Decima Parte: ¿Un paso demasiado rápido o uno adecuado?
A pesar de la oscuridad los ojos de Shinobu estaban vividos, colores empezaron a desfilar ante sus pupilas, era una reacción tan extraña a esa situación, su respiración agitada sintiendo como su esposo merodeaba con sus labios calientes y húmedos en su cuello y lamia su garganta, el chico sentía un mareo, que aunque pudiera otorgársele al vino que había bebido, sabía que estaba embriagado de ese placer jamás antes experimentado, su aliento atragantándose en su tráquea, sus ojos cargados de incertidumbre pero con la intención de dejarse llevar de esas sensaciones, al parecer exacerbadas con la privación de la vista… Luego sintió como el mayor mordisqueo la sensible piel de su barbilla que lo hizo soltar un pequeño gemido, eso lo avergonzó porque se oyó tan extraño saliendo de su boca, se tapo inmediatamente la boca con su mano para evitar que salieran sonidos así, pero su esposo parecía considerar eso muy divertido:
- ¿Por qué haces eso?...
- En serio… No sé porque salió ese sonido..
- Yo si… No te avergüences, ibas muy bien…
- Yoh-san… Yo nunca había hecho esto…
- Mejor para mí… Ser tu primera experiencia sensual…
- No es algo que un hombre de mi edad presumiría… Me comporto ahora si como una doncella virgen y la imagen mental no me gusta mucho…
- Pues a mí me gusta… Tú has dedicado a tu vida a otras cosas, otro joven de tu edad solo estaría interesado en tener sexo y salir a fiestas… Pero si te comparamos con la mayoría de jóvenes de tu edad, tú has logrado más cosas importantes… Has aprendido más… Puedes lograr más cosas… Siempre he creído que tal vez, sea tu destino aprender sobre esto por mí… Y yo encantado de enseñarte…
- Estas sonando demasiado cursi para tu edad
El mayor solo volvió a reír ligeramente mientras se dirigió a darle un beso en la sien cuando sintió que algo aun cubría la cabeza de su esposo, del cual no se había percatado antes:
- Shinobu-chin… ¿Por qué no te has quitado el antifaz?
- Uhm… Nunca me avistaste cuando quitármelo…
- Pero ya no tenía sentido dejártelo cuando estamos a oscuras… ¿No crees?
- ¿Sabes? Tienes tantas condiciones y especificaciones para mantener tu rostro oculto hasta para hacer algo tan sencillo como cenar juntos… A veces pienso que si hago algo podría dar un paso en falso y despertar la ira de toda la familia si lo llego a hacer… Entonces, apreciaría mucho que no señales tanto lo obvio cuando nos rodeamos de circunstancias que se salen de lo normal, y no precisamente por mi causa ¿No crees?
Eso ultimo lo dijo imitando un tanto el tono que había el usado y para cuando dijo eso se habían separado, arruinando el ambiente sensual que habían llevado antes, el hombre ante eso no se rio, pero si se inclino, desato el antifaz y lo retiro lentamente hacia arriba y cuando le descubrió los ojos del chico, deslizo sus labios sobre los parpados de Shinobu tomando al joven por sorpresa y mientras susurraba:
- Tienes razón Shinobu-chin… No volveré a burlarme así
Y lo abrazo mientras dejaba leves besos en su quijada tal vez con la intención de retomar el momento. El joven se dejaba hacer, pero ya no tan receptivo como lo estuvo en ese momento, Yoh aparentemente lo noto, pero debía darse cuenta que el no debía tomarlo tan a la ligera, y que el hecho de que fuera mucho menor que él no indicaba que debía tratarlo como si fuera su hijo o como un alumno… El mayor entonces se deslizo hacia el oído del chico y empezó a susurrarle:
- Gracias por esta hermosa velada… Cada día te siento más cerca de mi… Shinobu-chin.
