Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Probador por Fullbuster

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sabaku no Temari


 


Ese día me desperté con una sensación horrible, era un día tormentoso y aunque no llovía… estaba tan nublado que suponía que en cualquier momento caería un buen chaparrón. Como bien nos informó Sasuke, hoy era día de elecciones municipales, seguramente si tuvieran que atacar con esas armas químicas robadas, sería hoy y eso no me gustaba.


En cuanto me informaron que Konan había desaparecido me puse manos a la obra a trabajar. Se suponía que yo era la responsable de su seguridad y de su vigilancia. Fue mi trabajo juntarme con ella, hacerme su amiga y tratar de investigarla a fondo por si tenía algo que ver. No había encontrado nada en ella, aunque sí en su hermano Nagato. Su hermano tenía antecedentes penales ya desde que tenía pañales prácticamente, exagerando un poco…


Fue un chico conflictivo desde siempre y en esa amistad que había conseguido con Konan… ella me había contado algunas cosas sobre su hermano. Estaba preocupada por él y por eso siempre le ayudaba trabajando en el bar por las noches, para tenerlo más controlado. Había estado haciendo un buen trabajo, había reunido la información y la tenía archivada, sabía todo lo que Konan sentía y temía.


Konan era una bellísima persona pero que últimamente dudaba de sus sentimientos por Itachi. Ella nunca había dudado, le amaba y le había ayudado en todo lo que había podido incluso sacándolo de su casa, pero siempre sospechó que Itachi sentía algo mucho más fuerte por otra persona antes que por ella. Estaban bien pero sólo eso… estaban a gusto viviendo juntos pero no era amor. Konan lo había pasado mal sabiendo que era muy difícil que Itachi se fijase en ella como algo más que una gran amiga, pero quería intentar tener una relación con él y había soportado muchas cosas.


Hace unos meses llegó al pueblo un chico nuevo, un antiguo amigo de su hermano, Yahiko. Supongo que los dos se hicieron buenos amigos y Konan era una mujer atractiva, así que Yahiko había estado lanzándole los tejos, había intentado seducirla y ella cada vez dudaba más entre Itachi y Yahiko.


Poco sabía yo acerca de Itachi y es que Sasuke aunque era su hermano… nunca hablaba de él. Quizá sólo Naruto sabía exactamente lo que ocurría entre esos dos, el motivo por el que se enfadaron, el motivo para que Sasuke se hiciera un tatuaje por su hermano pero luego no volviera a hablarle en años. Algo había pasado entre esos hermano y era algo grande para dejar de hablarse como lo hicieron.


Sasuke era nuestro sargento y yo no pensaba jamás en decirle nada, él era mayorcito para saber lo que hacía, para afrontar sus problemas y para mí siempre sería un buen sargento. Nos trataba bien, se preocupaba por su equipo y con eso bastaba. Era un gran chico y todos estaríamos aquí para apoyarle cuando lo necesitase igual que él nos apoyaba a nosotros cuando habíamos tenido problemas.


Mi gran problema era Shikamaru. Él siempre fue uno de mis vecinos pero jamás tuvo ojos para mí, el resto de chicas le perseguía y más cuando se hizo militar. Decidí entrar al cuerpo para seguirle, quería ser como él y estar más cerca, supongo que tampoco se percató de mí. Shikamaru había estado vigilando el instituto donde trabajaba Itachi y yo muchas veces pasaba por allí para ver si necesitaba algo, pero no, él siempre era ese genio que tenía todos sus planes bien estructurados.


Al menos en todos estos años trabajando juntos había conseguido que se fijase en mí aunque nos llevábamos como el perro y el gato. Creo que me enfadaba tanto con él por la simple razón de que jamás se daba cuenta que estaba aquí y a él simplemente le gustaba discutir conmigo sobre estrategias. No reconocería jamás que yo también era una buena estratega, eso estaba por encima de su orgullo, pero creo que lo sabía, por eso siempre me pedía a mí jugar al ajedrez con él y no a los demás.


Cogí el teléfono y llamé a Konan. No me lo cogió y supongo que tenía razón Sasuke, algo estaba ocurriendo. Intenté localizar a Shikamaru pero al no conseguirlo me metí al ordenador con rapidez y traté de encontrar a Konan por mi cuenta. Le había puesto un rastreador encima y es que yo hacía cualquier cosa con tal de tener a todos vigilados. No podía permitir que ocurriera nada malo.


