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UNCONDITIONAL LOVE por DNA

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Notas del capitulo:

Han pasado 84 años desde que dije que iba a subir el epilogo jajajaja

Ok no, pero si tarde un poco creo yo, en mi defensa diré que no lo tenía escrito y tardo un poco así jajajajaja pero bueno, aquí lo tiene.

Espero les guste OuO

-Profesora Lee-llamó despacio Jongdae luego de que las clases hubieran finalizado y todos sus compañeros se hubieran marchado ya.

 

-¿Qué pasa Jongdae?-preguntó ella con su amable sonrisa.

La señora Lee era una mujer de unos cincuenta y tantos, era su profesora de psicología y todos los alumnos-incluyéndolo a él-la apreciaba y se sentían tan en confianza con ella como para acercarse a pedirle un consejo como él pretendía hacer en ese momento justamente.

-Yo... ¿puedo hacerle una pregunta con respecto a la actividad se hoy?-preguntó un tanto nervioso.

-Claro que sí-respondió con amabilidad-¿Cuál es tu pregunta?-inquirió.

-¿Puede alguien enamorarse cuando sigue enamorado de una persona que ya no está?-preguntó con un suave murmullo.

La profesora Lee lo miró confundida y Jongdae apretó entre sus manos las correas de su mochila porque ni siquiera él mismo había podido comprender su pregunta pero no era su culpa realmente, era sólo que últimamente no se comprendía ni él mismo.

¿Amor o amistad?

Ese había sido el tema principal de la actividad que habían llevado acabó ese día, se suponía que debía cerrar los ojos y pensar primero en la persona que era su mejor amigo y sin saber porque Minseok había sido el que había acudido a su mente, después debía pensar en la persona que amaba y como muchas otras veces Xiumin había aparecido pero también Minseok.

Era entonces que se había encontrado confundido, amaba a Xiumin todavía de eso no le cabía la menor duda, había pasado ya más de un año desde que lo había perdido y continuaba recordándolo claramente pero algo había pasado recientemente y eso era lo que lo tenía mal.

-Lo lamento mucho Jongdae pero... ¿podrías reformular tu pregunta?-pidió su profesora.

-Yo...-sus labios se apretaron rápidamente y sacudió su cabeza en un gesto negativo-Lo lamento profesora Lee, haga como que no dije nada-pidió y salió rápidamente del aula sin mirar atrás.

¿Qué demonios estaba haciendo?, se preguntó a sí mismo mientras caminaba rápidamente entre los desiertos pasillos de la escuela.

Por supuesto que lo que Jongdae se había planteado era imposible, sólo había un amor verdadero en la vida y el suyo era Xiumin y sí, era verdad que Minseok se había ganado un lugar especial en su corazón pero únicamente como un amigo y nada más, se dijo con firmeza a sí mismo para no seguir dudando como un idiota.

Minseok

Su nombre hizo eco en su cabeza mientras le traía la imagen de la dulce sonrisa de su hyung, porque sí, Minseok era dos años mayor que él y aunque igual a Xiumin físicamente, el pelinegro era muy diferente porque sí los comparaba había muchas diferencias.

Xiumin era alegre, extrovertido y muy sociable mientras que Minseok era más bien serio, introvertido y muy pero muy tímido.

Xiumin adoraba pasear y Minseok tenía pánico nada más cruzar la puerta.

Xiumin tomaba siempre la iniciativa y proponía ideas cuando de un plan se trataba pero Minseok en cambio aceptaba lo que los demás dijeran así a él no le gustara.

Xiumin siempre sonreía con brillantes ojos llenos de energía y Minseok siempre llevaba una mueca armada acompañada de sus ojos sin luz.

Xiumin era valiente y Minseok se desmoronaba al primer obstáculo.

Xiumin era seguro y Minseok estaba lleno de miedos.

Xiumin tomaba riesgos y Minseok no podía salir de su zona de confort.

Xiumin disfrutaba de hacer las tareas de hogar y Minseok las odiaba además de que era un inútil en ellas.

Xiumin era afectuoso y no temía demostrarlo de forma física y en cambio Minseok se llenaba de terror cuando alguien lo rozaba accidentalmente.

Xiumin era alguien llenó de vida y Minseok parecía no saber que era eso.

Y esa lista seguía y seguía, porque la realidad era que Xiumin era lo que Minseok sería sí su tío no le hubiera criado con dolor y miedo, porque entre ellos Xiumin había sido el humano y Minseok un muñeco roto.

Jongdae era incluso capaz de recordar lo difícil que había sido todo con Minseok, lo había sacado a delante con mucho esfuerzo, él había llorado durante mucho tiempo por la ausencia de Xiumin, le temía a todo y a todos, se comportaba de una forma muy extraña y a Jongdae eso le había provocado muchos problemas pero no se había rendido porque había llegado a la conclusión de que no era culpa de Minseok sino de ese hombre con el cual había crecido y no había intentado de criar a una persona sino a un esclavo.

