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El Probador por Fullbuster

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Itachi Uchiha

 

Ver a Naruto tan cerca de mi hermano no me había gustado nada. Estaba metiéndole mano y eso no podía permitirlo. Me habría gustado decir que era porque odiaba que tocasen a mi hermanito pero no era verdad, me engañaba a mí mismo, eran celos, no soportaba que nadie excepto yo le tocase, él era mío, todo su cuerpo era mío, su tatuaje lo demostraba.

 

En el coche no hablamos en absoluto. Sasuke se quedó mirando por la ventanilla y yo variaba mi mirada entre la carretera y la entrepierna de mi hermano. Aún estaba excitado, había sentido su miembro despertarse cuando me pegué a él besándole en ese pasillo, sentía algo por mí, le había gustado el beso aunque siguiera fingiendo que me odiaba. Seguía siendo mi hermanito, seguía queriéndome.

 

- ¿Tanto te gusta lo que ves? – me preguntó de golpe y yo detuve el vehículo frente a la puerta de casa, sabía que Konan no estaba en casa aún. Su coche no estaba aparcado.

 

- ¿Tan cachondo vas que hasta intentas provocar a tu hermano? – le pregunté.

 

- Hace seis años no te importaba mucho que fuéramos hermanos – me dijo sonriendo - ¿Aún quieres follarme? – me preguntó de forma sugerente mientras se quitaba el cinturón de seguridad del vehículo y se acercaba hacia mí.

 

- Déjate de tonterías Sasuke – le dije apartándole un poco de mí y tirándole contra el asiento de nuevo pero él sonreía - ¿De qué te ries?

 

- Has perdido los nervios dentro del bar, hasta me has besado, que patético, creí que ahora te gustaban las chicas – me dijo riéndose de mí.

 

- Me gustan las mujeres – le dije muy serio.

 

- Ya no te creo.

 

- Entonces te demostraré que no siento nada por ti Sasuke – le dije quitándome esta vez yo el cinturón de seguridad y acercándome a él atrapando sus labios entre los míos.

 

Sasuke se dejó, de hecho… me metió la lengua con fuerza y me excitó su beso. El condenado seguía teniendo esos labios que me volvían loco, esa forma de seducirme. Antes era el chico dulce e inocente que me excitaba, ese chico al que le quité su virginidad y con el que disfrutaba controlándole a mi antojo, llevándole a mis juegos, pero ahora todo había cambiado, tenía ante mi un Sasuke muy controlador, ya no era ese chico dulce y tierno, era borde, con carácter, frío y altanero, pero me excitaba aún más cuando se resistía a mí, cuando él era quien controlaba el juego como ahora, era él quien estaba metiéndome la lengua haciéndome disfrutar y jadeé levemente en su boca hasta que él sacó una sonrisa prepotente.

 

- Aún te excito, Itachi – me dijo y me di cuenta de que había perdido esta batalla, no podía demostrarle que me gustaban las mujeres porque no era cierto, le amaba a él.

 

- Sólo eres un crío del que ya no sé nada – le dije hiriéndole, vi su mueca de dolor ante mis palabras y me bajé del coche para entrar en casa.

 

- No soy un crío – escuché que bajaba él detrás de mí – yo ya no soy un crío, mírame bien Itachi – me gritó.

 

- Ya te he visto, sólo eres una zorra a la que le gusta restregarse con todo el mundo, si no llego a entrar en ese local ahora mismo estarías en la cama de Naruto. Ya no eres el chico que me gustaba hace años, has perdido tu inocencia, tu dulzura, sólo queda… esta furcia que se enrolla con cualquiera. Pues lo lamento mucho por ti Sasuke, pero yo no voy a ser tu juguete, tengo novia y la quiero, conmigo no vuelvas a intentar restregarte.

 

Sasuke se quedó paralizado ante mis palabras. Sé que me había pasado pero estaba enfadado, no con él, en realidad no pensaba todo eso de él, le quería y me habría gustado haberle follado allí mismo en el bar o el coche, me daba lo mismo, sólo quería que Sasuke volviera a ser solamente mío, pero él… había cambiado, creía que podía controlarme y yo era un Uchiha, a mí nadie me controlaba, ni siquiera mi hermano. Estaba muy enfadado conmigo mismo por haberme dejado embaucar por sus encantos, por su duro carácter que se había forjado, por su arrogancia, su seguridad en sí mismo, Sasuke se había vuelto mucho más atractivo ahora que se hacía el difícil pero a la vez… te dejaba jugar para engancharte, era un maldito cabrón que daba y quitaba a su antojo para tenerte comiendo de su mano. Le habían enseñado bien a manipular a la gente.

