Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Fuerza De Nuestra Atracción por MidNightFlower

[Reviews - 163]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno! MidNight reportandose con otro capi!! se que tarde demaciado, pero debido a que me meti al fest de la noble y ancestral casa de los Black he estado distribuyendo mi tiempo entre trabajos de la uni y el fic que voy a publicar para el fest!! yey~* 

Asi que tal vez este capi no quedó tan bien como esperaba, pero fue lo mejor que consegui!! Espero y les guste!~

Millones de gracias a Cris, LRMV, Avery Reynell, Mestefaniab,Insanity christa,Megasikent, Kritto Droopye, Xyori Nadeshiko, Cristine C, Inu27 y Laura por comentar!! kyaa!! no saben lo feliz que me hacen!! 

Ahora a leer se ha dicho~*

Severus no podía dejar de refunfuñar entre cada bendita hoja que le pasaba el idiota pulgoso que parecía tan lleno de sí mismo contemplando el mismo examen desde hacía más de veinte minutos.

 

“Si sigo leyendo toda esta sarta de idioteces, voy a explotar…” pensó rechinando los dientes, fusilando con la mirada al cierto animago ilegal que tenía total descaro para ponerlo a trabajar como si fuera su esclavo.

 

Estaba preocupado por su dragón, hacia más de 5 horas que no lo veía y temía por él, olía que algo planeaban ese desvergonzado de Lupin y cierto costal de pulgas.

 

-Tienes cinco segundos para que me digas que estoy haciendo en tu bendita alcoba, y no me digas que para “ayudarte” a calificar exámenes que para decepciones ya tengo los de mi materia- dijo Severus cruzado de brazos parándose enfrente de ese cínico. 

 

El de ojos como la tormenta no contestó; solo se levantó sin apartarle la mirada, clavándole esos ojos que tan bien conocía, pero que nunca lo habían mirado de esa manera. Algo que no podía descifrar, no era odio, malevolencia (bueno, de eso solo un poco), desprecio; eso era distinto y no podía manejarlo.

 

Ambas manos del animago se posicionaron a ambos lados de su cabeza, erizándolo en el acto cuando el de ojos de tormenta bloqueó sus salidas recluyéndolo contra la pared.  Se sentía agobiado, su estúpida cercanía lo aturdía y no sabía si de un buen o mal sentido pues parecía depredarlo, ansiando algo de él y eso era peligroso.

 

-Mira Quejicus, yo no estoy más a gusto que tú con esto, eres tan molesto que me sacas de quicio…-

 

Se indignó por aquello. “¡Que insolencia! ¿Que se cree?” se preguntó frunciendo el ceño.

 

-Lo mismo digo- contestó entrecerrando los ojos.

 

-Pero… no puedo evitar sentir esta curiosidad…- murmuró Oh tan malditamente cerca de sus labios que podía sentir su aliento cálido.

 

-¿D-De que estas ha-hablando?- trató de sonar neutro, sin mostrar lo mucho que lo descolocaba, pero no tuvo éxito.

 

-De esto…- dijo inclinándose hacia adelante en el acto.

 

Lo beso ciertamente… pero no cualquier beso que podría confundirse con un choque accidental; para nada.

 

¿Sirius Black besándole? Eso era cosa de risa, tantos años de enemistad jurada para llegar a eso, pero vaya que sabía lo que hacía. Sus labios eran puro fuego, que cualquier tipo lucha que tuviera pensada se fue de paseo.

 

Sus rodillas temblaron como nunca le pasó en la vida. “Mierda, ¿Por qué besa tan bien?”

 

Cuando menos se lo esperó, se encontró correspondiéndole con todas sus fuerzas; ese maldito tornado de hormonas, alías “Sirius Orión Black” que tanto mencionaban todos en su año de estudiante en Hogwarts resultó ser cierto. Merlín que se sentía endemoniadamente bien.

 

Le dio con todo, su cuerpo lo apresaba restregándole su miembro semierecto, sus deliciosos labios chocaban con los suyos y su lengua probaba cada parte de su boca robándole la respiración.

 

-Maldición Snivellus… que bien saben tus labios…- tembló.

 

-¿Q-Que planeas co-conseguir con esto?- preguntó molesto y excitado a partes iguales.

