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El único en mi vida (PAUSADO) En proceso de edición por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo: Aquí esta el capítulo, espero que les guste.

P.D. Goku siempre trata tan bien a Veggie, ya quisiera que mi novio me hablara así. Vegeta suertudote -_-'
Pesadilla vuelta realidad (parte 1)
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Ambos se quedaron así durante mucho tiempo, en silencio, sólo escuchando el latir de sus corazones. Se escuchaban al mismo ritmo, como si estuvieran en sincronía, como si fueran uno solo. Tal vez, porque sabían que eran tal para cual. El corazón de Goku latía por Vegeta, y el corazón de Vegeta latía por Goku. Sabían que el otro era con quien pasarían el resto de la vida diciéndole "te amo".

_Te amo, Vegeta..._dijo tímidamente.

_Lo sé, Kakaroto, lo sé. Yo también te amo_dijo serio, aunque tenía un leve rubor en las mejillas, pero el otro no pudo verlo.

_¿Te cuento algo, Vegeta? En el palacio de Kamisama, existe una habitación en la que en un día, adentro transcurre un año.

_¿De verdad, Kakaroto?_preguntó un poco curioso. En realidad eso no le llamaba tanto la atención, después de todo, cualquier cosa buena siempre tiene un "pero".

_¿Te confieso una cosita y no te enojas?_preguntó con timidez y un notable tono carmesí en gran parte de su rostro.

_¿Qué cosa?_preguntó mientras se incorporaba un poco y lo veía frente a frente, clavando su mirada en sus ojos brillantes de color negro.

_Me gustaría entrar a la habitación del tiempo, contigo a mi lado, para poder amarte en un día todo lo que te amo en un año.

Sonrojado hasta las orejas, el príncipe desvió la mirada, pero después volvió a verlo y se acercó a su rostro, posó sus labios sobre los suyos y le dio un dulce beso. Esos labios, juntos formaban una unión perfecta. Sus bocas tan cerca, como arena y agua, como mar y espuma, como el cielo y la luna, como el firmamento que parece infinito, como el sol que araña todo lo que hay en el desierto, como su sombra que va a donde quieren... Encajaban perfectamente, como si piezas de rompecabezas se trataran. Era algo perfecto. Eran la pareja perfecta. Vegeta era un príncipe orgulloso, pero dejaba su actitud de lado cuando estaba así de cerca con ese joven que se robo su corazón. Sólo con él podía comportarse de una manera... no tan amargada y gruñona. Sólo él sabía cómo hacerlo reír, sólo él sabía cómo hacerlo sonrojar, sólo él sabía cómo hacerlo sentir bien. ¿Qué más podía desear, teniendolo a su lado? Nada. Absolutamente nada existía en este universo que quisiera más, ese chico era lo único que le importaba. …l era, el único en su vida, el único amor, el único con el que quería compartir su vida, él único al cual amaría por siempre, al único que defendería a tal grado de dar la vida por él.

El hambre interrumpió ese momento especial. Tuvieron que separarse, pero ambos conservaban una pequeña sonrisita.

_Vegeta, iré a pescar, y después te prepararé algo delicioso_dijo mientras lo colocaba a un lado suyo para poder levantarse de la cama.

_Haz lo que quieras, Kakaroto_dijo y su estómago gruñó, así que volteó hacia el otro lado.

_Dentro de poco vuelvo_dijo y salió, sabía que esa era la actitud que siempre tendría, pero eso le encantaba de él.

Caminó hasta llegar a aquel río de agua cristalina, se desvistió y se zambulló en el agua. A los pocos segundos sacó dos peces gigantes. Se volvió a vestir y los cargó en sus hombros, y luego caminó para ir a su casa. Se detuvo al ver a lo lejos, a su lado izquierdo, un arbusto con rosas rojas. Dejó los peces ahí en el suelo, y caminó hacia donde estaban las flores. Cortó varias rosas, se espinó varias veces, pero no le importó. Vio que, al adentrarse en ese pequeño bosque, había un lago, rodeado de árboles, plantas, rosales, y también plantas con otro tipo de flores, como claveles, cristantemos, hortensias, lirios, orquídeas... Un sin fin de flores hermosas. En una vista aérea, ese lago tendría forma de corazón, pero el pelinegro no se percató de ello.

