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¿Tu dolor o el mío? por only_hope

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Notas del capitulo:

Hola! :DD

Meh, no tengo mucho para decir hoy ñ.ñ
Este cap lo he estado corrigiendo varias veces, hasta que al final me gustó:D de cualquier manera estoy abierta como siempre a criticas y aportes que me quieran dar:DD (que quizá no tome en cuenta para la trama, pero sí para corregir o así)

Disfruten:DD

Tranquilidad es una palabra larga y que puede hacerte sentir más relajado cuando la escuchas.
Es una palabra que, pues, puede llegar a cumplir su cometido.

Aquel mes eso había sido, tranquilo, con tan pocas variables y con tantos detalles que al esclavo no dejaban de sorprenderlo y al amo no dejaban de hacerle ver lo equivocado que había estado anteriormente con el otro.

Tranquilidad era una palabra hermosa si a ella le agregaban los días que habían invertido viendo cosas para bebé, con la consulta de Derek y las pesadillas que se iban cuando al despertar se encontraban ambos enredados con la cercanía que de alguna manera alejaba el miedo con el que se despertaban.

Sí, tranquilidad era una buena palabra, pero sólo era eso. Una palabra, y Logan estaba consciente de que en la vida real, y más específicamente, en su vida, tranquilidad era apenas un espejismo al que no le quedaba mucho tiempo.

7:30 a.m.

No sabían cuánto llevaban así, Emett sentía la mano de su amo pasearse por su espalda con suavidad desde que le había despertado por una pesadilla, en ese momento la única luz que se metía por la ventana era la de las farolas de la calle, y ahora también lo hacían los tímidos rayos de sol mañanero. No habían cruzado palabra alguna después de un rato, al  caer en la cuenta de que su pesadilla trataba de Logan, y este en lugar de molestarse había asentido, acunándole ahí.

Una sensación así no debería existir en casos como ese, pero eso a su amo no parecía estarle molestando.

-¿Mejor? – Preguntó Logan en voz baja. El nudo que había en su garganta y en la boca del estómago no se iba, pero sabía que no se iría mientras siguiera viendo esos moretones ya inexistentes en la cara de Emett pero eternos en su espalda y mente.

Emett asintió suavemente, pegado como estaba, sin atreverse a levantar la cabeza por vergüenza. Logan suspiró, separando de a poco el cuerpo ya relajado de su esclavo y, antes de que se volviera a tensar, se sentó en la cama y lo acomodó mejor, dándole un beso prosiguió por secar las nuevas lágrimas. - ¿Seguro?

El rubio asintió una vez más, sonriendo levemente en respuesta a esos mimos. La pesadilla bien se podría disipar estando bajo los nuevos cuidados de su amo. Aquel pensamiento le era raro, pero se había vuelto más y más fuerte a medida en que pasaba el tiempo, creciendo y sacando raíces que se encajaban en su pecho.

Alguien que es cuidado así no debería soñar con otros tiempos, ¿verdad?

-De acuerdo. – Logan optaba por no presionarle.  Había notado que los gestos sutiles eran a los que el esclavo respondía  mejor. Sin soltar del todo el abrazo buscó su teléfono para fijarse en la hora, maldijo por lo bajo. – Tengo que ir a trabajar.

-Cierto. – Hizo por levantarse para ir a preparar el desayuno, a sabiendas de que, por muy olvidado que fuese a estar el trato, esa seguía siendo su obligación. Ni bien se separó de su amo este le tomó por los hombros. – T-tengo que…

-Ni hablar – Negó Logan, acomodándole de vuelta de la cama y levantándose. Sus músculos habían estado tensos por la postura que hizo todas esas horas, ignoró la sensación todo lo que podía frente al esclavo, quien aún no le quitaba los ojos de encima. – Tú no has dormido nada. Duerme un poco y luego haces lo que tenías que hacer.

-S-sí… - Otra cosa de entre las que no sabía si podría acostumbrarse era a esas órdenes tan consideradas… el modo en que el amo le miraba al decirle aquellas cosas… como si realmente le importaran.

Logan salió de la habitación soltando un bostezo por el sueño. Apenas estuvo fuera del campo de visión del otro se estiró, pensando en el hecho de que quizá el esclavo podría llegar a tener hambre y debería de preparar algo.

No era que hubiese cambiado mucho a como era hacía unos meses, le daba por pensar, simplemente era el hecho de que había hecho todo lo posible porque Emett le creyera, o al menos dejara de temerle… y aun así era la segunda noche donde le escuchaba suplicar entre sueños y encogerse ante alguna caricia.

