Todos pensaron que sacar a Luhan del hospital y llevarlo a casa iba ayudar en algo para sacarlo de su creciente depresión pero no fue así y todo parecía empeorar cada días más.
Luhan no hablaba, no salía de su habitación, no comía y pasaba cada hora de sus días sentado en su cama mirando a Hun.
Sus amigos lo visitaban a diario esperando poder animarlo aunque fuera un poco, su tío lo mantenía constantemente vigilado presa del miedo de que él pudiera llegar a atentar contra su vida, todos libraban una lucha que parecía estar destinada a ser pérdida y fue esa desesperación la que llevó a Jaejoong a permitir que el padre de Luhan lo visitara ese día, tal vez él podía ayudar o eso rogaba él.
-Hola Xiao Lu-lo saludó cariñosamente pero como de costumbre Luhan no se movió-¿Cómo estás?-preguntó preocupado.
Silencio fue su respuesta, Luhan únicamente estaba ahí mirando el pequeño muñeco en sus manos, el rastro fresco de lágrimas delataba el hecho de que había estado llorando minutos atrás y ver a su hijo tan destruido era realmente insoportable.
-Xiao Lu, no puedes seguir así-dijo con voz amorosa y preocupada-Tienes que sobreponerte, todos están muy preocupados por ti.
Luhan apretó los puños y el señor Xi lo tomó como una señal de estar siendo escuchado ignorante de lo que se estaba construyendo dentro de Luhan.
-Todos queremos recuperar al viejo Luhan, al niño alegre y lleno de vida-murmuró tomando entre sus manos una de las de su hijo.
Luhan se tensó mucho más por esas palabras combinadas con esa caricia que no podía resultarle más hipócrita e indeseable.
-No conocí mucho a Sehun pero estoy seguro de que te amaba y por eso sé que odiaría verte así-aseguró.
Fue esa la gota que derramó el vaso, sus manos apartaron las de su padre con violencia, su mirada cargada de odio se fijó en el sorprendido hombre que lo acompañaba y se puso de pie para encararlo.
-¡No sabes nada!
-Hijo por favor...
-¡Cállate!-ordenó-¡¿LES PREOCUPÓ AHORA?!-gritó dándole un empujón a su padre que lo miraba asombrado-¡¿NECESITARON DE LA MUERTE DE SEHUN PARA DARSE CUENTA DE QUE NO ERA MALO Y QUE ME AMABA MÁS QUE NADIE?!-otro empujón.
-Luhan basta yo únicamente quiero...
-¡SON TODOS UNO PODIDO HIPÓCRITAS, NINGUNO DE USTEDES SABE NADA, TODOS NOS DIERON LA ESPALDA CUANDO MÁS LOS NECESITÁBAMOS PERO AHORA QUE ESTO PASA VIENEN FINGIENDO QUE ME QUIEREN Y QUE LES IMPORTÓ, SON UNOS FALSOS!
-¡Por supuesto que nos importas, te amamos Luhan!
-¡USTED ES EL MENOS INDICADO PARA VENIR A DECIRME ESO, USTED QUE ME ECHÓ A LA CALLE Y ME REPUDIO NO TIENE DERECHO ASÍ QUE NO VEGA A DÁRSELAS DE BUEN PADRE PORQUE NO LO ES Y JAMÁS LO HA SIDO!
-Hijo sé que he cometido muchos errores pero yo quiero...
-¡NO QUIERO NADA DE USTED, LO ODIO, LO DETESTO CON TODO MI CORAZÓN Y DESEARÍA QUE FUESE USTED QUIÉN ESTUVIERA MUERTO EN LUGAR DE SEHUN, USTED LO MERECÍA Y NO ÉL!-gritó sin parar hasta que sacó a su padre a base de empujones y le cerró la puerta en la cara.
Rabia, dolor, irá, desesperación, soledad, tristeza y un sin fin más de sentimientos lo atormentaban amenazando con hacerlo enloquecer, comenzó a dar vueltas en la habitación cual fiera enjaulada hasta que estuvo de frente al tocador mirando su lastimoso reflejo.
-Mirarte, eres patético-se burló su reflejo.
-Cállate-ordenó cubriéndose los oídos.
-Eres tan débil, tan inútil e insignificante-continuó hablando.
-Basta-masculló entre dientes.
-Todo eso es tu culpa-acusó.
-No es cierto-sollozó.
-Sí no fueses tan inútil probablemente hubieses podido hacer algo-aseguró con voz rencorosa.
-Dije que te calles-repitió.
-¡Sehun está muerto por tu culpa y aún así tú ni siquiera puedes cumplir la promesa que le hiciste de seguir adelante, debe odiarte!
-¡NO ES ASÍ!-gritó impactando su puño contra el espejo.
