casi seguro de ver el cambio de luz en el semáforo se dispuso a pasar, todo fue demasiado rápido como para que su mente lo procesara de la mejor forma

 

 

El sonido de un trueno lo dejó aturdido y no escuchó el aviso del claxon dado por el conductor que intentaba frenar. Las gotas golpeaban su rostro con fuerza, al darse cuenta solo pudo ver las intensas luces del vehículo y de pronto todo oscureció. Sintió un peso extra sobre su cuerpo y un fuerte empuje, después solo dolor en algunas partes de su cuerpo y a unos brazos bastante conocidos, rodeándolo con fuerza. Un nuevo relámpago iluminó todo, luego el estruendoso sonido que opacó el grito de su salvador, apenas y entendió un “¿acaso estás loco Tsunayoshi?”

 

 

 

 

El auto que casi lo golpea, había frenado con brusquedad hasta detenerse en medio de la calle de forma diagonal. El conductor salió del interior escrutando el buen estado de los afectados, pero Tsuna no podía ver bien aún, así que limpiaba sus ojos en un intento de recuperarse pronto

 

 

—¿están bien? – la voz alterada de aquel hombre asustó el castaño

—yo si… creo – habló en voz baja tratando de entender lo sucedido y no entrar en pánico

— estamos bien – gruñó cierto azabache y solo ahí Tsuna reconoció a su salvador. Levantó su rostro y se encontró con aquella mirada metálica sobre él –

—los llevaré a un hospital

—no es necesario… me encargaré desde aquí

—pero pueden estar heridos

—solo fue un susto, ya puede irse – el azabache se levantó mostrando su buen estado

—pero el joven

— me hago responsable de él… – declaró molesto ante la atenta mirada que le daba dicho conductor, aunque entendía que se impresionara con la imagen inocente, y a la vez no tanto, que tenía el más joven. Su ropa empapada y ligeramente manchada de lodo, los ojos semi abiertos y el cuerpo tiritando de frio – es mi pareja – amenazó al hombre, que entendió la indirecta

— no se preocupe, estoy bien – Tsuna se levantó limpiando el agua que recorría su rostro, aun las gotas chocaban con sus cuerpos, pero percibía claramente el aura amenazante del azabache – Hibari—san… no soy su pareja – reclamó al notar la mirada confusa del conductor – perdone, no me fijé cuando cruzaba

—yo debo disculparme también, no pude frenar a tiempo

—no se preocupe, no fue nada grave – sonrió de forma calmada notando el sonrojo de aquel hombre, tal vez… tenía fiebre

— vamos Tsunayoshi, eres un imprudente – gruñó el mayor llevándoselo de pronto – ¿cómo se te ocurre cruzar sin ver el tránsito de las calles? – sus palabras fuertes resonaron en la mente de Tsuna

—lo siento… es que mis ojos estaban ardiéndome debido al lodo

—y ¿por qué tenías lodo por todos lados?

— un auto – soltó avergonzado, parecía un niño siendo regañado por su padre… ¡no!... regañado por su hermano mayor – no lo hice a propósito – sintió que el agarre en su brazo se hizo levemente más fuerte pero no dijo nada, no quería que se enfadara más con él

— ¿cómo se te ocurre salir en ésta tormenta? – lo regañó de nuevo al estar ya dentro del edificio – solo mírate

—lo siento – se disculpó nuevamente – Hibari—san… ¿podría soltarme? – el azabache lo liberó de inmediato y se lo agradecía. Tsuna estaba recordando a Reborn cuando lo arrastraba a los entrenamientos en contra de su voluntad

—… — se quedó callado un momento observando al más joven. La ropa estaba totalmente mojada, haciendo que se pegara un poco al cuerpo adolescente. Hibari notó la delgadez del torso, la fina curva de la cintura ajena, la espalda ligeramente ancha mostrando algunos músculos ligeros, seguramente el joven practicaba algún arte marcial de vez en cuando. Bajó su vista a las piernas bien formadas y a los muslos

