Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En tus brazos por Babyrollo

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero les guste este capítulo a los que siguen la historia, ¡seguiré actualizando como me sea posible! a leer :3.

La campana de la preparatoria Shohoku daba el término de las clases esa tarde de invierno. Los estudiantes rápidamente abandonaban las salas, nadie deseaba estar más allí a esas horas, nadie más que Ryota Miyagi, capitán del equipo de baloncesto de tercer año. No se dio por aludido al escuchar el sonido de la campana, simplemente espero a que todos salieran mientras miraba por la ventana con la barbilla apoyada en su mano, al verse solo se hecho hacia atrás sobre el respaldo de la silla con la mano apoyada en su frente. Su mente repasaba las respuestas sin sentido que había dado en el último examen, un desastre y gracias a ello esa tarde no tendría entrenamiento, de hecho no tendría entrenamiento en una semana hasta dar la recuperación de nota. ¿Se sentía culpable? Claro que no. ¿Quién demonios iba a poder concentrarse en un estúpido examen de geografía cuando tu único familiar está en el hospital sin saber que le ocurre? En ese momento le daba lo mismo el baloncesto, estaba aterrado, no quería llegar al hospital y escuchar malas noticias, no lo soportaría.

-Maldición… -unas lágrimas amenazaban con caer, no deseaba llorar, menos allí y solo una pequeña lágrima se deslizo sobre su mejilla izquierda.

-¿Ryota?

El sonido de la puerta y la voz de un chico de gran altura le sobresaltaron casi al punto de botarlo de la silla.

-¡mierda Mitsui, me has dado un susto! –se levantó dándole la espalda al más alto pretendiendo buscar su bolso para limpiarse el rostro. Un momento ¿Qué hacía él allí?

-¿qué haces aquí de todos modos? las chicas de mi clase ya se fueron –dijo el más bajo tratando de hacer una sonrisa.

-No… la verdad no vine por eso –le miró fijamente lo que le hizo sentir algo incómodo –estaba esperándote afuera del gimnasio hasta que llegó Akagi y me dijo que no harías el entrenamiento de hoy.

-¿Cómo sabias que estaba aquí?

-Te esperé afuera.

Ryota frunció el ceño.

-¿Acaso Haruko...?

-Sí, Akagui me contó lo que pasó –le interrumpió apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Ryota frunció el ceño tomó su bolso y se lo puso bruscamente sobre el hombro, salió rápidamente del salón pasando del más alto sin darle tiempo para reaccionar.

-Espera, Ryota ¡Espérame!

El chico seguía caminando rápidamente ignorando al más alto, pero como siempre, Hisashi era más rápido. Sintió una mano en su hombro que lo detuvo.

-¿Por qué siempre haces lo mismo?

-¡Le dije a Akagi que no comentara nada Maldición!

-Ryota, nosotros somos tus amigos, debes confiar en nosotros –lo volteó hacia él, la expresión de Ryota era de total nefasto desviando la mirada hacia otro lado, sus ojos estaban vidriosos.

-Son mis problemas no los suyos.

-Ni siquiera le dijiste a Sakuragi, hará un escándalo cuando se entere de que no es el primero en saberlo.

El más bajo dio una pequeña sonrisa apretando la mandíbula, no quería llorar frente a Mitsui.

-es probable que lo haga –le tembló un poco la voz.

-¿vas al hospital ahora? –le quitó las manos de los hombros.

-aún falta para la hora de visitas.

-lo siento mucho Ryota yo… en verdad lo siento.

El más bajo levantó la mirada para encontrarse con los tristes ojos de Mitsui. Odiaba ese tipo de cosas. Era difícil para él sentir que preocupaba a otros con sus asuntos, por ello solía ser muy reservado con su vida en esos sentidos y desde que tenía memoria había sentido lo mismo, aun peor desde que había conocido a Mitsui se le hacía mucho más difícil. Ese chico siempre estaba preocupado por los del equipo, en especial por él y lo que le ocurría. En más de alguna ocasión lo escuchó disculpándose por haber provocado la famosa pelea en el gimnasio del Shohoku antes de ingresar, y como lo habían golpeado a él en aquella ocasión en la que no podía defenderse era probable que esto como todo lo demás fuera un intento de disculpa. Eso era lo que se le venía a la mente cuando Mitsui le quería acompañar a todo.

-Está bien, gracias por tu apoyo… iré a hacer tiempo por allí, nos vemos –hizo un gesto con la mano y siguió caminando.

-Ryota, si quieres te acompaño al hospital –el más alto hizo caso omiso a la despedida y lo siguió caminando a su lado por las escaleras de la salida.

-No es necesario Mitsui, debes tener cosas más importantes –dijo tajante.

Hacerse él duro era lo más fácil, no es que no necesitara la compañía de los demás, realmente le hubiese gustado aceptar la oferta de Mitsui, pero no podía hacerlo, no iba a ser la carga de nadie más.

-Nos vemos entonces… -Mitsui suspiró mientras lo veía alejarse.

