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Te Amo y Por Eso Tienes el Poder Para Destruirme por Arwen Diosa

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Notas del capitulo:

Queridos lectores y lectoras, muchas gracias por su apoyo expresado siempre en sus mensajes que me inspiran a seguir escribiendo esta historia que empezó con un Camus muy triste y deprimido por un mal amor correspondido y como leyeron en la entrega anterior, cada vez está más fortalecido para rendir cuentas sobre sus serios errores que dejó pasar en la relación que tiene con Milo… En fin, muchas gracias por sus buenas vibras y espero disfruten este capi porque cada letra para mí es un gusto ante este desahogo… Nos leemos!! 

Te amo y por eso tienes el poder para destruirme… pero confío en que no lo harás.

 

Capítulo 5.- “Imposible serte fiel… sin serme infiel”

 

Desde que había empezado su misión se había percatado que caminar solo de ida y vuelta de su Templo hasta los archivos era su parte favorita del día, estaba a solas con sus pensamientos y podía encontrar cierta proporción de paz en sus pasos a esas horas de la madrugada, podía desenredar parte de todos sus confusos pensamientos e intentar encontrar a una salida a lo que su mente y corazón debatían constantemente.

“Milo…”

 Y como suele pasar, las actividades llevaban a uno por delante dejando que de esa forma los días pasen siquiera sin percatarse, sin tener noticias de Milo y ahora de Saga, ambos estaban desaparecidos… sin tener noticias de ninguno, Camus caminaba solo a los Archivos.

A pesar de extrañarse por la inesperada desaparición de Saga de su entorno, se encontraba… un poco más tranquilo sin Milo ni Saga. Debía admitir que quería paz lejos de esa confusión de sentimientos que se amarraban en su corazón. No era necesario preguntarse porque Saga se había alejado lo suficiente hasta ya no verle más porque conocía la respuesta, como ese día frente a frente de alguna forma ambos confesaron sus sentimientos y se expusieron hasta encontrarse vulnerables, pero como era imposible ignorar la conquista de Milo en el corazón de Camus, no podían fingir que nada entre ellos estaba naciendo y si continuaban así nada bueno podría resultar. Con el solo hecho de tener estos sentimientos Camus se creía culpable como si le fuera infiel a Milo, era peor el solo imaginar que un día sus sentimientos podrían dar lugar que algo sucediera con Saga y como este era un hombre honorable era obvio que pensaba de similar manera a la suya. Si algo sucedía entre ambos no iba a ser a ocultas de Milo y menos cometiendo una infidelidad. Pero la realidad era que…        

“Hazte a la idea que Milo no es para ti…”

Esas palabras le resonaban en la cabeza como un eco por la mente, un eco que llegaba a su corazón. Y elevaba la mirada al cielo buscando alguna explicación a ese sentimiento de extraña dureza que no había experimentado antes, en otra oportunidad ya se imaginaba a él mismo sufriendo a sobre manera por la ausencia de Milo el día de su cumpleaños, pero su corazón estaba endurecido quizá por tanta sandez de Milo, que lo había dejado ya vacunado ante tanto dolor del pasado.

Estando como seis días sin ver a Milo y cuatro días sin saber de Saga, entendía que debía obligarse a poner sus sentimientos en paz y orden, no quería jugar con el corazón de Saga y quizá esa era la razón del porque desapareció de su vista, era algo triste porque la compañía de Saga era muy preciada para su corazón pero no le recriminaba nada.

“Milo…”

Decía que lo amaba, Milo era un poeta a su lado que podía llevarlo a la gracia de las risas estridentes hasta la frescura de un cálido abrazo, pasando por la pasión y la locura de hacer el amor… pero, ahí radicaba el problema, Milo no era detallista y no cuidaba los momentos para demostrar lo que decía y parecía conformarse con bellas palabras que endulzaban los oídos sin respaldarlos con actos.

“Solo…”

Era inevitable sentirse solo con un novio así, creía que con el sentimiento de amor que llevaba en el pecho todo era posible y podía luchar por su amor, podía intentar de nuevo, reparar su corazón de todas las desgracias que Milo le hacía y seguir amándolo… pero… Camus estaba cansado, llevaba todo el desamor y las manías de Milo sobre los hombros. Milo se había llevado tanto de él… dejando sobras de un amor mal correspondido, dejando agonía teñida de falsas esperanzas.

