CAPITULO II
El Karma siempre te alcanza
Itachi parpadeó. Abrió la boca para decir algo, pero ningún sonido salió de sus labios. Sin dejar de mirar a los menores se sentó, o corría el riesgo de caerse.
- ¿Mis hijos? – preguntó aturdido. Tora bufo. No entendía como ese tipo era un genio. Parecía que tenía problemas de retraso o algo.
- Si, eres nuestro oto san – Hikari quiso acercarse pero Ryu lo regresó a su lugar.
- No es nuestro oto san – corrigió a su hermano.
- ¿Soy o no soy su padre?
- Eres el donador de esperma ¿te parece? – preguntó con notado sarcasmo Ryu. Itachi se dio cuenta que no era de su agrado. Y por la mirada de Tora, tampoco le agradaba.
- Eso dicen ustedes, a mi no me consta – Itachi no iba a dejarse amedrentar por unos niños. Los varones blanquearon los ojos al mismo tiempo, algo muy curioso de ver. Hikari agacho la mirada.
- Mira, no estamos aquí porque queramos. Estamos desesperados. Eres la ultima persona en el mundo a la que acudiríamos pero estamos en una situación delicada – Tora dijo con la misma frialdad con la que él le hablaba a los demás.
- ¿Qué quieren? – pregunto.
- Dinero ¿Qué mas podríamos querer de ti? – fue Ryu el que respondió. Casi escupiendo las palabras.
- ¿Su madre los mando a extorsionarme? – pregunto irónico.
- No tenemos madre, tenemos papi y él no sabe que estamos aquí – aclaro Hikari.
- Calla Hikari, no necesitas explicarle nada – Tora le hablo dulcemente a su hermano.
- En realidad tienen que explicarme muchas cosas si quieren mi ayuda – se sentó como el líder que era y miro a Tora a los ojos, buscando intimidarlo. Pero se encontró con que el mocoso no se doblegaba. Lo retaba. Y esos ojos, joder con esos ojos. Tuvo que retirarse derrotado del duelo de miradas - ¿y bien? ¿De donde sacan que soy su padre?
- Donante de esperma – aclaro Ryu con una cínica sonrisa.
- El diario de nuestro oto chan – admitió Hikari emocionado – lo leímos y ahí estaba tu nombre – Itachi asintió. El corazón galopaba en su pecho. ¿Seria posible? ¿Su Kitsune?
- ¿Cómo se llama tu papi pequeño? – le pregunto con ternura. El rubio se sonrojo y le sonrió ampliamente. Estaba por responderle cuando una mano le tapo delicadamente la boca.
- No es tu asunto – dijo contante Tora – tu lo abandonaste y lo dejaste a su suerte, ahora solo queremos un poco de dinero y puedes seguir con tu vida como siempre.
- No pueden pretender – comenzó el mayor.
- No te confundas, no necesitamos un padre. Nuestro oto chan ha cubierto ese puesto. No eres necesario mas que para hacer un aporte de efectivo – Ryu fue tajante y frio. Como la peor tarde de invierno.
- Quiero un nombre y quiero alguna prueba de lo que dicen – Itachi necesitaba saber, no iba a quedarse con la duda.
- No mereces saber nada – Ryu estaba molesto, muy molesto. Se le notaba por los nudillos apretados y las venas en el cuello – danos el dinero y ya.
- ¿Acaso parezco una casa de caridad? – se burlo – si quieres algo de mi, tienes que darme algo a cambio niño. Dime quien es tu papi.
- Muérete – Tora le ladró y se notaba que se contenía para no lanzársele a golpearlo – eres basura.
- Si piensan que voy a quedarme aquí a que me insulten están equivocados – se puso de pie – van a escoltarlos a la salida – estaba por abrir la puerta cuando sintió que unos brazos le rodeaban las piernas. Miro abajo encontrándose con el doncel arrodillado y los ojos cargados de lágrimas.
