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Dream of love por Mizuki_sama

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Capítulo 7

La fiesta era, como poco, común entre ellos, y estaba en los momentos en que los caballeros se reunían en el salón de juegos mientras las damas conversaban no muy lejos de ellos.

 —¡Demonios, volviste a ganarme! —el duque de Wesells se levantó de la mesa de juego y arrojó los naipes por la habitación. Volaron sobre el elegante mobiliario y llegaron hasta el sofá tapizado de damasco.

Su compañero se reclinó sobre el respaldo de la silla y se río.

—Te conviertes en un mal perdedor, mi amigo— contesto Phantomhive.

—Es la tercera noche que me ganas todos los juegos.

—Ya conoces el refrán, ¿verdad? —Preguntó el Capitán Carrington— desafortunado en el juego, afortunado en el amor— “y viceversa, supongo”  dijeron sus ojos mientras miraba al conde sonreír.

El conde lo miró, cruzó el salón y salió por las ventanas francesas que se abrían hacia el jardín. Permaneció inmóvil mientras el aire fresco y dulce de la noche azotaba su rostro. Unas horas antes, una profusión de luces alumbraba los macizos de flores, el estanque con lirios acuáticos y las veredas que conducían hacia el lago artificial. Pero las velas se habían consumido y sólo unas cuantas linternas chinas que se agitaban al viento, eran testigos, de que el jardín había sido un lugar festivo y alegre.

Sospechaba, no, sabía que había insinuado Carrington con lo dicho, los rumores, bromas veladas, la burla que a veces se insinuaba no era nada comparado con lo que sabía que se había insinuado…

“basta”

Quizás no importara mucho, pero… en realidad le molestaba y sabía que a su amigo también, que existieran esos asquerosos rumores con respecto a ellos.

Eran horribles…

Cerró los ojos recordando

Flash Back

Se apresuraba por el corredor y entró en el dormitorio del baron Diedrich , quien se quitaba la chaqueta y se volvió hacia él sorprendido.

—¡Hola, Vincent! —exclamó—. Pensé que te habías acostado.

El conde cerró la puerta.

—¿Y tu ayuda de cámara? —preguntó receloso y con voz muy baja, Diedrich respondió un tanto sorprendido.

—Le dije que se acostara temprano. Ya es viejo. Sirvió a mi padre antes que a mí y me parece desconsiderado tenerlo de pie toda la noche.

—No me interesan las razones de que esté o no esté aquí tu ayuda de cámara —replicó irritado el conde—. Diedrich, tengo que irme de aquí.

—¿Qué quieres decir? —preguntó su amigo asombrado.

—Lo que dije —respondió el conde mientras colocaba la vela sobre la mesa—. De lo contrario, estoy atrapado.

—¿De qué diablos hablas? —preguntó su amigo.

El duque se sentó en la orilla de la cama.

—Cuando entré en mi dormitorio hace un momento, ¿qué crees que había allí?

—Supongo que el viejo Hardy o cualquier otro ayuda de cámara que te atienda ahora. ¿Qué esperabas encontrar?

El conde respiró profundo.

—Hardy no estaba ahí —dijo con lentitud—. La habitación estaba a oscuras, pero a la luz de la vela alcancé a ver quién estaba en mi cama.

—¡Santo Dios! —exclamó el otro—. ¿Quién estaba en tu cama?

—Creo, aunque no podría estar del todo seguro, como comprenderás —explicó el conde— que era esa rubia con la que bailé al principio de la velada y después de la cena.

—Es Rachel...  —le informó Diedrich—. No es fea, de hecho es muy hermosa pero su madre, como casamentera, es casi un dragón. Freddy Mellington me contó que la temporada pasada andaba detrás de él y que le costó un trabajo terrible zafarse. Hasta llegó a jurar que se iría de Londres.

—Bien, parece que ahora yo soy quien ocupa el lugar de Mellington.

—Es una situación difícil y endiablada —comentó su amigo, aunque parecía algo tenso.

—Ya te lo dije, me voy —afirmó el conde decidido—. ¡Ahora mismo!

—¡Santo cielo! ¿Crees que es lo mejor?

—Tendrías cerebro de pájaro si no puedes darte cuenta de las consecuencias si me quedo —respondió el conde—. Podría apostar a que su madre atisba en el pasillo en espera de que yo entre y permanezca en la habitación. ¡Entonces entrará y armará un drama digno del mejor de los teatros!

—¡Buen Dios, jamás pensé en eso! —admitió el barón entonces.

—Pero yo sí —gruñó Vincent—. Y no soy tan tonto para no darme cuenta de que en tales circunstancias, lo único decente que podría hacer era solicitar la mano de la joven.

—No regreses —sugirió su amigo—. Pasa aquí la noche.

Y aunque tenía muchas cosas en contra de aquella propuesta, no había podido evitar, al mirarse en sus ojos… aceptar, ¿Qué mal podía hacer? Se había dicho, aunque sabía que el mal podía ser grande, Diedrich no lo deseaba ni pensaba en él de esa manera, pero quería estar cerca de él… por una vez.

Y se había quedado en su habitación aquella noche.

Fin del flash back

Por supuesto, las cosas no habían salido bien, al día siguiente la hermosa joven seguía en su habitación y él había amanecido en la habitación de un amigo cercano.

La insinuación de lady Durless había sido terrible aquel día, y él, que en realidad no quería mal a Diedrich había aceptado casarse con su hermosa hija.

“si al menos hubiese dormido contigo esa noche…” se sorprendió a si mismo pensando tonterías y dio media vuelta… solo para escuchar un anuncio…

-su señoría, el barón Diedrich – Tanaka cerraba la puerta dando pasó a un hombre peligroso… tuvo la extraña seguridad de que algo se gestaba y no saber que lo preocupo.

El barón avanzo con pasó seguro mientras el conde se apercibía a recibirlo.

-Diedrich –saludo alegre abrazándolo un poco y luego alejándose, sintiendo los cuchicheos a su alrededor “hablen, no podrán hacerlo nunca en voz alta” su amigo le dirigio una mirada de advertencia, como diciéndole que cuidara las maneras al mismo que correspondia tenso su abrazo- no sabía que vendrías ¿Qué te trae aquí?

-¿es muy vulgar decir que son los negocios? – contesto a su vez su amigo mirándole al tiempo que se sentaban cerca, Vincent sonrio un poco mientras Diecrich se preguntaba el riesgo de decir que había sido un marques el que lo había traído a esas tierras con una amenaza velada.

“he escuchado del conde Phantomhive, le sorprendería saber que hay algo más, supongo”

Notas finales:

Puede parecer no conectado, pero... a pesar de todo, ¿para que se ha traído a Diedirch? ¿Quién es el misterioso marques?


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