El chico volvió a ruborizarse, giro su rostro hacia el del mayor y entonces volvió a sentir su boca dominada por la de Miyagi, y supo que ahora aunque opusiera resistencia, ya no tenía la voluntad para hacerlo, sus labios se rindieron, y volvió a aferrarse a su esposo, mientras este profundizaba el beso, y esa lengua recorría cada recodo de su interior, y Shinobu volvió a sentir que soltaba de nuevo otro sonido que atravesó la boca del otro, haciéndole soltar un gruñido de satisfacción al verlo de nuevo receptivo… Y fue cuando las manos del mayor que se habían quedado en el cabello del muchacho, disfrutando de las sedosas hebras, se deslizaron por el cuello y luego empezaron a vagabundear sobre ese magro pecho, transmitiendo su calor a través de la delgada camiseta hasta llegar a la piel suave que aguardaba debajo, y el jovencito sintió que esas caricias y roces empezaron a despertar algo adicional en el, un calorcito que se empezaba a instalar debajo de su cintura, y que se acrecentaba cuando las manos de su marido se centraban de una parte especifica, una especie de búsqueda que su esposo acompañaba con un tono ligero preguntando “¿Dónde están?” hasta que aparentemente dio con la zona deseada y con una exclamación divertida por parte de la voz grave del mayor diciendo “¡Los encontré!”… Unos dedos inquietos parecían tantear por encima de la tela en su pecho, y fue cuando pasó de frotar a presionar e incluso pellizcar donde aparentemente estaban sus tetillas… Cada presión sobre esos pequeños brotes despedían corrientes eléctricas que lo hacían contorsionar... Era todo tan nuevo para él, no entendía las reacciones de su cuerpo ante esas caricias, sintió como su pelvis se presionaba involuntariamente contra el colchón y ya imaginaba la sonrisa lujuriosa que el rostro imaginario de su esposo esbozaba, y luego un velo de entumecimiento cubrió la parte racional de su mente, y lo hizo soltar otro gemido, esta vez mas nítido… Yoh sabía que si quisiera avanzar más no tendría mucha resistencia.
Una mano cálida se infiltro debajo de la camiseta, deslizándose sobre la tersa piel del muchacho, y detecto el pezón erecto con facilidad, y le suministro más suaves pellizcos, haciendo retorcer mas a Shinobu, que no sabía cómo controlar las reacciones exageradas de su cuerpo, pero en serio no sabía cómo hacerlo, nadie había hecho eso con él, Miyagi parecía tan complacido con esos gestos y sonidos del chico, y soltó una suave risa para luego deslizar lentamente la camiseta enrollándola sobre el pecho, exponiendo el hecho de que estaba agitado y los pezones aun mas erguidos al sentir el cambio de temperatura.
El hombre pareció acomodarse de nuevo sobre él, pero se inclino sobre el tórax, el aliento se estrello sobre el tejido sensible de la aureola izquierda, y luego la humedad de unos labios que empezaron a succionar del pequeño capullo, haciendo que Shinobu lanzara su cabeza hacia atrás contra el colchón y su boca emitiera un quejido de mezcla de sorpresa y placer, y se repitió cada vez que había una succión fuerte, que se repetía constantemente y no solo en uno sino en ambos, una lengua delimitando los músculos del pecho, unos labios mimando dos pequeños centros sensibles y un aliento que exacerbaba la naturaleza eréctil de las pequeñas tetillas del jovencito, haciéndolo perder gradualmente el control vocal, podría decirse normal para alguien que nunca había recibido esas atenciones, o tal vez algo exageradas, pero para nada causa de burla por parte del hombre mayor, que parecía disfrutar de cada reacción inédita de su joven marido, unas reacciones tan virginales contrarios a los compuestos que mostraba Miyagi, como si supiese como actuar en casos así… Las yemas de los dedos reptaron con sensualidad por el plano abdomen de Shinobu hasta detenerse en la pretina de los jeans de él y bordearlo pícaramente como con la intención de ir mas allá, el muchacho levanto la cabeza alarmado, algo abrumado por las sensaciones que habían sobrecargado su cerebro, aun tenía su sistema de auto preservación encendida (A pesar de todo) y empezó a balbucear:
- ¡Es-espera Yoh-san!... Ahí no-
Pero sus palabras murieron cuando fue acallado por unos fogosos labios que supieron hacerle desistir con eficacia, y por fin esa alarma de auto preservación fue apagada dejando que Miyagi desabrochara la prenda interior con mucha habilidad tanto que el joven no noto cuando de pronto sintió unos calidez trazando contornos encima de su ingle, tanteando su parte intima, luego unos labios se separaban de los de él para apoyarse en su oído y susurrar con voz ronca de lujuria:
- Tan solo con besos… ¿Y ya estas así?
