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La Fuerza De Nuestra Atracción por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

hehehe aqui Mid trayendoles rapidito el siguiente capi! sip! cuanto lo siento pero me quede dormidita ayer, como me dolia la cabeza por culpa del resfriado, pero ya estoy mejor :D

Mil gracias mis Early Birdys Megasikent, Mestefaniab, LRMV y CristineC!! 

Ahora a leer se ha dicho!!

Al recordar la mirada cargada de resentimiento del rubio mayor, Remus sintió que si realmente conseguía lo que tanto anhelaba, sería difícil llegar a hacer todos sus sueños realidad con semejante mama gallina protegiendo con fuego y hierro a ese precioso rubio y sus virginales joyitas.


Miró el reloj de pared acelerando el tic en su pierna. Se supone que estaba leyendo un interesante libro de “nuevas defensas avaladas por el ministerio” pero no tenía cabeza para ello. “Solo 5 minutos más” se dijo atusando el cabello con la mano libre.


Dentro de cuatro minutos y medio sería el momento justo de la hora de visitas en la enfermería y pasarse por ahí sería completamente inofensivo, ya que era obvio que como profesor tenía que velar por la salud de sus queridos estudiantes ¿verdad?


Aunque ese preciso estudiante exude ese embriagante aroma y tenga un esbelto y pequeño cuerpo tan apetecible…” se contuvo de babear ante su imagen mental y se puso de pie.


-¿Entonces aún podemos ayudarte, Remsie?- Remus suspiró cancinamente. Demasiada insistencia de parte de Sirius y los gemelos por los anteriores tres días que ya estaba harto.


Estaba claro que aún seguía molesto con ellos por poner en peligro la vida de su dragón, pero ¿qué hacerle?… no pasó a mayores y a Draco ya pronto lo darían de alta.


-Está bien, pero ya no más cosas peligrosas Sirius, lo digo en serio- puntualizó firmemente.


-Claro, claro Moony, nada peligroso- dijo cruzando su corazón a modo de promesa –supongo que hay maneras más fáciles de ganar el favor de tu rubiales- dijo comenzando a maquinar un nuevo plan.


“Merlín, ¿porque me huele a un nuevo problema?”


----------°oOo°oOo°oOo°----------


Tras un largo día de estudios, Harry se libró de un muy pegostioso Ron que solamente miraba aterrado a todos lados esperando que de un momento a otro cierto italiano le saltara encima.


Aunque pensaba que estaba exagerando, no le dijo nada y se excusó diciéndole que iría a ver a Draco, dejándolo con varita lista para atacar hasta su sombra si era necesario.


En la enfermería vio en una silla apartada a Pansy haciendo guardia en compañía de Hermione quien ajena a todo, devoraba con la mirada su nuevo libro de la biblioteca sosteniendo en su regazo la mano de su novia.


Se alegraba por Hermione y su vida amorosa, pero no podía dejar de pensar que le daba un poquito de celos pues a Tom solamente podía poseerlo en sus sueños y en sus bosquejos, más aun la única forma gráfica plausible de su existencia era la foto que Draco le obsequió y que era su tesoro más preciado.


“Que suerte tiene” pensó con tristeza.


Miró a Draco y lo saludó con la mano.


Debido a que Lucius Malfoy había estado molestando a la sanadora recalcando la poca conciencia hacia su unigénito y prácticamente diciéndole como realizar su trabajo, fue sancionado de la enfermería hasta nuevo aviso, obviamente no todo estaba perdido pues, por el lado positivo, todos tenían la oportunidad de acompañar al pequeño Malfoy y por obvias razones el más contento era Remus, quien aprovechaba cualquier momento libre para visitarle sin que nadie lo amenazara con la mirada fiera.


“Solo espero que sus atenciones sean recompensadas” se dijo animado Harry sentándose en el banquillo próximo a Draco.


-Te traje la tarea de pociones-dijo a modo de saludo -Snape dice que tiene que ser en parejas-


-Vale- sonrió el rubio, antes de enfocar su atención en el pergamino, memorizando su contenido y enrollándolo cuando terminó de leerlo.


Sin pensarlo fijó sus ojos verdes en el brazo de Draco que reposaba sobre un cabestrillo y se sintió mal pese a que Remus y Sirius varias veces le dijeron que el incidente en el campo de quiddich no había sido su culpa, no podía evitar pesarle pues había sido idea suya invitarle.


-Lo siento- murmuró -de verdad lo siento por lo de tu brazo- Draco ladeó su cabeza y arqueó la ceja al más puro estilo Malfoy.


