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¿Esto es amor verdadero? (En proceso de edición) por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

Les traje otro capítulo

7

Ventajas de las desventajas

 

Alice se quedó ahí, de pie. Se sentía un poco mal por lo que hizo su hermano. Sí, quería mucho a Antonio, y también a Alex, pero reconocía que él cometió una completa estupidez al haberle tratado así, porque ¿para qué ilusionarlo, si de verdad no estaba del todo enamorado?

—¿Estás bien? —preguntó Logan, ya que había visto cuando casi la atropellaban.

—Eres un idiota, Alex. Ahora por tu culpa, se va a ir Antonio y luego te la pasarás chillando... —murmuraba entre dientes ignorando por completo a su amigo, quien, al ver lo molesta que estaba y que se iba a pasos rápidos, decidió dejarla en paz.

Ella fue caminando a su casa. Al abrir la puerta, pudo ver que no había nadie, así que fue a la habitación de su hermano. Lo vio acostado, viendo al techo. Tomó una playera que estaba en el suelo, la tomó de los extremos, le hizo dar varias vueltas rápidamente y lo golpeó en el abdomen con ella, como si fuera un látigo.

—¿Cuál es tu problema? —le preguntó molesto mientras se tocaba esa parte levemente enrojecida por el reciente golpe.

—No, mejor responde: ¿cuál es TU problema? ¿Por qué trataste tan mal a Antonio? ¿Por qué le mentiste de esa manera? ¡El creyó que realmente lo amabas!

—¡Ese es el problema! —dijo levantando la voz, para después hablar en voz baja, queriendo llorar. ¡Me enamoré perdidamente de él...

—¿Y por qué él cree que no? —preguntó mientras se sentaba a la orilla de la cama.

—Murmuré el nombre de James cuando estábamos a punto de hacer el amor...

—¡Idiota! —dijo y le dio una cachetada. —¡Agradece que no te fue peor! Tú ya sabes de lo que soy capaz.

—Sí, admito que no fue lo correcto, pero... es que, está mal...

—¿Por qué está mal que tú y él sean felices?

—Porque... James murió y... me estoy olvidando de él...

—Alex, te diré algo que James me dijo y que jamás te lo mencioné... —dijo y el mayor prestó mucha atención.

 

^^^Hace mucho tiempo^^^

—Tu hermano es increíble—dijo un chico pelinegro y ojos de color negro a una chica de baja estatura.

Ambos estaban sentados en una banca de un parque. Él se había ofrecido a acompañarla, ya que Alex no podría llevarla a ese lugar a ver a sus amigos, tenía una importante reunión con distintos capitanes de los equipos de fútbol de diferentes escuelas, y no pensaba dejar a su niña "débil", "delicada" y "frágil" ir sola por una calle llena de hombres pervertidos.

—Pues yo ya no lo aguanto. Si quieres, te lo regalo —dijo algo fastidiado por la super-hiper-mega-sobre-protección que tenía con ella.

—No, después de todo no me quedaré con él por mucho tiempo—dijo con cierta melancolía.

—Oye... ¿y por qué no aceptas ser su novio? Lleva un mes insistiendo y dice que te ama mucho... —preguntó mientras pasaba su brazo por alrededor de su hombro.

—Porque lo conozco, y sé que me ama mucho. Por eso no quiero salir con él...

—No entiendo lo que dices. ¿Cómo que no quieres salir con él porque te ama?

—Se aferrará a mí, creerá que me traicionaría o algo parecido si, después de que muera, sale con alguien más.

—Pero, tú también estás enamorado de él...

—Sí. Y quisiera tener una última felicidad antes de morir, por eso... —suspiró hondo. —Aceptaré ser su novio. Pero no quiero tener algo más "íntimo" con él, solo haré que se aferre más a mí.

—Conozco a mi hermano, y tienes razón. Pero no sé si el terco de Alex pueda vivir sin ti.