“Hazte a la idea que Milo no es para ti…”

Cerró los ojos una vez que estaba frente a la laguna artificial del jardín que antecedía a los Archivos del Santuario… afrontando la realidad… lo más probable era que Milo no lo amaba, quizá no los suficiente para sentirse amado, correspondido como necesita su corazón y lo más probable era que Milo le terminaría en cualquier momento.

“Cuesta tomar decisiones que sabes que van a doler”

Y prometiéndose que esta vez era la última vez que lloraría “sangre” por Milo, se limpió las gruesas lágrimas que surcaban por sus mejillas encerrando en su corazón toda esa tristeza, encapsulándola como una tumba, dejando que las palabras: “Hazte a la idea que Milo no es para ti…” pasen de su cabeza a su corazón y cobren factura por todo el dolor que Milo había dejado, comprendiendo que en tantos años de relación lo único que Milo había logrado era embargarlo en una profunda y deprimente tristeza y todo lo que empieza debía encontrar su fin y a pesar de ser la decisión más dolorosa de su vida iba a encontrar la manera de dejar de amar a Milo de Escorpio y ser el Camus de Acuario fuerte y pensar en él mismo, en su corazón y su propio bienestar mental, porque Shura tenía razón de toda esa encrucijada amorosa no iba a resultar nada bueno y hasta parecía que con esa actitud estaba jugando con Saga, y él no lo merecía.

Comprendiendo que debía ser fuerte y dejar de llorar a unos pasos de los Archivos suspiró al aire dejando que su corazón ceda al dolor… se sentía bien eso, rendirse… había agarrado con tanta fuerza, aferrándose a Milo de tal forma que solo se había lastimado y ahora ante su reflejo con el agua cristalina de la laguna como espejo vio en sus ojos un brillo que no se había percatado antes… algo que podía definirlo como…

“Paz…”

Y se sonrió ante la idea que el rendirse después de una ardua y sacrificada lucha se sentía increíblemente bien para su corazón, admitir su derrota en aquel fracaso personal como lo era una ruptura amorosa y que no tenía nada de qué arrepentirse porque lo había dado todo sin escatimar esfuerzos de ninguna índole.  Ahora podía mirar adelante sin preocuparse más por Milo, sin preocuparse más por su aprobación constante, o si estaba de buen humor o de mal humor, si estaba feliz o triste… ya no más... Amaba a Milo con todas las fuerzas de su corazón, con toda su fe y esperanza… pero ya no más, con tanto desprecio, con tanto desamor, con tanta dominación sobre sus acciones, su cuerpo, tomando decisiones unilaterales y arbitrarias, sin encontrar comprensión, felicidad, consuelo, y menos amor. Con Milo hallaba más que manos vacías, lo amaba y mucho pero ya no más así.

Cerró los ojos derramando las últimas lágrimas dedicadas a Milo prometiéndose que no volvería a llorar por él nunca más… y mirando una vez su reflejo se felicitó el mismo por este increíble paso que tomaba su corazón, también por su propio cumpleaños… se auto motivó sonriéndose, retomando su postura erguida y fuerte. Y a medio suspiro fue sorprendido por Shion.

- ¡Camus!

- Patriarca - saludo sorprendido y secándose el rastro de lagrimas - ya estaba yendo a la misión, disculpe por la tardanza ya iba a los Archivos. Es que es tan bello este lugar que me gusta quedarme un momento.

- Descuida Camus, yo también suelo dar paseos largos por aquí, es un lugar relajante y tranquilo. Estuve mirándote sin que esa mi intención pero, me percate que estabas muy triste, aun se nota el rastro de lagrimas.

Camus dirigió su mirada a suelo sintiéndose avergonzado, sin poder evitar sonrojarse ante el hecho que el Patriarca estaba ahí esperando una explicación sobre su estado de ánimo.

- Estoy bien - dijo arrugando el entrecejo.

- ¿Es por Milo? - Era obvio que preguntaría algo como eso, Shion parecía que perdía el detalle de muchas cosas pero si era intuitivo y observador, cosas pequeñas como esas no se le escapaban - ¿O es por Saga? - eso sí que no lo esperaba, con los ojos bien abiertos no supo que decir ¿Shion sabía algo? - Tranquilo Camus, solo quería comprobar algo… y lo comprobé.

