─Esta situación es inaudita, pero no me rendiré, haremos que el elfo desee salir corriendo de reino─ hablaba con fervor Lord Canwesst ─ trátenlo como la peor basura, tienen el poder de hacerle lo que deseen─ aventó unas cuantas monedas las cueles fueron recogidas al instante por los hombres que yacían inclinados ante el ─ mi sobrina se encargara de atraerlo y después ustedes hacen su deber─
─si señor ─rio uno con maldad─ con gusto cumpliremos nuestro trabajito─
─¡no se confíen! Es un elfo su sentidos son muy diferentes al nuestro, mas suspicaces, si el desea los, puede derrotar en menos de lo que canta un gallo─ sonrió ─ pero yo ya tenía previsto eso, no dejare que se defienda, Annette mi bella cómplice se encargara de darle unos sedantes, tendrán acceso libre─ se regocijo ante su macabro plan, haría lo que hiciera falta para sacar al elfo del reino.
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Los preparativos habían comenzado hacia una semana, Legolas no podía estar más feliz y eso se debía también a que esos molestos mareos habían cesado, lo atribuyo a su cansancio, ahora se dirigía a ver cómo iba la creación de su túnica, esta estaba quedando mejor de lo que se había imaginado.
─ mi señor─ una joven irrumpió sus pensamientos ─ he preparado esta bebida para su boda, pruébela por favor ─ la joven se mantenía con la cabeza gacha y con una curioso velo que cubría su cabello, el elfo algo desconfiado sostuvo la taza indeciso.
─no recuerdo que se halla comenzado con el banquete─
─ya se habla de su boda en la cocina del palacio, estamos todas cocinando y probando nuevas comidas dignas de su boda, las cocineras están felices al igual que la servidumbre como yo─ algo más confiado el elfo bebió el líquido, su saber tenia cierto dulzón que le llamo la atención.
─tiene un saber extraño…─ la joven se retiró dejando confundido al elfo quien siguió su camino, había algo en el lugar, demasiado silencio y ningún guardia a la vista, giro escaneando el lugar, pero el brusco movimiento lo mareo, no oía nada fuera de lo normal, negó levemente, tal ves solo estaba paranoico, continuo su camino por el largo pasillo cuando un hombre alto lo intercepto. No pertenecía al palacio.
─¿Cómo entraste a este lugar? ─
─eso no debería de importarle ahora ─ la jocosa risa no se hizo de esperar, de entre sus ropas el hombre saco una daga con la cual intento atacar al elfo, quien con suma facilidad logro evadirla, mas no se esperaba el puñetazo de otro hombre, ¿Cómo era posible que no lo halla sentido?, se puso en defensa, ataco con gran maestría, pero sus sentidos estaban adormecidos, era lento, casi como un humano, una jugarreta le hizo perder el equilibrio cayendo de lado con brusquedad, ese golpe si que le había dolido, se levantó golpeado con éxito al hombre logrando derrumbarlo, pero mientras se enfrascaba en la pelea el contrario aprovecho para golpear la nuca del elfo, este cayo de bruces contra el suelo con sus brazos abrazando su vientre, su vista era borrosa, los oyó reír, sintió que era cargado cual saco de papas y era llevado a una de las habitaciones, fue lanzado sin cuidado sobre una cama.
─pero mira nada mas la belleza con la que se acuesta el Rey, no me sorprende que haya caído ante ti, tienes lo tuyo elfo─ las grande manos humanas comenzaron a recorrer su cuerpo ─ nunca he estado con un elfo─
Sintió pánico al ver las intenciones de esos seres y lo peor era que se hallaba indefenso, sus sentidos estaban nublados, el mas alto tomo sus brazos atándolos con un trozo de tela, no podía ver su rostro y apenas forcejeaba.
─vaya con el elfo, cualquier persona estaría completamente sedada─ lamio su mejilla para luego colar una de sus manos bajo la túnica marrón que llevaba, esta fue arrancada sin piedad dejando expuesto parte de su lechoso pecho, pronto las manos ajenas comenzaron a recorrerlo. ─ mira al futuro consorte, ja no es más que una fácil, ya sabemos cómo consiguió lo que tiene─
Sentía tanta impotencia que con la poca fuerza que ostentaba logro propinar un cabezazo al que sostenía sus manos y lanzo una patada al que osaba tocarlo, arreglando su maltrecha túnica salió dando tumbos de la habitación.