—Lo hará, lo sé. Y cuando conozca a alguien más, quiero que le hagas saber tres cosas—dijo y ella asintió confundida. —Número uno: lo amo tanto, que lo único que quiero es que sea feliz. Número dos: cuando muera, será un "terminamos" en nuestra relación, o sea que ya no seremos pareja ni tendrá ningún compromiso, pero podría tomarlo como que volvemos a ser amigos. Y número tres: que sea completamente sincero en sus sentimientos—dijo con una sonrisa.

*

 

—¿James te dijo eso? —preguntó sin creerlo.

—Sí. No te dije nada porque creí que no cometerías algo como eso—dijo y se recostó, quedando encima de él, perpendicularmente.

—Auch, pesas, me estás sacando el aire—dijo en broma, así que ella movió su brazo y le estiró su cabello. —¡Auch! —se quejó ahora sí de verdad.

—Mañana ve y búscalo, dile que no quieres perderlo y bla bla bla... no sé, todas esas cosas cursis que se dicen.

—No sé dónde vive, y no creo encontrarlo en la calle, él no sale muy seguido.

—¡Tarado! ¿Acaso no se lo preguntaste?

—No.

—Hmp—se molestó, se puso de pie y caminó hacia la puerta. —Prometo conseguirte su dirección antes de que se vaya... —dijo. Estaba a punto de irse, pero el mayor llamó su atención.

—¿Irse? ¿A dónde? —preguntó. No sabía nada de lo que estaba pasando.

—A España—respondió. —Él era muy romántico contigo. Fíjate que tú eras la única razón que lo hacía quedarse aquí—le reprochó.

Ella salió de la alcoba y se dirigió a la suya. Tomó una larga ducha y decidió alistarse. Escuchaba los ronquidos de hermano, sabía que se había quedado dormido, además ya estaba oscuro, ventaja de que pronto llovería y de que era el horario de invierno.

Se vistió con unos jeans de mezclilla muy ajustados, pero se los arremangó, haciendo que le quedaran de largo un poco abajo de las rodillas. Se puso unos tenis negros con estilo botín; una blusa también negra, y una chaqueta con gorro. Se coloco su flequillo hacia un lado, dejando ver sus azules ojos, y descubriendo todo su rostro, ya que se puso ese cabello detrás de la oreja, ventaja de que su fleco era largo. Se colocó la capucha, que también era de color negro junto con toda esa prenda. Abrió la ventana de su habitación y salió por ahí. Había algo parecido al techo, inclinado, con tejas cafés. Caminó dificultosamente por ahí, se sentó en la orilla, y saltó al piso, con cuidado de no hacer ruido. Corrió por ese pequeño jardín trasero y brincó la cerca de un metro y medio de alto, tuvo que escalarla, pero sabía cómo hacerlo, no era la primera vez.

Caminó varias calles, iba a un lugar retirado. Las ocasionales personas que pasaban por donde ella iba, creían que era un varón, por la combinación de ropa que llevaba puesta, además de su rostro que casi no se distinguía por la ausencia de luz.

Llegó por fin a donde tenía que ir. Pasó por ese callejón y lo cruzó, llegando a una calle completamente vacía, rodeada de tiendas y fábricas deshabitadas.

—Te tardaste—le murmuró al oído Logan despistándola de los otros quince muchachos que estaban ahí.

—Tuve que esperar a que Alex durmiera, si no, no me hubiera dejado venir—le contestó en murmullo. En el suelo estaba una línea blanca muy borrosa, que intentaban tapar con una lata de aerosol de pintura color gris. Al taparla por completo, ese grupo de diecisiete jóvenes se separó en dos. Nueve, y ocho del lado donde estaba Alice.

—Elijan a quien quieran, de todos modos, esta vez ganaremos nosotros—dijo un muchacho que vestía de rojo y pantalón negro. Pasó al centro, un paso antes de donde estaba la línea. Unos muchachos dibujaron un círculo de más o menos un metro y medio de radio con pintura azul. Esa figura quedó muy mal dibujada, pero no importaba la exactitud.

—¿Estás segura? —le preguntó en susurro al ver a su amiga, ella se había ofrecido ser la que lo hiciera esta vez.

—Sí—respondió y pasó al frente de ese otro chico. Ambos estaban dentro del círculo.