Sangre comenzó a mojarle los nudillos que seguían sobre el espejo, sus ojos se quedaron mirando su deformado reflejo mientras las pasadas palabras se repetían sin parar, retiró su puño con lentitud y su mirada decidida llena de rencor se reflejó en el deformado espejo.
-Cumpliré mi promesa Sehun-murmuró-Voy a seguir adelante, obtendré poder y entonces...entonces te juro que destruir a Oh Sehyung-aseguró.
Había encontrado en el deseo de venganza un motivo para vivir y para ello debía ganar poder en donde Sehyung lo tenía de sobra y era por ello que tenía que irse.
-Luhan-habló con alegría Jaejoong al verlo entrar por la puerta de su despacho pero toda la alegría se desvaneció al ver la mirada muerta y rencorosa de Luhan.
-Aceptó tu propuesta, me voy a París cuanto antes-informó.
-Xiao Lu yo no creo...
-¡Ya me jodiste una vez así que sí en verdad te importó has algo bien de una maldita vez!-lo cortó y Jaejoong apenas pudo asentir a esas palabras.
Esperó sentir remordimiento por haberle hablado así a su tío pero no lo hubo, sabía que tenía que cambiar sí quería cumplir con su objetivo y para ello el viejo Luhan tenía que morir o por lo menos lo que quedaba de él porque la mayor parte se había ido con Sehun, le iba a costar mucho pero estaba decidido, él iba a destruir a quienes le habían quitado al amor de su vida.
*****
Tiempo después...
Es una promesa entonces, ambos entraremos a la universidad para estudiar las carreras que nosotros realmente queremos y tendremos amigos, muchos amigos...
Aquellas palabras se habían repetido por mucho tiempo en su cabeza mientras llegaba a ese día, le promesa que se habían echó seguía viva y él iba a hacer todo por cumplirla.
Pronto se cumpliría medio año desde su muerte y la herida seguía fresca y el dolor no lo dejaba nunca pero se había jurado seguir adelante por él, porque se lo había prometido.
Era su primer día en la Universidad, todo era relativamente nuevo para él, llevaba varios meses viviendo en ese extraño país y todavía no podía acostumbrase pero eso era mejor que volver a Corea donde estaban todos los dolorosos recuerdos de él.
-Hey-lo saludó una desconocida voz a sus espaldas, se giró para encarara a la persona que lo llamaba encontrándose con un chico de cabello rubio, tés morena y una brillante sonrisa-¿También es tú primer día?-preguntó con entusiasmo, algo que envidiaba al sentirse muerto en vida desde el día que había despertado en ese hospital varios meses atrás.
-Sí-respondió con un suave murmullo.
-Yo también-anunció alegremente-Sé que no vamos a tener clases ni nada porque solo era la ceremonia de inauguración y la bienvenida para los nuevos, por eso ¿qué tal si luego de terminar de ver nuestros dormitorios recorremos el campus?-propuso.
Estuvo demasiado tentado a mandarlo al diablo pero entonces recordó la promesa que lo tenía ahí en primer lugar, amigos, el necesitaba hacer uno de esos por lo menos si quería cumplir con lo que le había prometido a él y por eso asintió despacio a la propuesta.
-Genial-sonrió aun más el moreno-Oh casi lo olvido, soy Kim Jongin pero puedes decirme Kai, todos mis amigos me llaman Kai-aseguró casi orgulloso.
-Bien-asintió.
-Genial, no sabes cuánto me alegra encontrarte aquí, es un país desconocido para mí pero encontrar a alguien que viene del mismo país que yo es un gran alivio, ¿cómo te llamas?-preguntó lanzándole una mirada curiosa.
-Oh Sehun-respondió casi en un susurró.
-Bien Sehun, vayamos a ver el edificio donde tendremos que vivir de ahora en adelante-dijo y sin esperar una repuesta tomó a Sehun del brazo y comenzó a arrastrarlo hacia el edificio donde estaban los dormitorios.
Sehun lo siguió sin poner objeción alguna, al entrar al edificio un muchacho mayor les indicó que antes debían buscar sus nombres en la lista que estaba pegada en la pizarra en el salón principal del lugar, ahí estaría su nombre junto al número de su habitación donde ya estaban todas sus cosas.
-Mi habitación es la 506, ¿la tuya?-preguntó Kai luego de haberse encontrado en la larga lista.
-La misma-murmuró.
-Maravilloso-dijo más que feliz el moreno y por segunda ocasión lo tomó del brazo y comenzó a arrastrarlo escaleras arriba hasta el tercer piso-Es increíble que nos hayan puesto en la misma habitación, ¿no lo crees?
-Por supuesto, seguramente a nadie se le hubiese ocurrido poner a los dos coreanos juntos-soltó sarcástico logrando que Kai dejara ir una fuerte carcajada.
