Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EXTRAS por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Segundo episodio de esta OVA, Puro Teatro, donde Nyota Uhura se descubre a sí misma como actriz. La teniente se pasea por toda la nave buscando la acción y así va de escenario en escenario, deseando aportar algo a la trama e improvisando como una fiera sobre las tablas. Humanos, andorianos, vulcanos, klingons y tellaritas.... atención porque, hoy, ha nacido una estrella.

PURO TEATRO. PARTE II:


Ha nacido una estrella


 


                                                                    Días más tarde, una vez que el señor Scott hubo inoculado un transmisor molecular en el cuerpo del andoriano aprovechando la teletransportación...


 - Me complace comprobar que el trato entre el personal de a bordo continúa siendo formal. A pesar de los años que llevan juntos de misión, siguen dirigiéndose entre ustedes por el rango o el apellido, precedido del adecuado tratamiento. La formalidad es señal inequívoca de profesionalidad y ésta, a su vez, de eficiencia. Reciban mis más honestas congratulaciones por ello. - Resultó que el pitufo secretario no podía ser más pedante aunque lo intentara; su nariz afilada, apuntando siempre hacia arriba, le constataba como el mayor estirado en todo el cuerpo diplomático de la Federación.


 - Este lad es un verdadero sassenach. - Murmuró entre dientes el ingeniero usando su jerga escocesa.


          Solamente Nyota comprendió la expresión, que venía a decir que el tipo era un auténtico “no escocés”, a modo de insulto. Caminaba a su lado varios pasos por detrás del diplomático, acompañado por Jim y Spock quienes, ejerciendo su labor como anfitriones, mostraban la nave a tan ilustre visitante. Sin darse cuenta se agarró del brazo de su prometido, estaba acostumbrada a caminar así con Monty, sobre todo cuando éste le hacía reír, algo que sucedía a menudo.


 - Teniente, es usted la oficial de telecomunicaciones del Enterprise, ¿cierto? - Uhura se soltó rauda de su pareja nada más ver cómo el andoriano se giraba para hablar con ella.


 - Sí, señor. - Respondió Scott en lugar de Nyota, ante la sorprendida mirada del diplomático. - La mejor de la Flota.


 - Su perla más valiosa... - Bromeó Jim sin poder contenerse de provocar una tensa sonrisa en su colega, el ingeniero empezaba a ponerse colorado.


 - ¿Perla? - Preguntó el Secretario elevando aún más si cabe su puntiaguda nariz.


 - El capitán se refiere a que su labor es tan impresionante que... - Scott no sabía cómo terminar la frase. Lo de “perla” había sido un golpe bajo por parte de Jim.


 - Para la Flota es una joya, como experta en xenolingüística la teniente Uhura no tiene rival. - Salió Spock a echarle un capote, recibido con una amplia sonrisa y un asentimiento de cabeza por parte de su amigo.


 - En tal caso vendrá bien su afamada habilidad a la hora de enviar al Cuartel General mis informes sobre los planetas con los que vamos a tratar. - Garth de Izar, el funcionario más petulante que podría dar la raza andoriana, inició un discurso mientras seguía su marcha por las galerías de la cubierta B. - Es un asunto muy delicado. Hace tiempo que ambos mundos son capaces de realizar viajes espaciales intrasistema. No poseen tecnología warp *(de curvatura) y la Federación se pregunta si alguna vez estarán preparados para ella. Por supuesto no compartiremos nuestra ciencia con una civilización poco avanzada, ya me entienden. Los peligros de una actitud violenta, beligerante...


          El pitufo secretario no parecía ir a callarse nunca. Spock le seguía muy de cerca, con las manos cruzadas a la espalda y cara de prestarle toda su atención. A Jim le empezaba a doler la cabeza, eso además del runrún en las tripas que no había cesado desde que puso los pies fuera de la cama por la mañana. Les contempló alejarse durante un buen rato, hasta que se perdieron de vista tras la curva que dibujaba el pasillo junto al turboascensor.


 - “Cap-pitán”... - Dijo Scott con su duro acento escocés y algo enfurruñado. - ¿A qué ha venido lo de antes?