Sólo los que estaban con Logan sabían que ella era mujer.

Uno de los nueve tiró una botella de alcohol vacía al suelo, haciendo que se estrellara contra el piso, iniciando lo que vendría. Scott, ese chico que estaba con ella, se puso en posición de guardia, dando a entender que boxearía. Ella lo imitó.

Intentó golpearla, pero se agachó y lo golpeó en la pierna, sabía que así podría rompérsela. Pero no resultó. Él la tomó del cuello, e intentó ahorcarla. Estaba levantándola unos centímetros del suelo, provocando un poco de angustia en Logan, tenía muchas cosas guardadas dentro y no le gustaba para nada lo que veía. Alice, con las pocas energías, logró darle una patada en sus partes nobles.

Regla callejera: no hay reglas.

Ese chico la soltó y cayó de rodillas, pero ese golpe no fue tan fuerte, se puso de pie. Quería hacerla pagar. Tiró un puñetazo, golpeándola en la cara, luego le dio otros dos, alternando sus brazos. Ella cayó al suelo, estaba mareada. Se puso de pie, y brincó hacia él, le dio un golpe aún más fuerte que los que había recibido, aturdiéndolo mucho. Luego un gancho al hígado, y finalmente lo empujó muy fuerte, sacándolo de ese círculo, haciendo que quedara a un metro de él.

Rápidamente los de los "ocho" pintaron una línea blanca al centro de donde había quedado Scott, a un metro diez centímetros de donde estaba la línea anterior, la cual borraron.

—En su cara—grito Steve.

—¿Estás bien? —le preguntó Logan a la chica, ella simplemente asintió levemente y lo abrazó.

—Par de putos, dejense de mariconadas—le gritó Scott molesto por perder.

—Ya me tiene harta este imbécil—dijo ella y dio media vuelta, volteando a verlo con el ceño fruncido. Se quitó el gorro y se acomodó el fleco, cubriendo su ojo derecho. Revolvió su cabello, para que vieran que era largo. —"La princesa" te ganó—le dijo despectivamente. Ese apodo se lo había dado su amigo cuando la conoció y no la dejó unirse a ellos.

—Uuuhhhh—hicieron ese sonido todos al ver que una chica era más fuerte que ese muchacho alto y musculoso.

—Eres una maldita p...

—Viene la policía—dijo uno interrumpiéndolo. Todos corrieron, a excepción de ellos dos. Ese día Jake no fue, su padre se puso enfermo y lo llevaron al hospital durante la tarde, tiempo después de que ellos se vieran en el parque.

Ella lo abrazó de nuevo, estaba muy adolorida y cansada. Los policías llegaron en su patrulla, y uno se bajó del auto.

—Este lugar es peligroso, pandilleros se reúnen aquí y se drogan, nos han dado quejas. Deberías llevarte a tu novia a otro lado, jovencito—le dijo el hombre.

—Ehm.. sí, gracias—dijo nervioso.

 

Ambos salieron de ese lugar. Caminaron mucho tiempo, hasta llegar afuera de una tienda, de esas que abren las 24 horas.

—Te compraré un agua y algo para curarte ese ojo, se te está hinchando—dijo mientras le levantaba el rostro tomándola de la barbilla para verla mejor, ya que con su corta estatura no podía verla bien.

Entró y ella se quedó esperando afuera. Se sentó en el suelo, recargándose en la pared del establecimiento.

—¿Alice? —preguntó un chico que llegó frente a ella.

—¿Antonio? —preguntó al reconocerlo.

—¿Qué pasó? —preguntó refiriéndose a los golpes en su cara.

—Ah, esto... Significa que gané dijo algo orgullosa con una sonrisa.

—Habéis dicho que estaría todo bien—le regañó.

—Sí, y estoy bien, no es nada grave.

—No había nada con qué curarte, sólo te traje... agua... —dijo mientras veía a la pelinegra con Antonio, poniéndolo un poco celoso.

—Gracias—dijo y tomó la botella. —Hubiera sido mejor si la hubieras traído fría—dijo mientras la abría y tomaba un poco.

—Es que no había—dijo.

