La desesperación era palpable, nadie hablaba, todos esperaban respuestas, Legolas había sido envenenado, ¡Por los Valar! ¿Cómo había sucedido semejante acto en su castillo? Aragorn no lo podía creer. Un sonoro grito proveniente de su alcoba erizo su piel, la puerta fue abierta con brusquedad mostrando a un aturdido Elrond.
─Tráiganme una navaja esterilizada, agua tibia. sabanas limpias, paños y mas athelas─ Los criados corrieron ante el mandato, Aragorn se acercó con semblante preocupado, esos gritos los estaban alterando.
─¿Qué está sucediendo? ¿Legolas está bien? ─
─Logré estabilizarlo, pero el veneno tuvo otra consecuencia, altero el organismo de Legolas produciendo contracciones─ Aragorn sintió un escalofrió recorrerlo ─ Él está ahora entrando en trabajo de parto─
Un silencio se instaló entre los presentes, nadie se esperaba tal noticia.
─ ¿Pero no faltaba un mes aun? ─
─Asi es Faramir, pero el susto que llevo el cuerpo de Legolas fue demasiado fuerte provocando las contracciones, ahora no hay tiempo para dudar─ Un nuevo grito provino de la alcoba real.
─Déjeme entrar─ Llegaron las criadas con lo pedido por el sanador, este asintió y ambos ingresaron.
**
Thranduil cabalgaba presuroso, el palacio estaba a un escaso kilómetro. No habían parado ni para comer, no tenia tiempo que perder, pues si era cierto aquel rumor, sangre correría en la cuidad blanca. Rechinando los dientes, apresuro el paso de su leal alce.
─¿Quién osa entrar a la blanca ciudad? ─ Los guardias cerraron el paso con sus cuerpos, el elfo furibundo ni los miro.
─El gran monarca del Bosque Negro─ Apresuro a presentar uno de los elfos que seguían a su Rey. Sin más que alegar ingreso presuroso por las calles, su gente lo seguía totalmente atenta a lo que hiciese su Rey, que , por cómo se veía no estaba muy feliz.
**
─Mi amor, ya estoy aquí─ Aragorn apretó la mano de su amado.
─D-duele─ Apenas y este murmuro antes de que otro grito lo abandonase. Elrond sumido en su tara palpaba el vientre del consorte, tomo un paño y limpio toda la zona abdominal.
─Aragorn, ven ─ Ambos se alejaron un poco del elfo. ─ La condición de Legolas es especial, ahora no me voy a poner a darte clases de cuerpo de tu consorte, pero quiero ustedes elijan─
─Lo escucho─
─Hay dos opciones para traer a tu hijo. Una es la que estaba planeando, una cesárea y la otra es de forma natural, sé lo que dirás, es varón, pero estos casos ocurren muchas veces, por algo son los iluminados, los Valar pensaron en todo. ─
─¿Cuáles son los riesgos? ─
─No estoy preparado para una cesárea, aun si hago una buena incisión, ¿Con qué cosería la herida? Lo necesito ahora ─ Nuevamente un grito─ Debes elegir ─ Aragorn aprecio a su consorte retorcerse en la cama, su emociones estaban en una gran revolución, no podía arriesgarlo a que contraiga alguna infección, y traer a los sanadores reales iba a demorar, les había dado el día libre.
─Por favor Ada, haz lo más seguro para mi consorte─ Elrond asintió mientras se acercaba al cuerpo de Legolas abriendo las piernas de este.
─Necesitare más agua tibia─ Aragorn asintió y salió a pedir más.
─Legolas, tendrás un parto natural, solo te pido que soportes el dolor─ Elrond coloco unas sábanas sobre las piernas del elfo─ Estas lo suficientemente dilatado, toma aire y puja─
Estaba asustado, muy asustado, nunca espero que tuviese que dar un parto de esta manera, ¿Cómo era ello posible? Apretó los dientes al sentir una nueva contracción, ¡Por los Valar! Este dolor era inhumano. Sintió su mano ser sujetada por otra. Aragorn estaba a su lado sonriéndole.
─Tu puedes hacerlo. ─
─Cuando sientas una nueva contracción pujaras ─ Ordeno Elrond.
─Ah! ─
**
Bajo de su alce cual alma que lleva Sauron e ingreso al palacio, ni bien puso un pie, un grito lo congelo en su lugar. Lentamente alzo la mirada hacia donde provenían los gritos.
Su hijo.
Abrió los ojos con horror.
─¡Legolas! ─ Subio presuroso con el corazón latiéndole desbocadamente, cada paso que daba lo acercaba más a esos gritos de dolor.
─Thranduil…─
Más la figura frente a él no era la que esperaba encontrar. Ignorándolo avanzo, las grandes puertas reprimían los jadeos de dolor, un grito, se estremeció, con manos temblorosas y la respiración acelerada, las abrió.