No importaba cuántos cambios hubiese, o si había moretones ya curados, siempre había cicatrices en esa espalda que por mucho que acariciara no se iba sanar del todo. Y eso Logan lo sabía, y le entristecía tanto como le llenaba de rabia.

Había preparado algo rápido para Emett, cerrando con llave y guardándosela en el saco para en seguida ir a trabajar. Sí, ese mes había sido tranquilo, pero sólo en el interior de su casa y en la apariencia de su trabajo; la tormenta no tardaría mucho en manifestarse o eso era lo que él podía percibir desde esa mañana en la que, por mucho que estuviese evadiendo a James, notó que este había faltado al trabajo.

No preguntó ese día, pero no iba ido al siguiente, ni al siguiente, ni en las dos semanas que le siguieron a esos días. Tampoco preguntó entonces, por muy extraño que le pareciera, no lo había hecho por orgullo, porque sospechas no le faltaban.

Aunque eso no habría de importarle, lo había mandado a la mierda junto con el resto, ¿qué no?

8:20 a.m.

Entró a la oficina dejando su maletín y el saco en una de las sillas cercanas al escritorio, ni bien se acercó a este en arqueó la ceja por la enorme cantidad de carpetas y papeles que estaban en su encima de este.

No recordaba tener tantos pendientes, pero el que estuviesen ahí sólo podía significar eso. De hecho, siempre procuraba hacer todo el día indicado para no estar perdiendo el tiempo después. Abrió algunas de las carpetas, notando tenía semanas de existencia.

-Tienes mucho trabajo por hacer, ¿ah? – Logan giró la cabeza en dirección a quien le hablaba, el secretario llevaba un carrito con más carpetas que iba poniendo en el escritorio sin ningún miramiento.

-Esto no es mío – Se le salió una risa por la incredulidad, aunque recibiendo un gesto parecido de parte del secretario. - ¿Tú los trajiste?

El otro asintió, extrañado. – Me dijeron específicamente que las trajera todas a esta oficina. Y todavía faltan más.

-¿Quién te dijo eso? – No pudo evitar fruncir el ceño al medio comprender la situación, que no dejaba de parecerle absurda, el secretario se encogió de hombros, como quien no entiende la relevancia del asunto.

-No sé, llegué y mi superior me las dio, quizá sea de parte de los directores ejecutivos o algún supervisor, ¿necesitas algo más? Porque tengo que ir por el resto y…

-¿Directores ejecutivos? – Sólo había una persona que podía estar detrás de aquello, con un asentimiento lo dejó ir, suspirando con molestia de sólo ver los pendientes que su padre le había mandado sin razón aparente.

Salió de la oficina con más prisa de la que había entrado anteriormente, yendo hasta el lugar donde sabía que estaba el mayor y entrando sin fijarse siquiera si había alguien más aparte de Louis. - ¿Qué están haciendo todos esos papeles que en mi vida había visto, apilados en mi escritorio? – Se quejó, topándose con el adulto que, indiferente, levantó la vista del periódico que estaba leyendo.

-Oh, eso – Louis asintió. – James se trasladó hace poco de departamento, supuse que sería más eficiente y práctico si te pasaban a ti los deberes que dejo acumulados.

-¿Qué? – Bueno, eso podía explicar la ausencia de su hermano todos esos días, pero… - ¿Y por qué no los pasas entre los demás? Son demasiados para una sola persona y también tengo yo trabajo por hacer.

Louis se encogió de hombros. –Así me pareció más conveniente, si pierdes tanto tiempo haciendo otras cosas, ¿qué mejor que sea haciendo tu trabajo? – Correspondió a la mirada fastidiada de su hijo, a sabiendas de lo que debía estar pasando por la cabeza de este.

Logan frunció el ceño, entendiendo aquella indirecta, pero sin más ánimos para retomar el tema que llevaban discutiendo por varios días. – No suena nada conveniente si consideras que así se me juntará mi trabajo de hoy.

-Pues haces los dos – Logan le vio encogerse de hombros, aquella actitud le era nueva, aunque no le extrañaba tanto después de esas mismas discusiones.

Rio por lo bajo, entendiendo - ¿Esta es tu manera de desquitarte? – Por muy infantil que pudiese resultar, las indirectas y el comportamiento de su padre eran algo a lo que ya se esperaba– No funcionará conmigo.

