Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Tu dolor o el mío? por only_hope

[Reviews - 86]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola!
8)

¿Les gustó el capitulo anterior? ¿Si? ¿No? Bueno, ese fue algo así como descanso, porque este está un poco más intenso xD Espero igual les guste, Logan está empezando a darse cuenta de que su vida no era tan perfecta como pensaba y para eso cosas horribles tienen que pasar... ¿no?

Sin más que decir, disfruten del cap:DD

“¿Ya tuvo suficiente, ´amo´?” Preguntaba ese hombre alto y moreno, teniéndolo atrapado entre sus piernas. “¿Sigo llamándole así o le digo como lo que es? La pequeña golfa que no para de gemir debajo de mí”

Se había cansado de forcejear, el otro le había atado las manos, y la boca, reteniéndolo también por los hombros. Ya no podía luchar… sólo quería que lo dejaran…

“¿Por qué no lo disfruta, amo?” Preguntó el otro esclavo en tono cínico. Él intentó por última vez alejarse, sin éxito. “La otra golfita sí que lo disfruta, ¿o no?”

Le quitaron la mordaza, por lo que pudo soltar un sollozo. “D-déjenme” Fuera de parecer una orden parecía un ruego.
El esclavo lo giró sin salir de él, haciendo que gritara de dolor, recibiendo un golpe de parte de ambas mascotas.

El doncel le tomó del cabello. “Disfrútalo” Le dijo con odio “Después de todo, eso es lo único que ustedes saben hacer, ¿o no?” Jaló con más fuerza sus cabellos, forzándolo a levantar la cara. “Esto es lo que nos hacen y nosotros ya nos cansamos. ¡Esto es lo que ustedes nos hacen a nosotros así que más te vale ponerte duro con verlo y sentirlo!” Logan chilló adolorido cuando el doncel lo obligó a ver la cama donde James estaba amarrado.

Pero no era James quien estaba ahí.

Las cuerdas que lo mantenían pegado al mueble estaban tan tensas que sus manos y pies estaban morados.  Y Emett no parecía notarlo, estaba quieto en la cama, con rastros de lágrimas en sus mejillas… tan quieto que ni siquiera su pecho se movía para respirar… estaba mortalmente quieto.

El varón lo volvió a girar, golpeándole en el estómago. “¿Ya lo disfrutas, perra?”

Despertó de golpe, la respiración acelerada y la frente llena de sudor frío.
No estaba en el cuarto de James, no tenía trece años, y el único esclavo que estaba encima suyo era un Emett que dormido le correspondía al abrazo del que no le había soltado.

Se tranquilizó, pasó su mano por la melena del menor, quien abrió los ojos con el contacto.
La mirada entre asustada y confundida de  su esclavo por alguna razón le causó un calor en la cara.

-Buenos días… - Dijo sin saber qué decir.

El rubio pareció pasar por lo mismo, notó que estaba enredado a su propietario y se erizó. – B-buenos días, amo… - Respondió bajito.

Logan le acarició la barbilla raspada. – Lamento el teatro que hice anoche… es por eso que no tomo.

Un amo no se disculpa con su esclavo, pero él asintió en silencio, aceptando la disculpa con la cara roja. Si alguien hacía una semana le hubiese dicho que su amo podría ser así de vez en cuando, muy probablemente no le habría creído. No lo creía todavía, aunque le gustaría mucho hacerlo.

-Ve a preparar el desayuno – Le dijo, liberándolo. Él susurró un “sí”, separándose lentamente para ir a la cocina.

La mañana había sido pesada a su parecer, todo gracias a la maldita resaca, además de las cosas que recordaba de la noche anterior. Necesitaba resolver todas las dudas que tenía, y sabía a dónde ir para hacerlo… sólo que una parte de sí no quería.

En el camino llamó para avisar que iría, a sabiendas de que sus padres nunca se disgustaban de sus contadas visitas. De hecho, al llamarles estos le dieron una noticia que habría preferido no tener: Derek estaba en casa.

-Mi amor – Saludó su madre con un abrazo. - ¿A dónde fuiste con James anoche? De repente los perdí de vista… ¿te encontraste con alguien de tu interés?

El castaño sonrió de lado, sintiendo la mirada del doctor sin siquiera tener que confirmarlo – No, la verdad es que volví a casa después de la fiesta – Mintió. - ¿Qué hacen?

-Hamburguesas – Respondió su madre con una mueca resignada. – Derek insistió en que las hiciéramos nosotros, ya ves.