Minseok casi nunca había salido de esa prisión que llamaba hogar, era incapaz de hacer amigos, no había ido a la escuela y lo poco que había aprendido había sido gracias a Xiumin, vivía obedeciendo a los demás, había sido privado de muchas cosas y la única forma se convivencia que había conocido eran golpes, humillación, abusos y gritos.

Tú...tú me llamaste amigo... ¿d-de verdad lo somos?...

Eso le había dicho Minseok la primera vez que lo llamó amigo, Jongdae había sentido su corazón encogerse al verlo llorar de emoción por algo así de simple y no iba a ser la primera vez y Jongdae lo descubrió poco después cuando lo peor llegó.

Él había querido que Minseok tuviera más amigos y por ello decidió presentarlo con sus amigos ignorando todo el miedo que Minseok reflejaba en su forma de actuar y cuando Luhan lo abrazó en un gesto cariñoso Minseok gritó y lloró aterrorizado con aquella simple acción y fue únicamente de esa forma que Jongdae lo supo, se enteró así que al ser Minseok un incompetente con las tareas del hogar su tío le había sacado provecho de otra forma cuando era un niño, le habían arrebatado la inocencia de la forma más despreciable y por años Minseok había sido el juguete de cualquiera que estuviera dispuesto a pagar y por más que gritara o llorar esos hombre lo lastimaban igual y no fue hasta que Xiumin llegó que todo eso se término porque Xiumin no había dejado que nadie más lo tocara.

Jongdae le prometió entonces que nadie iba a hacerle daño y que iba a protegerlo y poco a poco lo veía cambiar para bien y eso lo llenaba de orgullo.

Él aún tenía miedo de salir pero podía salir sí Jongdae iba con él, sus lugares favoritos eran el parque y una cafetería que quedaba cerca de casa, también le gustaba leer y dibujar, era muy bueno dibujando y Jongdae estaba seguro que si Minseok lograba superar todos sus traumas podría llegar muy lejos, sonreía más a menudo y sus ojos recuperaban su brillo lentamente, seguía sin gustarle las tareas del hogar pero intentaba ayudar a su madre con ellas, todavía tenía miedo de las personas pero confiaba en ellas si Jongdae decía que eran buenas y hasta ese momento Jongdae era el único capaz de tocarlo porque Xiumin ya no estaba.

-¡Estoy en casa!-anunció luego de cruzar la puerta.

-¡Jongdae!-lo escuchó llamarlo con emoción y lo siguiente que sintió fueron sus brazos rodeándolo-¡Hoy fui a la tienda yo solo y no tuve miedo!-dijo con alegría como sí se tratara del más impresionante de los logros.

-¿De verdad?-preguntó muy sorprendido.

-De verdad-aseguró contento.

-Que bueno, estoy muy orgulloso de Seokkie hyung-afirmó estrechando más fuerte el cuerpo ajeno.

Minseok rió melodiosamente y una vez más Jongdae sintió como su corazón se descontrolaba, últimamente le pasaba eso al estar con el mayor y eso lo asustaba porque no quería enamorarse, no quería olvidar a Xiumin y fue por ese pensamiento que empujó con algo de brusquedad a Minseok que lo miró temeroso y confundido.

-L-lo siento y-yo no quise molestarle...no te enojes por favor-suplicó asustado y triste.

Jongdae miró sus bellos ojos cristalizarse y fue como una bofetada, Minseok no estaba bien y Jongdae debía ser muy cuidadoso con su frágil hyung porque podía romperlo mucho más y eso era lo último que quería.

-No Seokkie hyung, no me enojé, tan sólo acabó de recordar que tenía una noticia que darte-dijo para distraerlo.

-¿Una noticia?-inquirió ladeando su rostro en un gesto demasiado tierno.

-Sí-asintió-Este fin de semana se cumple un año desde que Seokkie hyung está yendo a sus terapias y los chicos quieren celebrar todo lo que has avanzado así que te harán un fiesta sorpresa-soltó con entusiasmo.

Minseok rió suavemente y el corazón de Jongdae volvió a latir desbocado al ver esa angelical imagen frente a sus ojos.

-Ya me dijiste, no es sorpresa-aseguró divertido.

-Ups-sonrió.

-De todas formas muchas gracias...sé que no es su deber y que ni siquiera tenían que aceptarme porque por mi culpa Xiuminnie ya no está pero...ustedes han sido tan buenos conmigo que yo...

-No llores por favor-suplicó volviendo a rodearlo en sus brazos-No me gusta y Xiumin debe enojarse mucho cuando lo haces, es verdad que en un principio todo fue por Xiumin pero...fue lo increíble que tú eres lo que te hizo ganarte a pulso un lugar en nuestros corazones...tú eres genial y por eso yo te quiero-afirmó.

