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¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

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Sasuke había salido muy decidido de su casa pero a cada paso que daba hacia la puerta del clan, el nerviosismo volvía a él. Por una parte entendía todas y cada una de las razones que su mejor amigo y casi hermano le había dicho. Debía dar el paso con Kakashi pese a que éste ni siquiera era capaz de mirarle tras lo que su padre había hecho al clan Uchiha. Los recuerdos de aquello seguían pesando sobre él y más cuando la gente de la villa había tratado a su padre como un traidor, un cobarde. No era algo agradable de escuchar de un padre, al menos a él no le habría gustado.


Se detuvo frente al gran portón de salida del clan Uchiha. Nunca antes se había sentido tan mal por ser un Uchiha. Si no lo fuera todo sería fácil con Kakashi, con el hombre al que amaba, pero no podía cambiar lo que era. Tenía que vivir con ello y aún no sabía cómo convencería a ese hombre de que no le importaba lo que su padre hubiera hecho, no era su culpa y quería estar con él.


Sus oscuros ojos ahora inseguros se tornaron más duros que nunca y es que él era Sasuke Uchiha, el que no se rendía, el chico orgulloso y arrogante que conseguía todo lo que se proponía y en aquel momento tan sólo tenía una cosa en mente, quería a Kakashi Hatake.


Reconocía que no habían empezado con buen pie. Ese extraño entrenamiento con cascabeles había sido una prueba absurda pero al menos, había conseguido que fuera su profesor para las misiones fuera de la villa y con el tiempo, se había enamorado de él. Llevaba cinco años en su equipo, algo que se decía pronto, pero eran cinco de los mejores años de su vida porque había llegado a comprender a aquel silencioso hombre que leía novelas eróticas cuando creía que nadie le veía.


Sasuke siempre había tratado de llamar la atención de Kakashi de una y mil maneras posibles, quería ser su mejor alumno. Se enfrentó a los primeros ninjas con los que se encontraron para demostrarle que era valiente, le ayudó contra Zabuza, le demostró que podía dejarle combatir de igual a igual contra Haku, aprendió el Chidori, la técnica secreta del gran Kakashi Hatake, se esforzó por mejorar su velocidad pero... él no había sido capaz de enamorarle.


Con aquellos pensamientos en su cabeza, Sasuke divisó al fondo el bar al que solía ir su profesor. Mucha gente decía que le veían allí todas las noches ahogando sus penas en sake. Eso le dolía a Sasuke, no entendía cómo un ninja de su reputación podía permitir que los rumores se extendieran, cómo podía caer tan  bajo y dejarse llevar por el alcohol y su tristeza.


Entró en el bar pese a que no permitían menores. Sabía que la gente le miraba, que todos sabían que no podía estar allí pero Sasuke sabía perfectamente que nadie en aquel antro tenía lo que hacía falta para encararse a un Uchiha, por muy pequeño que fuera. Su hermano mayor Itachi ya había dejado claro a los seis años que un Uchiha ya podía ser imparable, y Sasuke no tenía seis años, ya había cumplido los dieciséis y controlaba su sharingan.


- ¿Dónde está? – preguntó Sasuke con el tono más serio que fue capaz de sacar.


El hombre al que le había preguntado, borracho como estaba y rodeado de mujeres a las que les pagaría para tener una noche de pasión, sólo se reía mientras continuaba bebiendo.


- No sé de qué me hablas, chico. Vete a casa que es tarde para los niños.


Aquella vana respuesta no era suficiente para Sasuke. Estaba cansado de que la gente pensase que podían reírse de un Uchiha en su cara, que podían simplemente tratarle como a un niño que no conoce nada. Enfadado como estaba, cogió con fuerza la nuca del borracho empujando su cabeza contra la mesa, partiéndole la nariz cuando chocó contra ella y elevándole de nuevo el ensangrentado rostro para que le mirase.


- Te he hecho una pregunta – le amenazó Sasuke – y no me caracterizo por tener mucha paciencia.


- Está allí – gritó el hombre como pudo consiguiendo que Sasuke le soltase.


Mientras caminaba hacia la barra haciéndose hueco entre unos asustados clientes que habían presenciado la sangrienta escena, Sasuke aún pudo escuchar cómo el hombre se quejaba y gritaba un “ese crío me ha roto la nariz”. No le dio mucha importancia, buscaba a Kakashi y no se marcharía sin él.


Lo vio al final de la barra con una botella de sake y bebiendo sin parar del pequeño vaso de porcelana. Se colocó a su lado y cogió el vaso cuando Kakashi iba a hacerlo. El ojo de Kakashi se fijó en su alumno y sonrió.


