Faramir ingreso al reino gritando por un sanador, todos estaban conmocionados por la desesperación y el temor que se poda oír en la voz del senescal. Llego al castillo gritando por ayuda mientras, en sus brazos yacía el cuerpo de Aragorn.
Celeborn fue el primero en acudir a los gritos del Senescal, mas grande fue su sorpresa al ver la situación.
–¡Por Eru! Llévalo a mía habitación, es la más cercana iré por Elrond. –
Obedeciendo al lord, Faramir no tardo en levar a su señor al cuarto, poco importo ensuciar las pulcras sabanas, Elrond no tardó en llega con la consternación impresa en su rostro.
–Estel– Llego al lado de este. Miro a Faramir buscando alguna explicación, este negó sin saber que decir.
–Cuando llegué al campamento, Legolas lo llevaba en brazos, no sé con pasó todo esto, tenía dos flechas en el cuerpo, quite una al ver que se estaba clavando más, pero deje la otra, de otra forma se hubiese desangrado más. – Mientras Faramir hablaba, Elrond retiró la flecha que faltaba y se apresuró a retirar la ropa ensangrentada.
–¿Dónde está mi hijo? – Pregunto preocupado Celeborn
–Él, él se quedó, quise tráelo, mi Lord, pero se negó –
–Alcánzame el agua Celeborn, voy a necesitar que me ayudes– Este asintió y corrió al lado del Lord siguiendo sus instrucciones. – Faramir, decesito más agua caliente– Este asintió y partió.
–Una llego en su hombro, Faramir hizo bien en sacar la flecha, te la encargo Celeborn, límpiala bien– El Lord asintió.
–Y la otra…–
–Atravesó su vientre, pero debo limpiarla antes de cerrarla–
Faramir ingreso con el agua, inmediatamente Elrond remojo un paño y limpio la herida, de su maleta saco athelas, las mastico para luego ponerlas en la herida, paso nuevamente el paño, sus manos estaban rojas, llenas de sangre.
Celeborn limpiaba la herida del hombro, esta era más superficial, por lo que después de asegurarse de que estuviese limpia, empezó a saturarla.
–Ha perdido mucha sangre– Hablo Elrond mientras se levanta y colocaba ambas manos sobre la herida y comenzaba a recitar en elfo.
La magia solo se usaba en casa extremos, ambos elfos lo sabían, por lo que la preocupación en el rostro del Lord era más que comprensible. Elrond haría todo lo posible por su hijo.
**
El castillo estaba a escasos metros, no había parado ni un momento. Legolas no había emitido palabra alguna, estaba tan sumido en sus pensamientos que no reparo en el estado de su Naneth, el veneno estaba haciendo mella en el sin embargo, soportaba el malestar heroicamente.
Ni bien llegaron, Legolas salto del caballo y corrió hacia el castillo, Haldir también bajo de su corcel y se acercó al lado de Thranduil instándolo a bajar del corcel, no decía nada así que opto por ir a por Celeborn, sin embargo un golpe seco lo hizo girar con brusquedad. El cuerpo del monarca yacía en el suelo.
─¡Majestad! ─ Corrió la lado del sinda descubriendo la herida, las venas tenían una coloración morada y sobresalían por sobre la piel. Tomo en sus brazos el cuerpo del monarca y corrió. Necesitaba un sanador.
Al ingresar al palacio se topó con su señor y Legolas hablando en la sala, ambos lo miraron con horror.
─¡Thranduil! ─ Celeborn corrió al lado de su amado
─El Rey Thranduil fue alcanzado por una bestia venenosa mientras luchaba─ Trato de explicar Haldir mientras prácticamente el teleri le arranchaba de los brazos el cuerpo del sindar.
─¡Te dije que lo cuidaras! ─ Celeborn, presa de la conmoción había perdido los estribos, le había gritado de mala manera a Haldir, quién sorprendido y enojado no pudo contener la lengua.
─¡Hice lo que me mando señor, seguí sus órdenes! ─
─No me contestes─ La voz salió afilada, cargada de rabia. Esto solo provoco que la tensión aumentara.
─Ada, no hay razón para que le reclames a Haldir, no es momento para lago tan estúpido─ Legolas se interpuso entre el par ─ Lleva a mi Naneth a sus aposentos, iré por Lord Elrond. ─
Celeborn acato las palabras de su hijo junto a un sanador partieron a la planta superior.
─Haldir, se que no es tu culpa, me disculpo por la palabras de mi ada─ Haldir negó con amabilidad.
─No se disculpe, también yo le falte el respeto a mi señor, ser mejor ir por Lord Elrond.─
El sinda sintió y ambos fueron al cuarto donde se hallaba el Lord, este terminaba de vendar las heridas de Aragorn.
