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¿Tu dolor o el mío? por only_hope

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Notas del capitulo:

Voy a dejar esto por aquí y como la adolescente de diecisiete años que soy, voy a salir huyendo *Se vuelve a esconder en un bote de basura*

La mujer entró con una expresión seria, viendo a su hijo menor, quien tenía acorralado al supuesto novio de su otro hijo. Negó con la cabeza. – He dicho que lo dejes.

-No es lo que Logan nos dijo, mamá – Soltó de golpe a esa putita, sin apartar de esta su mirada despectiva – Es solamente un…

-Sé lo que es, James. Y eso no cambia mi orden. – Tras toda esa escena, Emett veía con temor lo que fuera a hacer ella después de tal anuncio. ¿Ya lo sabía?... ¿Su amo se lo había dicho?

-Si sabes que es un simple esclavo entonces deberías acusarlo a él – James negó con la cabeza, sin entender el comportamiento de su madre. – Sabes lo que hace la bazofia como él, por no decir lo que trata de hacer con tu hijo.

Sofía recorrió con la mirada al esclavo rubio del que estaban hablando, tenía la cabeza agachada, como cualquier otro en señal de respeto, o quizá de vergüenza, y se sorbía la nariz a causa del silencioso llanto. – Eso se tiene que ver con Logan, James. Y tu padre ya lo está haciendo. Ahora, me gustaría saber qué están haciendo en los dormitorios de la servidumbre, pero no por el momento. – Suspiró, una reprimenda no parecía ser lo ideal para el esclavo frente a ella, puso su mano en el hombro del chico. – Vámonos de aquí.

James vio a esa putita asentir, yendo a un lado de su progenitora, quien no apartaba su mano de ese hombro. El sólo contacto le daba asco, de ser muy sinceros, pero era su madre de quien estamos hablando, ella muy probablemente tampoco estaba disfrutando mucho de ello y ese pensamiento le tranquilizó.
Fue detrás de ellos, pensando que, si su padre ya lo sabía sólo era cuestión de tiempo para que esa perra dejara de ser molestia.

Emett se iba acomodando mejor la ropa, frente al tumulto de emociones que golpeaban en su pecho se limitó a sentir vergüenza por estar haciendo aquello junto a la que se suponía era su suegra. Que no lo era, eso ya todos parecían saberlo. La emoción que la mujer antes había mostrado ya no estaba, y no podía ser buena señal.

-Bien, si papá y tú ya saben entonces no tengo más nada que hacer aquí – James se encogió de hombros, sacando un cigarrillo de su pantalón una vez que estaban los tres en el interior de la casa. Si todo iba como quería, Sofía no tardaba en colapsar y en ir tras Logan, y aunque la escena se le antojaba de lo más entretenida, el imaginar a su hermanito tras de él ya no lo era tanto. Esa confrontación era por el momento algo que James quería postergar.
Vio a su madre asentir de forma ausente, le hizo una seña de <<adiós>> al esclavo para enseguida salir de ahí.

Emett estaba a punto de decir algo cuando ella se dejó caer en una de las sillas de la cocina, haciéndole un ademán para que se sentara a su lado, a lo que él obedeció. Sabía que tenía que justificarse o al menos intentarle decirle algo, pero tenía tantas cosas en la cabeza, y estaba tan mal por lo que el hermano de su amo le había contado… que no se le ocurría ninguna cosa con la que se pudiera defender.

-Tu bebé es hermoso – Fue lo primero que ella le dijo después de unos segundos, con voz queda y entrecortada.

-¿Disculpe? – Balbuceó, confundido.
Por toda contestación, ella le entregó el sobre que habían dejado ahí en esa cocina, junto con una imagen suelta.

-Es la única que he podido ver. – Decía mientras él las recibía,  en la imagen se podía ver perfectamente la carita de su bebé, con sus ojitos cerrados y una nariz redonda y pequeña. Se secó los ojos con una servilleta, haciendo lo posible por no dañar su maquillaje. – Jamás pensé ver algo tan maravilloso viniendo de un esclavo.