Parpadeó algo confundido ante eso y siguió a Shion ante una mirada que indicaba que lo hiciera.

- Sígueme, vamos a hablar sobre eso.

Con la mirada en el suelo sin saber que era lo que tendría que afrontar sintió su garganta seca cuando sus pasos lo guiaron hasta los aposentos de Shion. Conocía el limpio, amplio y lujoso lugar donde  ejercía sus funciones como Patriarca, inesperadamente estaba demasiado oscuro. Entrecerrando los ojos intentó distinguir algo entre la penumbra.

- ¿Por qué esta tan…?

- ¡¡Sorpresa!!

Una luz brillante, confeti, globos de muchos colores, y banderines con su nombre que decía “Feliz cumpleaños Camus”. Muchos rostros sonrientes a su alrededor que se amontonaban para darle un abrazo y su regalo en las manos, el primero fue Shion que era el principal cómplice de aquella pequeña fiesta, y seguidamente el resto de sus compañeros de armas, al último estaba Shura que transportaba un gran pastel de cumpleaños en un carrito con rueditas, con muchas velas encendidas. Recopilando una vez más con la mirada por todos lados revisó si no estaba en la sala Saga… o Milo… no estaba ninguno, no supo que sentir ante su ausencia pero no lo demostró al ver las sonrisas de sus amigos… era la primera vez que le preparaban algo así. Se colocó detrás del gran pastel para soplar el fuego de las velas pero su corazón dio un brinco de felicidad, como si viera una olla de oro preparada solo para él al final de un túnel...

“Saga…”

Estaba de pie a unos pasos del pastel, con una enorme sonrisa contagiada por la felicidad del resto, Camus bajó la mirada mordiéndose el labio ante esa chispa saltarina en su estomago.

- Pide un deseo Camus - Saga le sonrió tal vez de la manera más coqueta que había visto en esos labios carnosos.        

Dejando que el momento se lo lleve por delante, pensó en su deseo… un deseo… y aun sintiendo en su estomago esa chispa inquieta y en su corazón la depresión de la derrota por un amor mal correspondido cerró los ojos inclinándose a la llama de las velas.

“No quiero volver a sufrir por un amor nuca mas”

Soplo sin mucha fuerza y aun con los ojos cerrados escuchó el aplauso vivaz de las personas que lo rodeaban. Y al abrirlos vio a Saga a su lado y le dio un abrazo con fuerza contra su pecho.

- Feliz cumpleaños Camus - le susurró - Espero hoy sea un día fabuloso, lleno de sorpresas y un montón de alegrías.

- Gracias.

Estar entre amigos, comer una tajada de torta con refresco frío, escuchar algo de música mientras a lo largo de una mesa estaban sus compañeros sonrientes que de alguna manera se habían preparado para festejarlo en su día. Hablaron de todo, hasta del matrimonio que se acercaba entre Aioria y Shura y de los sentimientos de Aioros como hermano mayor… hubo risas al hablar de la preparación de la fiesta de Athena al dejar entre el misterio la elección de la bebida.

- ¿Y dónde está Milo? - fue la pregunta rotunda que marco el silencio en la mesa y miraron Camus esperando una respuesta.

- En su misión… creo que volverá mañana - dijo sin demostrar nada, tampoco habló serio, fue mas como si le preguntara su opinión del clima.

Cuando se vaciaron sus copas y sus platos que todos se pusieron de pie dando por terminado el pequeño desayuno.

- Camus - fue llamado por Mascara de Muerte cuando pasaba por su lado - Esta noche en mi templo nos reuniremos a “compartir” unas copas de algo más fuerte, así que te esperamos y así tenemos un noble motivo para emborracharnos.

- ¡Gracias! - se sorprendió por la inesperada invitación pero le puso alegre que no le excluyeran de esas actividades donde generalmente era a Milo a quien invitaban para ese tipo de festejos.

- Camus - era Shion quien le aguardó para poder hablarle - Espero te haya gustado tu pequeña celebración.

- Muchas gracias Patriarca - dijo con una sonrisa sincera - es la primera vez que hacen esto y me encantó.

- Si, a decir verdad no fue iniciativa mía, pero en cuanto me propusieron la idea me parecía lo ideal. Tanto que creo así puede haber una buena costumbre en el Santuario para cada cumpleaños y así de vez en cuando logro reunirlos para poder estar juntos.

