¡Sorpresa!
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_Kakaroto, la razón por la que sangré fue..._intentaba vacilar un poco. Sería firme. …l era su pareja y tenía que decirle, así como Goku le confesó sin miedo que él era un saiyajin. Al igual que él, también le tendría confianza_Kakaroto, ¿recuerdas esa clase de biología, en la que nos dijeron que las terrícolas sangran una vez por mes?
_Sí recuerdo, Vegeta. Pero tú no eres una mujer_dijo sin comprender qué tenía que ver eso con su asunto.
_¿Y recuerdas que dijeron que sangraban porque un óvulo se deshacía al no ser fecundado rápido?
_Sí recuerdo, pero...
_¿Y recuerdas que los humanos varones no pueden quedar embarazados, sólo las mujeres?
_Sí, Vegeta, recuerdo todo eso...
_¿Y también que no hay riesgo alguno de procreación cuando dos hombres tienen relaciones sexuales?
_Sí, la maestra dijo eso y que...
_¿Y, además, que sólo se tiene un órgano sexual, pero no ambos?
_Sí, dijeron que sólo tenían uno ya sea hombre o...
_La raza saiyajin es muy poderosa. No había muchas mujeres, así que tuvieron que buscar otra manera de reproducirse. Los saiyajin de la realeza, los reyes y los príncipes, desarrollaron dentro de sí el aparato reproductor de la mujer, pero también conservaban el de hombre. El óvulo, con un mínimo golpe quedaba dañado, y por eso producía sangrado, como a las humanas. Se supone que, a estas alturas, no todos conservarían esa "capacidad".
_Pero yo te lastimé, te golpeé muy fuerte. Sé que te gusta mucho hablar de la raza saiyajin, pero...
_Kakaroto, ¡YO PUEDO QUEDAR EMBARAZADO! ¡Ay! ¡Maldita sea! ¡Ni siquiera tú puedes ser tan idiota como para no entender lo que te intentaba decir!_gritó muy molesto, mientras se ponía de pie para salir de su habitación. Fue a la cocina, se sentó en una silla y se cruzó de brazos.
¿Estaba molesto? No. ¡Estaba furioso! Detestaba ver a su chico de cabellos alborotados llorando, y peor aún, culpándose. Y aparte no prestaba atención a lo que le decía. Se tragó su orgullo para confesarle ese secreto tan vergonzoso, y él no se daba cuenta. Pero ahora tenía otras dudas, ¿qué pensará de él? ¿acaso creerá que es un adefecio de la naturaleza? ¿Dejará de quererlo por ser "diferente"? ¿lo vería como menos hombre? Eso último es lo que más le molestaba y le causaba inquietud y enojo. Goku apareció en la puerta de la cocina, recargado en la chambrana de la puerta. Se acercó a su novio, que estaba muy enojado. Se arrodilló a un lado de la silla y apoyó su cabeza en sus piernas.
_Vegeta... lamento hacerte enojar, aún me cuesta trabajo entender eso que pasa relacionado con los bebés, ya sabes, de dónde vienen. Supongo porque yo realmente vine del espacio_dijo y empezó a reír un poco_y sinceramente no entendí todo lo que me dijiste, hablaste muy rápido. Además, si no entendí lo que pasa dentro de una mujer, supongo que me costará más trabajo aprender lo de un hombre.
_Kakaroto... ¿crees que soy raro?_preguntó firme, pero temeroso por dentro.
_¿Qué? Claro que no, Vegeta_dijo sonriendo mientras se ponía de pie y lo miraba a los ojos_ ¡Esta es la mejor sorpresa que me pudiste haber dado!_dijo y lo abrazó con fuerza_Creí que, por ser hombres los dos, no podríamos formar una familia... La maestra hablaba de humanos, y nosotros somos saiyajin. Nunca me había alegrado tanto de que ambos seamos de una raza extraterreste. ¡Estoy muy feliz! Dentro de unos años tendrás un hijo mío, y lo cuidaremos juntos, lo alimentaremos, lo bañaremos, lo pondremos a dormir, lo amaremos, lo cuidaremos, cuando crezca lo entrenaremos para que sea muy fuerte, y...
_Kakaroto, ya entendí_dijo y suspiró, esbozó una media sonrisa, ya que el otro había dejado de llorar y ahora estaba muy feliz_Pero eso será después...
_Sí... aunque aún no entiendo muy bien cómo es posible esto, pero aún así ¡Gracias a Kamisama! ¡Podremos formar una gran familia!_dijo y le dio un casto beso, pero que tenía muchos sentimientos_Gracias por la sorpresa, Vegeta. Esto fue lo mejor que me ha pasado_dijo sonriendo.
_Yo no tenía planeado decírtelo, la sorpresa era un pastel que está en la nevera_dijo mientras volteaba hacia el lado opuesto. Su intención era saber: ¿qué es más importante para Goku, la comida o saber que podrían ser padres?
