¡Feliz cumpleaños!
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Ya es martes, y ambos pelinegros despertaron. Esos días, ya no hubo cambios de humor en el príncipe, sólo antojos y mareos. Debían ir a casa de Bulma, ya que ahí festejarían a Goku. Se arreglaron, y a las 5:00 p.m. volaron en dirección a Corp. Capsúla.
_Vegeta... te ves muy bien_dijo sonrojado al verlo vestido como chico malo, con una chaqueta de cuero. El aludido adquirió un sonrojo, le gustaba cuando le decía esas cosas. Llegaron y Bulma los recibió.
_Hola Goku, Hola Vegeta_saludó.
_Hola Bulma_le respondió sonriente Goku. Su pareja sólo estaba dándoles la espalda, tenía los brazos cruzados.
A Vegeta no le gustaba relacionarse con otras personas, a duras penas hablaba con su novio cuando lo conoció. Entraron a la casa, y fueron al patio. Vieron a Krillin, el maestro Roshi, Yamcha, Ten Shin Han, Chaoz, Puar, Milk, al papá de Milk, y a otros amigos y conocidos. Había una gran mesa con un banquete, mucha comida deliciosa.
_Goku, hoy es tu cumpleaños y quería darte un regalo muy especial, seguro te gustará mucho_dijo la peliceleste.
_¿Qué es?_preguntó emocionado.
_Es una sorpresa...
_¿Qué es mi regalo?_preguntó aun más ilusionado.
_Ya te dije que es sorpresa... Yamcha te llevará a una habitación, ahí te arreglarás. Yo llevaré a Vegeta a otra, para que también se aliste_dijo mientras tomaba al príncipe del brazo y se lo llevaba.
_¡Sueltame, sabandija!_decía molesto.
_Si no me obedeces le digo a Goku la sorpresa que le tienes_le respondió enojada.
El, con tal de ser quien le diga el gran secreto a su pareja, la siguió. Llegaron a una habitación, y vio una caja blanca sobre la cama.
_¿De qué se trata todo esto?_preguntó con su mal genio de siempre.
_Arreglé unos asuntos con alguien, ¡tú confía!_dijo animandolo, cosa que no sirvió de nada_Vistete con lo que está dentro de esa caja.
El príncipe la abrió, y pudo ver dentro un traje blanco. Estaba confundido, ¿por qué esa chica le dijo que tenía que vestirse así? No siguió preguntandoselo y se cambió de ropa. Bulma lo ayudó con el moño y ajustando todo.
_Vegeta... acaso no pensabas tener un hijo sin que tú y Goku estén comprometidos, ¿o si?
_¿Qué dijiste?_preguntó al escuchar eso.
_Organicé una boda... Sé que no es muy aceptado, pero convencí a un juez.
El príncipe se sentía invadido por una felicidad enorme, pero no lo demostró, seguía con su actitud seria. Bulma se asomó por la ventana, y pudo ver que estaba ya el juez, y Goku frente de él, al otro lado de la mesa en la que apoyaba sus hojas.
_Ya está todo listo, sólo faltas tú_le dijo.
Caminaron juntos hasta unos metros frente a su pareja. Se detuvieron, y volvieron a avanzar. El saiyajin orgulloso pudo ver vestido al más alto con un traje negro. Al llegar frente a él, el juez comenzó con su sermón.
Después de unos minutos de aburrimiento, por fin dijo las palabras que tanto habían esperado.
_Vegeta, príncipe de los saiyajin, ¿aceptas a Goku como tu legítima pareja, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, todos los días de tu vida?
_Acepto_dijo serio, pero realmente estaba mordiendo su lengua para evitar sonreír.
_Y tú, Son Goku, ¿aceptas a Vegeta como tu pareja, para amarlo y respetarlo todos los días que te queden con vida?
_Acepto, señor juez_le dijo feliz.
Firmaron unas hojas, y después el hombre las selló.