Los ojos de Xiumin se ampliaron más de lo normal y sus mejillas se tornaron rojas, una pequeña sonrisa se extendió en sus labios y asintió a las palabras ajenas porque Jongdae nunca le mentía y Minseok siempre se sentían como la persona más especial del mundo cuando Jongdae le decía algo como eso.

Cuando Xiumin se había ido Minseok pensó que iba a quedarse solo en el mundo pero no había sido así, Jongdae le había tendido una mano cuando más la había necesitado y a pesar de saber que Jongdae lo hacía únicamente porque Xiumin se lo había pedido él se había aferrado con todo lo que tenía a ese chico que era su salvavidas.

Jongdae había estado en sus peores momentos y Minseok no tenía palabras para decirle gracias, él lo había consolado cuando Xiumin ya no estaba y todos lo habían olvidado porque esa era la regla y Minseok la había odiado porque todas aquellas personas que no tuviesen un unconditional friend y hubieran conocido a Xiumin lo habían olvidado y él no había dejado de llorar por aquella injusticia.

Jongdae también lo había llevado a su casa donde los padres de su dongsaeng lo habían recibido con los brazos abiertos y únicamente de esa forma Minseok se había dado cuenta de lo que era una familia de verdad y su tío jamás había sido ni la mitad de eso porque para ese hombre él no había sido nada más que mercancía, un esclavo.

Minseok sabía que estaba lleno de errores, que estaba roto por dentro y por fuera pero aun con todo eso Jongdae no lo odiaba, no lo había odiado cuando vivía temeroso de él y su familia, no lo había odiado cuando tuvo una crisis por culpa del amable chico-conejo que únicamente lo había abrazado porque quería ser su amigo, no lo había odiado por el hecho de ser incapaz de salir a la calle, Jongdae lo había aceptado con todos esos defectos e incluso lo animaba a mejorar, se esforzaba al máximo porque había descubierto hacía mucho tiempo que no había nada más maravilloso que escuchar decir a Jongdae lo orgulloso que estaba de él.

Hacía mucho tiempo que Minseok se había dado cuenta de que estando con Jongdae todo era más bonito y brillante, que con él no tenía que tener miedo, que él iba a protegerlo y fue luego de darse cuenta de todo eso que sus ojos dejaron de ver a Jongdae como un simple amigo, había algo muy especial en el estar juntos, en el recibir sus abrazos y aquella vez que lo había besado, aunque sólo había sido en la mejilla Minseok sintió como si fuese el mejor día de su vida pero tenía miedo.

Podría ser amor porque eso decían todos esos libros que había leído para darle un nombre a lo que sentía y también era así como su psicóloga lo había llamado cuando le habló sobre la forma en la que se sentía y aunque ambas fuentes de información le aseguraban que era el mejor de los sentimientos sabía que no tenía esperanza alguna porque Jongdae amaba y únicamente amaría a una persona y también era de alguna forma una traición para con Xiumin.

-Jongdae, cariño que bueno que llegas-habló la señora Kim sacándolos a ambos de sus pensamientos en los cuales no habían notado que se habían perdido.

-Hola mamá-saludó de vuelta Jongdae mostrándole una gran sonrisa y yendo hacia ella para abrazarla.

-¿Ya te conto Minnie lo que hizo hoy?-preguntó emocionada, porque sí, su madre adoraba a Minseok y todo lo que este hacía, Jongdae la había tenido que frenar muchas veces para que no lo tocara porque Minseok todavía no dejaba que nadie lo tocara excepto él.

-Sí-asintió sonriente-Ya lo felicite, de verdad es muy valiente-aseguró provocando que su hyung volviera a ruborizarse.

-Y eso no es todo, ven a ver-pidió ella tomando la mano de su hijo para arrastrarlo a esa pequeña habitación que Jongdae había adecuado como un estudio para que Minseok pudiera hacer eso que tanto le gusta sin que nadie lo molestara porque Minseok era muy talentoso y con sus manos podía crear cosas hermosas-Mira-señaló su madre con toda la emoción del mundo.

Jongdae se acercó al caballete donde el nuevo lienzo estaba, encontrándose con la preciosa imagen de su madre, su mirada se desvió a su mamá que señalaba su retrato luciendo como una niña pequeña llena de emoción, miró a Minseok que continuaba sonrojado y le sonrió dulcemente empeorando todo porque Jongdae no sabía que con una simple sonrisa Minseok sentía su corazón a punto de explotar.

-Es hermoso Minseok hyung, de verdad tienes mucho talento-aseguró con orgullo.

-¿Verdad que sí?, Minnie es tan talentoso-afirmó su madre y ambos se pusieron en alerta cuando ella estiró sus brazos para intentar rodear a Minseok con ellos.

Minseok dio un paso hacia atrás asustado y Jongdae uno hacia adelante listo para detener a su madre pero no fue necesario porque ella no demoró en darse cuenta de lo que intentaba hacer y retrocedió dándole al pelinegro una sonrisa apenada.