Camus sonrió por lo bajo ante la incógnita de quién fue a proponerle tal cosa al Patriarca, pero solo tenía dos opciones… Shura que hizo su papel de buen amigo y reunió a todos para festejarle, o Saga… que una vez más demostraba lo que sentía con algo tan bonito como esta pequeña fiestita.

- ¿Quién crees que tuvo la idea? - inquirió Shion entrecerrando los ojos y hablando solo para Camus mientras el resto de sus compañeros retomaban sus actividades diarias                      

Se mordió el labio inseguro de exponer su idea de que era Saga el que tuvo la iniciativa de su pequeña fiesta.

- Me imagino que fue Shura - dijo Camus levantando los hombros con la mayor naturalidad posible.

Shion no pudo contener su sonrisa en crecimiento ante la respuesta.

- ¿Qué sucede?

- Creí que como primera opción dirías Milo - dijo Shion - Después de verte llorar ahí afuera, noto tu aura deprimida y me imagino que es por Milo… he notado que su relación se estaba volviendo inestable, aunque no parezca presto mucha atención a lo que hacen o dejan de hacer ustedes. Y la ausencia de Milo en estos días para mí no paso desapercibido… la fecha de ayer también era para ti muy importante ¿verdad? Y todo esto te llevó a estar de pie frente al lago y llorar…

Camus cerró los ojos unos segundos esperando que la tierra se abra para que se lo trague del mundo… era verdad que no pensó en Milo de esa forma…además lo que decía Shion era verdad, el día anterior era muy especial, quizá más que su cumpleaños, algo llamado: Quinto aniversario, y al parecer Milo lo había olvidado olímpicamente, olvidar un aniversario para su corazón era donde Camus podía marca la línea de la amor y desamor… eso era definitivo, una relación así era mejor enterrar en el olvido, pero…   ¿Ahora? ¿Era Milo?

- ¿Fue Milo? - encaró a Shion deseando una pronto respuesta.

Shion abrazó a Camus por la espalda, había comprobado lo frustrado que estaba Acuario ente esta derrota amorosa, como un descalabro maldito que dejó todas las ruinas en su interior. Pero debía cuestionarlo porque era Saga el que había ido dos días antes ante él para proponerle tal festejo pero… lo había notado entusiasta pero desdichado. Con una pregunta donde le cuestionó si era un recado por parte de Milo, comprobó que Saga actuaba movido por sus propios sentimientos y si  comprobó que el Caballero de Géminis guardaba en su corazón fuertes sentimientos por Camus… Eso Shion lo intuyó, pero ante todo esto era Camus el que tenia la última palabra. Con sus preguntas quería saber qué lugar ocupaban tanto Milo como Saga en su corazón, pero notaba a Camus en plena encrucijada amorosa, como si se hubiera internado en un laberinto infinito de más dudas, pero ante su ultima reacción notó que el sólo escuchar de Milo era doloroso.

- No fue Milo ¿Aun así me intriga saber por qué no pensante en él?

- Milo… - suspiró - No creo que Milo vaya a hacer más detalles para mí…  no tendría porque hacerlo porque ya no voy a estar más con él.

Admitió en voz alta percatándose de una punzada en el pecho y que decirlo en voz alta era más difícil que solo repetirlo en sus pensamientos.

- ¿Han terminado?

- No… pero es lo que nos espera. Amo a Milo con todas las fuerzas de mi corazón, pero ya no mas así - sintiendo que la fragilidad de su corazón quería salir a flote en la forma de lagrimas se desesperó por salir de ese lugar - Permiso Patriarca - unos pasos más y volteó para ver a Shion - ¿Fue Saga verdad?

- Si - dijo con seguridad.

Caminó de vuelta hacia los archivos intentado recuperar su fuerza interna y no dejar que una solo lágrima salga… se había prometido no volver a llorar por Milo pero sería muy difícil ante las heridas frescas y distrajo su mente con la nueva información recibida… era Saga, él era quien pretendía hacerle sentir mejor y clara prueba de ello era la bolsa de plástico que cargaba con sus regalos.