- Por favor, oto san, por favor – sollozó. Los varones iban a acercarse pero el niño lo impidió - ¡déjenme! – Les grito – tienes que ayudarnos, oto chan va a morir. Por favor – Itachi hubiera sido un mentiroso si negaba que el doncelito lo conmovió hasta el alma. Lo tomo de la mano y lo ayudo a ponerse pie. Delicadamente le limpio las lágrimas de su hermoso rostro. Verlo llorar había sido horrible.
- Nunca te arrodilles ante nadie otra vez – ordeno con dulzura y le sonrió – explícame lo que pasa y veré como puedo ayudarte - EL rubito asintió y lo tomo de la mano para que volvieran a sentarse.
- Hikari – Tora dijo, pero la gélida mirada de su hermano rubio lo dejo mudo. Los dos resoplaron y se sentaron.
- Mi oto chan esta enfermo – comenzó el rubio – muy enfermo. El doctor dijo que necesita descanso, internarse o algo así, porque su cuerpo esta muy deteriorado – suspiro – pero él no lo hace, tiene cuatro trabajos. Su jornada es de 18 horas. No come casi nada y lo que comenzó con un pequeño resfrío hoy es algo grave, muy grave.
- ¿Necesitan dinero para la internación? – El doncel asintió y se puso colorado - ¿y para que más?
- Si oto chan no trabaja no tenemos dinero – Tora habló – el banco dijo que si no le pagaba las cuotas atrasadas va a quitarnos la casa. Oto chan ha tomado otro turno la semana pasada. Trabajó cinco días sin parar. Al sexto cayo inconsciente en la calle, muerto del cansancio y la falta de alimento.
- Hemos intentado trabajar – siguió Ryu – pero él se entera y hace que nos despidan, tenemos quince años y si bien falsificamos su firma para los permisos él siempre lo descubre y hace que perdamos el empleo.
- Él dice que nuestra única obligación es estudiar y ser felices – Hikari confeso con una sonrisa en el rostro – es el mejor oto chan del mundo y se esta muriendo por nuestra culpa ¡estamos desesperado oto san! – y rompió a llorar de nuevo. Itachi no supo como ni porque, pero estaba abrazándolo contra su pecho consolándolo – no quiero que mi oto chan se muera dattebayo – dattebayo, dattebayo. Esa muletilla.
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“Ita baka no me asustes dattebayo”.
“Eres un pervertido ¡Hentai! ¡Hentai!. Itachi Hentai dattebayo”.
“Te amo. Yo sé que tenemos edades distintas y eso pero te amo mucho dattebayo”.
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- Él lo decía cuando estaba triste o nervioso – los recuerdos golpeándolo de nuevo – o cuando estaba muy eufórico.
- Aun lo hace – Ryu agrego sacándolo de su ensoñación - ¿vas a ayudarnos? – Itachi se puso de pie. Los tres menores lo miraban suplicantes.
- Quiero verlo – anuncio – quiero verlo.
- Él no quiere verte – Tora le dijo. Itachi sintió el mundo encima y toda ilusión se vino abajo. Rompiéndose en mil pedazos.
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“Solo fue un desliz Naruto, eres un niño hermoso. Pero sigues siendo un niño. Ambos pasábamos un momento difícil por lo de Sasuke, pero no es más que eso.
Pero te amo – le dijo con las lagrimas recorriendo su perfecto rostro – siempre te he amado.
Lo siento, yo solo te use para superar el duro momento que atravesaba mi familia. No me siento orgulloso de ello, pero no se puede cambiar – lo vio taparse el rostro con las manos y llorar desconsoladamente – no fue mi intención lastimarte, pensé que estaba claro que solo era sexo.
¡Te dije que te amaba cada vez me tomabas! – El doncel le grito llamando la atención de todos en el centro comercial - ¡cada vez! ¡Lo sabias, siempre lo supiste! ¿Cómo puedes decir eso?