-Hey descuida, ya no duele tanto, nada que ver con la agresión del pajarraco superdesarrollado mascota del tonto semigigante del año pasado- dijo arrugando su respingada nariz rememorando ese incidente.


-No le digas así a Hagrid- Draco se alzó de hombro pues para él era un hecho que lo era y no se retractaría -y ni que hubiera estado tan feo, yo estuve ahí ¿recuerdas?-


-¿No tan feo?- dijo ofendido -Si fue tan profundo que quedó una cicatriz, Pomfrey no pudo desvanecerla de mi hermosa piel- hizo el drama echando la cabeza para atrás -¿crees que estaba fingiendo?- Harry prefirió guardar silencio por un momento.


-Bueno como digas...- Harry dejó de lado esa conversación para comenzar otra no tan tensa por cuestiones del pasado.


Durante ese corto tiempo de convivencia había llegado a apreciar al rubio como un amigo, pues con él era con el único con el que podía hablar a sus anchas sobre Tom sin sentirse tonto por estar enamorado de él y sin recibir todo el sermón de porque no le convenía su enamoramiento… aún se le hacía un poco raro por todas las fricciones de los años pasados esa ciega confianza que le tenía, pero de tan a gusto que estaba, prefería llevar la fiesta en paz y no crear roces donde no era necesario.


Cuando Pansy y Hermione se retiraron a cenar, Harry se armó de valor para preguntar aquello que sabía que era punto clave en el avance en la relación de Moony con Draco. Tomó aire antes de hablar.


-Y… ¿Qué te parece el profesor Lupin?- dijo como que no quiere la cosa y Draco solo ladeó la cabeza para después sonreír enigmáticamente.


-¿Porque la pregunta? ¿Que acaso te gusta el profesor, Harry?- arqueó una ceja y Harry se apresuró a negar enérgicamente –no creí que tuvieras un hotel en lugar de corazón-


-¡Claro que no!- dijo sonrojándose –a mí solo me gusta Tom…- dijo en voz baja que a Draco hizo reír.


-Relájate que era broma- dijo risueño –es obvio que a San Potter no le va el ser polígamo- se quedó pensativo -aunque si lo pienso un poco…- dijo regresando a ver a cierto profesor castaño que se apresuraba a paso veloz a la enfermería siendo seguido por una muy efusiva sombra rosa, sonrió –no es mal parecido… incluso podría decir que es atractivo-


Harry abrió los ojos ante esa revelación y suspiró agradecido. Al parecer, Moony tenía una oportunidad pues a Draco no le desagradaba en absoluto y eso ya era una victoria.


----------°oOo°oOo°oOo°----------


-Mmm… Draco- dijo Remus disfrutando de una amena conversación con el menor de los Malfoy.


Cuanto le gustaba la forma de hablar, tan arrastrada y sensual que parecía hipnotizarlo sin piedad, haciendo que prácticamente no pudiera despejar sus ojos de su hermosa presencia; pero no era lo único, descubrir que el rubio era una persona inteligente y culta, con un humor ácido y la risa más dulce que nunca escuchó, solamente conseguía embelesarlo más y prendarlo de él.


-¿Qué sucede profesor?-


-Me preguntaba si te gustaría acompañarme este fin de semana a las tres escobas- le había costado mucho trabajo armarse de valor, pero ya no lo soportaba. Quería hacerse con su pareja destinada y aunque no estaba seguro si lo conseguiría o no, ya no titubearía.


-Me encantaría- contestó el rubio derritiendo a Remus al instante.


°oOo° Sábado por la mañana °oOo°


No entendía como había sucedido eso. Frente a él estaba su niño adorado tan hermoso como todos los días, pero alrededor, estaba un tumulto de gente haciendo un mal octeto…


Harry, Pansy, Hermione, Ron, Zabinni y hasta Sirius estaban ahí viéndose nerviosos por las miradas furibundas que les lanzaba.


-Esto está bien- dijo Draco mirando el menú totalmente ajeno al terrible ambiente tipo campo de batalla que se desarrollaba en sus narices.


-Supongo…- entre gruñó Remus al no entender porque no estaban los dos solos.


-Entre más mejor, ¿no cree profesor?- el castaño asintió reticente ¿Cómo poderle negar algo a esa angelical sonrisa?


-¡Quiero ir a ver los postres!- chilló Pansy como niña chiquita –venga Drake, invítame uno- dijo casi jalando al rubio Slytherin quien entre risas la siguió, haciéndole una seña con la cabeza a Zabinni para que los acompañara.


Cuando los tres chicos de verde y plateado estaban lo suficientemente lejos observando la nueva variedad de postres, se dirigió a los presentes con una cara de pocos amigos.