-Lo siento… - ¿Qué más podía decirle?, no sabía cómo actuar frente a esa familia, pero por lo pronto no quería más problemas con otro integrante.
Además, había veces en las que a él le costaba también asimilar que tenía a ese hermoso niñito que estaba en la imagen creciendo dentro suyo.

Sofía negó con la cabeza. – Cuando volví a la mesa no había nadie, mientras los buscaba escuché de lo que hablaban mi esposo y Logan… así me enteré. – Suspiró. – De cierto modo, ya debía imaginarlo. Era por eso que Logan no había querido decirnos. Él y James nunca quieren contarnos nada, ¿sabes? principalmente a mí y… tal vez él creía que me lo iba a tomar mal, pero no es así.

El esclavo de su hijo alzó la mirada para verla, posiblemente sintiendo curiosidad de sus palabras. Suspiró, cruzándose de brazos por encima de la barra. – No sé qué tienes tú que te haga diferente de los otros sirvientes, y quizá nunca vea la diferencia, quizá ni siquiera existe. Pero dos animales que se hacían llamar esclavos hirieron a mis hijos… y aun así uno de ellos te atiende, finge que eres su novio, tal vez te está defendiendo de mi esposo allá afuera y… tú estás esperando un bebé de él. – La castaña meneó una vez más la cabeza, limpiándose las nuevas lágrimas. – He visto tantos cambios en mi niño… y no sé si debería odiarte o amarte por eso.

¿Podía su amo jugar no sólo con sus sentimientos, sino también con los de su propia madre? Ella sonaba muy convencida de lo que estaba diciendo, o al menos lo decía de un modo que conseguía contrariarlo a él también. Emett bajó la vista en dirección a ese sobre, sin saber si debería o no decir algo al respecto, optó por contestar en voz queda. – Y-yo también… he visto cambios en mi amo, aunque… no creo que debería preocuparse por ello. – Ella lo vio sin entender, por lo que sonrió con tristeza. – Dudo mucho que él me vea como algo que no soy…

-¿Estás seguro? – Había llegado a pensar que el muchacho frente a ella trataría de adularla o hacer por ganársela de algún modo. Era un esclavo con el que estaba tratando, a fin de cuentas.
Tal vez su forma de ver a ese tipo de personas estaba ligeramente alejada de la realidad, considerando la aflicción con la que el menor asentía a su pregunta, no había miedo en ese semblante o molesta resignación, sólo… tristeza. – De acuerdo… - Respondió entonces en un tono más amable.

Logan entró a la cocina echando humo y con su padre a unos metros detrás hablándole a gritos.
No volteó ni una vez, fijándose entonces en las dos personas que ya estaban ahí, más específicamente en el rubio. – Vámonos. – Le indicó.

Emett asintió, levantándose de la silla y susurrándole a la mujer un <<Adiós>> que ella contestó con otro asentimiento.

-Logan… - Sofía se levantó también, queriendo alcanzar al mencionado, pero este no quería pasar ni un segundo más en esa casa.

-Te llamo luego, mamá – Le dijo con una falsa sonrisa, tomando de la mano a su supuesta pareja mientras esta metía la ecografía en el sobre. No creía necesario el llamar; en tanto su padre le dijera a ella todo lo que le había estado diciendo a él en el jardín ya no sería necesario ningún tipo de contacto.

Salieron de la casa en cuanto el adulto terminó de entrar a esta. Logan se subió al auto de su lado y Emett le siguió con la cabeza agachada y expresión vacía.
Quizá si el primero no se hubiese enfrascado en el camino y en sus propios pensamientos habría notado el aura afligida que rodeaba una vez más a su esclavo, y que había desaparecido hacía unos cuantos días.

Logan siempre había sido impulsivo y eso no era un secreto para nadie que lo conociera. Sin embargo… siempre se pensaba las cosas que le importaban antes de hacer estupideces que le perjudicaran, siempre pensaba en las mentiras que diría, o se repetía detenidamente las cosas que le confundían. Lo hacía para entender, para no parecer un idiota en frente de las demás personas o en frente de sí mismo. Sólo que ahora esa conversación, por donde la repitiera, por donde recordase lo que él había dicho y lo que su padre le había contestado… no hacía más que ponerlo peor.