—Hibari—san – la voz de Tsuna evitó que siguiera admirando cada detalle – gracias por salvarme – Tsuna estaba ruborizado, jamás pensó verse en aquella situación y bajo la atenta mirada del mayor

—debes ser más cuidadoso – gruñó molesto no por el problema sino porque… al recordar que quería tener al pequeño, y éste lo había estado evitando su ira lo invadió

—lo siento – estornudó mientras sentía su cuerpo demasiado helado y sus dedos entumecidos

—debes cambiarte de inmediato – se lo llevó al ascensor sin ninguna opción a quejas y es que el más joven tampoco quería darlas. Hibari lo observó de nuevo y es que le era imposible apartar la mirada

—gracias de nuevo – susurró el castaño saliendo de aquel aparato, intentando evitar una conversación, pero el otro no tenía el mismo plan

—¿por qué me evitas Tsunayoshi?

— Hibari—san me trata como si fuera una cosa – explicó el castaño mientras abría su puerta – eso no me gusta

—me molesta que me… desobedezcas – gruñó empujando al menor al interior del departamento e ingresando también

—Hibari—san no debería… — se tropezó con sus propios pies cayendo al suelo estrepitosamente y dándole al mayor una imagen bastante erótica sin querer. Sus piernas ligeramente abiertas y flexionadas, los brazos a los lados de su cabeza y un leve temblor en su cuerpo debido al frio, sus ropas pegadas a su piel y un leve gemido, aunque éste fuera de dolor y no de placer

—Tsuna… — definitivamente iba a tomar al pequeño en ese mismo lugar si era necesario, estaba tentándolo demasiado y sus instintos le gritaban que debería devorar a su presa caída – tú…

— DAME TSUNA – gritó cierto azabache que venía a averiguar el motivo de tanto alboroto, observado la imagen de su sobrino en el suelo y a cierto azabache sujetando el brazo de Tsuna – ¿qué haces tú aquí?

—Hibari—san me salvó de morir – se explicó el castaño levantándose rápidamente y estornudando en el proceso

—Tsuna estás empapado – se alarmó cierto ojiverde – pareces un cachorro de la calle – se burló el joven Bovino – ¿qué te pasó?

—Lambo llévatelo… debe darse una ducha antes de que se resfríe, después me explicará porque llega así – ordenó el hombre de patillas – y tú… fuera de aquí

—Deberías enseñarle las reglas básicas de un peatón – gruñó Hibari antes de salir de ahí

—parece que de nuevo hiciste estupideces, Tsuna – sonrió el mayor – al menos estás vivo y tan puro como cuando te dejé esta mañana – susurró para sí mismo, claro que había notado las malas intenciones del policía

 

 

 

Altercado…

 

 

 

 

Hibari había pasado apenas un día de aquel suceso y de nuevo estaba furioso al no tener al castaño para él. En una de sus rondas escuchó un alboroto a unas calles cercanas donde él se encontraba, si no estaba mal… ese lugar era la cafetería en donde el castaño trabajaba. Con cuidado se acercó y pudo divisar a algunas personas alejadas de un pequeño grupo que se mostraba agresividad. Jamás se imaginó ver al castaño en posición de pelea frente al grupo, no estaba solo claro, el herbívoro de cabello oscuro también se encontraba ahí sujetando un bate y un par de trabajadores también estaban sujetando diversos objetos. Los demás deberían ser los clientes que trataban de alejarse del lugar, el grupo no se veía contento, todos estaban muy tensos

 

 

—Así que quieren defenderse…. ¿Acaso son muy idiotas? – aquellos hombres estaban burlándose descaradamente. El jefe de ellos era un hombre bastante alto de cabello rubio y hablaba con burla mientras mostraba la barra de metal que sostenía en una de sus manos

—No queremos problemas, solo váyanse ahora – Yamamoto mostraba una mirada furiosa mientras de una de sus cejas resbalaba un hilillo de sangre – ya causaron suficientes destrozos

—mocoso tú no me mandas… creo que empezaré por partirte la cara a ti, niño bonito

—Ya hemos llamado a la policía será mejor que se vayan – el castaño mostraba una mirada llena de determinación, pose erguida y mirada afilada, sus piernas no temblaban y por el contrario su pose de pelea era perfecta incluso el tono de su voz era profundo pero había algo que no estaba bien, su labio estaba roto y su ropa estaba algo ¿quemada?