-Lo siento Minnie, me gana la emoción-se disculpó avergonzada.

-No…usted no tiene que disculparse…es mi culpa y no sabe cuánto lo lamento porque usted es muy buena conmigo y…

-Tú no tienes la culpa de nada Seokkie hyung-aseguró Jongdae atrayéndolo a un fuerte abrazo que consiguió tranquilizar a su atormentado hyung.

Siempre igual, Minseok siempre lo hacía sentir  como si le aplastaran el corazón cuando podía esa expresión llena de dolor y tristeza, Jongdae la había odiado desde el principio pero había logrado que sus abrazos fueran el mejor remedio para regresarle la sonrisa al mayor.

-Yo...tengo un regalo para ti-susurró, la señora Kim se había marchado en cuanto los vio abrazarse y Minseok iba a aprovechar eso para mostrarle a Jongdae algo que había estado haciendo para él.

-¿Un regalo?-inquirió curioso.

Minseok asintió lentamente y fue hasta el fondo de la habitación donde había una mesa llena de pinturas de todos colores además de algunos otros materiales que él utilizaba, sobre ella había un cuadro que se recargaba en la pared y estaba cubierto, era pequeño y Minseok lo tomó para extendérselo a él.

-Espero te guste-susurró suavemente.

Jongdae lo tomó con una sonrisa y quitó el papel que lo cubría para verlo, su corazón dio un vuelco y sintió que podía llorar cuando se encontró con una pintura de él abrazando a Xiumin porque aunque eran iguales Jongdae los diferenciaba y ese era su Xiumin.

Su cabello castaño, sus tiernas orejitas de mapache lo delataban y su sonrisa, esa sonrisa que tanto había deseado volver a ver, no tenía ninguna fotografía con él, no había tenido el tiempo suficiente para hacerla pero esa pequeña pintura era la representación perfecta de todo lo que lo amaba y lo extrañaba.

Miró nuevamente a Minseok que lo observaba con atención y apretó con fuerza el pequeño cuadro, no podía dudar, no sí se trataba de Minseok porque él no sólo era su mejor amigo sino también había sido el de Xiumin y una traición semejante sería despreciable.

-Jongdae-murmuró preocupado.

-Gracias-habló sin emoción alguna y salió de la habitación dejándolo ahí solo sin saber que hacer.

Algo había hecho mal, no había otra explicación y siempre que eso pasaba se maldecía por su torpeza.

Ese día marcó algo que Minseok no podía entender, Jongdae dejó de ser el mismo y de alguna forma se sentía como si una pared estuviera en medio de los dos, no tenía idea de cómo remediarlo por más que habían intentado acercarse a Jongdae, había una coraza invisible que encerraba a Jongdae pero que lo dejaba completamente fuera a él.

No tenía a quien recurrir porque Jongdae era la única persona en la cual confiaba, estaba asustándose y no sabía a dónde correr, con Xiumin siempre había una salida de emergencia y Xiumin siempre estaba ahí para guiarlo a ella pero con Jongdae se sentía atrapado.

Veía pasar los días y con ellos Jongdae se alejaba más y más, intentaba correr hacia él pero nunca iba a poder alcanzarlo y no sabía que hacer, eran amigos eso le había dicho Jongdae cuando un buen día se había aventurado a preguntar si estaban bien y esa había sido su respuesta, “por supuesto que si hyung, somos amigos después de todo”, no sabía por qué y le aterraba intentar investigar pero esa respuesta le había dolido en el alma y lo único que había podido hacer era sonreír y asentir.

-Estoy en casa-anunció Jongdae como todos los días después de volver de la escuela, era viernes y Minseok esperaba que lo que fuera que estaba mal entre ellos se resolviera en esos días.

-Bienvenido-lo saludó con su mejor sonrisa.

-¿Dónde está mamá?-preguntó curioso ya que por lo regular su adorable madre siempre salía a recibirlo con un beso.

-Salió con tu papá, van a regresar hasta tarde y te dejaron a cargo-informó.

A Jongdae no le sorprendió puesto que sus padres siempre se tomaban un día de la semana para ellos solos y siempre lo dejaban a cargo de todo, no porque fuera muy responsable ni nada pero Minseok no podía y no había nadie mejor para cuidar del adorable muchacho que su hijo, ese pensamiento lo hizo sonreír pero lo borró tan rápido como llegó, no podía, se lo había propuesto aquel día, amigos y nada más.

No lo quieres de esa forma, sólo es tu amigo y estar con él sería igual que traicionar a Xiumin, no puedes.

Se repitió a sí mismo esa frase que se venía diciendo desde comienzo de semana, miró a Minseok que lo miraba confundido y preocupado al verlo pasar de una sonrisa a un ceño fruncido, le sonrió débilmente y terminó de ingresar a su casa para dejar su mochila sobre el sofá.