No supo bien a qué se refería hasta que sintió que efectivamente el tenia una erección, y era tanta su inexperiencia que había sido distraído por tantas nuevas sensaciones que no se percato de cómo su ropa interior y sus jeans lo tenían muy apretado, ahora se sentía en teoría mas cómodo, pero la sensación de inquietud no desapareció… No se desvanecía a pesar de que gradualmente el placer iba inundando su cerebro, a la vez que su esposo bordeaba con su lengua su oído, respirando agitado directo a su sensible interior… Esos dedos solo rozaban y frotaban despidiendo ese hormigueo que ahora se expandía con mayor rapidez, se sentía cada vez más constreñido, y su respiración salía en jadeos, como buscando atrapar bocanadas de aire que escapaban de su boca entreabierta, y después los inevitables gemidos que se filtraban cuando sintió que su pene estaba siendo masturbado, esta vez con la mano de su esposo aferrándose a la base, deslizando con delicadeza sus largos y cálidos dedos, para luego estimular la cabeza y extender la humedad del viscoso liquido pre-eyaculatorio que emanaba involuntariamente sobre el glande para luego rodar las yemas de esos mismos dedos encima del sensible frenillo y volver a acariciar la corona aumentando las sensaciones, y además de hacer incontrolables las punzadas en sus caderas que espontáneamente respondían con un vaivén a medio controlar imitando los movimientos de esa mano… Esa era una forma de atención que Shinobu no había experimentado de su marido, sentirse deseado… Parecía como su Miyagi Yoh solo buscara el placer para él, que experimentara que era recibir esas muestras de amor… ¿Amor?... Shinobu solo había intentado masturbarse una vez en su vida, debido a lo que comentaban algunos chicos de su clase de entonces, el quiso saber que era lo que causaba tanto revuelo… Pero no se sentía inspirado por ninguna chica… Por eso pensó que era totalmente asexual, sin interés ni romántico ni sexual en nadie… No había contemplado que tal vez el solo estaba enfocado en el género equivocado… Pero no, era más bien que no había encontrado a la persona correcta, y aunque no podía ver los gestos de quien suponía ya era su amante, ni esa boca hermosa entreabierta jadear a la par que él, ni ver esos ojos opacos de lujuria con las pupilas dilatadas por la excitación de verlo a su merced reaccionando a tales caricias, invadiendo su parte intima sin permiso para hacerle eso, y de paso llenarlo de sensaciones que derrumbaban sus murallas… Y el había caído rápidamente en su juego… Porque ahora no podía oponerse al inevitable final, no sabía si era porque era su primera vez sintiendo eso, ni que su cabeza en vez de fantasear con un rostro especifico solo fuera estimulado por la presencia de ese hombre del cual reconocía su voz, su olor, la humedad de su boca y su lengua, su tacto y calidez lo cual era más que suficiente para que fuera invadido rápidamente de una bruma que se expandía por su cerebro
Sentía como esos labios rápidamente lograban enloquecerlo mientras gemía sin contención, seguramente maravillando a su esposo y sin saber cuánto tiempo había pasado desde que habían caído en la cama, lo único que sabía era que su esposo se estaba encargando de suministrarle la dosis de lujuria a esa cena inolvidable, y cuando el mayor le susurro “Hazlo” con esa voz tan varonil, apagó el sistema de resistencia, llego a ese estado que nunca había sentido, era el clímax, un orgasmo que sintió tan poderoso a la par que un gemido prolongado que lo dejó desfallecido, como si hubiese hecho una actividad física extenuante, incluso sintió su frente sudorosa como si su temperatura corporal hubiese aumentado, su respiración le costaba volver a su estado normal, y sus sentidos entumecidos, apenas y sentía un calor acariciándolo al estar rodeado por los brazos de su esposo que luego verlo venirse por primera vez, le dio unos dulce besos en su empapada sien, y al parecer sonreía orgulloso… Luego sintió la humedad que se empozaba en su ropa interior y un olor que no le resultaba muy familiar… Sabía que era semen y también que había ensuciado la mano atrevida del mayor, pero tenía el cerebro en estado de hibernación que apenas murmuro un suave “Lo siento”, pero su esposo solo se rio con suavidad y lo abrazo con más firmeza mientras le decía “Te hice sentir bien… No te preocupes”, pero Shinobu no sabía bien si su cuerpo debía sentirse así, como si le hubiesen drenado de toda energía, ni siquiera para responder con ánimo.