_¿Pastel? ¿en la nevera?_preguntó entusiasmado, rápidamente fue a revisar el refrigerador y, efectivamente, ahí estaba. Lo colocó sobre la mesa, tomó una cuchara y probó un bocado_Vegeta... ¡esto está delicioso!
_Me alegra_dijo y se puso de pie, salió de la cocina y regresó a su habitación.
El pelinegro de cabellos alborotados se dio cuenta del cambio de humor en su príncipe, supuso que estaba molesto con él, o que no quería verlo. Volvió a guardar ese delicioso postre y fue a buscar a Vegeta. Abrió la puerta de la habitación, ya que cuando él se fue se escuchó un portazo. Lo vio recostado en la cama, a la orilla, de costado viendo hacia la pared, estaba lo más cerca posible de ésta.
_Vegeta..._dijo y se recostó a un lado de el. Colocó su mano en la cintura del más bajito.
_No me toques, insecto_dijo y rápidamente la quitó.
_Vegeta... perdóname. Perdón por hacerte enojar, perdón por molestarte diciendo que yo tuve la culpa, perdón por no haber entendido lo que tratabas de decirme desde un principio, perdón por anteponer la comida antes que tú... Perdóname por todo eso. ¿Pero sabes una cosa? Te amo mucho, y te lo pienso demostrar siempre que tenga oportunidad. Sé que no soy muy atento, y que no entiendo bien las cosas a la primera, sé que tengo problemas para comprender el asunto del nacimiento de bebés, y sé que a a veces soy muy glotón y prefiero comer... Pero la diferencia de todo esto y nuestra relación, es que yo te amo más que cualquier otra cosa en este universo, y la otra persona que voy a amar tanto como a ti..._dijo y el otro prestó aún más atención, pero seguía sin verlo_te llamará "papá", porque será nuestro hijo.
Conmovido, el de menor estatura volteó a verlo, y pudo ver la pequeña sonrisa que le dedicaba.
_Kakaroto... yo no fui educado para ser cariñoso, amable, o todas esas estupideces_dijo y se sonrojó levemente_Así que te confesaré algo, ¡y más te vale prestar atención, porque no pienso repetirlo!_dijo y dio un suspiro_ ¡Te amo!_le confesó al fin, y le volvió a dar la espalda.
El de mayor estatura sonrió, se acercó a el y lo abrazó por la cintura. Le dio un dulce beso en la mejilla y apoyó su cabeza a un lado de la de él.
_Y no te pediría que cambies, así, tal y como eres, me enamoré de ti_le dijo con sencillez.
Permanecieron en esa posición unos minutos, hasta que escucharon ciertos golpeteos en el techo de la casa, sintieron que el clima se volvió un poco más fresco y el viento soplaba con fuerza.
_Vaya, Vegeta, está lloviendo muy fuerte. Si salgo volando con esta lluvia, me resfriaré... ¿puedo quedarme a dormir aquí?_preguntó feliz.
_Sí, pero con una condición.
_¿Cuál?
_Toma una ducha, estás muy sucio y hueles a sudor... cuando salgas, comeremos juntos ¿está claro?
_Sí_dijo muy emocionado. Se paró rápidamente de la cama y se fue al baño para asearse. Vegeta, por otro lado, busco entre su ropa algo que le pudiese quedar al más alto. Cuando lo encontró, fue a llevarsela, entró y la dejó a un lado de la regadera.
_Kakaroto, te traje ropa limpia_dijo y se fue.
Llegó a la cocina y se dispuso a esperarlo. Cuando su novio entró, empezaron a comer, de la manera que sólo un saiyajin puede hacerlo. Terminando, vieron películas de acción. En esas películas, aparecían siempre villanos dispuestos a matar gente, acabar con la raza humana, destruir edificios, hacer estallar bombas en lugares públicos... tantas cosas que, para un saiyajin que ha viajado a varios planetas, que ha matado gente, que ha destruido planetas enteros con tan sólo una esfera de energía, no es nada. Al finalizar, fueron a dormir, los dos en la misma cama.
Goku estaba recostado al centro del colchón. Mientras Vegeta estaba a su derecha, abrazándolo, colocando su mano en el pecho del más alto. El de cabellos alborotados, de vez en cuando, acariciaba la cabellera del más bajito. Estaban en silencio, en un perfecto y hermoso silencio. Sólo disfrutaban la compañía del otro, así de juntos. Ambos, después de un rato, se quedaron dormidos. Habían entrenado mucho, estaban aún agotados, además de que estar con el otro les causaba una tranquilidad indescriptible, se sentían seguros, y felices.
A media noche, aún dormido, el príncipe movió la mano que tenía sobre el pecho del mayor hacia el lado opuesto, apretó con fuerzas las sábanas, su respiración estaba alterada y de su frente resbalaban gotas de sudor. Se movió un poco, alejándose de su amado. La razón de eso, fue que estaba soñando otra vez con...
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