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Mellon nin por kazen_nova17

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Notas del capitulo:

mis herms@s lector@s

regreso con un nuevo capitulo que se van a adorar, era lo que ya me venian pidiendo, yo complaciente aqui se los dejo!!

sean piadoss conmigo >.<

 

 

CAPITULO VI ENTREGA

 

 

 

 

La tensión era palpable, de eso no había duda, algo había pasado entre esos dos,  eso era lo que pensaba el enano al ver la distancia entre elfo y hombre, normalmente hablaban muy animadamente e incluso bromeaban. Pero hoy…parecía que se había perdido de algo muy importante.  Carraspeo tratando de llamar la atención, mas era ignorado olímpicamente.

 

 

─por todas las barbas y la buena cerveza, ¿se puede saber que les pasa a ustedes dos?─ El elfo desvió la mirada─ ¡por favor! Están actuando como dos extraños ¿Dónde está el elfo loco?  ─ dijo mirando al elfo─ y tu Aragorn ¿Dónde quedo esa energía? ─

 

 

─no creo que sea el mejor momento para hablar…─

 

 

─oh no, si ustedes se pelearon y no me lo quieren decir, mínimo reconcíliense,  no puedo más con esta atmosfera─

 

 

─por favor, Gimli, no…─trato de hablar el elfo.

 

 

─no nada, por favor mi hacha, ¡ni que fueran una pareja en su primera discusión!─ entrecerró los ojos al ver como un sonrojo corrió a las mejillas del elfo, su instinto enano le decía que había más.

 

 

Aragorn arto de la situación comenzó a adelantarse, tenía mucho en que pensar, despreocupadamente comenzó a juguetear con el collar que Arwen la había obsequiado.

 

 

Arwen… se sentía fatal al recordar que estaba a punto de traicionarla.

 

 

─ORCOS!­─  el grito del enano lo hizo salir de su trance, no había tiempo para arrepentimientos, debía de asumir su…

 

Error…

 

 

No eran más que un grupo de exploradores, pero eso solo les advertía que vendrían más. La noche no había tardado en llegar, el enano cayo rendido, quedando alrededor de la fogata, elfo y hombre en un incómodo silencio.

 

 

─lo siento…- apenas y susurro el elfo

 

 

─no, el que lo siente soy yo─ respondió viendo las llamas bailar─ no supe detenerte, me deje vencer─

 

 

─ Aragorn…yo…─

 

 

─Legolas, lo que ocurrió, olvidémoslo─

 

 

─no me pidas que haga algo que no podre, no lo hare, porque yo, yo ansiaba que pasara….─

 

 

─ ¿que? ─

 

 

─deseaba estar, con la persona que escogió mi─

 

 

─Legolas, yo…tu sabes que yo tengo a alguien…no sería justo traicionarla, no así─   

 

 

─lo sé, créeme que lo se Aragorn… pero yo estoy aquí, ahora, créeme cuanto te confieso que hice mucho para desterrar este sentimiento… hice de todo con tal de conservar nuestra amistad…pero me es imposible…­ya…ya no puedo más ─el elfo incapaz de seguir se precipito al bosque totalmente desarmado.

 

 

Aragorn soltó un suspiro, no podía negar que en su interior cierto regocijo lo invadió, Legolas, se había confesado, tal vez si no estuviese prometido con Arwen… ¿pero en que estaba pensando? Agito su cabeza tratando de aclarar su mente, tomo las armas del elfo y corrió tras él. No avanzo mucho cuando escucho los gruñidos de unas bestias, pero no eran orcos, sino trolls.

 

 

El elfo evadía cada ataque haciendo gala de su agilidad, buscando alguna manera de escapar y hacerse con algún arma,  era un combate injusto, cuatro contra uno, ¿Cómo pudo haber dejado sus armas? Todo por discutir con Aragorn…

 

Aragorn….