Shock.
Su adorado hijo, era quien soltaba esos desgarradores gritos, su hijo al que tanto había protegido. Sus piernas separadas, sangre manchando las sabanas. El monarca ya no oía, se perdió en una ola de sentimientos y siendo presa de ellos, el gran Rey del Bosque Negro perdió los papeles. Aragorn quien se encontraba asombrado por tan repentina llegada se acercó al Rey y ahora suegro.
─Mae Govannen─ Más callo al ver la furia en esas orbes.
─Tú, ¡Cómo pudiste! ─ sin mucho esfuerzo logro estamparlo contra la pared, su delgada mano se cerró alrededor del bronceado cuello, mientras que con la otra mano acercada una daga.
─¡Thranduil Por favor!─ Hablo Elrond al ver tal acto.
─Te voy a matar─
─Ada! P-ara─
─Thranduil, no cometas una insensatez, ¡Baja esa daga! ─ Celeborn agarro la mano del Rey elfo con fuerza logrando alejar la daga del cuello del monarca de Gondor. El aludido grio violentamente encarándolo.
─No me toques─
─Ya esta aquí, puja más Legolas, Celeborn por amor a los Valar, pon orden. ─ El nombrado trataba de calmar a la fiera que se había convertido Thranduil mientras Aragorn luchaba por no morir en manos de su suegro.
─Suelta Celeborn, suéltame ahora─ Celeborn abrió la boca para reprochar, más un llanto os calló a todos.
─Es un niño, un hermoso niño─ Elrond lo envolvió en mantas y se lo entrego a su “madre” Aragorn se acercó contemplado la escena.
─Es hermoso─ susurro cansado el consorte. Elrond vio enterneció la escena, discretamente giro hacia los mayores. Thranduil temblaba, aquella mirada veía sin ver, el medio elfo sabía que pasaba por su mente, el no miraba a su hijo, no, el miraba un espejo del calvario que sufrió.
Un gemido abandono los labios del consorte llamado la atención del sanador. Palpó el vientre, grande fue su sorpresa al sentir un cuerpo más. El segundo hijo estaba por nacer.
─Puja Legolas, está en posición─ Elrond no dejaba de moverse trayendo y llevando cosas, con algo mas de experiencia pero no menos dolor, Legolas acato cada orden que Elrond daba, la tortura duro poco y los grito de dolor fueron reemplazados por un potente llanto. ─Un varón más─ Se lo entrego a su padre y giro topándose con las desencajadas del Rey elfo. ─ Nostálgico ¿No Thranduil? ─
Un jadeo de dolor escapo de los labios de este para luego perder el conocimiento en los brazos de un extrañado Celeborn.
─Son hermosos meleth─ Aragorn besaba la frente de su amado. ─ ¿Has pensado en nombres para ellos? ─
─El mayor─ susurro mientras ambos lo miraban. ─ Nómbralo Aragorn─
─Se parece a ti─ Comento Aragorn ─Este nombre lo elegimos entre los dos, Lasgalen, Lasgalen Elessar Telcontar Thrandullion─ Aragorn sonrió y beso a su elfo. ─ Ahora tú─
─Y este será Eldarion Aragorn Telcontar Thrandullion. ─
─Hermoso nombre─
─Me disculpo en nombre del Rey Thranduil, estaba tan alterado que no razono sus actos─
─Celeborn, no hay qué yo tengo que perdonar, de hecho soy yo el que debe inclinarse ante el monarca ya que no se le fue comunicado debidamente este hecho de suma importancia para él y como su padre, tiene todo el derecho de enfrentarme─
─Aún asi, lo llevare a mis aposentos y cuidaré de él. ─ Lo cargo en sus brazos, Elrond salió tras el.
─El reino tiene dos nuevos Herederos, el mayor y Heredero Legitimo Lasgalen Elessar Telcontar Thrandullion y el príncipe Eldarion Aragorn Telcontar Thrandullion ─ Anuncio ante los presentes, Faramir corrió a dar el comunicado al reino, todos debían de saber la noticia.
─Celeborn, le llevare un té a Thranduil, ustedes tienen mucho de qué hablar ─
─¿Qué quisiste decir con nostálgico Elrond? ─
─Que te lo cuente Thranduil ─
**
─Soy el hombre más feliz de toda Arda ─ Aragorn no cabia en su alegría, era demasiado ─ Ni la plenitud que proclaman las tierras de Valinor se compara a la que yo tengo a tu lado ─ sello los labios contrarios con los propios. ─Lasgalen, Eldarion ─ murmuro. ─ Los amo ─
─Mi padre se molesto ─ comento Legolas mientras mecía a sus hijos ─
─Por poco y me mata, pero tengo la culpa, no se lo dijimos, era de esperarse esa reacción ─
─No, hay algo más, mi padre nunca reaccionaria de esa manera ─
─Ahora esta con Celeborn y Elrond, lograran calmarlo, estoy seguro que después vendrá a conocer a sus nietos ─
─Ojala, hay algo extraño en todo esto ─
**
─No estoy obligado a responder absolutamente nada ─ Respondió completamente estoico Thranduil a un molesto Celeborn.