Fue un error, lo siento.
No lo sientes, no mientas – se limpio las lagrimas y lo miro a los ojos, pero ya no con amor, si no con algo parecido al odio – eres lo peor que me ha pasado, ojala nunca vuelva a verte Uchiha, no sabes cuanto te aborrezco – y se fue dejándolo solo y siendo el blanco de todas las miradas y los cuchicheos.”
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- Lo se – admitió derrotado sentándose de nuevo – me lo dejo claro la ultima vez que nos vimos.
- ¿Vas a ayudarnos entonces? – Itachi asintió sin mirarlos, perdido en sus pensamientos y en sus recuerdos – genial. Esto es lo que debemos y a quien, haz los cheques y nosotros los pagamos – vio la lista. Una hipoteca, una tarjeta de crédito, la farmacia. El del hospital estaba en blanco. El de la educación era muy poco.
- ¿Solo esto para la escuela? – pregunto.
- Tenemos una beca, eso es para unos libros y la comida de un mes – Ryu hablo calmado.
- ¿Tan poco? – su camisa costaba mas que lo que sus hijos gastarían en un mes. Los menores asintieron.
- El que no dice nada es para los servicios, vamos a depositarlo en la cuenta de oto chan y pagar las cuentas y la comida – Hikari le conto – hicimos las cuentas basándonos en los gastos de los últimos tres meses y teniendo en cuenta los posibles aumentos. ¿Te parece mucho?
- No, no me parece mucho – se puso de pie. Él había gastado ese dinero en un fin de semana. Y si hacia memoria seguro encontraba una noche donde hubiera derrochado más – tengo la chequera en mi oficina, ahora regreso – se retiro y entro en su despacho. Estaba ido ¿Cómo había pasado de ser un soltero codiciado al padre de trillizos adolescentes? Mecánicamente hizo los cheques. En el que iban a depositar aumento la cantidad, bastante. Además tomo los datos de la hipoteca para informarse. Lo mínimo que podía hacer era darles a sus hijos una casa. Le llevo quince minutos la tarea, y se quedo otros diez mirando el techo ¿estaba haciendo lo correcto? ¿Los niños estarían bien? ¿El estaría bien? Suspiro. No ganaba nada con estresarse, los niños no lo querían cerca y él mucho menos. Seguramente le lanzaría un cuchillo al verlo, y se lo tenia merecido. Con una propuesta en la mente se puso de pie y regreso a la sala. Contuvo una maldición al encontrar a su ototo abrazado a Hikari, llorando uno en el hombro del otro – Sasuke – lo llamó. Su hermano se separó del menor y lo miro con los ojos rojos por el llanto.
- Naruto – susurró Sasuke. Itachi asintió – son sus hijos – otro asentimiento – y tuyos.
- Eso dijeron – el ardor en su mejilla fue algo novedoso. Nadie lo había abofeteado antes.
- ¡Eso dijeron! – Le grito enardecido - ¿Por qué demonios iban a mentirte desgraciado?
- Sasuke cálmate estas llamando la atención – pidió calmado.
- ¡Me importa una mierda! – Grito abriendo la puerta – acabo de enterarme que mi mejor amigo, mi hermano del alma esta vivo y no pienso callarme – la gente se iba acercando - ¡vamos! – Ordeno - ¡quiero verlo ahora!
- Sasuke ellos no nos quieren en sus vidas – Itachi hablaba bajo.
- ¡A ti no te quieren! – Recalcó – vamos niños, quiero ver a su padre – los adolescentes se quedaron mirando a Itachi. Había mucho público pero no se irían con las manos vacías.
- Uchiha – Tora se le acerco - ¿los hiciste? – Itachi parpadeó y cuando entendió lo que quería metió la mano en el saco y le entregó el sobre – gracias.
