Ni bien terminaron de recoger todo aquello que era de valor, el pueblo de Rohan partió rumbo a la fortaleza que prometía protección de la sombra y Saruman. Gandalf había partido junto con Eómer por refuerzos, Eowyn no se despegaba de Aragorn y Legolas se notaba mucho mejor, eso es lo que vio Gimli satisfecho, su hacha no adornaría la cabeza del montaraz ese día.
Pronto el grupo se vio asaltado por una manada de Wargos, todos se defendieron cuanto pudieron, Gimli partía cuantas cabezas podía, Legolas con una precisión digna dispara sus fechas, lo que nadie advirtió fue la caída de Aragorn en el barranco.
Tarde fue cuando se dieron cuenta, pero ya nada se podía hacer, Aragorn había caído.
Legolas se negaba a creerlo, incluso se vio tentado a saltar tras él, no iba a morir a la caída, era un elfo, cegado por el dolor y temor de haber perdido al montaraz Legolas se preparaba a saltar, no iba a permitir que los separaran. No ahora cuando parecía que todo entre ellos llegaba a una solución.
─ ¿Qué crees que haces elfo loco? ─
─iré por el, no puedo dejarlo solo Gimli, no puedo─ fue retenido por el enano, forcejeo, no podían detenerlo, no entendían lo que sentía, ─ por favor déjame ir Gimli…yo…─ el elfo comenzó a hiperventilar, veía borroso y ante la mirada atónita del enano se desvaneció.
El enano reacción evitando que caiga al suelo, pronto los jinetes llegaron hasta él.
─comprenda mi señor, Legolas es muy unido a Aragorn─
─ya me di cuenta, Breeth─llamo a uno de sus jinetes ─ llévalo en tu caballo, no podemos retrasarnos mas─ hablo el rey
Pronto emprendieron el camino al abismo. Eowyn los esperaba en la puerta, grande fue su sorpresa al encontrase con el elfo desmayado y la caída da Aragorn.
─mi señora, Legolas necesita una habitación y cuidado, está muy débil─
─no te preocupes, me encargare de darle el trato adecuando─ comenzaron a caminar entre las estancias de la ya vieja fortaleza, un guardia cargaba al elfo mientras la señora del lugar daba instrucciones, pronto llegaron a un habitación, sencilla pero acogedora─ aquí estará bien─
─gracias─
─no hay de que, te traeré una infusión para cuando despierte, también traeré a un sanador, está demasiado frio─ dicho esto la dama blanca de Rohan salió del cuarto dejando a un preocupado enano, el semblante de Legolas había empeorado de una manera asombrosa y el motivo era, de nueva cuenta, Aragorn. No había dado señales de despertar y le preocupaba el hecho de que quizá no llegase a hacerlo, estaba pálido, los labios resecos y había cerrado los ojos, signo de que no se encontraba para nada bien. Aragorn, no podía creer que haya caído, no él tenía que seguir vivo y si lo estaba rezaba para que llegase antes de que la tristeza consumiera al elfo.
Eowyn regreso con un sanador, este al ver el semblante del elfo aludió que nada de medicina humana podría ayudarlo, necesitaban medicina elfica o eliminar el dolor que carcomía al elfo, de otro modo solo le quedaban horas de vida, pues mientras más intensa la tristeza mayor su daño en el alma y corazón.
─lo único que puedo hacer es tratar de retrasar el tiempo, para ello necesito la planta conocida como athelas por los elfos─
─yo sé cómo es, yo la vi cuando Aragorn se las dio a Legolas en Rohan─
─yo lo ayudare a buscarla mi señor enano, por favor guíeme─
─muy amable mi señora─ elfo y humana salieron en busca de tan preciada planta. No paso mucho hasta que volvieron con la planta, rápidamente el sanador preparo una infusión y con ayuda de la humana se lo dieron de beber al elfo. ─ esto retrasara su partida y aliviara en algo su dolor─
Cansado el enano salió del cuarto no sin antes dedicar una última mirada al elfo, ya había pasado 6 horas, el ocaso caía esplendoroso, se sentó en las gradas pensando, algo tenía que ocurrírsele, pronto unos murmullos llegaron hasta sus oídos, alzo la mirada quedando impresionado.