—Tenemos tiempo para arruinarles el local hasta que ellos lleguen, ¡vamos muchachos! – ordenó el líder mientras la gente empezó a correr al sentir el peligro. Los subordinados empezaron a dispersarse formando un semicírculo y preparados para ingresar al local en donde los pocos empleados estaban nerviosos

—Tsuna vete dentro, yo los detengo aquí – Yamamoto trató vanamente de convencer a su pequeño amigo, pues hasta donde él sabía Tsuna era pacifista y de buen corazón

—¿Cómo crees que voy a dejarte solo? – habló con voz grave denotando su determinación sorprendiendo al más alto que solo pudo sonreír. Ese día el castaño había defendido a los demás y sacado al par de alborotadores que empezaron los destrozos en el local

—no sabía que pelearas tan bien – sonrió el moreno mientras colocaba su bate en uno de sus hombros y se destensaba los músculos del cuello – NO INTENTEN ALGO ESTÚPIDO – les gritó a los demás empleados mientras empezaba a defenderse de sus atacantes

—NAGI—CHAN – le gritó Tsuna mientras se alejaba un poco del tipo con una cadena – HAZ LO POSIBLE PARA DETENER EL FUEGO Y EVACÚA A TODOS – ¿fuego? uno de esos malditos había lanzado una pequeña bomba incendiaria que empezó a consumir una de las mesas, de ahí que el castaño tenía un poco de su ropa quemada al intentar apagar las llamaradas que empezaban a tomar fuerza

 

 

Enseguida empezó la mini batalla, aquellos dos se defendían lo mejor que podían al tener desventaja en número. Soportaron los golpes, ataques a traición, insultos, una vez caídos se levantaban de inmediato y continuaban con su trabajo. Lo que más sorprendía era que el castaño luchaba a mano limpia, aunque teniendo a un tío como Reborn tal vez no era demasiada casualidad

 

 

—SABRÁN LO QUE ES METERSE CON NUESTRO GRUPO – gritó el rubio mientras trataba de ingresar al local detenido por el castaño que se arriesgó a atacarlo, pero obteniendo un golpe muy fuerte que lo hizo caer de rodillas sin respiración. Sus pulmones se apretaron al sentir el vacío

 

 

¿Acaso no era raro que Hibari… no actuara?  Hibari estaba ¿sonriendo? Mientras observaba la escena vio una nueva faceta del castaño, ¿estaba feliz? claro que no, estaba furioso, ¿por qué no actuaba y salvaba al pequeño conejo? digamos que por venganza. Hacer sufrir un poco al otro no estaba mal, después de todo ese conejo de cabello castaño lo había llenado de dudas y emociones inservibles, pero dejando todo eso a un lado sacó sus amadas tonfas y despacio se acercó al grupo

 

 

Acecha a tu presa y disfruta del miedo que la inunda al sentirse vulnerable delante de los colmillos del cazador. Un chico de cabello largo y rojo fue el primero en verlo y caer de inmediato tras un fuerte impacto en el estómago. A su alrededor todos se dieron cuenta y atacaron al mismo tiempo. Uno, dos, tres, cuatro eso era fácil, Hibari terminaba con todos con un par de golpes, eran basura para él, “demasiado débiles” susurró para sí. El que le interesaba era el líder de ellos, hace mucho que lo andaba buscando y siempre lograba escapar por cualquier circunstancia

 

 

Tsuna y Yamamoto estaban tan entretenidos con sus propios problemas que ni se dieron cuenta de que el número de contrincantes iba disminuyendo. Al final Yamamoto cayó ante uno de los más fuertes, un golpe en la nuca le quitó el equilibrio y se derrumbó, no pudo defenderse, pero al final no hubo que hacerlo. Hibari mandó a volar a su agresor, literalmente

 

 