“Tienes que hacer algo al respecto, Logan, de lo contrario yo lo haré, porque ni pienses que voy a ser yerno de ese esclavo, ni abuelo de ese engendro”. ¿Cómo es posible que unas palabras que ya te esperas te peguen así? Se sentía frustrado por permitirse ir y hacer todas esas estupideces sabiendo que las cosas iban a terminar mal, y, aunque lo negara, se sentía herido porque no quería perder a nadie.

Suspiró, terminando por estacionar el auto frente a su casa. Salió de su lado y le abrió al otro, fijándose entonces en el esclavo que se acariciaba el vientre y se encogía de forma sutil. - ¿Todo bien? – Decidió preguntarle, ayudándole a salir de ahí.

Emett no creía saber qué era lo que le podía herir más, si los tratos crueles de su amo,… o sus tratos amables. Ni tampoco sabía si eso era una broma o no, pero debía ser algo parecido si el mayor le había ido a contar todo a su hermano, a sabiendas de lo burlesco y violento que este era… - Sí – Le dijo apagado, alzó la mirada al notar el modo con el que el castaño le miraba, como si se preocupase por él. – Gracias.

-Ni hablar, gracias ti por venir y actuar conmigo – Cerró esa puerta, entrando entonces a la casa. – Pero todo fue en vano, mi padre ya sabe lo que eres.

-Su madre también- Contestó, siguiéndole.

-¿Ella ya sabe? – Bueno, eso era nuevo. Sólo así cayó en la cuenta de lo más importante. - ¿James le dijo? ¿Dónde estaba él? – Ni siquiera se había fijado en si su hermano estaba o no ahí cuando salieron, lo que era una lástima ahora que se moría de ganas de ajustar cuentas con él, ya no tanto con golpes, pero al menos con palabras.

-No, ella… escuchó algo de lo que usted y su padre se dijeron, o eso me dijo… cuando su hermano quiso decirle la verdad ya la sabía. – Se encogió de hombros. – Él se fue después de caer en la cuenta de que ya todos lo sabían en esa casa.

Llevarlo a ese lugar, prometiéndole que le cuidaría y al final no hacerlo, dejarlo a merced del otro castaño, convencerlo de que debía fingir ser alguien más para que después de todo resultara que el único que seguía con la mentira era él… ¿qué más podía seguir? ¿Los golpes, las burlas de siempre? ¿Los apodos y las caricias bruscas que sólo le sacaban lágrimas?... ¿Las mordazas y la silla de ruedas?

-Emett… - Logan no sabía la razón, pero el menor sollozaba, con gruesas lágrimas saliendo de sus ojos que él empezó a secar con suavidad. - ¿Qué pasa? – Frunció ligeramente el ceño al ver esos ojos verdes cada vez más acuosos, creyendo entender la situación. – ¿Te hicieron algo mientras yo no estaba?

Emett ya no podía más, se mordió el labio, negando con la cabeza.
“Darías lo que fuera porque dejara de ser brusco contigo y cumpliera todas esas mentiras que te ha dicho”, ¿eso podía ser cierto? Las manos de su amo se sentían tan distintas cuando en lugar de herirlo le secaban las lágrimas, y quizá sólo ese toque bastaba para responder su propia pregunta.

Logan lo miró con desconfianza, aunque suponía que eso era justo lo que asustaba más al chico, era evidente que algo le había pasado. Tan evidente que le dolía no saber qué era. – Ven, siéntate. – Lo guio al sillón, escuchando sus suaves gimoteos en respuesta. Los ignoró, sentándose a su lado y secando nuevas lágrimas. - ¿No quieres decirme qué pasó?

-Va… ¿Va a molestarse conmigo? - ¿Qué pasaría si le dijera lo que el joven James le había contado? Su amo ya antes le había golpeado por haber estado a solas con el doctor Derek, y eso que no hubieron caricias de por medio y el doctor le había avisado, al contrario que con el hermano de su amo…
Todos los nuevos tratos, todos los nuevos mimos… ¿se acabarían así, nada más si le decía todo?  ¿Y qué si todo era parte de un juego? ¿Entonces acabaría en tanto el amo supiera que él le había descubierto?