 

-No mucho… simplemente me intrigas- dijo delineando la comisura de su boca con su pulgar-Ahora quítate los pantalones- demandó la sutileza en persona.

 

-¿Q-Qué?- murmuró con las mejillas sonrojaras.

 

-Lo que oíste Snivellus- aquella mirada lobuna lo desarmó -que tengo que averiguar que escondes tras toda esta cantidad de tela…-

 

°oOo°1 semana después °oOo°

 

Con una creciente preocupación, los gemelos habían realizado una junta de emergencia con los demás para discutir aquel tema que a todos les constaba y no tenían ni idea de a que se debía; el comportamiento extraño de Remus.

 

-Maldición Harry, el profesor se ve más pálido que de costumbre- exclamó Fred a modo de romper el hielo. Todos lo habían notado y asintieron.  Algo no iba bien y ya no sabía que más hacer.

 

-Después de la salida grupal a Hogsmeade, el profesor no ha sido el mismo- dijo Hermione apretando su grueso libro. Después de leer tanto sobre enlaces mágicos y de llegar a la conclusión de que no siempre el amor unilateral es tan fuerte para impregnar al otro; es solo un chance 50- 50 y lo que le decía su cerebro era que el profesor se había arriesgado y había perdido.

 

-Se ve deprimido...- dijo finalmente Harry.

 

-¿Deprimido? Parece alma en pena, sollozando en cada esquina- dijo Sirius devastado. Pese a habérsela pasado de maravilla con Snape, conociéndolo de una manera que nunca esperó, toda esa emoción se había perdido cuando notó el triste semblante de Moony.

 

Tanto tiempo planeando aquí, arreglando allá, para que ahora Remus estuviera de ese modo -¿Alguien sabe lo que paso?- el de ojos verdes negó.

 

-Lo último que vi fue que estaba sonriendo de lo lindo con Draco y luego a la hora de regresar Moony estaba solo y con tremenda expresión…- "¿Lo habrá mandado a volar?" Se preguntó con desánimo.

 

-¡Iré a hablar con eso rubito y me va a oír!- dijo Sirius -¡¿Cómo puede rechazar a un partidazo como amigo?!- dijo Sirius en modo mama gallina siendo detenido por los brazos por los gemelos que trataban de hacerlo desistir en su afrenta.

 

-¡Ni se te ocurra mover un sólo músculo Padfoot!- amenazó Remus apareciendo en el umbral con cara de pocos amigos.

 

-Pero Moony…- dijo Sirius moqueando, no le gustaba no poder hacer nada por él; su querido Remus, el pequeño niño que conoció a los 11, tan vulnerable y temeroso por su condición licana, que saber que alguien le había hecho daño simplemente le recalentaba.

 

-Profesor ¿Qué fue lo que pasó?- habló Fred tanteando el terreno.

 

-Si hasta parecía que había una atmósfera rosa- trató de decir George; pero fue callado con la furiosa mirada de del castaño, quien solo gruñó haciendo que todos se sobresaltaran.

 

-Lo único que quiero en este momento es que se retiren de mi despacho-

 

-Pero…- intentó calmarlo Harry.

 

-¡Ahora!-

 

Todos salieron con el rabo entre las piernas y dieron un brinquito tras el azote de la puerta en sus narices.

 

-Gezz no entiendo que fue mal- dijo Sirius revolviendo su cabello con ambas manos. No tenía sentido.

 

-Eso sólo ellos los saben lo que pasó y no hay nada que podamos hacer al respecto- dijo Ron finalmente.

 

-Tienes razón- Harry palmeó el hombro de su amigo –solo queda apoyar en lo que podamos a Moony-

 

-Pero hay algo que no me gusta de esto chicos, en los libros nunca se menciona en su totalidad, más que vaguedades de ¿Qué sucedería si un hombre lobo no es correspondido?-

 

-¿De que estas hablando Hermione? ¿Crees que algo malo le pueda pasar a Moony si Draco no lo acepta?-

 

-No lo sé Harry…  solo sé que no puede ser bueno…-

 

-¿No creerás que el hurón pudo ser capaz de…?- no pudo continuar la frase.

 

-Es lo único que pienso que podría haber pasado…- contestó la chica con un suspiro –solo espero estar equivocada-

 

°oOo°5 días después °oOo°

 

Aunque le dolía el estado triste de Remus, Harry tenía peores cosas de las cuales preocuparse, pues su cicatriz no paraba de arderle como aquella vez en primer año.

