─esto es una locura─ se reprendió a sí mismo el galadhrim. Se sentía patético, ¿Cómo había llegado a dónde estaba? El, el gran respetado capitán de la bella Lothlorie, uno de los elfos más talentosos sobre la tierra media con el arco y la flecha, uno que ha batallado en muchas luchas, él se encontraba justo ahí, oculto en lo más alto de una de las torres del castillo cuando se topó con él, porque no, él no estaba espiando al humano, ¡claro no lo estaba haciendo! Solo fue casualidad que cuando decidiera tomar un poco de aire el senescal estuviese sumergido un una gran charla con algunos consejeros en la plaza, Haldir no tenía ni la menor idea, así que eso fue una simple casualidad.
Eso tenía que ser, sus pequeños ojos, sus ojos de “brujo” no paraban de seguir cada movimiento que hacia el senescal, desde esa conversación había algo en ese humano que lo hacía diferente y en cierta manera eso molestaba a Haldir, ¿Qué no todos eran iguales? Parecía que no. De nuevo un bufido bajo escapo de sus labios decidió adentrarse en el amplio lugar negando con la cabeza, no tenía ganas de estar perdiendo su tiempo pensando en un simple mortal.
─ es solo curiosidad Haldir ─ se repitió en la oscuridad.
*
Tenía un profundo dolor de cabeza, oh si, uno que aumentaba constantemente, era la cuarta reunión de la semana, el tema central; buscar una reina que asumiera el trono. Estaba cansado de repetir lo mismo. Pero parecía que se empeñaban en hacer de oídos sordos y continuar con la supuesta pre-selección de jóvenes casaderas. Bufo molesto cuando rechazo otro retrato de una joven que ni el nombre se había dignado en leer.
-estoy harto de todo esto ─ murmuro hacia su senescal, quien solo se limitó a sonreír sintiendo simpatía por su rey.
─mi rey, ella es Lady Annethiel, es el mejor partido─ rodo los ojos en dirección del retrato, sin duda no era más que una joven, para él no había ser más hermoso que su elfo, ese que lo esperaba todos los días con unos brazos cálidos y unas palabras que lograban endulzar su día, una sonrisa escapo de sus labios al bosquejar la figura etérea de su novio.
─mi rey…─ la voz de su leal amigo lo saco de su ensoñación─ ¿tiene alguna opinión al respecto? ─
─fui muy claro desde el inicio. No es necesaria una reina ahora, dejémoslo para después─
─pero mi rey, Lady Annethiel es la que cumple con todo lo estipulado, el consejo está de acuerdo con que ella sea quien asuma el trono de reina, aparte de que la familia Canwesst es muy reconocía e importante─
─mi rey, lamentamos esta presión. Pero entiéndanos, debe elegir una doncella del reino a menos….─ Aragorn enarco una ceja intrigado ─ a menos que tenga un acuerdo nupcial previamente establecido, como lo fue en el caso de la señorita Arwen, que ya no está más con usted─
─si les dijera que ya tengo a alguien ¿me dejaría en paz? ─ el silencio reino en la sala, el rostro de asombro y terror en los ancianos causo un pequeño regocijo en su interior,
─p….pero majestad, la dama Arwen no…─
─no me refería a Lady Arwen, lord─ y sin dar más explicación se retiró de la sala cansado de tanto parloteo, sin duda su cabeza dolía, no quería desquitarse con el pobre de su elfo, por lo que decidió salir y tomar aire, no soportaba el hecho de que quieran controlar su vida, ¡ere el rey! Lo suficientemente grande para velar por su futuro y del reino, lo tenía todo para ser un gran gobernante.
─ah, era por ello que me negaba a asumir el trono es demasiado estresante para un simple montaraz como yo─ la pileta lo invitaba a sentarse y apreciarla, pero otra figura se hallaba perdida en sus pensamientos también ahí, Haldir parecía tener una pequeña batalla campal en su mente, de vez en cuando su frente se arrugaba mostrando su desacuerdo a sus pensamientos, ¿Qué tendría tan angustiado al siempre valiente Haldir? Pues la curiosidad lo venció y avanzo pasando por delante de este, quien ni se inmuto, una razón más para que una ligera risa escapara de los labios del mayor.
─disculpe majestad, no lo había visto─ Aragorn alzo una mano restándole importancia al asunto y tomando asiento al lado de este.
─se te ve muy concentrado, veo que algo te aqueja amigo mío─
─Son cosas sin importancia, cosas innecesarias que con el tiempo pasaran, siento que ya he abusado demasiada de mi estancia en este lugar, debo volver a mis tierras─
─ ¿tanto extrañas tu pueblo? ─
─soy un elfo, uno del bosque, no estoy hecho ni acostumbrado a tanta piedra ni a vivir encerrado─ lo sintió como un golpe bajo, ¿tal vez Legolas se sentía así? ─ Pero al fin de cuentas son asuntos míos, te estoy sumamente agradecido por la cortesía pero en una semana partiré a Lothlorie─
─tienes toda la libertad de hacerlo mi buen amigo. Solo no te olvides de despedirte que me gustaría saber el día que partirás, no sé cuándo podremos volver a vernos─
─cuenta con ello Aragorn─ y sin darse cuenta comenzaron una larga charla de maniobras de lucha
*
─ ¿Cuándo crees que parta? Lleva demasiado tiempo en nuestras tierras─
─por mas criatura hermosa que sea, este es reino de humanos, no de elfos ─
─exacto, los hobbits partieron hace más de dos semanas, hasta el enano se fue, pero el aún sigue aquí─
Conocer el reino humano era, en un comienzo una emocionante aventura, pero según fue pasando el tiempo, la aventura se volvía gris, ¿Qué paso con toda la amabilidad del inicio? Simplemente todo había cambiado demasiado rápido como para que se diera cuenta de que, extraña a Gimli, ese enano había partido hace una semana prometiéndole volver lo más pronto posible, ya llevaba dos meses en el reino humano y todo le fascina, excepto por ello, las críticas.
─he oído que por culpa del elfo, nuestro rey no se quiere casar con Lady Annethiel ─
─ ¿la sobrina de Lord Canwesst? Pero que disparate, ella proviene de la casta más cercana a la realeza, es la mejor reina que podamos tener─
No pudo evitar arrugar el trozo de pan entre sus manos, no quería demostrarlo, no frente a su novio pero todo ese tema de la boda la tenía totalmente alterado, Aragorn lo amaba pero ¿y su lo obligaban casarse? No podía hacer eso. Molesto giro sobre sus talones dirigiéndose al catillo, tanta piedra gris lo enfermaba, extrañaba sus verdes y espaciosos campos, no iba a negar que la cultura humana lo embelesaba, pero sus raíces eran una cosa que no se podría olvidar con facilidad. Iba concentrado que no se percató de cierta figura que cruzo en su camino, pensó que la había esquivado pero esta se movió dando paso a un choque entre ambos, uno muy leve pensó el elfo más se asombró al ver que la joven cayo de bruces al suelo.
─discúlpeme─ extendió la mano hacia la joven, mas esta al inicio se negó ─ no fue m intención ─ agrego el elfo algo incómodo al ver que habían espectadores y los murmullos no demoraron a llegar en sus puntiagudas orejas.
─está bien─ acepto la mano del elfo siendo levantada del suelo, Legolas tenía pensado hablar mas pero la joven se fue presurosa, trato de no prestarle atención pero algo en su interior le decía que nada bueno resultaría de tan extraño encuentro, era una corazonada. Con paso presuroso volvió a su habitación deseando que el encuentro no pase a mayores, no quería causar más problemas de los que sabía ya estaba causando.