-¿Qué demonios están haciendo aquí?- casi gritó golpeando la mesa.


-¡Lo siento tanto Moony! Draco me invitó y no pude decirle que no y no sé porque…- Harry fue el primero en hablar y nerviosamente comenzó a rascar su nuca, no sabiendo donde esconderse.


-También invitó a Pansy y ella me invitó a mi… no sabía que estábamos arruinando su oportunidad, profesor…- dijo a modo de disculpa Hermione.


-Yo no sé cómo terminé aquí… Neville me dijo que quería mostrarme algo y cuando menos lo esperé Zabinni me acorralo…- dijo casi pálido el pelirrojo -obvio no quería molestarlo profesor-


Remus bufó molesto.


-Y si saben eso ¿porque no se están yendo?-


-Eso no es muy amable de tu parte Moony- canturreó Sirius ante su mal humor casi pudiendo asar malvaviscos sobre su furibundo rostro.


En ese momento Remus no estaba para buenos modales ni de humor para bromas, su lobo interno aullaba furioso por no tener solo para él a su rubio y porque ya el dique de su ansiedad por manosear a Draco de todas la maneras posibles sobre la mesa sin importarle el público, estaba llegando hasta el tope.


-Es increíble que Madame Rosmerta tenga tantos postres, aunque claro, supongo que no han de estar tan ricos como los de mi mansión- dijo petulante Pansy recargando su cabeza en el hombro de Hermione a su regreso.


-Eso que ni que- concedió Zabinni acercando una cuchara a modo de “avioncito” a la cara de Ron quien solo hacia caras y gestos por no poder huir de eso.


-Ya que lo mencionas Pansy; creo que deberíamos ir al nuevo café que apenas abrieron en la esquina, dicen que son los pastelillos y galletas más ricos que probaras en tu vida- dijo Hermione poniéndose de pie prácticamente jalando a Pansy a la salida.


-Pero gatita, no me he comido mi creme bruleé…- dijo mirando la cristalina azúcar oscurecida haciéndosele agua la saliva, pero Hermione no la escuchó y siguió avanzando tirando de su brazo; aunque sabía lo mucho que su linda serpiente amaba los dulces, no quería protagonizar una escena de terror estilo Edgar Allan Poe cortesía de Remus J. Lupin, no señor.


Ron con temor miró a Zabinni y suspiró. No podía creer lo que estaba a punto de hacer. “Todo sea por ayudar al prójimo” se dijo dándose ánimos.


-Oye Za-Zabinni… te gustaría que fuéramos nosotros dos a….- ni siquiera podía terminar, aquello era suicidio y era consciente de ello, pero sin darle tiempo de retractarse, el moreno prácticamente se abalanzó contra él.


-¿A comer un helado juntos?- sus ojos oscuros brillaron y Ron sudó frío –me fascinaría- y sin decir agua va, se lo llevó a rastras.


Los ojos color miel se clavaron en Harry, quien no tenía ni idea que decir y solo se encogió en su lugar probando la gelatina de calabaza que le había traído Draco.


-Bueno cachorro, creo que sería genial ir a ver los uniformes de quiddich, ya estás en crecimiento y no te vendría tener un nuevo- dijo Sirius quitado de la pena, lamentando en el fondo por no poder ver a Remus en acción, pero esperaba que pasara lo que pasara, por muy violento y sucio que fuera, se lo contaría todo con lujo de detalle.


Harry se disculpó y siguió a su padrino aliviado por darles su espacio a Moony.


“Por fin solos” pensó Remus con una sonrisa disimulada viendo a Draco desubicado.


-¿Por qué habrán decidido irse todos al mismo tiempo?- dijo el ojigris lamiendo la cuchara que aún tenía el rico jarabe de chocolate. Simple gesto que a Remus le hizo aflorar sus más bajos instintos.


-No tengo la menor idea…- contestó inocentemente.


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Tanto Fred como George habían quedado de acuerdo con Sirius que vigilarían que los tortolos tuvieran mucha intimidad para que nada saliera mal, así que con binoculares en mano y a una distancia prudente observaban como iban las cosas.


-Freddy ¿realmente crees que alguien los molestará? han pasado media hora charlando y nadie se les ha acercado- dijo dando un bostezo el gemelo menor.


-Es mejor estar seguros, que ya vez que Lupin tiene un humorcito cual demonio que no checa con su semblante bonachón- contestó con un escalofrío recorriendo su espalda –mira que pensé que de un momento a otro nos comería y solo dejaría los huesos para nuestra madre-


-Pero eso fue culpa de Ronnie, el plan no hubiera fallado si él hubiera estado atento y seguro en estos momentos ya habría algún mini Lupin-Malfoy en camino- dijo esbozando una juguetona sonrisa.