-¿Qué quieres hacer?-preguntó tranquilamente viendo como los ojos de su hyung se iluminaban.

-¿Podemos ir a un lugar?-preguntó también mucho más emocionado.

-Claro-aceptó inmediatamente no pudiendo resistirse a la mirada brillante de Minseok.

Jongdae imaginó muchos lugares a donde un chico como Minseok quisiera ir pero jamás pasó por su mente que Minseok le pidiera ir al Museo Nacional de Corea, no se había negado pero realmente los museos no le gustaban e igual ahí estaba caminando de la mano de Minseok que miraba todo con la emoción de un niño ante el descubrimiento de un mundo mágico.

-¿Te gusta?-preguntó con una sonrisa.

-Es genial-sonrió de forma brillante, su mano se alejó de la de Jongdae mientras se apresuraba a cruzar la sala.

¿Cuándo comencé a verlo diferente?

Jongdae se quedo observándolo desde su lugar mientras intentaba responderse la pregunta que veía haciéndose desde hacia tiempo, no había respuesta exacta por mucho que se lo preguntara, tan sólo había pasado y lo atormentaba a cada segundo, no quería traicionar a Xiumin y Minseok era todo eso que no quería hacer.

-Jongdae mira-su voz lo hacía sonreír sin que pudiese evitarlo-¿No es precioso?

Jongdae se limitó a asentir a la pintura que Minseok señalaba pero que él no estaba viendo porque sus ojos estaban fijos en Minseok y esa expresión de felicidad que al parecer era algo nuevo y que estaba encantado de descubrir.

-¿Pa-pasa algo?-preguntó nervioso y con las mejillas sonrojadas.

Una sonrisa inmensa se dibujó en sus labios mientras negaba y volvía mirar la pintura frente a ellos, todo era tan confuso que lo estaba atormentando incluso en sus sueños que eran casi siempre lo mismo, una preciosa escena donde él decidía dejar atrás sus temores y darse una oportunidad con Minseok y cuando creía que todo era perfecto la imagen de Xiumin aparecía con lagrimas en los ojos gritándole lo mucho que lo odiaba por traicionarlo de esa forma, entonces no sólo perdía a Xiumin sino también a Minseok y era un imbécil egoísta y los quería mantener a ambos junto a él para siempre.

-¿Jongdae?-llamó Minseok preocupado al verlo tan serio repentinamente.

-Ya vimos suficiente, vayamos a casa-indicó.

Minseok no quería irse pero no tuvo más remedio que aceptar, su mano buscó la de Jongdae porque siempre caminaban de la mano pero en esa ocasión Jongdae la apartó, Minseok lo miró sorprendido pero él no se inmuto y siguió su camino hacia la salida del museo, Minseok no tardo en seguirlo pero quedándose siempre a una prudente distancia para no ser una molestia para Jongdae.

Regresar a casa no mejoró nada, nada más cruzar la puerta Jongdae se excusó diciendo que tenía mucha tarea y se marchó a su habitación donde pasó toda la tarde hasta que fue la hora de cenar, una cena que de alguna forma le recordaba a estar de vuelta con su tío y fue eso lo que lo hizo dejarse llevar por sus instintos.

No hagas movimientos bruscos.

No lo mire a los ojos.

No hagas ruido.

Si te habla responde inmediatamente y míralo a los ojos.

Trata de ser lo más invisible posible.

No digas NO a nada que él diga.

Si pide algo obediencia inmediata.

Había seguido esas reglas por años únicamente para sentarse a comer a la mesa con su tío, había muchas más pero por el momento esas eran las únicas que tenía que seguir aunque había un horrible sentimiento peor que el miedo instalado en su corazón porque se trataba de Jongdae y saber eso lo hacía peor que las otras veces.

-Minseok hyung…

-¿Sí?-respondió tan rápidamente que dejo a Jongdae algo desconcertado.

-Yo…únicamente te iba a recordar que los chicos vendrán el domingo pero si tú no quieres no lo harán-aseguró.

-No, está bien-respondió, apegándose a sus reglas.

-¿Estás seguro?-preguntó inseguro, Minseok parecía estar respondiendo más por obligación que por decisión propia.

-Sí-repitió y un asentimiento acompaño su respuesta.

-Está bien entonces-restó importancia pero se quedo observándolo con atención.

Su mirada estaba clavada en el plató, estaba comiendo a pequeños bocados, estaba tan derecho y rígido sobre la silla que parecía un maniquí y no una persona, era la misma forma en la que siempre comía al principio, tan inseguro y asustado de que algo malo pudiera pasarle.

Jongdae se levantó rápidamente de la silla y camino hacia él que se tensó todavía más, tomó su mano y él no puso objeción alguna siguiéndolo obedientemente, lo llevó hasta su habitación y fue únicamente ahí que soltó su mano mientras buscaba algo en aquel mueble donde estaba la televisión.