 - Sí, Jim. - Le secundó Nyota cruzando los brazos por encima del pecho. - Has estado a punto de echarlo todo a perder.


 - ¡Oh, venga ya! - Exclamó con un gesto de su mano derecha, bastante afeminado por cierto, que pretendió utilizar para quitarle importancia al asunto. - Si no ha sido nada... El muy bobo ni se ha enterado de que sois pareja.


 - Ese era el plan, si mal no recuerdo. Al lad *(tipo) le gustan las formalidades y todas esas chorradas. - Arguyó Scott aún molesto. - Y esa manita tuya, capitán, creo que no le va a gustar ni un pelo.


 - Bah, tampoco es delito que un mando de la Flota sea un pelín amanerado, hay más de uno por ahí... ¿no? - Rió meneando las caderas camino de la enfermería, la siguiente parada en la ruta de bienvenida que le estaban dando a la visita.


 - Creo que simplemente se aburre. - Comentó el escocés a su pareja con cara de resignación. - Nuestro querido capitán es un hombre de acción, la palabrería de la diplomacia...


 - La palabrería en general. - Atajó Nyota dándole un azote en el trasero y empujándolo a caminar. - Vamos, ingeniero jefe Scott. No quiero perderme la escena en el despacho de McCoy.


          La morena corrió detrás de Jim hasta darle alcance, todo aquello de “la función” le hacía mucha gracia. La verdad es que por el momento Amy estaba en la otra punta de la nave, custodiada por Pavel y una de las enfermeras a cargo de la señora Chapel; el ruso llevaba consigo un pad que, con un punto intermitente, le indicaba permanentemente la posición del pitufo secretario. Lo de parecer militares y comportarse con absoluta sobriedad era la parte más divertida de todo el plan, o al menos eso le parecía a Nyota.


 - Perla mía, creo que has nacido para el teatro. - Murmuró Scott apresurándose a seguirla.


 


                        El decorado era perfecto: tubos de laboratorio y pads con complejos análisis por toda la mesa, listados y más listados interminables de cifras incomprensibles cubrían el escritorio en su totalidad. Sí, McCoy se lo había currado a fondo. Jim le sonrió satisfecho nada más entrar a su despacho, sin embargo la alegría se le heló en el rostro cuando pudo captar algo de la conversación que su amigo, la enfermera Chapel, Spock y el diplomático, estaban manteniendo.


 - Así pues estaba usted examinando su garganta por una razón médica. ¿Y qué clase de reacción alérgica podría presentar la señora Chapel? - Consultaba el andoriano. - ¿Algo relacionado con esas bacterias exo-galácticas de las que me ha hablado por el camino, comandante Spock?


 - No, no... nada de eso... yo... - Titubeó el azorado médico.


 - Simplemente me examinaba la garganta. - Parecía repetir Christine algo sonrojada.


 - El estudio que está realizando el doctor McCoy es seguro, no hay de qué preocuparse. - Salió Spock en defensa de la profesionalidad del oficial médico jefe. - Jim, es horrible, cuando hemos entrado McCoy y la señora Chapel se encontraban besándose... - Añadió en secreto para su sa-telsu. *(esposo)


 - ¿En serio? - El rubio no pudo evitar dejar escapar una breve risita que disimuló con un golpe de tos. - Pero si sabían que veníamos para acá...


 - Informamos hace más de media hora de nuestro paso por enfermería, Jim. - El matrimonio continuó comunicándose a través de su silencioso vínculo, la situación así lo exigía. - Es tiempo suficiente para que...


 - Para que estos dos se líen, ya. - Pensó terminando la frase de su esposo. Pero ahora era el momento de proponer soluciones, más tarde hablaría con su médico acerca de reprimir cierto tipo de impulsos. - A ver, reacciones alérgicas. Si alguien sabe de eso somos los Kirk. ¿Qué tal a los frutos secos?


 - La enfermera Chapel puede que haya ingerido un cacahuete por error... - Argumentó el vulcano en voz alta, viendo cómo Nyota y Scott habían entrado también al despacho de McCoy. - Algo potencialmente peligroso para su organismo.