-Eres gracioso, eso me agrada-dijo Kai ampliando más su brillante e imborrable sonrisa.
¿Era gracioso?, se preguntó así mismo mientras continuaban caminando, no recordaba a nadie diciéndole eso realmente, la mayoría creía que eran arrogante y grosero, nadie realmente lo había considerando alguien amble y dulce hasta Luhan.
Eres muy gracioso Sehunnie…
Él también se lo había dicho y el mero recuerdo de su dulce voz y su sonrisa fueron suficientes para que Sehun sintiera su corazón haciéndose añicos nuevamente, había paso tanto tiempo y todavía se veía estando ahí a su lado sosteniendo su mano y mirando sus preciosos ojos como si hubiese sido ayer aunque era el recuerdo de su despertar el que más lo atormentaba y seguía siendo motivo de sus pesadillas.
><><><
¿Dónde estoy?
Esa era la pregunta que se hacía así mismo mientras intentaba abrir los ojos, escuchaba lo que parecían ser voces pero no lograba distinguir realmente nada, su cuerpo se sentía pesado y era incapaz de moverse por más que quería hacerlo.
-Está despertando-dijo una de esas voces.
-Sehun-llamó otra de las voces que se escuchaba demasiado distorsionada-Sehun, ¿puedes escucharme?
Podía, claro que podía pero no podía hablar ni moverse, sus ojos se abrieron de apoco y la mirada de Suho se llenó de lágrimas al verlo despertar luego de tanto tiempo de pura angustia, una sonrisa pequeña se dibujó en sus labios al ver el rostro familiar de su hermano mayor pero se desvaneció en cuanto se encontró así mismo en ese desconocido lugar.
-¿D-donde…?-intentar hablar le resultó doloroso y se estaba muriendo de sed.
-Tranquilo Sehun, no te esfuerces-pidió Suho.
-¿D-donde estoy?-preguntó con su voz áspera.
-En un hospital de New York-respondió Suho.
-¿Qué? ¿Por qué?-preguntó desconcertado.
-¿No recuerdas el accidente?-preguntó y por alguna razón a Sehun le pareció ver una mirada esperanzada en sus ojos.
-¿Accidente?-todo era tan confuso.
-Tuviste una accidente, tuviste que ser trasladado aquí, llevas más de un mes en coma, los doctores dijeron que era poco probable que despertaras pero aquí estas-sonrió con ojos llenos de lágrimas de emoción.
Sehun se sintió mucho más confundido y se esforzó por recordar algo de lo que Suho le decía, varios recuerdos regresaron como dolorosas punzadas a su cabeza en su intento por darle una lógica explicación a todo eso que estaba pasando.
Cabello de colores.
Dos personas caminando de la mano cerca de un parque.
Un auto.
Gritos.
Dolor.
El penetrante olor de la sangre.
Te amo...s-siempre lo haré...lo juro…
Luhan.
-Luhan, ¿dónde está Luhan?-exigió saber alterado.
-Sehun tranquilo-pidió angustiado.
-¡No! ¡¿Dónde está mi pequeña estrella?!-repitió comenzándose a revolver en la cama, si Suho no le decía iría a buscarlo él mismo.
-¡Sehun escúchame!-ordenó tomándolo fuertemente por los hombros para empujarlo hacia la cama-Lo siento…lo siento mucho-susurró con la voz quebrada.
-¡QUIERO IR CON LUHAN!-gritó alertando a las enfermeras que se apresuraron para asistir a Suho.
Sehun se resistió y cuando todos pensaron que estaban logrando controlarlo utilizó toda su fuerza para sacarse a todos de encima y levantarse de la cama arrancándose del brazo la pequeña manguera tranparente que lo había mantenido con vida mientras estaba inconsciente.
Dos rostros familiares entraron a la habitación, un brillo de esperanza resplandeció ante la presencia de Jongdae, él jamás iba a mentirle porque estaba de su lado, se apresuró hacia él empujando a Minseok a su paso para poder llegar al mayor.
-Luhan…no es verdad ¿cierto?-preguntó desesperado por un NO.
-Luhan…ni siquiera…cuando llegó al hospital era tarde-explicó con la voz en un hilo.
-No es verdad-sollozó.
-Lo siento tanto Sehun-murmuró con la mirada agachada.
-No…no es verdad… ¡estas mintiendo!
-Me gustaría pero no es así…perdóname Sehun-pidió Jongdae.
Esas simples palabras derrumbaron el mundo de Sehun, sus fuerzas lo abandonaron mientras lloraba a gritos ahogándose de vez en cuando con su propia saliva, Suho corrió hacia él para ayudarlo dejándose envolver en un asfixiante abrazo desesperado al cual le siguió la inconsciencia.