Sentado al lado del ventanal amplio que daba al bello paisaje en flor de aquel jardín, Camus permitía que sus pensamientos divaguen por los surcos que se los lleven sus sentimientos. Estaba agradecido con Saga por tan delicado detalle para su cumpleaños y más que nada en su corazón deseaba su compañía en ese momento, ahí en los Archivos, a su lado… pero no podía recriminarle su ausencia… a pesar de su decisión de dejar de amar a Milo y dejarlo atrás de su corazón no podía ignorar el hecho que no habían terminado aun y seguían con el titulo de novios… era algo que ni Saga ni él podían ignorar.                     

 - Camus - era Kanon que estaba ordenando uno de los tantos estantes con muchos libros por tamaño y en orden alfabético - ¿Iras esta noche a la casa de Mascara de Muerte? Me comentó que te invitó también.

Arreglándose el cabello afirmó moviendo la cabeza.

- Que bueno Camus creo que es la primera vez que te veré en una fiesta o algo así - dijo Kanon guiñándole el ojos de manera coqueta - Será bueno brindar a tu salud.

- Kanon - se animo a hablar Camus con la verdad - ¿Sabes por qué Saga no ha estado viniendo todos estos días?

Vio que la expresión divertida de Kanon cambió a seriedad, dejó de ordenar los libros que tenía para acercarse a Camus y sentarse a su lado.

- Vi que mi hermano ha desarrollado fuertes sentimientos por ti - dijo Kanon sin merodear, yendo directo a la verdad  - Pero esta Milo y aún si él no estuviera de por medio,  te veo indeciso Camus.

Con el ceño fruncido Camus se señaló con el dedo - Yo indeciso.

- Si.

- No sabes nada Kanon - se molestó Camus con el ceño fruncido - Yo te pregunte sobre Saga, no de mis sentimientos… y no estoy indeciso de nada, aunque no debería darte a ti explicaciones de ninguna índole sobre mi vida privada te avisaré algo… - tomó aire - En cuanto tenga a Milo enfrente de mí, terminaré con él…            

- ¿Y eso qué? - dijo Kanon - no significa nada…

Camus quedó con la boca semi abierta con la sorpresiva tranquilidad del gemelo menor y sus palabras.

- Si lo estás haciendo porque no está el día de tu cumpleaños…

- No es solo eso - se adelantó a las palabras de Kanon - Es mucho más y entiendo que por ser el hermano de Saga y amigo de Milo, no quieres que “juegue”, pero es lo que menos pretendo hacer. Me imagino que por eso Saga no ha estado viniendo…

- Solo te pediré que seas firme con tu palabra, porque será muy diferente cuando estés frente a Milo - sin más Kanon se puso de pie alejándose de Camus, saliendo de los Archivos y dejándolo solo.

 

 

- Salud - Escuchó en cuento se aproximó detrás de la entrada al Templo de Cáncer - ¡Llenen las copas!

Tocó antes de entrar encontrándose con varios rostros conocidos y en circunstancias que no los había visto antes ya sea porque se la pasaban entregándose a las guerras o porque él mismo no se había permitido participar de actividades como esas.

- ¡Oh! Camus, abran paso al cumpleañero - fue la voz de de Mascara Mortal que se abrió paso entre los cojines en los que estaban sentados sus compañeros para primero darle un abrazo a medias y luego alcanzare una copa llena de alguna bebida color marrón claro con algunos hielos  flotando - Ponte al ritmo Camus.

Inclinándole la copa a los labios para que lo beba todo sin tomar aire en el ínterin.

- ¡Seco Camus! - ovacionaron entre los que pudo ver por la luz a medias estaban Shura, Aioria, Aioros, Kanon, Afrodita, y sorpresivamente Mu que según lo que sabía era que continuaban con Milo en la Isla de la Reina Muerte. Antes de poder pensar en otra cosa más, sintió el sabor amargo recorriendo su garganta, era picante, demasiado frío pero extrañamente le calentaba el pecho. Cuando la copa estuvo vacía escucho vítores de alegría.

- Eso Camus… ¿Que te pareció? - preguntó Shura a sabiendas que lo único que conocía su amigo era el sabor espeso del vino.