- Sasuke Uchiha viene a la fiesta – comentó Kakashi borracho – toma asiento y disfruta de cómo bebo. Podemos hablar de la gran traición de mi padre a tu clan toda la noche si quieres.


- No quiero hablar, quiero que dejes de beber.


- No – dijo tambaleándose Kakashi tratando de quitarle el vaso a Sasuke.


- Si no vas a moverte del bar, me quedaré aquí y beberé contigo.


- Los niños no deberían beber – dijo Kakashi sonriendo – tú no vas a beber.


- Lo haré si no abandonas este local – le dijo Sasuke.


- No serás capaz. A mí no me amenaces, chico.


Sasuke cogió con rapidez la botella de sake y la volcó hacia sus labios empezando a beber de ella a morro sin miramiento alguno. Kakashi al ver aquello, le apartó la botella con rapidez aunque Sasuke ya estaba tosiendo asqueado de aquel sabor tan amargo y fuerte del sake.


- Serás imbécil – le gritó Kakashi – he dicho que tú no debes beber.


- Y tú no debes estar en un antro como éste – le gritó Sasuke tambaleándose levemente por el mareo repentino cuando Kakashi le había apartado la botella.


- Ey – se escuchó a Kakashi segundos antes de que cogiera a un Sasuke que se había golpeado la espalda contra la barra algo desequilibrado.


- Estoy bien – dijo Sasuke reponiéndose.


- Joder, eres un aguafiestas. Ahora me tocará llevarte a casa – le dijo enfadado Kakashi como si Sasuke le hubiera amargado la fiesta.


- Si eso consigue sacarte de aquí, entonces me alegro – le desafió su alumno.


Kakashi cogió el brazo de Sasuke con cierta fuerza empujándole hacia fuera del local. Desde luego aquel trago rápido no le había sentado nada bien a Sasuke, aun así, siguió a su profesor hasta el final. Kakashi no se detuvo hasta tres calles más abajo y sólo, porque sintió que a Sasuke le costaba seguir su ritmo.


- ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Te has empeñado en amargar mi vida? – preguntó enfadado Kakashi.


- ¿Yo? Eso lo haces muy bien tú solo. Estás destrozando tu vida.


- ¿Y qué más te da a ti lo que yo haga con mi vida?


- Porque te quiero, no puedo ver cómo te destruyes sólo por lo que hizo tu padre. ¿Quieres mi perdón? ¿El de mi clan? ¿Qué es lo que quieres para dejar de martirizarte? Si quieres mi perdón lo tienes, te perdono, Kakashi – le dijo Sasuke acercándose a un confuso Kakashi hasta rozar sus labios con los suyos – yo… te perdono.


Kakashi se quedó estático ante aquellas palabras. Jamás imaginó estar en una situación semejante con el hijo pequeño de Fugaku Uchiha, ese hombre líder de la policía ANBU, el cuñado de la persona a la que más daño hizo su padre. Pese a todos esos pensamientos que le abordaban, otro le vino inmediatamente y era la felicidad de sentirse libre, perdonado por una de las personas a las que su padre había hecho daño, por una persona de ese clan.


Sus labios seguían rozándose pero Kakashi sólo podía ver aquel sonrojo en las mejillas del menor, ese sonrojo que le pedía a gritos que uniera finalmente sus labios y así lo hizo. Con posesión, se fundió a aquel chico en un posesivo beso olvidándose de quién era, de que era su alumno, de que era un Uchiha.


La espalda de Sasuke chocó inevitablemente contra una de las paredes mientras dejaba que Kakashi devorase su boca, que reclamase su triunfo sobre él, dejando que aquella sedienta lengua entrase sin miramiento alguno buscando la de Sasuke y entrelazándose en un baile que ambos habían deseado desde hacía tiempo.


Las manos de Sasuke se agarraron con fuerza al chaleco verde de su profesor mientras Kakashi cogía el cabello de Sasuke obligándole a mantener el rostro quieto, obligándole a dejarle a su merced aquel preciado cuello del menor que empezó a besar y lamer con total devoción.


- ¿De verdad quieres hacerlo aquí en mitad de la calle? – le preguntó Sasuke a lo que Kakashi sonrió.


- ¿Por qué no? Creí que te gustaban las sensaciones fuertes.


- Y me gustan – le dijo Sasuke ruborizado – contigo me gusta todo.


- Tengo algo para ti que te gustará todavía más.