 

Entré en casa y una gran duda me asaltó de golpe ¿Qué sabía de mi hermano? Nada, esa era la respuesta, se había ido hace seis años, mi padre le amenazó con meterle en un campamento militar pero yo no sabía nada de él ¿Había estado en el ejército? Supuestamente él dijo que sí había estado pero… ¿Cuánto había estado? ¿Había salido? ¿Había ido a la Universidad? ¿Acabó su carrera de Derecho? ¿Qué sabía de él? Absolutamente nada, eran seis años de su vida en los que había perdido absolutamente todo el contacto y aún no me había contado nada.

 

Sasuke entró tras de mí viéndome allí paralizado pensando en todo esto. Pasó por mi lado para marcharse a su cuarto cuando lo detuve de la muñeca.

 

- ¿Estuviste en el ejército? – le pregunté ahora intentando satisfacer mi duda.

 

- Ya te dije que sí, un tiempo.

 

- ¿Cuánto?

 

- Unos meses – me dijo – luego me marché, no era para mí.

 

- ¿Y tus estudios Sasuke? – le pregunté.

 

- ¿Ahora te interesa mi vida? Suéltame Itachi, yo no tengo nada que contarte.

 

Quería hablar con él seriamente pero Konan entraba en ese momento por la puerta y Sasuke con un brusco movimiento se soltó de mí. Konan se había quedado en la puerta también sin saber muy bien que es lo que ocurría.

 

- ¿Ocurre algo? – preguntó.

 

- Nada, Sasuke se había marchado a un bar y me ha tocado ir a buscarle.

 

- Cómo ya te he dicho Itachi, tengo veinticuatro años, soy mayorcito para irme a un bar solo y tomarme una cerveza.

 

- Hay reglas en esta casa Sasuke y tienes que cumplirlas.

 

- Menos mal que no me quedaré mucho tiempo – me dijo marchándose hacia su cuarto.

 

- ¿Estás bien? – me preguntó Konan.

 

- Sí. Lo siento es que… a veces mi hermano me pone de los nervios. Está incontrolable.

 

- Es joven.

 

- ¿Qué tal te ha ido con tu familia?

 

- Bien, todo perfecto. ¿Vamos a dormir?

 

- Yo tengo una idea mucho mejor – le dije sonriendo atrapando sus labios con furia pero al despegarme de ellos por unos segundos no vi a Konan, veía el rostro de mi hermano y volví a atraparlos con mayor intensidad.

 

Pasé mis manos por su cintura apretándola contra mí mientras seguía besándola. Tenía un gran problema, seguía viendo a Sasuke, seguía pensando en mi hermano y cuanto más pensaba en él más me excitaba, más ansioso me volvía por penetrarle y hacerle mío como antaño.

 

Enrollé sus piernas a mi cintura y la subí en brazos llevándola hasta nuestra habitación empotrándola contra la siguiente pared que tuve frente a mí mientras la puerta se cerraba. Escuchaba los gemidos y yo seguía pensando en mi hermano, me excitaba escucharle gemir por mí, verle cerrar sus ojos, sentir como se agarraba a mi cabello soltando mi coleta y gimiendo con fuerza pidiéndome que siguiera con lo que hacía. No podía dejar de besar sus labios, los deseaba, los anhelaba demasiado. Su lengua siempre juguetona me hacía ver el cielo, me hacía divertirme con él y con todo su cuerpo. Pensaba en el tatuaje que debía estar pegado contra la pared, él era mío, se marcó con un sello particular mío, el cuervo y el número que siempre estuvo impreso en mi camiseta.

 

Quizá la gente lo entendía como un gran cariño o amistad entre hermanos, pero no, nosotros dos sabíamos lo que significaba, él se entregó por completo a mí, me había regalado todo de él, su primera vez, su primer beso, su cuerpo, ese tatuaje, me lo dio absolutamente todo.