 

 

Sintió como era jalado del cabello perdiendo el equilibrio,  rodo esquivando el filo de un arma, Aragorn salto en su ayuda matando a uno, pero como siempre avezado término estrellándose contra un tronco en un ronco jadeo. Legolas se levantó presuroso recogiendo la espada del hombre colocándose frente a él, corto dos brazos y una garganta, más al tratar de mover el cuerpo del dunedain fue atrapado por los dos trolls restantes a punto de ser descuartizado.

 

 

─ tiene una piel muy fina, hará de un plato muy suculento─ hablaba un troll

 

 Aragorn sintió su sangre hervir ¿Cómo podían hablar así de su elfo? haciendo acopio de su fuerza tomo la espada y sin dudarlo corto ambas gargantas en el acto.  Cayeron en un sonido sordo, el elfo se sentía avergonzado ¿Cómo alguien de su nivel había sido presa para esas torpes criaturas?

 

 

─gracias…─ musito tratando de cubrir la herida de su pecho, al caer había sido en contra de una puntiaguda roca, rápidamente unos fuertes brazos lo rodearon, cruzaron miradas y compartieron un tierno beso.

 

 

Contrariado el elfo se dejó hacer, rodeo el cuello del dunedain profundizando el beso, las manos rasposas comenzaron su viaje sobre los ropajes ajenos, con maestría llego a las cuerdas que sujetaban la túnica, fue deshaciéndolas lentamente entre el beso. Su corazón latía desbocado  por el miedo de haber visto vulnerable al elfo y la extraña sensación que lo embargaba, esas ganas de querer besarlo sin importar el resto. Lamio la puntiaguda oreja logrando un gemido por parte del rubio, quien no perdía el tiempo y embargado de sentimientos se dejó hacer mientras sus manos recorrían y desabrochaban las prendas ajenas, ambos liberaron a su amante de sus vestiduras entre fogosos besos. El elfo gemía ante el contacto de su cuerpo con el del contrario ¿Cuántas noches había soñado con ello?  ¿Cuántas veces se había reprendido por aquello? Pero ahora no estaba dispuesto a ponerle un pare, no podía y eso lo sabía a la perfección. Deseaba ser tomado por el dunedain.

 

 

El humano había mandado toda su conciencia derechito a Mordor,   su cuerpo ardía en deseos de poseer la lechosa y esbelta piel del contrario, admiro el pecho firme; ahora ligeramente herido por el corte con aquella endemoniada roca, lamio con devoción, como si así desapareciese aquella herida, el vientre plano y el órgano lampiño completamente erguido. Une real belleza. Se agacho lamiendo las tetillas, para luego pasar por el ombligo; donde lamio con suma devoción, y llegar al órgano contrario. Legolas dio un respingo al sentir el cálido a liento del contrario en su miembro, tembloroso abrió las piernas dejando que el mayor se acomodara entre ellas, sus ojos brillosos de excitación  veían con adoración el fornido pecho velludo y viril de Aragorn, hundió su rostro aspirando el aroma que este desprendía mientras sentía la intromisión en su interior, un digito, trato de calmar su respiración, el segundo y solo un jadeo de dolor, su rostro se contrajo de dolor, una lluvia de besos lo cubrió, el tercero y abrió aún más las piernas.

 

 

─A-ah…Aragorn…─ llamo en un gemido ahogado ante la estimulación de los dedos en su interior.

 

 

─Legolas…─ viendo que la dilatación había sido suficiente retiro sus dedos escuchando una pequeña protesta de los labios contarios, termino de despojarse de su última prenda liberando su erguido y ancho miembro─ si te duele avísame….─ beso el elfo mientras lo penetraba con suma cautela. Empujo despacio sintiendo incluso la membrana que proclamaba virgen al elfo desgarrase ante su paso.  Legolas se aferró a la ancha espalda clavando sus finas uñas en esta, el dolor poco a poco fue cediendo, la extraña intromisión lo hacía sentir extraño pero pleno.