─nunca reinaras este reino elfo, ¡este reino es por y para humanos! ─ los guardas que custodiaban la alcoba lo vieron entre asombro y diversión, a pesar de que lo vieron tambalear no fueron en su ayuda y mal contuvieron sus risas, se encerró es su alcoba, se sacó la maltrecha tenía y se metió en la ducha, se sentía asqueado por haber dejado que lo tocaran, sobo su piel hasta que esta se tornó rojiza y su vientre lucia hinchado, todo había sido planeado, no había forma de que no hubiese ni un solo guardia en esa zona y menos que los hombres hallan burlados la seguridad del palacio, estos habían tenido ayuda y su repentino adormecimiento, había sido tan tonto, se estaba alterando. Cansado se cambió y se metió entre las sabanas, ya había tenido suficiente por todo el día, necesitaba descansar mañana saldría con Aragorn al pueblo, anunciarían su boda oficialmente. Solo esperaba que todo sucediese con normalidad.
Pero como si la suerte estuviese en su contra las cosas salieron mal. En el primer nivel había sido recibido con insultos, claro que no fueron de parte todos, en el segundo nivel le llovieron huevos y tomates, la supuesta guardia real no hacia nada por defenderlo. Los únicos que se movían eran Haldir, Faramir y Aragorn quien no podía creer lo que estaba ocurriendo, los demás niveles fueron burlas hacia el maltrecho elfo, claro que no era por parte de todo el pueblo. Llegaron al palacio exhaustos, Aragorn estaba incrédulo por el trato que había recibido su amado, y este estaba con la cabeza gacha, lleno de todo lo que le habían lanzado.
─ Lo siento tanto Legolas, nunca pensé que llegarían a esto─ paso las manos sobre su rostro ─ ven debes darte una ducha mi amor, ya veré como arreglo este asunto─
─se está levantando una oposición, ¿te das cuenta de la gravedad del asunto Aragorn? Tu reino se dividirá solo por esta boda─
─ shh, no mi amor, no dejes que esto te haga vacilar, nos casaremos meleth, se oponga quien se oponga, no pienso renunciar a ti─ lo brazo mientras acariciaba sus hebras─ lo siento tanto, no sabes lo mal que me siento al ver cómo te trataron, no tenían el derecho de hacerte tal cosa, es mi culpa Legolas ─
─ no Aragorn, no es tu culpa─ el mortal atrajo al elfo y se encaminaron a su alcoba, con suma devoción retiro cada prenda del elfica cuerpo para después apreciarlo en la gran tina, lavo con devoción las cabellos contrarios.
El silencio se instaló entre los dos amantes, la situación era amarga para uno y desesperante para el otro.
─la boda y tu coronación serán solo en dos semanas Aragorn, ya has visto el rechazo de tu pueblo ─
─no renunciare a ti Legolas, prefiero renunciar a la corona que a nuestra boda, no me obligues a elegir, porque te elegiría una y mil veces si fuese necesario. ─
─obstinado y egoísta mortal─ murmuro el Silvano
─te amo Legolas, nada ni nadie me hará cambiar lo que siento por ti─
─también te amo─
*
Los días pasaron, el acoso hacia el elfo no ceso, pero con la ayuda de Haldir, Legolas pudo superarlo. Aragron hacia de todo para hallar a, las personas que desean dañar a su elfo y los expulsaba del palacio. No fue faltando una semana que una carta llego al despacho del rey. Una reunión de emergencia del consejo y Lord Canwesst quien la organizaba.
─al fin llega su majestad─ hablo el Lord
─ Lord Canwesst exijo saber que está ocurriendo aquí─
─como ha de saber, su boda con el elfo heredero de un reino lejano, está causando bullicio y disconformidad en el reino─
─ve al grano─
─lamento informarle que su reino, se ha divido en dos bandos. Los que apoyan su boda y los que se oponen, usted majestad, lidera la que apoya y yo la que se opone, no permitiremos que se lleve a cabo esa boda, ¡no mientras yo respire! Lord Denethor hubiese estado de mi lado, lamentablemente el senescal actual no es más que un niño. ─
─no puedes hacer esto Lord Canwesst, no puedes dividir el reino ─ hablo Aragorn enojado.
─si puedo y ya lo hice, cancele su boda o habrá un conflicto─
─nada me hará cancelar mi boda─
─entones aténganse a las consecuencias, que es el pueblo el que habla─