-¿Qué pudo haber pasado para que me moleste? – Preguntó Logan en un tono bajo, sin entender la razón de los temblores del esclavo – ¿Tú y el chico que defendí follaron salvajemente en frente de mi mamá y mi hermano? – Optó por bromear, conformándose con la mirada contrariada de Emett.

-No – Cedió, haciendo reír a su amo por lo bajo.

-Entonces no tienes nada de qué preocuparte. – Pasó su mano por el cabello claro del esclavo, sonriendo de forma jovial para darle confianza. – Dime.

Emett  bajó la vista, sintiendo más ganas de llorar. No podía contarle todo, no si quería recibir la menor cantidad de agresiones de parte del castaño. – S-su hermano… lo sabía desde un principio y… me dijo que usted se lo había dicho. – De reojo vio la expresión de su amo, no necesitaba verle mucho para saber que estaba molesto… aunque, de verla, en esa expresión no había sorpresa  ni nada que le diera a entender que esa noticia era nueva para su amo… entonces él ya lo sabía, y eso al esclavo lo asustaba y hería a partes iguales. – Q…que había montado todo esto… para burlarse de mí y… no sé qué cosas más… - Se le salió un sollozo al decir aquello, sin poder evitar querer ver a los ojos del otro, por mucho que le intimidaran esos ojos, por mucho miedo que le inspiraran sus agresiones… sólo quería verlo y que este le dijera la verdad. – Es… ¿es eso cierto, amo?

Logan en arqueó una ceja, Emett estaba desconsolado, y la razón por la que lo estaba le era completamente nueva. - ¿Eso fue lo que te dijo él? – Soltó, viéndole sollozar y asentir a la vez. Respiró hondo. El muchacho rubio no dejaba de encogerse, por lo que lo tomó de los hombros para llamar su atención. – Emett…

-¿Es una broma? – El esclavo soltó. – Yo… lo siento… lo siento, en verdad, pero… pero ya no lo soporto más. Si es un juego lo entenderé, pero… necesito saberlo… y no quiero molestarle, es que… - Tragó saliva, comprobando entonces que su amo no le iba a agredir por el momento. – Es que usted… está siendo tan amable y… yo… no estoy acostumbrado a eso, no… -Agachó la cabeza – no debería ser así…

-¿No debería ser así? – Repitió, su esclavo no dijo nada más, tomó una de sus manos, acariciándola. – Lo sé… debí de haberte tratado mejor desde antes.

-No es lo que… - El rubio hizo por decir, siendo interrumpido por el otro.

-No es una broma, Emett. No tendría por qué jugar así contigo. James sólo quería herirte, y yo tenía que estar ahí para defenderte. – Emett se veía tan herido… ese sólo pensamiento le llenó de rabia, más no lo mostró. Esa expresión y esos sollozos no se lo permitían– Tenía que haber estado ahí…

-Usted… tenía que estar con su padre. – Balbuceó. – Lo entiendo… eso es más importante.

-Claro que no – Mucho menos contando todo lo que le había oído despotricar al adulto. – Tú me importas más. – Le dijo con calma, viendo la sorpresa en la carita lagrimosa y ya no tan maquillada de su esclavo, la limpió un poco más, sabiendo que este buscaría un modo de negar lo que le acababa de decir.

-¿Y-yo?... - ¿Importante? ¿En qué sentido podría él ser importante para alguien?... No sería una broma, pero todas esas palabras hacían que el rubio se sintiera más y más extrañado. El castaño le dio un beso en los labios tan corto que ni siquiera le dio la oportunidad de reaccionar. – Amo…

-Quiero cambiar contigo, Emett – Optó por decirle, tomando ya ambas manos de este. – Déjame hacerlo. Y no me refiero a que te dejes hacer por mí… sino a que dejes de dudar y confíes…

Emett negó con la cabeza, sintiendo tantas cosas a la vez que le confundían  más. – Yo confío en usted… - Murmuró, desviando la mirada sin poder evitarlo.

