Antes de partir hacia Gondor, tomaron un descanso para abastecerse de armas y curara a los heridos. Lamentablemente la batalla había cobrado muchas vidas, tanto humanos como elficas. Con dolor un galadrim veía a sus camaradas caídos.
─¿ya estas mejor? ─ Gandalf se acercó contemplando el semblante triste del elfo.
─cuanta sangre ha sido derramada, ¡cuánta sangre! Lady Galadriel va….soy un fracaso como capitán─
─¡pero que disparates dices! Eres uno de los mejores, eres el capitán de Lothlorie, la muerte, mi estimado, es algo que no sr puede evitar, escapa totalmente de nuestras manos, vivimos y morimos, unos más, otros menos, pero al final, en algún momento todos cruzaremos esa línea. ─ poso una mano en el hombro del elfo ─ ven, debes descansar─ sin chistar, el galadrim siguió al Istari, perdido en sus pensamientos.
─!te dije que no podía estar sin mí! ─ Reclamo algo mortificado el elfo al humano mientras le vendaba la herida del pecho.
─no es para tanto Legolas, no iba pasarme nada…─ calló al ver el rostro contraído del elfo. ─esta bien, lo siento─
─no es tan simple como que lo sientas─ el mortal tomo el rostro de porcelana del elfo y dio un beso en la frente─ no es momento de pelear, Gondor nos necesita─
─y nosotros iremos en su ayuda─
*
Ahora lo Sauron había puesto sus ojo en Gondor, el reino humano se encontraba como objetivo y en un estado alarmante. Gandalf había sido el primero en llegar junto Peregrim y Haldir; el galadrim había decidido participar en la guerra que pondría fin a las demás.
Aragorn, Legolas y Gimli había partido en busca de refuerzos en las montañas. Osgiriath había sido tomada por los orcos.
Grandes bestias amenazaban con derrumbar las paredes del reino, Denethor estaba a escasos segundos de quemarse junto con su aún vivo hijo Faramir. Gandal irrumpió en la estancia, el galadrim haciendo gala de sus habilidades salto sobre el fuego y cargo el cuerpo del joven, salvando al hijo del senescal. Lamentablemente Denethor, consumido por la locura murió.
Cuando la esperanza se veía escasa, Aragorn llego con los refuerzos al reino humano. Demostrando sus destrezas, elfo, humano y enano, lucharon con valentía y osadía la última gran guerra por el anillo.
-Legolas! ─ Grito el humano al ver a su hermoso elfo trepar en un olifante como si fuese lo más normal del mundo, este le sonrió y mato a la bestia cayendo al suelo limpiamente.
─¡eso solo cuenta como uno! ─ grito el enano mientras mataba cuantos orcos podía.
─no debes de temer Aragorn, sabes muy bien que soy yo quien debería tener el temor de que algo te sucediese y esta bien Gimli, cuenta como uno ─
Después de compartir sonrisas, los tres compañeros pelearon con todas sus fuerzas haciendo retroceder al mal. Una montaña de muertos era lo que se podía apreciar, pero habían ganado. Las fuerzas de Mordor había retrocedido y Aragorn no perdería su oportunidad.
*
─¿Dónde estoy? ─ Faramir comenzó a abrir lentamente los ojos topándose con una figura a su lado─...¿acaso tu eres el ser que me llevara a las salas de Mandos?...¿eres el ser más hermoso que he visto? ─
Por su lado Haldir había quedado como piedra. Un mortal acababa de tomar su mano y decirle que era el ser más hermoso, estaba claro que no conocía a Lady Galadriel ni a la alta estirpe de Noldor y menos Talari…!como osaba a tocarlo¡ pero ¿Por qué su tacto lo había puesto nervioso?
─soy un elfo. El capitán Haldir de Lothlorie y tú no estás muerto─ retiro su mano del tacto ajeno con una rara incomodidad.