La señal venía de una empresa abandonada del pueblo y cogí las llaves para ir directamente a buscarla. Cargué el arma en el coche y la metí en la guantera saliendo hacia allí. Ya estaba de camino cuando vi como Shikamaru se metía en medio de mi camino tosiendo con desesperación. El frenazo que le di a mi cuatro por cuatro fue impresionante, el susto que me había dado al salir de golpe y hacerme frenar para no atropellarlo.


- Abre la puerta – me gritó y quité el seguro dejándole entrar de copiloto.


Sentí ese olor a pimienta y piña tan característico del gas cloro, me había tocado estudiarlo en la clase de química avanzada que había cogido en el ejército como una optativa, me gustaba aprender cosas que la gente no le daba gran importancia. Saqué una botella de agua que llevaba detrás y se la di a Shikamaru quien enseguida empezó a beber como un loco y a tirársela por encima mojando mi coche. No me importó mientras él estuviera bien.


- Ciérralo todo – me comentó pero yo ya había cerrado hasta las entradas de aire del vehículo. Había estudiado el gas cloro.


- ¿Se puede saber qué hacías ahí fuera con ese gas mortal?


- Buscar a gente. Los he dejado en la piscina comunitaria encerrados en el edificio. Allí deberían estar a salvo. Salí a buscar a más gente y menos mal que pasabas por aquí. Ya no aguantaba más.


- Eres un maldito temerario ¿Cómo se te ocurre salir así? ¿Es que quieres matarme del susto? – le pregunté preocupada y gritándole.


- ¿Estabas preocupada por mí? – me preguntó sonriendo y yo me sonrojé.


- No seas idiota – le dije golpeándole en la cabeza con suavidad – era una preocupación por si echabas la misión a perder.


- Ya… ¿Y dónde ibas tú con el coche?


- A buscar a Konan. Sasuke y Naruto me dijeron que la encontrase, que podría estar en peligro. La he localizado en una fábrica no muy lejos de aquí.


- Pues vayamos entonces a por ella – me dijo sonriendo.


Cuando fui a arrancar Shikamaru me dijo que le dejase conducir a él mejor y aquello si fue toda una obra de ingeniería para poder dejarle el volante y es que no podíamos salir del coche y exponernos al veneno. Me tocó levantarme como pude y pasar por encima del cuerpo de Shikamaru para cambiarnos las posiciones. En parte me gustó rozar mi cuerpo con el suyo y cuando llegué al asiento del copiloto preferí mirar por la ventana al suponer que tenía que estar roja como un tomate. Eso sería posiblemente lo más cerca que podría estar del cuerpo de Shikamaru en mi vida.


Shikamaru condujo hasta la fábrica abandonada y bajamos del coche empapando unos trapos con abundante agua y colocándolo en la nariz y boca para evitar que nos entrara una gran cantidad de aquel gas. Por suerte el edificio estaba abierto y entramos con rapidez cerrando tras nosotros la puerta. Era una puerta de seguridad, algo extraño para una fábrica abandonada como esta pero supuse que no habrían podido llevársela los ladrones que desmantelasen todo el lugar o incluso… prefirieron dejarla por no tener que cargarla o porque pensasen que no sacarían una gran cuantía por ella.


Avanzamos por la empresa hasta llegar a una gran sala llena de maquinaria industrial, allí estaban la gente hablando o casi gritando sobre qué hacer en esta situación. Sin demora seguí a Shikamaru que ya había entrado y miró directamente a Konan que estaba allí para preguntarle si todos estaban bien. Nos aclaró que sí y me dediqué a hacer un recuento de cuántas personas había en el lugar, demasiadas para sacarlas.


- Habrá que esperar a que esto cese – le dije a Shikamaru.


- Si es que se detienen – me dijo.


- Neji y Suigetsu se estaban ocupando del asunto. Seguro que lo arreglan.


Ayudamos a la gente y una vez todos estuvieron perfectamente sentados, en orden y sin armar jaleo, cogí a Konan y me la llevé a parte. Necesitaba muchas explicaciones sobre lo que estaba ocurriendo aquí. Ella me miró sorprendida y entendió todo.


- Eres del equipo de Sasuke – me dijo suspirando – debí imaginármelo.


