Capítulo 1
“No podrás escapar del pasado ni aunque cierres los ojos”
Han pasado dos años desde que Jaejoong entró a la universidad a estudiar psicología, desde el mismo momento en que entró sintió como si todo fuese a ser diferente. No se puede negar que tuvo miedo en un principio, miedo de que toda su vida en la escuela se repitiera, pero para su suerte todo fue de maravilla, conoció personas fantásticas y pudo volver a brillar y a ser él mismo una vez más. Para esas épocas había pintado su cabello de un color castaño claro, el cual resaltaba aún más la blancura en su piel y lo rojo de sus labios, no se podía negar que con cada año que pasaba se hacía más apuesto a los ojos de chicas y también de los chicos.
— ¡Jaejoong-ah! ¿Ya tienes pensado en dónde iniciarás tus prácticas? “Giglypuff” sigue insistiendo en que le demos ya la lista con los posibles lugares en los que queremos iniciar y realmente está siendo molesto…
— Hey, Junsu, estaba pensando en hacerlas aquí mismo en la universidad, creo que será interesante empezar a guiar a personas cercanas a mi edad. ¿Tú ya lo pensaste?
Sonrió con amabilidad hacia el chico que le hablaba. Ese era Kim Junsu, alguien a quien había conocido desde el primer día en que ingresó a la universidad, desde el comienzo se había llevado muy bien con él y ahora eran muy buenos amigos. Al estar a mitad de la carrera se les exigía que empezaran sus prácticas como psicólogos, era eso sobre lo que Junsu había iniciado la conversación, pues Jaejoong no había asistido el día anterior al encontrarse enfermo y el profesor Lee, —más conocido como “Giglypuff” por sus estudiantes gracias a la magia que tenía para hacerlos dormir con solo abrir la boca—, había estado realmente insistente con que decidieran el sitio donde iniciarían prácticas para que pudiesen empezar en un par de semanas.
— La universidad no suena nada mal, quizás me apunte para ayudarte un poco, Jaejoong —Justo en ese momento apareció un tercero caminando hacia el fondo del salón en donde Junsu y Jaejoong platicaban. Con toda la confianza del mundo pasó su brazo sobre los hombros del castaño, dedicándole una de esas sonrisas matadoras que conquistaban a cualquiera… menos a quien se la dedicaba.
— Yuu, me asustaste…
— ¿Tan mal me veo? Haha. Hey, pato, no te había visto
— Shirota, no te interrumpas así las conversaciones…
Junso echó un suspiro al aire en cuanto notó la presencia de aquella persona, Yuu Shirota, un estudiante de intercambio que había llegado hacía cerca de seis meses y desde el primer momento en que lo hizo se apegó a Jaejoong de una manera difícil de describir. No solo era que le hubiese agradado, era “amor a primera vista” como solía decirlo el mismo japonés. Jaejoong se lo tomaba siempre a broma, de hecho el chico le agradaba en demasía y con el tiempo aprendió a comprenderlo mejor. De vez en cuando Yuu le enseñaba un poco de su idioma y su cultura mientras que Jaejoong le ayudaba con sus tareas o también a comprender mejor el coreano. Se podía decir que aparte de Yoochun —Con el cual aún vivía y ahora estudiaba fotografía en una academia— Junsu y Yuu eran sus más grandes amigos.
— ¿Están planeando algo y me están dejando fuera de todo?
A lo lejos se pudo escuchar una nueva pregunta hecha en alto, aquella muchacha lo había dicho en voz tan alta que todo el salón había detenido su charla por un instante para observarla. Ella sonrió torpemente y algo avergonzada corrió hacia donde los tres chicos se encontraban. Pronto las voces de todo el salón volvieron a escucharse al unisono como si nada hubiera pasado. Claro, allí estaba JiYeon, aquella chica de cabello corto y rubio con la cual Jaejoong había tenido una cercana relación, ambos eran como hermanos, ella era una de sus mejores amigas aunque no estudiaba psicología, a aquella joven la había conocido en una de sus clases extras, la de arte contemporáneo para ser específicos. Ella estudiaba artes visuales y al haberle agradado tanto a Jaejoong desde que la conoció también se la presentó a sus dos buenos amigos, era por eso que para esas fechas todos se trataban con tanta confianza.
— ¡Gummy-chan! ¿Qué haces aquí? ¿Ahora estudiar psicología?