 

“Maldición… ¿Por qué?” dijo frotando su frente con ganas.

 

-¿Te duele la cabeza?- preguntó Draco con curiosidad durante pociones; Harry asintió -¿ya te había pasado antes?- se notaba preocupado, lo cual aún se le hacía raro, pero agradeció poder contarlo como un amigo.  

 

-Si... pero nada le gana a estos últimos episodios- dijo desganado. Los ojos grises miraban su cicatriz, pero no era algo de lo que quería hablar.

 

Aún tenía el pendiente de preguntar sobre lo que pasó el fin de semana que fueron a Hogsmeade. ¿Qué pasó entre él y Moony? ¿Por qué el rechazo?

 

Preguntas que no se atrevía a pronunciar.

 

-¿Tiene algo que ver con el Lord?- Harry abrió los ojos sorprendido, salvado por el cambio de tema - bueno, tu Tom- ante ese calificativo, no pudo evitar el sonrojo que le siguió a ello.

 

-Es probable... soñé con él dos veces, pero no varía mucho...- no estaba seguro si debía decirle o no, pero se sentía tan cómodo con Draco, como si fuera correcto de alguna forma y cerrando los ojos recordó el ultimo sueño que no intercambiaron palabra alguna –solo se me acerca para desprenderme la camisa del piyama y é-él me m-muerde…- dijo quedito a lo que el rubio sonrió.

 

-Que pervertido resultaste…- Harry le dio un codazo.

 

-Tarado- dijo sonriendo -no es cómo crees, es algo inofensivo-

 

-Si tú lo dices… aunque eso no suena tan inofensivo- se quedó meditabundo acomodando la poción en un frasco con sumo cuidado.

 

-Aparte, no es como si fuera real… Mione ha estado molestando que no es normal y con Tonks vigilándome “claro cuando no persigue a Remus”… creo que exageran-

 

-Pues no sé...- hizo una pausa –tengo información que podría alegrarte pero no sé si es fidedigno aún... así que te dejaré en ascuas- dijo misteriosamente picando la curiosidad de Harry.

 

-¿Que es Draco? ¿De qué hablas? -

 

-Sobre tu Tom- dijo riendo bajito cuando se sonrojó nuevamente.

 

-¡Dime… no seas así!- pero el rubio negó con la cabeza.

 

-Pues si soy así y te aguantas, curioso- dijo jovial pasándole el frasco a Snape quien asintió ante la buena coloración y espesor de la poción dejándolos salir a tiempo.

 

-Eres un maldito- chilló Harry pisándole los talones y Draco rio a cuesta suya.

 

-Prometo decírtelo cuando tenga mis suposiciones en orden y corroboradas; ahora si me disculpas, iré a estudiar- exclamó a modo de despedida.

 

----------°oOo°oOo°oOo°----------

 

Neville estaba en la novena nube y todo gracias a que había estudiado el doble las anotaciones de Zabinni y consiguió no explotar su poción obteniendo una nota decente. Pero sobre todo, su adorado Theo lo había felicitado.

 

Bueno, más o menos” se dijo sin borrar su sonrisa pues un “tal parece que no eres tan nefasto como dicen” apenas y podría considerarse como un alago, pero, era algo mejor que nada.

 

Le había pasado información sobre Ron al italiano como agradecimiento y este pareció satisfecho exclamando que su plan de contra ataque comenzaría la próxima semana. Solo lo lamentaba un poco por Ron pues, este aún seguía tenso alrededor de Zabinni.

 

-Aunque no es tan malo…- dijo en voz baja viendo en el pasto a cierto rubio practicar un hechizo, haciendo muecas tras solamente aparecer un par de chispas de su varita.

 

-¿Qué estás haciendo Malfoy?- el aristócrata arrugó la nariz. Llevaba media hora practicando el dichoso hechizo que les dejo de tarea McGonagall y no conseguía que el bendito tazón se transformara completamente en una mesa pues aparte ¿par que les serviría eso?

 

-Nada que te importe, Longbottom- el chico se alzó de hombros.

 

-Tal vez no me importe, pero sea lo que sea te estaba saliendo mal…- el rubio se ruborizó fulminándolo con sus ojos.