-Hey – Se quejó el amigo de sus padres. – No es mi culpa que ustedes hayan olvidado ya cómo se prepara una simple hamburguesa.

La mujer rodó los ojos, antes de dirigirse a su hijo. – Tu padre subió al despacho, seguro que estará muy contento de que hayas venido… ¿te vas a quedar a comer?

-No sé – Admitió. – Igual y sí. Con permiso. – Avanzó a las escaleras que lo llevaban directamente al despacho de su padre, evitando voltear a la habitación donde todo había pasado.

Abrió la puerta, encontrándose con el hombre que acomodaba algunas cajas dándole la espalda.
-Sofía, estoy ocupado, ya les dije que no puedo perder el tiempo haciendo las… - Su padre se giró antes de terminar la oración, lo miró confundido.

- ¿Haces eso para no ir a ayudar? – Preguntó Logan con una media sonrisa. – Sí, yo también lo haría.

-Derek es mi amigo – Dijo Louis, dejando caer una de las cajas. – Pero maldita sea, ahora sé por qué su esposa se divorció de él, busca el modo de hacerte sentir mal tan sutil y efectivamente…

-Sí, sobre eso… - Logan carraspeó. – Hay algo que quería preguntarte…

-Bueno, puedes hacerlo – Su padre se sentó en uno de los sillones. – Entre más tiempo nos tomemos mejor para mí.

Él se lo pensó mejor. Si estando ebrio su cabeza era un lío, ahora era mucho peor. – Cuando me dijiste eso del entrenamiento especial para las mascotas que nos comprabas… -Su padre asintió, extrañado por el tema. - ¿De cuánto tiempo de entrenamiento hablabas?

-Del que fuese necesario – Soltó el adulto, con un tono que daba a entender que no sabía por qué el tema ameritaba la seriedad de su hijo. La cara sorprendida del menor le confundió aún más. Frunció el ceño, acomodándose mejor en el sillón. - ¿Te hizo algo esa zorra?

-No – Negó de forma neutral, reprimiendo la expresión asqueada que estaba a punto de hacer… más bien lo contrario. – No, ¿qué me iba a hacer? Ya no soy un niño y él… tampoco es como esos dos…

-Bien – Su padre asintió – Es bueno que me lo digas. ¿Sabes si la zorra de James le ha hecho algo?

Logan negó con la cabeza. – Te pregunto por curiosidad. Esos esclavos que nos diste… ¿cuánto tuvieron de entrenamiento? Es que… no sé, está tan bien entrenado… quizá me interese comprar otro – Se aventuró a decir esa mentira, viendo cómo la expresión de su padre se relajaba.

-Sería muy complicado – Admitió este con una mueca. – Había comprado dos esclavos para ustedes cuando eran niños, con algunos años de diferencia y un entrenamiento de dos años para que fueran sus primeros esclavos… luego pasó eso y… -Puso una cara triste, lo poco que sabía de aquella ocasión le apesadumbraba todavía – Bueno… decidí aplazarlo un poco más. Con James fue más difícil que contigo, ya que tú no quisiste tener nada que ver con esos animales sino hasta mucho después… decidí dejarte al doncel que te había comprado y que sus entrenadores usaran las mejores medidas de sumisión con él. – Se encogió de hombros – La putita comenzó a eso de los siete u ocho… hasta los diecinueve, que te lo di por tu cumpleaños. Te podría decir en qué agencia lo compré, pero no te puedo asegurar por el entrenamiento… a menos que quieres esperar para que yo lo compre y…

-No, está bien – Aseguró Logan. –Con saber me basta, entonces… ¿a qué te refieres con eso de que con James fue más difícil? – quiso saber.

-Ya conoces a tu hermano – Respondió Louis – Sabes lo caprichoso que es y lo mucho que detesta esas cosas. Solo le bastó con ver al doncel que yo le escogí para que me dijera que no lo quería. Que, de hecho, no quería que existiera – El hombre puso la cara que un padre pondría al hablar de un regalo costoso que fue desechado así porque sí – Tuvieron que pasar años para que me pidiera un varón mucho más joven que él... y encima él quería ser quien lo entrenara – Rio por lo bajo con el recuerdo. – Lo hubieras visto intentándolo.