Louis dobló el periódico que había estado leyendo, disgustado por las palabras de su hijo – ¿Mi manera de desquitarme? Bueno, si lo que quieres ver así está bien. ¿No quieres que actúe como un padre preocupado por su hijo? Okay, no escuches a tu padre. Pero vas a escuchar a tu jefe quieras o no, y tu jefe dice que no vas a salir de esa oficina hasta que todas esas solicitudes hayan sido denegadas como debió de haber sido hace tres semanas y toda la papelería correspondiente esté en su lugar.

-No puedes hacer eso. –Logan negó con la cabeza, aquello era tan absurdo que hasta podría resultarle gracioso.

-Lo acabo de hacer – Negó su padre, encogiéndose de hombros. – Y lo vas a obedecer, ahora.

Logan resopló, ¿qué más le quedaba? El ponerse a chillar y renegar no era una opción, pero no podía dejar las cosas así, no con su padre. Rio por lo bajo. – ¿Quieres que lo haga? De acuerdo, jefe- Soltó entre dientes. – Pero que quede claro. Puedes ponerme pendientes, juntas, lo que quieras – Extendió los brazos con frustración. – Las voy a aceptar, pero no esperes que ceda a lo que quieres. Soy tan  feliz con ese esclavo que te saca de quicio.

Supo que aquello le molestó a su padre, más no le importaba. Ambos se habían estado molestado por suficiente tiempo como para que eso le quitara el sueño. Se dio media vuelta para ir en dirección a su oficina, viendo a su padre levantarse de su lugar.

Louis lo vio con algo parecido a la resignación. – Todo lo que hago es por ti, hijo – Le dijo en tono serio. – Sólo espero que te des cuenta de ello algún día.

-Lo dudo tanto, papá – Salió de la oficina sin deseo alguno de seguir escuchando al adulto, aquellos pendientes que había dejado James eran tantos que dudaba que solamente fuesen de él, incluso creía capaz a su padre el que le hubiese puesto más, pero estaba bien. MUY BIEN. Él iba a terminar esos estúpidos pendientes y después de eso buscaría el modo de irse de ese lugar para no tener que lidiar más con esas tonterías.

Quién sabe, quizá si se hubiese fijado más en la última frase de su padre, o en los gestos de este, habría tenido al menos tiempo de intuir que algo aparte del trabajo no andaba del todo bien.

Louis lo observó alejarse con resignación. Se acomodó mejor en su asiento. Sí, Logan no iba a ceder tan fácilmente, cada conversación que tenía con él sólo confirmaba aquellas que había tenido con James.
Con la situación así, no había marcha atrás, entonces.

Logan entró a su oficina echando humo, afortunadamente el secretario ya había terminado de dejar toda la papelería, porque, aunque no creía ser capaz de desquitarse con él físicamente, vaya que se creía capaz de hacerlo con palabras o modos.

Golpeó el frente del escritorio, ¿realmente no lo iban a dejar irse de ahí sino terminaba?
Fue a su lugar para empezar con todo el papeleo, animado con sus anteriores pensamientos.

Llevaría unas cuatros solicitudes denegadas cuando sus ojos volaron de entre las letras hasta el teléfono que estaba frente a él, si es que llegaba a tardar, muy probablemente, el rubio debía saber.

Siguió separando los papeles mientras marcaba el número de teléfono, esperando entonces el momento en que el otro fuese a contestar.
De cierto modo, no le sorprendió que a la primera eso no pasara, no le había avisado a Emett que llamaría, por lo que suponía que si el teléfono sonaba de la nada le sería extrañaría o incluso aterraría. Insistió un par de veces más, hasta que el menor se hizo escuchar desde el otro lado de la línea de forma titubeante.

-D-diga – Su voz debía sonar en una pregunta ansiosa al contestar, luego de un debate interior consigo mismo para responderle a esa persona que no paraba de marcar y que bien podría ser su amo o una persona a la que no debió de haber atendido.

Logan sonrió con apenas escucharle.- Lamento no haberte dicho que llamaría, me salió un imprevisto – Le explicó, consciente de que el otro no iba a preguntar razones.

-E-está bien – Emett asintió, aliviado de que fuese su amo y apenado también por esa misma razón – Yo lamento la tardanza en contestarle, amo…

Desvió la vista en dirección a todos los pendientes que tenía por hacer, sino estuviera hablando con el esclavo en ese momento muy seguramente resoplaría por la molestia. – No te preocupes… te llamo porque es probable que me entretenga un poco en mi trabajo y no llegue a tiempo para la comida, así que si te da hambre, no me esperes para comer.

-De acuerdo. – Dijo en seguida, y, aunque ya habían pasado por algo parecido, una pequeña sonrisa se quiso dibujar en sus labios por esas consideraciones. – E-espero que le vaya bien en lo que esté haciendo.