- ¿Qué es eso? – Sasuke le quito a Tora el sobre y miro el contenido del mismo – Por Kami sama – miro a su hermano con rabia – ¿tan miserable eres? – Rompió los cheques en la cara de su hermano - ¿pensabas darles dinero y sacarlos de tu vida?
- Sasuke – quiso calmarlo.
- ¿Qué es este escandalo? – Todos miraron al imponente hombre que había llegado - ¡respondan!
- Padre – Sasuke se acercó a su progenitor y lo abrazo – son hijos de Naruto – le susurro al oído – y del malnacido de tu primogénito – El mayor observo a los tres adolescentes y sintió que le temblaban las rodillas. Era como ver a su hijo adolescente de nuevo.
- Itachi – hablo pidiendo una explicación.
- Es verdad – reconoció frustrado, el intento de que el asunto pasara desapercibido fracasó.
- A mi oficina ahora – ordenó y tomando de la mano a Sasuke camino decidido. Itachi hizo una seña a los menores para que fueran detrás de su padre y no les quedo otra que obedecer. La oficina del patriarca Uchiha era enorme – así que son tus hijos – afirmo - ¿desde cuando lo sabes?
- Hace quince minutos, media hora quizás – le resto importancia.
- Y te da igual – Sasuke estaba furioso. Se miraron feo ambos hermanos – les dio una miserable cantidad de dinero para sacárselos de encima – Tora bufo miro su reloj y antes de su temperamental nuevo tío explotara hablo.
- Nosotros pedimos esa cantidad – aclaro – es lo que necesitamos y ahora estamos cortos de tiempo – miro a Itachi - ¿puedes hacer los cheque de nuevo?
- ¿Para que necesitan el dinero? – pregunto Sasuke
- Es personal – respondió Ryu.
- Somos familia – aclaro el mayor de la sala.
- Sin ofender, pero no los conocemos – Tora hablo serio – no somos nada y si no estuviéramos desesperados jamás nos habríamos acercado a ustedes.
- Nos odian – dijo Sasuke.
- Para nada, no los conocemos – Hikari hablo – sé que tu eres el mejor amigo de oto chan. El habla mucho de ti – le sonrió – te hecha mucho de menos.
- Yo igual, quiero verlo – suplico – soy su tío, aunque Itachi no fuera su padre, igual lo seria, Naru y yo somos hermanos del alma.
- Lo se, pero no va a ser posible – hablo Ryu y miro de nuevo el reloj – en serio tenemos que irnos.
- ¿Escaparon de casa? – Preguntó el patriarca de los Uchiha – Antes que me respondan me presento, soy Uchiha Fugaku, el padre de Itachi y Sasuke – les sonrió – su abuelo – Tora y Ryu bufaron, el asunto se les salía de las manos.
- Escuchen, estamos muy lejos de casa – Tora comenzó.
- Muy pero muy lejos – agrego Ryu, Hikari asintió.
- Necesitamos regresar con nuestro grupo antes de que se den cuenta de que faltamos ¿entienden? – Los mayores asintieron – bien el dinero – Tora extendió la mano hacia Itachi que no aun no recobrara sus cinco sentidos.
- Mejor vamos, ellos no van a ayudarnos – Ryu tomo la mano de su rubio hermano y le dio una palmada en el hombro a Tora para que se marcharan – fue una perdida de tiempo venir aquí – Sasuke se puso frente a la puerta. Tora iba a protestar pero su teléfono comenzó a sonar.
- Tom ¿Qué pasa? – preguntó. Todos lo escuchaban atento – dile que Hikari quería un helado y lo llevamos a comprarlo – se quedo escuchando – dile que nos alejamos mucho y que estamos regresando, vamos a disculparnos cuando lleguemos, gracias por cubrirnos – y corto – tenemos media hora para volver al hotel.
- ¿Hotel? – pregunto Fugaku.
