Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce veneno por Murasaki Samurai

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volviendo a la regularidad al subir capitulos yey! Espero que os guste, es un capítulo de muchos sentimientos, hoy toca sufrir un poquito ^^"

 POV´s: Mikael

Traté de correr para encerrarme en uno de los cuartos de invitados cuya puerta estaba apenas a unos metros de mi cuando fui bruscamente agarrado por los cabellos, haciéndome gemir de dolor y sorpresa por el repentino ataque.

-¿Intentado huir de nuevo? ¿Acaso quieres enfurecerme más?-Susurró mi padre tras de mí, con un tono entre iracundo y divertido, seguramente ya maquinando qué sería lo que me haría tan solo unos instantes después.

Antes de que pudiese abrir la boca para tan siquiera replicar fui bruscamente empujado al cuarto en el que pretendía esconderme en primera estancia, seguramente a él también le pareció una ventaja la proximidad, y me arrojó contra el suelo para poder asegurar la puerta con ambos dentro mientras mis brazos temblorosos se esforzaban para tratar de erguirme.

Cuando comenzaba a despegar el torso del suelo, un bastonazo en las costillas me hizo caer de nuevo.

-¿Crees que ayer no me percaté de que te escondiste de nuevo? Siempre tengo un ojo puesto en ti, pequeña basura.-Con un rápido giro volteó el bastón para agarrarlo por el extremo opuesto y me golpeó con un hombro con el agarre circular de marfil del mismo, sintiéndose como un potente mazazo sobre el hueso que se marcaba a través de mi pálida piel. Apreté los dientes y fruncí el rostro en una mueca de dolor.- ¿Por más que te lo diga y te golpee no piensas cambiar? ¿Acaso te gusta esto?

Palabras crueles y risas sádicas salían de su boca mientras seguía atacándome con la esfera maciza, siempre en lugares que sabía que se mantendrían ocultos bajo la ropa. Aún si disfrutaba de maltratarme así, nadie más debía saber de su pequeño hobby, y mi deber no era otro sino cerrar bien la boca si no quería serios problemas, aunque en ocasiones me preguntaba que había peor que aquello.

-¿Dónde te metes en esas fiestas para que nunca consiga encontrarte? ¿Bajo alguna falda?-Se burló.- ¿O acaso tienes una amante secreta? ¿Crees que podrás casarte e irte de esta casa?-Me enganchó de nuevo por el pelo y me hizo quedar de rodillas mirándole a la cara y sin dejarme voltearme.-Vas a quedarte aquí para siempre. Nunca te dejaré escapar, ¿me estás escuchando bien? Vas a darme tan buen servicio como hizo tu madre hasta el día de mi muerte, ¡Asúmelo!-Se rió con toda la crueldad que le fue posible y desabrochó los botones de su pantalón, rebuscando bajo ello.-Ahora ya sabes lo que toca.

Ante mi vista apareció un monstruo de pesadilla que se me aparecía bastante más frecuentemente de lo que jamás desearía. Su miembro ya estaba erecto, como siempre que se presentaba ante mí. Aún no sabía si se excitaba durante la paliza que siempre precedía este tipo de actos como un doloroso y vulgar preliminar o ya estaba así de antes, pero sentía que fuese cual fuese la respuesta seguramente no quería saberla. No era especialmente largo, sin llegar a ser pequeño, pero si  era algo grueso, lo cual lo hacía incluso más grotesco. Lo podía ver palpitar impaciente a pocos centímetros de mi nariz, desprendiendo un sutil hedor por los fluidos que habían estado retenidos bajo las ropas y que ya recubrían la punta y se escurrían por el tronco.

Antes de poder prepararme mentalmente la forma entró de manera agresiva en mi boca, sorprendiéndome y haciéndome recibir un nuevo tirón en el cuero cabelludo.

-Los dientes…-Siseó irritado.

Traté de calmarme un poco y abrí más la boca, facilitándole el paso para evitar más represalias de las que ya recibía de manera gratuita. Él notó esa variación y soltó una leve carcajada, haciendo más fuerte la sujeción y comenzando a mover sus caderas, empujando su pene contra mi garganta repetidas veces.

El dolor, el asco y el malestar que me producía aquello casi me hacía olvidar el daño de las heridas que se habían producido antes. Los ojos me lagrimeaban de manera inconsciente, con mi cuerpo cayendo de forma lánguida, sin poner yo ninguna fuerza en él, manteniéndome erguido únicamente por las manos de mi padre, dejándome usar como un simple muñeco de trapo, mientras su miembro seguía atacándome de manera incesante.

La cabeza me daba vueltas y empezaba a notar cómo se alejaba de mí mismo. Cuando era él quien me tomaba era cuando mi ser entero sentía que realmente quería morir, eran los momentos en los que verdaderamente odiaba mi existencia como ser humano, la tortura del miedo a acabar así en cualquier momento de día sin previo aviso.