—Vamos a mi casa, podré curar vuestras heridas—sugirió el castaño.

—Sí—dijo. —Logan, nos vemos mañana en el parque. Gracias por todo—dijo y lo abrazó, luego le besó la mejilla.

Después de despedirse, se fue caminando a la casa de ese chico. Era un apartamento en un edificio pequeño, pero algo lujoso. Al entrar, pudo ver que era muy grande.

—Con que vives aquí... —dijo mientras se sentaba en el sofá.

—Aquí vienen los estudiantes de intercambio. Se reserva este apartamento para alumnos—le explicó.

—¿Qué hacías a las once de la noche en la calle? —le preguntó. Él se sintió un poco distinto e incómodo, además se puso triste.

—No es importante. Ahora debo curarte—dijo y comenzó a ponerle algo con un algodón en el ojo. Ella ya no quiso preguntarle al ver su expresión. Al finalizar, volvió a hablar.

—Gracias. Creo que debo volver a casa—le dijo a su amigo y se puso de pie.

—¿Lamento la muerte del novio de vuestro hermano? —dijo en voz baja. Ella se acercó a él y lo abrazó.

—Mi hermano es un completo idiota, y lo sabes—dijo y él sonrió. —Pero sabe que te ama a ti y a nadie más.

Se separó de él, y salió de su apartamento. Ya tenía la dirección, y la obtuvo con suerte y de pura casualidad. Caminó dificilmente, el cansancio se estaba apoderando de ella.

—Niña, ven y te muestro un placer distinto—dijo una mujer rubia y con la cara llena de maquillaje, ella estaba recargada en la pared de una casa, en la esquina.

Alice la ignoró. Siguió su camino. Para evitar lo mismo con hombres, se colocó el gorro porque: hombre no busca a hombre. A menos de que esté drogado o sea homosexual.

Llegó a su casa, brincó la cerca y escaló por una escalera pegada a la pared para llegar hasta su ventana. Al entrar, tropezó y cayó al suelo, haciendo un poco de ruido. La luz se encendió.

—¿Dónde crees que estabas? —dijo y pudo observar su cara. —¿Fuiste a ese lugar? —le preguntó molesto.

—Sí, sí fui—dijo y se acostó en su cama, para después cubrirse con la sábana.

—Sabes que no me perdonara que te pase algo como hace un año—dijo ya más calmado mientras se acostaba con ella, a su lado. Volvió apagar la luz.

—¿Por qué no confías en mí?

—Porque no quiero que te pase nada. A Mike le importamos un comino... pero eres mi hermana, y te quiero—dijo y le acarició la mejilla, tocando cuidadosamente esa pequeña cortadita que tenía.

—Pues me querrás más

—¿Eh? —preguntó confundido.

—Tengo la dirección de Antonio. Fui a su casa luego de encontrármelo en la tienda—dijo.

—Eso no me hará cambiar de opinión en tu castigo—dijo molesto.

—Como sea. ¿Recuerdas aquel edificio de doce pisos, lujoso, a dos cuadras del parque? Pues está hospedado en el apartamento 8-B—dijo e hizo una pausa para bostezar. —Ve mañana y dile que lo amas.

Ella cerró los ojos, y se quedó dormida inmediatamente.

 

*

Es increíble que ella haya ido otra vez. Recuerdo que James me dijo que debía confiar en ti, Alice, pero eres una niña y no quiero que te pase nada.

Aunque, debo reconocer que voy a hablar contradiciéndome, pero te agradezco que te hayas ido sin avisar, me acabas de ayudar en mi relación. Mañana iré, y hablaré con Antonio.

Quiero hacerle el amor, claro, si él quiere.

Ojalá me perdone.

No quiero perderlo. Lo amo...

 

Notas finales:

¿Me gané su review? ¿o sigo participando?

¿Les gustó el capítulo?

Me entristece un poco que sólo tenga cinco comentarios en seis capítulos, pero el hecho de que un lector (kimjongin28) haya escogido mi historia como su favorita me hace alegrarme un poco (Gracias!! ;) ) :D

Gracias por leer :)


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