- Que quiero más - dijo elevando su copa y provocando mas vítores entre sus compañeros. A ese ritmo no paso mucho para que la copa de Camus pase de llena, a ser llenada de nuevo, entre la luz  a medias, sentados en el suelo sobre cojines, el olor a incienso seguramente puesto por Afrodita, la música estridente y bailable. El efecto del alcohol empezó a subirle a la cabeza pero sin prestarle importancia se dejó llevar más que todo por el ambiente. Muy pronto Afrodita y Mascara de Muerte estaba ocupando la mayor parte de los cojines sin recato dando una muestra clara de cuánto se aman… al principio le parecido incomodo pero luego dejó de mirarlos. Kanon tenía abrazado a Aioros y platicaban muy cómodos juntos sobre los sillones de aquel Templo. Camus estaba con Shura y Aioria hablando sobre la futura boda. No había tenido oportunidad de hablarle a Mu que se había ido hace poco.                 

Pero, sin importar el grado alcohólico que tuviera recorriéndole las venas no olvidaba su laberinto emocional, las ganas de sentirse amado por Milo, ser correspondido con la misma magnitud y sin prejuicios… ser fiel a lo que su corazón sentía al solo escuchar su nombre… amar a Milo sin límites pero siendo correspondido todos los días y sus 24 horas que marcaba y no solo cuando tenía ganas de sexo… amar era más que eso y ahora que sentía esa fortaleza en su corazón quería dejar de ser la victima de Milo y sus manías, al fin ser fuerte, tomar el control y si eso significaba terminar lo haría…

Vació su copa sobre su garganta sin más ante el hecho que un año más Milo había dejado pasar por alto su aniversario… años pasados era algo parecido, porque si no era por Camus que hacia planes por anticipado seguramente para el Escorpión sería un día cualquiera. Odiaba eso… tener tantas razones a las que aferrarse para dejar a Milo atrás… dejarlo muy lejos de su vida… porqué qué de bueno le podía esperar si no le dedicaba ni el mas mínimo rayo de amor teniendo tan únicos motivos…

- Camus, es un poco tarde ¿Te acompañamos? - dijo Shura que no quería dejarlo solo en el ascenso a su Templo al ver lo sonrojado que estaba Camus por el efecto del alcohol.

- Estoy bien - respondió jalando un poco las palabras.

Ante la respuesta clásica de los que no estaban bien, la pareja sonrió con discreción.

- Vamos Camus - dijo Shura con amabilidad.

- ¡Saga! ¡Saga! - exclamó Kanon en el fondo al ver que el aludido ingresaba - Viniste  hermano gemelo, que alegría verte… ¡Pasen una botella!

El mencionado que no esperaba tan anunciada bienvenida tuvo ansiosas ganas de ahorcar por el cuello a Kanon. Pero solo le quedó sonreír ante la mirada de todos y caminar hasta su hermano.

- Vine a recogerte, porque como la anterior vez no quiero quejas de Shion sobre que fuiste al Templo de Libra a hacer un estriptis - le dijo intentando hablar suave pero le escucharon todos.

- No era mi intención… - dijo Kanon con puchero - creía haber entrado a la casa de Virgo.

- Agradece que Dokho sólo se río, Shaka te hubiera matado - razonó Saga - ¡Vamos!

- Un ratito mas…

Con la presencia de Saga y el berrinche de Kanon la fiesta retomó vuelo y se quedaron un momento más a beber.

- ¿Por qué un estriptis a Shaka? - preguntó Camus lleno de intriga al gemelo menor que estaba a su lado mientras Saga hablaba con Aioros.

Ante la pregunta Kanon sonrió recordando pasajes de su vida.

- Estuve largos años tras su corazón - dijo sin mascaras Kanon, siendo completamente sincero - Y esa noche quería mostrarle de lo que se perdía.

- Antes de mostrarse arrepentido por lo que perdió seguramente primero te hubiera mandado a otro mundo - rió Camus.

Saga camino hacia ellos.

- Hola Camus - le saludó con una sonrisa tenue -  Vámonos Kanon - dijo con el seño fruncido, en la mano tenía una copa semi vacía de licor - Yo sólo vine a recogerte.

- Ya, un ratito - y más rápido que las palabras de Saga se fue agarrando a Mascara de Muerte que se levantaba de su lecho improvisado con Afrodita - ¡Bebamos Masqui!

Saga y Camus se quedaron juntos sin saber que tan incomodo era el  silencio que los rodeaba.

- ¿Cómo la pasaste Camus? - cuestionó Saga - Es la primera vez que te veo así.