─por todas las barbas, ¡estas vivo! Oh que alegría….pero no es momento de celebrar, debes venir conmigo, Legolas, el pobre elfo loco recayó cuando se enteró de tu supuesta muerte, está muy mal Aragorn, el sanador dice que no pasara de esta noche─ explicaba el enano mientras arrastraba al humano consigo. La puerta que daba a la estancia de Legolas fue abierta, sintió su corazón encogerse al ver el estado del elfo, sin duda estaba muy mal. Corrió hasta quedar a su lado, tomo la mano.
Estaba fría.
─Legolas, mellon nin, estoy aquí…─ hablo con una infinita dulzura, no hubo respuesta, frustrado recorrió con la mirada el lugar ─athelas─ tomo la planta la mastico y luego coloco la masa en la frente del elfo, pronuncio unas palabras en quenya, el semblante de Legolas pareció mejorar, su rostro ya no mostraba tanto sufrimiento. ─ por favor, necesito que seas fuerte, no dejes que esto te venza, eres Legolas Thrandullion, la joya del bosque verde, heredero de Mirkwood. No puedes abandonar a tu pueblo, a tu padre….no me puedes abandonar─ algo ligero, pero sintió su mano ser apretada por la del elfo, eso ya era un inicio.
─¿se recuperara? ─
─todo dependerá de él Gimli, pero yo sé que me escucho, pronto volverá con nosotros─ arropo con delicadeza al elfo y deposito un beso sobre su frente─ pero ahora debo hablar con Theoden, la guerra ya nos alcanzó─
Y seguido del enano abandono el cuarto, abrió las pesadas puertas llamando la atención de todos, Eowyn le regalo una de sus más hermosas sonrisas, Aragorn se limitó a mover la cabeza.
─mi rey, los orcos ya vienen, llegaran para el anochecer─
No hubo mucho que esperar rápidamente todo el mundo se puso en movimiento,, no iban a perder frente a los Uruk-hai, la fortaleza era un completo caos, todos iban o venia, el tiempo se iba acabando, debían actuar con rapidez. Aragorn después de alistarse decidió pasar a ver al elfo, grande fue su sorpresa al verlo parado en la ventana, sin hacer ruido se acercó, le asombro el hecho de que elfo no o sintiera y más cuando poso una mano en el hombro de este obteniendo un sobresalto
─Legolas….─ el nombrado giro lentamente el rostro.
─¿Aragorn?...no, tu estas…tu estas….entonces yo….¿yo me morí? ¿Has venido por mí? ─
─oh no, claro que no, estoy vivo, vivo como tú también lo estas ─ poso una mano en el rostro del contrario. Lagrimas surcaron el rostro aun pálido del elfo, Aragorn estaba vivo…sin esperar hundió su rostro en el amplio pecho contrario, Aragorn enternecido abrazo al elfo mientras besaba la albina cabellera. ─ perdóname por hacerte preocupar y caer en este estado, te prometo que no volverá a pasar─
─¿puedes prometer eso? ¿Puedes prometer que no me abandonaras? ─
─créeme que cuando te vi en esa cama, con tan terrible semblante, me creí morir, Legolas, me aterro la idea de no poder volver a escuchar tu voz, de no volver a verte, no quiero que te vayas de mi lado─
─ y no lo hare, me quedare a tu lado todo el tiempo que se me sea permitido, de eso jamás dudes, Aragorn….─ se miraron fijamente, ambos lo deseaban, sin rodeos atraparon la boca contraria en un hambriento beso, uno que transmitía más sentimientos de lo que creían, el elfo rodeo el cuello del humano mientras las manos de estas se ceñían a la cintura del contrario. Tan encismados se encontraban que no repararon en la persona que los observaba.
Eowyn había partido a ver como se encontraba el heredo elfo, abrió sin mucho ruido la puerta, más grande fue su sorpresa al ver que se encontraba bien y con Aragorn….besándolo. Su mandíbula se desencajo.
Por eso Aragorn la rechazaba, tenía una relación con Legolas. Se sintió apenada, pues en muchas ocasiones había coqueteado con el dunedain frente al elfo. Lentamente volvió a cerrar la puerta, hubiese deseado no enterarse de aquella extraña relación, pero bien sabía que ella no era nadie para juzgar la vida ajena.