─No puedo decirte que en unos días lo tendrás de nuevo caminando libremente por el palacio, pero si que está estable, la luz lo protege─ Legolas no pudo evitar sonreír ante las noticias, su amado está bien─ No sé en cuanto tiempo despierte, puede ser dentro de una semana o de un mes─
─Muchas gracias Lord Elrond, gracias─ Enternecido, el Lord negó mientras le sonreía con calma.
─No hay nada que agradecer─
─Necesito que me acompañe, envenenaron a mi Naneth, perdió el conocimiento ─ El Lord frunció el ceño, tomo su pequeño maletín mientras daba unas ordenes al sanador de turno.
─Vamos─
**
Celeborn había despojado de la molesta armadura al sinda y le había colocado una túnica suelta de cuello ancho, la herida sin duda era grave, esas coloraciones en moradas en las venas no presagiaban nada bueno.
─Oh Meleth─ Acaricia con cariño el rostro de su amado, estaba demasiado pálido, sus manos, demasiado frías─ Thranduil….mi amado Rey─ Beso la mano de este con fervor. Inmediatamente la puerta fue abierta dejando pasar a Lord Elrond y Legolas.
─Sin duda alguna fue envenenado─
─Debes tener la cura─
─Según lo que comento Haldir, no es un veneno ordinario, se lo inyecto una bestia invocada, será difícil hallar sus orígenes pero no imposible, primero me asegurare de revisar sus signos vitales, aplicare luego un antídoto básico para retrasar sus efectos y procederé a buscar la cura─
─Gracias a Eru estas aquí Elrond, no sabes cuánto te debo ─
─Anda con tus nietos, también tu Legolas los bebes te necesitan─
─Anda Legolas, yo me quedare por si Elrond necesita ayuda─ Beso la frente de su pequeña hoja─ Están en tu alcoba, una cortesana los esta cuidando─ Legolas asintió y corrió escaleras arriba, deseaba ver a sus pequeños, realmente los había extrañado.
**
Faramir arrullaba a su pequeña niña, la bebe estaba más que encantada en los brazos de su padre, Haldir ingreso a la alcoba sin irrumpir tan bello momento, se quedó parado, observándolos, sintiendo un cálido sentimiento instarse en su pecho, frente a sus ojos estaban los seres que más amaba en su vida, el humano que lo había hecho caer rendido, presa de un sentimiento que jamás creyó poder conocer y ahora una pequeña bebe llegaba a su vida cambiándola por completo.
─Es realmente hermosa─ Faramir jugueteaba con las regordetas y pequeñas manos de la bebe ─ Si alguien me hubiese avisado que tendría tan bella hija, nunca lo hubiese creído ─ Miro directamente a los ojos del galadhrim─ Tengo más de lo que pedí, te tengo a ti y Nallüa. Mi familia─
─Faramir─
─Haldir, la vida es tan rápida para mí y quiero vivirla al lado de quienes amo─ Se levantó mientras le entregaba la pequeña al elfo, quien algo cohibido la tomo entre sus brazos bajo la mirada cargada de amor de Faramir. ─ Mi elfo amado─ Beso la frente del nombrado ─ Y mi pequeña elfa─ Acaricio la mejilla de esta─ Cásate conmigo Haldir─
Impresionado.
Los ojos de Haldir se abrieron con desmesura mientras las voz se le perdía.
Faramir….su Senescal estaba pidiendo su mano.
Estaba abrumado.
Faramir no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver las expresiones en el rostro de su amado, lo había tomado por la guardia baja y vaya que la sorpresa que había causado e este había sido grande, pero se hallaba enternecido, no había esperado menos de su frio capitán.
─Haldir, deja que comparta mi vida contigo, juntos, cada dia─
─Entiendo lo que significa casarnos, humano─ Comento con cierto sonrojo en las mejillas ─ Estaremos juntos Faramir─
─Te amo Haldir de Lórien─ El nombrado no contesto, se acercó y atrapo los labios del senescal, sellando su promesa y susurrando un te amo que solo Faramir comprendía.
**
Entro directo al cuarto de sus pequeños, irrumpiendo las clases que la cortesana les estaba impartiendo, Eldarion al verlo comenzó a llorar, Lasgalen a su lado se levantó del asiento y corrió hacia su madre, el menor limpiando sus lágrimas imito la acción de su hermano mayor.
─Nanet! ─ Lloriqueaban los infantes mientras su madre los tomaba entre sus brazos y repartía besos.
─Mis soles, mis reyes─
─Te extrañamos─ Murmuro Lasgalen con ojos brillosos.
─Naneth, ¿Dónde está Ada? ─ Eldarion con la voz entrecortada y el rostro lleno de lágrimas no dejaba de abrazar a su Naneth.