- Si, hotel – Ryu se paso la mano por el cabello – para resumir, estamos en un viaje de estudios. Cuando supimos que vendríamos a Tokio planeamos como llegar al donante de esperma y pedirle el dinero que necesitamos, ahora debemos regresar o la profesora va a castigarnos ¿entienden?
- Si entendemos – Sasuke hablo calmado – solo quisiera saber para que necesitan el dinero y de donde vienen si no es mucha molestia.
- El dinero es para ayudar a oto chan – Hikari habló, si sus hermanos seguían negándose a hablar seguirían allí todo el santo día – y venimos de EEUU, de San Francisco mas precisamente.
- Así que ahí se fue – murmuro Sasuke – no se me ocurrió nunca buscarlo allí.
- Oto chan nació allí, tiene la ciudadanía así que era lo mas lógico creo yo – Tora estaba desesperándose.
- Si supongo, pero queda tan lejos – Sasuke hablo mas para si mismo.
- Creo que esa era la idea – Ryu dijo y todos miraron a Itachi que seguía perdido en su mundo.
- ¿Naruto tiene problemas? – pregunto Fugaku preocupado.
- Esta muy enfermo y tenemos muchas deudas, y él no quiere dejar de trabajar, además de que el doctor dijo que debía internarse pero no tenemos el dinero y él se rehúsa – Hikari hablo con los ojos cargados de lagrimas – estamos desesperados, hemos intentado conseguir dinero de cualquier lado, pero no es suficiente – sollozó – por eso vinimos, no queremos nada mas que lo que pedimos, y no vamos a hacer ningún escandalo, jamás volverán a saber de nosotros.
- Podemos devolverles el dinero cuando lo tengamos, tendrán que esperar unos años, pero pueden confiar en nosotros – Tora hablo solemne – y si no confían vamos a firmar un pagaré.
- No es necesario, van a tener el dinero que necesitan – declaró Fugaku - ¿hay alguna cuenta a la que pueda transferirlo?
- Si – Ryu metió la mano en su bolsillo y el dio un papel con la cuenta – nosotros la manejamos porque oto chan no puede.
- No vamos a derrocharlo – agrego Hikari. Sasuke sonrió, claro que no derrocharían. Esos niños eran la representación de la decencia y la moral. Naruto los había educado bien.
- He transferido una cantidad que espero sea suficiente – dijo Fugaku luego de que acabara la operación – y si no lo es estos son mis números y mi correo para que se pongan en contacto conmigo – Tora tomó la tarjeta – un coche los llevara a su hotel, espero su pronta llamada – los menores asintieron y se dirigieron a la puerta.
- ¿Vas a dejar que se vayan? – Sasuke quiso detenerlos pero su padre lo impidió – padre, son tus nietos, ¿Cómo puedes dejar que se marchen? – los trillizos se fueron cerrando la puerta.
- Calma cariño, mañana iremos por ellos, déjalos arreglar sus cosas – Sasuke miro asustado a su padre – no tengo intención de separarlos de Naruto, pero voy a insistir en que se muden a Japón. Naruto necesita ayuda, no se como lo hizo para criar a tres niños solo, pero no debe haber sido fácil. Itachi ¿estás bien? – el aludido asintió y salió en silencio.
- Está preocupado porque se le acabó la vida de soltero sin compromisos – Sasuke estaba furioso con su hermano.
- Bebe no deberías ser tan duro con tu hermano, creo que ya es tiempo de que lo perdones.
- Jamás se ha disculpado, ¿Por qué lo perdonaría? Si para el nunca hizo algo malo – se acomodó el traje y salió – si mis sobrinos salen del país solos voy a seguirlos y no me importa tener que mudarme a EEUU para estar con ellos.
- Ya se bebe, y eso no va a ser necesario, confío en el buen juicio de Naruto y de sus hijos para que se muden con nosotros – Sasuke asintió y se retiro, tenia que averiguar cosas sobre sus sobrinos y su hermano.