Desde que lo conocía había sido así. Tan reservado y frio cuando se trataba de asuntos importantes. Admiraba esa capacidad que tenía de enfrentar los problemas solo, pero había algo que realmente no le cuadraba en su actitud y ese algo le decía que ese chico necesitaba compañía, por eso nunca dudaba en ofrecérsela cada vez que podía, pero era difícil llegar a ser muy íntimo con Ryota Miyagi, siempre había algo que parecía frenarlo excepto con Sakuragi que al parecer era el que tenía más confianza con el ahora capitán, sin embargo, en estas situaciones se notaba que ni siquiera en Sakuragi era capaz de confiar cuando cosas graves sucedían, a veces le daba una suerte de pena verlo así y por alguna razón le tenía un aprecio especial.

-Enano… -camino lentamente en dirección contraria.

X

Miró sobre su hombro alejarse la figura de Mitsui por la calle contraria. Dio un sonoro suspiro y siguió caminando lentamente en dirección al hospital. No podía dejar de pensar en lo mucho que deseaba tener alguien que lo acompañe en ese momento, y lo mal que se sentía al no poder permitir que eso sucediera. Miro su reloj, aún faltaba una hora para el horario de visitas.

-¡Mierda hace frio! –se frotó las manos subiendo los hombros para darse calor. Miro en todas direcciones, recordaba una cafetería en esa zona.

With you

Ahí estaba, en la esquina frente al hospital. El letrero era llamativo, una mezcla de celeste y blanco. Caminó lentamente hacia la entrada, ese día las calles parecían extrañamente vacías. Las pocas personas adentro disfrutaban del café y el ambiente, uno muy bueno por cierto las mesas de madera color caoba, la barra también de madera con un toque de antigüedad, un estante con libros algo romanticón. Ryota solo podía pensar en su abuela en esa camilla, lo difícil de hablar con el doctor y saber que le ocurría, solo esperaba entender la situación y que no fuera nada grave. Si solo hubiese aceptado ir con Mitsui tal vez estaría más distraído.

-Buenas tardes ¿qué se va a servir hoy? –pregunto una joven de cabellos castaños y ojos bastante grandes, era claro que tenía raíces occidentales, sus ojos eran de un verde claro, sus facciones muy delicadas, una nariz pequeña y una sonrisa muy agradable.

El más bajo quedo un tanto impresionado por la belleza de la joven, tartamudeo sonrojado antes de responder.

-U-un cappuccino doble por favor –dijo tímidamente. Algo habitual cuando trataba con chicas lindas.

La joven le dedicó una sonrisa y fue a hacer el pedido. La taza llego rápido, solo un “gracias” y se encontraba reflexionando de nuevo sin mirar más que a la taza humeante.

-te ves preocupado… –la voz suave lo sobresaltó levantando rápidamente su mirada de la taza a la chica que tenía en frente, la misma que había tomado su orden. Miro a ambos lados para cerciorarse de que le estuviera hablando a él.

-sí es para ti, no has despegado la vista de tu café –lo miró interrogante, casi como si le preocupara.

Como si le preocupara.

-n-no no me pasa nada, está todo bien –miro el gafete en el que salía su nombre que marcaba Atsuki –gracias por preguntar Atsuki… –una sonrisa forzada adornaba su rostro.

La chica lo miró con los ojos entrecerrados.

-bien, eso espero, sabes, pareces una persona buena y a las personas buenas deben pasarles cosa buenas, espero te animes –miró su café –esa cosa se va a enfriar, este va por mí.

El chico se sonrojó levemente, una chica le estaba invitando un café. Corrección; una chica muy guapa le estaba invitando un café y diciéndole buena persona, sonrió abiertamente agradecido por el gesto.

-n-no, no es necesario –se rascó la cabeza.

-hoy por ti mañana por mí dicen por ahí –le devolvió una sonrisa.

-señorita, un expreso doble por favor –pidió rápidamente un alto chico que había entrado a la café sin que ellos lo notaran, y se sentó directamente al lado de Ryota.

-en seguida, un momento por favor –la chica le sonrió y fue a tomar el pedido.

-Ryo-chin pero que buen gusto –le dio un pequeño codazo en las costillas a Ryota que tenía la boca ligeramente abierta, su cara de sorpresa era evidente.

-¿Mitsui?

-el que viste y calza –le desordenó un poco el cabello.

Se sonrojó ligeramente, siempre le avergonzaba en público.

-¡no hagas eso, es vergonzoso! –Abrió un poco los ojos –tu… ¿qué haces aquí?

Mitsui suspiro, no quería que Ryota le dijera lo mismo de siempre, que las molestias y aquí y allá, hoy no lo aceptaría.

-pues te acompañaré de una puñetera vez en algo, seré alguien en que puedas confiar aunque sea solo hoy y no tendrás que ir solo al hospital –sonaba un tanto cabreado.

La expresión de Ryota le quitó un poco el cabreo, era muy chistoso tenía los ojos bien abiertos, parece que había dado en el clavo con lo dicho.