-Mira-dijo obteniendo su inmediata atención-Compre la película que mencionaste-anunció mostrándole la película y su mejor sonrisa.

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios ajenos y él señaló hacía su cama pidiéndole que tomara asiento mientras él preparaba todo para ver la película que había comprado, había sido una sola vez que Minseok la había mencionado y aunque le fue difícil Jongdae la había buscado por todos lados hasta que la encontró y la compró únicamente para hacerlo feliz.

Wo de fu qin mu qin”, ese era el nombre de la película, una película china bastante bonita segunda decía Minseok, la única que Minseok había visto cuando vivía con su tío, tenía quince años y Xiumin había sido quien la había conseguido para él y le había gustado mucho y era por ello que cuando Jongdae supo que era una película que le resultaba especial no había pensado dos veces en conseguirla.

Y ahí estaban viéndola, Minseok parecía estar muy feliz por estar viéndola a diferencia suya que sentía que podría dormirse en cualquier momento y no porque la película fuese mala pero los romances no eran su fuerte, miró de reojo a Minseok que parecía estar a nada de derramar lágrimas por la conmovedora historia, no pudo evitar reírse un de eso llamando la atención del mayor que se sonrojó rápidamente.

-Eres muy tierno hyung-afirmó picando con su índice la mejilla del mayor.

-N-no te burles-murmuró avergonzado.

-Pero en verdad eres tierno-continuó molestándolo.

-N-no es así-sentenció.

-Lo eres-insistió comenzando a hacerle cosquillas al mayor.

La risa descontrolada del mayor llenó la habitación alentando más a Jongdae que continuó haciéndole cosquillas riendo también hasta que fue hora de dejar que sus pulmones obtuvieran aire notando entonces que ya no estaban simplemente sentados en la cama.

Miró a Minseok que estaba recostado bajo su propio cuerpo con las mejillas sonrosadas, la respiración agitada y una sonrisa en sus labios, sus ojos se encontraron mostrándole a Jongdae lo cerca que estaban sus rostros.

Se perdió en la mirada ajena y todas sus acciones dejaron de ser razonables mientras se dejaba llevar por su descontrolado corazón, sus labios rosaron los ajenos deleitándose con su suavidad cuando estuvieron totalmente juntos.

Torpes y temerosos sus labios comenzaron a moverse al compás de los de su hyung, sentía los rápidos latinos del corazón de Minseok golpear su pecho justo como los suyos propios hacían, todo se sentía tan perfecto y correcto, era como sí cada pieza embonara a la perfección en ese rompecabezas que lo había estado aumentando porque no tenía ni idea de cómo armarlo, se había dejado arrastrar por lo que sentía ignorando lo que debía hacer y era maravilloso.

Suaves manos rosaron su rostro devolviéndolo a la realidad y haciéndole ver lo que hacía, una expresión de horror fue lo único que Minseok captó antes de que Jongdae se levantara como si la cama estuviese en llamas, él también se incorporó apresurado buscando la mirada de Jongdae que prácticamente se jalaba el cabello mientras susurraba un montón de maldiciones.

-¿Jongdae?

-Esto jamás debió pasar-murmuró odiándose a sí mismo.

-Pero...

-¡¿Acaso no ves?!-exclamó afligido-¡Estamos traicionando a Xiumin, somos despreciable!-sentenció.

-Yo...

-Olvídate de esto-ordenó-Nunca pasó y jamás volverá a suceder-afirmó severamente.

Minseok no dijo nada y tampoco se atrevió a mover un solo músculo cuando Jongdae salió de la habitación y azotó la puerta, limpió rápidamente con el dorso de su mano las lágrimas que rodaron por sus mejillas esperando así disminuir las punzadas de insoportable dolor de su corazón.

Al día siguiente ni siquiera vio a Jongdae puesto que el menor había salido de casa desde muy temprano y lo único que le había dejado era una nota recordándole que los chicos irían y que él no iba a estar.

Fingió lo mejor que pudo cuando todos llegaron para la improvisada fiesta que le habían organizado en el jardín trasero de la residencia de los Kim, excusó a Jongdae diciendo que sus padres le habían pedido hacer algo y que por ello no estaba ahí y sí ellos no le creyeron nadie dijo nada.

-Muchas felicidades Minseok hyung, lo has echó también con tus terapias-felicitó Baekhyun.

-No, yo realmente no he echó nada espacial-murmuró con la mejor sonrisa que pudo construir.

-Pero que dices, has sido muy valiente-afirmó Chanyeol.

-Chanyeol tiene razón hyung, te has esforzado muchísimo-aseguró Jongin.

-Gracias-susurró tímidamente.

-Nada de gracias, este esfuerzo es únicamente tuyo-dijo Tao mostrándole una sonrisa resplandeciente.

-Pero también es porque me han apoyado mucho-aseguró.

-En eso tienes razón, Jongdae ha estado muy al pendiente de ti-habló Kyungsoo.