─Te conozco muy bien Thranduil, no me vengas que esa actitud tuya fue solo un arranque de ira, que no te creo ─
─Ese es tu problema Celeborn, me tiene sin cuidado si me crees o no, ¿Por qué dejaste que se quedara aquí Elrond? ─
─Estas en sus aposentos de hecho ─
─Me voy ─
─Legolas es mi hijo ─ Thranduil freno abruptamente ─ ¿Estoy en lo cierto no es así Thranduil? ─
─Estás loco ─ se giro molesto ─ ¿Qué te hace pensar tal hecho? Te dije, encontré una bella elfa y le di a mi Reino un heredero, tu no ─
─¿Entonces qué Thranduil? ¿Me engañabas con ella? ─
─No me acuses de esa forma ─
─No hay otra explicación, las fechas concuerdan exactamente, ¿No dura un año un embarazo élfico? ─
─! Cállate ¡─
─No por nada soy considerado el elfo sabio Thranduil y la edad de Legolas concuerda incluso mucho antes de nuestra inesperada separación ─ Refuto mientras el rostro del aludido se volvió rojo de coraje ─ No me mientas a la cara tan cínicamente ─El monarca comenzaba a hiperventilar─ Respóndeme ─
─Déjame ─ murmuro mientras le daba la espalda. ─ Déjame solo ─
─Me ocultaste algo tan importante durante tanto tiempo Thranduil ─
─¡¿Y qué querías que hiciera?! ¿Correr a decírtelo cuando tú ya habías regresado con tu esposa? ─ Refuto con los ojos rojos conteniendo sus lágrimas ─Me aferre a lo único que me quedaba y arme tal historia que hiciera que regresara a mi reino con la cabeza en alto y mi hijo con su posición intacta, con dignidad y orgullo ─
─Sabias que yo te amaba, te jure que por ti daba todo, pero nunca me creíste. ¿Acaso dudaste de que no te apoyara? La hubiera dejado, me hubiese casado contigo y juntos hubiéramos criado a nuestro hijo, no habría habido tanto sufrimiento ─
─Tú no tienes idea de lo que es sufrir, no sabes todo el dolor que pase, tú no sabes nada de todo el calvario que sufrí, lo sustos que me lleve al creer que perdería a mi hijo, la tristeza que me consumía con el pasar de los días y la incertidumbre de si despertaría al día siguiente ¡No tienes ni la menor idea! ─ Silenciosas lágrimas caían por las níveas mejillas del monarca, sus labios fruncidos y su ceño fruncido demostraban todo el dolor que retenía. ─ Llevar un embarazo complicado oculto de todo y de todos, no poder pedir ayuda ─ ¡Cuantas heridas habían tras esa coraza que ostentaba el gran Rey elfo! Heridas a carne viva que aún no cicatrizaban y solo iban infectándose más con el pasar de los días.
─ Thranduil… ─ Celeborn sintió todo ese reclamo, su amado elfo había sufrido un calvario al tomar una decisión tan difícil, solo contra el mundo y él usando a Haldir, se sintió de lo peor al ver las lágrimas en un rostro que siempre se mostraba apacible e imperturbable.
─Él hubiese no tiene cabida ahora, de nada sirve pensar en lo que hubiese pasado si ella no se hubiese entrometido ─
─¿De qué hablas? Nunca entendí porque me dejaste Thranduil, dímelo ahora, ¿Por qué esa carta? ─
─No tienes caso, ya no tiene caso. ─ Dijo sentándose al borde de la cama con la mirada baja. Controlando sus deshonrosas lágrimas.
─No ─ se agacho y tomo una de las manos del rey. ─ Ya no más secretos, no más mentiras Thranduil, ya no. ─ El aludido se debatía entre el hablar o callar. ─ Por favor ─
─Una semana antes de que llegaras… ─ Para, toma aire y luego alarga un suspiro. ─ En el mismo lugar en el que quedamos encontrarnos se alzo una pequeña tienda, fui creyendo que eras tú ─
─Galadriel ─ Murmuro Celeborn, Thranduil asintió.
─Cuando llegue me topé con tu esposa. Me encaro y se dio el gusto de tratarme como lo que era ─ Recordaba claramente esas palabras.