-Mitsui, tu… -se desordeno un poco el cabello –tú debes tener…

-Aquí está el café señor, espero lo disfrute –le interrumpió la sonriente joven.

-Muchas gracias – Mitsui le pasó el dinero –por favor quédate con el cambio.

La joven hizo una reverencia a modo de despedida y le dedicó una última mirada a Ryota.

-¡Ryota despega los ojos y escúchame! No, nada que hacer no insistas iré contigo de todas formas.

El más bajo no pudo evitar una pequeña sonrisa, en ese momento se sentía acompañado, aunque le costara un poco no sentía ese opresión de ser una carga ¿habrían sido las palabras de Mitsui? Algo le hacía sentir cómodo en ese momento.

-Faltan diez minutos, creo que deberíamos marcharnos –bebió lo que quedaba de su cappuccino mientras Mitsui tomaba de un sorbo el expreso.

-¡¿No te quemas?! –lo miró impresionado.

La cara de Mitsui comenzó a tomar un tono rojizo y sacó la lengua respirando agitado.

-¡Idiota! –Ryota meneó la cabeza y salió primero, antes de irse miró hacia atrás y la mesera lo observaba desde la caja, tomo aire y le dedico un adiós con la mano.

-Vamos Ryota –lo jaló Mitsui algo molesto –se hace tarde, deja de jugar al galán.

°X°

-buenas tardes, vengo a ver a Akemi Miyagi –se dirigió a la recepcionista que estaba frente a él en la entrada de la sala de tratamientos intensivos.

La joven buscó en una libreta sin levantar la mirada, se acomodó los lentes y respondió de manera rápida.

-pasillo a la derecha al fondo, luego a la izquierda segunda ala, habitaciones de la 7 a la 12 ab luego de la puerta automática.

-¿di-disculpe? –ya venía nervioso, esto solo lo empeoraba.

-tranquilo Miyagi, yo sé dónde es, y muchas gracias señorita –la mujer ni se inmuto.

Mitsui se encamino por el pasillo derecho seguido por Ryota.

-¿de verdad entendiste todo eso? –se puso a su lado observando a las enfermeras y pacientes del lugar, algunos en sillas de rueda, suero por aquí por allá.

Mitsui iba serio, bastante serio de lo acostumbrado.

-mi… mi abuelo falleció en ese lugar –Mitsui se arrepintió enseguida de confesar aquello, observó como Ryota cambiaba el color de su rostro a más pálido, se veía bastante angustiado. Mitsui se detuvo de golpe.

-discúlpame Ryota… yo sé que todo estará bien, tranquilo –Ryota se había quedado quieto a su lado sin mirarlo.

No estaba seguro de que era lo mejor haber insistido en venir con él, la verdad deseaba apoyarlo, estar junto a él para no verlo tan solitario, esperaba que fuera una ayuda más que una molestia.

-yo… siento mucho lo de tu abuelo –Ryota suspiro como tomando valor y se puso frente a él –muchas gracias Mitsui, ¡gracias por haber venido conmigo! –hizo una reverencia.

Hace rato que tenía ganas de decirlo. No se sentía para nada mal, nervioso y angustiado, por supuesto, pero agradecía tener a alguien que le hablara y por alguna razón, en esta ocasión no se sentía como una carga, más bien como una compañía.

-de nada Ryota –le desordeno el cabello y le sonrió abiertamente –ahora vamos a ver cómo está tu abuela.

Le agradaba estar al lado de Ryota en ese momento. Lo miró de reojo, viendo como caminaba algo atolondrado distraído y nervioso. Normalmente se le veía bastante seguro de lo que hacía, esto era algo nuevo, y tal vez por lo mismo había decidido confiar en él esta vez, sin embargo, aunque sonara extraño lo hacía feliz, sinceramente se sentía especial de poder estar junto a alguien de quien admiraba su fortaleza y que era una persona no accesible para cualquiera.

-¡aquí es! –señaló una sala de espera luego de doblar en el último pasillo. Eran doce bancas frente a una gran puerta automática.

Mitsui puso su mano en el hombro de Ryota para darle ánimos, lo miraba tranquilo algo que en ese momento agradecía, le hacía sentir seguro y un tanto arrepentido de no haber podido confiar antes en él.

Antes de poder decir o hacer algo, entraron tres enfermeras corriendo por la puerta automática, había gritado algo de choque anafiláctico y sonaba una alarma por todo el pasillo, mientras llegaba tras ellos un doctor canoso. Todo pasaba en cámara lenta mientras el rostro de Ryota se ponía pálido y comenzaba a dolerle el estómago, parecía que esto le había ocurrido en alguna ocasión, tal vez en otra vida.

Notas finales:

Bueno parece que no hay mucho público para el Ryota/Mitsui o no lo escribo muy bien, como sea, espero les haya gustado y si quieren decir algo en cuanto al estilo o la forma, ortografía o la historia, me dejan algun review por ahi :3 ¡un graan abrazoo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).