-Es verdad-apoyó Kris.

-Es verdad-dijo en un triste murmullo.

-Que mal que no pudo estar aquí-dijo Luhan con tono de decepción.

-Yo también lo extraño-susurró con un tono melancólico porque más que extrañarlo en ese momento Minseok llevaba varios días extrañado al chico que había conocido.

-Minseok hyung-llamó Sehun desde la entrada que llevaba al interior de la casa-Este hombre te busca-informó.

Minseok lo reconocía como el agente que seguía el proceso en contra de su tío, él le pidió hablar a solas y Minseok lo siguió al interior de la residencia con un nudo en el estómago.

-¿Qué pasa agente?-preguntó nervioso.

-Es sobre tu tío-respondió seriamente.

-¿M-mi tío?-inquirió removiéndose incómodo en su sitio.

-Se que te habíamos prometido la pena máxima pero tal vez no será posible-explicó.

-¿Qué?-preguntó asustado-¿Por qué no?

-El fiscal dice que probablemente lo que tenemos en su contra no sea suficiente para la pena que pedimos-explicó.

-¿Pero por qué?, ti-tienen mi testimonio que lo acusa, el testimonio de mi vecina, fotografías de los golpes que me dio la última vez y... ¡él me vendía!-sollozó.

-Lo sé pequeño pero de eso último no tenemos pruebas-explicó.

-¡Pero lo hacía, yo no miento!-aseguró desesperado.

-Yo sé pero el jurado puede no creerlo-dijo con calma.

-¡Yo no miento, él lo hacía, dejaba que esos hombres me tocaran!-gritó deseando con toda su alma que Jongdae apareciera para protegerlo.

-Minseok hyung-escuchó las preocupadas voces de los demás que habían corrido a ver que sucedía al escuchar su alterada voz.

-Tienes que calmarte Minseok-pidió el oficial y tomó sus manos.

Miedo puro recurrió a Minseok desde la planta de sus pies subiendo hasta su garganta donde se liberó en forma de gritos de puro terror e imparables lágrimas, los chicos corrieron hasta él sin saber que más hacer, palabras de consuelo fueron dichas pero nada lo calmaba empeorando mucho más el ataque de pánico que estaba teniendo, quería a Jongdae, lo necesitaba pero él no estaba y eso únicamente lo ponía peor.

*****

Un fuerte suspiro salió de sus labios mientras se dejaba caer sobre la banca de la plaza, no había tenido el valor de mirar a Minseok esa mañana y había huido como un cobarde, imágenes de lo ocurrido la pasada noche lo estaban torturando y haciéndolo sentir como el peor de los malnacidos del universo.

No sólo había traicionando a Xiumin sino que ahora también estaba lastimando a Minseok pero no sabía cómo enfrentarse a todo eso, sabía entonces que sentía algo mucho más profundo que simple amistad por Minseok pero tenía tanto miedo de aceptarlo porque no quería ni podía olvidar a su Xiumin.

Todavía lo amaba y no quería que nadie lo borrar de su memoria y de su corazón, cerró los ojos echando su cabeza hacia atrás queriendo con todas sus fuerzas encontrar una respuesta a todo eso.

-Hola-la voz familiar lo hizo abrir los ojos y al hacerlo se encontró con la dulce sonrisa de su profesora de psicología.

-Profesora Lee-ella sonrió.

-¿Puedo?-preguntó señalando el sitio vacío a su lado.

-Sí-asintió observándola tomar asiento a su lado.

-¿Sabes?-comenzó a hablar-La última vez que hablamos yo realmente me quedé muy intrigada sobre tu pregunta-dijo con calma.

-Sobre eso, realmente ya no...

-Lo pensé mucho y tengo ya una respuesta-aseguró recibiendo una mirada desconcertada del menor.

-Y... ¿cuál es?-cuestionó curioso.

-Que sí-sonrió-Sí puedes amar a dos personas aunque una de ellas ya no esté-afirmó.

-¿Cómo?-murmuró.

-Porque es diferente-respondió.

-¿Diferente?-todo era más confuso que de ayuda.

-Sí, diferente-repitió-Es porque esa persona que ya no está aunque tuvo que irse sigue siendo especial y alguien que dejó una huella importante en tu corazón y por eso nunca la vas a olvidar ni dejar de amarla pero no por eso vas a cerrarte porque sabes que hay alguien especial de nuevo en tu vida, ninguna persona es igual a otra Jongdae, es por eso que aunque la ames será un amor diferente y es por eso que no podrá reemplazar al anterior porque cada uno tendrá su propio espacio en tu corazón-explicó.

-Pero...es su mejor amigo-dijo con la voz quebrada.

-¿Y no crees que por ese detalle es mejor?-inquirió recibiendo una mirada de confusión-No hay mejores manos para dejar a una persona que amas que las de una persona que también es valiosa para ti-dijo con una sonrisa casi maternal.