Mi mandíbula tiraba, cansada de mantener mi boca abierta durante tanto tiempo, y la boca la tenía inundada por un sabor tan desagradable que no sabía si me producía más ganas de vomitar aquello o los continuos golpes de su glande contra mi campanilla.

La vista se me nublaba, ya no podía pensar con claridad ni para quejarme de mi existencia, y mis fuerzas se reducían a esforzarme por no hacer ningún sonido de disgusto y no romper a llorar.

Una bofetada de realidad me despertó de mi letargo cuando me estrechó fuerte contra su ingle, a la vez que notaba una sustancia espesa y caliente bajar por mi garganta, inundando de un sabor aún más terrible mi interior. Suspiró con satisfacción y me arrojó a un lado sin más interés para colocarse la ropa de nuevo.

-Hoy terminaremos aquí porque todos quedaron bastante satisfechos con tu recital de piano o como se diga. Más te vale ser un buen niño durante el resto del día.-Se rió como burlándose de mí y me dejó allí solo, cerrando de nuevo la puerta a su salida.

Me quedé tirado en el suelo, justo donde me tiro, tosiendo y tratando de recomponerme. El frío mármol del piso contra mi ardiente mejilla rozaba entre lo reconfortante y lo incómodo, pero parecía lo único que era capaz de sentir en esos momentos. Me sentía sucio, usado, patético e inútil. Cubrí mis ojos con los dorsos de las manos y me recosté hasta quedar sentado, ahogando un sollozo. ¿Ese era mi destino en la vida? ¿Quedarme en aquella casa para siempre para servir de desahogo a todos mis familiares? ¿Qué clase de dios sería tan cruel como para crearme con el único propósito de que sufra? En la luz no era más que una caja de música y en la sombra un pedazo de carne entra sábanas de satén. Cuando estaba tranquilo y solo era capaz de asimilar que mi existencia no tenía ningún propósito u objetivo positivo, pero cuando vivía estos episodios todo mi ser se revolvía, como exigiéndome que hiciese algo para salir de ahí y buscase un mejor modo de vida, pero por más que lo desease sabía que aquello era imposible. Desde que entré por las puertas de la mansión años atrás quede atrapado como en una telaraña, y ya nunca jamás podría volar a mi son.

Me puse en pie, ya más calmado y me miré de reojo en el espejo del cuarto, recolocando un poco mi camisa antes de salir, pareciendo tan desaliñado como habituaba. Me dirigía a mi cuarto para dormir hasta que se me hubiese pasado, pero fui asaltado de repente.

-¡Mikael!-me llamó una voz chillona y potente desde mi espalda.

-Louise.-me giré ya reconociendo la voz de mi medio hermano.- ¿Qué ocurre?

El joven de quince años recién cumplidos, de cuerpo delgado y fibroso como si estuviese hecho de ramas de árboles caídas al suelo y pelo rubio repeinado con gomina se paraba en el pasillo con los brazos en jarras, mirándome con aquella ferocidad obstinada que trataba de imitar al mayor de sus hermanos, pero resultando siempre un personajillo airado e histérico que gritaba a las mínimas de cambio.

Él también me procesaba un profundo odio que sólo era herencia de lo que venía viendo a sus mayores, sin comprender que había de malo conmigo, pero si todos me repudiaban por algo sería, era su explicación. Aún con ese pensamiento en mente, se había propuesto ser un hombre culto y estudioso, que tuviese muchas carreras universitarias para poder amasar su propia fortuna y hacer sentir orgulloso a su padre, así que solía acudir a mí para que le ayudase con los estudios, y yo accedía de nuevo para no recibir castigos como del que acababa de salir.

-¡Hoy toca estudiar! ¡Ya lo sabes! ¡Ya estamos empezando tarde!- Bufó terriblemente indignado y caminó con fuertes pisotones hasta mi.

Cerré los ojos agotado física y mentalmente, pero no podía negarme, no contaba con ese derecho, así que asentí, con mi boca aún amarga y dolor en las costillas y caminé hacia el estudio tras mi joven hermano, que continuaba gritándome, culpándome de lo mal que le había ido todo aquella mañana, incluso de que la leche de su desayuno estaba demasiado caliente.

A pesar de aquello, Louise no me desagradaba del todo, ya que si quitábamos los prejuicios que su padre u otras personas habían metido por fuerza en su cabeza, era un chico de buen corazón, y yo mantenía la esperanza de que algún día fuese un buen hombre que cuidaría bien de sus familiares y criados. Yo jamás podría poseer ninguna de las dos cosas, así que me alegraba saber que alguien que apreciaba un poco si podría contar con esa posibilidad.

Notas finales:

Muchas gracias por leer, espero que os guste, y no olvideis dejar review, tanto buena como mala!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).