 

 

Quedaron estáticos, con las respiraciones erráticas, esperando cualquier indicio para continuar, un leve movimiento de caderas fue suficiente para que el dunedain comenzar a salir e ingresar, el rostro de Legolas se contraía ante la extraña sensación de placer y dolor, uno que por muy extraño que le pareciese le iba gustando.  Ambos rostros se buscaron compartiendo un profundo beso, manos que recorrían el cuerpo del contrario queriendo descubrir todo a su paso, vencidos por el placer y el deseo se dejaron arrastrar por la marea de sensaciones, absortos en su unión, no pensaron en el resto, solo en entregarse al contrario.

 

 

─oh!, A-Aragorn…mph, AH!─ gemía el elfo sin pudor alguno ante las certeras estocadas de su amante. Este por su parte se divertía torturando los rosados montecitos del elfo y embistiendo cual fiera frenética, levanto la visión solo para quedar más embelesado, el elfo jadeante, sonrojado, con hojas enredadas en sus largas hebras, y pronunciando su nombre entre gemidos.  Seducido por la belleza del momento acerco su rostro al blanquecino, lamiendo primero para luego succionar dejando una más que notoria marca.    Unas cuantas estocadas más y el elfo sintieron el calor y estremecimiento del éxtasis, viniéndose en un sonoro gemido, que podía jurar, había sido escuchado por todo aquel que pasase cerca.

 

 

Aragorn se corrió, llenando las entrañas del elfo completamente, sudosos y manchados por aquel placentero acto quedaron, compartieron una última mirada antes de la que del montaraz se ensombreciera, la culpa lo corroía.

 

 

Termino de acomodarse la ropa, ciñendo su cinturón a la cintura y envainado a su espada,   Legolas hacia lo mismo con la mirada perdida en algún punto de la maleza, ¿Cómo actuar ahora? ¿Cómo después de lo habían hecho?  El elfo sentía una terrible opresión en el pecho, se había entregado a un ser que no lo amaba, no al menos lo necesario, no era un amor que prometía un futuro, ni siquiera sabía si existiría ese futuro, pero cuanto añoraba que sea junto con aquel montaraz, uno al que la había entregado lo más preciado que poseía, su virginidad y su corazón. Oh! Cuánta razón tenía su padre, no debía de haberse dejado vencer, ahora con el acto consumado ¿Qué quedaba de el? Nada, solo un vacío y un frio desolador. Pero no había a quien reclamar, ni culpar, solo eran ellos dos, y ambos eran culpables. Limpio las hojas de sus rubias hebras aun sin mirar al montaraz, no podía, no después de haber visto el arrepentimiento y culpa en esos grises ojos.

 

 

─creo que deberíamos volver─ adujo el hombre regresando al campamento. El elfo no dijo nada y siguió con la cabeza hecha un mar de sentimientos. En el campamento los esperaba un muy despierto enano, el cual los observaba con asombro.

 

 

─ ¿Cuánto tiempo planeaban seguir ocultármelo? ─

 

 

El elfo abrió los ojos con asombro ante la acusadora mirada que recibía por parte del enano.

 

 

─ocultarte…el que, amigo mío─ cuestiono Aragorn con calmada actitud.

 

 

─creí que éramos amigos, ¿acaso creían que los iba a juzgar?, por favor, son lo sufriente grandecitos para decidir con quién estar…─

 

 

─nosotros…no es….─ trato de excusarse Legolas hecho un manojo de nervios, pero con un atisbo de tristeza.

 

 

─oh, Legolas, pude reconocer tu voz, de hecho ya sospechaba lo de ustedes hace un tiempo, pero esperaba a que me lo contaran─

 

 

─ ¿mi voz? ─ pregunto totalmente sonrojado, el enano le dedico una pícara sonrisa.