 - Compañera, debe usted tener cuidado con lo que se lleva a la boca. - Improvisó Uhura dando unas palmaditas en la espalda de su rubia amiga.


 - Sí, es cierto. - Admitió Christine bajando la mirada. - Gracias por recordármelo, teniente Uhura.


 - ¡Ah, choque anafiláctico, claro! - El pitufo secretario aparentemente se había tragado aquella pantomima. - Es normal que le examinase usted la garganta tan a fondo. No conocía esa técnica aproximando tanto las bocas, claro que las costumbres humanas escapan a mis conocimientos. Un gran trabajo el que están realizando ustedes aquí, con todos estos... - Garth de Izar miraba con desconfianza y algo de repulsión los tubos de ensayo. - Bueno, siga así, su proyecto es... ¡Excelente!


          Parecía tener prisa por abandonar aquel lugar, lo cierto es que estaba deseando salir de la enfermería. Un sitio así, lleno de gérmenes, de virus para los que su sistema inmune seguramente no se encontraba protegido, y encima con todas aquellas bacterias exo-galácticas pululando por allí... El diplomático se despidió cortésmente del médico y continuó su visita por la nave en compañía de Jim y Spock.


 - Doctor McCoy... - Nyota quería reírse un poco más antes de seguir a la comitiva. -¿Acaso detecta usted las trazas de frutos secos con la lengua?


 - ¡Bueno, es mi novia! - Protestó el doctor con su habitual energía. - ¡Por el amor de Dios, soy médico, no un peregrino bajorano obligado al celibato!


 - Pero ¿qué ha pasado aquí? - El escocés no tenía la sutil capacidad de análisis de su novia y no se había enterado de nada.


 - Nos han sorprendido en un beso, Scotty... - Le aclaró con media sonrisa la rubia enfermera.


 - ¡Pillados como dos adolescentes! - Rió la morena apuntándoles con el dedo. - Un poquito de madurez, por favor. Somos militares, que no se diga... Vamos Monty, la siguiente parada es en ingeniería. El capitán querrá tenerte cerca.


 - ¿Es impresión mía o Nyota está disfrutando con todo esto como una niña? - Se preguntó Christine una vez que su amiga se hubo marchado del despacho, a solas con su pareja otra vez. - Mmm... Leonard...


 - ¿Qué puedo decir? - Susurró besando el cuello de la enfermera camino del lóbulo aterciopelado de su linda orejita. - Me pierden las rubias...


 - ¡Eh! Ni cinco minutos y ya estáis liados... - Les interrumpió Jim apareciendo de repente por la puerta. - ¿Y si el pitufo secretario hubiese venido conmigo? Bah, no hay caso. Dame un analgésico, Bones, me va a estallar la cabeza... - Le rogó llevándose la mano a la frente con gesto de dolor. - ¡Cómo habla ese tipo, por todos los dioses!


 - Ten, trágate esta píldora. - Le ofreció McCoy la pastilla a la que siguió un vaso con agua, aportación de Christine. - Y baja el tono, Jim. Te quejas por todo como una gallina clueca en un corral.


 - ¡Ya te daré yo a ti gallina, Bones! - Le espetó nada más ingerir el medicamento, para lo cual realizó una mueca como si le costase un mundo engullir la pastillita. - Un beso más y te mando al calabozo. ¡Sopa de gallina para ti mientras los demás disfrutamos del banquete de bienvenida al Secretario!


 - ¿Vuelves a amenazarme? - Gritó el doctor, Jim se daba media vuelta ignorándolo. - Tenemos suerte de que mi supuesto proyecto de estudio sobre la vida fuera de la Galaxia no le interese en absoluto a ese tipo... Déjame que te diga que... ¡Jim!


 - Leonard, el capitán se ha ido. - La suave mano de Christine le acariciaba la nuca. - ¿Qué me decías antes acerca de las rubias, querido?


 


(Continuará...)


 

Notas finales:

Lesek t'hyle, dif-tor heh smusma.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).