Logan asintió, la naturalidad con la que se lo decía su padre no le extrañaba. Era cosa de siempre el escucharlo decir cosas acerca de la servidumbre con esa naturalidad. Aunque… pensar en el trasfondo de esas palabras, en lo que cada una implicaba sabiendo apenas una fracción de lo que Emett o James pasaron… sumado a lo que el amigo de su padre le había dicho.
-¿James no quería que su esclavo existiera? ¿Y tú qué hiciste?

- ¿Qué iba a hacer? – Preguntó su padre. – Mi hijo quería que esa mascota muriera. Y no es como si su vida valiera mucho… creo que hasta el varón que terminó adquiriendo es más lindo.

En arqueó una ceja, la imagen de su risueño y tranquilo padre asesinando a alguien… aunque de una mascota se tratase, era tan… extraña y retorcida, que su mente simplemente no podía asumirla. - ¿Cómo?...

Entonces su padre hizo una mueca disgustada. – Espera… ¿por qué tanta curiosidad al respecto?... ah, ya, ¿Derek te lo dijo? – Preguntó, en tanto el muchacho asintió él lo hizo igual – Ya veo… ¿te contó alguna cosa… de cómo fue?

-Sólo me comentó que tú habías matado un esclavo… no me dio ningún detalle – Algo en su pecho se erizó mientras lo decía y su padre lo veía más aliviado… por un segundo vio preocupación en su semblante. - ¿Cómo fue?

-Logan…

- ¿Cómo fue? – Repitió en tono autoritario. ¿Por qué no le quería decir? – Era sólo una zorra, ¿no?, yo ni sabía de su existencia, y dijiste que ni siquiera era muy lindo o valioso…

El adulto hizo otro gesto, sus manos se juntaron, buscando las palabras. – James quiso que los esclavos que los lastimaron a ustedes lo mataran – Soltó entonces. – Esas alimañas obviamente no querían… el doncel suplicó de rodillas el perdón de James para no hacerlo, pero este se negó, ¿y quién lo haría? Creo que eso y matarlos después fue el mejor castigo que les pudieron dar.

La garganta se le secó ante la mención de esos dos esclavos. Podía recordar casi con nitidez esa tarde, los insultos… las humillaciones… la mirada de odio de ambos mayores… y la expresión del pequeño James que los veía con lágrimas en los ojos… ojos sin brillo, sin sentimiento…
-James…

-Estaba muy enojado – Su padre rio por lo bajo. – Nunca le preguntes qué le hicieron, no se pondrá muy bien.

-Pero, ¿él quiso ver cuando lo mataron? – Preguntó pasmado.
Había pasado todos esos años imaginando a esos esclavos como victimarios, no podía imaginar a un James de once o doce años viendo cómo contra su voluntad esos dos mataban a un niño más pequeño… a un niño de ocho o siete años si consideraba lo que Emett y su padre le habían contado. - ¿Y qué tiene que ver Derek con eso?

-Derek estaba conmigo cuando nos avisaron que esas dos alimañas “no podían” matar a la putita. – Soltó. – Estuvo ahí cuando yo mandé decir que después me encargaría yo de ellos… Y no, tu madre no dejó que tu hermano viera tal cosa. De todos modos, dudo que eso fuera agradable para un niño de once años.

-Y tú accediste… así como así… - La información finalmente entró, hizo una mueca – tu hijo te pidió que un esclavo que no conocía, ni había visto más de una vez, viviera lo que él vivió y luego muriera, y tú accediste. ¿O me equivoco al decir que eso quiso?

-No, no te equivocas – Dijo su padre. – Logan, ¿eso te afecta?... hijo, te he dicho miles de veces que…

-Que ellos se lo merecen – Murmuró. Emett no había hecho nada para tener esa vida, y muy, muy probablemente ese otro niño tampoco. – Sí, lo sé. Es sólo que… - Se encogió de hombros. – Es raro, ¿no?, los ves moverse, hablar… llorar… ¿es sencillo no pensar que eso no es lo que buscaban? – Vio a los ojos a su padre, reconociendo a ese hombre que lo cuidó y protegió, pero también al señor que en ese momento le contaba todo aquello sólo con el mismo pesar que alguien pondría al decirle a su hijo pequeño que había visto un perro muerto en la calle o algo por el estilo.

- ¿No lo es para ti? – Preguntó su papá. Suspiró – Mira, Logan. No sé por qué pienso que me vendrás a dar esos cuentos baratos que ya he escuchado de otros. Y me duele que te dejes manipular así. ¿Qué tal si cambiamos el tema? O mejor, bajamos a la cocina, a ver si esas hamburguesas ya están. – El hombre recuperó el ánimo, dándose una palmada en la pierna en señal de que daba el tema como cerrado.