 

 

─en el bosque todo se escucha, y ustedes mis queridos amigos, no son muy silenciosos que digamos─

 

 

El elfo no podía creer lo que escuchaba, se sentía morir de vergüenza, no solo por haber hecho algo indebido, ¡si no que hasta el enano lo había escuchado!, sonrojado hasta las picudas orejas busco perder sus orbes en el suelo. Aragorn no pudo contener una media sonrisa al ver la situación tan…adorable en la que se encontraba el elfo.  Rápidamente su semblante cambio

 

 ¿Qué era lo que tenía con Legolas?

 

 

─sabes Aragorn siempre creí que estabas perdidamente enamorado de la dama Arwen, al inicio no me lo creí, pero después de lo que escuche, lo tengo todo en claro─

 

 

El ambiente se volvió pesado, Legolas se mordió el labio inferior mientras apretaba su túnica, parecía como si el solo nombre de la elfa fuese un mal presagio.

 

 

─no digas disparates, Gimli, entre Legolas y yo no hay nada─ su voz  fue fría y filosa, como una daga clavada en su pecho, así lo sintió el elfo, reteniendo, por primera vez en siglos unas desesperantes ganas de hacharse a llorar cual infante. Cuan tonto había sido al creerse amado por Aragorn, tal vez lo que se consumió, solo había sido un desahogo por parte del montaraz, algo pasajero, sin importancia. Pero no podía mostrarse débil, no, su estatus de príncipe se lo impedía.

 

 

─así es…estas confundiendo las cosas─ secundo Legolas con voz quebrada y la mirada rehuyendo a la de la enana. Gimli percatándose de la incómoda situación mira con reprobación al humano.

 

 

─oh vamos Aragorn, si no quieres que se entren de ello, está bien, no se lo diré a nadie, pero tampoco es para que lo niegues de tal manera─

 

 

─entre nosotros no hay nada, a quien yo amo es a la dueña de este collar─ hablo con severidad apuntando el collar que Arwen le había regalado, el elfo completamente destrozado salió corriendo no permitiendo que el resto vea sus deshonrosas lágrimas, se sentía tan mal, un dolor punzante que nunca antes había sentido, Aragorn no lo había tomado con amor, solo fue un desfogo, utilizado….

 

 

Con rabia lanzo su arco al suelo, cayendo hincado, llorando, su primer amor, el primero y único, aquel al que se había entregado, al que había dado lo más preciado con la esperanza de ser amado, porque eso fue lo que creyó sentir, amor.

 

 

─oh, Ada, cuan equivocado estaba, tan estúpido, ahora me encuentro atrapado…duele…duele demasiado ¿esto era lo que me querías advertir? ─ se lamentaba el elfo llevando una mano a la altura del corazón, uno que sabía, ya no pertenecía.

 

 

*

 

 

─ ¿Cómo pudiste Aragorn? ─reclamo notablemente indignado el enano

 

 

─no sé a qué te refieres─

 

 

─ ¿ah no? ¿Me vas a negar lo que tú y el hicieron? ¿Serás indiferente al  dolor de Legolas? ─

 

 

─no tengo nada que negar o afirmar─

 

 

─tendrás que hacerlo, ahora es tu responsabilidad, compartiste un lecho con Legolas, no creo que simplemente te lo haya pedido, ambos accedieron─

 

 

─ ¿A dónde quieres llegar Gimli? ─

 

 

─ ¡a que eres una bestia sin tacto! Legolas está enamorado de ti ¿sabes cómo debe sentirse ahora? ─

 

 

─pero eso no…─

 

 

─ Y vienes y le gritas que amas a otra persona, cuando es con él con quien  te acostaste, ¿a quién amas en verdad, amigo mío? Porque si de verdad amases a la dama Arwen jamás te hubiese acostado con Legolas─

 

 

Cualquier palabra murió en su garganta, el enano tenía toda la razón.

Notas finales:

oh no no maten a Aragorn, despues de todo esta confundido...(si claro como no)

>.< pobre nuestro hermoso elfo D:

Gimli patealo de parte de todos nosotros

jjje

espero sus comentarios 

Namaire

"Cada vez que dejas un review, Gimli le da un coscorron a Aragorn"

 

 


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