_Por el poder que se me ha otorgado, yo declaro que ustedes dos están unidos en matrimonio... Puede besar a su pareja_dijo.
Goku lo tomó del rostro y unió sus labios en un suave beso lleno de amor. Se separaron y todos los felicitaron.
Goku le agradeció mucho a Bulma por la sorpresa, se sentía con una gran felicidad al saber que estaban casados. Por otra parte, Vegeta estaba recargado en un árbol, con los brazos cruzados.
Así se la pasaron el resto de la fiesta, comieron juntos, pero a la hora de socializar, el príncipe se iba a otro lado, para estar solo. El de cabellos alborotados estaba sentado en una mesa, con sus amigos con él.
_Oye, Goku, ¿qué viste en Vegeta? Es todo lo contrario a ti_dijo Krilin.
_Pues, no es así conmigo_le dijo feliz.
_¿Y qué te regaló?_le preguntó Yamcha.
_Pues... nada_dijo aún con su sonrisa.
El chico alto volteó a ver a la pareja de su amigo, que estaba a tan sólo dos metros de distancia.
_Oye, Vegeta, ¿cómo es posible que no le hayas regalado nada a Goku en su cumpleaños?
_Lo que pase en nuestras vidas, no es de tu incumbencia, insecto_le respondió molesto, para alejarse más.
Así pasaron la noche. Ni parecía que estuvieran ahora casados, ya que no estuvieron juntos en la tarde y noche. Todos se despidieron, excepto Vegeta. Ambos saiyajin volaron de regreso a casa. Sin embargo, el guerrero orgulloso cambió su rumbo, así que su pareja lo siguió. Llegaron a esa roca al centro de ese hermoso lago en el que tuvieron su segunda cita.
_Vegeta, ¿para qué me trajiste aquí?_preguntó confundido.
_Esos insectos que tienes como amigos se equivican. La razón por la que no te obsequié nada, es porque el regalo te lo iba a dar cuando estemos solos.
_¿Y qué es? Ahora estamos solos..._dijo emocionado.
_¿Nunca te preguntaste por qué no entrené por mucho tiempo? ¿y que después de que hicimos el amor tenía mareos, nauseas, antojos y cambios de humor?_le preguntó.
_Pues... Bulma dijo que era por una enfermedad del estómago...
_Ella te dijo eso, porque a quien le corresponde hablar de eso es a mí.
_¿Es algo grave?
_Es nuestro sueño..._le dijo feliz y con una media sonrisa.
_¿Tu sueño era enfermarte del estómago?_preguntó sin entender nada.
_No, idiota..._dijo un poco frustrado. Se calmó y tomó las manos de su pareja, lo vio a los ojos y sonrió con gran alegría_Kakaroto... ¡estoy embarazado!
_Estoy embarazado... estoy embarazado... estoy..._murmuraba intentando analizar lo que le dijo. Cuando al fin comprendió, sonrió con una felicidad infinita_¡Estás esperando un hijo mío! ¡Gracias! ¡Gracias!_decía llorando de alegría.
Goku lo tomó de la cintura y lo levantó al aire, y empezó a dar vueltas. Ese era su sueño, tener un bebé. Sin duda alguna fue el mejor regalo que le pudieron dar. Lo bajó y lo besó.
_Vegeta... hace tiempo pensaba que tener esta capacidad era el mejor regalo, pero que la hayas usado para darme un hijo fue lo mejor_le dijo sonriendo.
El de cabellos alborotados se arrodilló frente a él, y le besó el abdomen. Se puso de pie y le besó la frente. Lo tomó de la barbilla y le dio un suave beso en los labios, para después abrazarlo. Aún lloraba de emoción y alegría por la hermosa noticia.
Tendrían un bebé. Eso era algo emocionante, pero a la vez causaba cierto miedo en el más bajito. Tenía miedo de que le pasara algo malo a su hijo, no quería perderlo. Tenía que dejar que el destino estuviera de su lado, y que los beneficiara.
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