- Sigo siendo tu amiga Konan – le dije – era nuestro trabajo investigar y averiguar qué estaba ocurriendo, entiéndenos… están utilizando armas químicas, mucha gente está muriendo y no podemos llegar a todos. Hay que pararlo cuanto antes o seguirá extendiéndose esta nube de gas cloro. Si sabes algo lo necesitamos.


- Están en la presa – me dijo – cuando salí por la noche para hablar con mi hermano me llevó a rastras hasta la presa y me encerró allí, dijo que estaría a salvo, que no era seguro el pueblo y empecé a imaginarme que ellos estaban detrás de todo lo que está pasando hoy.


- Intentaba alejarte del pueblo y de la nube de gas para protegerte.


- Sí.


- ¿Cómo escapaste de la presa?


- Yahiko, el amigo de mi hermano vino y me abrió la puerta. Me dijo que me escondiera en otro lugar, que me alejase pero no podía, quise venir a avisar a la gente del pueblo pero la nube llegó antes y sólo pude ocuparme de resguardar a las personas que ves aquí en esta fábrica.


- Hiciste bien trayéndolos aquí y has sido muy valiente volviendo al lugar donde iba a tener lugar el atentado – le dije sonriendo – deja que ahora nos ocupemos de esto.


- Por favor… no le hagáis daño a Yahiko, él no tiene nada que ver, ha ido a intentar detener a mi hermano.


- Tranquila, haremos todo lo que podamos para traerlo sano y salvo.


A Konan se le veía preocupada. Creo que era por todo, por ver cómo se estaba comportando su hermano, por saber que el chico por el que sentía mínimamente algo y que le había ayudado a escapar estaba allí tratando de detener todo esto, saber la cantidad de gente inocente que moriría por la ambición de un familiar suyo, era un cúmulo de cosas y se le veía afectada. Le di una botella de agua y traté de conseguir que se calmase, aunque en una situación así sabía de sobra que no lo lograría, era todo demasiado fuerte para asimilarlo de golpe.


Shikamaru me interceptó por el pasillo y cogió mi muñeca apartándome del resto de la gente arrinconándome contra una de las paredes y sé que me puse roja aunque traté de disimularlo pese a tenerlo tan cerca de mí.


- ¿Qué te ocurre? – me preguntó.


- Estoy trabajando – le dije – déjame que siga haciendo mi trabajo.


- No – me dijo reteniéndome – sé que te ocurre algo, siempre me llevas la contraria, siempre discutes conmigo y estoy un poco cansado de esta situación. ¿Te he hecho algo que te sentase mal?


- No – le comenté con seriedad y traté de irme cuando él se lanzó sobre mí besándome.


No podía creerme que Shikamaru me estuviera besando. Desde que era prácticamente una chiquilla me había fijado en él, le había deseado pero él jamás tuvo ojos para mí y ahora me estaba besando. No podía entender nada de lo que ocurría pero por otro lado mi cerebro sólo pensaba en que tenía que disfrutarlo, porque seguramente no volvería a repetirse. Cuando se separó de mí, abrí los ojos con lentitud y le miré sonrojada a más no poder antes de darle el bofetón de su vida.


- ¿Se puede saber qué te pasa? – me preguntó enfadado y sin entender nada.


- No lo vuelvas a hacer, yo no soy otra de tus juegos. He visto como te comportas con las mujeres y si piensas que yo soy igual te equivocas, valoro mucho mi trabajo.


- Te quiero – me dijo de golpe cuando me marchaba y me quedé paralizada – no quería decírtelo así pero visto como está la situación ahí fuera puede que sea mi última oportunidad. No quiero morir sin haberte dicho todo lo que siento. Desde hace mucho tiempo te he amado en secreto, las mujeres nunca me han importado hasta que tú te cruzaste en mi camino.


- Fui tu vecina durante años y no me viste jamás.


- Fallo mío, mis ojos no estaban atentos a lo que de verdad tenía en frente y lo lamento. Cuando apareciste en mi equipo, creí que serías otra chiquilla engreída que no sabía hacer nada, pero tienes una gran inteligencia y siempre me estás retando, eso me gusta mucho de ti, eres una chica fascinante, misteriosa y valiente, estás aquí y tienes un corazón increíble para ayudar a los demás. Te amo y quiero estar contigo, no necesito a nadie más que a ti – me aclaró y sonrojada como estaba en este momento, dejé que se acercase a mí y volviera a besarme, aunque esta vez sin bofetón de por medio y es que yo… también le amaba.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).