- Bien - dijo Camus - hoy fue un día genial… ¿Cómo estas tu? Es tanto el tiempo que no te veo - ya sea por la desinhibición del alcohol o porque llevaba días con las preguntas latiéndole en el pecho no pudo contenerse, lo cierto es que se arrepintió por hacerlo porque conocía la respuesta.

- Camus - Saga miró sus zapatos buscando la mejor forma de expresarse - No podía seguir como antes, con estos sentimientos en mi corazón, después de lo que me dijiste que también puedes corresponderme… en mi corazón lo que siento por ti se hizo más fuerte, pero tu estas con Milo… y se cuanto lo amas.

- Para - dijo Camus - No sigas con lo mismo, yo he decidido dejar atrás a Milo, se que será difícil pero ya no quiero estar con él. Voy a terminar.

- ¿Por qué?

- Si alguna vez se da la oportunidad y quieres escuchar todos sus desamores y desprecios te los contaré con calma Saga, por ahora solo debes saber que tengo una lista de un kilometro para dejarle.

- No deberías hacerlo Camus - dijo Saga con la voz queda - Entiende que esto parece más orgullo que otra cosa… si se da la oportunidad perdónalo y dale una oportunidad.

Camus miró su vaso con algunos hielos y un poco de bebida, ¿por qué Saga hacia eso? ¿Por qué no se alegraba ante la oportunidad de encontrarlo soltero?

- No mas Saga…

- Entiende que sólo quiero verte feliz Camus, si yo fuera otro tipo de hombre te daría razones para terminar, pero te veo tan feliz a su lado…             

- Voy a terminar con Milo por mi bien Saga - dijo Camus arreglándose el cabello y vaciando su copa en su garganta - Entiende que no estoy terminando con Milo para estar contigo, no lo estoy haciendo por ti… lo hago por mi y esto pasara aun si tú me apoyas o no. Así que deja de pensar que Milo es el único que puede hacer mi vida feliz. ¡Te equivocas! - Camus elevó un poco la voz apretando el puño para que al final deje su copa sobre la mesa más cercana y se vaya.

Saga quedó seco ante tal actitud… ¿Qué había pasado? Parpadeó antes de darse cuenta que quizá estaba dejando ir una de las mejores oportunidades de su vida, debía dejar de ser tan altruista, razonar en la posibilidad que Camus sacaría a Milo de su vida y podía ser el único que gobernara su corazón. Aunque aseguraba que eso llevaría tiempo podía cerciorarse que Milo y todos los recuerdos de él queden enterrados en lo profundo… sanar las heridas del corazón de Camus y al fin darle lo que  merecía… amor…

“Si Camus me abre su corazón…”

Quería serle fiel a Camus en la promesa silenciosa sobre darle espacio y tiempo para que solucione sus problemas con Milo, serle fiel en que no confundiría más sus sentimientos y corazón. Pero siendo fiel a su palabra de proporcionarle espacio y tiempo en su decisión unilateral sentía que  estaba siendo infiel con él mismo, infiel a los propios latidos de su corazón que le inclinaban a ser parte de la vida de Camus, infiel en el sentido que estaba actuando de forma diferente a lo que su corazón mandaba.

Sin más paciencia ante la conmoción de sus pensamientos jaló del brazo a Kanon antes que logre servirse otro vaso de whisky separándolo de Mascara Mortal que tenia la botella en las manos.

- ¡Vámonos zángano!

 

 

Unas cuantas gradas más y sintió que su cabeza estaba dando  vueltas, respiró hondo para evitar que la sensación de nauseas crezca en su estómago y controlar su equilibrio o al menos intentarlo. Razonó que no había perdido el juico del todo a pesar de haber bebido a sobre manera, mas si no estaba acostumbrado, se sentía mareado y hasta divertido con la experiencia de celebrar su cumpleaños entre amigos y especialmente como jóvenes normales, sin prejuicios de nadie, sin tener que responder de sus acciones. Se consideraba un tonto al haber dejado que Milo domine durante tanto tiempo sus acciones, y no ir a ese tipo de reuniones entre amigos, al ser tan ermitaño creyendo que era lo correcto al tener una pareja a la que responder…

Miró al cielo estrellado preguntándose qué tan tarde sería, y rió después de tropezarse con unos escalones. Dio unos cuantos suspiros más antes de llegar por fin llegar su Templo, pero paró en seco sobre sus pasos sintiendo una gran presión sobre su pecho, sobre sus manos y pies un entumecimiento al movimiento al ver a Milo de pie, apoyado contra uno de los pilares de su Templo. Se miraron a los ojos por segundos infinitos sin saber descifrar que tipo de mirada era la que tenia Milo en las pupilas… y Camus recordó las palabras de Kanon, “será muy diferente cuando estés frente a Milo”.