“Esto fue solo un juego, y como el juego termino. He venido a ponerle un fin, yo soy la esposa Thranduil y tú el amante”
─Eso no fue todo, jamás te amedrentarías ante ella ─
─Me amenazó con muchas cosas pero lo que me hizo retroceder fue lo que vi, nuestro futuro no aguardaba nada bueno para ninguno de los tres, era un horrible y desesperante futuro, no podía arriesgarme Celeborn, debía tomar decisiones rápidas, te envié muchas cartas y no contestaste ninguna, no llegaste el día acordado, desapareciste y yo no podía esperar más. El tiempo estaba en mi contra, nunca aceptaría que llamasen a Legolas “hijo bastardo” del señor de Lórien, tenía que protegerlo. ─
─Esa fecha tuve que viajar a los puertos grises, te envié una carta, pero por lo visto nunca te llegó y esas cartas que enviaste jamás llegaron, aunque me temo que fue Galadriel quien las leyó y oculto ─ Apretó la mano del Rey ─ La única carta que leí fue la cual daba por terminado lo nuestro, cuando llegue a tu reino habías desaparecido, te busque en todas partes, no podía dejar lo nuestro así, hasta que reapareciste con un hijo y la historia de que te habías casado. Ese día di por perdido todo y me aleje lo más que pude de los rumores ─ El dolor era notable en la voz del mayor ─ Ninguno es culpable de lo que nos ocurrió, nos tendieron una muy planificada trampa y caímos ─
─Ya no tiene importancia ahora, ha pasado más de un siglo y estamos bien ─ Nuevamente el estoico Thranduil parecía, sus labios fruncidos, y su mirada perdida, ignorándolo.
─No estamos bien, al menos yo no lo estoy ─ Trato de ponerse delante del Rey, intento conectar ambas miradas, pero este se reusaba. ─ Aún te amo Thranduil y mis promesas siguen en pie, puedo dejarlo todo por ti, lo dije antes y lo repito ahora, para vivir a tu lado no necesito de títulos ni poderío, ni tierras ni súbditos, solo te necesito a ti y ahora a mi hijo ─ El rostro de Thranduil era un poema. Le había tomado tanto tiempo acallar esos sentimientos para que con un simple te amo estos regresasen como si solo hubiesen surgido ayer, y en un descuido ocurrió lo que tanto había evitado, esas orbes veían su alma, lo desarmaban y lo dejaban a merced del Teleri.
─Ha sido un siglo viviendo con dolor inmensurable, no creas con solo un te amo y echando la culpa a terceros correré a tus brazos Celeborn, mírame bien, soy el Rey del Bosque Negro y no cambiare el rumbo que elegí ─
─Me amas ─ Contesto simple Celeborn.
─Lo amas ─ Secundo Elrond que se había mantenido en silencio todo ese tiempo. Thranduil lo miro con odio.
─Amar o no, ya es demasiado tarde ─
─Nunca es tarde si se ama de verdad ─ Volvió a soltar Elrond ganándose otra mirada desaprobatoria por parte del elfo Sindar.
─Nada nos impide estar juntos, Galadriel no es un obstáculo, con o sin este descubrimiento yo ya estaba separándome de ella ─
─Entonces era cierto el rumor de que partías a Valinor y dejabas todo en manos de tu ex esposa ─ Comento Elrond.
─¿A Valinor? ─ No pudo evitar preguntar Thranduil.
─Sé que mi tormento no fue peor que el tuyo Thranduil, pero hizo mella en este corazón viejo maltratado, mis días se volvían menos en Arda ─
─¿Entonces te iras? ─Pregunto con un hilo de voz. Celeborn le sonrió.
─Aún no, quiero ver a mis nietos crecer y acompañar a mi hijo, creo que este viejo corazón deberá esperar para descansar ─ Thranduil no dijo nada, solo busco algún signo de mentira en esos ojos, no halló nada. La idea de no ver a Celeborn más no le agradaba. ─Le diré la verdad a Legolas, quiero poder abrazarlo como el hijo mío que es ─
─Has lo que quieras, estás en tu derecho ─ Celeborn se acercó y tomo la mano del Rey, este se giró dispuesto a gritarle más los labios contrarios lo callaron, tanto sentimientos afloraron de nuevo. ─ ¿Cómo osas besarme? Celeborn tu ─
─Vamos a ver a nuestros nietos ─ Esa cálida sonrisa, ese aura, maldito Celeborn y su habilidad para que nadie sea capaz de odiarlo, aunque el monarca no se dejara vencer.
─Suéltame ─
─Celeborn tiene razón, Legolas debe saber la verdad y ustedes se la dirán ─ Alego Elrond empujándolos fuera de la habitación. ─ Les deseo suerte ─ Como si fuese dueño del lugar cerró la puerta dejando a ambos elfos fuera.