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-No es muy grande pero me gusta-escuchó decir a Kai saliendo de sus pensamientos-¿Qué te parece a ti Sehun?
-Está bien-respondió con simpleza mientras se detenía frente al espejo de cuerpo entero que estaba ahí en la pared.
Así que el color natural de tu cabello en realidad es negro, tienes que prometer que algún día me vas a dejar verte con tu color de cabello natural…
Sehun miró su cabello negro que lo hacía ver más pálido de lo que ya era, había decidido que su cabello recuperara su color natural y siempre lo iba a mantener así, le hubiese gustado que Luhan lo viera pero eso ya era imposible ahora, sus ojos recorrieron por completo su reflejo en el espejo deteniéndose en sus muñecas que aun eran cubiertas por vendas que le recordaban lo que había tratado de hacer.
¿Cuánta veces había intentado hacerlo?, tres veces, era cierto, había intentado quitarse la vida tres veces y en todas lo habían detenido, la muerte de Luhan le había quitado las ganas de vivir y únicamente había querido seguirlo pero parecía una tarea imposible.
Su último intento casi había funcionado de no ser por Suho, de ellos había obtenido las mismas lágrimas de rabia que siempre sucedían a la frustración además de una bofetada de parte de sus hermano.
¡Dices amarlo pero te empeñas en destruirte a ti mismo, si lo amaras de verdad no estarías haciendo esta mierda, él debe estar sufriendo por verte hacerte todo esto, si lo amas no lo hagas sufrir y se tan feliz como puedas para que él este en paz!
Las palabras de su hermano mayor habían traído de regreso la promesa que le había hecho a Luhan y fue eso lo que lo había estado sacando adelante hasta ese momento y esperaba poder seguir así por mucho tiempo más para así poder cumplir con su objetivo, iba a cobrarle a Oh Sehyung la muerte de su Luhan.
-Wow, que bonito, ¿dónde lo compraste?-Sehun se giró hacia Kai y se apresuró a llegar a él cuando vio que tenía a Han en sus manos y sin más se lo arrebató.
-No puede tocar esto, mi novio me lo dio y es muy valioso, no vuelvas hacerlo-advirtió con un tono más agresivo del que le hubiese gustado usar con el moreno.
-Está bien-murmuró desconcertado con la actitud ajena-Entonces… ¿tienes novio, él está en Corea esperándote?-preguntó con una sonrisa traviesa.
-Luhan murió-su voz se quebró con la última palabra pero se tragó sus lagrimas.
-Lo siento hombre, no fue mi intención, yo no…
-Está bien, vayamos a conocer el campus-pidió saliendo de la habitación, Kai tardo en reaccionar pero lo siguió casi de inmediato.
El recorrido le resultó un poco menos aburrido de lo que había pensado que sería, Kai era alguien agradable al fin y al cabo, era también un muchacho amable y lo había ayudado a desempacar y acomodar todas sus pertenencias e incluso lo había invitado a comer.
Cuando la noche cayó finalmente Kai se quedó dormido con solo tocar la cama pero él no podía hacer lo mismo, dio vueltas sobre la cama durante un largo tiempo hasta que finalmente se levantó de la cama y salió de la habitación.
Todo afuera estaba oscuro mientras el cruzaba los pasillos hasta estar fuera del edificio, el frío pasto le hacía cosquillas en sus pies descalzos con cada paso que daba hasta que finalmente se detuvo y miró al cielo cubierto de estrellas.
-Hola-murmuró pero a diferencia de todos los años que ellas habían sido sus amigas ellas no le respondieron en esa ocasión-Me odian mucho por haber fallado en mi misión, ¿no es así?-preguntó y nuevamente únicamente hubo silencio.
Con la muerte de Luhan no únicamente había perdido a la persona que más amaba en el mundo sino también a sus únicas amigas, las estrellas ya no le hablaban pero él seguía intentándolo cada noche aun así.
-Realmente no me importa si han decidido abandonarme pero…estoy seguro de que ahora Luhan está con ustedes y por eso…Luhan por favor háblame-pidió estirando su mano hacia la estrella más brillante que había en el cielo-Yo siempre estaré aquí esperando por ti mi preciosa estrella-aseguró.
Te amo mi Sehunnie…
-El chico que hablaba con las estrellas también te ama pequeña estrella-susurró con una sonrisa que apenas lograba opacar sus lágrimas, miró nuevamente al cielo antes de dar la media vuelta e ir de regresó a la cama.
Algún día, sabía que algún día él y Luhan iban a volver a reencontrarse y mientras tanto él iba a convertirse un hombre del cual su Luhan estuviera muy orgulloso hasta que ese día llegara.
To be continued…