 

-¿Qué quieres?-

 

-Solo decirte que si tienes problemas con encantamientos deberías de pedirle al profesor Lupin asesorías- hizo una pausa ante la ceja arqueada del chico –escuché que el año pasado enseñó a Harry el Expecto Patronum…- dijo contento haciendo su buena acción del día, pues nada ni nadie podría borrar la sonrisa de su rostro.

 

----------°oOo°oOo°oOo°----------

 

-Albus, no creo que sea necesario- trató de decir Remus ante las insistencias del venerable anciano. Apreciaba los intentos vanos de sus amigos por tratar de levantarle el ánimo, pero nada podía hacerlo. Aun podía rememorar las palabras tan inocentes que le lanzó su dulce niño sin notar que fue como una daga que traspasó su corazón.

 

Tal vez si necesitaba tiempo para reponerse, pues, aquello no podía considerarse como todo perdido ¿o sí?

 

No sabía que pensar.

 

-Muchacho, como lo veo, si es necesario, estás muy decaído- dijo lo obvio el amante de los caramelos de limón.

 

-El profesor Dumbledore tiene razón Moony- dijo Harry tomando su brazo –creo que sería lo mejor…-

 

-¿Profesor?- preguntó esa deliciosa voz que tanto había evadido; su corazón dio un brinco en su pecho ante su hermosa silueta, su cabello rubio engominado hacia un lado, su firme postura y una dulce sonrisa que en ese momento le dolía “amigo… si claro…” como si el pudiera pensar en él de esa forma. Ni por parte de su lobo interno, ni del hombre que era en esos momentos  –me gustaría tomar unas clases privadas con usted-

 

-No creo que sea buena idea Malfoy- dijo con voz cansada. No creía ser lo suficientemente fuerte o masoquista para dedicar sus tardes en compañía de un adorable niño rubio con el cual parecía que solo cabía en el rubro de “amistad”

 

Harry miraba a uno y a otro con curiosidad. Preguntándose de donde habría salido aquella idea de Draco, si era bastante bueno en las materias.

 

-Yo creo que todo lo contrario Remus, un poco de actividades extracurriculares serían muy beneficiosas tanto para Harry como para el joven Malfoy- sonrió enigmáticamente Dumbledore, prácticamente ordenando entre líneas que no se atreviera a rechazar su idea.

 

Remus bufó desganado.

 

-Está bien… en mi despacho a las 7- dijo sobando la nueva contractura sobre su hombro –los espero a ambos…-

 

----------°oOo°oOo°oOo°----------

 

¿Cómo se había metido en aquel embrollo?

 

Si necesitaba tiempo, lo que menos requería era tener esos preciosos ojos grises sobre él, ni sus traviesas sonrisas, ni ese enervante aroma de su piel alabastrina.

 

“¿Qué día es hoy?” se preguntó mirando el calendario. Luna llena llegó y Remus golpeó su frente contra el escritorio, de tan distraído que estaba no lo había recordado.

 

Albus perfectamente los sabía y no le había importado dictaminar que le diera clases tanto a Draco como a Harry.

 

“¿Qué planeas Albus?” se preguntó.

 

Le dio un gran trago a su poción Matalobos y al instante sintió como ese sabor amargoso se deslizaba por su garganta, entumeciendo sus sentidos y dolor.

 

Comenzó a garabatear una nota a los chicos para que no lo esperaran, pues no podría atenderlos, ya después pensaría que hacer con el asunto de Draco.

 

Tocaron a su puerta y rodó los ojos. Su reloj marcaba 20 para las 6, no podía ser que fueran los chicos, así que tratando de serenarse abrió.

 

-¡Hola Remus!- saludó jovial su querida amiga Tonks.

 

-Hola Dora, ¿Qué traes por aquí?-

 

-¡Vengo a sacarte de tu reclusión!- dijo emocionada tirando de su brazo –¡sirvieron tartaletas de chocolate, se lo mucho que te gustan!- Remus no creía buena idea andar por ahí a esas horas, el sol ya se estaba ocultando y  tenía que ir a la casa de los gritos a como diera lugar.

 

-Mira Dora, no creo que sea buena idea…- dijo siguiendo a regañadientes a la chica que no comprendía lo malo que sería mostrarle a todos los alumnos la transformación de un hombre lobo en vivo y a todo color.