—Gracias – logró mencionar el pelinegro con una sonrisa

—hmp… — fue lo único que emitió antes de volver para terminarlo de una vez – prepárate para ser mordido hasta la muerte – sus ojos centellaban de emoción ante su adversario caído

—nunca pensé que el primero que nos encontrara fuera el demonio de Namimori – sonrió el contrincante mientras se levantaba – probemos que tan fuerte eres – ¿luchar? eso fue una masacre ambos eran buenos, los golpes volaron y los movimientos rápidos daban la sensación de “súper velocidad”

—¡TSUNA… CUIDADO! – ese grito de parte de una muchacha hizo al azabache de ojos metálicos descuidarse y recibir un golpe provocando una hemorragia leve en su labio. Grave error, destrozó al otro sin consideración para enseguida ver lo que sucedía con el castaño

—Déjalo –  Yamamoto había sido el primero en ayudar cuando estaban a punto de impactar al castaño con una barra de metal – un ataque doble es algo demasiado… bajo – dijo antes de lanzar un golpe con su puño apartando a uno de los sujetos y ubicándose al lado del castaño

—Gracias Yamamoto—kun…— suspiró Tsuna mientras se ponía de pie tras la caída que le provocó un impacto en su estómago

—De éste me encargo yo, herbívoro – la voz del azabache era terrorífica, aunque el líder de esa pandilla ni se inmutó

—Oh… veo que la policía acaba de llegar – mencionó al ver que una patrulla se acercaba

—Hibari—san… —¿cuándo había llegado? El castaño se preocupó por la herida del más alto que ni siquiera le prestaba atención, ¿hace cuánto que no lo veía? su cuerpo tembló ante el dolor que le causó el agarre del líder de esa miserable pandilla. Estaba rodeado por el brazo del rubio asfixiándose, trató de liberarse, pero solo hizo el agarre más fuerte, se detuvo al sentir la hoja fría de una daga en su piel

—Un rehén, que estupidez – susurró furioso Hibari, no solo le molestaba que aquel tipo se estuviera defendiendo de la manera más común y absurda, sino que al observar un poco… la condición del castaño no era buena. Estaba jadeando y podía ver varios raspones causadas seguramente por el rubio

—¡suelta a Tsuna! – habló el moreno de ojos avellana con voz calmada –  él es un simple trabajador como yo

—no digas estupideces niño, ¿acaso no viste su forma de luchar? este chico es interesante – sonrió el rubio observando a cada uno de sus miembros en el piso, estaba al borde de un acantilado si seguía así sería encarcelado y su imperio se vendría abajo

—¿por qué hace algo como esto? – preguntó la chica de cabello negro azulado desde el local sus ojos mostraban la desesperación y el miedo

—porque tengo una deuda pendiente con el maldito dueño de este local – gruñó mientras retrocedía entre los policías que le apuntaban con sus armas, llevando consigo al castaño que estaba más que tranquilo analizando la situación

—¿y yo que tengo que ver con esto? – el de ojos chocolate trató de sonar tranquilo mientras en su mente se repetía “recuerda lo que dijo tu tío Reborn, la calma es buena consejera, analiza, piensa y busca una salida al problema”

—necesito salir de ésta pequeño – sonrió el rubio mientras seguía su camino y veía a los policías susurrar opciones, estaba en problemas

—Suéltalo de una vez, y enfréntame – gruñó Hibari acercándose sin cuidado

—Atrás o el castaño la paga – Hibari se detuvo al ver que el otro presionaba el arma blanca en el rostro del más bajo

—Maldito herbívoro usar una persona como escudo es demasiado, solo eres escoria

—puede ser…— sonrió el rubio sin saber a dónde huir

—TSUNA – le gritó Yamamoto mientras arrojaba el extintor en dirección del rubio que saltó para evitarlo. El moreno se había escabullido hacia un lado y buscó la oportunidad para hacerlo. Tsuna se zafó del agarre y trató de escapar, pero fue agarrado por el brazo y jalado. Cuando Hibari estaba por ayudarlo Tsuna se le adelantó. Su pierna fue palanca para hacer perder el equilibrio al rubio, solo fue cuestión de empujarlo con fuerza y Tsuna se posicionó encima de su atacante