─Mi vida, su Ada está durmiendo, pero él está aquí en el palacio, no hay nada que temer ─ Limpio las lágrimas del rostro del menor, vamos su Naneth quiere bañarse con sus príncipes─
Ambos pequeños saltaron entusiasmados a los brazos de su Naneth, quien cargando y dando vueltas los llevo hasta su alcoba, preparo el agua caliente entrando en esta seguido de sus pequeños tesoros.
Solo Manwe sabia cuanto amaba a sus hijos y cuan agradecido estaba de tenerlos.
Ahora solo faltaba que Aragorn despertase y su Naneth se recuperara para que la paz vuelva a cernirse sobre el reino.
**
Dos meses había pasado con gran rapidez, la prosperidad en el reino se había mantenido gracias a la excelente forma de reinar que tenía el consorte del reino. El pueblo se hallaba feliz por tener tan buenos reyes que los resguardasen, estaban contentos y un pueblo contento es un reino prospero.
Ese día se estaba llevando a cabo una reunión con el consejo, estaban ya entrando al duro y frio invierno por lo que temían que la gente muriese de frio y de que los alimentos escaseen. Legolas quien escuchaba atentamente cada opinión le pedía a Faramir que anotase los puntos prioritarios para atenderlos con urgencia una vez finalizada la junta, estaban por entrar al tema del armamento para el ejército cuando las puertas fueron abiertas de par en par rebelando la presencia del joven príncipe seguido de cerca por el heredero de la corona.
─Naneth! Naneth! ─ Gritaba desesperado, Legolas rápidamente se levantó del trono y corrió al lado de su hijo asustado, se inclinó con cuidado, pues a sus siete meses su vientre ya estaba redondo y pronunciado. ─ Es Ada! ─ Grito con tanta alegría ─ Ada despertó─
─Salve Lord Mandos! ─ Gritaron extasiados los ancianos del consejo.
Legolas, tomado de la mano a sus hijos corrió hasta su alcoba ignorado los pedido de Faramir para que no corriera, no podía detenerse, al fin, después de tanto tiempo Aragorn había despertado. Empujo la puerta con fuerza, el alma le regreso al cuerpo, cuando lo vio sentado, riendo mientras charlaba con lord Elrond. Sus niños dieron aviso de su presencia con sus gritos, corrieron lanzándose a la cama abrazando a su Ada. Fue entonces cuando ambas orbes, azules y grises se encontraron.
─Legolas─ Quedo atrapado entre los brazos de su amado, se aferraba con fuerza al cuerpo del soberano mientras este enternecido le lo abrazaba susurrando palabras llenas de amor, besaba la frente de su elfo, para luego atrapar los labios de este, tan dulce y delicadamente.
─Montaraz imprudente─ Mascullo con el rostro escondido en el pecho del hombre, este sonrió mientras acunaba le rostro del elfo buscando los ojos de este.
─Te amo─
─No lo vuelvas a hacer Aragorn, jamás vuelvas a hacer algo así─ Sus orbes amenazaban con derramar lágrimas, esto conmovió al soberano.
─No me arrepiento de nada, sabes que por ti doy todo meleth─ Volvieron a besarse esta vez siendo interrumpidos por sus hijos que se sumaron a las muestras de afecto abrazándolos. Aragorn deslizo su mano al vientre de su esposo, estaba tan grande.
─Tengo siente meses ya─ Comento este mientras pasaba su mano sobre la de su amado.
─Naneth nos dará un hedmanito─ Comento Eldarion mirando el vientre de su madre. ─ Está aquí, en su panza─ Los presentes rieron ante las ocurrencias del pequeño.
─Yo quiero una hermana─ Lasgalen murmuro no dejando de abrazar a su Ada, este lo atrajo hasta su regazo y retiro las rubias hebras de su rostro.
─¿Mi príncipe desea una princesa? ─ Este asintió algo avergonzado, rápidamente recibió un beso en su frente. ─ Tendrás una bella hermana y como su hermano mayor, tendrás que cuidarla de todos los demás elfos vayan tras ella─
─¡Aragorn! ─ Llamo Legolas divertido ante las palabras de su esposo.
─Pero si de seguro sacara tu belleza meleth, debemos ser precavidos, ¿No lo crees Ada?─ Elrond que se había mantenido al margen no pudo evitar reír ante los comentarios de su hijo.
─Estel, no le dejabas tener amigos a Arwen─
─Como su hermano tenía que cuidarla─
─¿La tia Adwen? ─
─No le hagas caso a tu Ada Lasgalen, Eldarion─ Estos asintieron felices.
─¿Cómo van las cosas en el reino? ─
─Todo va muy bien, he podido manejar las cosas, claro que Faramir siempre esta para ayudar─
─Me alegro tanto, parece que al fin, la paz ha llegado─
─Así es, estamos en paz─