 

-Profesor Lupin…- dijo a modo de saludo Draco, haciendo que se lamentara al instante no resistirse más a la energía de Dora.

 

-No es un buen momento Malfoy…- dijo desviando su mirada de los insistentes ojos grises –no podré atenderlos, las clases extracurriculares tendrán que comenzar dentro de una semana porque estaré indispuesto… aunque si tanto tu como Harry aceptan, no creo que a Dora le importe darles un curso rápido-

 

-¿Enserio podría?- dijo la chica apretando su brazo – ¡sería un placer ayudarte Remus, déjame lo que sea a mí!- el rubio frunció el ceño ante sus confianzas.

 

Las puertas se abrieron y Draco no dejó de seguirlos.

 

Sirius que vio la escena desde el gran comedor corrió tras de ellos, siendo perseguido por un furioso Severus Snape.

 

-¡Dígame lo que tenga que decirme!- Exigió el aristocrático chico parándose frente a Remus, quien solo estaba concentrado en el sauce boxeador.

 

-Ahora no Draco, tienes que irte, regresa al castillo- Remus no quería ser visto por nadie, en especial por su pequeño niño. En ese momento tan duro y doloroso como era la transformación. La chica de cabello rosa chicle miró al cielo y lo comprendió al instante.

 

-¡Oh Remsie… tienes razón…! Draquis, es peligroso, debes regresar -dijo Tonks deteniéndolo con la mano, separándose en el acto de Remus. El sol ya está casi desapareciendo y las nubes siguiendo su curso estaban a punto de darle cabida a la luna…

 

-¡Profesor!- volvió a llamar Draco forcejeando por su liberación, su padrino lo estaba deteniendo también y Remus solo seguía avanzando rumbo al bosque prohibido -¡Maldita sea! ¡¿Porque jodidas no puedes decírmelo de una puta ves?!-

 

Remus se detuvo al instante por ese cambio de voz, jamás lo había escuchado perder los estribos. Miró al rubio chico, pero antes de poder decir algo,  un gruñido manó de su garganta desplomándose en el suelo, dándole pasó a la transformación. Su piel rasgándose facilitando el paso a su bestia interna, rompiendo el hombre bueno que era de día, volviéndose puro instinto animal.

 

Aquellos ojos dorados lo miraron fijamente sobresaltándolo, los mismos ojos que tantas veces lo siguieron una vez al mes, tan cautivadores y cristalinos, pero tan profundo que le hablaban de mucho pesar, eran hipnóticos como si lo llamaran y el solo pudiera responder.

 

-¡Que es un hombre lobo, maldición!- dijo Sirius mirando a los presentes que sabían exactamente lo que pasaría -si te pones enfrente no dudará en matarte, idiota- regañó a su sobrino pese a las protestas de Snape.

 

-¡Ya lo sabía!- dijo liberando su brazo del agarre férreo de su padrino, comenzando a correr en dirección del bosque.

 

-¡Draco no!- chilló Severus, siendo desmayado en el acto por Sirius quien no dudó en atraparlo antes de caer.

 

-¿Por qué hiciste eso?- preguntó aterrada Tonks no sabiendo si ayudar a Snape o a Draco que corria en dirección de un hombre lobo adulto.

 

-Era necesario… aparte, dudo que Remus le haga daño…- Sabía que actuar conforme a su instinto no siempre era bueno, pues en muchos casos le había salido el tiro por la culata, pero, al ver el semblante determinado de su sobrino supo algo que se había perdido desde que lo conoció. Probablemente era el epitome de lo que un Slytherin debía ser y mantenía ocultas muchas razones y sentimientos que eran necesarios decir a viva voz.

 

“Esta es tu oportunidad” pensó optimista pues si su corazonada era correcta, Remus por fin podría ser enteramente feliz.

 

Draco corrió tan rápido como pudo, pero aun no alcanzaba al enorme lobo café. La espesura del bosque se hacía más densa y las ramas bajas lastimaban su piel sensible.

 

-¡Maldición Remus, cuando te encuentre me vas a oír!- 

 

 

Notas finales:

Espero poder terminar de arreglar el siguiente capi para que sea la entrega 2 x 1 jiji~*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).