—¿Crees que soy una presa fácil? – gruño con enojo el castaño – puedo defenderme solo – fue lo único que dijo antes de retirarse ante la impresión de todos. Los policías no dudaron en apresar al malhechor y a los demás atacantes caídos, después Hibari lo “interrogaría” en la jefatura

—Bien hecho, Tsuna – felicitó Yamamoto mientras acariciaba bruscamente la cabeza del castaño

—Es porque me ayudaste –  sonrió mientras se quitaba la mano del otro – además sino me hubiese defendido estaría en un gran aprieto con mi tío – se reía al pensar en la cara de orgullo que pondría Reborn debido a sus recientes actos

—No sabía que eras bueno peleando – Nagi se acercó algo emocionada abrazando ligeramente al castaño y separándose de inmediato al sentir la mirada asesina de alguien al que no pudo reconocer

—Bueno yo… — el castaño no dijo nada más, se mareó y su mundo se puso negro. Cayó en brazos del más alto que apenas y pudo sostenerlo antes de que el pequeño cayera al suelo

—Tsuna, oye despierta – se preocupó Yamamoto tratando de que su amigo despertara, lo zarandeó un poco pero no hubo respuesta

—Solo se desmayó – la voz profunda de Reborn sorprendió a los presentes – dame Tsuna después de dar un buen espectáculo te atreves a desmayarte – le quitó al castaño de brazos al moreno que sonreía con calma

—¿Cómo está, Reborn—san? –  el azabache de ojos avellana conocía a ese hombre imponente, sabía que en el fondo era bueno a pesar del carácter que poseía

—decepcionado de mi sobrino – respondió mientras chasqueaba la lengua con insatisfacción

—No es su culpa – trató de explicar Yamamoto

—ha estado un poco raro desde la mañana – explicó la chica de la misma forma apresurada – creo que estaba resfriado

—Y aun así se defendió bien – calmó Yamamoto para evitarle problemas al castaño

—Tiene fiebre – susurró Reborn mientras cargaba a su sobrino enfrentando a Hibari que se había acercado, pero no había hecho nada – ¿preocupado? – se burló ante el chasquido del otro –  me lo llevaré a casa – le dijo al chico sentado en el suelo – dile a su jefe

—No se preocupe, yo me encargaré de todo – Yamamoto estaba tranquilo, después de todo Reborn cuidaría bien de su amigo

—Vaca estúpida – “llamó” a un joven de cabellos rizados que usaba una camisa con manchitas vacunas – haz algo y ayúdame con Tsuna

—deja de decirme así – reprochó el menor mientras tomaba al mencionado con cuidado cargándolo en su espalda – Tsuna estás más pesado de lo que creí – susurró antes de dirigirse a un auto cercano

—Hey, Hibari Kyoya – llamó Reborn – aléjate de mi sobrino

—¿y quién va impedírmelo?

—Tsuna – Reborn sonrió con malicia – no te quiere ni ver

—ese herbívoro no me interesa

—yo creo que es, al contrario – se acercó un par de pasos – déjame darte un consejo

—no me interesa – Hibari estaba por marcharse

—pronto se irá – el hombre de patillas habló claro satisfecho por la reacción del azabache, Hibari se quedó quieto – ésta es su última semana aquí – se acomodó su fedora antes de alejarse y gritarle a lo lejos –después iré a pedir detalles sobre este asunto, también tengo pendientes con ese maldito rubio

 

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

Bueno acoplé algunas ideas que me recomendaron, no las aplique todas porque no quiero extenderme demasiado en la historia, quiero que sea corta ^_^

 

Gracias por tus sugerencias 1827Forever1827 me encantan, creo que algunas ideas las tomaré para crear otro fanfic, claro si estás de acuerdo 

 

Eso es todo por hoy, espero que les haya gustado

Ya saben cualquier sugerencia, crítica u otra cosa pueden dejarmela en un review que gustosa lo responderé 

 

Me despido

Besos!!!


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