-No es verdad. Dudas de mí, y no te culpo, pero… - ¿Por qué lo pensaba tanto? Suponía que era una buena idea la que pasaba por su cabeza, sin embargo, tenía aún en cuenta la posibilidad de que el menor rechazara su contacto como lo había hecho la última vez. Soltó una de sus manos, acariciándole el pecho. – Quiero que dejes de temerme si hago esto…

Tragó saliva, reteniendo en sollozo que iba a salir por inercia tacto. Si todo era una broma, estaba por terminar, y ese pensamiento le hizo querer llorar más.
Había vivido tantas cosas malas que empezaban con toques así… el que este fuese más mimoso y dulce le era nuevo, le asustaba. Eso Logan lo trataba de comprender, lo hizo con lentitud, sin perder de vista sus reacciones, cosa que a Emett le impulsó a reprimir más esos gestos de miedo.

-Todo está bien, ¿ves? - ¿Podía un esclavo ser así de tierno? Le dio por pensar.  El menor veía su mano subir y descender por su pecho aún con la ropa encima, Logan lo hacía para que se tratara de acostumbrar a esa sensación, pero empezaba a sentir curiosidad de lo que haría el rubio cuando pasara de su pecho a otras zonas de su cuerpo.

Asintió, hacía por respirar de forma profunda, y cuando el miedo disminuyó ya sentía las mejillas rojas e inundadas. Levantó la vista, viendo a su amo recorrer su playera, sin quitarle aún ese saco que traía. Relájate, se pidió. Sólo… relájate, por lo que más quieras…

-No te voy a forzar sino quieres – Le prometió. – Tú dices que pare y lo haré. ¿Bien?

Asintió, incrédulo a esas palabras y sin poder evitar un sutil temblor. – B-bien… - Esos toques… eran tan extraños. Su cuerpo sentía el cálido contacto que le brindaba su amo, reaccionando de un modo que no había experimentado antes.

Logan sonrió, aunque la vista de ese pecho tembloroso tan pálido como pintado de moretones y cortes le puso incómodo, empezó a mimar los botones rosados de su esclavo, mismos que anteriormente había mordido y pellizcado con crueldad, la sensación le era curiosa, y aunque quisiera subir el nivel, la expresión del más bajo le recordaba que no podía ser tan brusco, empezó a descender, Emett recargó la cabeza en uno de los cojines de aquel sillón, mordiéndose el labio para reprimir un leve gemido que llamó la atención del otro.

-Todo está bien – Era raro el estar diciendo eso mientras el calor empezaba a subir por su cuerpo, trató de acomodarse encima del esclavo, atento a sus gestos.

Emett se tensó, encogiéndose en su lugar, cerró los ojos con fuerza, esperando el momento en que, de estar jugando, llegaría la brusquedad y crueldad. Pero estas no llegaban, los labios de su amo hacían una tarea muy parecida a la de sus manos, recorriendo la piel de su cuello y haciendo que él reprimiera un chillido por la sorpresa. Logan sintió ese estremecimiento de parte del esclavo, pero siguió haciéndolo, deleitándose con esa piel dulce y frágil. Lamiendo y mordiendo muy sutilmente el cuello y pecho del rubio, notando además su respiración agitada.

-Voy a quitarte la ropa – Murmuró, sintiéndose despertar con todas esas caricias y esa visión. - ¿Está bien?

El esclavo lo vio sin entender, ¿le preguntaba o le anunciaba que lo haría? De cualquier manera asintió, sin saber tampoco la razón por la que sentía expectación y temor por lo que su amo haría.
Era la primera vez que alguien lo tocaba así. Le ayudó quitándose el saco y alzando lo brazos para retirar la playera, la primera vez que unos labios besaban sus hombros y unas manos mimaban su torso al bajar por este… la primera vez que alguien atendía así su cuerpo hasta provocarle escalofríos. Sus labios estaban sellados, ahogando sus gemidos.

El amo se detuvo, ya cuando estaba por sacarle el pantalón, para ver al muchacho que respiraba agitadamente debajo suyo. – No te reprimas –Indico, abriendo los labios del esclavo con una de sus manos, sonriendo por la expresión contrariada de este. – Si lo haces no sabré si te gusta.