Tú y él son y siempre serán lo más importante para mí…

-Entonces... ¿Xiumin estará tranquilo sí Minseok y yo...?

-No sé, tú lo conocías mejor que nadie así que debes saber-afirmó.

Necesito que se mantengan juntos para cuidarse como yo no fui incapaz de hacer…

-Ya lo entendí-susurró con una sonrisa-Muchas gracias profesora Lee-dijo alegremente poniéndose de pie de un saltó y salió corriendo de vuelta a casa para remediar sus tonterías.

Tres cuadras antes de llegar fue capaz de ver una patrulla de policía, aceleró el paso logrando escuchar los gritos de Minseok que se hacían más y más fuertes, entró estrepitosamente topándose con la aterrorizada imagen de Minseok que luchaba contra Kris y el oficial que intentaban ponerle un sedante.

-¡Quiétenle sus manos a mi Seokkie hyung!-ordenó.

-¡Jongdae!-exclamó felizmente Baekhyun.

Jongdae se apresuró a llegar a Minseok y empujó lejos a los otros dos mientras sus brazos se envolvían en el tembloroso cuerpo del mayor y comenzaba a arrullarlo para tranquilizarlo.

-Shhh, todo está bien, te tengo ahora-susurró con dulzura.

-Jongdae...no es justo-sollozó aferrándose a él.

-Tranquilo, nada va a pasar, yo voy a estar aquí para protegerte siempre-prometió.

-Pero...mi tío...va regresar y entonces...

-Yo no voy a permitir que se te acerque, nunca dejaría que volviera a hacerte daño, nadie va a tocar a la persona que amo-sonrió.

-T-tú... ¿m-me amas?-preguntó sorprendido olvidándose de todo el miedo que había sentido instantes atrás.

-Claro que sí-sonrió más ampliamente y se atrevió a besar sus temblorosos labios.

-Pero...dijiste que estaríamos traicionando a Xiumin...yo no quiero hacerle eso a Minnie-dijo con los ojos fuertemente cerrados.

-No lo hacemos, es que yo no entendía y pensé que enamorarme otra vez sería traicionarlo porque tenía miedo de olvidarlo pero ya descubrí mi error-aseguró-No lo traicionamos porque son dos amores diferentes...así como tú y él...es porque Xiumin es muy importante para nosotros y por ello no vamos a dejar de amarlo.

Quédate a su lado y cuida de él por mí y por favor has que sonría siempre...

El recuerdo de la promesa que le hizo a Xiumin resonó como un eco, Minseok asintió y se abrazó mucho más fuerte a Jongdae que también había dejado caer un par de lágrimas, tenía razón ellos jamás iba a olvidar ni dejar de amar a la persona que más los había amado a ellos y por Xiumin el iba a intentar que Jongdae fuera muy pero muy feliz.

Todos miraban con alegría la dulce escena, Luhan desvío la mirada hacia el jardín trasero y su sonrisa se amplió mucho más, aprovechó que nadie lo observaba y salió al jardín.

-Hola-lo saludó.

-Hola-saludó de vuelta y le sonrió también-¿Así que este es tu don?

-Sí-asistió-¿Estabas preocupado?

-Mucho, Jongdae es tan tonto que pensé que jamás iba a deshacerse de sus miedos y ver a Minseokkie-explicó.

-Es que te extraña, ambos lo hacen-dijo en voz muy baja porque él mismo podría llorar.

-Yo siempre estaré cuidándolos, a todos ustedes-aseguró.

-Xiumin...

-No llores pequeño unconditional baby-pidió.

Luhan negó y esbozó su mejor sonrisa para él, Xiumin amplió más la radiante sonrisa que tenía dándoles una última mirada a sus dos amores.

-Estaba preocupado pero ahora puedo estar feliz y tranquilo-asintió.

-¿Ya te vas?-preguntó con tristeza.

-Sí, además...él te busca-señaló hacia enfrente haciendo que girara para ver a Sehun ir hacia él.

-Xiumin yo...-se giró para decirle algo más pero ya no está.

-Bebé ven aquí-llamó Sehun.

-¡No te preocupes por nada que yo voy a cuidarlos a ambos por ti!-soltó al aire esperando de todo corazón que Xiumin lo hubiese escuchado aunque algo le decía que sí lo había echó.

Dio la media vuelta corriendo hasta donde Sehun lo esperaba con una expresión confusa, le sonrió tranquilamente y ambos se encaminaron de vuelta con los demás, Minseok aún tenía que tener su fiesta después de todo, debían animarlo y porque no, también podían marcar con eso un nuevo inicio.

Notas finales:

Y bueno ahora sí ha sido todo, muchísimas gracias nuevamente por haber leído esta historia, espero de corazón que el epilogo les haya gustado, dejen un Rw si fue así, otra vez gracias por leer y hasta pronto, cuídense mucho, mucho ^u^


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