─Oh…yo…─ Faramir no pudo ocultar su sonrojo, ¿Cómo había dicho toda esa sarta de estupideces? Se sentía tan avergonzado─ lo siento…pensé…─
─ya se lo que pensaste─ respondió seco Haldir.
─le ofrezco mi más sinceras disculpas si mi actitud lo molesto, Haldir de Lothlorie, no se si…podría compensar mi actitud para con su ser─
Haldir cada vez entendía menos al humano y se sentía incómodo, algo muy raro en el. Respiro profundo para ocultar su nerviosismo y contestar con la mayor tranquilidad posible, después de todo sus largos años a cargo de las tropas de Lorien le habían enseñado a mostrar una gran careta.
─no tiene de que preocuparse, yo solo cumplía con lo que se me encomendó, ahora que esta despierto, me retiro─ y sin esperar respuesta alguna, el galadrim abandono la estancia tan rápido como sus pies elfos se lo permitían.
*
─partiremos─
─¿qué? ─ Legolas no entendía la repentina actitud del mortal, Gandalf se mostró interesado y guardo silencio esperando escuchar el plan del dunedain.
─yo sé que Frodo aún sigue en pie de lucha y podemos ayudarlo─
─ ¿Cómo podemos? No dudes que yo, Gimli hijo de Gloin luchare a tu lado─
─agradezco tu apoyo, lo que propongo es crear una distracción, iremos a la puerta negra y atraeremos la atención de Sauron─
─Aragorn tiene razón ─ Gandalf se adelantó al elfo ─partamos ahora que la esperanza esta latente─
El coro extasiado no se hizo de esperar, todos los que aún tenían fueras lucharían en nombre de su libertad y en busca de la victoria. Ensillaron sus caballos y con Aragorn y Legolas a la cabeza partieron.
─no sé qué tratas de hacer con ir a retar a Sauron en sus tierras, pero como te suceda algo, yo─
─oh Legolas, confía en este osado mortal, yo estoy confiado pues sé que me respalda uno de los mejores guerreros de la tierra media─
─seras….─ Legolas sonrió ante el alago pero no se le quito ese sentimiento de preocupación del pecho, suspiro pesado despejando su mente, no era momento de pensar, ya que la puerta negra se encontraba a sus narices.
Escucharon las puertas abrirse y de ellas emerger una ola de ejércitos, estaban rodeados, pero eso ni amedrento el espíritu del heredero de Isildur.
─¡Por Frodo! ─ y la lucha comenzó.
Filas de muertos se extendia a sus espaldas, sin embargo no se detenían a pensar, debían luchar por lo que creían justo, por la esperanza. Pronto la marea de orcos dio paso a las grandes bestias que moraban en Mordor, una de ellas, de gran tamaño, se enfrentó con Aragorn, la diferencias de fuerzas eran palpables, un descuido y el futuro rey de Gondor termino en el suelo. Legolas no lo pensó dos veces y se lanzo a por la bestia.
─¡ARAGORN! ─ el elfo había salvado; nuevamente, al humano, quien se limitó a sonreírle tímidamente y enfrascarse en la lucha. ─ te dije que tuvieses cuidado─
─Legolas, no es momento…─
─espera a que lleguemos a Gondor y─
─por los Valar, aun ni se casan y ya están con las peleas maritales─ Gandalf no se molestó de retener su estruendosa risa logrando el sonrojo de los menores. ─ ganen esta guerra y les prometo que seré yo mismo quien los case─ ni un palabra más se escuchó, pues la tierra comento a abrirse, Frodo lo había conseguido, había destruido el anillo y con ello, la victoria a los pueblos libres había llegado.
Sauron había caído.
Pero no todo fue alegría, el rey de Rohan había caído honorablemente en la batalla, su funeral fue digno de recordar, y a pesar de su partida el reino lo recordaría por siempre.
─Aragorn…─un sutil llamado, pero lo suficientemente fuerte para ser oído, el nombrado se acercó al elfo y sin previo aviso atrapo los labios contrarios, habían ganado la guerra y Aragorn había conseguido discernir sus sentimientos.