— Haha, no seas tonto Yuu. Venía específicamente a hablar con Joongie. ¿me lo prestan un momento? ¡Gracias!
Así, sin siquiera esperar a una respuesta de parte de los otros dos tomó del brazo al mencionado y lo sacó del salón para hablar con más privacidad.
— ¿Qué querías decirme? ¿Es algo importante? —El castaño miró intrigado a su amiga, sabía que ella era una caja de sorpresas, alguna que otra vez lo había dejado en shock con sus ideas locas, no había algo que no pudiera esperar de ella.
— Escucha, como proyecto final debemos hacer algo, yo ya tengo decidido qué haré pero tengo una muy buena amiga que no. Bueno, sí sabe qué va a hacer, quería hacer una pinta en óleo de una figura masculina con belleza impactante.
— Sí…
— … Se lo pidió a su novio y se negó, entonces yo le dije que no se preocupara porque conozco a un chico con una belleza increíble…
— … No, Gummy, no me digas que…
— ¡Sí! Por favor, Joongie, eres el único que puede hacerlo y ni me digas que Yuu o Junsu, solo tú tienes esa belleza que puede llegar a impactar. Vamos, no te hagas del rogar, ¿sí?
Jaejoong suspiró profundo mientras observaba a la chica, quien empezó a hacer un montón de gestos monos para tratar de convencerlo. ¿Por qué tenía que comprometerlo de esa manera? Más ahora que también debía encargarse de sus prácticas. Sin embargo él no era del tipo que se negara a hacer un favor si podía, más si era para alguno de sus amigos. Poco después solo atinó a asentir junto con un encogimiento de hombros, quizás podría llegar a ser una experiencia enriquecedora a su conocimiento.
— ¡Por eso eres el mejor! Te lo voy a compensar muy bien, ¿sí? Conozco un amigo francés que es gay, quizás…
— No, jaja, está bien así. Lo haré, no tienes qué hacer nada a cambio.
— Está bien, está bien. Ella me dijo que te estaría esperando a las 4PM en la sala de artes para que hablen y queden en algo.
— Vale, no lo olvidaré… Ah, ya viene el profesor. Hablamos después, Yeonnie.
Sonrió de lado, batiendo su mano para despedirse de la chica mientras entraba tras el profesor para iniciar sus clases. Durante el resto de clases no sucedió nada demasiado relevante o diferente a lo usual. Luchó por no dormirse en clase con Giglypuff, estuvo bromeando con Junsu y Yuu durante pequeños recesos y tomó los apuntes debidos; al ser medio día volvió a casa para almorzar algo y descansar un poco. Yoochun no estaba de vuelta así que preparó algo sencillo para comer y en seguida fue a su habitación a tomar una siesta por un par de horas.
En realidad no solía tomar siestas, de hecho si fuera por él no dormiría pero desgraciadamente era un ser humano y debía hacerlo para subsistir. ¿El motivo? Era el mundo de los sueños, ah… esos sueños; no le gustaba ese mundo porque siempre lo devolvía al pasado. Siempre en sus sueños se reflejaba el oscuro pasado de secundaria, siempre en sus sueños aparecía la cara de Jung Yunho, ese rostro atractivo que siempre lo miró con desprecio… la diferencia aquí, lo cual justamente hacía más terrorífico aquel sueño, era que en éste mundo Yunho no lo observaba con asco, en sus sueños el moreno lo miraba de manera entrañable, le sonreía con dulzura y le susurraba palabras bonitas al oído. En sus sueños Jung Yunho no era el demonio que había arruinado su vida sino el príncipe encantador a quien siempre había amado aún sin notarlo. Sus ojos se abrieron con sorpresa una vez el sueño culminó y realizó una mueca de disgusto. ¿Por qué tenía ese sueño extraño aún después de tanto tiempo? ¿Por qué el sueño era de esa manera? No lograba comprenderlo, odiaba que aquel hombre siguiera atormentando su vida incluso en sueños. Unos minutos después de estar reflexionando sobre algunas cosas miró al reloj que estaba colgado justo frente a él y notó que ya eran las 3PM, por lo que se apuró en cambiarse de ropas y volver a la universidad, pues tenía una cita que cumplir. Ese sería el encuentro que probablemente le diera la vuelta a su destino, el encuentro que le haría querer volver corriendo a ese sueño molesto en donde Yunho era su príncipe y no el demonio de los días pasados y no tener que presenciar lo que se le vendría encima.