Entonces Yoh se levanto con cuidado, de una forma lenta para luego murmurar con un ligero tono avergonzado:
- Perdóname, yo cause este desastre… No te preocupes yo lo arreglo… No te muevas.
Entonces lo sintió salir de la cama con paso presuroso yéndose a oscuras hacia donde intuía era el baño, el cual para acceder a él tenía que entrar por un pasillo y allí estaba la puerta, todo para evitar algún riesgo de que se filtrara alguna luz en la habitación de forma accidental o no, así que intuyo que su esposo habría ido al baño y después de cerrar la puerta habría encendido la luz o tal vez ya estaría tan acostumbrado a ir y manejarse en las tinieblas dentro de esa habitación.
Pasaron varios minutos, muchos para Shinobu, no sabía si es que Miyagi había estado haciendo tiempo tal vez porque estaba algo avergonzado con él, pues era la primera vez que hacían algo de inclinación claramente sexual, habían compartido intimidad como amantes por primera vez, antes solo se habían limitado a besarse y acariciarse, pero esto fue un paso que en su sentimiento de culpa tildo de excesivo, había sido un salto en vez de un paso, fue invadido por los regaños de su consciencia que retornaron con más fuerza después de haber sido ignorado, y ahora se sentía mal… No debió haberse dejado seducir, la idea era permanecer intacto por el tiempo de gracia… Pero ahora reconocía que le era casi imposible no dejarse besar y acariciar del mayor sino que negar que no había disfrutado de ese contacto tan intimo y sensual y haber sentido placer de haber recibido tales toques de las manos de su marido…No, no podía negarlo, su consciencia pasaba a un estado de nostalgia, donde recordaba y ansiaba volver a sentir la presencia de su esposo a su lado, ser el centro de atención de aquel hombre… Y entonces lo sintió salir del baño y retornar a la cama, pero ahora traía algo y de alguna forma lo sentía mucho más relajado:
- Shinobu te voy a limpiar pero primero te retirare la ropa… Necesitas limpiarte un poco.
- Entonces me voy a tomar una ducha así es más rápido ¿No?
- No… Yo lo provoque… Yo tomare responsabilidad… Ahora levántate de la cama, ven yo te ayudo.
Entonces sintió como Yoh tomaba la mano para que el joven le levantara y entonces sintió como esas mismas manos primero tomaron el borde de la camiseta y lo halo hacia arriba haciendo que el joven subiera los brazos para facilitar la tarea, luego deslizo esas manos sin mucha ceremonia hacia las caderas del chico y bajaron rápidamente los jeans hasta los muslos, luego Shinobu lo sintió arrodillarse frente a él, o al menos inclinarse y de nuevo sintió las manos cálidas deslizar la prenda por sus muslos un tanto afanada, luego le pediría en tono tranquilo que subiera primero una pierna y luego otra, con algo de dificultad pudo retirar los pantalones y de paso se encargo de forma aun más torpe de sus calcetines, de paso provocándole algunas cosquillas en los pies del muchacho… Pero cuando las manos volvieron a las caderas, esta vez para retirar los bóxers de Shinobu el chico ya estaba algo nervioso:
- No hace falta que haga eso Yoh-san… Yo puedo hacerlo
- Ni hablar… Dije que tomaría la responsabilidad… Y eso hare, así que hazme caso y déjate cuidar de mi…
Y entonces lentamente Yoh deslizo la ceñida prenda interior por las caderas, pero esta vez de forma lenta sentía como los dedos se escurrían debajo del elástico para acariciar la tersa piel sobre la cual se deslizaba la tela elástica, acariciando incluso a los lados de lo que era su trasero, luego sus muslos, las rodillas y pantorrillas hasta llegar a los tobillos, donde mediante cortas ordenes le pidió al chico que levantar sus pies para retirar la prenda y dejarla en un paradero desconocido, dejando a Shinobu completamente desnudo frente a él, muerto de la vergüenza aunque estuviesen a oscuras… Pero no podía negar que Yoh tenía sus formas de hacerlo sentir nervioso, ansioso y deseoso de que sucediera algo mas y fue así hasta que sintió que el mayor se volvía a levantar.