_"Estoy seguro que a Vegeta le gustarán mucho estas flores"_pensaba mientras tomaba varias y las juntaba, de modo que formaran un lindo ramo_"Tal vez pueda traerlo aquí más tarde, en la noche las luciérnagas vuelan en estos bosques, tal vez podríamos venir a nadar un rato, o simplemente dormir aquí en el suelo. Las aguas emiten un poco de calor, están tibias, deben ser esas aguas termales de las que habló la maestra. Creo que sería un bonito lugar para tener una cita, después de todo, debo regresarle el favor a Vegeta".

Volvió a donde estaban aquellos pescados que se convertirían en sus alimentos, los volvió a cargar y siguió su rumbo. Caminó a paso lento, no es que no quisiera llegar, pero quería pensar qué cosas dulces le podría decir.

_"Vegeta, yo te amo mucho, quisiera estar contigo siempre, al igual que como el sol siempre está allá arriba para iluminarnos... ¡No eso no! Debo pensar en algo mejor... Vegeta, tu amor me hace feliz, me hace sentir una alegría indescriptible, me hace suspirar, me hace soñar despierto, y cuando realmente estoy dormido, sueño con pasar contigo el resto de mi vida... ¡No, eso tampoco! …l se merece algo mejor... Bueno, tal vez cuando esté frente a él, las palabras lleguen solas"_pensaba con una sonrisa.

Su amor por él era como el universo: infinito. Era como las semillas del ermitaño: curarían cualquier herida que tuviera. Era como lo único que permite subirse arriba de la nube voladora: su amor era puro y sincero. El brillo que veía en sus ojos era como un Taiyoken: lo cegaron desde la primera vez que lo vio. Su amor era como un Kame Hame Ha: tan poderoso que destruiría cualquier obstáculo. Un kienzan sería inútil: porque su lazo era irrompible. Sin él, estaría incompleto. Lo amaba como nunca antes había amado a nadie.

Llegó a su hogar, dejó lo que había atrapado a unos metros de distancia. Encendió una fogata, atravesó los peces con unas ramas, y los colocó al fuego. Como tardarían unos minutos, se dirigió a su casa, para poder darle aquellas hermosas flores a su amado. Abrió la puerta y entró. Palideció por completo a ver una dolorosa imagen. Vegeta estaba recostado en su cama, y un sujeto de cabellos verdes, piel verde claro, ojos de un color amarillo-café, apuesto y alto estaba recostado encima de él, besándolo.

El de cabellos alborotados se sintió traicionado, porque incluso cuando llegó no notaron su presencia y seguían en lo suyo. Su cuerpo estaba inmóvil, su alma se sentía vacía, su corazón se despedazaba lentamente, haciendo aún mayor su sufrimiento. De sus ojos caían pequeñas lágrimas. Soltó aquel ramo de flores, y éste cayó al suelo.

_¿Cómo pudiste haberme hecho esto, Vegeta?_dijo en susurro.

Los dos escucharon eso, así que el peliverde soltó un poco de su agarre para ver a aquel que había hablado. Lo vio y sonrió con cinismo, ya se imaginaba la relación que tenía con el príncipe de los saiyajin. Pudo ver como ese joven alto, se iba rápidamente y emprendía vuelo a quién sabe donde. Vegeta, al ver al de piel verde distraído, lo empujó y salió corriendo para poder alcanzarlo y explicarle el malentendido. Iba a comenzar a volar, pero aquel sujeto que era más alto que él lo sujetó con fuerza del pie, evitando que se fuera.