Kakashi colocó sus manos en los hombros del menor agachándole frente a él, bajando levemente su pantalón hasta dejar al descubierto aquel miembro que pedía atención urgente. Sasuke ni siquiera tuvo tiempo de dudarlo o pensarlo porque Kakashi empujó su miembro contra sus labios obligándole a abrir la boca, introduciéndola en su cavidad y moviéndose en su interior buscando el placer que ese chico iba a darle esa noche.


No pudo evitar que una sonrisa se le escapase de la boca al ver a un Uchiha allí arrodillado frente a él, prácticamente atragantándose con su miembro pero sin quejarse. Nunca esperó ver a todo un arrogante Uchiha cediendo de esa forma, pero le excitaba tener a un de los clanes más importantes y fuertes de la villa allí suplicando por su miembro.


- Eres bueno, Sasuke, veo que los Uchiha hacéis todo bien – le sonrió dejándose llevar por el placer.


Sasuke, motivado por aquellas palabras y dispuesto a tragarse su orgullo con tal de tener a ese hombre siempre para él, cogió con su mano los huevos de Kakashi acariciándolos mientras seguía dando placer a su miembro. Ante aquel gesto, el Ninja de las mil técnicas tan sólo pudo dejarse hacer jadeando con total devoción.


Un par de borrachos pasaron por detrás de Kakashi mirando todo lo que ocurría en aquel callejón, pero pese a sonreír y lanzar algún silbido por lo que veían, siguieron caminando alejándose de la zona. Sasuke ni se inmutó por nada, continuó ofreciéndole el mayor de los placeres a su profesor con la esperanza de que encontrase en él todo lo que buscaba, de que no quisiera volver a marcharse de su lado, de que se fijase en él.


Un sonoro gemido salió de lo más profundo de la garganta de Kakashi. Aquella situación le estaba volviendo loco y pese a que nunca esperó encontrarse en una así con su alumno, no podía negar que le excitaba y le gustaba. Agachó el trozo de tela que cubría su boca introduciendo sus dedos en ella para humedecerlos mientras le exigía a Sasuke que se bajase los pantalones y se diera la vuelta.


Sasuke lo hizo sin rechistar, apoyando sus manos en unos cubos de basura metálicos dejando su trasero a total disponibilidad de su maestro. Éste no tardó en meter su rostro entre aquellas nalgas, introduciendo además sus dedos en aquel orificio que en breve, sería completamente suyo.


Los gemidos de Sasuke no tardaron en llegar a los oídos de Kakashi en cuanto sus dedos cogieron profundidad. Las manos de Sasuke se agarraron con fuerza a aquellos ruidosos contenedores que se movían ligeramente cada vez que Kakashi hacía fuerza metiendo los dedos un poco más hondo.


- Tus paredes tienen fuerza, Sasuke, esto va a ser muy placentero.


- Nadie va a ofrecerte nunca más placer del que yo te daré – le dijo Sasuke recriminándole aquello. Kakashi sonrió, incluso en esa situación, seguía siendo un verdadero Uchiha.


- Entonces dámelo, Sasuke.


Kakashi sacó sus dedos con cuidado cogiendo su miembro para guiarlo hacia la entrada. Estaba deseando hacerle suyo, Sasuke estaba deseando ser suyo por fin. Cinco largos años y ahora lo tenía allí para él, por fin tendría a su profesor como él siempre había soñado.


Sasuke sentía cómo aquel duro miembro se abría paso a través de él, obligándole a sacar un quejido que fue acallado al instante por la mano de Kakashi presionando su boca. Notaba la mano libre del mayor en su cadera, empujándole hacia él para lograr mayor profundidad buscando el encaje perfecto. Un gran jadeo salió de los labios de Kakashi al sentirse completamente dentro de Sasuke, sintiendo la presión de sus paredes en su miembro. Destapó la boca del menor introduciendo uno de sus dedos para jugar con su lengua, exigiéndole que lo lamiera mientras con la otra mano acariciaba el miembro erecto de Sasuke y su cadera se movía dentro del menor ofreciéndole el placer de su vida.


Aquella noche sólo fue el inicio para ellos. Kakashi no pudo evitar correrse en el interior del chico mientras Sasuke dejó su huella en aquellos cubos metálicos. Pese a todo aquel espectáculo, su noche continuó en casa de Kakashi con más sexo, algo que a Sasuke no le importó en absoluto porque para él… había que recuperar el tiempo perdido con su profesor y más, cuando a la mañana siguiente quizá se arrepintiese de todo al darse cuenta de lo que había hecho estando borracho.


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