-Sí, yo también lo espero – Rio por el comentario. – Gracias.

Emett volteó de reojo al espejo que había cerca del teléfono, sólo para corroborar el sonrojo que parecía no querer abandonar su cara un solo día desde poco más de un mes. La profunda voz de su amo le transmitía tantas cosas cuando no sonaba enojada por algo… - D-de nada.

-Nos vemos. – Optó por despedirse, dándose una idea de los gestos que estaba haciendo el rubio en ese momento. Era tan predecible y tan tierno cuando se ponía nervioso y se trababa al hablar.

-Nos vemos. – Susurró de vuelta, esperando entonces el momento en que el otro colgase.

Logan se quedó también unos segundos ahí, escuchando la tenue respiración del esclavo que esperaba, optando luego por terminar la llamada.
Suspiró, continuando con ese maldito trabajo extra.

Hablar con el esclavo al menos le había subido un poco el ánimo… no creía que el esclavo le deseara que le fuera bien…

4:00 p.m.

Quejarse estaba de más y eso él lo sabía muy bien; creyó que hasta eso, no lo estaba haciendo tanto ya, pero eso no quitaba que de vez en vez refunfuñara al respecto. Nunca había sido muy paciente, después de todo.

El sonido de la puerta llamó su atención, más la persona que le acababa de entrar al lugar.

-Que yo supiera, te habían transferido – Su voz salió fría, incluso más de la última conversación que habían tenido.

El recién llegado hizo una mueca de burla, paseando la mirada por el lugar, hasta que sus ojos dieron a parar a su objetivo. – Quizá debí de mandarte una disculpa o algo por el estilo, ¿no? Lo siento, pero es que supuse que mi franqueza te había ofendido… no me puedes culpar por querer mantener las distancias.

-¿Quieres irte ya? Parece que por mucho que te mande a la mierda aún no sabes bien cómo llegar. – Escupió, pasando su vista de James hasta los papeles que por su culpa ahora él tenía que estar revisando.

James se vio sorprendido por ese gesto, frunciendo el ceño entonces. – En verdad que estás mal. ¿Renunciando a tu familia por una…?

-¿Una qué, James? – Resopló, sin levantar la mirada todavía. - ¿Una puta? ¿Una bestia? ¿Qué adjetivo puedes utilizar para una persona que no escogió esa vida con el fin de sentirte superior?

-Ellos se ganan las ofensas, ¿qué más se puede hacer? – Le restó importancia. Suspiró, quitándose el saco también y poniéndolo en el mismo lugar que el de su hermano. – Mira, sólo vengo por unas cosas que olvidé aquí, pero si vine a hablar contigo es porque quiero que veas que estás mal. Logan, un esclavo no es tu familia, somos nosotros, él buscará razones para hacerte pagar, te hará sentir culpable por las cicatrices que le hiciste y sacará provecho.

-Pues, si lo va a hacer o no, no es de tu incumbencia. – Negó – No te tomes la molestia, James. Tú mismo lo dijiste, te damos asco, así que ahórrate tus argumentos y lárgate, porque no soporto las arcadas.

James rio un poco más alto. – No puedes estar hablando en serio, no lo puedes escoger primero. – Llevaba mucho tiempo haciéndose a esa idea, pero no le terminaba de entrar a la cabeza. ¡Ellos dos habían sufrido! ¡Y mucho! Sí, Logan no lo había pasado tan mal como él, pero una tarde de jodidas, agresiones e insultos era suficiente para una vida, ¿qué no?
¿Por qué su hermano parecía no tener suficiente con eso? ¡¿Por qué era tan estúpido?!

Logan tomó aire, cansado ya de esa conversación. – No es que lo escoja a él primero – Admitió. – Es que parece que ustedes escogen a un hijo, y a un hermano que no tienen. No pienso igual que ustedes, quiero darle una oportunidad, o cuando menos intentarlo.

-Lo dices como si ellos lo hicieran. – James negó con la cabeza. Se acercó a la silla, palpando la tela y recogiendo la prenda que quería. Suspiró – Ah… como tú quieras, Logan, ya me cansé de andarte rogando, sólo atente a las consecuencias.

Salió y pareció ser que el mayor no se había dado cuenta. Se enfundó el saco, metiendo las manos en los bolsillos sólo para comprobar que en su interior guardaba lo que había estado buscando.
Si no se sintiera en parte molesto y decepcionado por lo que su hermano estaba haciendo con su vida, muy probablemente estaría sonriendo.
Esa maldita sabandija que se le había metido a Logan se las iba a pagar todas y cada una de las cosas que estaba haciendo.