Goku, por su parte, volaba sin rumbo. No sabía a dónde ir, estaba aturdido, confundido, triste, se sentía vacío, traicionado... El chico que más amaba lo había engañado en su propia casa. En su mente aparecían todas las palabras que le había dicho ese saiyajin orgulloso, tales como "insecto", "Kakaroto", "idiota", "cabeza hueca"... …l creía que se las dijo por una simple razón: no lo quiere, y nunca lo quiso. Se sentía devastado. Pudo ver que abajo de él estaba ese edificio en el que charlaban, probablemente ya le había dado la vuelta al mundo, aterrizó ahí y se sentó en ese techo, se abrazó a sus piernas. Ese príncipe era una razón más que tenía que lo motivaba a entrenar. Salvar la Tierra, proteger a todos sus seres queridos, esas eran sus razones por las cuales entrenó tan duro. Defender a su pareja de aquel sujeto que se atrevió a lastimarlo era otro objetivo que tenía. Pero ahora... ahora él estaba con alguien más, ahora él no lo necesitaba, ahora él no lo quería, ahora él no lo amaba...

_"Vegeta... ¿cómo pudiste hacerme esto? yo realmente te amo, te confesé mis sentimientos, idealicé mi vida junto a ti, estoy seguro que tu eras el amor de mi vida... ¿por qué me traicionaste? Los momentos que pasé contigo fueron los mejores. ¿Por qué me dijiste que me amabas si no era verdad? Me alegré mucho al saber que podrías tener un hijo mío, pero por lo que acabo de ver, no querías decírmelo porque querías un hijo con alguien más. Me duele que te atrevieras a engañarme, nunca te creí capaz de hacer esto. Jamás me había hecho sentir mal tus palabras, tu silencio, tu indiferencia... Pero ahora... ahora me hace sentir horrible. ¡Tenías razón! ¡Soy un idiota! Soy un idiota por no haberme dado cuenta de que no me querías, soy un idiota por creer que hablarme así es 'amor', soy un idiota por pensar que querrías estar con alguien como yo, soy un idiota... por enamorarme de ti..."_pensaba mientras esas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

Sintió el ki de Vegeta y ese sujeto muy juntos, se imaginó que podrían estar besándose como ellos lo hicieron en la escuela, o posiblemente hacer eso llamado "hacer el amor", que dijeron en la escuela que sólo se debía hacer con alguien con quien de verdad se esté seguro que siente amor. Sintió sus ki un poco elevados, pero no le tomó importancia, no pensaba que fuera algo grave, como una pelea o un combate, o tal vez un entrenamiento. No pudo soportar más que sus presencias estuvieran tan cerca, simplemente empezó a llorar con fuerza, desahogándose, intentando sacar todo ese dolor que llevaba dentro después de lo que pasó.

Luego de una media hora, se tranquilizó. Se quería quedar ahí arriba a dormir, o tal vez ir con el Maestro Roshi, o ir con Bulma. Estaba intentando buscar una alternativa, ellos dos seguían en la Montaña Paoz. De repente, sintió como el ki de Vegeta bajó a cero en tan sólo segundos.

_VEGETA..._gritó preocupado.

Tal vez lo traicionó, pero eso no evitaba que aún lo amara y se preocupara por él. Quizás ya no podrían estar juntos, pero aún querría que el otro fuera feliz y se encontrara bien. Salió volando de regreso a su hogar, para saber qué le había ocurrido a ese joven que amaba.
Notas finales: Pobre Goku, Vegeta estaba besándose con alguien más...
¿Qué le habrá pasado a Vegeta? ¿Por qué su ki disminuyó de golpe?
Lo sabrán en el próximo capítulo.
Disculpen si el capítulo quedó corto, pero tenía que dividirlo en dos, uno desde lo que pasó con Goku, cuando fue a pescar, y el otro con Vegeta, cuando se quedo en casa.
Nos vemos en el próximo capítulo.
Cualquier sugerencia, crítica, comentario u observación en bien aceptado.

¡Hasta la próxima! ¡Gracias por leer!

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