Una toalla mojada en agua tibia de repente se deslizo por su pecho, haciéndolo dar un respingo del susto y del choque térmico sobre su piel hipersensible, pero su esposo lo tranquilizo:
- No te preocupes, solo te estoy limpiando
- Te dije que una ducha es más rápida y práctica… Además ¿Cómo sabes donde limpiar?
- Yo sé lo que hago… Déjame hacerlo… Por favor
Oírlo pedirle de esa forma le hizo doblegar su instinto primario de huir de la escena para recomponerse de la vergüenza… Todo eso solo lo hacía ruborizarse más si era posible, pero verlo así tan ansioso de cuidarlo… Era imposible negarse y le permitió hacer lo que quería, y la toalla empezó a vagar por el pecho, abdomen e ingle… Pero no sintió la mano directa de su esposo tocar sus partes intimas, solo a través de la toalla que aparentemente solo buscaban limpiar cualquier rastro de su orgasmo sobre su piel, dándole especial cuidado sobre su pubis y pene, cuidando de no rozar la piel más delicada que había en esa zona, Shinobu solo sentía la intención de limpiar mas no la de intentar prolongar el acto indecente que había llevado a cabo, pero no se sentía ni llego a sentirse ni forzado ni arrepentido de lo que hizo con su esposo, pero comprendió que su esposo solo había querido hacerle sentir bien, que disfrutara algo junto a él, algo que los esposos y amantes podían disfrutar, pero no quiso ir más lejos, intuía que su esposo sabia que él no estaba listo para el otro paso, ambos sabían que habían llegado al límite esa noche… Bueno solo Shinobu había recibido placer… ¿Yoh estaría satisfecho con haber sido el proveedor pero sin recibir nada a cambio?, el joven se sintió tentado a preguntar por cómo estaba él, pero se distrajo cuando sintió las manos de Yoh acariciar sus pantorrillas y su voz suave murmurar:
- Quiero que levantes esta pierna… Voy a vestirte
- En serio Yoh-san… Yo puedo hacerlo… Me da algo de vergüenza que estés dispuesto incluso a vestirme como si fuera un bebe
- No te lo volveré a repetir… Hazme case Shinobu-chin
Esto último lo dijo con una voz más tensa, el chico tratando de mantener el equilibrio le obedeció y sintió una prenda deslizarse sobre su tobillo, y luego en el otro cuando levanto la otra pierna, y entonces supo que su esposo le estaba poniendo una nueva ropa interior… luego su esposo comenzó un lento ascenso por sus piernas con la prenda en sus manos, de paso perfilando lo torneadas que las tenía su joven esposo, el chico estaba tan ruborizado al sentir la forma sensual como su esposo parecía querer ponerle unos nuevos bóxers, superando incluso el pensamiento de que esperaba que Yoh no se hubiese equivocado y no se los hubiese puesto al revés, pero cuando llegaron a los glúteos, escucho como su esposo pedía perdón, y no supo a que se refería hasta sentir como las manos de él rodearon sus nalgas para halar la prenda que se ajustaba perfectamente a la curva de su trasero y luego deslizar con mas delicadeza la parte del frente, milagrosamente sin llegar a tocar su miembro ni sus testículos… Shinobu debía reconocer que de no ser que el podía corroborar que las luces estaban apagadas, Yoh era increíblemente habilidoso en las tinieblas, como si tuviera los ojos de un gato, el joven solo podía admirar eso de su esposo, y a la vez frustrarse de que el no diera ningún chance para que pudiese ver su rostro.
Al finalizar Yoh se incorporo, para luego decirle que estaba listo para dormir, pero el menor no parecía muy conforme:
- Uhm… Yoh-san… Yo duermo con pijama puesta
- Esta noche lo harás así… No pasara nada, no sentirás frio porque solo sentirás mi piel contra la tuya
- ¿Perdón?
- Esta noche quiero dormir en ropa interior… En verano duermo así y algunas noches duermo desnudo… Así que ya estas advertido.