Se separaron lentamente no queriendo arruinar el momento, Aragorn sentía que no podría vivir sin Legolas y este sentía lo mismo. Con pesar el montaraz se separó del elfo.
─debo alistarme, la guerra ya nos alcanzó─ beso la frente del elfo y salió de la estancia, no faltaba mucho para que llegaran los orcos.
Legolas proceso la información, estaban el guerra, rápidamente busco por la habitación sus cosas, no podía quedarse fuera de todo, no, él era un elfo Silvano, un guerrero y esa noche mataría unos cuantos orcos. Se alisto a un digna velocidad, guardo sus espadas gemelas en el carcaj junto con sus flechas y el arco que le regalo Galadriel, estaba listo. Salió con toda la intención de formarse, más se topó con el enano.
─ ¡pero qué crees que haces elfo loco! Debes descansar
─ ¿y perderme esta batalla? Claro que no mi señor enano, no me permitiría ello, voy a luchar Gimli, soy un elfo─
─elfo o no, Legolas aun estas débil, no puedes luchar─ se escuchó la autoritaria voz de Aragorn.
─no vas a prohibirme que luche, estoy en perfectas condiciones para librar una batalla─
─yo sé, pero debes entender que no es seguro, será una ardua batalla─
─!por favor Aragorn! De los dos siempre el que sale herido en batalla eres tú─ el nombrado trato de refutar, el elfo arqueo una ceja, era verdad lo que había dicho, no había como llevarle la contra ─ de hecho es necesario que vaya, de lo contrario nadie te cubrirá la espalda, estaré bien Aragorn, el que debería estar preocupado soy yo─
─está bien Legolas, tu ganas, pero solo no seas imprudente─
─lo mismo para ti humano avezado─
─elfo testarudo─ el sonido de un cuerno les llamó la atención, no era un cuerno orco…era uno elfo. Como almas que lleva Sauron corrieron a la entrada del reino, un ejército de elfos comandados por Haldir, capitán de Lothlorie, ingresaron a la fortaleza del abismo.
─Mae Govannen Haldir, Lothlorien es bienvenido─ dijo alegremente Aragorn al ver a un viejo amigo, dejando los protocolos de lado no dudo un segundo en abrazarlo para sorpresa de este. Se alistaron pues las tropas del enemigo ya estaban cerca.
─tus amigos están contigo─ dijo Legolas posando un mano sobre el hombro del montaraz, este le sonrió y partió a dirigir las demás tropas, Legolas sonrío, más pronto escucho los bufidos del enano.
─¿Qué sucede ahí fuera? ─ sonrío al ver los vanos esfuerzos del enano
─ ¿deseas que te lo narre o mejor voy por un banquito? ─ Ambos sonrieron.
El cuerno de los orcos resonó. Una marea negra era la que se encontraba frente las puertas del abismo de Helm, y debido a una flecha disparado sin previo aviso la guerra comenzó, atacaron primero con arcos y flechas, pero los orcos sabían cómo llegar a la ciudad, prontos las armas se reemplazaron por espadas. Legolas y Gimli hacían una competencia por quien mataba más número de orcos, Aragorn cayó debido a la explosión que se llevó gran parte del muro. Alarmado el elfo bajo en su ayuda, los orcos lograron penetrar en la fortaleza, los rohirrim se vieron obligados a replegarse, el elfo logro lanzar su flecha antes de que un orco encestara un golpe fatal a Haldir, este presuroso bajo a replegarse con el resto, la ciudad había sido tomada.
Todo parecía perdido, heridos y mal trechos los soldados se atrincheraron en la sala del rey.
─¿te encuentras bien? ─pregunto el elfo al galadrim
─no es nada que deba ser preocupante─ contesto rápidamente este mientras apretaba la herida de su brazo. Se escuchó el rechinar de un caballo, Aragorn y el rey Theoden montaban sus corceles, ripiadamente el resto lo imito. El sol del quinto día se lazaba y con él la llegada de los refuerzos.
Ese día Rohan obtuvo la victoria, más la guerra por la tierra media apenas y había comenzado.