 

Sé que estaba siendo un poco bruto pero no podía evitarlo, el cuerpo de Sasuke me volvía loco, su voz pidiéndome que le penetrase, que le besase, pidiéndome más y llamándome de forma seductora. Le había echado tanto de menos.

 

Bajé aquel pantalón rasgándolo por completo y tirándolo al suelo colocándome entre sus piernas jadeando de la emoción. Quería hacerle mío, quería que volviera a ser mío y sabía que él también quería volver a sentirme dentro, no me había olvidado. No podía dejar de gemir por la emoción de lo que iba a hacer. Le preparé todo lo que pude mientras mordía su cuello con fuerza, mientras le besaba con pasión atrapando sus labios una y otra vez tragándome sus gemidos, ni siquiera le daba tiempo a hablar y es que me daba igual lo que tuviera que decir, sólo quería escuchar sus gritos de placer, cómo disfrutaba conmigo.

 

Cogí mi miembro con mi mano derecha y lo conduje a su entrada penetrándole de golpe, entrando hasta el fondo escuchando sus gritos de lujuria como una bella melodía. Me sentía lleno, podía notar como mi miembro se hacía cada vez más grande, cómo cogía más grosor por la excitación de estar dentro de mi hermano y me moví, me moví con rapidez y con fuerza escuchando como su espalda golpeaba contra la pared, como gemía y se agarraba a mí pidiéndome más.

 

Gemí como un maldito loco, adoraba a mi hermano, me hacía sentir completo, él era todo lo que yo deseaba y estos años sin él habían sido un tormento, ahora lo tenía de nuevo. Bajo ese pensamiento me corrí como nunca antes, solté todo mi semen, más del que podía recordar en anteriores veces pero cuando abrí los ojos, no vi a Sasuke, veía a Konan con el cabello revuelto, sofocada y acolorada por mi actuación y salí de ella de golpe viendo como el semen resbalaba por sus piernas saliendo de ella con lentitud.

 

Nos sentamos en la cama y estaba un poco decepcionado, yo quería hacerle todo esto a Sasuke, pero sabía que él ya no me veía de la misma forma, supongo que había sido bonito pensar que podía haber sido él en lugar de Konan. Yo jamás había sido así de salvaje con ella, sólo con mi hermano me salía esta desesperación por hacerle mío fuera como fuera.

 

- ¿Qué te ha ocurrido hoy? – me preguntó Konan con una sonrisilla – estabas más fogoso que de costumbre. Creo que te sienta bien discutir con tu hermano.

 

- Si, eso parece – le dije fingiendo que había pensado en ella cuando había estado follándome a mi hermano mentalmente.

 

- Me ha gustado, jamás te había visto así – me dijo intentando aún recuperar la respiración.

 

- Ya… Voy a ducharme antes de acostarme.

 

- De acuerdo. Te espero.

 

- No tranquila, duérmete, estarás cansada. No tardaré en volver.

 

- De acuerdo.

 

Salí al pasillo cerrando la puerta y cuando iba hacia el baño me di cuenta de que la puerta de la habitación de Sasuke estaba entreabierta. Me asomé pero no vi a nadie así que me dirigí al baño, seguramente él habría salido a por un vaso de agua o yo que sé. Cuando entré en el baño me di cuenta de que la luz estaba encendida y escuchaba los gemidos de Sasuke que ahora se detenían mirándome sobresaltado. Se estaba masturbando frente a mí.

 

- ¿Qué haces? – me preguntó rojo como un tomate – sal de aquí, ¿Es que no hay intimidad en esta casa?

 

- Sigue haciendo eso Sasuke – le dije mirándole mientras cerraba la puerta tras de mí y ponía el cerrojo, Sasuke jamás ponía cerrojos.

 

- No cierres – me dijo gritando por el miedo que tenía a la claustrofobia. Siempre la había tenido.

 

- Estoy aquí Sasuke, no te pasará nada. Sigue.

 

- No pienso hacer nada estando tú aquí – me dijo enfadado.

 

- Entonces yo lo haré por ti – le dije acercándome a él y cogiendo su miembro mientras acercaba mi pecho a su espalda. Él intentó quitar mi mano de su miembro pero acabó gimiendo y dejándome cogerlo por completo para masajearlo.

 

 


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