El chico no podía creerlo, no sabía cómo enfrentar el hecho de que su esposo estaba insinuando de forma casi directa que habría intimidad de ahora en adelante, y que ya que había permitido ese contacto intimo, ya no podría negarse a dar los pasos restantes para ser amantes a plenitud, y tener una vida sexual activa como conyugues, el jovencito no quiso negarse, se sentía fatigado, cansado de todo lo que había sucedido, no tuvo energías para ir al vestidor para ir a ponerse el pijama y volver a la cama, así que suspirando se acostó en su lado bajo las sabanas… Y luego dar otro respingo al sentir a su esposo deslizarse a su lado y rodearlo con sus brazos para dormir “acurrucados”, y el joven se sintió algo consciente de esa cercanía, y la verdad es que no le molestaba, al contrario, lo hacía sentirse menos solo… Entonces la duda que le había asaltado antes invadió su mente y la curiosidad subsecuente le hizo preguntarle con algo de vergüenza:
- Yoh-san… ¿No te sientes insatisfecho?... Solo fui yo quien… Tu sabes
- No te preocupes, ya me encargue de eso también
- ¿En serio?... ¿Cómo?
- En el baño… Si no lo hacía… Habríamos alargado el momento intimo que tuvimos, y creo que aun tú no te sientes listo para ese paso… Sentí que fue tu primera vez haciendo estas cosas… ¿Me equivoco?
- … No… En realidad nunca me había gustado hacer eso… Es decir siempre pensé que no necesitaba vivir esas experiencias
- Es decir… También he sido el primero en oírte en esta situación… Espero no te ofendas pero a pesar de esta energía virginal que emanas… Tienes una voz tan sensual cuando te excitas que me pones de una forma…
- ¡YOH-SAN NO DIGAS ESAS COSAS!
Solo hizo que su esposo se riera de nuevo de sus reacciones, pero el que el dijera tan libremente cosas tan vergonzosas le ponían muy nervioso, pero se calmo cuando sintió a su esposo apretar el abrazo desde atrás y darle un beso en la mejilla:
- Está bien ya no te avergonzare… Pero lo que te dije es verdad… Solo que no habías encontrado a la persona que valoraría cada aspecto de ti.
- ¿Cómo podrías valorarlo si ni yo mismo había estado en situaciones como estas?
- Es que tu mente, tu corazón y tu cuerpo es tan transparente que puedo intuir tus reacciones a las situaciones, bueno la mayoría de ellas… Pero debo decir que lo que percibí de ti esta noche ha superado mis expectativas… Y el hecho que haya sido el primero y único que las ha disfrutado me entusiasma aun mas… Shinobu-chin, no quiero que le enseñes esta faceta tuya a nadie más.
Esto ultimo lo había dicho con seriedad, Shinobu sintió que era como una advertencia de que no le dejaría el camino al divorcio fácil, y el joven ya no se sentía tan seguro de llevar a cabo ese plan, ahora se sentía mas confundido, aunque no tan decidido a llevarle la contraria después de cómo el mayor lo había mimado esa noche, así que no quiso provocar una discusión a esas horas:
- No es necesario que digas esas cosas… No estoy interesado en mostrarme así ante alguien mas
- Yo se que no… Porque pronto estarás tan enamorado de mi que no concebirás tu vida lejos de mi
- ¡No te creas el centro del universo Miyagi!
- No del universo… Pero si de tu universo
- Ya deja de decir tonterías y durmamos… Estoy cansado.
- Muy bien… Pero… Shinobu-chin… ¿Sabes? Te he sentido muy solo últimamente, solo dedicado a tus estudios… Hace un tiempo quería preguntarte si quisieras salir de viaje a algún lugar, puedes ir a donde quisieras.
El chico lo pensó un poco, su esposo en verdad parecía muy intranquilo con el, preocupado de verlo tan solo… Parecía como si su bienestar le importara mucho… Y entonces quiso pedirle algo que había estado rondando en su cabeza hacia unos días:
- Yoh-san… No quiero viajar a ningún lado pero… Si quisiera pedirte algo muy especial para mí… Pensaba decírtelo en estos días pero bueno… No se si estarás de acuerdo
- Solo dímelo Shinobu-chin… Verte feliz me hace feliz a mí.