Se mantuvieron en silencio en los siguientes minutos para no obviar su posición estratégica y con cautela vieron cuando salió la pareja de las 3 escobas.


-No cabe duda que no puede disimularlo ¿eh George?- dijo sardónico el mayor recargándose en su gemelo señalando a cierto castaño que se deshacía en atenciones y no podía evitar tocar por cualquier cosa al despistado Slytherin.


-Pero parece que él ni se da cuenta…- dijo con un puchero George.


-No, no, no, que a mí no me engaña, ese Slytherin se me hace que sabe más de lo que aparenta- dijo analítico el más alto.


-¿Tú crees?- preguntó curioso a la par que el otro asentía confianzudo –pues bueno, yo no sé qué le ve el profesor a ese niño pijo. No es tan interesante ni majo- se alzó de hombros.


-Tiene su encanto, aunque no es mi tipo- contestó Fred quedándosele viendo de arriba abajo viéndole hacer un puchero y amplió su sonrisa -Tu eres mucho más atractivo que todos los chicos de Hogwarts- dijo estrechándolo por la cintura sintiendo como se tensaba a su contacto.


-Freddy… ¿Por qué dices eso si somos iguales?- arqueó una ceja cuando su hermano acortó distancia.


-Tal vez seamos parecidos… pero tú eres mucho más lindo- dijo plantándole tremendo beso que lo hizo ver estrellas.


-No… Fred… tenemos que seguir vigilando a…- el otro sin importarle sus quejas volvió a atacar con mayor ferocidad los labios de su querido gemelo, mordisqueándolo, saboreando su dulce sabor.


-Creo que pueden sobrevivir un rato sin nosotros- dijo relamiendo sus enrojecidos labios sin apartar la vista de George quien estaba más que dispuesto a complacer cualquier mandato que diera su hermano.


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“Maldita sea…” pensó Sirius viendo como un torbellino de cabello negro y ondeante túnica se aproximaba a paso veloz “¿Dónde se habrán metido esos condenados gemelos?” pensó mordiendo el costado de su uña “si alguien no hace nada molerán a punta de crucius a Moony”


-¿Qué sucede Padfoot?- preguntó Harry viendo la indecisión de su padrino.


-Creo que voy a ir a pescar, probablemente tenga suerte- dijo chasqueando su lengua – nos vemos en el castillo, Harry- su ahijado se quedó de a tres viendo por donde se iba. “¿a qué se refiere?” se preguntó viendo cómo iba a plantarse valientemente frente a un furioso Snape.


-¡Quejicus!- llamó jubiloso.


-Pulgoso- siseó Snape dejándole ver su descontento –dime exactamente donde esta ese Lupin y si mi ahijado esta con él- lanzó una advertencia con sus ojos acerina, pero, Sirius estaba mucho más interesado en otros menesteres como para importarle su molestia.


-Uy que genio, la verdad no tengo idea donde esta Moony ni el chiquillo estirado- dijo rascando su mandíbula como meditándolo.


El ceño del pocionista se frunció más y Sirius contuvo una sonrisa que amenazaba con escapar de sus labios.


-Mira Black, sé que están planeando algo y lo averiguaré… porque si Lupin le pone una sola zarpa encima, te juro que…-


-Tienes mucha tensión encima mi querido Snivellus, ven, sé que te podrá tranquilizar- dijo comenzando a guiarlo de regreso al castillo.


Cuando la firme mano del animago tomó la de Severus, este comenzó a retorcerse, negándose a avanzar.


-¡Oye, suéltame costal de pulgas!- dijo ofendió el pocionsta.


-Vamos a hacer algo que sé que se lo mucho             que te encanta y que disfrutaras con creces- las mejillas cetrinas ganaron color por la forma en la que pronunció esas palabras de manera tan sugestiva.


-¿Y-Y qué sería eso?- dijo desviando su mirada de los ojos de tormenta que tenían un brillo peligroso.


-Ayudarme a calificar exámenes- dijo risueño a la par que el de ojos ónix volvía a retorcerse como babosa con sal siendo llevado de regreso al castillo lejos de Remus y Draco que pasaban curiosamente por ahí.


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-¿Enserio hicieron eso?-preguntó curioso Draco sin apartar la vista de un Remus Lupin que parecía brillar.