Logan bufó desde su lugar, tomó el sello de <<Denegado>> y lo lanzó con furia en dirección a la puerta, que con el impacto se cerró. Después iría por él, o mejor buscaría en los cajones algún otro.

No. No había olvidado nada. Le dolía también, y se acordaba y en su cabeza estaban constantemente esas palabras que aquellos esclavos le habían dicho, todos los golpes, el daño que causaron estaba ahí y quizá nunca se iría.
Pero… ¿qué caso tenía quejarse? No era como si la naturaleza de su familia fuese mejor, ni tampoco como si hubiese alguien con quien desquitarse, ese par ya estaba muerto y los esclavos que seguían vivos no merecían vivir lo mismo.

7:00 p.m.

Cerró la última carpeta, apilándola junto al montón con un suspiro cansino. Suponía que tenía que avisar que ya había terminado todo aquello, no sólo con el trabajo de James, sino también con su propio trabajo; que no era mucho, pero vaya que le estresaba.

Mientras juntaba sus cosas en el maletín consideró llamar a su casa para avisar que había terminado, pero tal vez estaba de más. Sólo bastaría entonces con llegar y ver si el esclavo efectivamente había comido a la hora que era y no lo había estado esperando en vano.
Arqueó una ceja en tanto se acercó al mueble donde había dejado su saco, no necesitaba acercarse más para notar la diferencia: ese no era su saco.

-¿Y ahora qué? – Se quejó, dejando su maletín para tomar el saco negro que no le pertenecía. Y que no podía ser de nadie más que de James. El imbécil ese aparte de ir y arruinarle la mañana y la tarde entera, se había llevado su saco por error.

Se lo echó al hombro, tal vez lo mejor era ir con su padre y dejárselo, pero estaba el hecho de que necesitaría su propio saco porque dentro estaban sus llaves, además de que la sola idea de hablar con su padre se le antojaba todavía menos que irse a pie y tocarle a Emett para que le abriera; en su saco estaba también su cartera.

Salió entonces del edificio, asomando la cabeza corroborando que su auto estaba ahí y que al menos quedaban unas siete personas más. Su padre incluido.
Igual y si llamaba un taxi llegando a su casa sacaba de ahí dinero. Sí, eso iba a hacer. Sacó su celular para buscar el único número que se sabía de una agencia de taxis, el colmo sería que el número hubiese cambiado… pero por suerte eso no había pasado.

Ni bien había dado su dirección y colgado el celular, este empezó a vibrar en su mano. Leyó el nombre que aparecía en la pantalla, bufando al reconocerlo.

-Dejé avisado con una secretaria que ya terminé, en el escritorio están tus benditas carpetas – Soltó a su padre antes de que este pudiese decir palabra, dispuesto a colgar en ese mismo instante.
Y estaba por hacerlo, sólo que por alguna razón no lo hizo, el suspirar de su padre llamó su atención.

Louis se recargó en el ventanal, suponiendo que su hijo estaba ya en el estacionamiento. – Lo sé – Admitió. – Te llamo por otra razón.

Logan se extrañó por aquello, echó un vistazo a la calle para corroborar que el taxi aún no llegaba. - ¿Entonces?

-¿Todavía tienes el saco de James? – La pregunta le confundió aún más. No les gustaba la pregunta, ni esta, ni el tono de voz del mayor.

Frunció el ceño. - ¿Cómo sabes que tengo el saco de James? – Preguntó de forma neutral, cuando algo en su interior se oprimió.

Louis hizo una mueca. No. No se estaba arrepintiendo, nunca se arrepentiría de lo que acababa de hacer. Pero maldita sea, odiaba que su hijo estuviese tan implicado en aquello. Se encogió de hombros. – Yo no me preocuparía por eso, Logan. Mejor ve a casa, la puerta está abierta y no necesitarás la llave.

Se quedó plantado en su lugar, la frase entró, rebotando en su cabeza como palabras sin sentido común, y cuando terminó de entender, negó con la cabeza, sonriendo con incredulidad. - ¿A qué te refieres con eso?

-Te dije que si tú no te hacías cargo, yo lo iba a hacer, Logan.

-Me importa una mierda lo que hayas dicho – Fue lo que salió de su voz incrédula y ansiosa. - ¿A qué carajo te refieres con eso? – Podía jurar que el teléfono acabaría por romperse en su mano de tanto que lo oprimía.

Su padre le había colgado.

Notas finales:

Rw? :DD


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