- Bien… Quisiera que mi madre viniera a visitarme a mi nuevo hogar… ¿Puedo invitarla?
Y eso absorbió cualquier sonido que había en la habitación, y Shinobu sintió que su esposo se puso tenso, y procedió a aligerar el tema:
- Sabes que me he acercado más a ella, mi madre me ha llamado a diario para saber cómo estoy, y pues… Pensé que sería un bonito detalle invitarla a que venga conocer mi hogar, y que vea que soy feliz aquí ¿No crees?
El silencio de su esposo le decía que no coincida mucho con esa petición, y Shinobu supo que aun Miyagi no terminaba de aceptar a su familia, y se disponía a soltarse del abrazo que su esposo había aflojado, no había querido iniciar una discusión antes pero ahora se sentía molesto, sin embargo cuando estaba separándose de él, el mayor se aferro al joven que le susurro:
- Tengo un mal presentimiento de que traigas a tu madre… ¿Por qué no la visitas tu?
- No quiero encontrarme con mi padre ni con Risako que seguro no se le separa de su lado…
- ¿Entonces porque no la invitas a tomar un café o almorzar en un restaurante?
- Es que… Quiero algo especial para ella, quiero ser anfitrión en mi casa, planear que se va a preparar, decorar la sala… Preparar algo especial pues es mi madre… ¿No puedo hacerlo?
- Es que seguramente traerá a más personas a su lado, y sabes que me refiero a tu hermana… Y no quiero que ella venga a mi casa, no después del problema que causo con mi familia.
- ¡Solo invitare a mi mama!... Yo tampoco quiero que Risako venga, nunca me he sentido a gusto a su lado así que no tengo porque invitarla, pero a mi mama si quiero verla… Por favor Yoh-san…
El mayor después de un silencio, lanzo un profundo suspiro y luego le dio un beso en la corona de su cabeza aspirando el aroma de sus cabellos:
- Shinobu-chin… está bien… Pero… Ten cuidado, aun la política de privacidad es muy importante, así que tienes que tener mucho cuidado con la información que des… No puedo negarme a tu petición, y confiare en ti, pero… Solo ten cuidado.
- Yoh-san… No se trata de una chismosa, y ya lo habíamos hablado antes… Quiero que le des la oportunidad para mostrar que es una persona de confianza… Ha cometido errores pero es mi mamá y se ha portado muy bien conmigo…
- Está bien… No quiero discutir contigo… Puedes invitarla… Pero… Siempre me deberás informar antes si la vas a invitar… Para poder venir con tranquilidad cuando ella se haya ido… Además no debes mencionarle los detalles de nuestra intimidad… Y sabes a lo que me refiero ¿Está bien?
- No tienes que darme todas esas indicaciones, solo hablaremos de nosotros pero no hablaremos de ti ni de la familia Miyagi… Sé que eso está estipulado y causaría problemas en la familia… Prometo no causar ninguno.
- Bien pequeño… Confiare en ti
Y entonces Shinobu se volteo para abrazarlo y susurrarle un “Gracias” para darle un suave beso en los labios después de tantear en donde darlo, para luego acurrucarse en su pecho para empezar a dormir con tranquilidad… Aunque en alguna parte de su mente algo le decía que su esposo no estaba 100% de acuerdo con esa petición… Pero había cedido… ¿Podría eso significar algo?... Pues debería ser así, porque eso le decía que Yoh estaría pendiente de lo resultante de la visita, confiaba en que eso no implicara un monitoreo furtivo, pero desecho ese pensamiento para solo murmurar un “Buenas noches” y acurrucarse en el ancho pecho desnudo de ese hombre, confortándose con esa inédita sensación de sentir una piel desnuda contra la suya, un calor ajeno abrigándolo o la sensación de un largo brazo cruzando protectoramente su espalda, y eso iba relajándolo aun si fuera la primera vez que dormía con alguien de esa forma, a la vez que era mecido por el vaivén de la respiración de su esposo y pronto su mente se desvanecía en ese mundo pacifico que es el umbral del país de los sueños, y cuando estaba seguro de que estaba a punto de quedarse dormido, un susurro resonó en su inconsciente… “Buenas noches Shinobu-chin”… Y el más ligerísimo trazo de una sonrisa se instalo en sus labios.