-Por supuesto, James, el padre de Harry tenía un sentido del humor bastante explosivo y cuando se combinaba con Sirius podían ser peor que un huracán- dijo ante aquellos viejos tiempos –pero creo que jamás hubiera imaginado que ese día llenarían todo el salón con polvos pica pica- rió al recordar como una película vieja en su mente a todos en el salón de Sloghorn comenzando a bailar rascándose efusivamente la piel.


-¿Y usted no hizo nada por evitarlo?- Remus negó con la cabeza algo avergonzado.


-Éramos bastante jóvenes y… aunque yo no estaba 100% de acuerdo con sus bromas, no podía evitar cubrirlos cuando hacían de la suyas-


-Realmente no esperé que fuera así…- dijo Draco mirándole con curiosidad -me agrada- sintió en su pecho algo cálido expandirse, queriendo acortar la distancia y aunque sea tomar su mano por primera vez.


-¡Hola Remus!- chilló Tonks colgándosele del cuello –primito, ¿Qué cuentas?- dijo la chica dejando que su ahora cabello rosa se hondeara en el viento mientras la expresión tanto de Remus y Draco se endurecía.


-No mucho- contestó Draco de manera seca dando unos pasos lejos del mal tercio.


-Oye Remus, porque no vamos por un helado, Hermione me dijo que tienen de un nuevo sabor ¡Chocolate con coco, tu favorito!- dijo jugueteando con su manga y Remus solo carraspeó. Sentía el ambiente tenso y que la sonrisa en el rostro de su niño ya no estaba y necesitaba hacer algo para evitarlo.


-Oye Dora, suena bien, pero… ¿no tenías que cuidar a Harry? Sabes que Dumbledore puede ser todo un pan cuando quiere pero si se enoja no hay quien se lo aguante- como si apenas cayera en la cuenta la chica abrió los ojos de par en par buscando por todos lados.


-¡Es cierto! ¿Lo han visto?- dijo sacando su varita invocando un “ubícame” y sonrió con timidez –nos vemos Remsie, me debes una cita ¿eh?- dijo guiñándole el ojo, siguiendo a donde la fecha mágica le señalaba.


“Merlín que es bastante enérgica” pensó regresando a ver a Draco que estaba cruzado de brazos, enterneciéndole al instante su semblante.


Librándose momentáneamente de una muy distraída Tonks, Remus aprovechó para acortar su distancia disimuladamente, rosando levemente los delicados hombros de su niño. El tiempo se estaba acabando y sabía que si no era en ese momento no tendría otro igual. Los ojos grises lo miraron detenidamente y los tenues reflejos del ocaso se reflejaban en ellos haciéndole tragar duro.


Por circe que quería a ese chiquillo y era tan difícil conciliar que, el hecho de que se sintiera nuevamente como un colegial, con el corazón acelerado y las mariposas en el estómago no era necesariamente solo por el lobo. Había comenzado a despertar en él un sentimiento propio y era peligroso.


La delicada mano pálida acomodó un de sus mechones desordenados por él viento y sonrió.


-Creo que se le ve bien el cabello de esa forma- dijo rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos –me refiero así de largo-


Sin pensarlo Draco dejó reposar su mano sobre su oreja, en un inocente gesto, tan íntimo que Remus sintió arder ese peculiar sitio.


Cuantas ganas sentía de besar esos labios, pero ahora sí como era debido, sin temor ni rapidez, un beso de verdad en el que convergiera todo su sentir.


-Draco yo… eres muy importante para mí y…- dijo sin despegar sus ojos miel de los grises que lo miraban extasiado.


-No es necesario que lo diga profesor- dijo sonriendo brillantemente –yo siento lo mismo por usted- por un momento Remus no supo que decir. Tragó saliva con dificultad.


-¿E-Enserio?- Pudo notar un tenue rubor subir por la blancas mejillas y su entrepierna no pudo evitar dar un brinco.


Sin pensarlo se inclinó sin despegar sus ojos de los carnosos labios sonrosados que se le antojaban tan apetecibles.


-¡Por supuesto! Y no sabe lo mucho que me agrada ser su amigo- dijo congelando a Remus al instante.


“Mierda… eso sí que no lo vi venir”


 

Notas finales:

jejeje seguro me querran matar por el cliff directo al friendzone xD pero descuiden! todo se resolvera entre nuestros bellos Remus y Draco en practicamente 2 capis jiji! 

ya veran como :P y ni crean que los spoileare!

Nos leemos lo mas pronto que pueda con un nuevo 2 x 1!! (no les dire fecha porque tengo otro examen de muerte a la vuelta de la esquina y mejor que la actu sea sorpresa para ustedes jiji)

Les mando besitos y que esten muy bien!!

Mid cambio y fuera~*


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