Mordiéndose el labio término por subir los escalones que le faltaban sin darse cuenta que con eso acortaba la distancia entre ellos.

- ¿Qué haces aquí Milo? - preguntó en una sola voz, procuró no verle a los ojos para no saber cómo era mirado por las orbes que durante tanto tiempo fueron su horizonte.

- Hola Camus - Saludó Milo, sorpresivamente no se oía molesto.

- ¿Qué haces aquí? - repitió calculando su distancia - No eres bienvenido en mi Templo.

Sintió que su corazón comenzó a latir estrepitoso ante sus propias palabras, golpeando su pecho como si estuviera yendo en contra de sus propios sentimientos.

- Camus… lo sé, soy un tonto - dijo Milo intentando alcanzar la mano fría del Caballero de Acuario. Este no pudo retirarla lejos de su alcance, pronto tuvo sus manos entre las de Milo - Escúchame Camus…

- No… ya no quiero - dijo Camus intentando alejarse pero solo logro ser sujetado con más fuerza - Milo…

- Camus quiero abrazarte por tu cumpleaños - intentó sujetarlo por los brazos y la espalda pero con más fuerza el Caballero de Acuario lo empujó.

- ¡No! - gritó - Dime que era ayer… ¡Dime Milo que se recordaba ayer!

El Caballero de Escorpio con el ceño fruncido miró desconcertado a su novio intentando recordar su grave falta.

- ¿Tu cumpleaños? No lo olvide.

- Un día antes a mi cumpleaños Milo - respondió mas ofendido Camus, sintiendo como el enojo se materializaba en su corazón, cobrando fuerzas ante la omisión que solo demostraba lo poco que le importaba su relación. Ante la mirada de Milo que intentaba buscar en lo fondo de sus pensamientos un haz de luz que le indique qué había olvidado, pero pasaron los segundos donde recibía la miraba reprocharte de Camus.

 - Nuestro aniversario Milo.

Y como si la información le llegase a la mente como una flecha Milo se sujetó la frente.

- Perdón Camus… se me fue por completo. Con esto de las misiones… - intentó sujetarlo con fuerza ante el hecho que Camus pretendía escaparse de sus manos.

- No Milo, estoy aburrido de todas tus excusas, de todos tus desamores y maltratos también - Dijo Camus por lo bajo - Yo ya no te quiero a mi lado… - sintió un poderoso nudo amararse en su garganta al darse cuenta la magnitud de sus palabras… iba a terminar con el hombre que tanto amaba - Milo…

Y las lágrimas se le escaparon de los ojos sin poder luchar contra la fuerza de todo ese huracán de sentimientos.

- Milo… - Camus  quiso alejarse haciendo imposible el agarre al que era sometido. Milo tenía los labios separados y los ojos bien abiertos - En todos estos años dime… qué no hice para hacerte sentir mi amor, y no hay nada que no pueda hacer para hacerte sentir cuanto te amo… pase por mucho soportando tus desgraciadas formas de manejar las cosas y la manera dura que tenías de comportarte conmigo… te amo con todas las fuerzas de mi corazón y deseé por mucho tiempo que seas el único hombre en mi vida, mi único y gran amor… pero ya no mas así… ya no mas… no puedo…

“Estoy cansado”

Lloró y teniendo las manos libres se limpió del rostro las abundantes lagrimas que no se detenían en el descenso de sus ojos a ser secadas con rabia al haber roto su palabra… ahí estaba llorando por Milo otra vez.

- Milo… - Su voz apenas salió entre el dolor de su pecho y la fragilidad en la que se encontraba su corazón - Tu y yo… ya no mas… te amo pero ya no más… terminamos.

      

                  

                                                                                    Continuará…             

        

                  

Notas finales:

Bueno… si el trabajo no se me complica y no hay muchos delitos que atender el fin de semana me pondré al día con el capi que sigue… pero con el aura de siempre les pido que dejen sus comentarios, en esta historia que estoy vaciando mi corazón. Gracias una vez más.      


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