“¿Le importa?” – S-sí, perdón – Dijo con dificultad. No tenía ni idea de cómo hacer eso, y estaba tan confundido por esa situación, su amo se mantuvo así unos segundos, para después, con un <<descuida>>, prosiguió con ese pantalón. A pesar de la poca ropa que estaba llevando ahora (nula, en realidad) el calor no le abandonaba. Cerró una vez más sus ojos, haciendo lo posible por dejarse llevar con las nuevas sensaciones. Por esa mano que acarició primero por encima de la ropa interior su semi flácido miembro, sus ojos se fruncieron estando cerrados. – Ah… - Dejó escapar por primera vez, en un gemido que más bien era otro gritito. Emett hacía lo posible por no tensarse, pero todo eso era tan desconocido y aterrador a su parecer.

Logan lo veía atento, el miedo dibujado en esa cara ruborizada. Empezó su tarea con un lento vaivén, simulando lo que haría después y masturbando esa extensión del esclavo. - ¿Duele? – Preguntó, aunque sabía que la respuesta sería negativa, quería que Emett lo dijera por sí mismo.

Este tardó unos segundos en comprender, negó suavemente con la cabeza, cada vez más cohibido. No había caído en la cuenta de que realmente desconfiaba de su amo hasta ese momento, cuando la angustia por lo que vendría quería desaparecer, cediendo apenas por un bajo gemido que le provocaba la hábil mano de su amo. Sus cuerpos se movían acompasados por lo que este hacía, y deseó poder aferrarse al mayor sin esperar dolor.

Poder confiar en él… al menos una vez…

Todo eso era muy lindo, seguro que sí, y Emett parecía estar más tranquilo, eso estaba bien. ¡Pero él no creía poder aguantar más! Se detuvo, empezando ya sentir dolor en su entrepierna por culpa del pantalón y ese vaivén. Respiró hondo, bajándose entonces la prenda. – Emett… - Esperaba que con ese tono que había utilizado su esclavo entendiera la súplica, porque no tenía promesas para darle estando ya así.

-S-sí – Entre abrió las piernas, sus manos temblaban al buscar de qué agarrarse mientras el amo se acomodaba. Cerró los ojos con fuerza para cuando llegara la estocada.

-No – Abrió los ojos lentamente, mostrándole un par de dedos. Respiró un poco más. – Haremos esto bien, ¿De acuerdo?

Siguió entonces las instrucciones de su amo, lamiendo esos dedos, más un tercero. Hizo lo posible para relajarse, sin perder de vista ninguna de las acciones de su amo, quien besó su frente con dulzura en tanto terminó de hacer eso. – Trata de levantarte un poco – Susurró el castaño, siendo obedecido lo más pronto posible.

-Ah… - La intromisión no era para nada brusca, el largo dígito de su amo se abrió paso por la entrada, siendo seguido por un segundo. Su respiración no podía acelerarse más, inconscientemente cerró sus manos en puños alrededor de la camisa de su amo al sentir el tercer dedo. No sabía mucho de preparaciones, pero intuía lo que vendría entonces.

Logan jugueteó un poco más con sus dedos, nunca antes había escuchado unos gemidos tan dulces como aquellos. – Iré lento – Anunció, sacándolos de a poco. Lo último que quería era herir más esa piel desgarrada.

“Lento… por favor”… Sus ojos se llenaron de lágrimas, aunque por el momento su amo parecía seguir con todas y cada una de sus palabras. Ese miembro, que miles de veces le había violado de tantas y tan dolorosas maneras, empezó a entrar. Se mordió los labios para reprimir un grito, cuando los brazos de su amo le acunaron en su pecho.
Alzó la vista, tan avergonzado como se podía estar en su situación. Encontrándose con la mirada de Logan, este siguió presionándole contra su pecho con un brazo mientras que con su mano libre forzó a sus labios a que se abrieran. – No… te reprimas… - le recordó, introduciéndose más en esa cálida y conocida cavidad.