El muchacho se quedó plantado en su lugar, viendo al mayor avanzar. Lo siguió lentamente, fijándose ahora en los sirvientes que limpiaban el piso o los muebles, dando pequeñas reverencias al notar que pasaban a su lado.

Jamás le había asqueado tanto estar en esa casa. Ni había caído en la cuenta de que el único sentido que le podía encontrar a su familia, lo único que podría hacer que todos estuvieran felices y unidos era la ignorancia.

Sofía se había cansado de quejarse por la mayonesa atorada en sus uñas y el molesto ajonjolí que se caía y enredaba en su ropa… mientras su amigo le iba pasando más panes había optado por cantar una cancioncita para dejar de pensar en eso. Justo cuando su hijo y su esposo entraron a la cocina, sonrió con emoción.

- ¡Logan! – Le llamó al menor. - ¿Podrías terminar de ponerle mayonesa a los panes, cariño? – Lo miró haciendo un puchero.

Su hijo sonrió – Seguro. – Se acercó al lugar donde estaba la mujer que apurada se quitaba el delantal y se lo extendía.

-No se te olvide la mostaza también, mi amor – Le dijo al lavarse las manos.

-Yo creo que iré por refresco y cerveza – Dijo Louis. - ¿Alguien quiere ir?

-Probablemente Sofía – Adivinó Derek. – Entre más lejos de la comida cruda está, mejor – Sonrió con burla, viendo a la castaña que lo fulminó con la mirada.

-Odio decir que tiene razón – Añadió ella, tomando del brazo a su esposo. – Qué vergüenza, nosotros huyendo mientras las visitas hacen todo el trabajo… Logan, amor, allá arriba está la servidumbre… haz entrar en razón a este hombre y siéntense en lo que venimos.

El muchacho se encogió de hombros – Esto no me molesta, mamá. Ustedes vayan sin cuidado – Aconsejó, sonriéndole a su madre para darle confianza.

A veces su mamá podía actuar como una niña pequeña… y él de cierta forma lo creía también al verla actuar así, alejándose más tranquila, quejándose de lo “terrible” que era preparar la carne cruda y aferrándose al brazo de su esposo que sólo asentía a las quejas.

Se formó un silencio en la cocina apenas opacado por el sonido de la carne al coserse.
Fijó toda su atención en los panes que quedaban por llenar, que no eran muchos, no quería decir un “tenías razón”, ni tampoco que el mayor le sermoneara de nuevo.
Era difícil pensar en el asunto cuando ahora había cientos de imágenes, cada una más perturbadora que la anterior ocupando sus pensamientos.

- ¿Les dijiste a mis padres lo del esclavo? – Optó por decir una vez que se acabaron sus “deberes”

Derek fue poniendo la carne y el queso derretido en los panes. - ¿Por qué habría de hacerlo? – Respondió sin verle. – Ya sé cómo reaccionarán.

Logan rio por lo bajo. Él también ya lo sabía. Luego suspiró con resignación. - ¿Podrías programar una cita en tu consultorio para él? – Preguntó con la cabeza agachada.

El amigo de sus padres lo vio sorprendido. - ¿Qué le hiciste?

-Nada – Contestó entre afectado y molesto. – Es sólo que en tu consultorio hay aparatos que quiero que utilices con él… dudo mucho que te los puedas llevar a la casa si son partes del hospital…

-Tienes razón – Optó por decir el otro. – Llévalo mañana a eso de las once. – Le anunció.

Logan asintió, recargándose en la barra/desayunador – Gracias.
Decidió evadir la confrontación, el adulto hizo lo propio, posiblemente desconfiando de él, pero eso no importaba por el momento. Estaba todavía en el lío de su mente como para lidiar con el lío moral que significaba hablar con Derek.

Al cabo de un rato llegaron sus padres hablando de cualquier cosa sin importancia con la que se pudo unir sin tener que hablar de eso con el doctor.

Notas finales:

Estoy teniendo un pequeño problema de inspiración después de este capitulo, no sé si tarde mucho para escribir el sguiente (lo he borrado tantas veces que ya ni las puedo contar), y es que no me termina de gustar a mí, así que.... D:

Eso, además de que en este momento tengo problemas con una materia que no me cargaron en la escuela y al parecer era obligatoria, que es probable que tarde un poco más para actualizar el resto de los capitulos. Espero no se molesten o se asusten si tardo en subir, es por eso.

Nos leemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).