Otro gemido salió de esa boquita, su miembro terminó de entrar por lo que empezó con un lento compás, moviendo las caderas lo más suave que podía.

El esclavo hundió la cabeza en el pecho de su amo, incrédulo con el hecho de estar acostumbrándose a la intromisión que antes sólo le torturaba. Sus lágrimas fueron bajando por sus mejillas, y eso no quería que el otro lo supiera.

-¿Quieres que pare? – Preguntó con voz ronca, ¿eso sería posible? Lo más seguro era que no,  el placer que estaba experimentando, sumado a sus ansias por acelerar el paso... eran demasiadas, pero tenía que preguntar por el dudoso estado del menor.

Este negó con la cabeza con dificultad, no creía ser capaz de pronunciar palabra por culpa de sus gemidos y sutiles gritos, en su lugar se mantuvo agachado sin saber… por qué esa posición le daba más tranquilidad por el momento.

Subió un poco más la velocidad, sintiendo entonces los puños de Emett apretando con fuerza su camisa, escuchando esa vocecita dando un profundo suspiro. Sonrió, curioso por las reacciones que el tierno cuerpo del rubio podría tener ahora que ambos estaban excitados.
-Si te prometo… que seré gentil… - Murmuró.

-A… ah… adelante… - Seguía sin entender la razón de esas preguntas, pero no le disgustaba en lo absoluto esas atenciones que el mayor tenía con él.

Ante la afirmativa, Logan le separó apenas lo suficiente para acomodarse mejor, volviendo a atender el miembro ahora erecto de Emett. Subiendo y bajando al mismo ritmo que sus embestidas.
Esos encuentros que solía tener con el muchacho eran nada en comparación con aquello, definitivamente.

-Amo… - Quería gritar, más no de dolor, o sí, no… ¡No lo sabía! Su cuerpo se contrajo producto de las nuevas sensaciones, sintiéndose reventar.

Logan se recargó también en el esclavo, terminando por correrse en su interior. Soltó el aire que había en sus pulmones, sonriendo al comprobar la esencia blanquecina que estaba esparcida en su mano y parte de su camisa. – Emett…

Este se encogió más en su pecho, con las mejillas sonrosadas. – Lo siento… - Susurró con la voz entre cortada y ronca como la de su amo, aunque más aguda que la de este. – Yo… ahora lavo su… su camisa, fue… - Alzó la barbilla gracias a su amo, quien lo veía con una hermosa sonrisa completa, pasando su lengua por el líquido que había en su mano sin perderle de vista, avergonzándole.

-No es necesario – Respondió, moviéndose para quedar recostado en el sillón con el esclavo encima, procurando también el vientre abultado del chico. Esa vista era simplemente hermosa, aunque los rastros de lágrimas en esas mejillas no pasaban para él desapercibidas. Masajeó suavemente la espalda del esclavo, esquivando o acicalando algunas de las marcas que la adornaban.
-Hay tantas razones para que no me creas…– Susurró. – aunque quisiera que lo hicieras, no te voy a obligar, lo entiendes, ¿cierto?

Emett le escuchó en silencio, la pregunta de su amo sonaba tan sincera. Confiar en él, por lo menos en ese momento… ¿sería lo correcto?
No lo sabía, pero él siempre terminaba escogiendo creer antes de no hacerlo, y estaba tan cansado y con tantas emociones encima… - Sí – Cedió en voz queda, relajando poco a poco su cuerpo y cerrando sus ojos.

Lo último de lo que tuvo consciencia antes de caer en los brazos de Morfeo fue a su amo sacándose la camisa y cubriéndole con ella.

Notas finales:

*Asoma la cabeza desde el bote* ¿Qué les pareció? ¿Merece rw?

En fin! quería aprovechar este otro pequeño espacio para agradecer a las personas que han estado comentando la historia, a las que le dieron like a mi fb y a las personitas que me mandaron mensajes a través de esa cueta ñ//ñ
Una cosa es que a mí me guste la historia y otra muy distinta es que guste a otras personas, y no saben lo feliz que me hace saber que medio estoy logrando las dos cosas:3

Seamos amigos!
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